1. A Jesucristo ven sin tardar, Te exaltaré, mi Dios, mi Rey
que entre nosotros hoy Él está; Y bendeciré tu nombre y te convida con dulce afán, Eternamente y para siempre, tierno diciendo: «Ven». Cada día te bendeciré. Y alabaré tu nombre ¡Oh cuán grata nuestra reunión! Eternamente y para siempre. cuando al fin en celestial mansión Grande es Jehová con Él estemos en comunión, Y digno de suprema alabanza, gozando eterno bien. Y su grandeza es inescrutable, Cada día te bendeciré. 2. Piensa que Él sólo puede colmar tu triste pecho de gozo y paz; SALMO 149 y porque anhela tu bienestar, Los hijos de Sión se gozan en su Rey, vuelve a decirte: «Ven». alaban su nombre con danza con panderos y arpa cantan alabanzas 3. Su voz escucha sin vacilar, cantan alabanzas a El y grato acepta lo que hoy te da. Tal vez mañana no habrá lugar; //Aleluya, aleluya, aleluya, amén.// no te detengas, ven.