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Emobiología
Emobiología
Leucemia... [84]
Tálamo... [105]
Periostio... [112]
Ampliación Octava Ley Biológica... [120]
Terapia... [129]
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Assensi Teixidor
[Introducción]
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reconocimiento social y profesional que aporte una expansión de esta ciencia
natural.
Procuraré exponer el contenido del libro de la forma más coloquial posible y
alejarme de la pedantería intelectual que en ocasiones se emplea cuando se
exponen textos científicos, ya que pretendo que sean unas líneas aptas para
todo el mundo.
Los primeros estudios inician de unas inquietudes que muchos profesionales
de la salud, a días de hoy también tienen. Oficialmente no se acepta la
implicación emotiva como detonante de una modificación orgánica, pero todos
los profesionales con una inquietud mínima han visto que en torno al
diagnóstico patológico existe en la persona un ambiente conflictivo.
Hamer fue el médico que inició estos estudios a partir de la misma inquietud:
ver si existía una relación directa entre las situaciones conflictivas y
alteraciones en los tejidos. La primera iniciativa fue realizar entrevistas
personales, paciente por paciente; les preguntó si habían vivido algún tipo de
acontecimiento, vivencia intensa conflictiva. De lo que se dio cuenta es que en
una gran mayoría, por no decir que en el cien por cien de casos, siempre
alrededor de la modificación en el tejido había una vivencia conflictiva. Estas
primeras entrevistas nos muestran en un inicio que existen unos criterios que
se repiten.
Actualmente, con el deseo de que las personas que inician a descubrir estos
estudios lo hagan con la máxima naturalidad posible y siguiendo el proceso
de investigación desde el principio, hemos iniciado un proyecto audiovisual
que consiste en registrar a personas que han notado una modificación en un
tejido o una función. Estas entrevistas suponen algo equivalente a lo que se
hizo en un primer momento. El objetivo será evidente cuando existan
centenares de vídeos, sobretodo cuando existan varias entrevistas que traten
sobre la misma modificación; nos revelará una emoción común, aunque quizá
proyectada a una situación diferente. Es cierto que al principio puede parecer
casualidad la coincidencia entre la emotividad expuesta y la modificación en el
tejido, la suma de casos nos facilitará entender la evidencia. Estamos
intentando mostrar a la gente lo mismo que tendrá que hacer cualquier
persona que se dedique al mundo sanitario y quiera aprender estos criterios:
realizar entrevistas para ver si existe una relación entre las situaciones
conflictivas y los diagnósticos. Esto sólo representará el primer paso,
posteriormente se completarán los vídeos con la exposición de los criterios de
cómo sucede, los vídeos irán avanzando y mostrarán los matices de todas las
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leyes. El material audiovisual completo lo podréis encontrar en el sitio web:
www.youressence.net
Las afirmaciones que se muestran en el libro no son una invención personal,
surgen de la observación minuciosa de casos. No son fenómenos externos a
nosotros, cada uno puede y debe realizar su particular investigación.
En un primer momento observamos que existe una modificación relacionada a
una emotividad y cuando es posible revisar lo que sucede a nivel cerebral,
comprobamos que existe una regulación precisa en este órgano. En
neurología clásica se acepta que existen zonas cerebrales de control de
funciones y tejidos, pero en cambio cuando hablamos del concepto de
enfermedad no se suele observar lo que sucede en el cerebro en los
momentos que se produce un cambio funcional o de tejido.
Los estudios iniciales evolucionaron hacia el análisis de escáneres cerebrales
para ver si había alguna marca o señal que mostrase la implicación cerebral
que regulaba los tejidos que se modificaban. La observación de estas
imágenes mostró dos tipos de señales, en ocasiones aparecían anillos
concéntricos y en otras inflamaciones. Estas modificaciones precisamente
aparecen en la zona encargada de regular los tejidos o funciones
relacionados con la modificación que se ha producido. El comité científico
descartó la implicación de estas señales concéntricas y las explicó como
artefactos, es decir, reflejos de la lente de los escáneres. La comprobación de
si estas marcas eran errores de la lente o señales relacionadas con el cerebro
resultaba sencilla. Simplemente era necesario realizar secciones diferentes: si
era un error de la lente estas señales aparecerían sin ningún criterio, en
cambio si eran unas marcas asociadas al cerebro, al realizar diferentes tipos
de cortes siempre debería aparecer en la misma zona espacial. No es
necesario realizar demasiadas pruebas para comprobar que existen algunas
marcas que corresponden a artefactos y otras muy características que
representan unos anillos concéntricos en zonas cerebrales relacionadas con
alguna modificación en un tejido o función.
Estas leyes biológicas están totalmente entrelazadas unas con otras. Cada
ley ha aportado conocimiento y nuevas incógnitas que al ser contestadas han
destilado una nueva ley. Son fenómenos naturales con los que convivimos,
existen antes de postularlas. Estas leyes no son nada que no sepamos en el
fondo. Una persona cuando está viviendo una situación conflictiva entra en
reacción para proyectarse en busca de una solución de aquello que le
preocupa. No es necesario vivir una situación conflictiva intensa límite para
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comprobar estos fenómenos, como tampoco es necesario tirarse por un
precipicio para comprobar la ley de la gravedad. Estamos de acuerdo que el
fenómeno sería mucho más evidente pero también se pueden aprender estos
fenómenos en situaciones no tan extremas. El organismo sabe funcionar de
forma automática y no necesita de esta parte intelectual para regularse, el
ejercicio de observación simplemente nos ayuda a comprender desde un
punto de vista de espectador cómo actuamos y funcionamos, desvela
realidades y falsos mitos.
En el libro hablaremos continuamente de la relación directa que hay entre la
emotividad, la relación con la zona cerebral y el tejido o la función que regula.
Una conclusión resumida del contenido del libro, expresada en una frase es la
influencia de nuestra emotividad en los tejidos y las funciones. Es algo que ya
se ha expuesto en numerosas ocasiones, diferentes autores han relacionado
las emociones con modificaciones orgánicas. Algunos han realizado una
asociación de ideas, otros una conexión espiritual, y en otros casos sólo se
han quedado a las puertas de una comprensión completa y precisa. La
medicina china, por poner un ejemplo, comenta y asocia el hígado con la
rabia. Seguramente la asociación ha sido simple, síntomas evidentes en el
hígado después o durante un contexto de rabia en la persona. Actualmente
desde el conocimiento de estas leyes biológicas sabemos cómo funciona e
incluso podemos afirmar porqué se ha realizado esta asociación. Tenemos en
cuenta el tejido implicado, la función fisiológica, los efectos que se producen
en los momentos conflictivos y cuando desaparecen. Muchos crecimientos
compactos en el hígado no aportan ningún síntoma ni molestia, ¿Tiene algo
que ver con la rabia? Contestar a esta pregunta nos adentra en el contenido
del libro. La rabia, biológicamente supone el hecho de que alguien o algo nos
quite aquello que consideramos que nos pertenece. La rabia expresada tiene
un efecto puntual, la rabia contenida supone un bloqueo. El organismo
reaccionaría similar a como lo haría con una obstrucción en las vías
hepáticas, es decir, produce contracción muscular y reducción del conducto
mediante una eliminación de células epiteliales para facilitar la expulsión. En
este momento se puede sentir hipersensibilidad en la zona del hígado, pero
no tiene porqué aparecer dolor. Al eliminar la obstrucción del conducto
hepático, real o figurada, se inicia un proceso de regeneración proporcional a
las modificaciones que se hayan creado en el momento de necesidad. En
este punto es cuando puede aparecer dolor. Podéis comprender como ahora
ya no nos podemos quedar con las conclusiones que se habían hecho con
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anterioridad, ahora existe una precisión desconocida para muchos. La
emotividad tiene una relación directa con una zona cerebral, con la función
fisiológica que regula y tiene una manera de funcionar en cada momento.
