innovadorI!

< | C T M » E XC LU SIV O

Eric M. Rundquist

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 Colección ANIM ALES DE COMPAÑÍA

M a n u a le s D el T er r a r io

GECOS
DIURNOS
ESPECIES, M A N T E N IM IE N T O Y CRÍA

I
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E D I T O R I A L H IS P A N O E U R O P E A S. A.
 2
ÍNDICE
Introducción ...........................
A gra d ecim ien tos........................
D ed ica toria ................................
Información general acerca de los
gecos d i u r n o s ............................
T errario ........................................
Iluminación y temperatura
Alimentación .............................
R e p ro d u c ció n ............................
Cuidado de las c ría s ......................
E nferm edades............................
Especies más c o m u n e s .............
Geco diurno de las zonas altas de
Mauricio........................................
Revisión técnica: A lberto Lladó Hádinger y Ma­
nuel Lladó Hádinger.
Título de la edición original: Day Geckos.
© de la traducción: Enrique Dauner.
Es propiedad, 2002
© T . F. H. Publications, Inc. Neptune City. N. J.
(EE. UU.)
© de la edición en castellano: Editorial Hispano
Europea, S. A . Barcelona (España).
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3 Geco diurno cla ro ........................ 49
3 Geco diurno de Round Island . . . . 50
3 Geco diurno de las zonas bajas de
Mauricio....................................... 50
Geco diurno de cola p la n a 51
8 Geco diurno rayado .................. 52
Geco diurno gigante de Madagascar 54
14 Geco diurno de cuatro ocelos . . . . 54
15 Geco diurno de cuello amarillo . . . 55
Geco diurno de S ta n d in g ............ 58
19 Geco diurno de cola aserrada . . . . 59
Geco diurno gigante de las Seyche­
25 lles ............................................... 60
36 Geco diurno enano de las Como-
res .............................................. 61
37
Especies, subespecies, y distri­
47 bución ........................................ 62
47 índice a lfa b é tic o ....................... 64
Im p r e s o en E spaña P r in t e d in S p a in
L im p e r g r a f , S . L . - Barberá del Valles.
 INTRODUCCION
AGRADECIMIENTOS
Son muchas las personas que me
han ayudado a conocer y comprender
este fascinante género de saurios, y
lo han hecho con sus comentarios,
sus consejos, su aporte de documen­
tación técnica y, sobre todo, con su
entusiasmo.
En particular, debo expresar mi
agradecimiento al Dr. T im Tyie, de
Oklahoma City, y al Dr. Mike Miller,
DVM, de Chicago. Además, estoy en
deuda con el Dr. Aaron Bauer, de la
Villanova University, por localizar y
poner a mi disposición una biblio­
grafía muy difícil de conseguir. Mi
más profundo agradecimiento a to­
dos ellos. No obbstante, yo soy el úni­
co responsable de cualquier error u
omisión que pudiese aparecer en el
texto.
DEDICATORIA
Para mi mujer, Ann, por su p a ­
ciencia y apoyo, y por compartir con­
El g e c o d iu rn o d e c o la p la n a , P h e ls u m a la tic a u d a , e s p ro p io d e M a d a g a s c a r e
islas p ró xim a s.
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migo y permitirme compartir con ella
mi pasión por unos de los seres más
fascinantes y menos conocidos de es­
te hermoso planeta.
Al igual que piensan la mayoría de
aficionados a los gecos, creo que los
del género Phelsuma de Madagascar
y de las islas del océano índico son
los más atractivos e interesantes de
entre los varios centenares de espe­
cies de gecos existentes en la actuali­
dad. Los gecos diurnos reúnen una
serie de características que los hacen
únicos. Primero, como su nombre in­
dica, son diurnos (activos durante el
día) mientras que casi la totalidad de
los demás gecos son nocturnos (acti­
vos durante la noche). Los gecos
diurnos tienen una coloración bri­
llante y espléndida que, de nuevo, no
tiene nada que ver con la de la mayo­
ría de los restantes gecos. Estas pe­
queñas joyas vivientes pueden lucir
cualquiera o casi todos los colores si­
guientes: rojo, azul, verde, amarillo,

negro, blanco, marrón, y todas las to­
nalidades imaginables de cada uno.
Realmente son como los colibríes del
mundo de los gecos, y, al igual que
los colibríes, muchos gecos diurnos
consumen néctar de flores como par­
te importante de su dieta. Igual que
sucede con los colibríes y los murcié­
lagos que se alimentan de néctar, los
gecos desempeñan también un im­
portante papel en la polinización de
las flores. No conozco ningún otro
grupo de saurios que ocupe este ni­
cho ecológico tan específico.
Finalmente, los gecos diurnos
muestran una serie de pautas de
comportamiento que no han sido
descritas en otros gecos. Son anim a­
les muy territoriales, y cada especie
muestra su propio comportamieno
territorial. Su com portam iento re ­
productivo también es muy caracte­
rístico, y cada especie m uestra el
suyo. Al igual que los demás gecos,
los diurnos son capaces de emitir
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INTRODUCCION
P á g in a s ig u ie n te : G ec o d iu rn o gi­
g a n te de M ad ag ascar, P h e ls u m a m a -
d a g a s c a rie n s is .
unos sonidos vocales que, en ciertas
condiciones, pueden ser especial­
m ente fuertes. Por último, si se los
mantiene en las condiciones ade­
cuadas, los gecos diurnos se m ues­
tran muy activos y no paran de
explorar su entorno. La com bina­
ción de todas estas características
tan notables es lo que fascina a los
herpetocultores y lo que ha hecho
que estos saurios cada vez sean más
comunes en los terrarios.
Sin embargo los gecos diurnos no
son precisamente los reptiles más fá­
ciles de cuidar en cautividad, y de las
características tan específicas que
hemos descrito anteriormente es fácil
deducir que para la reproducción
también presentarán unas exigencias
muy particulares. Estoy seguro de
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6 INTRODUCCIÓN
que en las siguientes páginas lograré
darle algunas indicaciones y consejos
prácticos que le servirán para mante­
ner con éxito (y espero que también
reproducir) sus Phelsuma favoritos.
Si sigue las explicaciones al pie de la
letra no tiene por qué tener proble­
mas con estos apasionantes lagartos.
De todos modos, tenga siempre en
cuenta que los gecos diurnos son
animales muy activos y que pueden
sufrir de estrés al vivir en cautividad.
No son animales a los que se deba to­
car o manipular con frecuencia. Sin
embargo, al igual que los peces tropi­
cales, pueden proporcionar muchos
años de satisfacciones simplemente
con su contemplación.
A pesar de que yo he trabajado
con un considerable número de espe­
cies de gecos diurnos y de que estoy
seguro de que las recomendaciones
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que se exponen en este libro son apli­
cables a la mayoría de las especies
que se comercializan en la actuali­
dad, existen unas pocas acerca de las
cuales se sabe bastante poco. Los
herpetólogos que trabajan con gecos
del género Phelsuma suelen opinar
que la mayoría de las especies plan­
tean requerimientos muy concretos,
y yo estoy de acuerdo con ellos, pero
con reservas Es posible que el aficio­
nado tenga que experimentar un po­
co hasta conseguir las condiciones
idóneas para los suyos. Además, en
los últimos años se han importado
muchas especies nuevas y de las que
se sabe m uy poco o nada acerca de
sus costumbres (tanto en la naturale­
za como en cautividad).
Parece ser que cada año se descu­
bren especies nuevas y que éstas no
tardan en aparecer en el mercado. El
INTRODUCCIÓN
nuevo propietario no tendrá más re­
medio que esforzarse en averiguar el
nombre exacto de los ejemplares que
pretenda adquirir, así como la m áxi­
ma información acerca de ellos; si su
proveedor es de una cierta categoría
deberá estar en disposición de pro­
porcionarle estos datos. También
puede acudir a zoológicos que tengan
una buena colección de anfibios y
reptiles, a museos en los que exista
algún herpetólogo en plantilla, o a al­
guna sociedad herpetológica o terra-
riófila. Por último, siempre, que le sea
posible, es mejor adquirir ejemplares
nacidos en cautividad. Muchas de las
especies más populares se reprodu­
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cen regularmente en cautividad y la
mayoría de ellas son fáciles de criar.
Debemos preguntar siempre si los
7
ejemplares que nos planteamos ad­
quirir han nacido en cautividad o si
han sido capturados en la naturaleza.
Los ejemplares capturados pueden
ser portadores de numerosas enfer­
medades y parásitos, y no se adaptan
tan bien como los nacidos en cautivi­
dad. Al describir cada especie en con­
creto ya se indica si ha sido
reproducida o no en cautividad y cuál
es su grado de dificultad.
Si usted se está iniciando ahora
en el cuidado de estos animales le
recomiendo que empiece con las es­
pecies que más fácilmente se repro­
ducen en el terrario. Olvídese de las
especies más difíciles y de aquellas
de las que no existe ninguna o casi
ninguna información acerca de su re­
producción en cautividad.
 8

INFORMACION GENERAL
ACERCA DE
LOS GECOS DIURNOS
La mayoría de las especies de ge-
cos diurnos son propias de las islas
del océano índico occidental entre
las que contamos Madagascar, las
Comores, Aldabra, las Seychelles,
Reunión, Mauricio, y otras. Además,
hay como m ínim o una especie en
África del Sur y otra que parece ha­
ber sido introducida en Tanzania.
Tam bién existe una especie de Phel-
suma en las islas Andam án, que es
un archipiélago situado al este de la
India. Sin embargo, la gran distan­
cia existente entre Madagascar y las

L os g e c o s d iu rn o s del g é n e ro P h e ls u m a p o n e n u n o o d o s h u e vo s. Es­
to s fu ero n d e p o s ita d o s en la ax ila d e una hoja. A m b o s h uevo s es tán a d ­
h e rid o s e n tre sí y s o n m uy d e lic a d o s . A lg u n o s g e c o s d iu rn o s p o n en
h u evo s ad h e s iv o s y o tro s no.

