Está en la página 1de 12

Artículos

¡A contar cocodrilos!
Comentarios y ejercicios básicos sobre algunos
métodos para evaluar poblaciones silvestres
Fabio Germán Cupul-Magaña*

Resumen Abstract Résumé


¡A contar cocodrilos! Comenta- Counting crocodiles! Com- Comptons les crocodiles! Com-
rios y ejercicios básicos sobre ments and basics exercises mentaires et exercices basiques
algunos métodos para evaluar about some methods to assess sur certaines méthodes d’éva-
poblaciones silvestres. En la wildlife populations. In the Sixth luation des populations sau-
Sexta Reunión del Subcomité Téc- Meeting of the Technical Advisory vages de crocodiles. La 6ème
nico Consultivo para la Conser- Subcommittee for the Conserva- réunion du Sous-Comité Technique
vación y Aprovechamiento de los tion and Utilization of Crocodylia Consultatif pour la Conservation
Crocodylia en México, celebrada in Mexico, held in August 2004 in et l’Utilisation de Crocodylia au
en agosto de 2004 en la ciudad de the city of Puerto Vallarta, Jalisco, Mexique a eu lieu en août 2004 á
Puerto Vallarta, Jalisco, se discutió the importance of homogenizing Puerto Vallarta, Jalisco. Lors de
la importancia de homogenizar las techniques for assessing the number celle-ci a été discutée l’importance
técnicas de evaluación del número of crocodiles in a particular envi- de l’homogénéisation des tech-
de cocodrilos en un ambiente parti- ronment were discussed, given the niques d’évaluation du nombre de
cular, dada la variedad de procedi- variety of procedures applied. As crocodiles dans un environnement
mientos aplicados. Como parte de part of the objectives of the meeting, donné, vue la variété des procédés
los objetivos de la reunión, se pro- this work was generated to show appliqués. Ce travail présente une
dujo este trabajo que presenta una an exploration of various sampling exploration des différentes méthodes
exploración a diversos métodos de methods commonly used in Mexico usuellement employées au Mexique
muestreo comúnmente empleados and around the world to count croc- et dans le monde pour le comptage
en México y en el mundo para el odiles. It also present a statistical des crocodiles. Il présente également
conteo de cocodrilos. Asimismo, se brush up of basic concepts involved une révision des concepts basiques
realiza un repaso de conceptos bási- in the ecology of their populations. statistiques utilisés dans l’écologie
cos estadísticos involucrados en la des populations de Crocodylae.
ecología de sus poblaciones.

Palabras clave: Abundancia, Key words: Abundance, Croco- Mots clefs: Abondance, compo-
composición de tallas, Croco- dylia, density, sampling meth- sition en tailles, Crocodylae, den-
dylia, densidad, métodos de ods, size composition. sité, méthodes d’échantillonnage.
muestreo.
Ciencia y Mar 2009, XIII (38): 3-14

Introducción
cia, le es indispensable saber cuántos habitan
Una de las primeras preguntas que se plantea el ambiente en cuestión. Esta simple medición
el estudioso de los cocodrilos, tiene que ver le proporciona elementos para formularse
con la ocurrencia o no de estos reptiles dentro ideas sobre el papel que juegan dentro de sus
de ciertos ambientes naturales o artificiales. hábitats. Además, el registro de esta variable
Una vez que ha podido corroborar su presen- le permite establecer estrategias óptimas en-

* Universidad de Guadalajara, Centro Universitario de la Costa, Departamento de Ciencias Biológicas, Av. Universidad de Guadalajara 203,
Delegación Ixtapa, Puerto Vallarta, 48280, Jalisco, México. Correo electrónico: fabio_cupul@yahoo.com.mx
3
caminadas a su protección, explotación, remo- de ellos, adquieren valor sólo mediante el co-
ción o incluso su extirpación, cuatro conceptos nocimiento del problema biológico al cual se
englobados dentro de la expresión manejo de apliquen y del contexto biológico en el que se
fauna silvestre. interpreten. Por lo que es necesario hacer hin-
capié en que la consideración de los proble-
El número de cocodrilos presentes en un
mas y de los contextos, debe preceder a la de
ambiente, es una variable a la cual fácilmen-
las técnicas matemáticas.
te se le da seguimiento intermitente (regular
o irregular) en el tiempo, con el propósito de Recientemente, García-Grajales et al.
determinar cambios en algún o algunos de los (2007a) realizaron un análisis completo sobre
parámetros poblacionales (densidad; tasas de los métodos usados para estimar la abundan-
mortalidad, de fecundidad, de inmigración, cia de las poblaciones silvestres de los coco-
de emigración; abundancia; proporciones de drilos en México. Observaron que el 92.6% de
sexo y edad; estado de salud); un proceso de- los estudios emplearon el método convencio-
finido y conocido en estudios de conservación nal de conteos visuales nocturnos, mientras
como “monitoreo” (Villaseñor-Gómez & San- que en el 7.4% restante se aplicó el método de
tana 2003). captura-recaptura. La información se generó a
partir de la revisión de 27 trabajos de investi-
Hasta aquí, parece que el registro y moni-
gación (entre tesis, artículos y presentaciones
toreo del número de cocodrilos se remite a ir
en congresos).
a buscarlos y contabilizarlos. Y así lo es, sólo
que los investigadores, al elegir algún proce-
dimiento o técnica de evaluación predeter- Estadística básica
minada, pueden provocar que sus resultados
sean o no comparables con los de otro inves- La aplicación de metodologías para la cuanti-
tigador; situación que, en menor o mayor gra- ficación del número de cocodrilos, tiene como
do, posiblemente repercuta en la adecuada objetivo presentar, resumir y caracterizar la
construcción y operación de los programas de información proveniente de los muestreos de
conservación de este grupo animal. campo; con la finalidad de generar conclusio-
nes sobre ella. Dentro de estos procesos de
En la Sexta Reunión del Subcomité Técni- análisis, es indispensable el uso de conceptos
co Consultivo para la Conservación y Apro- estadísticos básicos, los cuales serán presen-
vechamiento de los Crocodylia en México, tados en esta sección como un simple repaso
celebrada en agosto de 2004 en la ciudad de de nociones generales. Las aplicaciones pre-
Puerto Vallarta, Jalisco, se discutió la impor- sentadas en este apartado provienen en parte
tancia de homogenizar las técnicas de evalua- de los textos de Sigarroa (1985), Mendenhall
ción del número de cocodrilos en un ambiente (1987), Kazmier & Díaz-Mata (1993) y Levin &
particular, dada la variedad de procedimien- Rubin (1996).
tos aplicados. Atendiendo esta inquietud, en
este trabajo se presenta un breve desglose de
los métodos más comúnmente empleados en Media o promedio
México y en el mundo para la medición de
Cuando a lo largo de una serie de muestreos se
Ciencia y Mar 2009, XIII (38): 3-14

