Está en la página 1de 14

ANÁLISIS DE LA VARIABILIDAD CULTURAL Y BIOLÓGICA DE LAS MOMIAS DE COLOMBIA: PATRIMONIO

BIOATROPOLÓGICO

M. Clemencia Vargas V., Facultad de Odontología

William Usaquén, Instituto de Genética

José V. Rodríguez C., Facultad de Ciencias Humanas

Rodrigo Fabian Calderón Muñoz., Universidad Piloto Colombia (Unidad Académica de las Ciencias de
la Educación)

Introducción

Las momias representan una parte importante de las sociedades del pasado, en tanto que en estos
cuerpos desecados, ya sea de manera natural o cultural, se conserva valiosa información sobre la
cosmovisión, las prácticas funerarias y la diferenciación social, las principales enfermedades que
padecieron, aspectos importantes sobre la dieta, la carga microbiana involucrada con el ambiente de
la época, y las relaciones genéticas en el ámbito territorial.

En el ámbito científico se han adelantado numerosas investigaciones sobre momias conservadas en


las pirámides reales de Egipto, en entornos helados de Asia (China, Corea, Japón), las conservadas en
ambientes pantanosos, el hielo y catacumbas de Europa (Alemania, Austria, Dinamarca, Holanda,
Italia), en cuevas de las Islas Canarias, Australia y Melanesia, y en la región Andina, desiertos, región
ártica y cuevas de América (Alaska, Islas Aleutianas, SW de EUA, Colombia, Perú, Chile) (Arriaza, 2003;
Aufderheide, 2003; Cockburn et al., 1998; Lynnerup, 2007; Sloan, 2010), donde se han aplicado
novedosas técnicas de genética molecular, TAC en 3D, histología, histomorfometría, osteometría,
isótopos estables, elementos traza y microbiología.

En Colombia existen momias prehispánicas en la Casa de Bolívar (cerca de 10 ejemplares,


Bucaramanga, Santander), Museo Arqueológico “Eliécer Silva Celis” de la UPTC (20 ejemplares,
Sogamoso, Boyacá), Casa Marqués de San Jorge del Banco Popular (tres ejemplares, Bogotá) y en el
Laboratorio de Antropología Física de la Universidad Nacional de Colombia (32 ejemplares, Bogotá),
provenientes de la Serranía de Perijá (Norte de Santander), Sierra Nevada del Cocuy (Boyacá), Mesa
de los Santos (Santander) y de la Sabana de Bogotá (Cundinamarca). En algunas de ellas se han
realizado estudios tendientes a la caracterización cultural de las momias (Cárdenas, 1998; Cárdenas
et al., 1997; Silva, 1944, 1945, 1946; Valverde, 2002, 2010), estudios genéticos (Casas et al., 2011), la
existencia de enfermedades infecciosas como la tuberculosis (Correal y Flórez, 1994; Romero, 1998;
Sotomayor et al., 2004), la presencia de micro organismos como Penicilum spp., Aspergillus spp.,
Acremonium spp., Curvularia spp., Rhodotorula spp., Fusarium spp., Chaetomonium spp.,
Cladosporum spp, además de hifas compatibles con ascomicetos, zigomicetos, hifas dimateáceas
levaduras, que indican un proceso de deterioro por efectos tafonómicos de las momias debido a su
almacenamiento en condiciones inapropiadas, afectadas por acción de insectos y la manipulación
invasiva por humanos (Azuero, 2010; Bello, 2010; Calderón, 2010). Recientemente se adelantó el
escaneo 3D de las momias que reposan en el Laboratorio de Antropología Física cuyo estudio dental
se encuentra en proceso (Vargas et al., 2017).

1
Los estudios biológicos de momias

Los análisis culturales y biológicos sobre momias han vinculado una amplia batería de estudios
culturales bioantropológicos, genéticos, médicos, microbiológicos, odontológicos y químicos, que
han permitido documentar aspectos tales como los procesos de momificación (naturales o
artificiales), las sustancias empleadas en el proceso de momificación, los agentes tafonómicos que
las han conservado pero también afectado, la cosmovisión (la concepción de la muerte en el pasado),
la dieta, salud-enfermedad, la demografía y sus relaciones etnogenéticas.

La tomografía computarizada (TAC) es uno de los exámenes más empleado en la valoración de


paleopatologías en restos momificados, buscando preservar la integridad de los tejidos. Para
optimizar los resultados de esta técnica hay que tener en cuenta la posición, habitualmente sedente,
de las momias, con el fin de seleccionar el tomógrafo a emplear, ya que esto puede tener
complicaciones en el momento de realizar la toma (Martínez et al., 2010; Pérez, 2017).

Así, por ejemplo, el análisis de ADN bacterial de la piel de la momia de Özi (Tirol, Austria), una momia
natural, registró Clostridium algidicarnis, indicando que los restos de la fauna cadavérica no
desaparecieron por efectos tafonómicos, por lo que se sugiere que el cuerpo fue cubierto
inicialmente por la nieve y el hielo y posteriormente desecado, tal como se ha demostrado también
para las momias de los Andes peruanos (Rollo et al., 2000).

Los estudios de ADN mitocondrial en diferentes momias han confirmado sus orígenes biológicos y su
relación con distintos grupos humanos (Casas, 2017; Casas et al., 2011, 2017; Guevara et al, 2016;
Luciani et al., 2006; Rollo et al., 2006), inclusive los linajes de los miembros reales de Egipto (Habicht
et al., 2016), la filiación europea de Özi a juzgar por su haplogrupo K1 (Rollo et al., 2006), la ubicación
intermedia entre la Amazonia y los Andes de los Chachapoya del Perú (Guevara et al., 2016).

