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Batalla de Pichincha 24 de Mayo de 1822

La batalla que selló la libertad a nuestra patria fue librada entre las tropas realistas del
Gral. Melchor Aymerich y las fuerzas patriotas conducidas por el Gral. Antonio José de
Sucre. Luego de una agotadora campaña militar que se había iniciado en Guayaquil a
principios de 1822, a mediados de mayo ya Sucre se acercaba a la ciudad de Quito y,
para evitar encontrarse con los españoles, dispuso que sus tropas flanquearan al
enemigo subiendo a las heladas laderas del Cotopaxi, hasta aparecer el 16 de mayo en el
hermoso valle de los Chillos. Ese mismo día, al descubrir la estrategia de Sucre, los
españoles se replegaron y entraron en Quito, ocupando las principales calles del sur de
la ciudad.
En la noche del 23 de mayo de 1822, protegido por las sombras, el ejército de Sucre -
integrado por 2.971 hombres entre guayaquileños, cuencanos, argentinos, chilenos,
colombianos y peruanos- empezó a escalar el volcán Pichincha, buscando la mejor
ubicación para la batalla que sellaría la independencia de esta parte de América; a la
vanguardia, el Gral. Córdova avanzaba con el “Magdalena” mientras que el “Albión” se
encargaba de proteger la retaguardia, y custodiar y distribuir el parque.

Al amanecer del 24 de mayo, en las faldas del Pichincha y teniendo como premio la
libertad, la ciudad y el pueblo de Quito fueron emocionados testigos del momento más
gloriosos de su historia.
A las nueve y media de la mañana se iniciaron los primeros disparos. Desde el
comienzo del combate, el Yaguachi y su comandante el Coronel Antonio Morales, en
denodada lucha, agotaron los cartuchos y los reemplazaron con la bayoneta. Tremolaba
el azul y blanco de la bandera conducida por el joven teniente Abdón Calderón. Estas
unidades sostuvieron lo más recio del combate hasta la llegada de Mires con el resto de
la infantería.
La batalla fue, sangrienta y feroz, pues las fuerzas realistas estaban conscientes de que
su derrota significaría el fin del dominio español en esta parte del continente.

Sucre organizó sus fuerzas para que arribaran en oleadas sucesivamente. Cuando los
Cazadores de Paya y el Batallón Trujillo, conducidos por su jefe Santa Cruz, luego de
valerosa acción agotaron sus municiones, fueron relevados por otros dos batallones que
a las órdenes del general Mires y del coronel Morales hicieron retroceder a los realistas
hasta que también acabaron con sus municiones.
QUE ES UN MITO
Un mito es un relato tradicional que se refiere a unos acontecimientos prodigiosos,
protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales
como dioses, semidioses, héroes, monstruos o personajes fantásticos, los cuales buscan
dar una explicación a un hecho o un fenómeno.
José Manuel Losada, investigador especializado en los estudios de mitocrítica, define el
mito de la siguiente manera:
El mito es un relato explicativo, simbólico y dinámico, de uno o varios acontecimientos
extraordinarios personales con referente trascendente, que carece en principio de
testimonio histórico, se compone de una serie de elementos invariantes reducibles
a temas y sometidos a crisis, presenta un carácter conflictivo, emotivo, funcional, ritual y
remite siempre a una cosmogonía o a una escatología absolutas, particulares o
universales. Los mitos forman parte del sistema de creencias de una cultura o de una
comunidad, la cual los considera historias verdaderas. Al conjunto de los mitos de una
cultura se le denomina mitología. Cuanto mayor número de mitos y mayor complejidad
tiene una mitología, mayor es el desarrollo de las creencias de una comunidad.
La mitología sustenta la cosmovisión de un Pueblo.
Desde que en la Antigüedad grecolatina las explicaciones filosóficas y científicas entraron
en competencia con las míticas, la palabra mito se cargó en ciertos contextos de un valor
peyorativo, llegando a utilizarse de forma laxa como sinónimo de patraña, creencia
extendida pero falsa, por ejemplo, la sociedad sin clases es un mito comunista, o la mano
invisible del mercado es un mito liberal. También es común el uso un tanto laxo
de mito y mítico (o leyenda y legendario) para referirse a personajes históricos o
contemporáneos (o incluso a productos comerciales) cargados de prestigio y
glamour: Charlotte es un mito del cine mudo; los Brutales son un grupo mítico.

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