Todo tiene un origen preciso, pero no podemos caer en el error de pensar que
todo cambio en un tejido o función ha sido creado por una causa emotiva.
Puede tener un origen químico, ser el resultado de un traumatismo, un
desgaste.
Cada vez que comento esto me acuerdo de una anécdota cariñosa. Hace
años, quedé un día con una amiga que hacía mucho tiempo que no veía,
decidimos ir a un balneario de aguas termales. Después de un tiempo de
estar en ese agradable espacio, mientras estaba en el agua noté un picor
intenso en el codo izquierdo. En ese mismo instante empecé a analizar el
caso, inició en mí un diálogo interno imparable: ...codo izquierdo, picor, fase
de solución, conflicto de separación, deriva del ectodermo, yo diestro,
lateralidad cruzada, seguramente relacionado con la madre o hijo, ¿codo?,
seguramente separación, hacer espacio, ¿qué he estado hablando con mi
amiga?, quizá he hecho una solución espontánea al expresar y compartir
algo... Mientras estaba en este diálogo analítico leo un cartel que siempre
había estado delante de mí, que decía: “NO MANTENERSE ESTÁTICO EN
LOS CHORROS DE OZONO”. Una sonrisa dibujó mi rostro. Había estado
recostado delante de un chorro de ozono lo suficiente para que me irritase la
zona donde había iniciado el picor.
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hambre y pierde peso.
A diferencia de los conflictos y problemas normales, los conflictos biológicos
de fuerte intensidad son capaces de crear una modificación de los tejidos o la
función. Observamos que en estos conflictos biológicos la persona muestra
estrés permanente, y manifiesta síntomas bien definidos y evidentes. Los
pensamientos obsesivos proyectan a la persona en busca de soluciones, este
estrés activa el área cerebral correspondiente al tipo de conflicto y adapta los
tejidos que regula. Esta reacción, aunque necesaria, si dura en el tiempo,
crea un desgaste cerebral y fuertes modificaciones orgánicas. El estado de
adaptación se conoce como conflicto activo.
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Cada función y tejido está regulado por su área cerebral específica.
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A nivel cerebral, gracias a la tomografía axial computerizada (TAC), se puede
observar la activación de estas áreas cerebrales: en la zona aparecen anillos
concéntricos que indican la fase de estrés, la emoción asociada y el tejido o
función que regula. El relé (el área cerebral) que interviene se conoce como
Foco de Hamer (FH).
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Y O U R E S S E N C E
Segunda
Ley Biológica
Ley bifásica
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Situación Chocante
La persona siente la situación conflictiva y de manera automática
activa el programa de adaptación en función a la emotividad de la
situación conflictiva. Existe una interconexión entre las diferentes
áreas cerebrales y los tejidos que regula. En la situación conflictiva
se decide el mejor mecanismo de adaptación para hacer frente a esa percepción
conflictiva. El programa de adaptación actúa prácticamente de manera sincrónica a los
tres niveles: emocional, cerebral y orgánico. Gracias a este mapa cerebral, podemos
definir y precisar los diferentes tipos de emociones esenciales y la combinación entre
ellas.
Fase Adaptativa
La persona se encuentra en la fase adaptativa. Psíquicamente
obsesiva, pensamientos repetitivos hacia el problema en busca de
una solución. El área cerebral se mantiene activa, estimulada y
envía la señal de adaptación orgánica programada. Dependiendo
de la derivación embrionaria provocará en esta fase un crecimiento
celular o una reducción. En algunos casos simplemente modificará la función. Los tejidos
regulados por el paleoncéfalo (tronco cerebral y cerebelo), en fase activa provocarán un
aumento de función o de tejido; los tejidos regulados por el neoencéfalo (sustancia
blanca cerebral y corteza cerebral) provocarán una reducción funcional o de tejido. Esto
último lo veremos en la 3ª Ley Biológica.
Sentido Biológico
Esta adaptación tiene un sentido si tenemos en cuenta la historia
evolutiva del organismo. Tiene programado unas adaptaciones
fisiológicas normales y también conflictivas cuando el organismo
detecta una necesidad de respuesta intensa. Esta intensidad crea
modificación de los tejidos que regula el área cerebral activada
ante la situación conflictiva. El organismo está codificado con programas y subprogramas
de respuesta para hacer frente a la situación conflictiva. Actualmente no sabemos con
precisión la totalidad de los “sentidos biológicos”. Es posible que algunos procesos
dispongan de más de un sentido, sin duda alguna se tiene que seguir investigando para
avanzar en esta nueva ciencia.
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Solución del Conflicto
La persona soluciona el problema, deja de vivir la situación
conflictiva, deja de crear modificación adaptativa en los tejidos. La
solución puede representarse de diferentes maneras. La
desactivación de una zona cerebral puede ocurrir por diferentes
motivos, algunos ejemplos: Se aleja del problema para reducir la
intensidad, siente alivio. Cambia su visión ante el problema y ahora ya deja de ser una
preocupación. El problema se vuelve insoportable y cede, deja de hacerle frente. Es lo
que conocemos como aceptación, resignación. Normalmente la persona ya está
proyectada en busca de una solución. Si ésta no es posible la persona automáticamente
crea estrategias de adaptación hasta que se pueda cambiar el contexto.
Proceso de Normalización
Cuando la persona deja de vivir la situación conflictiva se siente
aliviada. El alivio de dejar de sentir la preocupación, si la situación
conflictiva ha sido intensa y si ha creado fuertes modificaciones,
normalmente se ve enmascarado por los síntomas y molestias del
proceso de regeneración-normalización. Cuando finaliza la adaptación, el organismo la
detecta como si fuera una alteración e inicia un proceso de regeneración donde
normalmente aparece molestias y dolor. Es habitual que la sensación de las molestias sin
el conocimiento de las causas y reafirmado por el diagnóstico patológico provoca
inseguridad y miedo. Los microorganismos actúan en esta fase siempre que sea posible.
Como veremos en la 4ª Ley Biológica.
Vuelta a la Normalidad
Cuando finaliza la regeneración del tejido cerebral y orgánico,
desaparecen las molestias de los síntomas. La persona vuelve a
estar en equilibrio de las funciones fisiológicas normales. El tejido
reparado puede presentar una modificación respecto al inicio del
proceso. Esta modificación se mantendrá estable durante toda la
vida de la persona, a menos que se vuelva a activar otra vez el mismo tipo de conflicto.
El resultado es el fruto de la mejor normalización biológica para mantener un equilibrio
con el resto del organismo. La persona al finalizar este proceso puede volverse
hipersensible al conflicto vivido, y se puede activar por los factores contextuales
implicados (alergias). Esto no es un error, simplemente es un mecanismo de protección.