El análisis secuencial del ADN bacterial extraído del colon y estómago de la momia del Tirol (2500
años a. C.), amplificado mediante PCR, ha detectado diferentes especies tales como Burkholderia
pickettii, típica de la flora acuática; en el colon Clostridium perfringens, C. ghonii, C. sordellii,
Eubacterium tenue, y Bacteroides sp., e inesperadamente del género Vibrio, indicando que los inicios
del Neolítico. Con la consecuente domesticación de plantas y animales, aunado al proceso de
sedentarización, contribuyeron a un incremento de la carga bacterial por vía oral-fecal (Cano et al.,
2000).

Igualmente mediante análisis genéticos, imagenológicos, iconográficos y micro biológicos se ha


podido detectar la presencia de la Mycobacterium tuberculosis en momias de Egipto (Nerlich et al.,
2007; Roberts, Buikstra, 2003; Zimmerman, 1979), Chile (Allison et al., 1973; Arriaza, 2003, 2015;
Arriaza et al., 1994), Perú (Lombardi, 1992; Watson et al., 2015) y Colombia (Correal y Flórez, 1994;
Romero, 1998; Sotomayor et al., 2004); también treponematosis, zoonosis (Dyphyllobothrium
pacificum), traumas, exostosis auditiva, espondilólisis y otras lesiones en momias Chinchorro del
norte de Chile (datadas entre 7000-1000 a. C.), que nos dan una idea de la relación de esta sociedad
con el entorno marino y los animales costeros del Pacífico (Arriaza, 2003: 128).

Por su parte, los estudios de isótopos estables han abordado el tema de la dieta de las sociedades
antiguas (proporción en el consumo de plantas C3 como los tubérculos o C4 como el maíz y afines,
entre dieta vegetal y proteínica, entre dieta terrestre o marina) y la diferenciación social en el acceso

2
a los recursos alimenticios; los elementos traza han podido documentar los orígenes geográficos de
los individuos momificados, especialmente en la discusión sobre la procedencia de las cabezas trofeo
momificadas de la cultura Wari de Perú (si eran esclavizados, prisioneros o miembros de la misma
comunidad) (Tung, 2013).

Conceptualización del estudio de momias

La momificación era un método para preservar artificialmente los cuerpos de las personas muertas.
La antigua civilización egipcia no es la única en el mundo que practicó esa costumbre, pero las momias
egipcias sí que son las más conocidas y con frecuencia, para los egiptólogos profesionales, se tiende
a mirarlas como la encarnación del Egipto antiguo y como el objeto de interés principal para quienes
lo estudian. Las momias pueden contribuir al conocimiento de varios modos, sobre todo
proporcionando información sobre temas de enfermedades y condiciones de vida de los antiguos
habitantes de un ecosistema o microclima. A todo esto, se le puede añadir la aportación que suponen
para una cronología, ayudando a establecer la edad de un prehispánico en el momento de su muerte
y, asimismo a descubrir las relaciones familiares y técnicas culturales. Al igual que muchas otras
prácticas, la momificación empezó como un resultado de la interacción del hombre con su entorno
natural. Era una tentativa por conservar un elemento del mismo con medios artificiales, cuando su
propia acción empezaba por amenazarlo. (Correal G, Flórez I. 1992; 18: 283-90).

Durante la casi totalidad del Período predinástico los enterramientos fueron muy sencillos. Los
cuerpos eran colocados en tumbas someras, excavadas al borde del desierto, cubriéndolas con arena.
En esa atmósfera seca el contacto con la arena caliente producía una deshidratación muy rápida, a
menudo antes de que los tejidos se descompusieran, de modo que los cuerpos a veces se
conservaban por medios enteramente naturales. El hecho no escapó a la atención de la gente, puesto
que de cuando en cuando y de manera ocasional se descubrían tales momias y se desarrolló la
creencia de que la preservación del cuerpo era esencial para la existencia continuada del hombre
después de la muerte. Cuando al final del período predinástico algunas de las sepulturas se
convirtieron en tumbas más amplias y se introdujeron los ataúdes, cambiaron las condiciones
naturales y muy en concreto el contacto con la arena. Y así se hizo necesario buscar unos métodos
para llevar a cabo con medios artificiales lo que la naturaleza realizaba por sí sola y sin ayuda de nadie,
ese fue el comienzo de la momificación como costumbre funeraria. Su historia es una lucha
permanente entre dos formas de abordar el problema. La primera perseguía una genuina
preservación de los cuerpos, mientras que la segunda más formalista, se concentraba en el envoltorio
y empaquetamiento de la momia. El cenit del arte de momificar se alcanzó a fines del Imperio Nuevo
y en la época que siguió inmediatamente después. A partir de entonces la decadencia fue rápida,
como si se hubiera impuesto el reconocimiento de que la empresa era imposible, prevaleciendo
entonces el aspecto puramente formalista. La momificación se llevaba a cabo en talleres anejos a la
necrópolis, que eran también los que proporcionaban la mayor parte del equipo funerario. Los
métodos variaron según las épocas y de acuerdo con las riquezas de la familia del difunto. Aunque
no existe ninguna descripción antigua detallada sobre el procedimiento, el examen de las momias
permite reconstruirlo paso a paso. (Romero, WM. 1998; 13: 99-115)

Antecedentes de la Investigación de Momias

La momificación era un método para preservar artificialmente los cuerpos de las personas muertas.
La antigua civilización egipcia no es la única en el mundo que practicó esa costumbre, pero las momias
egipcias sí que son las más conocidas y con frecuencia, para los egiptólogos profesionales, se tiende

3
a mirarlas como la encarnación del Egipto antiguo y como el objeto de interés principal para quienes
lo estudian. Las momias pueden contribuir al conocimiento de varios modos, sobre todo
proporcionando información sobre temas de enfermedades y condiciones de vida de los antiguos
habitantes de un ecosistema o microclima. A todo esto, se le puede añadir la aportación que suponen
para una cronología, ayudando a establecer la edad de un prehispánico en el momento de su muerte
y, asimismo a descubrir las relaciones familiares y técnicas culturales. Al igual que muchas otras
prácticas, la momificación empezó como un resultado de la interacción del hombre con su entorno
natural. Era una tentativa por conservar un elemento del mismo con medios artificiales, cuando su
propia acción empezaba por amenazarlo. (Correal g, Flórez I., 1992: 18: 283-90).

