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SANANDO LAS HERIDAS DEL ALMA A TRAVÉS DEL PERDÓN

Carlos Franco
Junio 2006

¿Qué es el perdón?

Perdonar significa excusar, liberar a otro de culpa, es una herida,


una ofensa sufrida que no vuelve a ser atribuida a alguien. Cuando uno
libera a otro de culpa se libera uno, automáticamente, del rencor,
resentimiento u odio según sea el caso; se sustituyen esos sentimientos
por otros más nobles. La herida se considera cerrada disuelta en el
pasado y diluida en el infinito donde jamás pueda ser encontrada, de esa
manera se restaura una vieja relación, la cual vuelve a ser
esplendorosamente espiritual.

¿Cómo se genera el resentimiento y el perdón?

El perdón es una herramienta liberadora indispensable en toda


relación humana, ya que borra aquellos sentimientos malsanos que por
ser acumulativos nos van enfermando emocionalmente en forma
progresiva hasta dañar nuestras vidas a veces de manera irreversible.
Para que exista el perdón es necesario un “ofensor” y un “ofendido”,
ahora bien no existe un tabulador universal o “perdonómetro” que pueda
medir la intensidad de la ofensa y si esa ofensa es susceptible o no al
perdón, quiere decir entonces que esa intensidad la medimos nosotros
mismos y es allí donde estriba la dificultad para perdonar ya que la
decisión es personalísima, es en definitiva una cuestión de ACTITUD,
nadie decide por nosotros, solo nosotros decidimos por nosotros. ¡NO
hay excepción a esta regla! En toda relación se cometen excesos u
omisiones, la mayoría de las veces en forma involuntaria, en tal sentido
no podemos caminar por la vida llenándonos y acumulando las culpas de
nuestros propios errores y de los ajenos también. Esa actitud culposa,
nos convierte en NEURÓTICOS (nombre genérico enunciado por la
Ortosicología, para denominar a la enfermedad mental y emocional)
también nos amarra al pasado creando una carga tan pesada que
bloquea nuestra felicidad y la de nuestra familia.

¿Cómo crece el resentimiento?

Generalmente, la capacidad de perdonar o no va en relación


directa a la INTENSIDAD del daño que uno CREE se nos ha causado y
esa intensidad la determina cuán crecido o enfermo tengamos nuestro
EGO, y eso sucede gracias a nuestro EGOÍSMO INNATO, el cual se
desarrolla progresivamente desde pequeños, ese ego nos aconseja que
nosotros somos tan poderosos, tan superiores a los demás que aquel que
intente siquiera tocarnos tendrán que vérselas a merced de nuestra furia
( nada más inmaduro e infantil). Podemos ilustrarlo con un ejemplo
cotidiano: Cuando una persona no nos saluda tendemos a sentirnos
ofendidos ya que somos “DEMASIADO IMPORTANTES” como para que
alguien no advierta nuestra presencia, eso pudiera ser un acontecimiento
tan relevante para nosotros que sea capaz de echarnos a perder el día e
incluso dañar nuestra relación con nuestro “agresor”, cuando este lo que
seguramente era, que estaba tan preocupado con sus problemas que
sencillamente no nos vio. Este caso que pareciera ser insignificante es un
fenómeno acumulativo y pudiese, eventualmente, convertirse en un
detonante si no se resuelve a tiempo, en este caso es relativamente fácil
perdonar e incluso olvidar.
Ahora bien, vamos con un ejemplo más impactante en la sociedad:
Si hay algo que deja marcado emocionalmente a un ser humano en la
vida, son los eventos traumáticos ocurridos en la infancia. Padres
enfermos generan hijos enfermos. Vamos a tomar el caso del
alcoholismo como referencia fundamental para este trabajo. Sabemos
que el alcoholismo es una enfermedad y que todo alcohólico es
neurótico, eso quiere decir que todo hijo o familiar de alcohólico se
convierte en co-alcohólico y en co-neurótico, eso es prácticamente
inevitable, esto trae como consecuencia que los hijos y familiares de
alcohólicos han estado sometidos a casi todos los traumas, sería
interminable la lista de sufrimientos a que han sido sometidos: soledad,
abandono, falta de cariño, insultos, gritos, violencia doméstica etc., por
decir lo menos.
En este caso el perdón es más difícil de practicar, sin embargo
podemos decir categóricamente que es el ÚNICO ANTÍDOTO que existe si
queremos encontrar paz espiritual y felicidad en nuestras almas y en
nuestros corazones, y decimos que es el único antídoto, porque el
perdón esta alimentado por el don más sublime, perfecto y absoluto que
existe en el Universo, es la gasolina de más alto octanaje que mueve
todo a nuestro alrededor: Nos referimos al AMOR y decimos que es
perfecto porque este nace de la perfección de DIOS…………….