esta variable. Sin embargo, la decisión sobre


ha reunido un conjunto de datos, es necesario
cuál método aplicar, dependerá de quienes se
condensarlos para que se revelen claramente
interesen por el manejo de estos reptiles.
las características principales del conjunto.
Antes de iniciar, es importante recordar Por ejemplo, si se tiene un grupo de conteos
lo que Begon (1989) menciona con respecto a de cocodrilos para tres meses consecutivos,
los métodos y modelos de cuantificación de digamos: 25 en septiembre, 32 en octubre y
poblaciones. Dicho autor establece que to- 30 en diciembre, será interesante el estable-
dos, por si mismos, en esencia, son estériles, cer una medida cuantitativa que represente
argumentando que los resultados obtenidos su comportamiento a lo largo de este lapso.

4 Cupul-Magaña
La medida representativa más común, deno- dar o raíz cuadrada de la varianza, ya que tie-
minada estadístico, es la media, promedio o ne las mismas unidades de medición que la
media aritmética. variable que la originó, y se le aprecia mejor
como medida de dispersión.
La media representa el centro de las ob-
servaciones del conjunto de datos o muestra. La expresión matemática de la desviación
Consiste simplemente en la suma de todas las estándar muestral es:
observaciones, divididas entre el número total:

∑x 1 ∑x 2
− nX 2
X=
n
i
=
n
∑ xi S=
i

n−1
,
,
donde X es el promedio, xi es cada una de las
donde S es la desviación estándar, n número
observaciones y n es el total de observaciones.
Para el ejemplo anterior, la media de cocodri- total de observaciones, X promedio y xi2 es el
los observados durante tres meses es: cuadrado de cada observación. En nuestro ejer-
cicio, el cálculo de la desviación estándar es:

( 25 + 30 + 32 ) = 1
X= ( 87 ) = 29 cocodrilos
{( 25) 2
+ ( 32 ) + ( 30 )
2 2
} − ( 3)( 29 ) 2
3 3
S= = 3.60 cocodrilos
3−1
Varianza y desviación estándar
Además de establecer un valor numérico como La desviación estándar es de 3.6 cocodri-
adecuado representante de un conjunto de ob- los; es decir, en promedio las observaciones
servaciones, es importante también estimar difieren 3.6 unidades del valor de la media.
su grado de representatividad. En el ejemplo La desviación estándar es un estadístico que
anterior, se obtuvo el valor de 29 como repre- nos proporciona mayor información cuando
sentante de las observaciones de cocodrilos tenemos otros valores de referencia para com-
realizadas en tres meses consecutivos (25, 32 pararla. La varianza se obtiene del cuadra-
y 30); sin embargo, ¿cómo se puede estar tan do de la desviación estándar, en este caso es:
seguro de ello? La respuesta es simple: una S2=(3.6)2=12.96 cocodrilos2; cuyas unidades, al
menor diferencia entre el promedio y los datos ser cuadráticas, no tienen representación física.
que lo generaron significa mayor representati- Generalmente, al expresar el promedio para
vidad; por el contrario, una mayor diferencia una variable, éste va seguido por sus unida-
es sinónimo de menor representatividad. des de desviación estándar: 29 ±3.6 cocodrilos,
De manera burda, la sentencia anterior en- mismo que proporciona información sobre la
globa los conceptos matemáticos de varianza dispersión y variabilidad de los registros.
y desviación estándar (en esencia equivalen-
tes). Ambos estadísticos pueden tomar va-
Error estándar de la media
lores numéricos que miden la dispersión (o
diferencia) promedio que existe entre cada En estadística suele aplicarse el término “error”
Ciencia y Mar 2009, XIII (38): 3-14

uno de los elementos de un conjunto de datos a la variación o variabilidad de los datos (que
con respecto a su media; es decir, que tan di- tan diferentes son unos de otros) obtenidos de
ferentes son entre sí. Tanto la varianza como un experimento (proceso de realizar una ob-
la desviación estándar son promedios, pero servación). Esta variabilidad ocurre por la na-
promedios de desviaciones o diferencias. La turaleza propia de las observaciones y por las
varianza no es de uso práctico (mas bien analí- condiciones físicas bajo las cuales se realiza el
tico), ya que mide la dispersión cuadrática de experimento. Por ejemplo, durante un conteo
las observaciones (no es una variable lineal). de cocodrilos, la variabilidad inherente se da
Por tal motivo, se aplica la desviación están- como resultado de los distintos tamaños que

