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La experiencia de la Oralidad y su relación

con el desarrollo de la Conciencia en


Jóvenes
Oscar J. Pulido M.

Entre palabras e historias.

Los antiguos no profesaban nuestro culto del libro -cosa que me


sorprende-; veían en el libro un sucedáneo de la palabra oral. Aquella
frase que se cita siempre: Scripta maner verba volat, no significa que la
palabra oral sea efímera, sino que la palabra escrita es algo duradero y
muerto. En cambio, la palabra oral tiene algo de alado, de liviano; alado
y sagrado, como dijo Platón. Todos los grandes maestros de la
humanidad han sido, curiosamente, maestros orales.

Jorge Luis Borges, "El libro" en Borges oral

Soy cuentero, amo contar y no lo puedo evitar. La vida, dijo mi abuela,


es un cuento que se empieza a contar desde que te dan un nombre. Yo
me lo creí. Por eso creo que más que “contar” cuentos somos un cuento.
En estos años de vagabundería teórica-practica por la topografía
mutante de la vida, he logrado entender y reafirmar que contar –narrar-
historias, va más allá de un simple acto del habla, y que el habla –
oralidad-, va más allá de un registro sonoro producido por la voz. Cuando
empiezo a hablar –narrar- es como si una fuerza interior se apoderará de
mí y logrará que por un momento olvidará todo lo que pasa a mí
alrededor, olvido hasta el tiempo. Esa fuerza es la que me dice que en la
Narración Oral hay algo más.
Durante los últimos años la Narración Oral (como expresión artística o
profesión) se ha convertido en una práctica muy común e incluso
importante para el país. La Narración Oral empezó un camino “oculto”
en prácticas callejeras y escenarios no convencionales, luego conquistó
los espacios universitarios, y ahora se presenta en un sin número de
festivales a nivel Nacional e Internacional. La evolución permanente de
este fenómeno ha hecho, que esta práctica empiece a ser vista por
sectores como la academia. Los Narradores Orales o –Cuenteros- se han
visto en la obligación de perfeccionar sus intervenciones, desarrollando
un variado número de “formas” contemporáneas e intervenciones que

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de manera concreta logran conquistar el corazón de hombres, mujeres,
jóvenes, niños y niñas. Sin embargo, haciendo una reflexión más
profunda el impacto de la narración oral no supera la época del
entretenimiento y la contemplación.
A pesar de sus múltiples aplicaciones en la vida social, parecería que la
práctica milenaria de narrar cuentos, en vez de expandir su capacidad
de impacto, se ha contraído reduciendo su esfera y radio de acción
marcada principalmente ahora por la: “Profesión” o el “oficio” del
cuentero – Narrador-. Por un lado “cuenteros” que se afirman en una
tradicionalidad de la palabra, estética, heredera y poseedora de la
tradición de narrar, que ha constituido un “sector”, que como otros, crea
cánones y autoridades que se autodesignan como los propietarios de un
oficio para crear escenarios de adulación donde se instauran como
dueños y tejen un lugar desde donde decir “que es y que no es”. Y por
el otro, y no sé si más perjudicial o no, “otros” que ahora se han
convertido en motores y productores de entretenimiento, que hacen de
la risa su fin, como recordándonos el bufón tratando de entretener al
rey, un rey que pierde todo sentido de interacción, que solo se satisface
en lo que el “otro” hace, no en lo que dice. Un sector convencido de lo
distintivo, de lo estético, de lo lingüístico, de lo puro, lo culto, lo
exclusivo y otro, convencido de lo masivo, del mercado, del dinero, lo
impuro; pero en el fondo ambos con algo en común, el “otro”, ese otro
que los escucha, que los define, ese “otros” que la mayoría de las veces
se presenta como un invisible, como un anónimo en el acto de narrar. El
Público.
Para el año 2004 yo era un pequeño cuentero de provincia intentando
entrar en este juego, y en poco tiempo había logrado escalar de una
manera vertiginosa mi camino, para ese año yo era, en palabras de uno
de los organizadores del Festival Iberoamericano de Cuenteros –
MUNDOPALABRA 2004 (Bucaramanga), un “novato revelación”, “una
promesa de una nueva generación de cuenteros en Colombia”, ese año,
un joven provinciano, procedente de un pequeño pueblo cercano a
Bogotá, Fusagasugá, había logrado abrirse paso entre 100 narradores
orales provenientes de 14 países, que se daban cita para celebrar los 10
años del festival mas grande de cuenteros de Iberoamérica.
Después de una semana de presentaciones en universidades, colegios, e
instituciones privadas, había logrado un cupo por la elección del público,
en la función final (función de gala), donde se presentarían las 17
mejores cuenteros del festival, “las 17 mejores voces de Iberoamérica”.
Esa función dejaría una huella imborrable en mi vida y marcaría
indiscutiblemente mi hacer dentro del universo d la cuentería. Recuerdo,