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 10 INFORMACIÓN GENERAL ACERCA DE LOS GECOS DIURNOS

Andamán hace que algunos autores luego han resultado

duden acerca de la taxonomía de es­ ser especies en toda
ta especie. regla.
Actualmente se reconocen 38 es­ Todos estos ani­
pecies y 42 subespecies de gecos males no sólo son
diurnos. Una de ellas, Phelsum a ed- diurnos, sino que,
wardnewtonii, se considera extin­ en sus lugares de
guida. Adem ás, hay otra, Phelsum a origen acostumbran
gigas, de la que no se encuentran a ser los lagartos
los holotipos y que probablem ente más visibles y nu­
no se tratase de un verdadero geco merosos. Si bien es
diurno. cierto que algunas
La mayor parte de las especies de aves rapaces, ser­
gecos diurnos (22 especies) son pro­ pientes y pequeños
pias de Madagascar, que es la terce­ m amíferos se ali­
ra isla más grande del mundo, pero mentan de los gecos
parece ser que estos pequeños sau­ diurnos, la densi­
rios evolucionaron en África conti­ dad de población de
nental para colonizar las islas en estos saurios no ha­
una etapa posterior. En Madagascar ce suponer que es­
es donde alcanzan su máximo esta­ tén aún sometidos
dio evolutivo. La fauna y la flora a gran presión por
malgaches se caracterizan por su parte de sus preda-
gran número de endem ism os (espe­ dores.
cies que no se encuentran en nin ­ A pesar del gran
gún otro lugar) o por especies que número de especies
han proliferado de tal forma en la is­ que com ponen este
la que prácticamente se las puede género, algunas de
considerar como endémicas; los g e ­ ellas tienen un área de distribución
cos diurnos pueden incluirse en es­ sumamente limitada. Por ejemplo,
ta última categoría. Phelsuma serraticauda solam ente se
En este libro sólo voy a tratar encuentra en una o dos plantacio­
acerca de las especies. Eso no quie­ nes de plátanos de Madagascar cuya
re decir que las subespecies no sean superficie total probablem ente no
válidas (a pesar de que muchas v e ­ supere las 200 hectáreas. Todas las
ces así me lo parezca), sino que re­ especies de Phelsuma, a excepción
flejan en parte la considerable de una, están incluidas en el apén­
confusión que aún existe en este gé­ dice II del CITES (Convention on
nero. Como ya he dicho anterior­ Trade in Threatened and Endange-
mente, en los últim os años se han red Species), que es el tratado inter­
ido descubriendo muchas nuevas nacional que regula el tráfico de
especies de gecos y no m e extrañaría especies de anim ales y plantas en
que esta racha aún se prolongase peligro. El apéndice II comprende la

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durante algún tiempo. A muchas de segunda categoría más protegida. Es­
las especies más conocidas se les ta designación no hace más que refle­
habían adjudicado subespecies que ja r el tremendo deterioro que han
INFORMACIÓN GENERAL ACERCA DE LOS GECOS DIURNOS
sufrido los ecosistemas en que viven
estos anim ales en Madagascar y las
restantes islas. De hecho, lo más
probable es que algunas de estas
especies estén en un peligro mayor
de lo que se cree. La especie que go­
za de m ayor protección es el geco
diurno de Round Island, Phelsum a
guentheri, que se considera especie
am enazada y, por lo tanto, está in ­
cluida en el apéndice I del CITES.
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Además, tam bién está protegida por
la «U. S. Endangered Species Act».
Por lo tanto, no se puede com ercia­
lizar de ninguna form a y solamente
puede ser m antenida en cautividad
por instituciones que se dediquen a
realizar program as de reproducción
en cautividad.
La mayoría de los gecos diurnos
son habitantes típicos de las zonas
bajas y se les encuentra entre la vege­
tación de las capas rastreras de los
árboles y arbustos, así como en los al­
rededores de los asentamientos hu­
manos. A pesar de tener una actividad
diurna, no parece que les guste tomar
el sol (como suelen hacer los demás
 12 INFORMACIÓN GENERAL ACERCA DE LOS GECOS DIURNOS
lagartos), sino que prefieren los lu­
gares algo sombríos.
Otra de las características únicas
de este género es que la m ayoría de
las especies, si no todas, gustan de
consumir ciertas cantidades de néc­
tar o jugos de las frutas caídas. A n ­
tiguamente se creía que com ían
fruta, pero ahora sabemos que se li­
mitan a lam er sus jugos. Para con ­
seguir su reproducción es muy
importante tener en cuenta estas
costumbres nectívoras, tem a en el
que profundizaremos más adelante.
Sin embargo, la parte fundamental
de su dieta, al igual que la de los de­
más gecos, está formada por peque­
ños insectos, arañas, y otros
artrópodos.
Los gecos diurnos son m uy terri­
toriales, y los machos se esfuerzan
por proteger activamente sus territo­
rios. Cada especie parece tener su
propia conducta territorial, lo cual
es único entre los gecos. Estas pau­
tas de com portam iento son sim ila­
res a las observadas en algunos
agámidos e iguánidos, y constituyen
otro de los puntos clave para su
mantenimiento en cautividad, sobre
las que más adelante volverem os a
tratar.
Al igual que todos los gecos, los
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P á g in a s ig u ie n te : P h e ls u m a ro b e rt-
m e rte n s i e s un g eco d iu rn o de M a-
d a g a s c a r sin n o m b re c o m ú n , s in su-
b e s p e c ie s , y sin p o p u la rid a d .
Phelsum a depositan uno o dos hue­
vos que pueden ser colocados en los
lugares más diversos, com o las a x i­
las de las hojas, grietas de las rocas,
grietas en la corteza de los árboles,
bajo las piedras, o entre la hojarasca
del suelo. Algunas especies desovan
en lugares individuales, m ientras
que otras hacen nidos comunitarios
en los que desovan conjuntamente
varias hembras de la m ism a especie
llegando a reunir hasta varios cente­
nares de huevos. Estos huevos son
redondos y tienen la cáscara dura.
Algunos gecos diurnos depositan
huevos que no se adhieren al sus­
trato, pero otros ponen huevos que
se fijan inmediatamente. Éste es
otro de los factores a tener en cuen­
ta para su reproducción en cautivi­
dad, pues los huevos que se
adhieren en el lugar de la puesta se
romperían si se intentase retirarlos.
De hecho, todos los huevos de los
gecos diurnos son muy frágiles y
han de ser manejados con suma de­
licadeza.
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 14
TERRARIO
La mayoría de gecos diurnos pue­
den alojarse en terrarios con un volu­
men interior de 80 a 120 litros, y que
deberán estar cubiertos con una tapa
que encaje perfectamente pero que
permita el paso del aire y de la luz.
Las mosquiteras de ventana pueden
adaptarse a la tapa y a mí m e han
dado siempre muy buenos resulta­
dos. Algunas especies requieren una
humedad ambiental muy elevada,
por lo que la tapa deberá construirse
de vidrio u otro material transparen­
te. Para impedir que esta tapa impida
el paso de algunas radiaciones lumi­
nosas, habrá que recortar un orificio
en el que encaje exactamente la
fuente de ilum inación a em plear y
protegerlo con malla fina de plástico.
El terrario puede disponerse de fo r­
ma vertical u horizontal, siendo esta
última la más frecuente. Los gecos
diurnos son unos verdaderos espe-
Los a c u a rio s de p lá s tic o de
p eq u e ñ o ta m a ñ o c o n luz in­
c o rp o ra d a p u e d e n s e r úti­
les p ara a lo ja r e je m p la re s
ju v e n ile s o en fe rm o s .
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En la s tie n d a s d e a n im a le s
e n c o n tra re m o s p e q u e ñ o s te ­
rra rio s d e p lá s tic o q u e p u e ­
d e n s e rv ir p ara a lo ja r c ría s o
p ara tra s la d a r e je m p la re s
a d u lto s.
cialistas en fugarse, por lo que ha­
brá que tom ar las m edidas necesa­
rias para im pedir que salgan del
terrario. Mis experiencias con la
captura de Phelsum a por todas las
habitaciones de la casa m e obligan a
insistir en que hay que hacer todo lo
posible para prevenir su fuga.
Si no se pretende montar un terra­
rio espectacular o decorativo, habrá
que emplear el sustrato más sencillo
posible. El papel de periódico y la gra-
villa gruesa (4-5 mm) me han dado
siempre muy buenos resultados. No
emplee nunca arena o gravilla fina
con los gecos diurnos. Muchas de es­
tas especies, al igual que los demás
gecos, tienen la costumbre de ingerir
algo de arena o piedrecitas. Es proba­
ble que ello se deba a algún tipo de
deficiencia alimenticia. La ingestión
de arena o gravilla puede ocasionar­
nos muchos quebraderos de cabeza,
por lo que habrá que evitar su empleo
TERRARIO 15

en el terrario de los gecos

diurnos. Tampoco es con­
veniente emplear césped
artificial o moqueta para <»..
/M AU t*

exteriores, pues se ha
comprobado que en los
Phelsuma puede llegar a
ocasionar unas infeccio­ ■ V »
M AfíNy
nes de las extremidades (•
R

muy difíciles de curar y

generalmente mortales. A
pesar de que muchos afi­
cionados defienden que
se trata de un medio hi­
giénico y fácil de desinfec­
Para m o n ta r un terrario para g eco s d iu rn o s pueden
tar, insisto en que no
e m p le a rs e a c u a rio s de vid rio . E lija uno q u e sea lo
deberá emplearse jam ás m ás g ran d e p osib le, p refe rib le m en te de en tre 100 y
con los gecos diurnos. 2 0 0 litros d e ca p a c id a d . E ste tip o d e ac u a rio s pue­
El terrario deberá in­ de a d q u irirs e en c u a lq u ie r tie n d a de an im ales.