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Y O U R E S S E N C E
Tercera
Ley Biológica
El sistema ontogenético
Los tejidos que derivan del endodermo están regulados por el tronco cerebral.
Los tejidos que derivan del mesodermo, que actúan funcionalmente como el
endodermo, están regulados por el cerebelo. Los tejidos que derivan del
mesodermo, que actúan funcionalmente similar al ectodermo, están regulados
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por la sustancia blanca. Los tejidos que derivan del ectodermo están
regulados por la corteza cerebral.
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crecer y multiplicarse. Después desarrolló membranas para protegerse del
medio exterior. A continuación, fue necesario una estructura de sustento y por
último un sistema de movimiento y comunicación con el entorno, el organismo
se tenía que relacionar con los de su misma especie para sobrevivir, era
necesario desarrollar mecanismos para organizar el grupo. Vemos la
evolución en el orden de aparición de estas capas y también en la continua
adaptación que cada una ha ido haciendo. Este sentimiento de evolución nos
acompañará durante todo el libro y puede que incluso traspase y se instale en
nosotros.
Recordar que la adaptación fisiológica, manifestada con un aumento o
disminución de tejido, se realiza en el organismo dependiendo su derivación
embrionaria. En el cerebro, la modificación es siempre la misma, cuando
aparece una situación de estrés, dependiendo la vivencia de la persona,
cómo lo sienta, activará el área cerebral correspondiente. Podremos observar
la bonita diana que nos indica que el proceso está activo. Cuando se
desactiva, porque la persona ha salido de la situación conflictiva o ha dejado
de sentir el conflicto, se inicia la regeneración del desgaste producido, en esa
zona cerebral aparece un edema de regeneración.
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Cuando desaparece la necesidad de respuesta, es decir, cuando la persona
deja de vivir la situación conflictiva, se inicia una fase de regeneración para
normalizar los tejidos modificados. Reservamos esta explicación para los
siguientes capítulos.
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• Área pre-motora: Se localiza por delante de la motora. La función de
esta área es almacenar programas de actividad motora, reunidos
como resultado de la experiencia pasada; es decir programa la
actividad motora primaria.
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aparecerá una úlcera del epitelio plano de la epidermis externa. Los nuevos
matices los daremos después de la exposición de las tres nuevas Leyes
Biológicas.
Los procesos regulados por la corteza cerebral (de derivación ectodérmica),
siempre tienen su sentido biológico y su utilidad en fase de estrés (en fase
activa del conflicto). En el ejemplo anterior esta reducción funcional y
estructural le permite poder soportar la ruptura de contacto, reducir la
sensación de separación. Con la comprensión de las últimas tres leyes
biológicas esto cambia ligeramente, lo veremos más adelante.
Siempre que se llegue a una solución biológica, psíquicamente se siente
aliviada e inicia una regeneración estructural y funcional del tejido implicado.
El proceso de reconstrucción lo hace en forma de inflamación con la
intención de invertir el mínimo tiempo posible en la regeneración.
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Y O U R E S S E N C E
Cuarta
Ley Biológica
El sistema ontogenético
de los microbios
Los microorganismos son seres vivos que sólo se pueden ver gracias al
microscopio. En este grupo están los hongos, las bacterias y los virus. Son
organismos dotados de individualidad, tienen su propia organización
elemental. Nuestro cuerpo humano es portador de una población de microbios
diez veces más numerosa que el número de células de nuestro cuerpo.
Si tenemos en cuenta las anteriores leyes nos preguntamos ¿por qué no
actúan? ¿por qué no siempre provocan infecciones? La teoría actual dice que
el sistema inmunitario los mantiene a raya. Entonces, si los mantiene a raya
¿por qué a veces actúan? La respuesta es que en algunos momentos
puntuales el sistema inmunitario se deprime. Y si se deprime, ¿por qué no
actúa de manera general?, por ejemplo ¿por qué sale un afta en una zona
concreta y no en otra? Si supuestamente ha actuado porque el sistema
inmune se ha deprimido debería haber unas manifestaciones generalizadas.
Lo que realmente se observa a la luz del conocimiento de las Leyes
Biológicas es que estos microorganismos actúan cuando la persona sale de la
situación conflictiva, conviven con nosotros y tienen una actividad cuando
nuestro organismo sale de la situación conflictiva, cuando se detiene la
modificación de los tejidos implicados.
La actividad de los microbios en el organismo, no depende, como habíamos
supuesto erróneamente hasta ahora, de factores externos. En verdad, están
regulados indirectamente por nuestra computadora central, el cerebro.
Los microbios no son nuestros enemigos, sino que nos ayudan; ellos trabajan
comandados por nuestro organismo, dirigidos directamente o indirectamente
por nuestro cerebro, porque para cada grupo de órganos pertenecientes a
una hoja embrionaria actúan sus microbios específicos.
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Según la ley bifásica de todas las enfermedades,! cuando se soluciona el
conflicto todos los microbios “actúan”, sin excepción, exclusivamente en la
segunda fase, en la fase de regeneración, y finalizan su actividad cuando
finaliza la curación.
Los hongos son los microbios más antiguos de nuestro organismo, se
activan exclusivamente después de la solución del conflicto. Son los
descomponedores primarios de materia muerta, esta descomposición la
hacen mediante necrosis caseosa. Mediante este mecanismo transforman
la masa en exceso, ya no útil, en una masa pastosa parecida al queso
fresco. Es el mecanismo de descomposición del aumento de tejido, ahora
presente como material de desecho. La multiplicación de los hongos se
realiza a la vez que el aumento de tejido, es decir, en fase de estrés, a partir
del choque biológico; pero sólo actuarán, en la descomposición, después de
que la persona salga de la situación conflictiva. Los hongos han
evolucionado juntamente con nosotros, están relacionados con los tejidos
más arcaicos de nuestro organismo, están estrechamente vinculados con el
tejido endodérmico, regulados por el tronco cerebral y los tejidos del
mesodermo regulados por el cerebelo.
Los virus: son organismos ultramicroscópicos, sólo se pueden ver mediante
microscopio electrónico, si un virus tuviese el tamaño de una manzana, una
bacteria sería del tamaño de medio campo de tenis. Los biólogos, a día de
hoy, todavía discuten si los virus son o no organismos vivos, ya que a
diferencia de los demás, éstos no tienen núcleo. Los virus son los microbios
relacionados con nuestros tejidos más recientes. Proliferan y se activan
exclusivamente en la fase de regeneración, permiten una mejor reparación
de las úlceras y las necrosis de los tejidos del ectodermo, directo de la
corteza cerebral. La regeneración del tejido de derivación ectodérmica, se
realiza con inflamación, siempre en exceso, para reponer el tejido en el
mínimo tiempo posible. Estos virus, podrían ser perfectamente pequeñas
cadenas proteicas producidas por el material sobrante, eliminados mediante
secreciones. Esta discusión, aún abierta, no contradice lo expuesto con
anterioridad, sea lo que sea, sólo actúan e intervienen en la fase de
regeneración.
