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UNIVER SIDAD DE CONCEPCIÓN

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS DE LA TIERRA


10° CONGRESO GEOLÓGICO CHILENO 2003

GEOLOGIA AMBIENTAL DEL AREA DE VALDIVIA, X REGION, CHILE


ARENAS, M., JARA, C., MILOVIC, J., PÉREZ, Y.; TRONCOSO, R.1, BEHLAU, J.,
HANISCH, J., HELMS, F.2
1
Servicio Nacional de Geología y Minería, Oficina Técnica Puerto Varas, La Paz 406, Puerto Varas.
marenas@sernageomin.cl
2
Bundesanstaltm für Geowissenschaften und Roshstoffe, Stilleweg 2, D-30655 Hannover, Alemania.

RESUMEN
El presente trabajo presenta el resultado de la investigación geológica ambiental realizada en el área de Valdivia. Las
temáticas abordadas incluyen geología base, hidrogeología, vulnerabilidad de acuíferos, rocas y minerales
industriales, peligros geológicos, geotecnia y respuesta sísmica. Los aspectos más relevantes de estas materias se
integran en un mapa síntesis. En él se señalan las problemáticas y zonas de conflicto, y se hacen algunas
recomendaciones para el manejo de los recursos y la prevención y mitigación de los peligros. La geología de esta
zona incluye depósitos cuaternarios de origen glacial, estuarino, fluvial y litoral, sedimentitas marinas y continentales
del Mioceno, rocas intrusivas del Cretácico y metamorfitas del Paleozoico-Triásico. Los principales peligros
geológicos reconocidos en la zona son los eventos sísmicos, los procesos de remoción en masa y las inundaciones,
estas últimas asociadas principalmente a desborde de cauces de ríos, saturación de suelos y tsunamis. El análisis de la
estratigrafía del subsuelo permitió definir acuíferos tanto en depósitos no consolidados como en roca, donde los más
productivos y con mejor calidad de agua corresponden a los depósitos fluvio-estuarinos del último período
interglaciar. La vulnerabilidad para estos acuíferos es baja a muy baja. En el área se encuentra una amplia variedad
de materiales con utilidad en construcción y obras civiles que, en general, son escasos y de calidad regular por lo que
no logran satisfacer las necesidades de la zona.

INTRODUCCION
El conocimiento geológico es fundamental en la mayoría
de los estudios de carácter ambiental. La calidad de los
suelos de fundación; la ocurrencia de eventos peligrosos
como remociones en masa, inundaciones, terremotos y
tsunamis; la calidad, disponibilidad y susceptibilidad a la
contaminación de aguas superficiales y subterráneas; la
calidad de los recursos de rocas y minerales utilizados
tanto en construcción como procesos industriales,
dependen en gran medida de condiciones, características
y procesos geológicos.

Con el fin de satisfacer la creciente demanda de


información ambiental, el Servicio Nacional de Geología
y Minería con la cooperación del Instituto Federal de
Geociencias y Recursos Naturales (BGR) de Alemania,
han desarrollado durante los últimos años, estudios
geológico-ambientales en algunas ciudades de Chile. La Figura 1: Ubicación área de estudio.

Todas las contribuciones fueron proporcionados directamente por los autores y su contenido es de su exclusiva responsabilidad.
Oficina Técnica Puerto Varas ha estado a cargo de este tema en ciudades de la Novena y Décima
Región. Desde el año 1998, se han confeccionado mapas geológico-ambientales en las áreas de
Puerto Montt – Frutillar (Antinao et al., 2000), Osorno (Perez et al., 2000) y Valdivia (Arenas et
al., 2002) los que comprenden tanto las ciudades como sus entornos rurales. Estos estudios
incluyen una serie de mapas temáticos concebidos como herramientas de apoyo a las autoridades
que tengan injerencia en procesos de planificación del uso del territorio y gestión ambiental.