cluir algunos elementos

más. Es importante colo­
car unas cuantas ramas horizontales
y un par verticales. Los gecos diurnos
parecen preferir las ramas horizonta­
les, por lo que habrá que colocar más
en esta posición que verticales. Tam ­
bién pueden colocarse en el terrario
algunas macetas con bromelias te­
rrestres tales como Pothos o Maranta.
Por mi parte, suelo emplear también
pequeñas palmeras con maceta, pues
éstas parecen gustarles mucho a los
gecos diurnos y algunas especies in­
cluso depositan sus huevos en las
axilas de las palmas. En el suelo del
terrario habrá que colocar numero­
sos escondrijos y rincones en los que
puedan desovar. Para ello pueden
emplearse trozos de corteza de árbol,
piedras finas y planas, y tubos de
PVC cortados longitudinalmente. Los
gecos emplearán estos lugares para
esconderse y descansar, así como pa­
Si usted dispone de tiempo y pa­
ciencia le recomiendo que monte un
terrario de aspecto realista. La afición
por los gecos diurnos puede decirse
que nació en Europa Central (espe­
cialmente en Alemania y Holanda) y
los aficionados de esos países suelen
mantenerlos en instalaciones real­
mente elaboradas y atractivas. He te­
nido ocasión de admirar algunos
terrarios muy espectaculares y estoy
seguro de que el éxito en la reproduc­
ción de estas especies tiene mucho
que ver con estas instalaciones. Si se
decide a intentarlo, será mejor que
acuda a un invernadero o a un cen­
tro de jardinería y se deje aconsejar
para montar un terrario semitropical.
ILU M IN A C IÓ N
Y TEMPERATURA
La iluminación es un factor abso­

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ra desovar (por lo menos por lo que lutamente crítico para el manteni­
se refiere a las especies que no «pe­ miento y la reproducción de los gecos
gan» sus huevos). diurnos. En las instalaciones de inte-
 16 TERRARIO

rior hay que emplear lám paras de
espectro total. Por mi parte, suelo
emplear dos tubos en pantallas es­
tándar de uso acuarófilo colocadas
directamente encima de la tapa del
terrario. Si no las puede colocar di­
rectamente sobre el terrario, no de­
berán estar a más de 10 cm por enci­
ma de él. Una de las radiaciones más
importantes de estas lámparas es la
que corresponde al extremo ultravio­
leta del espectro luminoso y que es
vital para la salud de nuestros ani­
males. Como ya dijimos anteriormen­
te. si es necesario cubrir totalmente
el terrario para evitar la pérdida de
humedad habrá que construir la cu­
bierta de forma que no bloquee el pa­
so de la luz superior. Los plásticos,
fibra de vidrio, etc., son materiales
im permeables a las radiaciones ul­
travioletas, por lo que reducirían la
eficacia de las lámparas que hemos
mencionado.
Al igual que para la calefacción, al­
gunos aficionados prefieren emplear
luces direccionales que apunten a
una esquina del terrario. Estas lám ­
paras deben colocarse a una altura
de 30 a 40 cm sobre el terrario y en ­
focarán una sola esquina del mismo.

F o to g ra fía s u p e rio r: Las p la n ta s d e p lá s tic o , c o m o e s ta s , son b la n ­

d a s y e s te riliz a b le s , por lo q u e a v e c e s p u e d e n ser d e u tilid a d en los
te rra rio s p ara c ría s y ju v e n ile s . F o to g ra fía in fe rio r: En las tie n d a s de
a c u a rio s e n c o n tra m o s a c c e s o rio s de p ésim o g u s to q u e ja m á s h ab rá
q u e e m p le a r en un terra rio .

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TERRARIO
E ste te rm ó m e tro h o ri­
zo n ta l de H ag en e s a d ­
h e s iv o , p o r lo q u e p o ­
drá c o lo c a rlo en el
lu g a r q u e m á s le c o n ­
ve n g a . Su p re c is ió n es
m á s q u e s u fic ie n te y
p u e d e a d q u irirs e en
c u a lq u ie r tie n d a de
ac u a rio s.
Si iluminasen más superficie se co­
rrería el riesgo de elevar la tempera­
tura hasta extremos peligrosos.
La tem peratura del terrario será
de 26 a 32 °C, sitúandose el punto
óptimo para la m ayoría de las espe­
cies entre 28 y 29 °C. No conviene
que las tem peraturas desciendan
por debajo de los 21 °C ni suban por
encim a de los 32 °C. La mayoría de
los gecos diurnos pueden soportar
tem peraturas relativamente eleva­
das, especialmente durante periodos
cortos o si se les da tiempo a que se
aclimaten a ellas. Sin embargo, una
tem peratura constantemente alta
puede hacer que sus anim ales se
vuelvan estériles (especialm ente los
m achos) m ientras que una dem a­
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siado baja, aunque sea durante po­
co tiempo, puede acarrearles serios
problem as de salud. Por lo tanto, el
17
La ilu m in ació n e s un
fa c to r m uy im p o rtan ­
te en el te rra rio para
gecos d iu rn o s, y
e x is te n tu b o s flu o ­
re s c e n te s esp e ciale s
p ara c u b rir to d a s las
n ecesid ad es.
terrario deberá contar con un ter­
m óm etro que controlarem os por lo
m enos un par de veces al día. Los
term óm etros de máxima y mínima
son ideales, pero los termómetros
adhesivos para acuarios también
son muy prácticos y su precisión es
más que suficiente. Es interesante
procurar que la temperatura del te­
rrario varíe ligeram ente a lo largo
del día, y lo correcto será que haya
una diferencia de unos 6-8 °C entre
el día y la noche. Las temperaturas
constantes tienden a producir un
estancam iento del aire del terrario.
 18 TERRARIO

V ista fro n ta l de P h e ls u m a s ta n d in g i.

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 19

ALIMENTACIÓN
Hay un refrán que dice que la va­
riedad es la salsa de la vida, y esto
también puede aplicarse a la m anu­
tención de los gecos diurnos. O, por
lo menos, en lo que respecta a su
alimentación. Como ya vimos ante­
riormente, los Phelsum a tienen una
dieta muy especializada en la que, se­
gún las especies, se incluyen ciertas
cantidades de néctar de flores o jugos
de frutas. Sin embargo, la parte más
importante de su dieta la constituyen
los insectos y otros pequeños artrópo­
dos. Entre los insectos apropiados pa­
ra la alimentación de estos saurios
podemos incluir los grillos, las polillas
de la cera y sus larvas, las drosófilas
P h elsu m a sta n d in g i tien e una lengua
ápteras (para las crías), y lo que sole­ m uy larga y la em plea para lam er go­
mos denominar como «plancton de la ta s de agua y zu m o s de frutas.
hierba». Esto último no es más que el
conjunto de pequeños insectos y arác-
nidos que se recolectan al pasar un
salabre sobre la vegetación de un jar­
E je m p la r d e g e c o d iu rn o d e M ada- dín o del campo, y probablemente sea
g asc ar, P h e ls u m a m a d a g a s c a rie n - el mejor alimento para nuestros ani­
sis, c o m ié n d o s e un grillo. males. Si embargo, se corre el riesgo
de introducir también algunos parási­
tos y de que los insectos recolectados
hayan podido estar contaminados por
insecticidas. Los gecos diurnos, tanto
si han sido capturados en origen co­
mo si han nacido en cautividad, no
tienen defensas contra los parásitos
de un país extraño para ellos, por lo
que podrían enfermar gravemente o
incluso morir por causas que apenas
afectarían a la herpetofauna local. La
única forma de asegurarse de que los

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insectos capturados en el campo no
sean perjudiciales para nuestros rep­
tiles consiste en congelarlos durante
20 ALIMENTACIÓN

un mínimo de dos semanas, pero tienden a provocar obesidad en nues­

dado que los gecos diurnos suelen
perseguir a sus presas y son los
movimientos de éstas los que los ex­
citan, no suelen aceptar «bichos
congelados». De todos modos, a v e ­
ces hay algunos ejemplares que sí
los aceptan. Si usted se decide a
darles «plancton de la hierba» vivo,
deberá hacer que un veterinario exa­
mine regularmente sus excrementos
para intentar detectar la presencia
de posibles parásitos.
Un alimento que hay que evitar to­
talmente, o reservarlo únicamente pa­
ra casos de emergencia, son los
gusanos de la harina. Los gusanos de
la harina (larvas del coleóptero Tene-
brio molitor) suelen causarles dos pro­
blemas a los gecos diurnos; el primero
es que estos saurios apenas pueden
digerir sus exosqueletos quitinosos, y
sus acumulaciones les producen gra­
ves trastornos intestinales. El segun­
do problema es que los gusanos de la
harina son muy grasos, y estas grasas
tros lagartos a la vez que absorben
nutrientes tan importantes como las
vitaminas D y E.
Los insectos tales como grillos y
larvas de polilla de la cera son unos
alimentos perfectos, siempre y cuando
los complementemos con las adecua­
das dosis de minerales y complejos
polivitamínicos. De hecho, los com­
plementos de vitaminas y minerales
son otro de los factores críticos para
la salud y la reproducción de los ge­
cos diurnos. Para mantenerlos sanos
es imprescindible administrarles un
buen complejo polivitamínico, pero
además hay que proporcionarles tam­
bién un suplemento de calcio. Mu­
chos criadores emplean concha de
sepia en polvo o fosfato dicálcico, pero
es mejor recurrir a los preparados co­
merciales especiales para reptiles.
Siempre que démos de comer a los ge­
cos diurnos habrá que espolvorear
previamente el alimento con el calcio
y las vitaminas. A algunos criadores

L os g u s a n o s d e la h a rin a N O son s a lu d a b le s p ara lo s g eco s

d iu rn o s , a p e s a r d e q u e a é s to s le s g u s ta n m u c h o . S ó lo hay
q u e e m p le a rlo s en ca so de e m e rg e n c ia y c u a n d o no s e d is p o ­
n e d e n in g ú n o tro a lim e n to , p ero s ie m p re e s p o lv o re á n d o lo s
co n un c o m p le jo d e v ita m in a s y ca lcio .

