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Vivir en Delhi, la ciudad irrespirable

La niebla cubre una carretera en Nueva Delhi, India, hoy, 2 de noviembre de 2016. EFE

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VÍCTOR M. OLAZÁBALNueva Delhi

03/11/2016 11:31Se suele decir que Diwali es la "Navidad de los hindúes". Luces de colores
cuelgan de los balcones de las casas mientras las calles se inundan de petardos y fuegos
artificiales. Las redes sociales y los medios de comunicación internacionales se llenan de
fotografías con esta estampa que, hay que reconocerlo, es muy vistosa. Pero estos días
también circulan otras fotos: las que muestran cómo queda Delhi tras la fiesta, cómo se ha
instalado en la capital india una neblina grisácea, cómo la polución del aire afecta al día a día
de los habitantes de una de las ciudades más contaminadas del mundo.

Este miércoles, tres días después de la celebración del año nuevo hindú, Delhi ha vuelto a
amanecer cubierta bajo esa niebla conocida como smog, con cierto aspecto de una ciudad
fantasma por la que deambulan figuras oscuras, borrosas. Se puede decir sin temor a caer en
la histeria que los datos que muestran los índices de calidad del aire son alarmantes, como
cada año. Los distintos monitores repartidos por la ciudad han registrado niveles superiores a
las 800 PM2.5 en los últimos dos días. El lunes el medidor que tiene la embajada de Estados
Unidos en uno de los barrios más verdes de la capital india llegó incluso a 999. Esta mañana, la
zona de Anand Vihar alcanzó las 743 partículas y R.K. Puram, las 683, según la Junta Central de
Control de la Contaminación de India. A partir de 300, la definición oficial señala que el aire es
"peligroso", después de haber superado los niveles de "insalubre" y "muy insalubre". La
Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que el máximo recomendable es 25 PM2.5
por metro cúbico. India eleva el punto de seguridad a 60 partículas. Ambas muy lejos de la
realidad del país asiático.Las PM2.5 son partículas en suspensión de menos de 2,5 micras.
Además de ser altamente tóxicas, son muy finas, diminutas, lo que facilita su entrada en los
pulmones. El primer efecto es una tos continua, picor en la garganta e irritación de los ojos.
Una extraña sensación de alergia que dista mucho de ser primaveral. Una alta exposición
puede causar problemas cardiovasculares y respiratorios y, en casos extremos, cáncer de
pulmón. Si comparamos la situación de Delhi con algunas capitales europeas, en la mañana del
miércoles en Londres los medidores se encontraban en 72 PM2.5 y en París rondaban los 60.
En Madrid, donde estos días la polución ocupa portadas, la cifra ha llegado hoy a superar las
90 partículas. Una situación "moderada", según los índices de calidad del aire.Delhi está
considerada una de las ciudades más contaminadas del mundo y, hasta este año, lideraba esa
deshonrosa lista en la que solía competir con Pekín, en China. La calidad del aire es pésima
durante todo el invierno, pero el año nuevo hindú se considera el pistoletazo de salida para
una época en la que algunos habitantes optan por el uso de mascarillas al salir de casa. Un
estudio de 2014 afirmaba que el estado del aire en Diwali era hasta seis veces peor que el de
días normales.Durante esa celebración y en los días previos, la capital india se convierte en el
escenario idóneo para los amantes de la pirotecnia. Hablamos de unas Fallas en una urbe de
unos 20 millones de habitantes. Todo tipo de petardos y fuegos artificiales envuelven la ciudad
bajo un humo que reduce notablemente la visibilidad y un sonido estridente que parece
eterno. Días después de la fiesta, el ruido se va, pero el humo no.Gufran Beig, científico del
SAFAR, el sistema que monitoriza el aire de este país, afirmó tras la festividad que existe un
"grave riesgo" de problemas respiratorios para los habitantes de Delhi. El viento prácticamente
nulo provoca que el aire sucio quede suspendido cerca del suelo, en el punto perfecto para
que lo inhalen, entre otros, transeúntes, obreros, vendedores ambulantes, agentes de policía,
ciclistas, mendigos o conductores de rickshaws. Es decir, todo aquel que se encuentre en la
calle.Un estudio previo al festival señalaba que uno de los petardos más populares entre los
más pequeños era especialmente dañino para la calidad del aire. El portal de datos
IndianSpend comprobó que ese petardo con forma de serpiente producía el mismo efecto que
estar en una habitación que contuviese el humo de 464 cigarrillos. No obstante, a pesar de ser
un chute de polución descomunal, el festival de las luces no es la causa original de la
contaminación del aire en India. Los gases que emiten los vehículos (en Delhi circulan 8
millones de coches), las emisiones de la industria o la ingente quema de residuos ayudan a que
los niveles se mantengan muy por encima de lo recomendable durante los meses de invierno,
hasta que llega la época de lluvias.La OMS señala que la mitad de las 20 ciudades más
contaminadas del mundo están en India. Las consecuencias de esa polución son demoledoras.
India tiene la tasa más alta del mundo de muertes por enfermedades respiratorias, que
suponen más de un 10% de las muertes en este país. Las autoridades indias registraron en
2014 3,5 millones de casos de infecciones respiratorias agudas, un aumento de 140.000
respecto al año anterior.La mitad de los alumnos en los colegios de Delhi nunca recuperará por
completo su capacidad pulmonar. Uno de cada tres niños de la capital visita a su médico por
estos problemas cada invierno, según el Instituto Indio de Ciencias Médicas (AIIMS).Un estudio
realizado por las universidades de Chicago, Harvard y Yale publicado el año pasado en el
semanario Economic & Political Weekly afirmaba que 660 millones de indios, más de la mitad
de los habitantes del país, vivirá de media 3,2 años menos que sus compatriotas por la
lamentable calidad del aire que respiran. Además, decía el informe, 272 millones de indios
viven en regiones donde la polución es más de ocho veces superior a lo aconsejable. En un país
cuyo gobierno tiene el crecimiento económico como principal reto, la contaminación queda a
un lado de la agenda. "La contaminación en India es un obstáculo directo para su crecimiento,
imponiendo costes severos para la salud de la sociedad y reduciendo la productividad de la
población. Es totalmente lógico que el crecimiento sea una prioridad para India, pero si se
quiere alcanzar ese crecimiento, es esencial que gestione la polución", afirma a este diario
Anant Sudarshan, economista especializado en energía y medio ambiente, que considera que
"es importante reformar la regulación ambiental en India".Ciudades como Delhi han tomado
medidas en los últimos años, en ocasiones obligadas por los tribunales. En general, medidas
relacionadas con la reducción del tráfico de camiones y vehículos diésel o con limitaciones a la
industria energética. Este año el ayuntamiento ha probado en dos ocasiones la restricción a la
circulación en días alternos, dependiendo de la matrícula par o impar del vehículo, una medida
cuyo impacto aún se desconoce.Ahora, después de que las redes sociales y los medios se
volviesen a llenar de fotografías donde la niebla lo inunda todo, el gobierno de Delhi ha vuelto
a anunciar que actuará para mitigar la polución del aire. Pero seguramente el año que viene,
cuando las luces vuelvan a colgar de los balcones y los vecinos desaten su habitual guerra
mundial de petardos, los niveles de contaminación explotarán de nuevo. De momento, los
científicos del SAFAR han asegurado que los próximos tres días seguirán siendo "severos" en la
capital india. Así comienza el año nuevo hindú que pronto dará paso a un invierno irrespirable.
Sí, winter is coming.

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