Durante la casi totalidad del Período predinástico los enterramientos fueron muy sencillos. Los
cuerpos eran colocados en tumbas someras, excavadas al borde del desierto, cubriéndolas con arena.
En esa atmósfera seca el contacto con la arena caliente producía una deshidratación muy rápida, a
menudo antes de que los tejidos se descompusieran, de modo que los cuerpos a veces se
conservaban por medios enteramente naturales. El hecho no escapó a la atención de la gente, puesto
que de cuando en cuando y de manera ocasional se descubrían tales momias y se desarrolló la
creencia de que la preservación del cuerpo era esencial para la existencia continuada del hombre
después de la muerte. Cuando al final del período predinástico algunas de las sepulturas se
convirtieron en tumbas más amplias y se introdujeron los ataúdes, cambiaron las condiciones
naturales y muy en concreto el contacto con la arena. Y así se hizo necesario buscar unos métodos
para llevar a cabo con medios artificiales lo que la naturaleza realizaba por sí sola y sin ayuda de nadie,
ese fue el comienzo de la momificación como costumbre funeraria. Su historia es una lucha
permanente entre dos formas de abordar el problema. La primera perseguía una genuina
preservación de los cuerpos, mientras que la segunda más formalista, se concentraba en el envoltorio
y empaquetamiento de la momia. El cenit del arte de momificar se alcanzó a fines del Imperio Nuevo
y en la época que siguió inmediatamente después. A partir de entonces la decadencia fue rápida,
como si se hubiera impuesto el reconocimiento de que la empresa era imposible, prevaleciendo
entonces el aspecto puramente formalista. La momificación se llevaba a cabo en talleres anejos a la
necrópolis, que eran también los que proporcionaban la mayor parte del equipo funerario. Los
métodos variaron según las épocas y de acuerdo con las riquezas de la familia del difunto. Aunque
no existe ninguna descripción antigua detallada sobre el procedimiento, el examen de las momias
permite reconstruirlo paso a paso. (Romero WM, 1998; 13: 99-115)

La práctica de la momificación en Colombia

Según los documentos etnohistóricos (Aguado, [1582]1956; Castellanos, [1601]1997; Gutierre de


Ovalle [1581]1983; Simón, [1625]1981), etnográficos (Reichel-Dolmatoff, 1945) y arqueológicos
(Cárdenas, 1998; Schottelius, 1946; Silva, 1945, 1946; Valverde, 2010) existen cinco regiones donde
se practicaba la momificación intencional de los cuerpos: Serranía de Perijá (Norte de Santander,
habitada por los indígenas Yuko-Yukpa (Reichel-Dolmatoff, 1945); Sierra Nevada del Cocuy (Boyacá),
habitada por los indígenas Lache (Silva, 1946); Mesa de los Santos (Santander), ocupada por los
indígenas Guane (Schottelius, 1946); Sabana de Bogotá (Cundinamarca), cuya población era el grupo
Muisca (Cárdenas, 1998); y la región del río Negro (Cundinamarca), habitada por los indígenas Colima
(Gutierre de Ovalle, [1581]1983).

En todas estas regiones, si viene es cierto que se repite el procedimiento de momificación (moqueado
sobre parrillas y ahumado durante varios días), los objetivos (preservar el espíritu y la energía de los
fallecidos), no obstante, la categoría social varía, pues mientras que para muiscas y guanes este

4
procedimiento se aplicaba a la alta jerarquía (caciques, sacerdotes, jefes), para colimas y Yuko-Yukpa
era generalizado, para toda la población sin distinción social, y esta práctica se relaciona con el nivel
de jerarquización social, pues las sociedades Guane y Muisca tenían la institución del cacique y
sacerdote dentro de cada parcialidad (capitanía), donde “[…] en algunos hay tres y cuatro y más
capitanes según la cantidad de gente; empero cacique no hay más de uno en general en cada pueblo;
este es el señor principal y a quien todos los capitanes y demás indios reconocen y están sujetos”
(Relación de Tunja, [1610]1983: 361). Entretanto, entre los coyaimas y yuko-yukpa la jefatura se daba
solamente en caso de guerra (behetría).

En los primeros (Guane, Muisca) se evisceraba el cadáver y se rellenaba de resinas, en los segundos
el cuerpo se ahumaba directamente sin vaciar los intestinos. En todos los casos las momias eran
colocadas en cuevas, donde gracias al microclima se conservaban muy bien, como en La Purnia (Mesa
de los Santos), Cerro Tocare (Perijá), los abrigos rocosos de la Sierra Nevada del Cocuy y en algunas
cuevas de Guatavita (Boyacá). En algunos los entierros eran primarios, en otros secundarios (como
en el grupo Yuko-Yukpa).