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 22
El g rillo d o m é s tic o , A c h e ta d o ­
m estica, es el a lim e n to id ó n e o pa­
ra los g e c o s d iu rn o s , p ero s ie m ­
p re hay q u e e s p o lv o re a rlo s con
calcio y vitam inas.
les preocupa la posibilidad de sobrea
limentar a sus animales con todos es
P h e ls u m a la tic a u d a e s una e s p e c ie p ro p ia d e las islas F a rq u h a r y d e las C o-
m ores.
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ALIMENTACIÓN
tos complementos, pero por mi parte
nunca he podido apreciar síntomas
de hipervitaminosis en ninguno de los
muchos gecos diurnos con los que he
trabajado. Es posible que alguna vez
se les proporcione un exceso de cal­
cio, pero, insisto, no he he visto nun­
ca ninguna enfermedad causada por
este motivo. De hecho, la carencia de
calcio es uno de los problemas más
habituales en los gecos diurnos. Mi
recomendación es que, además de es­
polvorear los alimentos con calcio, se
coloque en el terrario un pequeño pla­
tillo con el suplemento de este m ine­
ral al alcance de los gecos. Éstos
suelen consumir el polvo que se les
ofrece, y es vital para las hembras en
periodo de reproducción.
Además de insectos, usted deberá
darles a sus gecos diurnos algún tipo
de néctar o fruta. He podido compro­
bar que a todos los Phelsuma les en­
cantan los «potitos» para bebés a base
de melocotón, albaricoque, o plátano.
Una mezcla que da muy buenos re­
ALIMENTACIÓN 23

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sultados es la siguiente: a 30 gramos livitamínico en polvo (0,25 cm3 si es
de «potito» de frutas se le añade un en líquido) y otro tanto de calcio en
cuarto de cucharadita de complejo po- polvo, y se remueve hasta conseguir
24 ALIMENTACION

una papilla homogénea. Ponga una y los gecos acabarían padeciendo de

pequeña cantidad de esta papilla en
un platito plano y colóquelo en el te­
rrario. Los gecos no tardarán en des­
cubrirlo y comerán con gran avidez.
Es probable que usted haya oído decir
que a los gecos diurnos les conviene
comer miel con vitaminas y calcio, y
no hay duda que la miel les encanta.
Sin embargo, no es recomendable
darles siempre miel pues ésta contie­
ne una excesiva cantidad de azúcares
obesidad. Los gecos obesos se repro­
ducen mal y su descendencia suele
ser menos fuerte que la que procede
de animales más esbeltos.
A los ejemplares adultos hay que
darles insectos dos veces a la sem a­
na, pero a los menores de seis meses
deberemos alim entarlos a diario. La
papilla de frutas se les dará una vez
a la semana, tanto a los adultos co­
mo a los juveniles.

P h e ls u m a q u a d rio c e lla ta , de M ad ag as ca r, tie n e cu a tro s u b e s p e c ie s : P

q. b im ac u lata , P. q. q u a d rio c e lla ta , P. q. le iu ra , y P. q. p arv a. Su n om bre
c o m ú n es el d e g eco d iu rn o de cu atro o c e lo s q u e es, p rá c tic a m e n te , la
tra d u c c ió n de su n o m b re en latín . (U n o c e lo e s una m a n c h a re d o n d e a ­
da y p a re c id a a un o jo . En la fo to g ra fía v e m o s las s itu a d a s d e trá s de
sus e x tre m id a d e s a n te rio re s .)

W "

V
A
A )

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REPRODUCCIÓN
Muchas especies de gecos diur­
nos se cuentan entre los animales
más fáciles de reproducir en el terra­
rio, siem pre y cuando se cumplan
las condiciones para su m anteni­
miento que hem os ido describiendo
anteriormente. En Europa se repro­
ducen desde hace muchas décadas,
y en Estados Unidos lo hacen desde
hace unos 20 años. Para evitar la
disminución de las poblaciones sal­
vajes es necesario que nos esforce­
mos en conseguir la reproducción de
las especies que tengam os en nues­
tro terrario.
Naturalmente, para conseguir su
reproducción habrá que empezar por
conseguir parejas sexadas, lo que no
D im in u to s h u evo s d e P h e ls u m a sla n d in g i.
www.FreeLibros.org
25
es ningún problema ya que es muy
fácil diferenciar los gecos diurnos de
ambos sexos. Si le da la vuelta a un
ejemplar y le examina la cara interior
de sus extremidades posteriores verá
una hilera de puntos que se prolonga
horizontalmente. Son los llamados
poros femorales, y solamente se ha­
cen evidentes en los machos. Son co­
mo un punto que se destaca entre las
demás escamas. A veces las hembras
pueden tener unos diminutos poros
femorales, pero apenas son percepti­
bles. Los machos a veces presentan
una especie de pequeños pelos que
parten de estos poros. De hecho, no
son más que unas proyecciones de
una sustancia olorosa, de consisten-
 26 REPRODUCCIÓN

cia similar a la de la cera, y que pro­

bablemente les sirva para delimitar
sus territorios y advertir a las hem­
bras de su predisposición.
Ahora que dispone de por lo m e­
nos una pareja de gecos es el m o­
mento de ponerse manos a la obra
para criarlos. Para la reproducción de
algunas especies es muy importante
disponer de otros machos y hembras.
Al hacer la descripción de las princi­
pales especies ya verá que en algunas
recomiendo emplear más de una
hembra y un macho para formar gru­
pos reproductores, y lo hago por va­
rios motivos. El primero es que
algunos machos parece ser que no se
animan a reproducirse si solamente
P á g in a s ig u ie n te : M a c h o m o s tra n d o
c la ra m e n te s u s p o ro s fe m o ra le s .
tienen una hembra a mano. La solu­
ción consiste en disponer de más
m achos o hembras para que se pro­
duzcan delimitaciones territoriales.
En los casos en que recomiendo dis­
poner de más machos que hembras,
o de más de una pareja, el truco con­
siste en colocar dos machos juntos
durante un corto periodo; insisto en
lo de «corto», pues estos animalitos
son capaces de luchar como locos e
incluso matarse entre sí si están ju n ­
tos durante demasiado tiempo. Inclu-

Para d ife re n c ia r los s e x o s b asta co n fija rs e en los p o ro s fe m o ra le s (p e q u e ñ o s o rifi­

cio s d is p u e s to s en una lín ea h o rizo n ta l e n la ca ra in te rn a d e las e x tre m id a d e s in fe ­
rio res). Los del m a c h o s o n n u m e ro s o s y e v id e n te s (iz q u ie rd a ), m ie n tra s q u e la
h em bra tie n e m e n o s y m á s p e q u e ñ o s (d e re c h a ).

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 28
so juntándolos durante periodos bre­
ves suelen acabar atacándose. Las
pequeñas heridas cutáneas suelen
sanar rápidamente y no necesitan
tratamiento alguno. Es importante
observar atentamente a los animales
durante estos combates y separarlos
en cuanto alguno parezca estar heri­
do o empiece a mostrar síntomas de
estrés.
Al separarlos, el vencedor suele
tardar pocas horas en decidirse a
aparearse con la hembra. De hecho,
al provocar estos enfrentam ientos lo
que se hace es excitar el sistema en ­
docrino para activar al macho inac­
tivo.
Por otra parte, hay otras especies
en las que los machos no necesitan
luchar pero precisan disponer de va­
rias hembras. En la descripción de
especies lo indico al decir que se for-
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REPRODUCCION
P á g in a s ig u ie n te : H a b ita c ió n c o n in­
c u b a d o ra s p ara la re p ro d u c c ió n de
re p tile s a n iv el c o m e rc ia l.
man grupos reproductores con un
macho y más de una hembra.
La reproducción se inicia con un
cortejo nupcial m ediante el cual el
m acho intenta atraer a la hembra.
El m acho suele sacar la lengua, le­
vantando su punta y llegando a colo­
carla por encima de la hembra;
también efectúa lentas ondulaciones
laterales con la cola y ocasionalmen­
te emite algunos curiosos sonidos.
Cuando la hembra acaba aceptándo­
lo, el macho la monta dorsalmente, la
sujeta firmemente mordiéndola en la
nuca, y se produce la copulación. Es
probable que usted no tenga ocasión
de presenciar la cópula, pero si ob-
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 30 REPRODUCCIÓN

serva que la hembra presenta rastros

de haber sido mordida en la nuca
puede tener la certeza de que ésta ha
tenido lugar.
Tras la copulación, los huevos se
desarrollan muy rápidamente. Estos
huevos pueden ser visibles a través
de la pared del abdomen y aparecen
como uno o dos bultos que pueden
ser de color blanco (aunque no siem ­
pre). El desove suele producirse al
cabo de un mes después del aparea­
miento. Desovan en cualquier mes
del año y las hem bras suelen efec­
tuar bastantes puestas de uno o dos
huevos. Dado que las hembras retie­
nen el esperma, no es necesario que
cada puesta vaya precedida del co­
rrespondiente apareamiento. A lgu­
nas hembras (probablemente la
mayoría) después de varias puestas
pasan un periodo de dos a cinco m e­
ses durante los cuales no desovan.
Esto es completamente norm al y les
sirve para descansar y perm itir que
su organismo se recupere del des­
gaste.

V ista v e n tra l de una p are ja de P h e ls u m a m a-

d a g a s c a rie n s is d u ra n te el a p a re a m ie n to .

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REPRODUCCION

U s te d no n e c e s ita s e r un g e n io de la h e rp e to lo g ía para c o n s e g u ir cria r g e c o s d iu r­

n o s . La m ayo ría se re p ro d u ce n con fac ilid a d , y ése es el m otivo de q u e se an ta n po­
p u la re s y e c o n ó m ic o s . Al p rin c ip io e s m e jo r q u e se d eje a c o n s e ja r por el p erson al
d e su tie n d a h a b itu a l y q u e sean e llo s q u ie n e s le e lija n una b u e n a p are ja re p ro d u c ­
to ra . En la p á g in a 2 6 v e rá la fo rm a d e d ife re n c ia r los s e x o s . E ste jo v e n P h e ls u m a
m a d a g a s c a rie n s is aú n e s tá sa lie n d o del huevo y c u e s ta cree r q u e p u d ie s e c a b e r en
su interior.

