Está en la página 1de 2

DEL NO AL SÍ

Luis Ugalde
El NO de los demócratas venezolanos a la fraudulenta y dictatorial votación del 20M ha
sido impresionante y contundente. No a la trampa inventada por el gobierno para
perpetuarse con este régimen de muerte. A pesar de la coacción, el chantaje y las
amenazas, la gran mayoría de los electores dio un no rotundo a la farsa. Incluso millones
de chavistas se negaron a la iniquidad. Maduro – luego de todas las maniobras con la
bendición del CNE - obtuvo menos el 30% de los posibles votantes. Más de la mitad del
país se abstuvo, cosa insólita en Venezuela.
¡Felicitaciones a esa resistencia silenciosa e indignada del pueblo venezolano! Venezuela
sabe que sólo un pronto cambio de Presidente y de régimen abrirá la puerta de la
esperanza y el camino de la reconstrucción.
Felicitaciones también a la Conferencia Episcopal que, desde hace varios años ha sido
valiente, clara y coherente sobre el régimen y su nefasto “plan de la patria” y desaconsejó
esta ilegítima votación. Iglesias, universidades, academias, estudiantes, trabajadores,
empresarios, partidos, vecinos y muchas más organizaciones de la sociedad civil
coincidieron y supieron mantenerse firmes en la denuncia de la farsa y reclamaron una
elección democrática de verdad. Todos ellos constituyen - aunque de manera embrionaria
y demasiado tímida- el FRENTE AMPLIO VENEZUELA LIBRE.
Venezuela necesita salir de este increíble desastre y quiere salir. Pero tenemos el reto
gigantesco de la UNIDAD con liderazgo sereno e inteligente para recorrer juntos el
camino hacia la reconciliación y reconstrucción nacional. No basta el NO rotundo (incluso
de millones de chavistas) a la trampa gubernamental. Es imprescindible el SÍ democrático
al cambio de presidente y de régimen para la recuperación de lo proclamado en el art. 2
de la Constitución “como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación,
la vida la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad
social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo
político”. La violación sistemática de este artículo nos obliga a luchar por el
restablecimiento de la Constitución (art. 333).
Sobre cambio y nuevas elecciones
El cambio es urgente y las nuevas elecciones tienen que ser democráticas y limpias. Para
ello lo más sensato y menos costoso es que Maduro, olvidándose de un “diálogo” de
mentira, renuncie para evitar mayores males y costos, y se abran decididamente
negociaciones para dar paso cuanto antes a una transición dirigida por la legítima
Asamblea Nacional. Una transición al estilo Larrazábal en 1958; ahora presidida por el civil
Presidente de la Asamblea, pero con una decidida participación de la Fuerza Armada en
esta democratización. Gobierno de transición desde ahora -antes antes de que se agrave

1
más la desesperante situación de la gente- avanzando paralelamente en tres frentes
paralelamente:
1-Apertura acelerada a la ayuda humanitaria con inmediatas medidas económico-
sociales (hiperinflación, desabastecimiento, insumos productivos…) con amplio apoyo
internacional y nacional, cuyo alivio empiece a sentirse desde el mes de junio. Hay
propuestas programáticas serias de los candidatos opositores, de diversos grupos de
estudio, de partidos, de educadores, de productores, de médicos…, cada uno en su
terreno, para salir al encuentro de este desastre.
2-Redemocratización política inmediata con liberación de los presos, regreso de exiliados,
habilitación de líderes arbitrariamente anulados y de partidos perseguidos. Eliminación de
la ilegítima Constituyente, nuevo CNE y saneamiento de las bases y condiciones
electorales, recuperación de poderes públicos legítimos con su debida autonomía, etc.
3-Convocatoria de elecciones democráticas con las condiciones debidas en la fecha más
próxima posible, que seguramente no podrá ser antes de 8 meses, en vista del desastre
que ha creado el gobierno para impedir el cambio.
Nada de esto será posible
- sin una inmensa movilización de conciencias ciudadanas expresada en los diversos
sectores y organizaciones, con presión firme, sostenida y visión de unidad;
- sin una UNIDAD superior, con líderes y partidos, humildes y capaces escuchar a la
población y de apoyar a otros distintos de sí mismos;
- sin reconciliación nacional que nos lleve a nacer de nuevo como República, sin
venganzas, pero con tribunales y justicia para quienes incurrieron en delitos que no
prescriben y con reparación de daños graves.

También podría gustarte