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Cupul Magaña 2009
Cupul Magaña 2009
¡A contar cocodrilos!
Comentarios y ejercicios básicos sobre algunos
métodos para evaluar poblaciones silvestres
Fabio Germán Cupul-Magaña*
Palabras clave: Abundancia, Key words: Abundance, Croco- Mots clefs: Abondance, compo-
composición de tallas, Croco- dylia, density, sampling meth- sition en tailles, Crocodylae, den-
dylia, densidad, métodos de ods, size composition. sité, méthodes d’échantillonnage.
muestreo.
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Introducción
cia, le es indispensable saber cuántos habitan
Una de las primeras preguntas que se plantea el ambiente en cuestión. Esta simple medición
el estudioso de los cocodrilos, tiene que ver le proporciona elementos para formularse
con la ocurrencia o no de estos reptiles dentro ideas sobre el papel que juegan dentro de sus
de ciertos ambientes naturales o artificiales. hábitats. Además, el registro de esta variable
Una vez que ha podido corroborar su presen- le permite establecer estrategias óptimas en-
* Universidad de Guadalajara, Centro Universitario de la Costa, Departamento de Ciencias Biológicas, Av. Universidad de Guadalajara 203,
Delegación Ixtapa, Puerto Vallarta, 48280, Jalisco, México. Correo electrónico: fabio_cupul@yahoo.com.mx
3
caminadas a su protección, explotación, remo- de ellos, adquieren valor sólo mediante el co-
ción o incluso su extirpación, cuatro conceptos nocimiento del problema biológico al cual se
englobados dentro de la expresión manejo de apliquen y del contexto biológico en el que se
fauna silvestre. interpreten. Por lo que es necesario hacer hin-
capié en que la consideración de los proble-
El número de cocodrilos presentes en un
mas y de los contextos, debe preceder a la de
ambiente, es una variable a la cual fácilmen-
las técnicas matemáticas.
te se le da seguimiento intermitente (regular
o irregular) en el tiempo, con el propósito de Recientemente, García-Grajales et al.
determinar cambios en algún o algunos de los (2007a) realizaron un análisis completo sobre
parámetros poblacionales (densidad; tasas de los métodos usados para estimar la abundan-
mortalidad, de fecundidad, de inmigración, cia de las poblaciones silvestres de los coco-
de emigración; abundancia; proporciones de drilos en México. Observaron que el 92.6% de
sexo y edad; estado de salud); un proceso de- los estudios emplearon el método convencio-
finido y conocido en estudios de conservación nal de conteos visuales nocturnos, mientras
como “monitoreo” (Villaseñor-Gómez & San- que en el 7.4% restante se aplicó el método de
tana 2003). captura-recaptura. La información se generó a
partir de la revisión de 27 trabajos de investi-
Hasta aquí, parece que el registro y moni-
gación (entre tesis, artículos y presentaciones
toreo del número de cocodrilos se remite a ir
en congresos).
a buscarlos y contabilizarlos. Y así lo es, sólo
que los investigadores, al elegir algún proce-
dimiento o técnica de evaluación predeter- Estadística básica
minada, pueden provocar que sus resultados
sean o no comparables con los de otro inves- La aplicación de metodologías para la cuanti-
tigador; situación que, en menor o mayor gra- ficación del número de cocodrilos, tiene como
do, posiblemente repercuta en la adecuada objetivo presentar, resumir y caracterizar la
construcción y operación de los programas de información proveniente de los muestreos de
conservación de este grupo animal. campo; con la finalidad de generar conclusio-
nes sobre ella. Dentro de estos procesos de
En la Sexta Reunión del Subcomité Técni- análisis, es indispensable el uso de conceptos
co Consultivo para la Conservación y Apro- estadísticos básicos, los cuales serán presen-
vechamiento de los Crocodylia en México, tados en esta sección como un simple repaso
celebrada en agosto de 2004 en la ciudad de de nociones generales. Las aplicaciones pre-
Puerto Vallarta, Jalisco, se discutió la impor- sentadas en este apartado provienen en parte
tancia de homogenizar las técnicas de evalua- de los textos de Sigarroa (1985), Mendenhall
ción del número de cocodrilos en un ambiente (1987), Kazmier & Díaz-Mata (1993) y Levin &
particular, dada la variedad de procedimien- Rubin (1996).
tos aplicados. Atendiendo esta inquietud, en
este trabajo se presenta un breve desglose de
los métodos más comúnmente empleados en Media o promedio
México y en el mundo para la medición de
Cuando a lo largo de una serie de muestreos se
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La medida representativa más común, deno- dar o raíz cuadrada de la varianza, ya que tie-
minada estadístico, es la media, promedio o ne las mismas unidades de medición que la
media aritmética. variable que la originó, y se le aprecia mejor
como medida de dispersión.