Es importante que en el terrario rios musgo de esfagnos húmedo co­

haya suficientes lugares apropiados
para el desove, pues de lo contrario
podría producirse una retención de
huevos de nefastas consecuencias
para el animal. Al hablar de la dispo­
mo lugar de desove, y le recomiendo
que usted también lo haga pues es
un sistema que funciona estupenda­
mente. Algunas especies ponen hue­
vos muy pequeños, por lo que será

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sición del terrario ya vimos la forma importante que dispongan de estos
de acondicionar estos rincones. Algu­ lugares de desove. Así no sólo podre­
nos criadores colocan en sus terra­ mos encontrar más fácilmente los
 32
huevos, sino que se evitará su posible
deshidratación.
Los huevos recién puestos son
bastante blandos, pero se endure­
cen en cuestión de horas. Si observa
a la hembra durante el desove, no
toque los huevos ni los mueva hasta
que se hayan endurecido. Los hue­
vos de las especies que no los «pe­
gan» deberán ser retirados para su
incubación artificial. Las especies
que los adhieren pueden presentar
algún que otro problem a con la in ­
cubación. Si los huevos han queda­
do adheridos a algún elemento
extraíble (piedra, trozo de corteza,
tubo de PVC, etc.), bastará con reti­
rar el elemento en cuestión con los
huevos. No intente separar los hue­
vos pues le garantizo que los rom pe­
rá en el intento. Algunas especies,
como el geco diurno de Round Is-
land, Phelsuma guentheri, suelen pe-
E jem p lar d e P h e ls u m a re c ié n n a c id o . En los e je m p la re s ta n p e q u e ñ o s es m uy
d ifícil a v e rig u a r la e s p e c ie a la q u e p e rte n e c e n , p u e s la c o lo ra c ió n s u e le c a m ­
b ia r al crecer.
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P á g in a s ig u ie n te : H e rm o s o e je m p la r
d e P h e ls u m a la tic a u d a , e s p e c ie p ro ­
p ia de M a d a g a s c a r, las Is la s F a r-
q u h ar, y las Is la s C o m o re s.
gar sus huevos a las paredes del te­
rrario. En este caso no habrá más
remedio que incubarlos en el terra­
rio. Si puede, saque a los adultos e
instálelos en otro terrario. A conti­
nuación, deberá colocar algo que
proteja a los huevos e impida que las
crías puedan escaparse al nacer. Lo
ideal es coger un trozo de tubo de
plástico transparente, ponerle una
malla fina en un extremo, y unirlo
con silicona por el otro extremo al vi­
drio en el que están los huevos y de
forma que éstos queden dentro de él.
A pesar de que puede emplearse
cualquier tipo de tubo, lo m ejor es
que éste sea de plástico transparen-
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 34
te para poder controlar lo que suce­
de en su interior. Probablemente ha­
brá que humedecer los huevos un
par de veces a la semana para asegu­
rarse de que no se desecan.
La incubación de los huevos no
adheridos es muy sencilla y se desa­
rrolla como la de cualquier otro hue­
vo de reptil. Retire el huevo, o los
huevos (si son dos, lo más probable
es que estén unidos entre sí), y coló-
quelos en un pequeño recipiente de
plástico (como los de la mantequilla)
con vermiculita fina y húmeda. La
relación de peso entre el agua y la
vermiculita deberá ser de 2:1. A lgu­
nos criadores emplean también per-
lita, pero yo creo que la verm iculita
va mejor. Tam bién puede usarse tie-
El d ib u jo de e s te g e c o d iu rn o de S ta n d in g , P h e ls u m a s ta n d in g i, se p a re c e
m ucho al de las h o ja s de la p la n ta s o b re la q u e se ha p osad o.
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P á g in a s ig u ie n te : E x c e le n te e je m ­
p la r d e P h e ls u m a m a d a g a s c a rie n s is ,
a u n q u e q u izá s e s té alg o o b e s o d e b i­
do a un e x ce so d e a lim e n ta c ió n .
rra estéril hum edecida en la m ism a
relación que la verm iculita. El sus­
trato deberá tener un espesor de
unos 4 cm. Coloque los huevos en la
parte superior, o medio enterrados en
el sustrato, y cierre el recipiente con
un plástico y una gomita. De hecho,
nos servirá cualquier incubadora que
pueda mantener una temperatura
constante. La temperatura y el perio­
do de incubación varía de unas espe­
cies a otras, y son factores que
debemos conocer (véase pág. 36).
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36 REPRODUCCIÓN

C U ID AD O DE LAS CRÍAS na y la cantidad de vitaminas y calcio

El cuidado de las crías es muy si­
milar al de los adultos, excepto por el
tamaño y la frecuencia de su alimen­
tación. A los gecos diurnos recién na­
cidos podemos alimentarlos con
drosófilas ápteras o con alas vestigia­
les, así como con grillos recién naci­
dos o con «plancton de la hierba»
finamente cribado. Hay que darles de
comer a diario y espolvorear los in­
sectos con un suplemento de vitam i­
nas y calcio. Además, hay que
colocar un platito con calcio en polvo
para que los juveniles puedan consu­
mirlo siempre que les apetezca. Hay
que darles fruta dos veces a la sema­
será un 25 % superior a la que reci­
ben los adultos.
Al contrario que los adultos, los
ju veniles pueden ser mantenidos
durante algún tiempo en grupos (pe­
ro sin ju n tar m ás de cinco ejem pla­
res). Sin embargo, a la edad de tres
meses ya conviene alojarlos en terra­
rios individuales. De todos modos,
observe atentamente a sus animales
y sepárelos en cuanto vea los prim e­
ros signos de lucha entre ellos. Si el
mantenimiento y la alimentación son
los adecuados, la mayoría de los ge­
cos diurnos alcanzan su madurez se­
xual al cabo de nueve a doce meses.

ESPECIES P E R IO D O D E IN C U B A C IÓ N TEM PERATURA DE

(en dias) INCUBACIÓ N

Phelsuma abbotti 85-90 26 °C

P. astríata 35-70 28 °C
P. cepediana 35-80 26 °C
P. dubia 35-67 28 °C
P. guentheri 52-90 28 °C
P. guimbeaui 40-75 26 °C
P. laticauda 35-70 26 °C
P. lineata 40-45 26 °C
P. longinsulae 50-60 28 °C
P. madagascariensis 42-70 28 °C
P. ornata 30-55 26 °C
P. quadñocellata 30-43 26 °C
P. seippi 46 27 °C
P. serraticauda 48 26 °C
P. standingi 64-80 28 °C
P. sundbergi 59-72 28 °C
P. v-nigra 40-50 26 °C

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ENFERMEDADES
Los gecos diurnos nacidos en
cautividad suelen estar libres de en ­
fermedades, por lo menos por lo que
se refiere a las causadas por orga­
nism os patógenos tales como las
bacterias y otros parásitos. He visto
algún caso aislado de enteritis y a l­
gunas infecciones cutáneas produci­
das por heridas. De estas últimas,
las más habituales son las que apa­
recen en las extremidades y que se
caracterizan por presentar pústulas
o abultamientos que contienen una
sustancia purulenta de color blan­
cuzco o amarillento.
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37
Estas lesiones hay que limpiarlas
cuidadosamente y punzar los abulta­
mientos para extraer todo el pus. La
herida puede tratarse con un antibió­
tico tópico como Neosporina o Pana-
log, o bien con un antiséptico
enérgico como el Topionic; habrá que
cuidarla a diario hasta su curación.
La enteritis no siempre es fácil de
diagnosticar, pero suele caracterizar­
se por unos excrementos grisáceos,
muy mucosos, algo deshechos, y ge­
neralmente malolientes. El animal
afectado pierde peso aunque se ali­
mente bien. Si sospecha que alguno
38
de sus animales padece esta enfer­
medad deberá tomar una muestra de
los excrementos y llevarlos al veteri­
nario para que realice un cultivo bac­
teriano. Suele combatirse mediante
antibióticos de administración oral
tales como la Neomicina y la Especti-
nomicina.
Los únicos parásitos que he en ­
contrado con cierta frecuencia en los
gecos diurnos son los flagelados ta­
les como Trichomonas. Estos orga­
nismos unicelulares pueden acabar
rápidamente con cualquier colección
de reptiles, por lo que habrá que tra­
tarlos de inmediato. Los síntomas
son similares a los de la enteritis, ex­
cepto por el hecho de que el animal
afectado puede perder peso con gran
rapidez y no es raro que vomite. El
diagnóstico suele efectuarse m edian­
te el análisis de material fecal en un
plazo inferior a las 24 horas. Uno de
los mejores remedios es la adm inis­
tración de Metronidazol por vía oral
V ista v e n tra l de P h e ls u m a flavig ularis.
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ENFERMEDADES
P á g in a s ig u ie n te : D e ta lle d e la co la
rota d e un e je m p la r d e P h e ls u m a
m a d a g a s c a rie n s is g ra n d is (lla m a d o
c o m ú n m e n te g ra n d is en el c o m e r­
c io ). L a s h e rid a s de e s te tip o hay
q u e c u ra rla s rá p id a m e n te p ara ev ita r
q u e s e in fe cten .
a razón de 50 a 100 mg por cada ki­
lo de peso corporal del animal. Una
sem ana después del tratam iento
inicial hay que repetir la m ism a do­
sis, y al cabo de otra semana más se
volverán a exam inar los excrem en­
tos.
Los dos principales problemas de
salud que he podido observar en los
gecos diurnos son el estrés y las ca­
rencias nutricionales. Voy a empezar
por el estrés, pues suele ser la causa
de muchos otros problemas.
Al igual que sucede en la mayoría
de los dem ás reptiles, el estrés es
quizás el problem a más im portante
ENFERMEDADES 39