¿Cómo se llega al perdón?

Es una ruta larga o corta según sea el caso, diríamos que es


directamente proporcional al grado de sufrimiento, mientras más
sufrimiento el camino es más difícil, pero esa dificultad es la mejor
garantía de crecimiento, ya que si la superas, el cambio será más
completo y no tendrá retroceso.
Para perdonar es indispensable querer sanar las heridas del alma y
para ello debemos iniciar por derrotar al EGO inflado ya que él es el
padre del orgullo, de la soberbia, de la autosuficiencia y otros
sentimientos que intoxican el alma.
Dios nos doto del poder de la HUMILDAD como herramienta mayor,
para derrotar a ese enemigo y debemos utilizarla en primera instancia.
También nos otorgó del don de la oración y la meditación, con ella
moldearemos la mente y la pondremos en la mejor disposición para
perdonar.
Para abrir nuestra conciencia a la gracia de Dios y por ende del
perdón existen otras maneras a recomendar:
1.- Usar La gratitud, dar gracias a Dios por la vida y por todas las
bendiciones que tenemos cada vez que nos despertamos.
2.- La naturaleza, estar en comunión intima con la naturaleza nos
ayuda sentir la grandeza de Dios.
3.- El servicio, servir a los demás sin esperar ninguna recompensa,
entendiendo que sirviendo al prójimo, especialmente cuando este es
menos afortunado que uno, estamos sirviéndole a Dios. Es así de simple.
4.- El arte, abriéndonos al arte creativo nos abrimos al flujo
espiritual recibiendo la misericordia o gracia de Dios, en tal sentido si
poseemos algún don artístico, entendiendo por arte cualquier actividad
humana que nos brinde satisfacciones espirituales individuales y
colectivas que agraden al Ser Superior, es necesario que las pongamos
en práctica para entrar en el indescriptible mundo del perdón.
Algunos testimonios indican que el perdón se desarrolla
súbitamente como una especie de despertar espiritual; otros sin
embargo (entre ellos el mío) manifestamos haberlo sentido
paulatinamente a consecuencia de una decisión bien planificada y
racionalizada. La experiencia indica que ambos casos pueden darse y en
resumidas cuentas todo indica que es una experiencia muy personal que
incluye cuatro competencias: 1.- Perdonarse a uno mismo, 2.- Perdonar
a los que no nos comprendieron en su debido momento, 3.- Pedir perdón
a los que alguna vez perjudicamos, siempre y cuando esa reparación no
traiga más daños que beneficios o que la o las personas hayan fallecido,
en cuyo caso esa forma de perdón debe tramitarse a través del Ser
Superior para que sea él quien lo desaparezca en el cosmos., y 4.-
Entender que Dios ha perdonado todos nuestros pecados.
Hay algunos casos en que la persona a quién nosotros
perdonamos, está tan enferma de corazón que no debemos comunicarle
nuestra decisión porque podría pensar que se ganó el derecho de
volvernos a dañar ya que nosotros la podremos volver a perdonar.
Acordémonos que el mejor perdón es el que se siente en forma genuina
dentro de nuestro corazón y quién gana no es aquel a quién va dirigido
nuestro perdón, el gran ganador es quién perdona.