Una de las mejores descripciones corresponde a la realizada por Gerardo Reichel-Dolmatoff (1945)
en los llamados motilones (Yuko-Yukpa). Al morir una persona, el cadáver se coloca en posición de
cuclillas, se envuelve en una manta y se cose hasta conformar un paquete sólido (fardo); se elabora
una armazón de madera donde se coloca el cadáver y se ahúma a fuego lento durante tres días y
noches, acompañando el cuerpo con cantos hasta que se convierte en una momia ennegrecida, seca
y arrugada (Reichel-Dolmatoff, 1945: 32). En fardo se entierra en el centro de la vivienda del difunto,
en una tumba orientada norte-sur, con la cara hacia el occidente. Se cubre con rejas de varas y
posteriormente con tierra. Sobre la tumba se coloca temporalmente el arco y las flechas del difunto,
la piedra de moler, su mochila y si es mujer las semillas de las cuentas de collar. Después se retiran
los objetos y se deja al abandono la casa. Al cabo de dos años el pariente más cercano, generalmente
la viuda, determina el día del desentierro después de la tercera noche de luna llena. Las mujeres
preparan chicha y bollos de maíz y plátano. Los acompañantes se pintan la cara de rojo (con achiote
revuelto de miel y leche materna). El cuerpo es paseado por la aldea en andas de los más cercanos,
con llantos, música, bebidas y comidas. La viuda ejecuta un acto de suicidio simbólico. El hermano o
pariente más cercano carga la momia hasta su casa, donde la cuelga de una viga del techo. Cada tres
semanas sus familiares se turnan hasta que es finalmente transportada a un cerro alto de la Sierra
Tocare, donde es puesta junto a centenares de momias más.

Este proceso que combina el entierro primario (en la casa del difunto) y secundario (en la Sierra
Tocare), se realiza con el propósito de separar el espíritu (posicho) de la corporalidad (semino), para
que se pueda liberar y reunirse en el espacio con la gran personificación inmaterial colectiva que se
manifiesta en el viento, la lluvia y la tempestad, protectora de la sociedad.

Las momias entre los muiscas, al igual que en el Perú antiguo, jugaban un papel social y militar
importante durante las confrontaciones bélicas, pues habitualmente “[…] traían estos indios un
cuerpo muerto, mirlado y seco, puesto en otras andas entoldadas de ricas mantas […]” (Aguado,
1956, I: 266), para que les ayudase con sus buenas energías y valor. Los cadáveres de los caciques y
sacerdotes de la alta jerarquía social eran momificados, eviscerados y guardados en cuevas y el
Templo del Sol de Sogamoso, Boyacá: “[…] les sacaban las tripas e intestinos en muriendo, y con una
resina que llamaban mocoba, que se hacía de unos higuillos de leche pegajosa y otras cosas con que

5
las mezclaban, embalsamaban los cuerpos y después de llorados en sus casas seis días, los enterraban
en unas bóvedas o cuevas que tenían ya hechas para eso, envolviéndolos en mantas finas,
poniéndoles a la redonda muchos bollos de su maíz y múcuras de su chicha, sus armas, que eran las
que muchas veces hemos dicho, y en la mano un pedazo o tiradera hecha de oro, a devoción de la
que arrojó el dios Bochica desde el arco del cielo cuando hizo con ella paso a las aguas de este valle,
como dijimos” (Simón, III: 406-407).

Justificación de la investigación frente a una problemática Bioantropológica


Al encontrar cuerpos momificados, su estudio siempre comienza aplicando las técnicas de
exploración y excavación desarrolladas por la ciencia antropológica que logran un registro minucioso
del sitio y del contexto del hallazgo; los cuales podrían denominarse como herramientas físicas, que
a su vez contribuyen a datos geográficos y topográficos, sobre el clima y otros como la localización,
profundidad, posición del cuerpo, orientación y material asociado, como ofrendas; los cuales pueden
ayudar a ubicar al sujeto dentro de la vida y su comunidad.
Una vez en el laboratorio, se procede a un examen macroscópico, donde se observan y registran las
características del cadáver y se toman las fotografías necesarias. Se pueden llevar a cabo mediciones
de los huesos o detectar con ayuda de una lupa características como cicatrices, tatuajes, pintura
corporal o deterioros en el cuerpo. (Correal G., Flórez I., 1992, 18: 283-90.)
También algunas técnicas clínicas actuales como la endoscopía, con la cual se puede introducir un
instrumento óptico flexible a través de un orificio del organismo para observar órganos y tejidos
internos, cuando están presentes, detectan otras características patológicas que sufrían los
prehispánicos. Además, la imagenología, dentro de la cual la radiología es el método más empleado
para estudiar tanto restos óseos, como restos momificados, son determinantes al observar la
estructura interna del cuerpo y los cambios o lesiones que pueden atribuirse a lesiones o
traumatismos, también revelan la presencia o ausencia de órganos internos e información para
determinar sexo y edad esquelética, entre otros. (Boada AM. 1998; 3: 1-23)
Los antropólogos precisaron que la técnica más utilizada hoy en día es la tomografía axial
computarizada, que tiene la ventaja de mostrar a detalle la estructura interna del cuerpo y muestra
relaciones anatómicas precisas, a diferencia de la radiografía convencional.
La tomografía axial computarizada posibilita la estereolitografía, que permite una reconstrucción
facial o corporal tridimensional, especialmente valiosa en el caso de sujetos con un gran valor
histórico, patrimonial o forense.1 (Romero, WM. 1998, 13:99-115)
Esto explica que el estudio de momias en el mundo, se centra en la antropología tomando como
herramienta ciertas derivaciones de la medicina y los sistemas computarizados. Y así presumir las
características culturales de vida de los prehispánicos, obviando indicadores biológicos que pueden
acercarse más hacia el reto de un diagnóstico íntegro y completo sobre los ecosistemas, la dieta, los
cultos y ritos que pueden ser descritos por el metabolismo de los microorganismos que vienen
implícitos en las momias. Estos pueden estar fosilizados o no, pero se pueden determinar cómo carga
nativa o proliferante desde la época. (Calderón, RF. 2004; 101-111)
Por tal motivo la propuesta de este proyecto de investigación se basa en pruebas bioquímicas y
genéticas de las momias y de aquellos microorganismos que se encuentran involucrados con el
proceso de momificación, siendo indicadores bioecológicos de aquellas características que los
antropólogos no pueden determinar macroscópicamente; llevándolos a utilizar las técnicas

1
Romero WM. Mal de Pott en momia de la colección del museo arqueológico Marqués de San Jorge. Maguaré 1998;13:99-

115.