La metodología de trabajo incluye recopilación de información de organismos públicos y


privados, trabajo de terreno, análisis de fotografías aéreas e imágenes satelitales y análisis
químicos de aguas subterráneas y superficiales. La información recopilada fue ingresada en una
base de datos. Finalmente, se realizó la integración, evaluación y análisis de toda la información
generada en este estudio mediante sistemas de información geográfica. Los tópicos abordados en
este trabajo incluyeron geología base, hidrogeología, vulnerabilidad de acuíferos y actividades
potencialmente contaminantes, rocas y minerales industriales, peligros geológicos y problemas
para obras civiles, características geotécnicas básicas y respuesta sísmica. Finalmente, los
aspectos más relevantes de estas materias se integran en un mapa síntesis. En él se indican las
principales problemáticas y zonas de conflictos, de manera que estas puedan ser rápidamente
visualizadas por las autoridades y ciudadanos en general.

La zona de estudio se ubica en la X Región de


los Lagos, cubre una superficie aproximada
de 1.850 km2, entre los paralelos 39º30’ y
40º00’ latitud sur y los meridianos 73º45’ y
73º00’ longitud oeste (Figura 1) e incluye la
ciudad de Valdivia (243.339 habitantes) y las
localidades de Corral, Niebla y Pelchuquín,
además de otros centros poblados menores.

El área se sitúa en la unidad morfológica de la


Cordillera de la Costa, donde esta alcanza
alturas de hasta 700 m s.n.m. En contraste con
el relieve abrupto de las zonas montañosas, la
depresión de San José de la Mariquina,
localizada en el noreste del área, constituye
una planicie aluvial que no supera los 25 m
s.n.m., en la que se emplaza el valle del río Cruces. La ciudad de Valdivia se localiza en la
depresión del mismo nombre, en la intersección de los ríos Cruces y Calle-Calle, que se unen
para formar el río Valdivia (Figura 2). Estos ríos forman parte de un sistema de estuario que
desemboca en la bahía de Corral y cuya cuenca hidrográfica tiene una superficie total aproximada
de 11.120 km2.

GEOLOGIA BASE
La geología de esta zona incluye depósitos cuaternarios de origen glacial, estuarino, fluvial y
litoral, sedimentitas marinas y continentales del Mioceno, rocas intrusivas del Cretácico y
metamorfitas del Paleozoico-Triásico. La historia geológica de esta zona se caracteriza por una
fuerte influencia tectónica con numerosos subsidencias y alzamientos del terreno a los que se
asocian sucesivas regresiones y transgresiones marinas.
El Holoceno está representado por depósitos litorales, arenas y gravas no consolidadas de
composición principalmente volcánica, y depósitos fluviales y fluvio-estuarinos no consolidados,
compuestos por grava y arena gruesa con proporción variable de material fino y materia orgánica,
los que componen las terrazas más bajas de los actuales cauces de los ríos de la zona. El espesor
de estos depósitos es variable, alcanzando hasta aproximadamente 30-35 m (Karzulovic, 1960;
Doyel et al., 1960; Illies, 1970).

El Pleistoceno está representado por sedimentos glaciofluviales de la Glaciación Llanquihue