La media representa el centro de las ob-
servaciones del conjunto de datos o muestra. La expresión matemática de la desviación
Consiste simplemente en la suma de todas las estándar muestral es:
observaciones, divididas entre el número total:
∑x 1 ∑x 2
− nX 2
X=
n
i
=
n
∑ xi S=
i
n−1
,
,
donde X es el promedio, xi es cada una de las
donde S es la desviación estándar, n número
observaciones y n es el total de observaciones.
Para el ejemplo anterior, la media de cocodri- total de observaciones, X promedio y xi2 es el
los observados durante tres meses es: cuadrado de cada observación. En nuestro ejer-
cicio, el cálculo de la desviación estándar es:
( 25 + 30 + 32 ) = 1
X= ( 87 ) = 29 cocodrilos
{( 25) 2
+ ( 32 ) + ( 30 )
2 2
} − ( 3)( 29 ) 2
3 3
S= = 3.60 cocodrilos
3−1
Varianza y desviación estándar
Además de establecer un valor numérico como La desviación estándar es de 3.6 cocodri-
adecuado representante de un conjunto de ob- los; es decir, en promedio las observaciones
servaciones, es importante también estimar difieren 3.6 unidades del valor de la media.
su grado de representatividad. En el ejemplo La desviación estándar es un estadístico que
anterior, se obtuvo el valor de 29 como repre- nos proporciona mayor información cuando
sentante de las observaciones de cocodrilos tenemos otros valores de referencia para com-
realizadas en tres meses consecutivos (25, 32 pararla. La varianza se obtiene del cuadra-
y 30); sin embargo, ¿cómo se puede estar tan do de la desviación estándar, en este caso es:
seguro de ello? La respuesta es simple: una S2=(3.6)2=12.96 cocodrilos2; cuyas unidades, al
menor diferencia entre el promedio y los datos ser cuadráticas, no tienen representación física.
que lo generaron significa mayor representati- Generalmente, al expresar el promedio para
vidad; por el contrario, una mayor diferencia una variable, éste va seguido por sus unida-
es sinónimo de menor representatividad. des de desviación estándar: 29 ±3.6 cocodrilos,
De manera burda, la sentencia anterior en- mismo que proporciona información sobre la
globa los conceptos matemáticos de varianza dispersión y variabilidad de los registros.
y desviación estándar (en esencia equivalen-
tes). Ambos estadísticos pueden tomar va-
Error estándar de la media
lores numéricos que miden la dispersión (o
diferencia) promedio que existe entre cada En estadística suele aplicarse el término “error”
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uno de los elementos de un conjunto de datos a la variación o variabilidad de los datos (que
con respecto a su media; es decir, que tan di- tan diferentes son unos de otros) obtenidos de
ferentes son entre sí. Tanto la varianza como un experimento (proceso de realizar una ob-
la desviación estándar son promedios, pero servación). Esta variabilidad ocurre por la na-
promedios de desviaciones o diferencias. La turaleza propia de las observaciones y por las
varianza no es de uso práctico (mas bien analí- condiciones físicas bajo las cuales se realiza el
tico), ya que mide la dispersión cuadrática de experimento. Por ejemplo, durante un conteo
las observaciones (no es una variable lineal). de cocodrilos, la variabilidad inherente se da
Por tal motivo, se aplica la desviación están- como resultado de los distintos tamaños que
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despedirán un reflejo color naranja-rojizo que mutuamente excluyentes, con la idea de sim-
delatará su ubicación (Chabreck 1966) y per- plificar el cúmulo de datos con los que cuen-
mitirá inferir el tamaño relativo del individuo. tan y para que estos sean útiles. La primera
considera de cinco hasta siete grupos o clases
Además de contarlos, resulta indispensable
de talla o edad, de acuerdo con la longitud
establecer el tamaño relativo de los ejemplares
total del cuerpo: Clase I, menores de 60 cm;
para conocer la estructura de tallas o clases de
Clase II, de 60 a 120 cm; Clase III, de 120 a 180;
edad de la población bajo estudio. Esta infor-
Clase IV, de 180 a 240 cm; Clase V, de 240 a
mación es indispensable para entender la diná-
300 cm (algunos investigadores toman sólo
mica de la población y resolver preguntas tales
hasta la Clase V y establecen su intervalo de
como: ¿cuántas crías son reclutadas?, ¿existe
240 cm y mayores); Clase VI, de 300 a 360 cm;
dispersión o inmigración?, ¿la proporción de
y Clase VII, de 360 a 420 cm.
reproductores es la adecuada?, entre otras.