6
microbiológicas como herramienta bioantropológica y acercarnos científicamente un poco más allá
de la exploración, excavación y descripción de tumbas. (calderón, RF, 2010 Tesis MS.c)

Objetivo

Documentar las prácticas funerarias y las condiciones de vida de las momias de Colombia.

Objetivos específicos

1. Documentar el patrón de momificación en las sociedades prehispánicas de Colombia.


2. Analizar la variabilidad genética de las momias.
3. Documentar la salud oral.
4. Determinar una clasificación de microorganismos nativos y proliferantes, como indicadores
biológicos y ecológicos que metabólicamente determinen características antropológicas en
momias prehispánicas de Colombia.
5. Evaluar la sensibilidad o resistencia de indicadores bioecológicos frente a las condiciones
socioadaptativas y genéticas de momias prehispánicas de Colombia.
6. Implementar como innovación la técnica microbiológica dentro del proceso bioantropológico
básico en la exploración, excavación y análisis descriptivo de momias prehispánicas.
7. Elaborar un catálogo con sus principales características culturales y biológicas de cada
individuo momificado.
8. Elaborar una exposición nacional de momias.

La muestra

Está constituida por 32 momias y cabezas momificadas procedentes de la Serranía de Perijá, Sierra
Nevada del Cocuy, Mesa de los Santos y Sabana de Bogotá, entregados al Laboratorio de Antropología
Física de la Universidad Nacional de Colombia en custodia por parte del Instituto Colombiano de
Antropología e Historia (ICAN).

Metodología

Se aplicarán técnicas no invasivas e invasivas en su observación. El proceso incluye la


contextualización geográfica, arqueológica, etnohistórica y etnográfica (si existe) de las momias, su
estado de conservación, el tipo de momificación (natural, cultural), tratamiento del cuerpo (sin
eviscerar o evisceración y si es este último si fue rellenada con resinas), el tipo de material
acompañante (textiles, cabuya, cueros, cofia, calabazos, orfebrería, caracoles, instrumentos,
alfarería, alimentos, cuentas de collar, alfileres, peines, mochilas, artefactos de piedra) (Valverde,
2010: 232), tipo de análisis a que ha sido sometida.

Dentro de las técnicas no invasivas tenemos el CT en 3D y los rayos X. Para análisis microbiológico se
tomarán pequeñas muestras del colon, ano y pulmones.

Se diagnosticará el sexo, edad, estatura y la caracterización morfométrica. En el diagnóstico


osteopatológico se aplicará el diagnóstico diferencial (sopesar diversas posibilidades en la
interpretación).

7
Clasificación microbiológica a partir del proceso de momificación

Momificación natural o espontánea: se produce por factores del ambiente físico como la desecación,
efectos químicos, la ausencia de oxígeno o la congelación. Se pretende aislar microorganismos
encapsulados o esporulados resistentes a climas extremos, para indicar este tipo de momificación.

Momificación artificial o antropogénica: debida a la intervención humana, que se practica con


técnicas como la extracción de vísceras, el embalsamamiento, la plastinación o la desecación
inducida. Se insinúa aislar microorganismos organolitotróficos resistentes a los procesos químicos.

Momificación intencional: ocurre cuando determinado grupo adquiere conocimiento por experiencia
de lugares o situaciones propicias para la momificación natural y lo aplica a sus muertos con esa
intención. Donde los microorganismos a encontrar serán aquellos de ambientes normales donde su
crecimiento poblacional no se verá obstaculizados en su activación de fuente de nutrición y energía.
(mesófilos). (calderón, RF, 2010 Tesis MS.c)

Identificación microbiológica

Se tomarán muestras biológicas a los individuos momificados, con compuestos iniciadores (agua
peptonada 0,1 % y caldo tioglicolato) para realizar las técnicas de superficie, en siembras masivas y
aislamientos selectivos en (petrifilm) y así determinar densidad poblacional (Cantidad) de agentes
biológicos en los sustratos participantes en la momificación. (calderón, RF, 2010 Tesis M.Sc)

Caracterización microbiológica

De la densidad poblacional se identificarán con aislamientos selectivos y pruebas bioquímicas como


(el SENSIDENT y API E) los géneros y especies de agentes biológicos que metabólicamente
contribuyen o desfavorecen al ambiente en el procedimiento de momificación dentro de la
tafonomía. En el momento que se presenten entomológicos, artrópodos e insectos, se estudiaran
fisiológicamente por muestra directa en estereoscopios y microscopios, con ayudas de claves
taxonómicas. (calderón, RF, 2010 Tesis M.Sc)

Estudio descriptivo de características culturales de la colección de momias prehispánicas en relación a


factores biológicos

8
De las caracterizaciones biológicas encontradas en el diagnóstico, se determinará por
comportamiento metabólico los microclimas de la época, creando un historial presuntivo de las
técnicas culturales de preservación en los individuos momificados, teniendo en cuenta como
principal factor el estado de la momificación, el tipo de momificación que indicará su data, lugar, y
posible causa de muerte. Métodos: osteometría patológica, osteoscópia, patológica, combinados con
los métodos microbiológico. (calderón, RF, 2010 Tesis M.Sc).