(Pleistoceno Superior; Mercer, 1976; EIOM 4-2) correspondientes a gravas y arenas que se
distribuyen en el noreste del área de estudio, y que conforman terrazas de alturas entre 10 y 15 m.
Estos sedimentos sobreyacen a depósitos fluvio-estuarinos de la última etapa interglacial. (EIOM
5, Antinao y Mc Donough, 1999) conformados por gravas finas, arenas, limos y arcillas,
moderada a débilmente compactadas, incluyendo a los estratos conocidos localmente como
cancagua. En la costa, forman terrazas de más de 30 m s.n.m. y, a lo largo del sistema fluvio-
estuarino presentan una altura aproximada de 13 m s.n.m. Su espesor puede variar entre 50 m y
más de 80 m (Illies, 1970; Doyel et al., 1960). Según el origen de los componentes principales,
estos depósitos se dividieron en dos asociaciones de sedimentos que engranan lateralmente: a.
Gravas, arenas limosas y limos arenosos, que intercalan con niveles limosos con fósiles marinos
y turbas, reconocidos principalmente en la costa. Las arenas y otros materiales más finos
provienen de la erosión del basamento rocoso del área. La fauna encontrada indica ambiente
intermareal y un clima similar al actual (Moreno, 2002). b. Arenas, gravas finas, arenas limo-
arcillosas, limos y arcillas, moderada a débilmente consolidadas que se observan en la costa y en
el área de Pelchuquín-San José de La Mariquina y en los alrededores de Valdivia. Los fragmentos
corresponden, principalmente, a rocas volcánicas (basaltos y andesitas), rocas intrusivas, cuarzo,
magnetita y pómez redondeadas y meteorizadas a arcillas. Se ha sugerido (Barozzi y Lemke,
1966; Illies, 1970; Rojas, 1990) que durante el período de sedimentación de estos depósitos,
confluían en los sectores de Pelchuquín y Valdivia diversos ríos, probablemente similares a los
actuales Calle-Calle y Cruces, depositando material volcánico transportado desde la zona andina
en forma de flujos densos y rápidos, o flujos hiperconcentrados (Smith, 1991; Smith y Lowe,
1991). Estos se habrían depositado en forma alternada con otros propios de ambientes de baja
energía. Sedimentos glaciofluviales de la Glaciación Santa María (Pleistoceno Medio; Porter,
1981; EIOM 8-6) correspondientes a gravas y arenas gruesas que conforman una topografía plana
en los alrededores de San José de la Mariquina y al este de la ciudad de Valdivia, infrayacen a la
unidad anterior Se ha detectado también su presencia en el subsuelo de esta ciudad, a una
profundidad de 65 a 70 m bajo la superficie (Barozzi y Lemke, 1966; Illies, 1970). La Glaciación
Río Llico (Pleistoceno Medio; Porter, 1981; EIOM 12-10) está representada por remanentes
discontinuos de sedimentos morrénicos, correspondientes a gravas y arenas gruesas polimícticas
que se observan al norte de la ciudad de Valdivia, donde sobreyacen a unidades miocenas.

Las secuencias estratificadas están representadas por la Formación Santo Domingo (Mioceno
Inferior a Medio; Martínez y Pino, 1979), unidad sedimentaria continental-marina con macro y
microfósiles. En la localidad tipo de esta formación se reconocieron dos niveles marinos:
areniscas y fangolitas cuarzo-micáceas, las que infrayacen a areniscas cuarzo-líticas. Las facies
de este período se formaron en ambientes asociados con la inundación progresiva de valles
fluvio-estuarinos por parte del mar, que culminó en el Mioceno Medio con la formación de un
embahiamiento profundo en esta región. Infrayaciendo a la anterior formación, y con
afloramientos discretos en esta área, se presentan los Estratos de Pupunahue (Oligoceno-Mioceno
Inferior; Illies, 1970), correspondiente a una unidad sedimentaria continental-parálica. Las
asociaciones de facies de esta unidad, se depositaron en un típico sistema estuarino de manera
similar a lo que ocurre actualmente en Valdivia.

La Cordillera de la Costa está constituída principalmente por metamorfitas y algunos cuerpos


intrusivos. Las rocas metamórficas se han integrado en el Complejo Metamórfico Bahía Mansa
(Devónico-Triásico, Duhart et al., 2001) correspondiente a esquistos pelíticos a semipelíticos con
menor cantidad de metareniscas, intercalaciones de esquistos cloríticos y escasos cuerpos de
rocas ultramáficas tectónicamente emplazadas. Las relaciones estratigráficas originales entre ellas
están completamente destruidas y localmente se observan contactos miloníticos. Se han
verificado al menos dos episodios de sedimentación y similar número de eventos de deformación
y metamorfismo (Duhart et al., 2001). Las rocas intrusivas corresponden a la Granodiorita
Chaihuín (edad U-Pb circón de 85,8±1 Ma; Duhart et al., 1997), la Granodiorita Oncol (edad K-
Ar de 91±2 Ma; McDonough et al., 1998), la Dacita Laurel y la Dacita Ramón. Dada la
proximidad de estas últimas a los cuerpos cretácicos existentes en el área, se les atribuye la
misma edad. En general estos cuerpos intrusivos presentan una fuerte alteración, principalmente
argílica.