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que además de los nervios que tenía por presentarme esa noche, en el
auditorio Luis A. Calvo de la UIS, ante más de 1500 santandereanos que
habían comprado con un mes de anterioridad un cupo para presenciar la
“mejor función” de todo el festival, existía un ambiente tenso hacia mí
por aquellos cuenteros que no habían logrado una participación esa
noche, se hospedaban en mi mente pensamientos ajenos sobre lo que
debería significar esa función para mi carrera “profesional” como
narrador, esa función marcaria la puerta entrada a las “grandes ligas” de
la narración oral en Colombia y del mundo.
Entre los que nos presentamos esa noche, era el más joven de los
narradores en lograr una participación en este certamen, y aún más, el
más joven de presentarme en la función de gala del festival más
reconocido del país. Por “joven”, hago referencia al tiempo transcurrido
contando historias en salas, universidades, parques, pueblos, es decir, a
mi experiencia “certificada, que, para ese momento, sumaba apenas
unos cinco años, desde que inicie “oficialmente” en 1999, contando en
la plaza pública de la universidad de Cundinamarca. Un tiempo
relativamente corto, ante los 10, 15, 20 y 25 años de experiencia con
los que contaban los que conmigo se presentaban aquella noche, de ahí
el apelativo que con cariño me gane “el novato revelación”.
Aún están presentes las palabras de Alexander Diaz “Mateo”, uno de los
más grandes cuenteros de este país, y que años más tarde dejaría este
mundo de manera repentina, diciéndome antes de subirme al escenario,
- Una función para pensar -, y sí que lo fue, pero no como todos
pensarían, yo estaba sorprendido ante la fuerza social que se mostraba
ante mis ojos, la narración oral como profesión, el milenario arte de
contar cuentos hecho un espectáculo, pero mi vida para esa noche, ya
no era la misma, días antes del festival, en un viaje inesperado tuve un
encuentro que marcaría totalmente mi vida, una experiencia que no me
ha dejado descansar, una idea que me pondría en otra vibración, si esto
no hubiera pasado, esa noche mi vida de cuentero seria otra, tal vez,
haría parte de algunos d ellos dos sectores de los que mencione, pero
no, eso ya no me preocupaba se había apoderado de mi un pensamiento
mucho más profundo, el encuentro con Margarita marcaria el origen de
un nuevo rumbo en mi hacer.
El asombro fenomenológico. Un encuentro inesperado con
Margarita
Eran las tres de tarde en una plazoleta del pueblito fusagasugueño, un
pequeño espacio arquitectónico creado por un alcalde tratando de
coparse del pueblito paisa, estábamos, yo y mi mejor amigo Jhon
Fernando (Jhonfer), no estábamos haciendo nada en particular, solo
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contábamos con una moneda de 1000 pesos, una botella de vino
moscatel que habíamos sacado de mi casa y las ideas que
vagabundeaban en nuestra mente. Fue cuando de pronto una de esas
ideas se hizo presente de manera concreta. - ¿Porque no nos vamos
para mesitas, al festival Internacional de teatro callejero? – Dijo Jhonfer.
El festival Internacional de Teatro Callejero se había convertido en un
certamen de teatro muy importante en la región, y se realizaba en
Mesitas del Colegio, un lugar al sur occidente de Bogotá, municipio que
era muy conocido por el zoológico Santacruz, el único zoológico oficial
del departamento de Cundinamarca. Mesitas (como le dicen todos)
quedaba a tres o cuatro horas de viaje desde Fusagasugá y la única
manera para llegar allí, era tomando un bus hasta Bogotá (Soacha) y
luego otro hacia Mesitas.
Era casi lógico que yo, ante la idea de Jhonfer iba a contestarle casi de
inmediato, - tan bobo, ¿y con qué plata? -. Fui ahí donde Jhon contesto,
-vámonos echando dedo, y cuando lleguemos a mesitas, nos tómanos la
de vino -.
Para ninguno de los dos, esto sonó descabellado, estábamos
acostumbrados a salir de viaje repentinamente, nos gustaba acampar
todo el tiempo, tal vez por ello nuestra maleta de camping siempre
estaba lista. Transportarse echando dedo, era muy común en esa época,
además, en varias ocasiones ya habíamos recurrido a esta estrategia