Variables microbiológicas y genéticas a evaluar

Se va a evaluar la capacidad de proliferación de agentes microbiológicos y su metabolismo


dependiendo de la momificación y su genética, en la colección de la presente investigación, en
relación a rituales que suministren información de su entorno y características del deceso. (Método
estadístico con dos variables en curva de regresión) o un método de tallo y hoja que identifique un
número aislado o cercano respecto al microclima y la densidad microbiana vulnerable o resistente al
mismo.

Cronograma

Actividad 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Documentación X X X X
Gestión de Licencia ante el ICANH X X
TC, endoscopia X X
Análisis genético X X X X X X
Análisis dental X X X X X X
Análisis bioantropológico X X X X X X
Análisis Microbiológico y Genética X X X X X X X
Microbiana
Informes X X X X
Socialización X X X

Presupuesto

Descripción Materiales Uso Rubro total


Tomografías
Histología
Microbiología/Genética-Microbiana 44.925.800 30.300.000 75.225.800
Odontología
Bioantropología

9
Transporte y estadía
Materiales
Publicación

REACTIVOS Y MATERIALES CANTIDAD VALOR


Medio de cultivo enriquecedor SPC estándar plate count 1 frasco de 500 g 1.650.000

Caldo de cultivo enriquecedor LB Bertoni 1 frasco de 250 g 872.000

Medio de cultivo selectivo 1 (aerobios) 1 frasco de 500 g 2.690.000

Medio de cultivo selectivo 2 (anaerobios) 1 frasco de 500 g 2.290.000

Medio de cultivo selectivo 3 (psicrótrofas) 1 frasco de 500 g 2.600.000

Medio de cultivo selectivo 4 (mesófilas) 1 frasco de 500 g 1.894.000

Medio de cultivo selectivo 5 (termófilas) 1 frasco de 500 g 2.472.800

Pruebas bioquímicas API E-20 30 unidades 2.640.000

Pruebas bioquímicas cristal Gram positivas 30 unidades 4.420.000

Pruebas bioquímicas de sensibilidad antibióticos 30 unidades 3.660.000

Pruebas bioquímicas API E-50 30 unidades 2.870.000

Pruebas bioquímicas API - listeria 30 unidades 2.247.000

Petrifilm base 100 unidades 1.500.000

Petrifilm específico 100 unidades 3.200.000

Cajas de petri grandes 250 unidades 1.800.000

Cajas de petri pequeñas 100 unidades 850.000

Tubos tapa rosca 15 X 15 100 unidades 460.000

Gradillas 5 unidades 240.000

Isópos largos 1000 unidades 270.000

Asas microbiológicas 50 unidades 200.000

Erlenmeyers 250 ml 20 unidades 500.000

Erlenmeyers 500 ml 10 unidades 560.000

Probetas de 500 ml 2 unidades 1.240.000

10
Pipetas 1 ml 50 unidades 1.400.000

Pipetas 10 ml 30 unidades 1.000.000

Papelería miscelánea Para 1 persona 1.400.000

EQUIPOS USO VALOR


Cabina de flujo laminar 3 meses X 4 horas 6.000.000

Incubadoras 4 meses X 24 horas 4.000.000

Nevera 5 meses X 24 horas 1.300.000

Autoclave 5 meses X 8 horas 4.000.000

Pruebas genéticas (posible. Mini prep, electroforesis). 15 pruebas 15.000.000

TOTAL 75.225.800

Bibliografía

Aguado, Pedro. [1582]1956. Recopilación historial. Bogotá: Biblioteca de la Presidencia de la


República, Primera parte, Tomo I.
Allison M. J., D. Mendoza, A. Pezzia. 1973. Documentation of a Case of Tuberculosis in Pre-Columbian
America. Amer. Review of Respiratory Disease 107(6): 985-91.
Allison, M. J., Gerszten, E., Munizaga, J., Santoro, C., and Mendoza, D. 1981. “Tuberculosis in pre-
Columbian Andean populations.” In J. E. Buikstra, ed., Prehistoric tuberculosis in the Americas.
Evanston, Ill.: Northwestern University, 49–51.
Arriaza, Bernardo. 2003. Cultura Chinchorro. Las momias más antiguas del mundo. Santiago de Chile,
Ed. Universitaria.
Arregocés C. Paleopatología de algunos restos de una muestra esqueletal de Soacha, Cundinamarca,
con especial referencia a la tuberculosis (tesis). Bogotá: Universidad Nacional de Colombia; 1989.
Arriaza, B. 2015. Arsénico. Contaminantes naturales en la prehistoria y procesos de adaptación.
Buenos Aires, VI PAMinSA, pág. 17.
Arriaza, J. P. Ogalde, J. Chacama, V. Standen, L. Huamán, F. Villanueva, N. Aravena. 2015. Salud bucal,
subsistencia e identificación de almidón en el sarro dental de poblaciones precolombinas del Norte
de Chile. Buenos Aires, VI PAMinSA, pág. 27.
Aufderheide A. 2003. The scientific study of mummies. Cambridge: Cambridge University Press.
Beckett R. G. 2015. Application and Limitations of Endoscopy in Anthropological and Archaeological
Research. The Anatomical Record 298:1125–1134.
Boada AM. Las patologías óseas en la población de Marín. Boletín de Arqueología1988; 3:1-23.
Burgos J, Clavijo O, Fernández C. Determinación del sexo en momias empleando PCR. II Encuentro de
Medicina y Arqueología en Colombia, Santafé de Bogotá, Colombia, 1996.
Calderón, RF. Caracterización y tratamiento de microorganismos bioindicadores de contaminación y
deterioro en restos óseos humanos custodiados por el Laboratorio de Antropología Física de la