Métodos para evaluar poblaciones silvestres de cocodrilos … 5


se pueden observar. La variabilidad debida de “Abundancia”; pero, cuando este número se
a la conducción del experimento, pueden ser expresa por unidad de área o volumen, indis-
producto de las condiciones ambientales, días cutiblemente se aplica el término “Densidad”.
de muestreo, persona encargada de la conta-
En los estudios sobre cocodrilos, el inves-
bilidad o registro, entre otros.
tigador se enfoca primeramente en conocer la
Ya se repasó el hecho de que la variabili- “densidad absoluta” de la especie dentro de
dad puede ser medida a partir de la desvia- un ambiente en particular. Son comunes las
ción estándar. Sin embargo, los estudiosos de expresiones de 2.5 cocodrilos/km, 5.6 coco-
la estadística prefieren emplear un término drilos/ha o 3.7 cocodrilos/km2. Sin embargo,
más completo para medirla: el de “error están- estos resultados se ven magnificados y ad-
dar”. A diferencia de la desviación estándar quieren una mayor valía cuando son compara-
que mide la variación como resultado de los dos con los de otras localidades (casi siempre
valores que toma una variable; el error de es- estamos interesados en sí nuestra localidad
timación o estándar, además, permite estimar contiene un mayor o menor número de indivi-
el grado de variación generado por el número duos que otra), o cuando se está interesado en
de muestras que decidimos escoger. El error el cambio de una población a través del tiem-
estándar de la media es medido como el recí- po. Al realizar este tipo de comparaciones se
proco de la desviación estándar de una media: hace uso del concepto de “densidad relativa”
(con relación con un punto de comparación).
S
SX = En estudios de densidad poblacional en
n,
cocodrilos, se puede distinguir entre densi-
donde S x es el error estándar de la media, S es dad “cruda” y densidad “ecológica”. La pri-
la desviación estándar muestral y n es el nú- mera toma en cuenta toda el área del cuerpo
mero total de muestras. Si obtenemos el error de agua en donde se realiza la investigación.
estándar para nuestro ejercicio, el resultado es: La segunda, por el contrario, excluye áreas
que no son usadas por los cocodrilos (áreas
3.60 expuestas a oleaje, de difícil acceso, con alta
Sx = = 2.08 cocodrilos
3 actividad humana, entre otras). De esta mane-
ra, para una misma superficie, se puede tener
El resultado obtenido, 2.08 cocodrilos, ade- una densidad “cruda” calculada de 6.3 ind./
más de reflejar el grado de dispersión de los km2, frente a una densidad “ecológica” de 9.6
datos con relación a la media, provee infor- ind./km2 (Schubert & Méndez 2000).
mación sobre el “error” por seleccionar tres
muestras. Lo que se busca al realizar un con-
teo de cocodrilos es reducir este “error” están- Observar y contar
dar, con un aumento adecuado en el número La forma más directa de calcular el número de
de muestreos: tan grande que no resulte tan cocodrilos que viven en un área es contarlos.
caro y tan pequeño que proporcione un resul- Por ello, resulta importante visualizarlos, lo
tado confiable. Finalmente, es posible repre- cual se dificulta durante al día al ser organis-
sentar el promedio asociado con su nivel de mos crípticos y de comportamiento elusivo y
Ciencia y Mar 2009, XIII (38): 3-14

error estándar: 29 ±2.08 cocodrilos. acechador. Sin embargo, al tratarse de orga-


nismos adaptados a condiciones de escasa luz,
sus ojos poseen en la parte posterior un tapete
Abundancia y densidad
de células (tapetum lucidum) que reflejan la
Antes de entrar en materia, es importante re- luz exterior para hacerla pasar un par de veces
cordar un par de definiciones básicas de eco- por la retina y capturar mejor las imágenes noc-
logía de poblaciones. Por una parte, cuando se turnas. Esta característica facilita ubicación, ya
hace referencia al número de individuos den- que al dirigir el haz de luz de una lámpara a
tro de un área determinada, se está hablando sus ojos (hasta una distancia de 200 m), estos