La segunda sólo toma en cuenta tres gru-
Las relaciones alométricas en los animales
pos o clases: juveniles, menores de 120 cm;
son de utilidad para estimar su tamaño cor-
subadultos, de 120 a 200 cm y adultos, ma-
poral en relación con otras partes del cuerpo.
yores de 200 cm. Cuando los cocodrilos son
Es frecuente que en los conteos nocturnos sólo
observados, mas no se cuenta con el tiempo
se puedan visualizar los ojos o las cabezas de
suficiente para asignarlos a alguna clase de ta-
los cocodrilos. Afortunadamente, con la sola
maño porque se sumergieron, simplemente se
observación de esta fracción del cuerpo, es
contabilizan y se les agrupa en una clase apar-
posible estimar el tamaño de los ejemplares
te si se desea.
(Verdade 2000). Chabreck (1966) sugirió que
la distancia entre los brillantes ojos del caimán Ambas variantes utilizadas para la cons-
americano (Alligator mississippiensis) es pro- trucción de clases de talla en cocodrilos, se
porcional a la longitud total del cuerpo. Para fundamentan en la idea básica que Petersen
lograrlo, el investigador deberá estar familia- (1892, In: Sparre & Venema 1997) desarrolló
rizado con los diversos tamaños de los coco- para un especie de pez de Dinamarca. Peter-
drilos y la relación que guardan con el espacio sen construyó sus clases como respuesta a un
entre sus ojos; factor básico para reducir al mí- fenómeno fisiológico: la edad. Así, su clase I,
nimo el sesgo en la estimación. menos de 5 pulgadas, correspondía a los na-
cidos en el año actual o edad 0+; la Clase II,
Para realizar los conteos y evaluar la abun-
de 5 a 8 pulgadas, correspondía a los nacidos
dancia y densidad, los investigadores general-
un año anterior o edad 1+; y los Clase III, 9 y
mente se montan en embarcaciones y recorren
más pulgadas, nacidos dos años antes o más
distancias establecidas a remo o con motor
o edad 2+.
fuera de borda. Siempre se intenta realizar los
recorridos con un ritmo y tiempo determina- Una agrupación por clases, tal como lo
do y con condiciones lunares y de marea simi- sugiere Petersen, puede construirse para los
lares. También es posible realizar muestreos cocodrilos si tenemos la oportunidad de cap-
diurnos aéreos o en embarcaciones, sólo que turar y medir el mayor número posible de
presentan un mayor número de inconvenien- ejemplares de todas las tallas representadas
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crucialmente de estimaciones del tamaño de
las mismas (Schaeffer et al. 1987). Algunos
métodos para el cálculo de tales tamaños de
población, se exponen a continuación.
m 1.96 ( s )
2
Tabla I. Tamaño de la población por clases de la población de cocodrilos para el estero Boca Negra, Jalisco.
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dos mueren o salen del área de estudio; 3) La la ocasión i. Con información ficticia se puede
probabilidad de captura es igual para todos los ilustrar la aplicación del modelo (Tabla II):
animales; y 4) No se pierde ninguna marca. El
error estándar se estima de la siguiente forma: ∑ M n = 1, 247, 431
2
i i ,
∑ M n = 13, 399 ,
i i
( M )( n )( M − R )( n − R )
SE = ∑ m = 66 , i i
R3
m 2
i
SE =
( 17 )( 9 )( 17 − 6 )( 9 − 6 ) = 4.83 al sustituir los datos en la ecuación, se tiene:
cocodrilos
(6)
3
1, 247, 431
N= = 205.00 animales
6,085
Modelo de Schumacher
El error estándar para la estimación
Generalmente se tiene más de una serie de del tamaño poblacional, se obtiene de acuerdo
muestreos en donde se realiza la captura, con la siguiente ecuación (j es el número total
marcaje y liberación. Para estos casos es posi- de muestreos):
ble emplear el modelo Schumacher o de Peter-
son (Schubert & Méndez 2000); aunque existe
m2 ( ∑ Mimi )
2
( 6,085 )
2
donde N es el tamaño de la población, Mi es el 29.82 −
número total de animales marcados en la po- 1 1, 247, 431
Var = = 0.000191484
blación inmediatamente anterior a la captura N ( 5 − 2 )( 1, 247, 431)
número i, ni es el número de animales captu-
rados en la ocasión i, y mi es el número de ani- Este error estándar es el inverso del tama-
males marcados previamente y capturados en ño de la población (1/N). Además, para obte-
Tabla II. Datos ficticios para realizar el ejercicio con el modelo de Schumacher.