para movilizarnos de un lugar a otro. Fue por eso que la idea de Jhonfer
no fue refuta, ni discutida, simplemente se puso en acción. Unas horas
después estábamos juntos sobre la carretera, caminando hacia Bogotá,
levantando nuestro dedo pulgar a cuanto carro pasara por allí. La suerte
nos acompañaba, un camión nos recogió a unos minutos de empezar
nuestro viaje, bueno suerte es mucho decir, el camión se baro llegando a
una zona que se llama el alto de las rosas, nosotros por solidaridad y un
poco de pena, decidimos ayudar a nuestro buen samaritano, y nos
quedamos con el conductor hasta que pudo solucionar el problema,
claro está, después de unas dos horas de atraso. Para cuando llegamos
al cruce donde teníamos que bajarnos para tomar la vía a Mesitas, la
noche ya nos acompañaba, eran casi las nueve. En algún momento se
me ocurrió decirle a Jhonfer que nos devolviéramos, pues era muy tarde
y esa carretera no la conocíamos. Sin embargo, cuando nos bajamos
note, que por ese cruce estaban bajando gran cantidad de automóviles,
lo que me dio un poco de confianza y por eso dije nada. La verdad fue
muy rápido conquistar un segundo samaritano que nos llevará, fue así
como aproximadamente a las 10:15 de la noche, Jhonfer y yo, estamos
destapando, con una sonrisa en la cara, nuestra botella de vino. No
pasaron cinco minutos, cuando se presentó ante nosotros otra realidad,
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fue cuando Jhonfer dijo -Tengo hambre. Fue tan rápido que asumimos la
idea, que nunca nos detuvimos a pensar en eso, en la comida y el
hospedaje. Yo un poco preocupado pregunte -y ahora; ¿qué hacemos?.
Jhon me miro con cara de sorprendido y dijo – Se embobo, pues contar
cuentos.
Yo era cuentero, ya hace algunos años atrás por cuestiones de
sobrevivencia había empezado a descubrir esa profesión, era para mi
fácil pararme en una plaza de parque y tratar de llamar la atención de
transeúntes, para que después de contarles una historia lográramos
sacarles una sonrisa y una moneda de su bolsillo. Sin embargo, lo que
asaltaba mi inquietud, era la hora, nunca había empezado una función
después de las diez de la noche, pero, era evidente que aquel pueblo
esta despierto, había gente por doquier, por donde miramos veíamos
personas hablando, riendo, tomando, niños jugando, claro, estábamos
en pleno festival de teatro callejero. No se diga más, fue ahí donde elegí
un costado del parque, una esquina, me ubique encima de un banco, y
con un grito vocal, dije – atencioooooooon, cuennnnntoooooooos, damas
y caballeros, niños y niñas, ha llegado hasta estos lugares las voces del
ayer, del hoy y del mañana, historias para reír un rato, … Y empezó la
función, una rutina que muchas veces había hecho, una colcha de
frases, chistes, apuntes e historias. Al cabo de unos minutos y tal vez
por el aire artístico que se respiraba en ese municipio, ya habíamos
logrado reunir un numero considerado de personas. Era tiempo de
cobrar, tenia que cortar la historia, no la podía terminar, fue entonces
cuando dije – damas y caballeros, ya llegado el momento final de la
historia, el momento más importante de esta función, ha llegado el
momento de cobrar – Sabia que tenia que recurrir a una estrategia para
persuadir a las personas de que fueran bondadosas con su propina, por
ello retome lo que muchos cuenteros decían en ese momento – Damas y
caballeros, no es necesario que se vallan, el que no quiera pagar que no
demuestre su pobreza, el que me de 50 pesos, no le dire nada, al que
me de 100 pesos, lo mirare a los ojos, al que de 200 pesos le sonreiré, al
que de 500 pesos le daré las gracias, al que de 1000 pesos le dare la
mano, al que de 2000 pesos, le daré un fuerte abrazo y lo consideraré
un amigo, al que 5000, yo me lo rumbeo y el que 10000, hmmmm, a
ese yo se lo doy – Era normal las rosas del público, era de esperarse que
en una mochila nadie diera más de 500 pesos. Fue así que yo mismo
tome la mochila y decide pasar por persona a persona, pidiendo las
monedas, fue ahí entonces donde la conocí, me ubique frente a ella,
puse la mochila y ella con una sonrisa precavida, metió su mano dentro
de su chaqueta y en un acto público, saco delante de todos un billete de