11
Universidad Nacional (Colombia). Rev Exhumar Facultad de Ciencias Humanas UN volumen 1- 2004,
pp. 101-111.
Calderón, RF. De la tafonomía a la bioantropología. Determinación de microorganismos indicadores
biocológicos en el estudio de una colección de momias prehispánicas de la Serranía del Perija
(Colombia)" Tesis de Maestría. Universidad Nacional de Colombia, 2010.
Cano R. J., F. Tiefenbrunner, M. Ubaldi, C. del Cueto, S. Luciani, T. Cox, P. Orkand, K. H. Kunzel, F.
Rollo. 2000. Sequence Analysis of Bacterial DNA in the Colon and Stomach of the Tyrolean Iceman.
Am. J. Physical Anthrop. 112: 297-309.
Cárdenas F. 1998. La momificación indígena en Colombia. Boletín Museo del Oro 25: Cárdenas F.
1998. Mummies from Colombia and other South American Areas: an archaeological context. En
Mummies, disease and ancient cultures, A. Cockburn, E.
Casas L. A. 2017. Análisis microevolutivo de la población prehispánica del norte del altiplano
Cundiboyacense a partir de ADN mitocondrial en restos óseos antiguos. Bogotá Tesis de Doctorado
en Ciencias-Biología, Universidad Nacional de Colombia.
Casas L. A, Gómez A, Briceño I, Díaz-Matallana M, Bernal JE, Rodríguez JV. 2011. High genetic diversity
on a sample of pre-Columbian bone remains from Guane territories in northwestern Colombia. Am J
Phys Anthropol 649:637–649.
Casas L. A, Romero L, Usaquen W, Zea S, Silva M, Briceño I, Gómez A, Rodríguez JV. 2017. Diversidad
del ADN mitocondrial en restos óseos prehispánicos asociados al templo del sol en los andes
orientales colombianos. Biomédica 37:1–9.
Cockburn, T. Reyman eds. Cambridge: Cambridge University Press.
Cárdenas F., C. Rodríguez, A. C. Aufderheide, E. Salazar (eds.). 1997. Momias y rituales. Secretos
funerarios de Perú y Colombia. Bogotá: Museo Nacional de Colombia.
Castellanos, Juan. [1601]1997. Elegías de varones ilustres de Indias. Bogotá: Gerardo Rivas Moreno
editor.
Cocburn A., E. Cockburn, T. A. Reyman (eds.). 1998. Mummies, Disease & Ancient Cultures.
Cambridge: Cambridge University Press.
Correal, G., I. Flórez. 1992. “Estudio de las momias guanes de la Mesa de los Santos, (Santander,
Colombia)”. Revista Academia Colombiana de Ciencias 70: 283-289.
Davies, r.g., 1989. introducción a la entomología. ed. mundi-prensa, madrid. 449 pp.
Fernández de Oviedo, G. 1959. Historia general y natural de la Indias. Biblioteca de Autores
Españoles. Madrid: Real Academia de Historia. 5 vols.
Gilbert, M. T., I. Barnes, M. J. Collins, C. Smith, J. Eklund, J. Goudsmit, H. Poinar, A. Cooper. 2005.
Long-Term survival of Ancient DNA in Egypt: Response to Zink and Nerlich (2003). Am. J. Physical
Anthrop. 128: 110-114.
Guevara, E. G., J. U. Palo, S. Guillen, A. Sajantila. 2016. mtDNA and Y-chromosomal diversity in the
Chachapoya, a population from the northeast Peruvian Andes-Amazon divide. American Journal of
Human Biology 28:857–867.
Gutierre de Ovalle. [1581]1983. Relación de la Palma de los Colimas. En Relaciones Geográficas de la
Nueva Granada (siglos XVI a XIX), V. M. Patiño ed. Cali: Cespedesia 12(45-46): 249-271.
Laitman J. T. 2015. Unwrapping the Anatomy of Mummies. The Anatomical Record 298:933–934
(2015)
Leslie S. K., N. J. Levell. 2006. Skin disease in mummies. International Journal of Dermatology
2006,45, 161–163.
Lombardi G. P. 1992. Autopsia de una Momia de la Cultura Nasca: Estudio paleopatológico.
Universidad Peruana Cayetano Heredia: Tesis para optar el título de Médico Cirujano.
Luciani, S., G. Fornaciari, O. Rickards, C. Martínez, F. Rollo. 2006. Molecular Characterization of a Pre-
Columbian Mummy and In Situ Coprolite. American Journal of Physical Anthropology 129:620–629.

