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"Presentación Del Libro “un Dique Contra La Madre: El Deseo Materno Y El

Estrago En La Relación Madre-hija” De Soledad Miloz"

(*) Presentación Del Libro En La Usal Cede Pilar El 11 De Mayo De 2017. Presentadores: Sebastián Albani, Stella Maris
Gulian, Gabriela Licciardello, Y Juan José Galardoni.

Stella Maris Gulian

Un dique contra la madre. Ya el título impacta, golpea, nos sacude. Pero su subtitulo agrega
El deseo materno y el estrago en la relación madre-hija.
Deseo, estrago, dique en la relación madre-hija. De entrada, con su título, el libro nos lleva a
interrogar la clínica y nuestros propios análisis, nuestros arrasamientos subjetivos,
llamándonos a un “querer hacer algo” con ellos.
No nos parece casual el epígrafe con que abre su libro tomado del texto de Marguerite Duras
Un dique contra el Pacífico:
Había sufrido tantos infortunios que se había transformado en un monstruo de poderoso
hechizo y sus hijos se exponían, para consolarla de sus desdichas, a no separarse de ella, a
doblegarse a sus deseos, a dejarse devorar a su vez por ella. Solo había un modo para una
hija, de aprender separarse de su madre.
¿Cuál será el modo para una hija de poder poner un “dique contra la madre? Esa es la
pregunta que como hilo conductor atraviesa todo el libro. Libro que es el resultado de su
trabajo de tesis en la UBA y que surge a partir de sus interrogaciones sobre el estrago en la
relación madre-hija. Es lo real de su clínica la que convoca a Miloz a investigar, intentando
poder tomar alguna posición que sirva de brújula.
La escucha recurrente en el discurso de los analizantes, acerca de las dificultades con sus
madres, -nos dice en la Introducción- me llevo a interrogar la noción lacaniana de estrago.
Dicha noción será tomada como objeto de investigación.
Y nos adelanta: Tomaré la noción de estrago lacaniana como un arrasamiento en la
constitución subjetiva por efecto de la ley incontrolada de la madre. Esta es un avance de la
tesis a mi entender, que nos propone en su libro.
El libro lo presenta en tres partes. En la primera parte trabaja la relación madre-hija,
avanzando sobre la obra freudiana en los textos donde el maestro trabaja el Edipo en la mujer
y las salidas fallidas hacia la femineidad.
La noción de estrago propuesta por Lacan, la lee en lo que supone es su antecedente en el

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texto freudiano Sobre la sexualidad femenina.
Nos adelanta con esta frase su acercamiento al tema que nos propone trabajar: Que la madre
de la joven –se refiere a la joven homosexual- sea tan coqueta, tan narcisista, le impide poner
en juego la transmisión de la feminidad, que le permitiría a su hija poder amar como una
mujer, poniendo en juego la sexualidad femenina.
(Por eso) Propongo pensar el Edipo positivo, el de la muchacha con el padre, como un intento
de salvación del Edipo en la madre. El dique, como esa barrera frente a lo ilimitado del deseo
materno. El Pacifico seria ese deseo materno que arrasa con los diques, que en la novela
caen una y otra vez. Intenta poner esos diques, pero evidentemente no son lo suficientemente
eficaces coma para frenar lo que en ella hay del Pacifico arrasador, lo que en ella hay de
deseo materno.
Luego avanza sobre los desarrollos de la escuela inglesa respecto de la relación madre-hija.
Textos de Melanie Klein, Marie Langer y Donald Winicott, son trabajados, pero nos dice no
encontrar en ellos una clara distinción entre lo femenino y lo materno, así como una confusión
entre la posición del analista y la madre suficientemente buena winicotteana.
Nos advierte: Según se enfatice sobre la madre lo suficientemente buena o sobre la madre lo
suficientemente deseante, habrá dos clínicas totalmente opuestas. (…) La clínica basada en el
concepto teórico de la madre lo suficientemente buena, permite que un analista se ubique en
posición materna. Si está en posición materna, no está en posición de analista. Esto produce
estragos en el paciente.
En la segunda parte trabaja el estrago y el deseo materno, avanzando sobre la noción
lacaniana de estrago. Para ello recurre a diferentes seminarios de Lacan rastreando las
nociones de omnipotencia materna, deseo materno, arbitrio materno, ley incontrolada,
estrago, deseo estragante, lo femenino, para concluir afirmando que “todo estrago remite a lo
materno y que el estrago está relacionado con el deseo materno”.
Si lo devorador es el deseo de la madre, ¿qué lugar habría para la Metáfora Paterna si el
sujeto queda devorado por este deseo? Lo que el padre no pone a raya del Deseo Materno,
eso es lo estragante.
Lo que se define como lo estragante, es lo materno no barrado por el significante primordial y
que propongo pensarlo como equivalente a la locura femenina.

Luego de rastrear las nociones de estrago en Lacan, avanza sobre diferentes analistas
lacanianos que trabajaron este concepto: Miller, Ribés, Ruth Mack Brunswick, Chasseguet,
Goldenberg, Schejtman, Eric Laurent, Mirta Berkoff, Heinrich, Domb, Lerner y muchos nada.
No deja de sorprendernos el inmenso trabajo de investigación que realiza en torno al tema y
los numerosos analistas contemporáneos que investiga. Todo el que haya avanzado sobre
este tema, será trabajado, comentado y frente a cada uno de ellos Miloz tomará su posición.
Loable de su parte dicho esfuerzo. Su postura crítica nos dice de una persona pensante, que
investiga y toma posición, no siendo “estragada” por el discurso del Otro, sea quien fuese ese
Otro.