Consecuencias de no perdonar:

1.- El que no es capaz de perdonar a los demás, nunca será capaz de


perdonarse a si mismo.
2.- Si no perdonas ni a los demás ni a ti mismo, la herida siempre
quedará abierta y nunca sanará, es más esa herida se infectará
contaminando tu alma, provocándote un estado permanente de
amargura, ansiedad y desesperación que va a afectar no solamente a ti
si no a todo lo que te rodea y lo peor es que no vas a saber que es lo
que está causándote ese malestar.
3.- Si no perdonas, estarás recurrentemente sintiendo el mismo dolor
que sentiste el día que o los días que supuestamente te dañaron (re-
sentimiento), ocasionándote una vida triste e incluso puedes caer en
depresión crónica.
4.- Serás esclavo del resentimiento y del miedo al rechazo lo que te
tornará en un ser agresivo hasta con los seres más queridos.
5.- Si no perdonas tu mente estará contaminada con la amargura, el
odio y el resentimiento, quedando bloqueados todos los canales o
puentes espirituales (quedas incapacitado para orar), cerrando toda
posibilidad de comunicación con DIOS.
6.- Si no te comunicas con el Ser Superior, jamás conocerás el AMOR,
que como antes vimos es el sentimiento perfecto que activa el perdón,
de esta manera caerás en un circulo vicioso perverso.
7.- Cuando no perdonas tu alma enferma y tu espíritu también y cuando
tu alma y tu espíritu están enfermos te sobrevienen lo que se conoce
como enfermedades psicosomáticas (cáncer, psoriasis, alergias,
dermatitis, artritis, tumores, asma, lupus y muchas otras).

Beneficios al perdonar:

1.- La condición fundamental para perdonar es haber comprendido lo


que es el AMOR y comprendiendo el amor, nos olvidamos un poco de
nosotros mismos, dándonos a otros, desarrollando a la vez la capacidad
de entender a los demás y las causas y necesidades que tienen las
personas que necesitan humillar o dañar a los demás. Sabremos que en
el fondo ese tipo de personas son débiles con caretas de fuertes, tienen
mucho miedo y no conocen otra forma de defenderse que avasallando a
los demás. En resumen los del problema no somos nosotros, SON ELLOS
y nuestro deber es ayudarlos ya que esa actitud nos termina de sanar.
2.- Cambia totalmente nuestra visión de la vida porque aprendemos a
ver el lado bueno de la humanidad y en consecuencia confiaremos más
en el prójimo.
3.- Al comprender a los demás, dejaremos el pésimo hábito de criticar a
todos y empezaremos a evaluarnos a nosotros mismos antes de hablar,
al empezar nuestra autosupervisión entramos en el maravilloso mundo
de la introspección que en palabras simples significa “viajar hacia
adentro de uno mismo” lo que equivale a conocernos mejor y a
querernos más.
4.- Autoperdonarnos eleva nuestra autoestima, mejorando nuestra
autoimagen, eliminando el miedo al rechazo. El autoperdón es
indispensable para aceptarnos a nosotros mismos tal cual somos y la
autoaceptación es el primer paso hacia la recuperación total de la salud
mental y emocional. Solo así aprendemos a respetarnos y entender que
no perdonar es sencillamente un irrespeto a nuestra persona.
5.- Perdonar elimina el sentimiento de culpa ya que nos damos cuenta
de que nunca fuimos culpables de nada. Las culpas son toxinas
emocionales que nos impide amar a plenitud.
6.- Perdonar hace desaparecer los miedos que bloquean nuestro
crecimiento emocional y por lo tanto te hace estar seguro de ti mismo y
te va llegando la madurez emocional poco a poco.
7.- Perdonar nos ayuda a ubicarnos mejor como seres humanos, quiere
decir que sabremos entender que somos imperfectos y criaturas frágiles
que no debemos bajo ningún concepto jugar a ser más que Dios ya que
si el es tan amoroso que nos ha perdonado por anticipado todas nuestras
faltas. ¿Quién somos nosotros para no perdonar a un ser humano igual a
nosotros?

