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LOCURA EN EL SIGLO XVIII.

El siglo XVIII, el llamado siglo de las Luces, aquel siglo donde la Ilustración nos marca los nuevos
parametros, el siglo donde predomina la razón y se dan los avances tecnológicos más importantes, la
revolución no solo industrial, sino de pensamiento, de políticas, de cambios que demarcarán la llamada
era moderna, de Voltaire, de Robespierre, de las curas, de los decubrimientos de los males, de los
manicomios.

Es en medio de este siglo tan esplendoroso donde nace la Enciclopedia , que la medicina adquiere
otras perspectivas; se logran determinar nuevas especialidades, una de éstas es la psiquiatría; y con ella
nacen nuevos métodos para tratar aquellas enfermedades que existen desde que el hombre se llama
hombre.

Algunos de estos padecimientos, se conocían desde muchos años atrás e


incluso dos siglos antes se utilizaba el término “melancolia” para describir
una serie de padecimientos que veremos más adelante. Es en este tiempo, a
manera de crecimiento político, demográfico y social, se crean los centros
para padecimientos mentales, ya estructurados para atender
específicamente a las personas
que sufren de melancolias y a todos los segregados sociales que
por el hecho de ser diferentes terminaban en estos sitios, como
ejemplo sabemos que accedian a estos centros personas con
retraso mental, los llamados “viejos decrépitos”, personas que
presentaban algunas deformidades, entre otras.

El nombre de estos lugares es bastante conocido e incluso a


pesar de que ya han cambiado su nombre se les sigue diciendo:
Manicomios. Pero, ¿qué es, en sí, un manicomio? y ¿cuál fue la finalidad de su creación?.

Para contestar a estas interrogantes me dediqué a investigar un poco la historia de la psiquiatría y lo


que encontré fue un poco vago. No se sabe con certeza cual fue el primer lugar llamado manicomio, e
incluso se disputa el lugar de su creación; algunos afirman que fue
Inglaterra quien instaura la primera de estas instituciones, mientras
que, por su parte, los franceces aseguran que son ellos quienes crean
la primera de estas instituciones de asilo para enfermos mentales. Se
dice, también, que la creación de los manicomios se debió a los
avances científicos los cuales, como ya mencionamos, caracterizaron
a este siglo XVIII y, por ser el siglo donde predomina “la razón”
como principio fundamental, evidentemente debía tener su
contraparte, esto lo encontro en la falta de razón, es decir en “la
Locura”.

Son estos lugares donde se alojan a los enfermos mentales, que


muestran la “modernidad” de la época; un estado que se considera
moderno, debía tener un lugar dónde alojar a sus enfermos y, el
manicomio es el lugar no solo ideal, sino creado para esto, ya que al
contenerlos en dichos lugares se evita que anden vagando o bien que
puedan lastimarse o lastimar a otros. Es durante esta época que los manicomios, desde un punto de
vista objetivo, son más cárceles que centros para ayudar a enfermos mentales, lo cual tiene una
explicación simple: no se conocen, ni las enfermedades, ni mucho menos la cura o tratamiento a estos
padecimientos.

Un ejemplo sencillo del desconocimiento de la enfermedad mental para el siglo XVIII, lo encontramos
en la escritura de la época, donde se denominaba y generalizaba como “melancolía” a todos los
padecimientos, dicha melancolía es quien engloba, desde la mera depresión, hasta incluso lo que hoy
conocemos como esquizofrenia. Fue durante la primera mitad del siglo XVIII que un médico francés,
Philippe Pinel, logra clasificar los padecimientos al separar la melaconlía de otros tres fenomenos,
consiguiendo así cuatro resultados distintos:

1. La melancolía (como un delirio parcial).

2. La Manía (como una especie de delirio generalizado con agitación, esto de agitación entiéndase
como una especie de Euforia).

3. La demencia (como debilitamiento intelectual generalizado; esto lo podemos ejemplificar más


al envejecer, un ejemplo sería el padecimiento de Alzheimer).

4. La idiocia (como perturbación total de las funciones intelectuales, esto se puede entender en
aquellas personas que ya no controlan sus funciones, una especie de coma en donde el paciente
ya no se vale por el).

Tales fueron los padecimientos predominantes para el siglo XVIII, aunque en distintos sitios, aún se
englobaban en melancolía o bien en enagenación del alma, recordemos que a pesar de ser el siglo de la
ilustración, la sociedad común no sabía leer ni escribir, esto es un mal generalizado en todo el mundo, y
aunado a eso el predominio de la teología como única educación hacía creer que todo lo bueno y malo
pasaba entorno a la religión, cualquiera que fuese.

Ahora bien, ¿cómo se trataban éstos padecimientos?. Esto si es una gran variante la cual sin ser yo
psiquiatra ni especialista, ni cosa por el estilo, trataré de describir comenzando por hacer mención que
depende de la región en dónde se tratara al paciente, en muchos casos se trataba con “sangrias”, esto
por que se llegó a pensar que los padecimientos los ocacionaba la acumulación de sangre en la cabeza;
es entonces cuando se utilizaban, ya sea sanguijuelas o bien drenación de la sangre mediante una
pequeña perforación que se hacia en el ojo y así lograr bajar la sangre de la cabeza.

De tal manera se concebía la locura en el siglo XVIII, el


siglo de las luces, en donde la razón encontró su límite al , N O E R A C O M O LA CO
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enfrentarse a la locura, que incluso en fecha actual, no se SIG
LO EB
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saben los motivos o causas que la provocan ni tampoco EL
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cómo curar estos padecimientos. Esperemos y los avances


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tecnológicos no cobren muchas víctimas para poder


N D ÍA.

determinar que provoca la disfunción del cerebro y que


estos males dentro de poco sean tan fáciles de curar como
una gripe común y corriente.

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