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REFLEXIÓN (ANTES DE ENCENDER VELAS)

El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz;

Y a los asentados en región de sombra de muerte,


Luz les resplandeció. Mateo 4:16

Juanito se quedó mirando las velas que parpadeaban la noche de navidad en la mesa del
comedor donde la familia celebraba la cena de Navidad.
Concentrado, casi ensimismado estaba cuando papá le dijo: Juanito, en que piensas? Juanito ,
lentamente pero con un espíritu casi poético dijo: Papi. estoy mirando como si una estrella
estuviera sonriéndome en el parpadear de la vela.
De pronto, saliendo de su concentración, y dirigiéndose a su padre le dice: “Papi, porqué
ponemos velas tan lindas en la cena de navidad?
Él con una mirada tierna le responde. Juanito: Como familia celebramos está noche una fiesta
de luz, luz que vence a las tinieblas durante la noche, Nos recuerda que la Biblia dice: Que
Jesús es la luz del mundo. Nuestro Salvador vino a este mundo sumido en tinieblas para que
podamos vivir en su luz eterna y gloriosa.
Juanito, entonces preguntó: Papi, siempre han existido las velas? Y papa le dijo. NO, hijo, No,
antes de que existieran las velas se usaban antorchas con astillas resinosas de pino y candiles
o lámparas de aceite.

Recuerda… las velas son una expresión simbólica de la luz que rompe las tinieblas y las vence
ocupando su lugar; de la victoria del bien sobre el mal en sus propios dominios; del triunfo
del día sobre la noche; de la victoria del bien sobre el mal. Por eso la luz de las velas, con ser
más tenue, tiene mucha más fuerza y más vida que la fría luz eléctrica.
Juanito: Nuestras vida estarían sumidos en la oscuridad, si Jesús no hubiese venido a
rescatarnos. Por eso, es que nuestra familia en estos días recuerda con mucho amor y
devoción a nuestro Salvador; y no solamente en esta época, sino siempre, cada día del año y
lo más hermoso de todo, es que Dios quiere que nuestra vida sea como una vela constante
para que alumbremos donde quiera que estemos.
Juanito, tu eres una pequeña, pero brillante vela.
El Señor quiere alumbrar en ti vida hoy, para quitar las sombras y la oscuridad y hacer que en
tu vida, hoy, resplandezca un nuevo día.

En un acto de recogimiento y gratitud por el gran amor de Dios de enviar a su hijo Jesús, les
invitamos a encender sus velas y juntos entonar la bella melodía conocida en el mundo
entero como Noche de Paz.
El Tamborilero

La Letra del villancico "El tamborilero" trata el tema de la pobreza y de la vida de un


niño con su tambor cuando visita el pesebre y, al no tener ningún regalo, le ofrece al
niño la música de su tambor. De ahí que se llame "el tamborilero o niño del tambor",
según el lugar dónde nos encontremos.
El amor hacia el niño Dios y el entusiasmo por hacerle una ofrenda al señor por el
nacimiento de Jesús es el origen de este Villancico checo que narra la llegada a Belén,
el nacimiento y la pobreza de la época.
Un cantar tierno y con sentimiento, expresando su alegría ante la sonrisa del Señor al
escuchar sonar el tambor del niño que cantaba al recién nacido. Un regalo y una
muestra de amor y cariño plasmando la fuerza de los sentimientos navideños y el
mensaje de poder regalar cuánto se quiera, no es necesario un presente para obtener
una sonrisa y felicidad del que fuera a recibirlo.
OH SANTA NOCHE

Este villancico nació a pedido de un clérigo católico quien solicitaba una poesía
original en ocasión de la Navidad de 1847. Fue así que Placide Cappeau de
Roquemaure, entonces vendedor y distribuidor de vinos en una pequeña aldea
francesa compuso esta hermosa poesía y fue honrado a compartir su talento en la
iglesia a la cual casi nunca concurría.
En una noche apacible viajando en coche a la capital francesa, con su pluma en mano y
sobre un cuaderno de notas, Placide Cappeau escribió : “Santa la noche, hermosas las
estrellas ,la noche cuando nació el Señor”.
Pero Placide quien era testigo de la vida pueblerina y de los rencores y vicisitudes de su
pueblo siguió escribiendo:
“Oh Santa la Noche, estrellas refulgentes,
La noche cuando nació el Señor,
Envuelto estaba el mundo en el pecado,
Más Cristo vino trayendo la luz.”
Fue así que usando el evangelio de Lucas como base de su composición, imaginó ser
testigo presencial (en forma virtual, diríamos hoy) del mismísimo nacimiento de Jesús.
A pocas horas del viaje y llegando a París, este famoso canto navideño ya estaba
compuesto y listo a ser presentado al requerimiento del clérigo encargado, pero la
composición sólo estaba en poesía y por ello, Placide buscó el apoyo del músico,
Adolphe Charles Adams para darle la entonación musical.
Sin embargo este hermoso himno navideño fue dejado de entonar en las iglesias y
capillas católicas francesas al conocerse que el autor de la música era nada menos que
de origen judío.
Fue así que el escritor norteamericano –John Sullivan Dwight – descubrió la riqueza del
mensaje y de la música de este bello himno y lo introdujo a los Estados Unidos.
Años más tarde el himno regresó a Europa en 1871 y fue entonado en medio de la
Guerra que enfrentaron a los ejercito franco-prusianos en la tregua de 24 horas que se
dieron en ocasión a la Navidad. Este hecho permitió que este canto navideño regrese a
Francia como señal de Paz.
El autor de la música, Adams ya había muerto y el autor de la letra Cappeau y el
adoptante Americano Dwight ya era ancianos cuando en la navidad de 1906, OH HOLY
NIGHT se convirtió en la primera canción en ser transmitida a través de las ondas de
radio y traspasar las fronteras y las distancias que su compositor nunca había
imaginado.

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