Conclusión: Espero que esta pequeña guía para practicar el perdón,


tenga la acogida necesaria para sensibilizar el corazón del que la lea y
comience a practicarlo desde HOY y verán que sus heridas empezarán a
sanar mágicamente. No posponga algo que puede cambiar su vida a
partir de HOY. ¡MUCHAS BENDICIONES!

EXISTE AL MENOS UN RINCÓN EN EL UNIVERSO QUE CON TODA


SEGURIDAD PUEDES MEJORAR……. ¡ESE RINCÓN ERES TU MISMO!
Aldous Huxley.
EJERCITAR EL PERDÓN

Publicado: Mie Dic 06, 2006 5:31 pm Título del mensaje: El Perdón

Para poder sembrar amor, es de suma importancia, recibir todos los acontecimientos diarios bajo la
filosofía del amor. Si usted está claro que cada situación tiene dentro de sí misma ambas energías
(amor y temor), le va a resultar sumamente fácil comenzar con esta siembra. Lo único que tiene que
hacer es, a partir de hoy, buscar el lado del amor en cada circunstancia que se presente.

Si está caminando por la calle, desconecte el automático y trate se observar todo lo que está a su
alrededor: los edificios, las vallas, las plantas y muy especialmente a las personas, cuáles son sus
gestos, cómo caminan, si se ven tristes o contentas. Cuando le presenten a alguien y le dé la mano,
concéntrese en eso, exprésele cariño con su mirada. Cuando ingrese a cualquier sitio donde estén
presentes varias personas, como un ascensor, no dé los buenos días por educación sino con el
auténtico deseo que esas personas tengan un buen día, aunque no los conozca. Todo es una elección,
en este ejemplo la acción es dar los buenos días, si los da por educación los esta dando bajo temor,
porque teme no ser aprobado. Si los da con intención los está dando bajo el amor. En lo que se refiere
a la acción, no hay ninguna diferencia entre hacerlo por educación o con intención. La decisión es
suya, si quiere vivir en amor, tiene que comenzar a sembrar amor.

En estos momentos lo invito a librarse de todas esas tensiones con otras personas que le impiden
desplazar el pasado. Lo primero que tiene que hacer es una lista de todas las personas por las cuales
siente algún tipo de resentimiento, luego procederá con el siguiente ejercicio durante siete días.

Póngase en una posición cómoda. Preferiblemente acostado, en algún lugar donde no vaya a ser
molestado por los próximos 10 minutos, cierre los ojos y respire lento y profundo. Permanezca en
esta posición hasta que su respiración sea armónica, aproximadamente cinco minutos.

Visualice o imagine a la primera persona que tiene en su lista y dígase mentalmente las siguientes
afirmaciones:
1. Esta persona (nombre) al igual que yo, es un ser humano.
2. Esta persona (nombre) al igual que yo, está en su proceso de evolución.
3. Esta persona (nombre) al igual que yo, comete errores.
4. Esta persona (nombre) al igual que yo, ama a otras personas.
5. Esta persona (nombre) al igual que yo, está en busca de su felicidad.

Concluidas estas cinco afirmaciones, concéntrese en la siguiente persona de su lista y repita el


procedimiento sucesivamente. Si no puede memorizar las afirmaciones, apóyese en otra persona que
se las lea mientras usted está con los ojos cerrados.
La clave para estar en armonía con los demás: El
perdón como herramienta para mejorar la salud
Por: Karla Santamaría Benavides, Reportero
Semana del 24 de febrero al 1 de marzo de 2008
24 de febrero de 2008 | Número Epoca II Año II No. 43

Médicos especialistas han encontrado una gama de enfermedades


causadas por el resentimiento que las personas conservan de su
pasado

¿Perdonar puede mejorar la salud?, es un cuestionamiento que no sólo


ciudadanos comunes se han formulado, sino especialistas en la materia,
quienes han encontrado una gama de enfermedades causadas por el
resentimiento que conservan las personas de su pasado.
En entrevista para QUEHACER POLÍTICO, la pedagoga y especialista en
desarrollo humano Mónica Martínez Maestre explica que perdonar, más que un
acto de buena voluntad, implica darle la importancia necesaria. “Nosotros
tenemos la oportunidad y la decisión de perdonar, de rechazar o de vivir con
resentimientos. Cuando descubrimos el significado del perdón podemos darle
un sentido diferente a nuestra vida”.

