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CUENTO DEL HIPÓPOTAMO

Había una vez un hipopótamo llamado Sebastián, era gordito, medio bajito, tenía pequeñas
orejas al lado de su cabeza, su boca era grande y tenía dos colmillos enormes, uno en cada
lado del hocico, sus patas eran medianamente cortas, su piel era plomiza; Le gustaba comer
vegetación de orilla del ríos; le encantaba nadar y pasaba horas bajo el agua del río, donde
encontraba la mejor comida.
Pesaba cerca de 30 kilos aproximadamente, en la tierra se sentía pesado y lento en su
caminar, pero en el agua podía correr muy rápido, sus ojos eran capaz de ver todo el mundo
submarino.
Sus padres lo amaban, y vivían en un lugar a fueras de la selva, donde había un río que
llegaba a un gran lago. Era habitado por varios animales, que vivían en comunidad,
Sebastián, tenía muchos amigos, pero ninguno se parecía a Él; estaba José, que era un
ciervo, Amelia la gacela, Arianca la liebre y Esteban que era su primo.
A medida que fue creciendo, se fue dando cuenta que habían ciertas diferencias entre sus
padres y El.
Sus padres tenían largas patas, cuello largo, manchas negras en su piel color naranja, no les
gustaba el agua, solo la bebían, por sus largos cuellos comían hojas de los árboles muy altos.
Sebastián, tenía solo un amigo que era idéntico a sus padres, o sea, era girafa
Un día se preguntó
--¿Porque no soy igual a mi mama ni a mi papa?-- Se dijo
-- Mi mama y mi papa parecen jirafas y yo no ---

Estaba tan triste y destrozado por dentro al saber que ellos no eran sus verdadero padres,
fue entonces que decidió irse de aquel lugar donde había crecido.

Al saber que no es su verdadera familia. Un día se encontró con los de su especie fue y lo
trataron como si fuera uno más de la familia.

Y colorín colorado este cuento se a acabado fin.|

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