Las depresiones morfológicas actuales localizadas en el área de Valdivia tienen su origen en el


Terciario (Oligoceno Superior-Mioceno Inferior), donde se generaron cuencas sedimentarias
como resultado de procesos tectónicos, principalmente de tipo extensional, asociados a
variaciones en la velocidad de convergencia y ángulo de subducción de las placas Nazca
(Farellón) y Sudamericana (Muñoz et al., 2000). Debido a la falta de estudios estructurales de
detalle en esta área, la evolución tectónica y dinámica actual de la cuenca de Valdivia es en gran
parte desconocida. Sin embargo, estudios recientes (Feuker, comunicación escrita) sugieren la
presencia de un depocentro de tipo “pull-apart” para el sector de Valdivia.

En el área de Valdivia se seleccionaron 5 sitios recomendados como patrimonio geológico,


debido a su interés científico y su potencial como recurso educativo y turístico. Estos
corresponden a puntos de observación representativos de secuencias sedimentarias marino-
continental y marina con presencia de fósiles, del último período interglacial y del Mioceno,
respectivamente.

HIDROGEOLOGIA
De acuerdo a la importancia hidrogeológica, en cuanto a su productividad y extensión, se
definieron en el área de Valdivia acuíferos o secuencias de acuíferos de alta importancia en
depósitos no consolidados (A1, A2, A3 y A4), de media importancia en depósitos no
consolidados (B1), de media importancia en roca fisurada (B2 y B3); y acuífero de baja
importancia en roca fisurada (C1).

A1 está integrada por 2 acuíferos confinados, un acuífero superior en sedimentos del último
período interglacial y un acuífero inferior en depósitos glaciofluviales, separados por estratos de
arcillas impermeables pertenecientes a los depósitos fluvio-estuarinos. El acuífero superior,
constituido por arenas y gravas, posee transmisividades y permeabilidades bajas a altas, caudal
explotable variable entre 1 y 30 l/s y caudal específico entre 0,1 y 7,5 (l/s)/m. El acuífero inferior,
compuesto de arenas y gravas situadas a profundidades superiores a los 40 m, se caracteriza por
tener transmisividades y permeabilidades bajas a altas, un caudal explotable variable entre 2 y 45
l/s y caudal específico entre 0,04 y 12 (l/s)/m. Las aguas del acuífero confinado superior son
principalmente del tipo bicarbonatadas cálcicas y/o magnésicas y, subordinadamente
bicarbonatadas sódicas, cloruradas sódicas o cálcicas y sulfatadas cálcicas (Figura 3). Las aguas
del acuífero confinado inferior son de composición dominante bicarbonatadas sódicas, algunas
con concentraciones considerables de magnesio. A2 está compuesta por un acuífero confinado a
semiconfinado en depósitos fluvio-estuarinos, cubierto por arcillas, limos y/o arenas arcillosas.

Está compuesto de arenas finas a gruesas y tiene transmisividades bajas a medias-altas, un caudal
explotable variable entre 1 y 6 l/s, con
un caudal específico entre 0,1 y 3
(l/s)/m y permeabilidades bajas a
medias. Las aguas son dominantemente
del tipo bicarbonatadas cálcicas, con
importantes contenidos de sodio, y
subordinadamente bicarbonatadas
cálcicas-magnésicas y cloruradas
sódicas. Tanto la secuencia A1 como
A2 presentan acuíferos colgados en los
estratos confinantes superiores, en
arenas limosas arcillosas
moderadamente cementadas, a
profundidades menores que 10 m. El
agua frecuentemente se encuentra en
fisuras en el estrato tradicionalmente
denominado cancagua. A3 corresponde
Figura 3. Diagrama de Piper. Composición y clasificación de las aguas a un acuífero libre, compuesto por
subterráneas del área de Valdivia. gravas y arenas de depósitos
glaciofuviales. Las aguas, son de
composición bicarbonatadas sódicas. A4 se integra por un acuífero libre, compuesto de arenas
limosas con gravilla de depósitos de playa y fluviales, el cual a su vez se encuentra sobre un
estrato de Cancagua, que en ocasiones constituye acuíferos colgados, y sobre los acuíferos
confinados en depósitos fluvio-estuarinos y glaciofluviales. Sus aguas son de composición
cloruradas magnésicas. En general, los constituyentes inorgánicos de las aguas subterráneas de
estos cuatro acuíferos están dentro de los parámetros establecidos en la NCh409 para consumo
como agua potable. Sin embargo, en algunos sectores los contenidos de Fe+2, Mn+2 y NH4+
sobrepasan ampliamente la norma chilena, lo que genera problemas para su consumo humano.