12
Lynnerup, N. 2007. Mummies. Yearbook of Physical Anthropology 50:162–190.
Lynnerup N. 2015. The Thule Inuit Mummies from Greenland. The Anatomical Record 298:1001–
1006.
Martínez AF, Meléndez BF, Manrique FG. 2010. Bio-anthropology and paleopathology of the SO10-IX
Muisca mummy from Sátivanorte, Boyacá, Colombia. Colomb Médica 41(2):112–20.
Melcher, A. H., S. Holowka, M. Pharoah, P. K. Lewin. 1997. Non-invasive computed tomography and
three-dimensional reconstruction of the dentition of a 2,800-year-old egyptian mummy exhibiting
extensive dental disease. American Journal of Physical Anthropology 103:329–340.
Nerlich, A. G., Haas, C. J., Zink, A., Szeimies, U., and Hagedorn, H. G. 1997. “Molecular evidence for
tuberculosis in an ancient Egyptian mummy.” Lancet 35: 1404.
Pérez A. F. 2017. Análisis antropológico en momias prehispánicas de Colombia entregadas en
custodia a la Universidad Nacional de Colombia. Bogotá: Trabajo de Grado, Facultad de
Odontología, Universidad Nacional de Colombia.
Reichel-Dolmatoff R. 1945. Los indios motilones. Etnografía y lingüística. Revista del Instituto
Etnológico 2: 15-116.
Relación de Tunja [1610]1983. Relaciones Geográficas de la Nueva Granada (siglos XVI a XIX), V. M.
Patiño ed. Cali: Cespedesia 12(45-46): 339-372.
Roberts, C., J. Buikstra, 2003. The Bioarchaeology of tuberculosis. A global view on a reemerging
disease. University Press of Florida.
Rodríguez J. V. 2011. Los chibchas, hijos del sol, la luna y los Andes. Orígenes de su diversidad. Bogotá:
Universidad Nacional de Colombia, IDU.
Rodríguez JV. Análisis osteométrico, osteoscópico, patológico y dental de los restos óseos de Soacha.
Informe preliminar. Bogotá: Instituto Colombiano de
Antropología; 1987.
Rodríguez JV. Los chibchas: pobladores antiguos de los Andes orientales. Adaptaciones bioculturales.
Bogotá: Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la República; 1999. p.17-
47.
Rodríguez JV. Los chibchas. Adaptación y diversidad en los Andes orientales de Colombia. Bogotá:
Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia;
2001. p.9-16.
Rollo, F. L. Ermini, S. Luciani, Isolina Marota, C. Olivieri, D. Luiselli. 2006. Fine Characterization of the
Iceman’s mtDNA Haplogroup. American Journal of Physical Anthropology 130:557–564.
Rollo, F. S. Luciani, A. Canapa, I. Marota. 2000. Analysis of Bacterial DNA in Skin and Muscle of the
Tyrolean Iceman Offers New Insight Into the Mummification Process. American Journal of Physical
Anthropology 111:211–219.
Romero W. M. 1998. Mal de Pott en momia de la colección del museo arqueológico Marqués de San
Jorge. Maguaré 13:99-115.
Salo W, A. Aufderheide, J. Buikstra, TA Holcomb. 1994. Identification of Mycobacterium tuberculosis
DNA in a pre-Columbian mummy. Proc Natl Acad Sci USA 91: 2091-4.
Schottelius J. W. 1946. Arqueología de la Mesa de Los Santos. Boletín Arqueológico 2:213-225.
Schultz M. 2001. Paleohistopathology of Bone: A New Approach to the Study of Ancient Diseases.
Yearbook of Physical Anthropology 44:106–147.
Sydler C., L. Öhrström, W. RosendahL, U. Woitek, F. Rühli. 2015. CT-Based Assessment of Relative
Soft-Tissue Alteration in Different Types of Ancient Mummies. The Anatomical Record 298:1162–
1174.
Silva C., E. 1945. “Sobre antropología chibcha”. Boletín Arqueológico [Bogotá] 1(6): 531-552.
Silva C., E. 1946. “Cráneos de Chiscas”. Boletín Arqueológico [Bogotá] 2(2): 46-60.
Silva C., E. 1947. “Sobre arqueología y antropología chibcha”. Revista Universidad Nacional 8: 233-253.

13
Simón, P. [1625]1981. Noticias historiales de las conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales.
Bogotá: Biblioteca Banco Popular.
Sloan, C. 2010. Mummies. Washington: National Geographic.
Sotomayor H., J. Burgos, M. Arango. 2004. Demostración de tuberculosis en una momia prehispánica
colombiana por la ribotipificación del ADN de la Mycobacterium tuberculosis. Biomédica 24 (Supl):
18-26.
Sotomayor H., G. Correal. 2003. Las calaveras enmascaradas de las momias Yuko-Yukpa (Motilones).
Revista Academia Col. Ciencias 27(102): 5-14.
Sotomayor H., A. F. Martínez, A. M. Valverde, S. E. Bello, C. Azuero. 2010. Momias prehispánicas de
Colombia: un estudio. Bogotá: Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud.
Standen V. G. 2003. Bienes funerarios del cementerio Chinchorro Morro 1: descripción, análisis e
interpretación. Chungara Revista de Antropología Chilena 35(2): 175-207.
Standen, V. G., B. T. Arriaza. 2000. „Trauma in the Preceramic coastal popuations of northern Chile:
violence or occupational hazards“. Am. J. Physical Anthrop. 112: 239-249.
Standen V., Arriaza, B., S. Monsalve. 2015. Polidactilia y agujeros parietales gigantes en dos momias
Chinchorro del Norte de Chile. 2015. Buenos Aires, VI PAMinSA, pág. 170.
Thekkaniyila JK, Bishara SE, James MA. 2000. Dental and skeletal findings on an ancient Egyptian
mummy. Am J Orthod Dentofac Orthop 117(1):10–4.
Tung T. A. 2013. Violence, ritual, and the Wari Empire. University Press of Florida.
Valverde A. M. 2002. Análisis funcional de la momificación prehispánica, el caso del altiplano
Cundiboyacense (tesis). Bogotá: Universidad de los Andes.
Valverde A. M. 2010. Momias de los museos Casa Marqués de San Jorge y Arqueológico de Sogamoso.
En Momias prehispánicas de Colombia: un estudio, H. Sotomayor et al., eds. Bogotá: Fundación
Universitaria de Ciencias de la Salud, pp. 61-238.
Watson, L., L. Sutherland, B. Frohlich, G. Lombardi, J. Vreeland, K. Nystrom, M. A. Soliman. 2015. Una
Mirada a los fardos femeninos Chancay de la costa central de Perú: límites y potencialidades del
estudio de las reconstrucciones 3D. Buenos Aires, VI PAMinSA, pág. 139.
Zimmerman, M. R., B. Brier, R. S. Wade. 1998. Brief Communication: Twentieth-Century Replication
of an Egyptian Mummy: Implications for Paleopathology. American Journal of Physical Anthropology
107:417–420.
Zimmerman, M. R. 1979. “Pulmonary and osseous tuberculosis in an Egyptian mummy.” Bull. New
York Acad. Med. 55 (6): 604–608.

14

También podría gustarte