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Reflexiones sobre la relación padres-hijos y la implantación de límites en su

comportamiento presente en muchos padres de familia. Sorprende que en mis asesorías


con ejecutivos de alto nivel el síntoma aparece de la misma manera y lo trabajamos
conjuntamente, el ejecutivo y yo, de manera exitosa con un par de seminarios personales
que los induce a reflexionar y ordenar su pensamiento. No busco cambiar nada sino solo
reflexionar sobre sus objetivos como persona importante como padre exitoso dentro de
nuestra sociedad. El éxito de una buena relación es directamente proporcional a
capacidad de relajación los padres. Solo cuando las mentes de los padres sean claras y sus
pensamientos estén organizados podrán lograr una comunicación efectiva y desatar el
potencial creativo de la relación.

 Aplique la regla “hacerlo, delegar, aplazar, soltar” para que su caja de


entrada se vacíe.
 Reevaluar objetivos y mantenerse enfocado en situaciones cambiantes.
 Planear proyectos y lograr que se despeguen.
 Superar los sentimientos de confusión, ansiedad y sentirse abrumado.
 Se siente bien acerca de lo que no estás haciendo.

Muchos padres se ven abrumados día a día por las montañas de trabajos y
deberes sin completar, ya que no saben cómo priorizar y actuar en consecuencia,
pasando ese sentimiento de culpa a sus hijos quienes no estan, en esos momentos
de enfretnar una vida con deberes sin completar.

El síntoma más representativo de una padre que piensa que fallará como tal es
negar la realidad de ver a su hijo como un ser que necesita tener limitaciones y
compromisos sociales en el mundo. Se piensa que al hacer eso los limitarán para competir
en el mundo que les ha tocado vivir. Este síntoma tiene como causa principal la falta de
confianza de los padres en si mismos. Pero eso no es lo que está mal puesto que la gran
mayoría de los padres nunca estudiaron ni son especialistas en sobre cómo educar a sus
hijos: lo único que tienen de base es su propia educación o la forma como fueron tratados
por los padres; los profesores que les enseñaron en las escuelas a las que asistieron; sus
hermanos; su religión y en muchos casos su vida social. El ser padre de familia se aprende
a lo largo de la vida ejerciendo el papel de padre y tardan mucho en darse cuenta que lo
que se está “formando” es un ser diferente.

Siempre que descubro ese síntoma y veo la angustia que causa la posibilidad de
fallar como padre comienzo preguntando: ¿Cómo sabes que lo que estás haciendo en un
determinado momento es lo que deberías estar haciendo? Y con independencia de lo que
estés haciendo, seguramente te gustaría estar más relajado y seguro de que lo que quiera
que estés haciendo en el momento es exactamente lo que tienes que estar haciendo:
mantener una distendida charla con tu hijo o hija, ir a verlo jugar con su equipo de
deportes alguna tarde o ir a verlo en tocar en la orquesta de la escuela, en vez de
permanecer en la oficina contestando los muchos cientos de correos que te han llegado y
que debería revisar. O bien que esa reunión posible con el nuevo cliente es exactamente
lo que deberías estar haciendo porque lo estás haciendo. Y prosigo con más ideas.

Aquí está la idea más importante: si uno quiere ser un padre exitoso y que sus hijos
tengan una vida llena de alegrías y libres de angustias, los padres deben estar confiados y
seguros de que lo que hacen como padres es lo correcto.

Con esta nota basada en mi propia experiencia asesorando ejecutivos que son
padres de familia, y no desde el punto de vista académico sino de reflexiones vividas, les
hago ver que existen métodos para mejorar la autoconfianza pero ¿y los principios? Por lo
que respecta a los métodos, puede que haya más de un millón, pero los principios son
pocos. El hombre que entiende los principios puede escoger eficazmente sus métodos. El
hombre que pone a prueba los métodos, ignorando los principios, seguro que tendrá
problemas. Su reacción es inmediata. Muchas veces los padres son exitosos porque las
crisis que resuelven y las oportunidades a las que sacan provecho son más grandes que los
problemas que consienten y crean en sus oficinas, hogares y clubes sociales. Pero dado el
actual ritmo de los negocios y de la vida, a menudo la ecuación está en tela de juicio. El
ayudar a los padres hablando de métodos es muy importante pero más lo será cuando los
apliquen una vez que entiendan los principios que rigen las relaciones padres hijos. Y, lo
que es aún más importante para muchos, las personas no prestan la debida atención a las
actividades de los hijos como aceptando sus preguntas sobre la vida a la hora de acostarse
o explicación de algo que vieron o escucharon durante el día por aceptar una paradoja
que la describo así: —no puedo «estar aquí y ahora» siempre y en todas partes.
Nuestra sociedad está dominada por una angustia ambiental; existe la sensación
de que en el tema de la relación padres-hijos, de algún modo, seguramente hay algo que
los padres deberían estar haciendo que no están haciendo, con lo que se les origina una
tensión para la que no hay solución y de la que no hay descanso al menos que se
desarrollen hábitos de pensamiento y entornos de relaciones que impiden que las
personas más generosas y comprometidas se agobien y fallen a causa del estrés. Lo único
que hay que proponer es que lo vean como algo fácil de hacer y de aceptar. Esto no
implica ninguna nueva habilidad por parte de los padres. Ellos ya saben cómo enfocarse,
cómo analizar, cómo decidir los resultados y las actividades y cómo revisar las opciones y
tomar decisiones. Confirmarles que muchas cosas que han estado haciendo instintiva e
intuitivamente desde el principio son correctas, y brindarles caminos para elevar esas
habilidades básicas a nuevos niveles de efectividad. Estimularlos a que se incluyan en un
nuevo conjunto de conductas que les romperán los esquemas de desconfianza. Un
pequeño seminario de un par de días es de gran ayuda y su relación padres-hijos se verá
reflejada de inmediato en el desarrollo de los niños.

Metodología
Para ayudar a los padres a aumentar sus niveles de eficiencia y contacto personal
más cercano con sus hijos de demostrar que existe un sistema de organización en el
trabajo y en la vida que favorecerá la creatividad y la eficacia en el desempeño de
las personas.
Su autor sostiene que la mente humana tiene una capacidad casi infinita para
procesar información que debe usarse en beneficio de incrementar nuestra
capacidad de trabajo y nuestro rendimiento, y que funciona mejor si se
complementa con estrategias que eliminen las tensiones y el estrés. Al concluir la
lectura, toda persona podrá crear un set de herramientas para organizarse sin que
la ansiedad tome las riendas de la situación; los proyectos y las listas de pendientes
ya no serán motivo de congoja.

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