En medio de estos dos grupos encontramos dos tipos de microorganismos:
Bacterias ácido resistentes y micobacterias. Estas también proliferan a
partir del choque biológico en los tejidos que regula el tronco cerebral y el
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cerebelo, pero sólo actúan después de la solución biológica (conflictolisis),
para reducir el exceso de células mediante necrosis caseosa.
Las Bacterias, proliferan y actúan exclusivamente después de la solución
biológica del conflicto (conflictolisis), intervienen en los tejidos regulados por el
ectodermo y el mesodermo de la sustancia blanca, para facilitar la reparación
de la necrosis de estos órganos.
El alivio provocado por la solución del conflicto rápidamente queda
enmascarado por los síntomas propios de la reparación y la regeneración de
los tejidos modificados. Esto sólo es perceptible si la fase de estrés ha sido
intensa o ha durado un largo período.
En este esquema podemos ver una clasificación que resume lo que sucede
en la fase de regeneración en cada capa embrionaria, cuando existe la
presencia de estos microorganismos.
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intenta expulsar, si después de un tiempo no se puede producir la expulsión, el
organismo opta por encapsularla.
No se niega el contagio ni la transmisión de estos microorganismos de unas
personas a otras, como tampoco se niega que puedan provocar síntomas y
molestias incómodas. Esta ley describe con qué criterios actúan,
comprobamos como siempre intervienen en la fase de regeneración. Su
presencia en el organismo es continua, pero normalmente en un estado no
activo. La hipótesis más extendida ha sido que nuestro sistema inmunitario los
mantenía a raya, y que sólo actuaban cuando bajaban nuestras defensas. Está
claro que intervienen cuando el organismo soluciona el conflicto e inicia una
fase vagotónica y de regeneración. El agotamiento y el cansancio son factores
visibles y la intervención activa de estos microorganismos también, pero los
criterios de cómo sucede son totalmente diferentes de cómo los habíamos
creído. La poca extendida búsqueda del origen de la enfermedad y los factores
que nos hacían enfermar, ha provocado que nos hayamos acogido a las
respuestas más directas amparadas por sólidas hipótesis.
Antes de desarrollar los microscopios, cuando la existencia de estos
microorganismos era totalmente desconocida, cultural y socialmente estaban
aceptadas otras hipótesis. Teniendo en cuenta éstas, se aplicaban los mejores
tratamientos de la época, las creencias de las causas y los tratamientos se
alejaban de los actuales, pero eso no impedía que muchos de los pacientes se
recuperasen y otros no. Con la aparición de las nuevas tecnologías
microscópicas la interpretación del origen de la enfermedad también cambia:
nos permitió ver más cosas, nos posibilitó ver un mundo microscópico, y todos
esos microbios que actúan cuando la persona está envuelta en síntomas y
molestias incómodas. Rápidamente se alabaron los nuevos hallazgos, ya se
creía saber el origen de la enfermedad: “¡son estos microorganismos!”. No es
del todo erróneo, en muchas ocasiones, el trabajo de regeneración de estos
dedicados obreros se traduce en profundos estados de convalecencia, fiebre y
malestar. La respuesta fue simple y rápida, “hay que combatir a estos
microorganismos” cuando nuestro sistema inmunitario está bajo y no puede
mantenerlos a raya. Con esta premisa, fue necesario utilizar toda la artillería
para eliminar la actuación de estos incómodos microbios que habían
encontrado espacio en nuestro organismo supuestamente con un sistema
inmunitario que, un día por casualidad, dejó de funcionar y se debilitó. Estas
conclusiones sólo representan una interpretación parcial de una visión no
completa de lo que sucede. Ahora podemos, por fin, comprender cómo y de
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qué manera actúan, su finalidad y criterios. Esta comprensión no cambia los
síntomas cuando estos colaboradores actúan, pero nos da una visión amplia y
precisa de lo que sucede. Sé que inicialmente puede costar imaginar que estos
microorganismos están de nuestro lado, siempre los hemos considerado como
malos, han sido fuente de muchas campañas para combatirlos. En algunas
ocasiones, un fuerte proceso de regeneración, puede representar un alto
riesgo de muerte.
Todas estas connotaciones están presentes, sólo se necesita tiempo y la
aportación parcial y progresiva de muchos científicos y biólogos que apoyarán
estos descubrimientos a cuentagotas, de manera aparentemente digerible.
Para aquellos que no necesiten aprenderlo por maravillosos fascículos y no
quieran esperar a las futuras aportaciones, ahora pueden comprender cómo
sucede. Un sistema que surge de la observación global del organismo como un
todo que convive con su entorno y que siempre opta por la mejor estrategia de
supervivencia. Esto no quiere decir que el paciente tenga que sufrir y soportar
todas las molestias que estas regeneraciones provocan.
Los criterios, de una persona a otra, varían. La persona que quiere aplicar
todos estos conocimientos es activa, sensible y se conoce. Junto con su
profesional de confianza deciden qué estrategia quieren seguir. No tiene
sentido sufrir más de lo necesario, ni regocijarse en el dolor y el sufrimiento
para comprar la curación o demostrar la validez de estos criterios. Todo tiene
que ser un proceso dinámico, lo más ligero y agradable posible, procurar que
la fase de regeneración, cuando aparecen los síntomas, no active nuevos
procesos.
Si hasta hoy no hemos podido hacer una interpretación justa a nuestro nivel
perceptivo, ¿cómo podemos afirmar y defender las interpretaciones que se
hacen en el mundo microscópico? A nuestro nivel perceptivo puede surgir el
diálogo y el debate por el bien de todos, pero el mundo microscópico sólo lo
“manejan” y lo interpretan unos pocos, los cuales, en su mayoría, ya van
predispuestos a encontrar un error. Han sido educados con el mismo patrón,
del que por suerte algunos pocos pueden desprenderse para hacer
interpretaciones libres.
No es difícil, encontrar en el organismo, en algún momento, un valor que se
salga de la norma establecida. La respuesta es simple, esto que vemos no es
normal, es el responsable, es malo, hay que corregirlo. La historia se repite, los
avances tecnológicos están provocando el descubrimiento de nuevos
causantes cada vez más pequeños. Dónde quedan las sangrías... que ahora
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sólo se recuerdan como anécdotas, que se realizaban cuando se creía que el
origen de la enfermedad se encontraba en la sangre.
Todas estas actitudes no son más precisas que el sector que culpa de
nuestros males a la influencia macroscópica, la que ejercen los astros sobre
nosotros. Tanto el estudio macroscópico como microscópico debe continuar y
seguir, es importante y útil descubrirlo, nos acerca a límites cada vez más
lejanos; nos permite comprobar las influencias que ejercen sobre nosotros.
Lo vemos con más claridad en el mundo microscópico, en donde se puede
influir en los valores y síntomas al modificar el medio químico, incluso
pueden modificar nuestra emotividad y percepción. Pero la comprensión de
lo que sucede debe realizarse a nuestro nivel perceptible, debe ser
comprobable y mensurable.
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Y O U R E S S E N C E
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modificaciones perceptivas del ser humano; nos referimos a las modificaciones
psíquicas que cualquier persona puede experimentar en su vida, hasta ahora
interpretadas en ocasiones como procesos psíquicos patológicos.