6 Cupul-Magaña
despedirán un reflejo color naranja-rojizo que mutuamente excluyentes, con la idea de sim-
delatará su ubicación (Chabreck 1966) y per- plificar el cúmulo de datos con los que cuen-
mitirá inferir el tamaño relativo del individuo. tan y para que estos sean útiles. La primera
considera de cinco hasta siete grupos o clases
Además de contarlos, resulta indispensable
de talla o edad, de acuerdo con la longitud
establecer el tamaño relativo de los ejemplares
total del cuerpo: Clase I, menores de 60 cm;
para conocer la estructura de tallas o clases de
Clase II, de 60 a 120 cm; Clase III, de 120 a 180;
edad de la población bajo estudio. Esta infor-
Clase IV, de 180 a 240 cm; Clase V, de 240 a
mación es indispensable para entender la diná-
300 cm (algunos investigadores toman sólo
mica de la población y resolver preguntas tales
hasta la Clase V y establecen su intervalo de
como: ¿cuántas crías son reclutadas?, ¿existe
240 cm y mayores); Clase VI, de 300 a 360 cm;
dispersión o inmigración?, ¿la proporción de
y Clase VII, de 360 a 420 cm.
reproductores es la adecuada?, entre otras.
La segunda sólo toma en cuenta tres gru-
Las relaciones alométricas en los animales
pos o clases: juveniles, menores de 120 cm;
son de utilidad para estimar su tamaño cor-
subadultos, de 120 a 200 cm y adultos, ma-
poral en relación con otras partes del cuerpo.
yores de 200 cm. Cuando los cocodrilos son
Es frecuente que en los conteos nocturnos sólo
observados, mas no se cuenta con el tiempo
se puedan visualizar los ojos o las cabezas de
suficiente para asignarlos a alguna clase de ta-
los cocodrilos. Afortunadamente, con la sola
maño porque se sumergieron, simplemente se
observación de esta fracción del cuerpo, es
contabilizan y se les agrupa en una clase apar-
posible estimar el tamaño de los ejemplares
te si se desea.
(Verdade 2000). Chabreck (1966) sugirió que
la distancia entre los brillantes ojos del caimán Ambas variantes utilizadas para la cons-
americano (Alligator mississippiensis) es pro- trucción de clases de talla en cocodrilos, se
porcional a la longitud total del cuerpo. Para fundamentan en la idea básica que Petersen
lograrlo, el investigador deberá estar familia- (1892, In: Sparre & Venema 1997) desarrolló
rizado con los diversos tamaños de los coco- para un especie de pez de Dinamarca. Peter-
drilos y la relación que guardan con el espacio sen construyó sus clases como respuesta a un
entre sus ojos; factor básico para reducir al mí- fenómeno fisiológico: la edad. Así, su clase I,
nimo el sesgo en la estimación. menos de 5 pulgadas, correspondía a los na-
cidos en el año actual o edad 0+; la Clase II,
Para realizar los conteos y evaluar la abun-
de 5 a 8 pulgadas, correspondía a los nacidos
dancia y densidad, los investigadores general-
un año anterior o edad 1+; y los Clase III, 9 y
mente se montan en embarcaciones y recorren
más pulgadas, nacidos dos años antes o más
distancias establecidas a remo o con motor
o edad 2+.
fuera de borda. Siempre se intenta realizar los
recorridos con un ritmo y tiempo determina- Una agrupación por clases, tal como lo
do y con condiciones lunares y de marea simi- sugiere Petersen, puede construirse para los
lares. También es posible realizar muestreos cocodrilos si tenemos la oportunidad de cap-
diurnos aéreos o en embarcaciones, sólo que turar y medir el mayor número posible de
presentan un mayor número de inconvenien- ejemplares de todas las tallas representadas
Ciencia y Mar 2009, XIII (38): 3-14

tes (O’Brien 1990). y asignarles una edad cronológica (frecuente-


mente la edad se asigna a partir de modelos
de crecimiento construidos específicamente
Composición por tallas
para el área en cuestión). En la mayoría de
Tradicionalmente, los investigadores que tra- las investigaciones, las tallas se aproximan
bajan con el cocodrilo de río en México, Cro- visualmente durante los conteos nocturnos y
codylus acutus (Cuvier, 1807), han optado por no se tiene la oportunidad de capturar a los
emplear dos variantes al momento de agrupar ejemplares para medirlos físicamente, con lo
y separar sus observaciones en clases de talla que se añade error al análisis.

Métodos para evaluar poblaciones silvestres de cocodrilos … 7


La formación de clases de tamaño de los sentan la fracción que ha sobrevivido la etapa
cocodrilos en ambos procedimientos cocodri- crítica de los primeros años y los que en un fu-
leros, parece que no fue concebida para agru- turo formarán parte del “stock” reproductivo;
par individuos de una clase específica de edad en su número se pueden ver reflejados pro-
o cohorte. Por ejemplo, se esperaría que la cesos de depredación, dispersión, condiciones
Clase I (menores de 60 cm), del primer proce- fisicoquímicas y meteorológicas ambientales
dimiento, sólo agrupara a aquellos individuos favorables o desfavorables, disponibilidad de
de edad 0+ o nacidos durante ese año en par- alimento, perturbación ambiental y de la po-
ticular. Sin embargo, en mi experiencia con C. blación, entre otros. Los juveniles, menores a
acutus, he observado que estos logran alcanzar 120 cm, incluye a aquellos individuos que se
hasta 71 cm de talla durante su primer año de están incorporando a la población y nos puede
vida (Cupul-Magaña et al. 2004); situación que informar sobre las capacidades reproductivas
nos llevaría a incluir en un conteo a organis- de la población en una localidad específica. La
mos de este tamaño en la Clase II (60-120 cm). división de la población en tres grupos, tam-
Lo anterior, puede causar una subestimación bién se justifica por el uso particular que cada
para la Clase I y sobreestimación de la Clase uno de los grupos hace del hábitat (Schubert
II. En este procedimiento, cada clase tiene un & Méndez 2000).
intervalo de 60 cm, lo que corresponde a la
La Figura 1 es un ejemplo simple de la es-
suma consecutiva del tamaño mínimo pro-
tructura de tallas para la población de C. acutus
medio que los cocodrilos alcanzan durante en
en Boca Negra, Jalisco, para el día 13 de enero
su primer año, más que al resultado de algún
del 2004, construida a partir de datos de con-
proceso fisiológico observado en la especie.
teos nocturnos. Esta misma gráfica puede ser
Lo mismo sucede para la Clase III. Ésta construida expresando los valores originales
agrupa observaciones entre 180 y 240 cm, lo en promedios de varios días o meses, o en pro-
que de acuerdo con el modelo de edad-talla porciones o porcentaje del total de observacio-
para C. acutus (Cupul-Magaña 2002), corres- nes: Total= 45 (100%), juveniles= 35 (77.78%),
ponde a ejemplares con edades entre 8.73 a subadultos= 4 (8.89%) y adultos= 6 (13.33%).
13.21 años. Otra cuestión interesante es que
Como nota final de esta sección, es im-
esta clase en particular, congrega cocodrilos
portante recordar que la anterior discusión
maduros (mayores de 200 cm) e inmaduros
es válida para el cocodrilo de río, por lo que
(menores de 200 cm) sexualmente (Cifuentes
se requiere trabajar en establecer los grupos
& Cupul 2004), lo que impediría diferenciar a
o clases mas adecuados para las otras dos
los miembros de la fracción con potencial re-
especies mexicanas: el caimán (Caiman croco-
productor dentro de la población. Es decir, el
dilus chiapasius Boucurt, 1876) y el cocodrilo
empleo de cinco o más clases impide ver cla-
de pantano (Crocodylus moreletii Duméril &
ramente algunas de las características de los
Bibron, 1851).
datos que se han recogido.
Aunque en el segundo procedimiento las
clases de talla también incluyen una amplia Métodos de muestreo
gama de edades, éstas responden más satis- Bayliss (1987) expresa que los estudios pobla-
Ciencia y Mar 2009, XIII (38): 3-14