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Así diferencia entre padre estragante y función paterna, afirmando que: Si el padre es
estragante, no está allí como podre, sino como madre. Esta como cuerpo y no como Nombre.
Va diferenciando estrago de deseo materno, aclarando que el deseo materno apunta al
incesto, a reintegrar su producto y eso hace estragos al aplastar el deseo en sus hijos, salvo
que intervenga el Nombre del Padre para “poner un dique”.

Luego llegamos a la tercera parte del libro en la que trabaja su pregunta en torno a qué es lo
estragante: si el amor o el deseo, y cómo pensarlos.
Avanza diciendo que lo propio del amor es apuntar a la falta: amo al otro porque “me hace
falta”. Pero cuando el amor intenta hacer Uno con el Otro, hace estragos, ya que no acepta
diferencias. No es un amor que condesciende al goce y al deseo, sino un amor narcisista que
aplasta al otro, apuntando a la anulación de su subjetividad, sin donación de la falta.
Toma la cita lacaniana del Seminario 5 cuando Lacan hablando de Hamlet dice Lacan: Lo
difícil de tolerar para el sujeto es el Deseo de la Madre –y Miloz agrega- Si el Nombre del
Padre pudo metaforizar el deseo de la Madre, el niño va a poder entrar en una significación
fálica, y no una significación fija, loca, que no deslice metonímicamente el deseo, sino que
remita más bien al goce.

Va finalizando el libro avanzado en su clínica, al intentar poner en relación el estrago y el


síntoma. ¿Cuál podría ser la dirección de la cura del estrago? –se pregunta. Y nos responde:
Estaría en poder armar un síntoma a partir de él. Poder hacer alguna otra cosa con el deseo
materno… Conducir del estrago al síntoma. Que el estrago se pueda sintomatizar. (…) Poder ir
“más allá del estrago, renunciando al goce que ese estrago implica.
Luego desarrolla su pregunta en torno a si se puede hablar de estrago en alguna estructura
subjetiva en particular. Y ¿por qué el Deseo de la Madre que se juega siempre en relación a
su hija, tiene ese algo de estragante? Esta pregunta le permitirá avanzar sobre la sexualidad
femenina.

Ya sobre el final, aborda la anorexia. Es interesante el abordaje que de ella hace en relación al
estrago, postulando que la anorexia es una barrera frente al deseo materno. Que en ese
“comer nada” se juega una posición activa del sujeto, “deseo de nada”, deseo de
desaparición ante lo intrusivo del Otro. Un rechazo a lo que del Otro le viene –nos dice- pero
que es un intento no tan fallido de separación, ya que el sujeto intenta hacer algo con ese
deseo materno. En ese “deseo de nada” la anoréxica intenta “agujerear a esa madre
omnipotente”-plantea. Un modo de poner un dique donde no lo hubo (…) Planteo a la
anorexia –nos dice- como suplencia del Nombre del Padre. Un intento de que algo pueda
hacer un corte. Un intento de saber hacer con ese deseo.
Mi hipótesis –concluye- es que la anorexia es un modo de tratamiento del deseo materno que
hay en el estrago, entendiéndolo como un hacer con la castración, una negativa feroz a la
diferencia y una negativa a que se ponga en juego algo del orden de la constitución deseante.

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Luego toma la novela “La pianista” de Elfreide Jelinek para poder dar cuenta del “Deseo de
la Madre no barrado por el Significante del Nombre del Padre” y sus efectos estragantes en
la constitución subjetiva.
Marca las tres generaciones de mujeres gozando de un cuerpo sin aceptación de la diferencia
y cómo la sexualidad de la madre tiene efectos sobre su posición materna, desde la cual
estraga a su hija Erika, devorándola.

Concluye así el libro puntuando su posición respecto del estrago:


Entiendo el estrago como un arrasamiento en la constitución subjetiva por efecto de la ley
incontrolada de la madre. (Son) los efectos del deseo de la Madre que marcan al hijo. (…) Es
el Superyó materno que empuja hacia lo incestuoso.
Pero si lo universal es el deseo materno con sus efectos estragantes, lo singular es cómo esto
se juega en cada relación madre-hija.
Termina así su libro con un apartado sobre el goce femenino, “más allá de la relación entre el
estrago y el deseo de la madre”: el goce femenino cuando no es recubierto por la
Pere-versión paterna y se vuelca en el hijo, si no lo mata, produce estragos, que padecen
tanto los niños como sus madres.
Y concluye Soledad Miloz: Más allá de la relación entre el Estrago materno y el Deseo
materno, esta la relación entre el Estrago materno y el goce femenino, que es la postura con
la que concluye su investigación. Por lo que desarrollar el concepto de estrago, es también
incursionar sobre lo femenino.
Un libro que propone sus planteos desde la clínica, sin obturar con un saber hacer. Un libro
que puede servirnos de brújula en nuestra clínica: ¿Qué estatuto darle al amor, al goce y al
deseo en la madre?

Para terminar, ¿porqué este libro sería de interés para Uds. estudiantes aún en la carrera de
Psicología?
Porque a aquellos que deseen incursionar en la clínica, les será por demás interesante
comenzar a abordar estos conceptos, que escucharán diariamente en sus pacientes. Pero
también porque la relación de cada uno con sus propias madres y el “estrago” padecido ¿no
es acaso un tema de análisis?

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