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10000 pesos, y suavemente asegurándose que todos la vieran lo
deposito en la mochila.
El chiflido de la gente se hizo esperar, mis ojos luego de eso no pudieron
quitar la vista de aquella persona, su presencia se hizo visible de
manera total en la multitud, ahí había estado todo el tiempo, mirándome
y sonriendo. Una mujer alta, delgada, de cabello risado castaño, tez
blanca, con algunas pecas en sus mejillas, ojos color miel. La función
debía terminar, y así fue. Yo estaba esperando a que todo el mundo se
dispersara y entre ellos, ella, fue por eso que mirando a Jhonfer, le
pregunte - ¿Sigue ahí? -. Jhonfer, miro al frente, y luego me miro, con un
movimiento de su cabeza confirmo, y luego replico – Le toco responder,
marica, se lo quieren comer -. Yo no sabia que hacer, nunca me había
pasado nada igual, decide dar vuelta y caminar hacia ella. Ella estaba
ahí, de pie, esperándome y sonriendo. Con un poco de timidez y con la
voz un poco nerviosa, la dije – Hola, heeeee – No me dejo terminar de
hablar cuando me pregunto – ¿Tienes hambre, ya comiste? Yo respondí,
- La verdad, si, precisamente por eso estaba … - De nuevo me
interrumpió, y dijo – Ha, que bueno, ven te invito comer algo-. Fue así
como esa noche ella nos invitó a cenar, y luego nos ofreció su casa para
quedarnos, fue muy amable con nosotros, esa noche no deje de pensar
en ella, su nombre, Margarita, me asalto toda la noche, no entendía
porque se comportaba así con nosotros. Al día siguiente nos presentó a
su familia, su madre, su padre, y dos hermanos (un hombre y una mujer)
menores. Su papa era el administrador del zoológico Santacruz, fue por
ello que nos invitó a un paseo por allá. Fue así como terminados
caminando entre los caminos del zoológico, caída la tarde, mi amigo
Jhonfer y la hermana de ella, se apartaron del camino y se fueron a otro
lugar, y fue ahí donde por primera vez ella y yo quedamos solos.
Estábamos en un banco, sentados, viendo el paisaje que dejaba dibujar
el zoológico, el sol caía, y los últimos haces de luz se estrellaban contra
su rostro y sus ojos color miel. Después de un momento, decidí romper
el silencio y preguntar. - oye, la verdad no logro entender porque eres
así de especial con nosotros? A lo que inmediatamente respondió: -
nosotros? No, contigo, soy especial contigo, con jhonfer, porque viene
contigo – La incertidumbre me golpeo mas fuerte, mi intriga aumento y
de nuevo el silencio apareció. No sabia que estaba pasando, no entendía
nada. Después fue ella la que rompió de nuevo el silencio diciendo: - Tu
recuerdas, ¿que estabas haciendo el 14 de Mayo del 2002?. ¿Qué?
Quien carajos recuerda una fecha exacta, de hace dos años atrás -, eso
pensé. No había pronunciado palabra alguna cuando de pronto ella,
volvió a decir algo que definitivamente se sorprendió. – Yo si se que
estabas haciendo. Estabas contado cuentos en la plaza principal del
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municipio de Zupata, eran las 7:35 de la noche cuando te escuche,
estabas contando esta historia …
Fue así como ella inmediatamente de manera muy rápida conto el
cuento que supuestamente yo había contado en aquel remoto lugar de
Cundinamarca. Mientras contaba la historia, trataba de reconstruir esa
porción de mi vida a la cual ella hacia referencia, después de un rato
recordé que todo lo que decía era cierto, yo estuve en ese municipio en
la hora y fecha a la cual aludía, por invitación de un amigo que trabaja
en ese pueblo. Fue entonces cuando de su boca surgieron las palabras
que han quedado grabadas en mi memoria desde entonces, palabras
que han retumbado en mi conciencia y que hicieron cambiar mi manera
de ver las cosas. Ella dijo:
¿Sabes porque recuerdo perfectamente esa noche, el día, el lugar?. Esa
noche había decidido ir a ese pueblo para acabar con mi vida, cuando
pase por la plaza principal y escuche tu voz, decide acercarme y
terminar de escucharte. Luego cuando me dirigí al jugar donde había
decido acabar con mi vida, antes de terminar todo, pensé, pero en lo
único que pensaba era en esa historia, la historia que constaste esa
noche, entro en mi mente de una manera tan profunda que no la pude
olvidar, evitar, como nunca ha entrado nada y me hizo reflexionar. Fue
esa historia la que me hizo cambiar de opinión, decidí no concluir mi
plan. Luego, me devolví, quería poder encontrarme contigo, quería
hablarte, quería agradecerte, pero tu no estabas. Y desde esa noche, le
he pedido a Dios, que me diera la oportunidad de poder encontrarme
contigo una vez más, y anoche cuando caminaba hacia mi casa, volví a
escuchar tu voz diciendo - cuentos-, y entonces, después de casi dos
años, estabas ahí, en mi pueblo, contando de nuevo historias, estaba
tan feliz… Por eso estas aquí, y por eso te trato así, porque todo esto es
la manera que tengo para decirte, gracias, gracias por haber salvado mi
vida.
Después de esto no he sido el mismo, cada vez que me subo a un
escenario o entro en un salón a contar algo, no puedo dejar de pensar
en Margarita, esta es el punto que marcaría una profunda investigación,
este es el origen de una gran búsqueda, este el hecho que hizo que
tomara distancia del movimiento de los cuenteros, cuando me subí al
escenario del Luis A Calvo, solo pensaba en ella, pensaba en el poder
una historia, en el poder la palabra, me preguntaba que había algo más
allá que simplemente contar un cuento, que esta ante la presencia de
algo profundamente esencial, la palabra hablada.