La quinta esencia, aún por descubrir en su totalidad, nos permite comprender
qué sucede en la persona cuando aparecen diferentes conflictos biológicos
activos en diversas áreas cerebrales. Es imprescindible comprender los
procesos individuales, para después con fluidez, comprender las adaptaciones
psíquicas. Estas son estrategias de supervivencia que permite al individuo, en
una situación donde aparecen diversos procesos activos, modificar su
percepción y respuesta para poder sobrellevar la situación.
Sería limitado pensar que una composición musical puede surgir de una sola
nota, con ésta quizá sólo podríamos producir un ritmo. La vida es la
combinación de la activación y desactivación de continuos programas de
supervivencia que nos permiten adaptarnos. Cuando hay varios conflictos
activos, de fuerte intensidad, se puede apreciar la modificación psíquica de la
persona. Esto representa unos subprogramas de supervivencia donde están
incluidas, a día de hoy, la mayoría de enfermedades psíquicas, aquellas en las
que la persona se aleja de la realidad, en comparación con los demás. Estas
estrategias de supervivencia son algo normal y natural, en las que todos de
algún modo pasivamente estamos implicados. Sin estas modificaciones
psíquicas sería difícil sobrevivir en una vida cada vez más socializada. Todo
depende de la intensidad; socialmente están limitados algunos delirios y bien
vistos otros.
Cuando una persona sufre una situación chocante determinada, siente la
emotividad de ese conflicto (consciente o no), pero cuando aparecen
diferentes áreas fuertemente activadas aparece una percepción totalmente
modificada. La persona percibe y se expresa con otra emotividad. Tiene otro
tipo de expresiones e interpretaciones. No supone ningún error, permite a la
persona adaptarse psíquicamente a su entorno.
La situación conflictiva individual la podemos representar con la siguiente
fórmula:
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Se puede ser consciente o no de la percepción emotiva. La recepción de una
situación intensa activa el área cerebral para crear la adaptación del tejido,
órgano o función programada para ese tipo de situaciones.
La activación de diferentes áreas cerebrales se conocen como constelaciones
esquizofrénicas, podemos expresar lo que sucede con esta fórmula:
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Y O U R E S S E N C E
La sexta ley biológica nos dice que las dos fases que se describe en la 2LB, en
realidad, si tenemos en cuenta la estimulación, suponen un único fenómeno:
estimulación y ausencia de estimulación. Es cierto que tenemos una
percepción diferente en cada fase, pero en realidad si tenemos en cuenta sólo
la estimulación representa el mismo fenómeno. Un ejemplo muy claro lo
encontramos en el día y la noche. La noche representa la ausencia de sol, la
ausencia de luz. A nivel cerebral sucede algo parecido. La estimulación
cerebral se produce por una despolarización de membrana que genera un
potencial de acción, un estímulo eléctrico.
Esto que a simple vista puede parecer un detalle representa un concepto
revolucionario. Quizá no para las personas que inician pero sí para todas
aquellas que han conocido estos estudios durante los últimos treinta años.
Deshace unas conclusiones que eran erróneas cuando se afirmaba que todo
tenía un sentido biológico en fase activa, menos los tejidos regulados por la
sustancia blanca cerebral (huesos, musculatura, articulaciones, etc.).
Antes, cuando se hablaba de la emotividad relacionada con el hueso se
asociaba con una desvalorización, cuando se hablaba de la emotividad del
músculo se asociaba a una desvalorización, la emotividad del sistema linfático
también con una desvalorización, y así para casi todos los tejidos regulados
por la sustancia blanca cerebral. Cuando preguntabas a Hamer sobre la
diferencia que había entre la emotividad de estos tejidos (óseo, muscular o
linfático) te contestaba que dependía de la intensidad de la desvalorización. La
modificación del sistema linfático correspondía a una ligera desvalorización, el
muscular una desvalorización media y el hueso a una intensa. En realidad,
ahora, con esta Sexta Ley Biológica he creado una amplia clasificación que
surge de la observación de casos, que nos permite saber la emotividad
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asociada a cada tejido en relación a su función fisiológica. Se comprende el
sentido biológico de la adaptación que se produce en fase activa.
Con esta Sexta Ley Biológica he dado una explicación a algo que no encajaba.
Veámoslo con más detalle.
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Esta regla se cumple siempre, menos en las constelaciones esquizofrénicas,
como hemos anticipado antes en la exposición de la 5ª Ley Biológica y que
veremos con más detalle cuando expongamos la 8ª Ley Biológica.
Una situación vivida con intensidad durante un periodo de tiempo crea masa
conflictiva. Las adaptaciones orgánicas, tanto a nivel cerebral como los tejidos
que regula son proporcionales a la masa conflictiva.
Cuando dispongamos de medios para poder medir con precisión la masa
conflictiva, los matices de la definición del enunciado de la 1ª Ley Biológica
cambiarán. Sólo se tendrán en cuenta los factores (tanto emotivos,
circunstanciales, químicos, etc.) que provocan un aumento de la intensidad o
disminución y que factores inhiben la activación.
Esta explicación se entiende con mayor precisión con ejemplos:
Una mujer sale de casa con su hijo pequeño, se da cuenta que el ascensor
está estropeado y decide bajar las cinco plantas por la escalera. Su crío de
siete años se tropieza y se cae, la madre se queda clavada y no consigue
hacer nada para evitarlo. El niño, parece herido y semiconsciente. Se alarma,
grita y llora. Consigue captar la atención de algunos vecinos que rápidamente
llaman a una ambulancia. La madre vive una situación de preocupación por su
pequeño. Al llegar al hospital y después de las pruebas iniciales, le avisan que
su niño está muy grave.
Esta situación se representa dramática, ha sido inesperada, si la madre
hubiese visto o sabido que el niño estaba a punto de caer lo hubiese sujetado
con fuerza. Vivido en soledad: seguramente lo estará viviendo con más
intensidad cuando se encuentra sola, sin el acompañamiento de sus seres
queridos.
Como vemos en este supuesto ejemplo el concepto “dramático” marca la
intensidad conflictiva, igual que el adjetivo “agudo”. La aparición inesperada (“a
contrapié”) aumenta la intensidad de la respuesta, si hubiese sabido que era
posible que sucediese esa caída, seguramente hubiese previsto métodos para
evitarlo. “Vivido en soledad”, esta característica también influye en la intensidad
del conflicto, todos sabemos que una pena compartida representa una pena
dividida, es decir, la expresión reduce la intensidad. Esta expresión no
representa simplemente la verbal.
La situación hipotética no ha cambiado, el hijo se ha caído por las escaleras y
está gravemente herido, pero la emotividad de la persona puede cambiar ante
muchos supuestos factores.