factoriamente a lo que queremos observar cionales de cocodrilos persiguen dos objeti-


de los datos: la estructura de la población, ya vos principales: 1) Determinar la distribución
que estos tres grupos (juveniles, subadultos y y abundancia (dónde están los animales y
adultos) describen un atributo cualitativo de cuántos hay) y 2) Monitorear los cambios en
los datos que los generaron. Los adultos de abundancia y distribución (si la población se
200 cm y mayores representan la potencial incrementa, disminuye o se encuentra esta-
fracción reproductiva de la población para dar ble). Como se puede observar, el estudio del
continuidad a la especie en la región en cues- crecimiento, evolución y mantenimiento de
tión. Los subadultos, de 120 a 200 cm, repre- las poblaciones de fauna silvestre depende

8 Cupul-Magaña
crucialmente de estimaciones del tamaño de
las mismas (Schaeffer et al. 1987). Algunos
métodos para el cálculo de tales tamaños de
población, se exponen a continuación.

Método de Messel et al. (1981)


Consiste en realizar conteos nocturnos de co-
codrilos. El método supone que los ejemplares
observados representan la fracción visible de
la población, ya que existe cierto número que Figura 1. Estructura de tallas para la población de C.
no fue posible observar porque se sumergie- acutus en Boca Negra, Jalisco, para el día 13 de enero
ron antes de que el haz de luz hiciera contac- del 2004
to con sus ojos, no se encontraban dentro del
área de recorrido muestral o porque se ocul-
taron entre la vegetación (Schubert & Méndez
2000, Escobedo-Galván 2003, Cherkiss et al. Ahora, los datos son sustituidos en la ecua-
2006). La fracción visible puede ser calculada ción anterior y se obtiene:
con la siguiente fórmula: 48
p= = 0.6952 = 69.52%
m ( 2 ( 8.88 ) + 48 ) 1.05
p=
( 2s + m ) 1.05 , El resultado índica que la fracción visible
de la población para el estero Boca Negra en el
donde p es el porcentaje de la población ob- periodo de enero a abril de 2004 es de 69.52%.
servada durante un muestreo promedio, m es Es importante recordar que este modelo se
un valor promedio de número de cocodrilos basa en una distribución normal de frecuen-
observados y s es la desviación estándar. cias (campana de Gauss), razón por la cual se
Para obtener el porcentaje de la población supone normalidad en los datos de conteo de
observada, se requiere un valor promedio del cocodrilos (Fig. 2).
número de cocodrilos observados durante los Una vez calculada la fracción visible, es
muestreos. Es decir, para obtener este valor posible obtener el tamaño de la población (N)
promedio, se requiere al menos realizar un con un límite de confianza del 95%, de acuerdo
par de muestreos. Por ejemplo, los resultados con la siguiente ecuación (Messel et al. 1981):
de tres muestreos realizados en el 2004 para C.
acutus en el estero Boca Negra, Jalisco son, el 1

m 1.96 ( s ) 
2

13 de enero: 45 cocodrilos, el 17 de marzo: 58 N= ±


cocodrilos, y el 10 de abril: 41 cocodrilos p p

El promedio y la desviación estándar para


estos datos son: m= 48 y s= 8.88. Siempre será
Ciencia y Mar 2009, XIII (38): 3-14

mucho mejor el realizar el mayor número de


muestreos posible para reducir el valor de la
desviación estándar y obtener mayor exacti-
tud en nuestros resultados. Asimismo, de ma-
nera empírica, una menor variabilidad entre
los registros obtenidos de conteos en campo,
indica una mayor homogeneidad en los resul-
tados, reflejo de que estamos contabilizando la
fracción visible de la población sin tanto sesgo.
Figura 2. Distribución normal de frecuencias.