Los acuíferos de mediana importancia son: B1 correspondiente a un acuífero confinado en


sedimentos fluvio-estuarinos del último interglacial, B2 que corresponde a un acuífero libre o
confinado en roca fisurada del Complejo Metamórfico Bahía Mansa; y B3, acuífero libre o
confinado en roca fisurada de la Granodiorita Chaihuín. El acuífero de baja importancia C1,
corresponde a un acuífero libre o confinado en roca fisurada de la Formación Santo Domingo y
Estratos de Pupunahue. Las facies químicas predominantes en estos acuíferos son las cloruradas
sódicas (Figura 3) y sus constituyentes inorgánicos permiten, en general, su consumo para agua
potable.
VULNERABILIDAD DE ACUIFEROS
En la evaluación de la vulnerabilidad se ha considerado como un sistema acuífero al acuífero
superior existente en esa área y su zona no saturada sobreyacente. Para la clasificación se utilizó
el método G.O.D. (Foster, 1987) que considera el tipo de acuífero (G), la litología de la zona no
saturada (O) y la profundidad del nivel freático o espesor de la zona no saturada (D). Estos
parámetros se obtuvieron tanto de observaciones de terreno como de las descripciones litológicas
realizadas por empresas perforadoras de pozos profundos para la captación del agua subterránea.
Las recomendaciones en cuanto al uso del terreno y establecimiento de actividades específicas
para cada clase de vulnerabilidad, se basan en los tiempos de tránsito mínimos en la zona no
saturada y en la persistencia de los contaminantes generados por estas actividades. Estos tiempos
de tránsito se calcularon mediante la ecuación para la velocidad aparente de flujo (Hölting, 1996)
o resistencia hidráulica, que corresponde al tiempo que demoraría un contaminante que se
desplaza a la misma velocidad que el agua en atravesar este conjunto de estratos. Para este
cálculo, se utilizaron valores teóricos estimativos de conductividad hidráulica vertical,
considerando las características (litología, consolidación y fracturamiento) de los estratos que
componen la zona no saturada y el espesor de estos. Las actividades potencialmente
contaminantes y antecedentes químicos de la contaminación corresponden a aquéllos recopilados
en terreno (2000-2001) y a la información entregada por diversos servicios públicos y privados.

La vulnerabilidad se zonificó de la siguiente manera: vulnerabilidad extremadamente alta,