Otro ejemplo: Un chico joven, de veintisiete años de edad decide hacer junto
53
con sus amigos una ruta de turismo y aventura por el Sáhara. Transcurridos
dos días de los siete programados, les alcanza una tormenta de arena sin
poder hacer nada por refugiarse. Entre las difíciles condiciones
meteorológicas, la alarma y la confusión, se separa del resto del grupo. Al
pasar la tormenta comprueba que está solo y abandonado a su destino. En
este supuesto caso, la percepción de la situación marcará la intensidad del
conflicto. Si es una situación en la que ya se ha encontrado en otra ocasión y
ha salido con éxito, seguramente lo vivirá con menos intensidad. Entre otros
conflictos, activará el programa especial de retención hídrica, con el sentido
biológico de darle una mayor oportunidad de supervivencia. Como podéis
imaginar, las posibles intensidades pueden ser múltiples, dependiendo de
muchos condicionantes asociados a la vivencia de la persona. La situación
inesperada incrementa la intensidad de la situación: si la persona hubiese
estado avisada del riesgo de sufrir una tormenta o una pérdida, seguramente
hubiese cogido provisiones para poder soportar la travesía, con seguridad
hubiese tenido presente su situación actual y los puntos de referencia en caso
de pérdida. Vivir esta situación hipotética en soledad agrava la intensidad del
conflicto, si la persona se hubiese perdido con un amigo, seguramente no
hubiese cambiado la situación de pérdida pero seguro que sería más llevadera
(siempre que tengan el mismo objetivo), uno sería un apoyo y estímulo para el
otro. Si entran en juego factores químicos, comprendemos con claridad que
cualquier tipo de calmante, en esta situación hipotética, reducirá toda
oportunidad de supervivencia, a menos que sean encontrados.
Teoría de Intensidades:
55
Algunos estímulos están asociados con otras áreas que los inhiben. La
respuesta es el resultado del equilibrio de estos dos estímulos. Existe el
equilibrio entre diferentes áreas cerebrales como hablaremos en la 8ª Ley
Biológica. Algunas reacciones son el resultado de la suma de diferentes
áreas cerebrales y otras es el resultado de dos estímulos antagonistas.
Inicialmente, igual que pasa en el mundo animal en libertad, el equilibrio de los
biorritmos son más regulares y estables, sólo en situaciones conflictivas se
ven alterados como se explica en la teoría. En cambio, nuestro proceso
evolutivo continuamente ha ido alterando estos equilibrios. Nuestro organismo
en su totalidad se ha ido adaptando a las modificaciones que hemos ido
creando. Por ejemplo, el simple hecho de controlar y adquirir el dominio del
fuego provoca poder alargar e influir sobre nuestros niveles de estrés en los
ritmos de día y noche, podemos alargar la actividad diurna.
Esta 6ª Ley Biológica puede parecer al principio un simple matiz, pero en
realidad permite completar la comprensión de los procesos biológicos. La
manifestación de esta nueva Ley Biológica es revolucionaria desde el punto
de vista de la Medicina de estado y aún más en la Nueva Medicina Germánica
(marca registrada limitada sólo a cinco leyes de la naturaleza). Gracias a la
comprensión de esta 6ª Ley Biológica podemos afirmar que todos los
procesos biológicos tienen su sentido en fase activa, cuando el
organismo siente la necesidad de respuesta. Todos los tejidos tienen su
sentido biológico en los momentos de estrés, a diferencia de lo que se había
expuesto durante estos últimos 29 años.
Como explicábamos en la 3ª Ley Biológica los tejidos regulados en el
paleoncéfalo (tronco cerebral y cerebelo) en fase de estrés sufren un aumento
de función y tejido. En cambio los tejidos regulados por las áreas del
neoencéfalo produce una reducción de tejido. Según lo que manifiesta la 5ª
Ley Biológica todas las enfermedades pertenecen a un programa especial
biológico sensato (EBS), en cuanto que todo tiene un sentido, una finalidad.
El sentido biológico, si tenemos en cuenta las primeras cinco Leyes
Biológicas, se distribuía de esta forma: En el tronco cerebral, que regula las
funciones básicas de absorción y expulsión de nutrientes, aparece un
aumento en fase activa. La finalidad y sentido biológico lo encontramos en
fase de estrés para afrontar la situación de necesidad aumentando alguna o
todas sus funciones fisiológicas (sensorial, absorción, excreción, secreción y
motilidad). A modo de ejemplo, si aparece una oclusión intestinal será lógico
que se active la función excretora y el peristaltismo. Una reducción funcional
56
en esta fase de necesidad no tendría ningún sentido. Si la persona siente en
un momento determinado miedo a morir de hambre lo más sensato es un
aumento de la función absorbente para captar al máximo el poco nutriente que
se ingiera. Todos los tejidos derivados del endodermo en fase de estrés
producen una aumento de función.
En el cerebelo la manera que actúa es similar al endodermo, en fase activa de
este tipo de conflictos produce un aumento de función y tejido. También su
sentido biológico lo encontramos en la fase activa. Como ya habíamos
comentado antes los tejidos que regula esta zona cerebral son membranas de
protección. Éstas se activan cuando la persona siente un ataque en la zona. El
aumento de función y tejido tiene su sentido en fase activa ya que aumenta la
protección. No tendría ninguna utilidad que en fase de necesidad redujese las
membranas de protección.
En los tejidos regulados por el ectodermo, regulados por la corteza cerebral,
en fase activa aparece una reducción de tejido o función. Veremos que con la
8ª Ley Biológica el sentido biológico cambia dependiendo del tejido implicado.
Aquí también encontramos el sentido biológico en fase de estrés, aunque en
algunos procesos aún no está del todo claro. Pero la gran mayoría sí, en las
fichas del ectodermo encontrareis la ampliación de información a la luz de los
últimos estudios. Al observar las membranas de epitelio plano que forman
conductos y que derivan del ectodermo, en fase de estrés, al reducir el tejido,
aumentan la sección del conducto. En estos casos el sentido biológico lo
encontramos en fase activa: facilitar la circulación.
Los tejidos regulados por la sustancia blanca cerebral, según las cinco
primeras Leyes Biológicas, funcionan similar a los tejidos regulados por el
ectodermo, en fase activa producen una disminución de tejido. El conflicto que
activa esta área cerebral se ha definido de forma general como
“Desvalorización”. Los tejidos que regula esta zona cerebral son los de
estructura (músculos, huesos, sistema linfático, etc.). Su sentido biológico, al
no conocer la 6ª Ley Biológica se creía que estaba al final de la regeneración,
cuando aparecía un aumento de tejido estructural (hueso, músculo, tejido
conjuntivo, etc.). Por eso se denominaba “Grupo de Lujo”, ya que al final del
proceso de regeneración aparecía un aumento de tejido para reforzar la zona.
Por este motivo se consideraba que el sentido biológico de todos los tejidos
regulados por la sustancia blanca se encontraba al final de la regeneración.
Esto, como veréis ahora, funciona de otra manera mucho más sencilla.
57
Gracias al conocimiento de esta 6ª Ley Biológica podemos afirmar que
todos las modificaciones que se producen en un tejido en fase activa
tienen su sentido biológico en esta fase de adaptación de urgencia.
60
Y O U R E S S E N C E
63
Y O U R E S S E N C E
Tejido óseo
64
donde hay la presencia de actividad, tensión,
mayor ejercicio (estrés motriz), y se reduce
tejido en aquellas zonas donde no hay tanta
Células Orgánicas
actividad y tensión.
30%
Los huesos están formados por células
orgánicas y minerales:
En el interior del hueso y del hueso
Minerales
esponjoso existe otro tipo de tejido, blando y
70%
extenso, conocido cómo la médula ósea. Es
donde se da la producción de células
sanguíneas, este apartado lo abordaremos
después de explicar la 7ª Ley Biológica.