Métodos para evaluar poblaciones silvestres de cocodrilos … 9


Al sustituir los resultados obtenidos del dos por sus marcas colocadas previamente. Se
ejercicio anterior, tenemos: espera que dentro de una población grande, el
número de cocodrilos recuperados con marca
1
1.96 ( 8.88 )  sea pequeño; pero, si la población es pequeña,
2
48
N= ± = 69.04 ± 6.00 cocodrilos,
0.6952 0.6952 encontraremos en la segunda muestra un ma-
yor número de ejemplares marcados del pri-
mer muestreo (Brower & Zar 1979).
ó 63.04 ≤ N ≤ 75.04 cocodrilos
Si lo anterior es correcto, la población total
puede ser estimada de la siguiente manera:
El resultado obtenido indica que la pobla-
ción de cocodrilos para el estero Boca Negra,
N=
( M )( n )
Jalisco, durante el periodo de enero a abril de R
2004, oscila entre 63 y 75 ejemplares. Este mis-
mo procedimiento puede ser aplicado para donde N es el total de la población, M es la
obtener el tamaño de la población por clases muestra de individuos marcados durante el
(Tabla I). primer muestreo y liberados posteriormente,
n es el número total de individuos recolecta-
Este procedimiento fue aplicado con bastan-
dos durante el segundo muestreo (tanto mar-
te éxito por Thorbjarnarson et al. (2000), para
cados como no marcados), y R es el número
cuantificar el estatus de C. porosus en Myan-
de ejemplares recapturados en la segunda
mar, donde realizaron un par de recorridos
muestra (los que ya estaban marcados).
durante el mes de enero de 1999, y de ahí deri-
varon recomendaciones de conservación de la Como ejemplo, se presentan los datos para
especie para las autoridades de la entidad. el grupo de los neonatos del estero Boca Ne-
gra, Jalisco, para los meses de junio y julio de
2003. El 27 de junio se capturan y marcan 17
Modelos de captura-recaptura o de neonatos. Siete días después, en un segundo
marca-recaptura muestreo, se recolectan nueve ejemplares, de
Estos son de los métodos más populares para los cuales seis fueron recapturas y tres fueron
evaluar el tamaño de una población. Consiste nuevas capturas. De acuerdo con estos datos,
en la captura de individuos de una población la población de neonatos estimada es:
de interés, los cuales son marcados (en co-
codrilos se utiliza la amputación de escamas N=
( 17 )( 9 ) = 25.5
cocodrilos
caudales, la colocación de etiquetas de plás- 6
tico o la aplicación de clips metálicos) y libe-
rados posteriormente. Después de un corto El resultado obtenido se encuentra limita-
periodo (días o semanas), se obtiene una se- do por cuatro supuestos: 1) Ningún cocodri-
gunda muestra de la población. Algunos de lo nace o migra hacia el área de estudio; 2) La
los elementos de esta muestra son identifica- misma tasa de animales marcados y no marca-
Ciencia y Mar 2009, XIII (38): 3-14

Tabla I. Tamaño de la población por clases de la población de cocodrilos para el estero Boca Negra, Jalisco.

Clases 13 enero 17 marzo 10 abril m s p N


Juvenil 35 49 31 38.33 9.45 0.6378 60.09 ±6.74
Subadulto 4 3 3 3.33 0.57 0.7130 4.67 ±1.48
Adulto 6 6 7 6.33 0.57 0.7653 8.27 ±1.38
Total 45 58 41

10 Cupul-Magaña
dos mueren o salen del área de estudio; 3) La la ocasión i. Con información ficticia se puede
probabilidad de captura es igual para todos los ilustrar la aplicación del modelo (Tabla II):
animales; y 4) No se pierde ninguna marca. El
error estándar se estima de la siguiente forma: ∑ M n = 1, 247, 431
2
i i ,

∑ M n = 13, 399 ,
i i
( M )( n )( M − R )( n − R )
SE = ∑ m = 66 , i i
R3
m  2

al sustituir los datos tenemos: ∑ n  = 29.82 ,


i

 i 

SE =
( 17 )( 9 )( 17 − 6 )( 9 − 6 ) = 4.83 al sustituir los datos en la ecuación, se tiene:
cocodrilos
(6)
3

1, 247, 431
N= = 205.00 animales
6,085
Modelo de Schumacher
El error estándar para la estimación
Generalmente se tiene más de una serie de del tamaño poblacional, se obtiene de acuerdo
muestreos en donde se realiza la captura, con la siguiente ecuación (j es el número total
marcaje y liberación. Para estos casos es posi- de muestreos):
ble emplear el modelo Schumacher o de Peter-
son (Schubert & Méndez 2000); aunque existe
 m2  ( ∑ Mimi )
2

una gran variedad que se pueden aplicar de ∑  n i  − (M2n )


acuerdo a las condiciones de muestreo. A con- 1  i  ∑ i i
Var   =
tinuación se describe el primero: N ( j − 2 ) ∑ ( M i2 n i )
,
N=
∑ M i2 n i al sustituir los datos correspondientes se tiene:
∑M m i i

( 6,085 )
2
donde N es el tamaño de la población, Mi es el 29.82 −
número total de animales marcados en la po- 1 1, 247, 431
Var   = = 0.000191484
blación inmediatamente anterior a la captura N ( 5 − 2 )( 1, 247, 431)
número i, ni es el número de animales captu-
rados en la ocasión i, y mi es el número de ani- Este error estándar es el inverso del tama-
males marcados previamente y capturados en ño de la población (1/N). Además, para obte-

Tabla II. Datos ficticios para realizar el ejercicio con el modelo de Schumacher.