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40
para su salud y debe tenerse muy en
cuenta en el cuidado de los gecos
diurnos. Como ya hem os visto ante­
riormente, estos pequeños saurios
son bastante pendencieros y muy
sensibles a los factores estresantes
tales como una ilum inación inade­
cuada, manipulación, m alas condi­
ciones del terrario (escasez de
lugares para esconderse o reposar),
temperaturas inadecuadas (espe­
cialmente si son dem asiado bajas),
presencia de otros com pañeros de
terrario, y ser m olestados o asusta­
dos. De hecho, he tenido ocasión de
ver gecos diurnos que se asustaban
tanto ante la súbita aparición de
E je m p la r d e P h e ls u m a s ta n d in g i re c ié n n acid o .
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ENFERMEDADES^
una persona (yo) que casi caían
m uertos del susto. Es im portante
que se acerque lentam ente al terra­
rio de sus animales y que sus demás
m ovim ientos tam poco sean nada
bruscos. Tam bién suelen asustarse
mucho si se encienden súbitam ente
las luces de la habitación. Además,
solam ente deberá m anipular y coger
a sus gecos cuando sea absoluta­
m ente im prescindible hacerlo. El ex­
ceso de m anipulación tam bién le
puede provocar llagas en su delicada
piel o hacer que se rom pan sus frá­
giles colas. En un terrario no d ebe­
rán convivir más de dos gecos, y aun
así puede que a veces sea conve­
ENFERMEDADES
P h e ls u m a la tic a u d a de las Is la s C o m o re s.
niente separarlos. Observe si hay in­
dicios de lucha tales como m ordedu­
ras o piel levantada, o si mueven
lateralm ente la cola, sacan la len­
gua. o em iten sonidos con frecuen­
cia. No se pueden m antener varios
machos ju n tos pues son perfecta­
m ente capaces de luchar hasta m o­
rir. Incluso las parejas formadas por
ejem plares de am bos sexos pueden
llegar a enfrentarse con violencia si
se las m antiene ju n tas durante de­
m asiado tiem po. Cuando parezca
que dos ejem plares se hayan pelea­
do entre sí. habrá que separarlos
inm ediatam ente y no volver a ju n ­
tarlos hasta transcurridas por lo
menos dos semanas. Al volver a po­
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nerlos juntos, obsérvelos atenta­
mente durante por lo m enos 30 a 60
minutos. Si hay cualquier indicio de
41
agresividad (no de comportamiento
sexual que, por desgracia, es muy
parecido), vuelva a separarlos. Pue­
de suceder que algunas parejas se­
an totalmente incompatibles y le
obliguen a probar combinaciones
con otros ejemplares. Más adelante
ya veremos que algunas especies ne­
cesitan grupos reproductores forma­
dos por más de dos individuos, y
éste es uno de los motivos de tal re­
comendación.
Otro de los grandes problemas
para la salud de los gecos diurnos
son las carencias nutricionales. A
continuación verem os las más habi­
tuales. Probablem ente una de las
enferm edades m ás comunes de los
gecos diurnos sea la falta de calcio
(raquitismo). Al igual que todos los
saurios, los Phelsuma necesitan cal-
 42 ENFERMEDADES

ció para su organismo, y todos los

gecos diurnos, y especialm ente las
hem bras en periodo reproductor, lo
precisan en grandes cantidades. La
falta de calcio se m anifiesta de v a ­
rias form as, y sus anim ales pueden
llegar a m ostrar los siguientes sínto­
mas si no les proporciona el sufi­
ciente calcio, vitam ina D 3, y una luz
de espectro total: hinchazón de las
extremidades anteriores, patas tra­
seras deformes, arqueamiento de los
huesos de las extremidades, curva­
tura de la colum na vertebral, cola
doblada, reblandecim iento de las
mandíbulas (a veces se describe co­
mo «mandíbula de goma» a causa de
que el m axilar inferior adquiere una
consistencia com o la de la goma),
inactividad, falta de apetito, e inca-

P h e ls u m a c e p e d ia n a de las islas de M a u ric io y La R eun ión .

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ENFERMEDADES 43

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 44
pacidad para trepar. Los ojos a veces
pueden parecer hundidos, pero esto
también suele ser el síntoma de otra
enfermedad.
Si alguno de sus animales m ues­
tra alguno de los síntomas citados,
hay muchas cosas que deberá hacer
para solventar el problema. Lo pri­
mero de todo es asegurarse de que
tiene una lámpara nueva y de espec­
tro total. Si tiene más de un año de
edad, cámbiela; también es posible
que tenga que añadir más ilum ina­
ción a su terrario. A continuación
aumente las dosis diarias de calcio.
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ENFERMEDADES
bien colocando un platito con calcio
en polvo para que sus anim ales co­
m an todo el que quieran, bien au­
m entando la cantidad en la papilla
de frutas o cam biando de prepara­
do. En caso de duda consulte al es­
pecialista de su tienda de reptiles
habitual. Finalmente, asegúrese de
que el complejo polivitam ínico que
em plea contiene una dosis razona­
ble de protovitamina D.
Si su animal presenta un estado
carencial muy grave puede que nece­
site acudir a un veterinario para que
determine la gravedad del caso y, de
ENFERMEDADES
ser necesario, le administre inyeccio­
nes de lactato cálcico. He visto casos
muy graves de carencia de calcio en
gecos diurnos en los que los animales
han respondido muy bien y han remi­
neralizado completamente sus huesos
tras un tratamiento intenso de 10 me­
ses de duración.
La otra importante carencia nutri-
cional de los gecos diurnos es la avi­
taminosis. Ya he dicho anteriormente
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45
que la carencia de vitamina D suele
desencadenar enfermedades óseas.
Parece ser que algunas especies, y to­
dos los juveniles, son muy propensos
a la carencia de vitaminas del com­
plejo B, especialmente de las B6 y
B 12. Los principales síntomas son le­
targía, oscurecimiento de la librea,
ojos hundidos, y espasmos similares
a los de la epilepsia. Estos últimos
son un síntoma clásico de la falta de
vitaminas del complejo B y pueden
agravarse en casos de estrés o si el
animal se asusta al ser cogido con la
mano. Yo he tenido ejemplares enfer­
mos que se me han muerto en la ma­
no de estrés en el momento de ir a
administrarles alguna medicación.
Reconozco que no es una perspectiva
muy halagüeña, pero es lo que real­
mente sucede con esta enfermedad.
El tratamiento para este síndrome
es muy similar al de la carencia de
calcio. Primero, compruebe que el
complemento de vitaminas y calcio
que les administra contenga la dosis
correcta de vitaminas B. A continua­
ción, aumente su cantidad en la pa­
pilla de frutas en un 25 % y añada el
mismo producto al agua que beben
sus gecos. Déles la papilla por lo me­
nos una vez a la semana y, si sus
animales no estaban muy enfermos,
notará una clara mejoría al cabo de
unas dos semanas. Los ejemplares
con estados carenciales graves debe­
rán seguir un tratamiento veterinario
prescrito por un profesional. Las vita­
minas se pueden administrar por vía
oral o inyectadas, pero recomiendo
encarecidamente la primera opción
en vista a lo m al que los gecos diur­
nos toleran las inyecciones. De he­
cho, a los juveniles solamente se les
pueden administrar medicamentos
por vía oral pues son demasiado pe­
 46
queños como para que se le puedan
inyectar.
Veamos por último un caso que
suele considerarse como enfermedad
pero que realmente no lo es. Todos
los gecos diurnos tienen unas glán­
dulas situadas detrás del oído. Se
trata de los sacos endolinfáticos que
los animales emplean para acumular
el calcio endógeno y que son especial­
mente prominentes en las hembras,
sobre todo si están en época de re­
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ENFERMEDADES
producirse. En algunas hembras, es­
tas glándulas pueden crecer hasta el
punto de que se las pueda confundir
con tumores. A pesar de que estas
glándulas hipertrofiadas no son nor­
males, no parecen causarles ningún
problema a los animales y éstos lle­
van una vida absolutamente normal.
Bastará hacer una radiografía para
comprobar si estas bolsas solamente
contienen calcio o si, por el contrario,
se trata de tumores.