El hueso como tejido, igual que sucede en todos los tejidos del cuerpo, está
totalmente adaptado a sus funciones fisiológicas. Comprobamos como la
función y la estructura están estrechamente interrelacionadas, es un tejido
muy especializado según la historia evolutiva y modificable según las
adaptaciones a las que tenga que hacer frente la persona.
65
minerales del hueso. Son originados a partir de la línea de los macrófagos-
monocitos, derivan de la médula ósea.
Osteocitos: células óseas maduras, osteoblastos maduros.
Para modelar una estructura necesitamos la creación de material, los
osteoblastos, que contribuyen en crear una matriz para constituir material
óseo, y la descomposición de algunas partes que son necesarias reducir, los
osteoclastos. Esta modelación de la estructura se produce por a la continua
necesidad de adaptación. En algunas zonas surge la necesidad de erosión y
en otras constituir y formar masa ósea. Este proceso influido por las
situaciones conflictivas lo he denominado Diseño Estructural©.
Algunas de las características y funciones óseas más significativas:
• Aportan soporte y protección en algunas zonas.
• Punto de unión entre los músculos. Los músculos los utilizan de
palanca para ejercer movimiento.
• Reserva de minerales, homeostasia sangre-hueso. El calcio es
necesario para varias funciones fisiológicas.
• Producción de células sanguíneas, médula ósea.
• Fuerza de tensión similar al hierro fundido.
• Pesa 1/3 parte menos que el hierro fundido.
• Mantiene un equilibrio entre la máxima resistencia con el mínimo
peso. Es el resultado de la mayor fuerza con menor peso.
68
varias situaciones: asociado con la esfera sexual, con la posición en un lugar.
El cóccix también es el resultado de la fusión de cuatro vértebras formando un
triángulo, el conflicto es muy similar al sacro, también puede activarse por una
desvalorización intensa local provocada por unas hemorroides o irritación
rectal.
Si aparece un conflicto de sentir que se tiene que mantener la postura, la
rigidez porque existe un daño en la zona, inicia un proceso de reforzamiento.
Sentido biológico compactar las vértebras, lo veremos más adelante.
Estos sólo son algunos ejemplos. Para llegar al tipo de conflicto se tiene que
pensar en la función que desarrolla la zona donde aparece la manifestación y
las actividades que desarrolla la persona (de manera real o figurada). Para no
caer en un error, siempre es recomendable iniciar la investigación sobre una
situación real que esté provocando un desgaste local.
69
Y O U R E S S E N C E
71
Y O U R E S S E N C E
La segunda Ley Biológica nos dice que existe dos fases. Las personas que
no conocen esta séptima ley biológica siguen afirmando que estas dos fases
son simétricas. Por ejemplo, si una persona ha vivido una situación conflictiva
durante seis meses, el proceso de regeneración tendrá que durar seis meses.
En realidad gracias a esta séptima ley sabemos que esto no funciona del todo
así. El tejido cuando regenera lo hace en el mínimo tiempo posible. Esto ya
nos permite hacer unos cálculos que con las cinco primeras leyes no
encajaban. Es cierto que puede parecer un detalle pero en la práctica te das
cuenta que marca la diferencia. Quizá una persona que empiece a descubrir
estas LLBB, esta Séptima Ley Biológica no le parecerá una revolución, pero
si que lo es para todas aquellas personas que han estudiado durante estos
últimos treinta años. Casi siempre se han asociado los síntomas a la fase de
regeneración, por lo tanto se consideraba que era una buena señal, que la
persona estaba regenerando. Así se recomendaba tener síntomas para
regenerar, para curarse, cuando en realidad si el proceso de regeneración
dura en el tiempo significa que existe una reactivación conflictiva o que la
persona se encuentra en fase de estrés.
El organismo lleva a cabo la regeneración-normalización de los tejidos
alterados en el mínimo tiempo posible. Dispone de un estado óptimo marcado
genéticamente. Veámoslo con más detalle.
Los genes situados en el núcleo de todas las células controlan la mayoría de
funciones cotidianas. Toda esta información de gestión, estructura y función
será transmitida a nuestra descendencia. Existen aproximadamente 30.000
genes diferentes en cada célula. El ADN tiene la capacidad de controlar la
formación de las proteínas en la célula mediante el denominado código
genético. Las células realizan multitud de funciones gracias a la creación de
72
enzimas que se reflejan de la información que contiene el material genético.
Los genes controlan todas la funciones físicas y químicas de la célula,
aunque también controlan el grado de activación de los genes respectivos
para que algunas partes de la célula no crezcan en exceso y controlar
algunas reacciones químicas para que no sean nocivas. Existen mecanismos
internos para mantener el orden de las distintas actividades celulares,
básicamente se realiza mediante dos métodos de control de la actividad
química. Uno se encarga de la regulación genética que controla la activación
e inhibición de los genes, y el otro sistema mantiene una regulación
enzimática que controla los niveles de actividad de las enzimas ya formadas
en la célula.
El ADN también controla la reproducción celular, los genes y sus mecanismos
reguladores determinan las características de crecimiento de la célula y
también si se tienen que dividir para formar nuevas y cuándo. Así, el sistema
genético controla cada etapa del desarrollo del ser humano, desde el óvulo y
su fertilizado, hasta todo el funcionamiento del organismo. El eje central de la
vida es el sistema genético del ADN.
La vida de una célula se comprende entre las dos divisiones celulares, la
primera la que la forma y la segunda en la que se multiplica por mitosis para
formar dos células hijas.
Es posible que en el proceso de duplicación del ADN aparezcan mutaciones,
pero seguramente la gran mayoría de lo que consideramos actualmente una
mutación no lo es, en realidad representa la necesidad de adaptación
funcional en un proceso conflictivo de respuesta de urgencia y no un error
genético.
Algunas células se están continuamente sustituyendo, como las capas
germinales de la piel, el epitelio intestinal, como ejemplo, mientras que otras
como los miocitos del músculo liso pueden no reproducirse durante años. Las
células muy especializadas, como las nerviosas y la mayoría de los miocitos
del músculo estriado no se reproducen después del periodo de vida fetal.
Una característica del crecimiento es la diferenciación celular. Este término
define los cambios de las propiedades físicas y funcionales de las células a
medida que proliferan en el embrión para formar los diferentes tipos de tejidos
y órganos corporales. Cada célula, por muy especializada que esté, contiene
toda la información genética. Por este motivo se deduce que la diferenciación
celular no se produce por la pérdida de genes en el proceso de diferenciación
celular sino por la represión selectiva de diferentes tipos de genes, estos se
73
reprimen para siempre. Algunas células en el embrión se encargan de
controlar la diferenciación de las células adyacentes.
Cuando las células ya no se necesitan o se convierten en una amenaza para
el organismo aparece una muerte celular programada, conocida como
apoptosis. La célula descompone su estructura y es reabsorbida y digerida.