Animales
Animales
Tamaño marcados
Ciencia y Mar 2009, XIII (38): 3-14

marcados
Muestreo de Animales en la 2 2 2 2
por Mi M i ni M i mi M i ni mi mi /ni
(i) muestra capturados población
primera
(ni) inmediata
vez
anterior
1 40 --- 40 --- --- --- --- --- --- ---
2 44 9 35 40 1,600 70,400 360 1,760 81 1.84
3 38 14 24 75 5,625 213,750 1,050 2,850 196 5.15
4 46 24 22 99 9,801 450,846 2,376 4,554 576 12.52
5 35 19 16 121 14,641 512,435 2,299 4,235 361 10.31

Métodos para evaluar poblaciones silvestres de cocodrilos … 11


ner los límites de confianza de la estimación Modelo de estimador geométrico de
poblacional con un 95% de confianza, asigna- capturas-recapturas
mos un valor crítico de t de 2.776 con cuatro
Supone que no hay nacimientos durante el
grados de libertad (j-1). Con esto tenemos que
año posterior a la etapa reproductiva; que no
los límites son:
ocurren migraciones; los animales marcados y
1 1 no marcados mueren y dejan el área de estu-
lim sup = + ( 2.776 )( 0.000191484 ) = 0.005409607 , dio a la misma velocidad; que no se pierden
N 205
las marcas y no asume igualdad de captura
1 (Edwards & Eberhardt 1967, Eberhardt 1969).
lim sup N = = 184.85 animales, y
0.005409607 El modelo es el siguiente:
1 1 N= Σ nx / q,
lim inf = − ( 2.776 )( 0.000191484 ) = 0.004346489 ,
N 205
q= 1-p,
1
lim inf N = = 230.07 animales p= (Σ nx / Σ xnx)
0.004346489
Lo anterior indica que el valor estimado donde la Σ xnx es el número total de capturas,
de la población oscila entre 184.85 y 230.07 Σ nx es el número total de animales manipu-
animales. lados, N es la estimación de la población y q=
1-p es el parámetro estimado de la distribu-
ción geométrica.
Modelo de Peterson Si durante un estudio de campo de varios
Para estimar el tamaño de la población de meses se manipulan 150 ejemplares (captura-
acuerdo con el modelo de Peterson, se aplica dos) y se capturan 46 (recapturados), entonces
la siguiente ecuación: p será igual a 0.30 por dividir los recapturados
entre los capturados. Si este valor de 0.30 lo
N=
∑ Mn i i
, restamos a uno, entonces tenemos el valor de q
(∑ m ) + 1i
igual a 0.70. Para estimar la población, se divi-
de el total de animales capturados (150) entre
sustituyendo los datos de la tabla anterior, se p (0.70) y se tiene que es de 214 animales. Lo
tiene: mejor es trabajar estas estimaciones por grupo
o clase de edad. Asimismo, es posible, estimar
13, 399
N= = 199.98 animales el ajuste de estos valores a los reales a través
( 66 ) + 1 de pruebas estadísticas de bondad de ajuste.
Se considera un modelo realista para estimar
El error estándar para la estimación pobla- la abundancia (García-Grajales et al. 2007b).
cional por el método de Peterson se obtiene de
la siguiente manera:
Método del valor máximo del número de
1 2 6 individuos observados
SE = N + +
∑ m i + 1 ( ∑ m i + 1 ) ( ∑ m i + 1 )3 ,
Ciencia y Mar 2009, XIII (38): 3-14

2
Este es un método simple de aplicar y no se
encuentra relacionado con el tipo de distribu-
sustituyendo se tiene: ción de probabilidad que asuma la fracción
visible de la población (ya sea normal o bino-
1 2 6
SE = 199.98 + + = 24.80 animales mial). El método fue propuesto por King &
66 + 1 ( 66 + 1 )2 ( 66 + 1 )3
Messel (In: Cerrato 1991), y consiste en dividir
el valor promedio de individuos observados
El total de animales observados es de entre el número máximo de individuos obser-
199.98±24.80 ó 175.18≤N≤224.78. vado durante todo el estudio.

12 Cupul-Magaña
Por ejemplo, en una salida al campo, mues- Referencias
treo o recorrido, se realiza el conteo de todos
Bayliss, P. 1987. Survey methods and monitoring within
los cocodrilos observados (si se desea, este crocodile management programmes. Pp: 157-175, In:
análisis se puede operar por clases). Digamos Webb, G.J.W., S.C. Manolis & P.J. Whitehead (eds.),
que se realizaron cinco muestreos (los mues- Wildlife management: crocodiles and alligators. Su-
treos se realizan en horas o días diferentes y rrey Beatty and Sons, Australia.
bajo condiciones similares), de cada uno se Begon, M. 1989. Ecología animal: modelos de cuantifica-
tendrá el conteo total de cocodrilos avistados. ción de poblaciones. Trillas, México, 134 pp.
Los resultados fueron muestreo 1 (20 cocodri- Brower, J.E. & J.H. Zar. 1979. Field and laboratory me-
los), muestreo 2 (18), muestreo 3 (25), mues- thods for general ecology. WM.C. Brown Company
treo 4 (15), muestreo 5 (10). Primero se obtiene Publishers, Dubuque, Iowa, Estados Unidos, 194 pp.
el promedio o media de las observaciones Cerrato, C. 1991. Composición y tamaño de poblaciones
para los cinco muestreos: silvestres de caimanes (Caiman crocodilus chiapasius)
y cocodrilos (Crocodylus acutus) de la costa del Cari-
88 be de Honduras, Centro América. Tesis de Maestría,
X= = 17.6 cocodrilos Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica.
5
Chabreck, R.H. 1966. Methods of determining the size
and composition of alligator populations in Louisia-
ahora, de todos los registros, se selecciona el na. Proc. SE. Assoc. Game Fish Comm. 20: 105-112.
mayor o valor máximo: 25. Para obtener el
Cherkiss, M.S., F.J. Mazzotti & K.G. Rice. 2006. Effects
valor de la proporción o fracción visible ob- of shoreline vegetation on visibility of american cro-
servada (p), se divide el promedio X entre el codiles (Crocodylus acutus) during spotlight surveys.
valor máximo: Herpetology Review 37(1): 37-40.