correspondiente a algunas áreas de los sistemas A3 y A4. En estas áreas no se recomienda la
instalación de vertederos de residuos sólidos, cementerios, tanques de almacenamiento de
combustibles, infiltración de residuos líquidos de ningún tipo, ni aplicación de fertilizantes y
pesticidas. La vulnerabilidad alta, se definió en algunas áreas sobre los sistemas A3, A4 y B2.
Las restricciones son similares a las anteriores pero la aplicación de fertilizantes y pesticidas
podría realizarse con fiscalización y monitoreo apropiado. Vulnerabilidad media, se presenta en
algunas situaciones de los sistemas B2, B3 y C1. En estas áreas no se recomienda la instalación
de vertederos de residuos sólidos, infiltración de residuos líquidos que contengan detergentes,
químicos inorgánicos u organoclorados de alta persistencia, ni aplicación no controlada de
fertilizantes y pesticidas. La vulnerabilidad baja corresponde a algunas zonas de los sistemas B3,
C1, A1 y A2. En estas áreas se requieren estudios de detalle para el establecimiento de vertederos
de residuos sólidos o la infiltración de residuos líquidos que contengan detergentes, químicos
inorgánicos u organoclorados de alta persistencia, especialmente sobre acuíferos de alta
importancia (A1 y A2). No se recomienda la aplicación no fiscalizada de fertilizantes y pesticidas
como medida de protección del agua superficial. La vulnerabilidad muy baja se definió en
algunos sectores correspondientes al sistema A1, A2 y B1. Las áreas de vulnerabilidad muy baja
sobre el sistema B1 son potencialmente aptas para la construcción de instalaciones para el
tratamiento y la disposición de residuos sólidos, aunque se debe considerar la presencia de
acuíferos colgados. Sin embargo, no se recomienda el establecimiento de vertederos sobre
acuíferos de alta importancia (A1, A2), a menos que se realicen estudios de detalle que permitan
garantizar la conservación de la calidad del agua del acuífero superior.

ROCAS Y MINERALES INDUSTRIALES


Corresponden a rocas esquistosas y granodioríticas, extraídas en canteras, y a los áridos, tales
como arenas y gravas, provenientes de pozos o del lecho de los ríos. Los recursos de áridos son,
en general, escasos y no logran satisfacer las necesidades de la zona. Se identificaron los distintos
tipos de materiales actualmente extraídos, mediante ubicación y caracterización de pozos y
canteras, su superficie y tamaños aproximados, ubicación de las principales plantas de
procesamiento, descripción de la actividad extractiva y su posible relación con el agua
subterránea. En total se catastraron 16 pozos de extracción de áridos y 8 canteras de rocas. En su
mayoría son de pequeñas dimensiones, de explotación esporádica y uso particular. Las
principales faenas de extracción de áridos se encuentran ligadas a depósitos fluviales y,
localmente, a depósitos glaciofluviales y fluvio-estuarinos de composición volcánica. Estos
últimos no son recomendables para su utilización como áridos por su alto contenido de pómez
meteorizadas. Las más importantes plantas de áridos obtienen el material del lecho de los ríos
mediante dragado y cuentan con chancadores y clasificadores de gran tonelaje. En general, las
faenas extractivas de áridos tienen como objetivo la construcción, mantenimiento y ripiado de
caminos públicos, aunque en general, son de calidad regular para estos usos. Las rocas
esquistosas se utilizan en la construcción de terraplenes para muelles, enrocados, caminos y
puentes, además de ornamentación. Los áridos de mejor calidad para ser utilizados en obras
civiles, debido a su escasa meteorización y buen grado de selección, corresponden a los depósitos
glaciofluviales de la última glaciación y al material actualmente depositado en el lecho de los
ríos.

PELIGROS GEOLOGICOS
Los principales peligros reconocidos en el área de Valdivia son las inundaciones, los procesos de
remoción en masa y los peligros asociados a movimientos sísmicos.

Los tipos de remociones en masa presentes en el área de Valdivia corresponden, principalmente,


a caída de roca y deslizamientos de suelo y roca. En algunos lugares se pudo identificar flujos de
detritos asociados a ruptura de represas ocasionadas por obstrucción de alcantarillas de desagüe.
El grado de peligrosidad se definió sobre la base del número de remociones identificadas y la
pendiente de la ladera. Las principales causas de las remociones se pueden clasificar como
(Cruden y Varnes, 1996): geológicas (planos de esquistosidad favorables a deslizamientos, alto
grado de fracturamiento, alto grado de meteorización, contacto abrupto de suelo con roca,
materiales relativamente blandos y muy deleznables), morfológicas (alta pendiente de las laderas,
acción erosiva de los ríos en los pies de las laderas, principalmente a lo largo de las riberas de los
ríos Valdivia y Tornagaleones; acción erosiva de las olas que afectan al sector oriental de isla
Mancera y de manera más dramática al sector costero de Niebla), antropogénicas (excavaciones
realizadas en las laderas para diferentes fines, deforestación) y físicas, las que actúan como
detonantes de los procesos de remoción (lluvias intensas y/o prolongadas, movimientos
sísmicos).