ESPECIES MAS COMUNES
A continuación se describen las
especies de gecos diurnos más cono­
cidas y más frecuentes en los terra­
rios, así como aquellas con las que
tengo una mayor experiencia perso­
nal. Al tratar cada especie se incluye
su nombre científico, su nombre co­
mún, el tamaño de los adultos, el ta­
maño del terrario adecuado, la
tem peratura ideal, la humedad rela­
tiva, la alimentación (tipo y frecuen­
cia), com posición de los grupos
reproductores (la relación se expre­
sa, por ejemplo, como 2.1, lo que
significaría que serían necesarios
dos m achos y una hembra), periodo
P h e ls u m a d u b ia e s u n a e s p e c ie propia de M ad ag ascar, C o m o re¡
Z an zíb ar.
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47
de latencia (tiempo que transcurre
desde la cópula hasta el desove), pe­
riodo y temperatura de incubación, y
cualquier nota o indicación que pue­
da ser de interés. Como podrá com­
probar, son pocas las especies en las
que se indica el periodo de latencia,
pues es un parámetro que pocas ve­
ces se suele anotar.
GECO D IU R N O DE LAS
ZONAS ALTAS DE M AU R IC IO
PHELSUMA CEPEDIANA
M antenim iento y reproducción:
Difícil.
Tam año: 10-13 cm.
 48
El P h e ls u m a c e p e d ia n a d e M a u ric io e s un g e c o d iu rn o m u y d ifícil de m a n te n e r
y de reprod u cir.
Capacidad del terrario: 80 litros.
Tem peratura: 24-29 °C.
H um edad relativa: 80 %.
A lim en tación : Insectos (grillos
de medio centímetro, larvas de la
polilla de la cera) dos veces a la se­
mana, papilla de fruta dos veces a la
semana.
Com posición d el gru po repro ­
ductor: 2.2, en parejas separadas.
Periodo de laten cia: No hay da­
tos.
Periodo de in cu b ació n : 35-80
días.
Temperatura de incubación: 26 °C.
N otas: Éste es probablem ente el
más hermoso y llam ativo de todos
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los gecos diurnos: los adultos tie­
nen una brillante coloración azul,
verde, y roja, con bandas laterales
ESPECIES MÁS COMUNES
m arrones. Tam bién es uno de los
Phelsum a m ás difíciles de m antener
y de reproducir. Esta especie nece­
sita terrarios con m ucha vegetación
y num erosos escondrijos, luz muy
buena, una elevada hum edad rela­
tiva, tem peraturas algo bajas, y no
soporta que la m olesten. Este geco
es de los que adhieren sus huevos
bajo las piedras o cortezas. R ara­
m ente se reproduce en los Estados
Unidos, pero en Europa se han con­
seguido ya muchas generaciones. Es
una especie únicamente para espe­
cialistas con una am plia experiencia
en gecos diurnos y m ucha pacien­
cia. Puede que usted se sienta tenta­
do a comprarlos por su gran belleza,
pero le recomiendo que no lo haga a
menos que tenga la absoluta certeza
ESPECIES MAS C O M U N ES__________
de que se trata de ejemplares naci­
dos en cautividad. De los muchos
ejemplares de Phelsum a cepediana
que se im portan cada año, dudo
mucho que sobrevivan más del 1 %.
GECO D IU R N O CLARO
PHELSUMA DUBIA
M anten im iento y reproducción:
M uy fácil; son animales muy resis­
tentes.
P h e ls u m a c e p e d ia n a , el g eco diurno
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49
Tam año: 15 cm.
Capacidad del terrario: 80 litros.
Tem peratura: 24-29 °C.
H um edad relativa: 40-80 %.
Alim entación: insectos (grillos de
0,5 cm y larvas de la polilla de la ce­
ra) dos veces a la semana y fruta una
vez a la semana.
Com posición del gru po repro­
ductor: 1.1.
Periodo de latencia: No hay datos.
las tie rra s a ltas d e la Isla M au ricio .
 50
Período de incubación: 35-67 días.
Temperatura de incubación: 28 °C.
Notas: A pesar de que últimamen­
te no nos llega con tanta frecuencia,
es uno de los gecos diurnos más ro­
bustos. Se reproduce fácilmente en
cautividad y no pega los huevos.
GECO D IU RN O DE
ROUND ISLAND
PHELSUMA GUENTHERl
M antenim iento y reproducción:
No muy difícil: es una especie m ode­
radamente robusta.
Tamaño: 26 cm.
Capacidad del terrario: 120 litros.
Tem peratura: 24-28 °C.
Hum edad relativa: 60-80 %.
Alim entación: Insectos (grillos,
polillas de la cera y sus larvas) dos
veces a la semana, y papilla de fruta
una vez a la semana.
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ESPECIES MAS COMUNES
C om posición del gru po repro ­
ductor: 1.1.
P eriod o de laten cia: 22-30 días.
P eriod o d e in cu bació n : 52-90
días.
Temperatura de incubación: 29 °C.
Notas: Es una especie protegida y
que, por lo tanto, no se suele comer­
cializar. Es la única especie de Phelsu-
ma conocida que presenta actividad
crepuscular o nocturna. Pega sus
huevos y en la naturaleza suele depo­
sitarlos en lugares de puesta comuni­
tarios.
GECO D IU R N O DE LAS
ZONAS BAJAS DE M AU R IC IO
PHELSUMA G U IM B E A U l
M an ten im ien to y reproducción:
Difícil
Tam año: 12 cm.
C apacidad d el terrario: 80 litros.
ESPECIES MAS COMUNES
Tem peratura: 21-26 °C.
H um edad relativa: 60-90 %.
A lim e n ta c ió n : Insectos (grillos
y larvas de la p olilla de la cera de
0,5 cm) dos veces a la semana, y pa­
pilla de fruta dos veces a la semana.
C om posición d el grupo repro ­
ductor: 2.4, en trios mantenidos por
separado
Periodo de latencia: No hay datos.
Periodo de incubación: 40-75 días.
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Temperatura de incubación: 26 °C.
N otas: Este geco diurno necesita
una tem peratura algo más baja y
una humedad más elevada que las
demás especies y, al igual que Phel-
suma cepediana, sólo debe ser man­
tenido por aquellos con una amplia
experiencia en gecos diurnos. Nece­
sita un terrario con mucha vegeta­
ción y abundantes escondrijos.
GECO D IU R N O DE COLA
PLANA PHELSUMA LATICAUDA
M anten im iento y reproducción:
Fácil: es un animal robusto.
Tam año: 12 cm.
Capacidad del terrario: 80 litros.
 52
Tem peratura: 26-32 °C.
Hum edad relativa: 40-70 %.
A lim entación : Insectos (grillos
de 0,5 cm y larvas de la polilla de la
cera) dos veces a la semana, papilla
de fruta una vez a la semana.
Com posición del gru po repro­
ductor: 2.1, las parejas y los machos
se mantendrán por separado.
Periodo de latencia: 31 días.
Periodo de in cu b ació n : 35-70
días.
Temperatura de incubación: 26 °C.
Notas: Es uno de los gecos diur­
nos pequeños más atractivos. Se re­
produce fácilmente en cautividad.
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ESPECIES MÁS COMUNES
GECO D IU R N O RAYADO
PHELSUMA LINEATA
M anten im iento y reproducción:
Es un animal relativamente fuerte;
no suele presentar dificultades.
Tam año: 10-15 cm.
C apacid ad del terrario: 80 litros.
Tem peratura: 21-28 °C.
H um edad relativa: 50-80 %.
A lim en ta ció n : Insectos (grillos
de 0,5 cm y larvas de la polilla de la
cera) dos veces a la semana, papilla
de fruta una vez a la semana.
C o m p o sic ió n del gru p o re p ro ­
du ctor: 2.2, m anteniendo a las pa­
rejas por separado.
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 54
Periodo de latencia: No se dispo­
ne de datos.
Periodo de in cu b ació n : 40-45
días.
Temperatura de incubación: 25 °C.
Notas: Es una especie muy atrac­
tiva. A pesar de que no pega los hue­
vos. en la naturaleza desova en
lugares comunitarios.
GECO DIUR N O
GIGANTE DE MADAGASCAR
PHELSUMA M ADA GASCA RIENSIS
M a n ten im ie n to y re p ro d u c ­
ción: Fácil; es un anim al m uy re ­
sistente.
Tam año: 23-26 cm.
Capacidad del terrario: 120 litros.
Tem peratura: 24-32 °C.
H um edad relativa: 40-75 %.
Alim entación: Insectos (grillos,
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ESPECIES MAS COMUNES
polillas de la cera y sus larvas) dos
veces a la semana, papilla de frutas
una vez a la semana.
C om posición del gru po repro­
ductor: 1.1.
P eriodo de latencia: 28 días.
Periodo de incubación: 42-70 días.
Temperatura de incubación: 28 °C.
N o tas: Es el m ayor y m ás fre­
cuente de los gecos diurnos. T a m ­
bién fue el primero que se reprodujo
en cautividad, y se le cría abundan­
tem ente tanto en Europa como en
los Estados Unidos. No pega los
huevos.
GECO D IU R N O
DE CUATRO OCELOS
PHELSUMA QUADRIOCELLATA
M anten im iento y reproducción:
Algo difícil.
ESPECIES MAS COMUNES
Tam año: 12 cm.
C a p a c id a d d e l te rra rio : 80 li­
tros.
Tem peratura: 24-29 °C.
H um edad relativa: 40-75 %.
A lim entación : Insectos (grillos de
0,5 cm y larvas de la polilla de la ce­
ra) dos veces a la semana, papilla de
fruta una vez a la semana.
C o m posición d el gru po repro ­
ductor: 2.2, con las parejas manteni­
das por separado.
P eriodo de latencia: Se carece de
datos.
Periodo de incubación: 30-43 días.
Temperatura de incubación: 26 °C.
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N otas: A pesar de que antes se la
veía poco, esta especie se comerciali­
za cada vez con más frecuencia. Son
55
animales muy hermosos que presen­
tan dos formas comunes -una con
cuatro manchas en las extremidades
anteriores y posteriores, y otro con
dos manchas en las anteriores. No
pega los huevos.
GECO D IU R N O DE CUELLO
AMARILLO PHELSUMA SEIPPI
M anten im iento y reproducción:
Algo difícil.
Tam año: 10 cm.
C apacidad del terrario: 80 litros.
Tem peratura: 26-29 °C.
H um edad relativa: 70-75%.
A lim entación: Insectos (grillos de
0,5 cm y larvas de la polilla de la ce­
ra) dos veces a la semana, papilla de
fruta una vez a la semana.
 P h e ls u m a m a d a g a s c a rie n s is b o e h m i.

P h elsu m a q uadrio cellata. Este g eco d iu rn o de M ad ag as ca r no e s fác il de m a n te ­

ner y re p ro d u cir en ca u tiv id a d . A p e n a s a lc an za u na lo n g itu d m á xim a d e 13 cm .

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www.FreeLibros.org
58
H e m b ra a d u lta d e P h e ls u m a s ta n d in g i.
Com posición d el gru po repro ­
ductor: 2.4, con los tríos mantenidos
por separado.
Periodo de latencia: 24 días.
Periodo d e in cu b ació n : 46 días.
Temperatura de incubación: 28 °C.
Notas: Se trata de una especie
descrita recientemente y que hace po­
cos años que se comercializa. Necesi­
ta un terrario con mucha vegetación.
Parece ser que no bebe directamente
de un recipiente, por lo que hay que
pulverizar agua un par de veces al
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día para que pueda lam er las gotitas
de agua de las hojas. No pega los
huevos.
ESPECIES MÁS COMUNES
GECO D IU R N O DE STANDING
PHELSUMA STAN D IN G I
M anten im iento y reproducción :
Fácil.
T am año: 20 cm.
Capacidad d el terrario: 120 litros.
T em peratura: 24-31 °C.
H u m edad relativa: 40-75 %.
Alimentación: Insectos (grillos, po­
lilla de la cera y sus larvas) dos veces
a la semana, papilla de fruta una vez
a la semana.
C om posición d el gru p o repro­
ductor: 1.1.
Periodo de latencia: No hay datos.
Periodo de incubación: 64-80 días.
ESPECIES MÁS COMUNES 59

Temperatura de incubación: 28 °C. H um edad relativa: 60-80 %.