17.6 Cifuentes, J.L. & F.G. Cupul. 2004. ¿Los terribles cocodri-
p= = 0.704 = 70.4% los? Fondo de Cultura Económica, México, 136 pp.
25
Cupul-Magaña, F.G. 2002. Edad del cocodrilo de río,
El resultado indica que el valor máximo Crocodylus acutus, usando el modelo de von Berta-
lanffy. Bol. Soc. Herpetol. Mex. 10(2): 47-50.
observado, 25, representa el 70.4% de la po-
blación total; misma que se puede estimar Cupul-Magaña, F.G, A. Rubio-Delgado & A. Reyes-Juá-
(por una simple regla de tres) en aproximada- rez. 2004. Crecimiento en talla y peso del cocodrilo
americano (Crocodylus acutus) durante su primer año
mente 35.41 cocodrilos. de vida. Rev. Esp. Herp. 18: 55-61.
En estudios de campo, se ha observado la Eberhardt, L.L. 1969. Population estimates from recap-
no existencia de diferencias significativas en- ture frequencies. J. Wildl. Manage. 33(1): 29-39.
tre los valores poblaciones obtenidos a par- Edwards, W.R. & L. Eberhardt. 1967. Estimating cotton-
tir del método de Messel et al. (1981) y el de tail abundance from livetrapping data. J. Wildl. Ma-
King & Messel (In: Cerrato 1991). Como con- nage. 31(1): 87-96.
sideración final, es importante recalcar que Escobedo-Galván, A.H. 2003. Períodos de actividad
la selección de algún método en particular se y efecto de las variables ambientales en cocodrilos
encontrará en función de las condiciones de (Crocodylus acutus Cuvier 1807): evaluando los méto-
dos de determinación de la fracción visible. Ecología
tiempo, dinero y esfuerzo que se quieran o Aplicada 2(1): 136-140.
puedan invertir.
Ciencia y Mar 2009, XIII (38): 3-14

García-Grajales, J., A. Buenrostro-Silva & A.H. Escobe-


do-Galván. 2007a. Análisis de los métodos usados
para estimar la abundancia de las poblaciones silves-
Agradecimientos tres de cocodrilianos (Crocodylia) en México. Cien-
cia y Mar 11(31): 23-32.
Se agradecen los comentarios y sugerencias de
Rogelio Cedeño Vázquez (Inst. Tec. de Che- García-Grajales, J., G. Aguirre-León & A. Contreras-Her-
nández. 2007b. Tamaño y estructura poblacional de
tumal, Quintana Roo) y de dos árbitros anó- Crocodylus acutus (Cuvier, 1807) (Reptilia: Crocodyli-
nimos. Asimismo, a Amélie Dutoit (UMAR, dae) en el estero La Ventanilla, Oaxaca, México. Acta
Huatulco) quien tradujo el resumen al francés. Zoologica Mexicana 23(1): 53-71.

Métodos para evaluar poblaciones silvestres de cocodrilos … 13


Kazmier, L. & A. Díaz-Mata. 1993. Estadística aplicada Sigarroa, A. 1985. Biometría y diseño experimental. Par-
a la administración y a la economía. McGraw-Hill, tes 1 y 2. Editorial Pueblo y Educación, Cuba, 593 pp.
México, 520 pp.
Sparre, P. & S.C. Venema. 1997. Introducción a la eva-
Levin, R.I. & D.S. Rubin. 1996. Estadística para adminis- luación de recursos pesqueros tropicales. Parte 1:
tradores. Prentice-Hall, México, 1018 pp. Manual. Documento Técnico de Pesca, FAO 306/1,
Rev. 2. Roma.
Mendenhall, W. 1987. Introducción a la probabilidad y
estadística. Grupo Editorial Iberoamérica, México, Thorbjarnarson, J., S.G. Platt & U.S.T. Khaing. 2000. A
626 pp. population survey of the estuarine crocodile in the
Ayeyarwady Delta, Myanmar. Oryx 34(4): 317-324.
Messel, H., G.C. Vorlicek, A.G. Wells & W.J. Green. 1981.
Surveys of tidal river systems in Northern Territory Verdade, L.M. 2000. Regression equations between
of Australia and their crocodile populations. Mono- body and head measurements in the broad-snouted
graph 1. Pergamon Press. Sydney. caiman (Caiman latirostris). Rev. Brasil. Biol. 60(3):
469-482.
O’Brien, T.G. 1990. A comparison of 3 survey methods
for estimating relative abundance of rare crocodi- Villaseñor-Gómez, J.F. & E. Santana. 2003. El monitoreo
lians. Pp: 91-108, In Crocodiles. Proceedings of the de poblaciones: herramienta necesaria para la con-
10th Working Meeting of the Crocodile Specialist servación de aves en México. Pp: 224-262, In: Gómez
Group, IUCN. The World Conservation Union. de Silva, H. & A. Oliveras de Ita (eds.), Conserva-
Gland, Suiza. ción de las aves: experiencias en México. CIPAMEX,
México.
Scheaffer, R.L., W. Mendenhall & L. Ott. 1987. Elementos
de muestreo. Grupo Editorial Iberoamérica, México.
Schubert, A. & H. Méndez. 2000. Métodos para estimar
el tamaño de la población del cocodrilo americano
(Crocodylus acutus) en el Lago Enriquillo, República
Dominicana. Pp: 372-381, In: Crocodiles. Procee-
dings of the 15th Working Meeting of the Crocodile
Recibido: 1° de julio de 2008.
Specialist Group, IUCN. The World Conservation
Union, Gland, Suiza y Cambridge, Reino Unido. Aceptado: 15 de diciembre de 2009.
Ciencia y Mar 2009, XIII (38): 3-14

14 Cupul-Magaña

También podría gustarte