Animales
Animales
Tamaño marcados
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marcados
Muestreo de Animales en la 2 2 2 2
por Mi M i ni M i mi M i ni mi mi /ni
(i) muestra capturados población
primera
(ni) inmediata
vez
anterior
1 40 --- 40 --- --- --- --- --- --- ---
2 44 9 35 40 1,600 70,400 360 1,760 81 1.84
3 38 14 24 75 5,625 213,750 1,050 2,850 196 5.15
4 46 24 22 99 9,801 450,846 2,376 4,554 576 12.52
5 35 19 16 121 14,641 512,435 2,299 4,235 361 10.31
2
Este es un método simple de aplicar y no se
encuentra relacionado con el tipo de distribu-
sustituyendo se tiene: ción de probabilidad que asuma la fracción
visible de la población (ya sea normal o bino-
1 2 6
SE = 199.98 + + = 24.80 animales mial). El método fue propuesto por King &
66 + 1 ( 66 + 1 )2 ( 66 + 1 )3
Messel (In: Cerrato 1991), y consiste en dividir
el valor promedio de individuos observados
El total de animales observados es de entre el número máximo de individuos obser-
199.98±24.80 ó 175.18≤N≤224.78. vado durante todo el estudio.
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Por ejemplo, en una salida al campo, mues- Referencias
treo o recorrido, se realiza el conteo de todos
Bayliss, P. 1987. Survey methods and monitoring within
los cocodrilos observados (si se desea, este crocodile management programmes. Pp: 157-175, In:
análisis se puede operar por clases). Digamos Webb, G.J.W., S.C. Manolis & P.J. Whitehead (eds.),
que se realizaron cinco muestreos (los mues- Wildlife management: crocodiles and alligators. Su-
treos se realizan en horas o días diferentes y rrey Beatty and Sons, Australia.
bajo condiciones similares), de cada uno se Begon, M. 1989. Ecología animal: modelos de cuantifica-
tendrá el conteo total de cocodrilos avistados. ción de poblaciones. Trillas, México, 134 pp.
Los resultados fueron muestreo 1 (20 cocodri- Brower, J.E. & J.H. Zar. 1979. Field and laboratory me-
los), muestreo 2 (18), muestreo 3 (25), mues- thods for general ecology. WM.C. Brown Company
treo 4 (15), muestreo 5 (10). Primero se obtiene Publishers, Dubuque, Iowa, Estados Unidos, 194 pp.
el promedio o media de las observaciones Cerrato, C. 1991. Composición y tamaño de poblaciones
para los cinco muestreos: silvestres de caimanes (Caiman crocodilus chiapasius)
y cocodrilos (Crocodylus acutus) de la costa del Cari-
88 be de Honduras, Centro América. Tesis de Maestría,
X= = 17.6 cocodrilos Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica.
5
Chabreck, R.H. 1966. Methods of determining the size
and composition of alligator populations in Louisia-
ahora, de todos los registros, se selecciona el na. Proc. SE. Assoc. Game Fish Comm. 20: 105-112.
mayor o valor máximo: 25. Para obtener el
Cherkiss, M.S., F.J. Mazzotti & K.G. Rice. 2006. Effects
valor de la proporción o fracción visible ob- of shoreline vegetation on visibility of american cro-
servada (p), se divide el promedio X entre el codiles (Crocodylus acutus) during spotlight surveys.
valor máximo: Herpetology Review 37(1): 37-40.
17.6 Cifuentes, J.L. & F.G. Cupul. 2004. ¿Los terribles cocodri-
p= = 0.704 = 70.4% los? Fondo de Cultura Económica, México, 136 pp.
25
Cupul-Magaña, F.G. 2002. Edad del cocodrilo de río,
El resultado indica que el valor máximo Crocodylus acutus, usando el modelo de von Berta-
lanffy. Bol. Soc. Herpetol. Mex. 10(2): 47-50.
observado, 25, representa el 70.4% de la po-
blación total; misma que se puede estimar Cupul-Magaña, F.G, A. Rubio-Delgado & A. Reyes-Juá-
(por una simple regla de tres) en aproximada- rez. 2004. Crecimiento en talla y peso del cocodrilo
americano (Crocodylus acutus) durante su primer año
mente 35.41 cocodrilos. de vida. Rev. Esp. Herp. 18: 55-61.
En estudios de campo, se ha observado la Eberhardt, L.L. 1969. Population estimates from recap-
no existencia de diferencias significativas en- ture frequencies. J. Wildl. Manage. 33(1): 29-39.
tre los valores poblaciones obtenidos a par- Edwards, W.R. & L. Eberhardt. 1967. Estimating cotton-
tir del método de Messel et al. (1981) y el de tail abundance from livetrapping data. J. Wildl. Ma-
King & Messel (In: Cerrato 1991). Como con- nage. 31(1): 87-96.
sideración final, es importante recalcar que Escobedo-Galván, A.H. 2003. Períodos de actividad
la selección de algún método en particular se y efecto de las variables ambientales en cocodrilos
encontrará en función de las condiciones de (Crocodylus acutus Cuvier 1807): evaluando los méto-
dos de determinación de la fracción visible. Ecología
tiempo, dinero y esfuerzo que se quieran o Aplicada 2(1): 136-140.
puedan invertir.
Ciencia y Mar 2009, XIII (38): 3-14
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