Para la especialista, esta acción, como herramienta para vivir mejor, “nos
ayuda a dirigirnos de manera diferente; pero es una decisión: Si yo quiero
perdonar o quiero vivir en el resentimiento constante. Cuando yo logro
perdonar, mi vida cambia, hay una mejor calidad de vida a nivel emocional,
mental y físico”. Con maestría en terapia familiar sistémica, Martínez Maestre
acota que se deben perdonar todos los malos tratos que hemos vivido. “Muchas
personas fueron lastimadas y maltratadas en su niñez, hubo agresiones,
violaciones, golpes, abandono de los padres; esas son huellas que nos dejan
marcados para el resto de nuestra vida. Cuando logramos reconocer que los
otros también tuvieron una vida difícil, podemos ser compasivos con
ellos”.

Pero ¿qué tan difícil es perdonar una violación o la agresión física? La


pedagoga responde que mucho, sin embargo, “si yo no perdono ese tipo de
situaciones las traigo conmigo, y entonces viene lo que llamamos
resentimiento, volver a sentir, resentir, que quiere decir que estoy sintiendo
constantemente esas vivencias. Hay que aprender a perdonar todo;
autoperdonarnos, perdonar el abandono de las personas muertas”.

EL PERDÓN ES DE QUIEN LO TRABAJA

Mónica Martínez, quien imparte el taller El sentido del perdón, acepta que
cuando perdonamos, nuestra vida mejora en todo y “para que pueda lograr
perdonar a otra persona tengo saber que también tengo errores, a lo mejor no
tan grandes como aquella persona que me lastimó, pero cuando reconozco que
no soy un ser perfecto y que cometo errores, entonces puedo aprende a
perdonar a los demás”.
El trabajo que requiere el perdón –afirma Martínez Maestre– implica
volverse más compasivo, asertivo, porque ya no se le teme a las demás
personas; porque se entiende el derecho a expresar los sentimientos,
pensamientos. En definitiva, “se mejora mi calidad de vida, mi motivación, mi
calidad de afecto… hay muchas ganancias con el perdón. Y, sobre todo, me
libero.
Perdonar quiere decir liberar, me libero de la carga, no se borra, pero se
disminuye”. Muchas de las personas que han reparado en darle al perdón un
espacio significativo, ven esta tarea como un aprendizaje más y, a decir de la
especialista, han tomado la decisión de ayudar a otros.
¿Cuánto tiempo le puede llevar a una persona perdonar a otra? No existe
un tiempo, sino darse permiso de pensar en el perdón. Muchas veces nos
negamos: „Aquí no pasó nada, yo estoy bien‟. Lo primero que debes hacer es
reconocerlo, es como el alcohólico, lo debe de aceptar para pedir ayuda.
El segundo punto es permitirte enojarte mucho, logra sacar tu coraje, no
ir tirándolo por aquí y por allá, porque te vuelves violento. Tienes que aprender
a dirigir tu ira.“Ya una vez que trabajaste ese enojo, puedes decidir si perdonas
o no; esto no quiere decir que si perdonas vuelvas con quien te dañó: „Yo te
perdono y me libero de ti, te bendigo, te deseo buena suerte‟, entonces aparece
la tranquilidad, la paz y la armonía para quien perdona”.