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Sumergiéndome en el problema.
Scripta maner verba volat” no significa que la palabra oral sea efímera,
sino que la palabra escrita es algo duradero y muerto. En cambio, la
palabra oral tiene algo de alado, de liviano; alado y sagrado, como dijo
Platón. Todos los grandes maestros de la humanidad han sido,
curiosamente, maestros orales.
Jorge Luis Borges, "El libro" en Borges oral

La oralidad es un escenario de reciente discusión 1, que no implica que


deba considerarse como algo “nuevo”, más bien, sería correcto utilizar el
apelativo de “renovado”, pues la discusión, ha estado presente en
diferentes periodos de la humanidad, incluso, más allá de ello, podemos
situarla como una condición natural de nuestra especie. La Oralidad, ha
sido la compañera de la humanidad desde su mismo origen, nuestra
vida está íntimamente relacionada con ella, no podemos negar que
estamos ante uno de los imperativos de distinción primarios que nos
separa radicalmente de todas las demás especies del planeta, “hablar”
es nuestra mayor “tecnología”2, es la evidencia de nuestra evolución, es
lo que nos ha permitido ser lo que somos y trascender de generación en
generación, discutir la oralidad, es discutir sobre el rastro de nuestra
propia existencia.
Por eso, la “discusión” sobre la oralidad, supone de entrada una
separación, tomar distancia sobre esa unión y lo que eso significa, es un
desentrañamiento de nuestra propia intimidad, un viaje a lo profundo
de nuestro ser, una pretensión por exponernos sin la máscara, la
metáfora elegida por GIBRAN, para referirse a la apariencia que
tomamos frente a las cosas, “Un día, mucho antes de que nacieran los dioses,
desperté de un profundo sueño y descubrí que me habían robado todas mis máscaras …
Así fue que me convertí en un loco. Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la
libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden
esclavizan una parte de nuestro ser. Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi

1 Con la creación del grupo de investigación en estudios sobre la oralidad de la universidad de la Salle,
Bogotá y la Red Iberoamericana de Estudios sobre la Oralidad (Colombia), se ha empezado a visibilizar un
escenario académico para la reflexión continua sobre la oralidad en Colombia y América Latina. Durante los
últimos cinco años se han organizado 5 encuentros académicos, 3 nacionales y 2 internacionales sobre el
tema, además de crearse la Revista Oralidad-es, perteneciente a la misma red.
2 Dentro de la comunidad académica que hace referencia a la Oralidad, es común encontrar un alto grado de
referencia a la Obra de Walter Ong, Oralidad y Escritura – Tecnologías de la Palabra.

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seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón”[ CITATION GIB18 \l
2058 ], Para este poeta, el viaje a la Oralidad significaría locura.
Las discusiones acerca de la oralidad se pueden concentrar en dos
grandes círculos de reflexión, uno no convencional y otro de reciente
acción, formal académico. El escenario no convencional esta amparado
por el hacer cotidiano de la Narración Oral (Cuentería), que, para el caso
colombiano, es algo realmente excepcional, pues Colombia, es
considerado uno de los países con mayor promoción y circulación de
esta profesión3, en la actualidad cuenta con mas de 5 encuentros
internacionales y 10 nacionales, escenarios de programación
permanentes universitarios, como el caso de la PEROLA de la
Universidad Nacional que ya cumple más de 25 años de programación. A
pesar de este nivel de propagación de la cuentería y los cuenteros, tan
característico de Colombia, este escenario de reflexión y los
conocimientos que circulan en él, no han logrado impactar de manera
significativa el escenario académico, pues la narración Oral se sigue
percibiendo como practica con fines históricos, didácticos, en el peor de
los casos de entretenimiento.
Ahora bien, el propósito de poner la oralidad dentro de un escenario de
reflexión académico, responde también, a otra condición propia, la
conciencia, un asunto de suscitada discusión en las ciencias cognitivas,
un escenario, que al contrario de la Oralidad, cuenta con una comunidad
más nutrida de conocimiento, sin embargo, lo que si se puede afirmar,
es que de entrada, tanto Conciencia como Oralidad, muestran ciertas
similitudes, pues evidentemente, sus tratamientos conceptuales,
requieren caminos no convencionales que logren satisfacer un marco de
referencia amplio. La necesidad de ser conscientes, es decir, la
condición de la “conciencia de”, es la representación del sentido sobre la
justificación de nuestra existencia, que, en este caso particular, busca
poner en juego su relación con la Oralidad, como una unidad íntima del
ser, en concreto, esta necesidad de reflexión, es la intencionalidad de
conciencia sobre la Oralidad, es decir, una “Conciencia de la
Oralidad”.
Por ende, lo que ha estado en circulación en estos periodos de discusión
académica, del cual hoy somos testigos, se podría enunciar aquí como
“momentos de conciencia sobre la oralidad”, momentos que constituyen
esfuerzos por tratar de comprender el fenómeno que se muestra, y que
están enmarcados por los enfoques disciplinarios, cuyos propósitos e

3 Se menciona profesión por la creación de Escuelas de formación en Narración Oral, además de todos los
escenarios complementarios universitarios cursos, seminarios y diplomados dirigidos al fortalecimiento y la
promoción de la Narración Oral en Colombia.