Notas: A pesar de que a mí no me
parece que sea uno de los gecos diur­
nos más atractivos, sigue siendo una
especie cara y muy apreciada por los
aficionados, probablemente debido a
su relativa rareza. No pega los huevos
GECO D IU R N O
DE COLA ASERRADA
PHELSUMA SERRATICAUDA
M an ten im ien to y reproducción:
Algo difícil.
Tam año: 13 cm.
C apacidad del terrario: 80 litros.
Tem peratura: 24-29 °C.
A lim entación: Insectos (grillos de
0,5 cm, larvas de la polilla de la cera)
dos veces a la semana, papilla de fru­
ta una vez a la semana.
C om posición del gru po repro­
ductor: 2.2, manteniendo a las pare­
jas separadas.
P eriodo de latencia: No se dispo­
ne de datos.
P eriodo de incubación: 48 días.
Temperatura de incubación: 26 °C.
Notas: Esta especie se caracteriza
por tener una cola plana y aserrada.
Se cree que su área de distribución
es la más reducida de todo el género,

P h e ls u m a s e rra tic a u d a de M a d a g a s c a r. N o e s una e s p e c ie a d e c u a d a para p rin c i­

p iantes.

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 60
pues sólo vive en un par de planta­
ciones de plátanos que abarcan un
total de apenas 200 hectáreas. Nece­
sita un terrario con abundante vege­
tación y muchas ramas. No pega sus
huevos, pero éstos son muy peque­
ños y delicados.
GECO D IU R N O GIGANTE
DE LAS SEYCHELLES
PHELSUMA SUNDBERGI
M antenim iento y reproducción:
Fácil.
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ESPECIES MAS COMUNES
Tam año: 22-23 cm.
Capacidad del terrario: 120 litros.
Tem peratura: 24-32 °C.
H um edad relativa: 40-70 %.
A lim en tación : Insectos (grillos,
polillas de la cera y sus larvas) dos
veces a la semana, papilla de frutas
una vez a la semana
C om posición del gru po repro­
ductor: 1.1.
Periodo de latencia: 30 días.
Periodo de incubación: 59-72 días.
Temperatura de incubación: 28 °C.
ESPECIES MAS COMUNES 61

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Ilu s tra c ió n g e n e ra d a p o r o rd e n a d o r en la q u e s e re p ro d u ce la co lo rac ió n y el d ib u ­
jo c a ra c te rís tic o s del g eco d iu rn o e n a n o de las Islas C o m o re s , P h e ls u m a v-nigra.

N o tas: Es uno de los gecos diur­ H um edad relativa: 50-80 %.

nos de mayor tamaño. Cría fácil­ Alim entación: Insectos (drosófi-
mente en cautividad y no pega los las, grillos recién nacidos) dos veces a
huevos. la semana.
Periodo de latencia: No se dispo­
GECO D IU R N O ENANO ne de datos.
DE LAS COMORES Periodo de incubación: 40-50 días.
PHELSUMA V-NIGRA Temperatura de incubación: 26 °C.
M anten im iento y reproducción: N otas: Es el más pequeño de los
Difícil. gecos diurnos y no se importa casi
Tam año: 7-10 cm. nunca. Se trata de una especie muy

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C a p a c id a d d e l te rra rio : 40 li­ delicada que requiere un terrario
tros. provisto de una densa vegetación y
Tem peratura: 24-26 °C. situado en un lugar muy tranquilo.
 62

ESPECIES, SUBESPECIES
Y DISTRIBUCIÓN
La siguiente lista comprende todas
las especies y subespecies que ac­
tualmente se acepta que pertenecen
al género Phelsuma. Además, se indi­
ca el lugar en que vive cada una de
ellas.

E SPECIE SU B E SPE C IE D IS T R IB U C IÓ N

Phelsuma cibbotti abbotti Isla de Aldabra

sumptio Isla de Asunción
P. andamanensis — Islas Andamán
P. astriata astriata Islas Seychelles
astovei Isla de Astove
carinata Islas Seychelles
y Amirantes
semicarinata Islas Seychelles
P. barbouri — Madagascar
P. befotakensis — Madagascar
P. borb. isla reunión Isla Reunión
agalegae Isla de Agalega
P. breviceps — Madagascar
P. cepediana — Islas de Mauricio
y Reunión
P. chekei — Madagascar
P. comorensis — Islas Comores
P. dubia Madagascar,
Islas Comores,
Zanzíbar, y
Tanzania
P. edwardnewtonii — Isla Rodríguez (extinta)
P. Jlavigularis — Madagascar
P.gigas — Isla Rodríguez (extinta)
P. guentheri — Isla Round
P guimbeaui guimbeaui Isla de Mauricio
rosagularis Isla de Mauricio
P. guttata — Madagascar
P. klemmen — Madagascar
P. laticauda laticauda Madagascar

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Islas Comores,
Islas Farquhar
ESPECIES, SUBESPECIES Y DISTRIBUCIÓN 63

angularis Madagascar
P. lineata lineata Madagascar
bombetokensis Madagascar
chloroscelis Madagascar,
Isla Reunión
dorsouittata Madagascar
punctulata Madagascar
P. longinsulae longinsulae Islas Seychelles
menaiensis Islas Cosmoledo
pulchra Islas Seychelles
mbra Islas Seychelles
umbrae Islas Seychelles
P. madagascariensis madagascaríensis Madagascar
boehmi Madagascar
granáis Madagascar
kochi Madagascar
P. minuthi — Madagascar
P. modesta — Madagascar
P. mutabilis mutabilis Madagascar
breviceps Madagascar
P. nigristriata — Madagascar
P. ocellata — Sudáfrica
P. ornata ornata Isla de Mauricio
inexpectata Isla de Reunión
P. parkeri — Isla de Pemba
P. pusilla pusilla Madagascar
hallmanni Madagascar
P. quadriocellata quadriocellata Madagascar
bimaculata Madagascar
leiura Madagascar
parua Madagascar
P. robertmertensi — Madagascar
P. seippi — Madagascar
P. serraticauda — Madagascar
P. standingi — Madagascar
P. sundbergi ladiguensis Islas Seychelles
sundbergi Islas Seychelles
y Amirantes
P. trilineata — Madagascar
P. u-nigra v-nigra Islas Comores
anjouanensis Islas Comores
comoraegrandis Islas Comores

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pasteuri Islas Comores

T O T A L - 38 ESPECIES Y 42 SUBESPECIES
64

ÍNDICE ALFABÉTICO
Acheta domestica, 22
Acuarios, 14
Alimentación, 19
Alimentación con insectos, 20
Calcio, 41
Cola rota, 39
Complementos vitamínicos, 36
Copulación, 28
Crías, 36
Diferenciación de sexos, 26
Distribución de especies, 62
Enfermedades, 37
Especies más comunes, 47
Geco diurno de cola aserrada, 6,
Geco diurno de cola plana, 3, 23
Geco diurno de cuello amarillo, 57
Geco diurno de Standing, 9, 37
Geco diurno gigante de Madagascar,
5, 11
Geco diurno macho, 27
Grillos, 20
Gusanos de la harina, 20
Heridas cutáneas, 28
Huevos, 12, 30
Iluminación, 15
Información general, 8
Insecticidas, 20
Luces, 16
Obesidad, 24
Phelsuma cepediana, 42, 48
PhelsumaJlavigularis, 38
Phelsuma guentheri, 50
Phelsuma guimbeaui, 51
Phelsuma laticauda, 3, 22, 33, 41,
52
Phelsuma lineata, 53
Phelsuma madagascariensis, 4, 11,
19, 30, 38, 46
Phelsuma madagascariensis
boehmii, 56
Phelsuma madagascariensis granáis,
45, 54
Phelsuma mutabilis, 4
Phelsuma quadriocellata, 24, 55-56
Phelsuma robertmertensi, 12
Phelsuma seippi, 57
Phelsuma serraticauda, 6, 43, 59
Phelsuma standingi, 18, 19, 25, 32,
35, 37, 40, 57, 58
Phelsuma sundbergi, 7, 60
Plantas de plástico, 15
Poros femorales, 26
Ramas, 15
Reproducción, 25
Rotura de cola, 39
Sala de incubación, 29
Subespecies, 62
Suplementos de calcio, 35
Temperatura, 15
Temperatura del terrario, 17
Termómetro, 17
Terrarios, 14
Trichomonas, 38

Periodos de incubación, 36 Vermiculita, 34

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D urante m uchos añ os, los
a ficio n a d o s se han sentido
fascinados p o r los herm osos
Gecos, p e ro ap e n a s se d is p o n ía de
in fo rm a ció n p rá c tic a a ce rca de
ellos. Este lib ro vie ne a c u b rir ese
hueco p ro p o rc io n a n d o al
a fic io n a d o to d o lo q u e necesita
saber ace rca d e la a lim e n ta ció n ,
cuidados y re p ro d u cció n d e las
especies más com unes. Esta o b ra ,
totalm ente a c tu a liz a d a y con
num erosas fotos a to d o color, es
im p rescin dible p a ra el a fic io n a d o a
estos ap asiona ntes reptiles, y
contiene to d a la in fo rm a ció n
necesaria p a ra la id e n tific a c ió n y
c ria n z a d e estas m ara villosa s
especies.

M A N T E N IM IE N T O

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