En el área de Valdivia, las inundaciones se dividieron de acuerdo al mecanismo principal que las
genera. Se clasificaron en inundaciones asociadas a desborde de cauces, saturación de suelos,
tsunamis y subsidencia tectónica. Esta última escapa a la definición formal de inundación ya que
en este caso, son los terrenos los que descendieron a un nivel por debajo de las aguas de los ríos.
Ya que las inundaciones por desborde de cauces son las de mayor importancia dadas las
consecuencias directas en el normal desarrollo de las actividades de la ciudad y por su frecuente
ocurrencia, se realizó un estudio para determinar la recurrencia y causas de estos eventos en la
ciudad de Valdivia utilizando datos pluviométricos y de caudal de toda la cuenca (Milović,
2002). Respecto de las causas de los eventos de inundación estudiados, estas se correlacionan
mejor a lluvias locales intensas (>50 mm/día), en ocasiones asociadas a las más altas mareas
(80% de los casos en el período 1899-2002. Rojas, 2002). Es importante señalar que la ocurrencia
de tsunamis también provoca subida del nivel del agua y desborde de cauces. Las inundaciones
por saturación de suelos están asociadas a baja permeabilidad de los suelos, nivel somero del
agua subterránea, y zonas depresionarias o planas. Desde 1560, se conoce la ocurrencia de 4
grandes terremotos que han afectado a la zona centro y sur de Chile, y que han generado ondas de
tsunami en la bahía de Corral y la costa del área de Valdivia: el terremoto del 16 de diciembre de
1575, de similares características al de mayo de 1960 (Ramírez, 1988), el del 8 de julio de 1730,
el 7 de noviembre de 1837 (SHOA, 2000), y el gran terremoto del sur de Chile del 22 de mayo de
1960. Este último provocó la destrucción total de la infraestructura y edificios en los terrenos con
cotas inferiores a 10 m s.n.m. Unos de los efectos más notorios del sismo de 1960 es el
hundimiento del terreno. Algunas estimaciones señalan una subsidencia del terreno de 2 m en
promedio (Watanabe y Karzulovic, 1960; Saint-Amand, 1961) llegando en algunas zonas hasta
2,7 m (Barrientos et al., 1988). El resultado fue un cambio drástico en la fisonomía del paisaje,
dejando cerca de 15.000 Ha (150 km2) de terreno permanentemente bajo agua.

CARACTERISTICAS GEOTECNICAS BASICAS Y RESPUESTA SISMICA


La ciudad de Valdivia se emplaza, principalmente, sobre las planicies conformadas por
sedimentos fluvio-estuarinos del último periodo interglacial, con cotas superiores a 8 m s.n.m.
(13 m s.n.m. en promedio), y sobre las llanuras de inundación de los ríos Calle-Calle, Cruces y
Valdivia. Estas últimas, con cotas generalmente inferiores a 5 m s.n.m., están conformadas por
depósitos fluviales y estuarinos. Estos sedimentos, principalmente limos, arcillas y arenas finas,
poseen alto contenido de humedad, llegando a estar totalmente saturados en algunos casos. La
permeabilidad varía de baja a moderada presentando, en general, alta compresibilidad, baja
consistencia y alta plasticidad (Barozzi y Lemke, 1966). El contenido de materia orgánica puede
ser alto, principalmente en las zonas inundadas desde el terremoto de 1960. Las arenas, de
compacidad media y compresibilidad baja a moderada, presentan mejores condiciones para
fundación. Las planicies más altas de la ciudad se conforman de una secuencia irregular de
arcillas, limos, arenas y, en menor proporción, gravas del último periodo interglacial. Esta unidad
se separó en dos subunidades sobre la base de la existencia y continuidad de una capa de arenisca
limosa moderadamente cementada, conocida localmente como cancagua. Esta se presenta como
uno o más estratos, de continuidad variable y de 0,5 a 2 m de espesor. En general, la secuencia
presenta un moderado a alto contenido de agua. Los limos de la parte superior de esta unidad son
de plasticidad variable, altamente compresibles y baja consistencia. Los estratos de arenas finas
son de compresibilidad moderada y compacidad media a alta. La arena limosa moderadamente
cementada es de consistencia media a alta y compresibilidad despreciable para las tensiones
habituales en construcciones de baja a mediana altura (Montecinos, 1980).