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intereses propios, terminan constituyendo lugares de enunciación
particulares, desde donde se analiza el fenómeno, lo que en términos
de Husserl, solo evidencia una conciencia primaria y parcial. Es claro,
que el valor que adquiere la Oralidad estará determinado a lo largo de la
historia, por estos lugares de enunciación, donde se pone en juego,
también, una supremacía del discurso científico racional, alimentado por
un positivismo latente, que ha expuesto la Oralidad como un objeto de
estudio, reduciéndola de su carácter fenomenológico y sometiéndola a
una pérdida de significancia, limitada a las interpretaciones
compartimentalizadas provenientes del hacer lógico disciplinario. “…Así,
se oye designar a la psicología como una ciencia de los fenómenos psíquicos, a la ciencia
natural como una ciencia de los fenómenos físicos; igualmente se habla a veces en la
historia de fenómenos históricos, en la ciencia cultural de fenómenos culturales; y
análogamente por lo que respecta a todas las ciencias de realidades” [ CITATION EDM62 \l
2058 ]
Objetivizar la Oralidad supone incorporarla dentro del juego científico y
racional, que como se ha mencionado, aún mantiene una fuerte
dinámica positivista, marcada por una serie de reglas e intereses sobre
el objeto de estudio, que, en nuestro caso, supone contradicciones con
la misma esencia, por no ir más lejos, es tan complejo este fenómeno,
que el simple hecho de escribir sobre oralidad, es una controversia,
pues, la oralidad es un movimiento contrario a la escritura. Bien se ha
dicho “la literatura son raponazos de la oralidad”4, perspectiva, que supone que
la única manera para “estudiar el objeto” es a partir de su fijación,
donde el acto escriturario se convierte en una manera de atrapar la
oralidad, registrarla, fijarla, encarcelarla, despojarla de su movimiento
natural, su esencia pura, la posibilidad de cambiar, evolucionar, su
condición de vida, se podría pensar en la escritura como un acto de
muerte de la oralidad, la perdida fundamental de la experiencia, como lo
planteaba Benjamín, “El arte de narrar está acabado. Es cada vez más raro encontrar
a personas que resulten capaces de contar algo bien. Y es cada vez más habitual que la
propuesta de contar historias cause embarazo entre los presentes. Como si nos hubieran
arrancado una facultad que nos parecía inalienable […]: la facultad concreta de
intercambiarnos experiencias.”[CITATION WAL \l 9226 ] .
Son muchas la reflexiones que podría suscitar esta relación
escritura/oralidad, pero para el propósito de esta investigación, no es
nuestro interés seguir evocando esa fórmula de análisis a partir de un
debate contrapuesto, que ha seducido a muchos investigadores, que
han encontrado en la contraposición oralidad/escritura un pretexto para
interpretarla, donde se hace evidente una lectura siempre favorable a la
4 Conversaciones con Cleotílde Lucumí, 2004.

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escritura, “…Esto implica asumir una única dirección en la que puede trazarse el
desarrollo de la literacidad. Un desarrollo que va necesariamente de lo oral a lo escrito y
que se asocia con “progreso”, “civilización” y “mayores capacidades cognitivas”.”[ CITATION
ZAB04 \l 2058 ]. Donde la Oralidad pierde valor fundante, y termina
asociado a condiciones primitivas.
Como esbozos complementarios aparecen otras perspectivas, emanadas
desde otros periodos y lugares de enunciación, que siguen brindando
puntos de vista sobre el fenómeno de la oralidad, siempre camuflado
desde el quórum lingüísticos propios de cada disciplina, la lingüística, la
Historia, la Narratología, Las teorías de la comunicación, incluso la
neurociencia, que ha encontrado en el código genético humano genes
asociados al fenómeno5, todos estos lugares de enunciación, nos
muestran el panorama fragmentado presente en la Oralidad, condición
problematica, pues lo que esta en juego es la necesidad de abrir el
horizonte investigativo, para poder ampliar la mirada sobre el fenómeno,
lo cual nos obliga a tomar distancia de la mirada lógica, textualista,
positiva, y reduccionista que ha imperado, para situarnos en un
escenario que nos permita la comprensión, significa mirar la oralidad
desde un carácter fenomenológico, es ver la oralidad como experiencia
“la fenomenología se refiere a todos estos fenómenos en todas las significaciones posibles;
pero en una actitud totalmente distinta, que modifica en determinada forma todos los
sentidos del término fenómeno con que nos encontramos en las ciencias que nos son
familiares desde antiguo. Sólo en cuanto modificado de esta suerte, entra el fenómeno en
la esfera fenomenológica. Estudiar estas modificaciones, elevar por medio de la reflexión
lo que tienen de peculiar esta actitud y las naturales al nivel de la conciencia científica, he
aquí la primera y nada leve tarea que debemos llevar a cabo plenamente, sí queremos
abrirnos el campo de la fenomenología y adueñarnos científicamente de su peculiar
esencia”[ CITATION EDM62 \l 2058 ]
Por ello, no se puede considerar la reflexión como algo nuevo, lo que
está sobre la mesa, es transformar la manera como ha sido observada,
analizada y porque no, encarcelada. Desafió, que implicara un ejercicio
minucioso de recopilación, de armar un corpus, como en Frankenstein,
dar forma a algo que se fracturó en pedazos producto de un
racionalismo positivo que compartimentalizó el saber.
Gracias al esfuerzo de intereses personales en esta área, podemos
contar en la actualidad con avances significativos en este campo, como
la “teoría de la oralidad” de María Dolores Abascal, donde supone la
oralidad como un escenario “multidisciplinar”, en palabras propias:

5 Se hace referencia al descubrimiento y posterior investigación sobre el Gen FOXP2, titulado como el Gen
del Lenguaje y de la Narración.

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“comprender la oralidad c o m o fenómeno i n t e n s o y de extensa e n ti d a d . Sin
embargo, el estado y el orden existente de conocimientos acerca de la materia
resultaba ser fragmentario e insatisfactorio”[ CITATION MAR02 \l 9226 ]. Es así pues
que la oralidad, se puede constituir en un escenario de naturaleza
performativa, interdisciplinaria, ecléctica y subversiva.
En términos performativos, es la oralidad un componente Holístico,
como escribe Vich, “Este libro aspira a situar los estudios sobre oralidad
en una ancha perspectiva, y así intenta cuestionar aquellas puramente
textualistas, que generalmente han acaparado su estudio. Partiendo por
definirla como una performance”[CITATION ZAB04 \p 5 \l 9226 ].
Interdisciplinario porque no podemos apreciar la Oralidad desde un
solo escenario disciplinar, sino que su estudio implica una obligatoria
conexión con todas las disciplinas que han reflexionado acerca de ella.
Es naturaleza ecléctica porque su corpus se construye en esa colcha de
retazos que ha dejado de separación de los saberes. Y finalmente, es
subversiva, porque su versión es antagónica, contraria, divergente, su
propia esencia dista de cánones establecidos por la formalidad y la
estructura positiva de la concepción del pensamiento y conocimiento.
Es la experiencia según Bollnow “Del enfrentamiento constante con los hechos
resulta eso que puede llamarse la experiencia de la vida de un individuo; y con el progreso
de esta se despliega al mismo tiempo la comprensión del mundo, que lleva al hombre a
adquirir nuevas experiencias”[ CITATION Ott70 \l 2058 ], para este autor la
experiencia es única, es trasegar de la vida, el sufrir el camino,
“Solamente tengo experiencia cuando esta es la mía y para obtenerla tengo que
someterme a las penurias del viaje. Podemos sin duda informar a otro sobre nuestras
experiencias, pero no transmitírselas. Su saber acerca de mis experiencias nunca se
convertirá en su propia experiencia. Por eso los hombres no aprenden nada (o solo muy
poco) de la experiencia de los demás. Cada uno debe repetirlas por sí mismo. Sobre lo que
otro informa se puede polemizar, pero ello no me afecta de manera inmediata; en cambio,
no puedo desechar lo que he experimentado personalmente: es algo que tiene firmeza
inconmovible”[ CITATION Ott70 \l 2058 ]. Desentrañar la Oralidad como
experiencia, es desentrañar la relación entre oralidad y conciencia, es
poner en el escenario de la reflexión académica su íntima relación, lo
que implica, la posibilidad de darle un lugar propio a la oralidad dentro
del campo de las ciencias cognitivas.

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