EL RESENTIMIENTO DAÑA

La especialista señala que cuando las personas no perdonan “se


carcomen por dentro, y de alguna manera afectan sus órganos. El agresor ya se
fue o está muerto, pero la que se carcome eres tú. Pero si logras perdonar te
vas a sanar por dentro, va a haber armonía en ti, en tu organismo, es decir,
olvídate de gastritis, de infartos, dermatitis, de ese tipo de enfermedades
psicosomáticas que se reflejan en tu cuerpo”. No quiere decir que con una
acción como lo es perdonar a otro, se curen las enfermedades; lo cierto es que
las personas optan por cuidarse más porque no tienen el sentido de
autodestrucción; porque a decir de la pedagoga, “cuando no has perdonado
generas culpa y entonces te autodestruyes”.
¿Hoy en día es importante perdonar para mejorar nuestra salud?
Hoy en día y siempre. Es muy importante que aprendas a perdonar todo,
porque somos muy agresivos. No que te vuelvas tonto, sino que sepas que al
otro le están pasando cosas que él ni siquiera sabe, que no tiene el autocontrol
que podemos aprender. Aparte de todo el estrés que se vive cotidianamente,
imagínate vivir así: Amargado, resentido; estarle sumando a la carga
cotidiana.
“Vale la pena que nos sanemos todos, que mejoremos nuestra salud, que
vivamos más tranquilos para estar en armonía con los demás. En el taller,
aprendemos las herramientas para perdonar. No sé si los asistentes a este
grupo logren perdonar o no, porque es una decisión; yo les digo que desde que
buscan ayuda es porque quisieron perdonar, llevan la expectativa de perdonar”,
finaliza la especialista.
EL PERDON COMO HERRAMIENTA DE RECUPERACION
EMOCIONAL
Perdonar es el Proceso de integrar una situación que nos causa dolor y angustia dentro de
nuestra historia personal, de forma que esta sirva para nuestro aprendizaje y desarrollo; a fin
de que podamos disfrutar la plenitud de nuestra vida. Es reencauzar nuestra energía
emocional en el presente y futuro, en vez de dejarla fija en el pasado. Es darle más valor a la
personas que nos han brindado su apoyo, estímulo y aprecio, que aquellas que nos hicieron
daño. Es retomar el protagonismo de nuestra historia personal, en lugar de darle el rol
principal a las personas o situaciones que necesitamos personar.

El primer beneficio del perdón es que nos libera del dolor, la angustia, la rabia y la impotencia
ante el hecho o persona que nos hizo daño. Al hacer esto, recuperamos el control de nuestras
emociones, pensamientos y acciones, y por ende, podemos enfocar nuestra atención en
nuestro propio crecimiento y desarrollo personal. Cambia nuestras percepciones de los
acontecimientos, y al hacerlo, nos facilita encontrar nuevas oportunidades de hallar plenitud y
felicidad en nuestro ahora. Y el principal es que nos permite elegir nuevas respuestas ante lo
ocurrido, y al hacerlo, nos otorga el poder de transformarnos de víctimas de las
circunstancias, a héroes de nuestra historia.

Perdonar es un proceso, no una varita mágica o una pastilla milagrosa. Si las heridas son
muy profundas, el proceso de perdón deberá ser igualmente profundo y uno debe tomarse el
tiempo que sea necesario para sanar.

El perdón necesita que recordemos, pero dándole una nueva perspectiva a las memorias, en
las cuales nos trasformemos en los héroes de la historia. Una historia que no se quede
únicamente en el capítulo de cómo fuimos lastimados o dañados, sino cómo, a pesar de ello,
nos reinventamos a nosotros mismos y superamos los límites que otros nos impusieron, y en
donde transformamos el mal recibido en el impulso para hacer nuestro propio bien.

En realidad, el perdón no significa tolerar la injusticia, ni fingir que las cosas van bien cuando
no es así. En él se requiere mucha sinceridad con nosotros mismos y un verdadero
compromiso de trabajar con nuestras emociones y trasformar nuestra realidad. Y si en ese
examen reconocemos que una relación nos esta deteriorando nuestra autoestima, debemos
asumir la responsabilidad de amarnos y protegernos a nosotros mismos.

Fundación Piero Rafael Martínez De La Hoz ® 2003 – 2007


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