La zonificación de la respuesta sísmica propuesta en este estudio, se basa en la estimación de los


llamados “incrementos de intensidad” (Lástrico, 1967; Retamal et al.,1969; Monge, 1996). Estos
valores reflejan el comportamiento diferencial de las distintas unidades de suelo frente a un
sismo. Durante el terremoto de mayo de 1960 los suelos de las zonas más bajas amplificaron
mucho más las aceleraciones que los suelos de las zonas más altas de la ciudad de Valdivia. En
este estudio se estableció una diferencia de hasta dos unidades en los incrementos de intensidad
entre estas áreas. Esto se debe a la litología de las zonas bajas, correspondiente a limos, arcillas y
arenas, y al grado de saturación de estos suelos, donde el nivel freático es casi superficial. La
presencia de uno o más niveles de arena limosa moderadamente cementada en los sedimentos
fluvio-estuarinos del último período interglacial, explicaría la mejor respuesta de las zonas altas.
El relleno artificial y los suelos de las zonas pantanosas son los materiales que más amplifican los
movimientos sísmicos. Esto debido al uso de técnicas y materiales inadecuados para el primer
caso, y por el alto contenido de materia orgánica y agua de los últimos. La estimación de las
intensidades sísmicas de los suelos de Valdivia durante el sismo de 1960, coincide con la de otros
autores (Doyel et al., 1960; Watanabe y Karzulovic, 1960; Saint-Amand, 1961; Weischet, 1963).

DISCUSION
El estudio geológico ambiental del área de Valdivia ha permitido poner a disposición de las
autoridades regionales, provinciales y comunales, un instrumento de planificación hasta ahora
poco considerado en las políticas de ordenamiento territorial. Esto debido, en parte, a la
inexistencia de información geológica ambiental, y por otra, al desconocimiento de la
importancia de la geología en la planificación del territorio.

Sin embargo, en el transcurso de nuestras investigaciones se ha logrado generar un creciente


interés en esta materia por parte de diversos organismos públicos y privados, especialmente de las
personas que trabajan en materias relacionadas y para las cuales la información geológica es de
gran utilidad.

Los desafíos que se plantean ahora apuntan a llegar de manera más eficaz a las autoridades y
lograr que los productos geológico-ambientales sean obligatoriamente considerados durante los
procesos de planificación. De esta forma, se hace necesario concentrar nuestros esfuerzos en
simplificar aun más la presentación de la información de modo de facilitar y agilizar su
compresión por parte de personas no entendidas en la materia.

AGRADECIMIENTOS
Este trabajo forma parte del “Estudio Geológico y Geoambiental de Chiloé Insular y de la parte
occidental de la IX región” financiado por el SERNAGEOMIN. Esta publicación es patrocinada
por la Subdirección Nacional de Geología de este servicio.
REFERENCIAS
Antinao, J.L., Clayton, J.D., Santibañez, I., Toloczyki, M., Schwerdtfeger, B., Hanisch, J. y Kruck, W. 2000.
Geología para el Ordenamiento Territorial: Estudio Geoambiental del área Puerto Montt-Frutillar, X Región de Los
Lagos. Servicio Nacional de Geología y Minería. Boletín, No. 55. 34 p., 2 mapas escalas 1:100.000 y 1:20.000.
Santiago.
Antinao, J.L. y Mc Donough, M. 1999. Antecedentes estratigráficos y geocronológicos para una edad interglacial
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