Una lesión aguda puede provocar un daño celular, así la zona se hincha y las
células estallan debido a la pérdida de la integridad de la membrana, es el
proceso que conocemos como necrosis celular. El contenido de estas células
necróticas se vierte y provoca una inflamación que afecta a las células
cercanas. La muerte celular programada está cuidadosamente equilibrada
con la formación de células nuevas. Actualmente se utilizan fármacos para
tratar lo que se consideran enfermedades, todo y no saber el origen,
induciendo apoptosis en los tejidos. El cáncer se considera una mutación o la
activación anormal de los genes celulares que controlan el crecimiento y la
mitosis celular. Se considera que son estructuralmente más débiles, en
realidad existen genes que contrarrestan estas mutaciones pero
supuestamente las células cancerígenas se han saltado este control. También
se habla de que el sistema inmunitario genera anticuerpos que eliminan estas
mutaciones pero no han sido efectivos. Estas tres explicaciones se aceptan
como hipótesis y en ellas se estructura toda la base para atender las
consideradas enfermedades oncológicas. Algunos de vosotros podréis pensar
que las leyes aquí expuestas son otras interpretaciones más, sin lugar a duda
estas, a parte de aportar unas connotaciones más ecuménicas y menos
bélicas, entran en sintonía con nuestro profundo sentido sensato de las
cosas. Estas leyes biológicas son verificables a nuestro nivel perceptivo e
interpretativo y se pueden comprobar con una visión analítica en el
laboratorio, siempre que se mire al organismo como un conjunto de
mecanismos entrelazados.
Cuando el organismo detecta que los tejidos han sido alterados, ya sea por
una situación mecánica o una modificación adaptativa, inicia un proceso de
regeneración/normalización como ya hemos comentado. Los tejidos tienen
diferente capacidad de reparación. El tejido que se detecta dañado se
regenerará o será sustituido por otro, el tejido conjuntivo fibroso es un
ejemplo claro en las cicatrices. Las células fagocitarias eliminan las células
muertas o modificadas que posteriormente llenarán de tejido los huecos que
quedan. Cuando se produce un corte en la membrana epitelial, este tipo de
células se dividen con rapidez para formar células hijas con la intención de
74
sustituir el tejido alterado. En las zonas donde no se puede producir la
sustitución de células se llenan de tejido conjuntivo fibroso. Otros tejidos
tienen una capacidad de regeneración más limitada, pero en general el
organismo vuelve a un estado óptimo en el mínimo tiempo posible que está
marcado genéticamente. Cuando desaparece la necesidad de respuesta y
adaptación tiende a volver a su estado original codificado. Los sistemas de
control genético actúan en todas las células para mantener las funciones
intracelulares y también las extracelulares.
La fase de regeneración es proporcional a la fase conflictiva, pero a diferencia
de lo que se había creído hasta ahora en la primitiva NMG sólo con las
primeras cinco Leyes Biológicas, no es inversamente proporcional, algo que
no quedaba claro hasta ahora. La gráfica de la 2ª Ley Biológica hacía pensar
que la fase activa era igual en intensidad y duración a la fase de solución,
algo que no es cierto. Explicaremos los criterios concretos gracias a esta 7ª
Ley Biológica.
Durante muchos años, lo que actualmente identificamos como fases de
respuesta inflamatoria, en un pasado se consideraba una enfermedad, los
textos de medicina antigua nos lo demuestran. Celso, un médico romano del
siglo I a.C, le dio identidad propia a esta manifestación, la describió con los
siguientes signos: rubor (enrojecimiento), calor, tumor (hinchazón). Las
características de esta manifestación, en aquel momento, se acogieron a una
identidad patológica. Hoy en día sabemos que es un mecanismo de respuesta
automático cuando aparece una lesión y que tiene la finalidad de regenerar la
zona dañada. Cuando la persona tiene presente la causa de la lesión sabe
que simplemente debe esperar y cuidar la zona hasta que se regenere y se
recupere. En cambio, cuando aparece un proceso de regeneración, con todos
sus síntomas, y la persona no sabe el origen de esa reacción, suele recurrir a
las creencias más vendidas de su momento. Las hipótesis se vuelven
realidad.
El organismo tiene programado procesos de regeneración para normalizar las
modificaciones de los tejidos, independientemente del causante. Esto lo
realiza por igual en las alteraciones provocadas por traumatismos o lesiones
resultantes de las modificaciones orgánicas programadas en caso de
conflictos biológicos, en donde se deba dar una respuesta y adaptación de
urgencia para afrontar una situación conflictiva.
Cuando el espermatozoide fecunda un óvulo crea una sola célula que dispone
de la capacidad de formar un organismo entero, desde este momento la
75
célula huevo o cigoto se divide en varias células idénticas, después
comienzan a especializarse y forma el blastocisto, de donde se formarán
todos los tejidos del cuerpo. Esto quiere decir que todas las células derivan
de la célula inicial o cigoto. Esta diferenciación celular permite especializar a
cada célula según la estructura y la función que desarrollará en el organismo.
Todas las células disponen del mismo material genético. Durante la
diferenciación, algunos genes se expresan y otros son reprimidos. La
morfología de las células cambia durante la diferenciación dependiendo de la
función que desarrollará, pero el
m a te r i a l g e n é t i c o o g e n o m a e s
prácticamente el mismo.
76
genético, será vendido como una salvación más, pero comprobaremos al
pasar los años que no ha cambiado nada.
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Y O U R E S S E N C E
Crisis Crisis
epiléptica epiléptica
epileptoide epileptoide
82
Hemos hablado que la expansión se puede ralentizar, también se puede
inducir mayor rapidez. Una intensa relajación en el momento que existe un
proceso de regeneración en algún tejido, puede provocar una crisis
estresante. El estado vagotónico aumentado por la relajación facilita cualquier
proceso de regeneración, si algún tejido supera el umbral permitido de
expansión aparecerá esta crisis. También se puede estimular la expansión
aumentando la temperatura de la zona en reparación. Cualquier fuente de
calor provocará una expansión. Se repite el mismo proceso explicado: si se
supera el umbral permitido por el tejido se produce este fenómeno para
reducir la expansión.
Muchos “Terapeutas” que utilizan las ondas de D´Arsonval (conocido
comercialmente como hipertermia) para estimular el proceso de
regeneración, observaban en ocasiones al introducir más energía en el tejido
en regeneración, que aparecen convulsiones tónico-clónicas en la zona.
Incluso utilizaban este fenómeno para saber cuando una zona estaba
“enferma”. De manera intuitiva sabían que esas convulsiones aparecían
cuando un tejido estaba “enfermo”, sin saber que en realidad estaba en una
fase de regeneración expansiva y que si se introducía el calor suficiente para
superar el umbral expansivo permitido el organismo intentaría frenarlo. No se
descarta la utilidad de esta herramienta terapéutica pero está claro que lo que
se ha creído hasta ahora hay que revisarlo.
Durante tiempo se ha sostenido que esta crisis aparece sobre las 3-4 de la
mañana, en el punto de mayor vagotonía del sueño. Es evidente que en ese
momento nuestro organismo tiende a estar en un estado vagotónico
profundo, por ese motivo es más que probable que aparezca en este
momento la crisis, aunque puede aparecer en otros.
Ahora se aporta información precisa que nos permite comprender lo que
sucede, ya no podemos ver la crisis epiléptica o epileptoide como un
fenómeno que aparece por ley en la mitad de la regeneración de un esquema
o gráfica bifásica, esta dispone de su propio sentido biológico automático.
Como en todo el proceso de investigación este fenómeno plantea preguntas
que aún no están contestadas del todo. ¿Por qué a veces la persona cuando
se encuentra en la crisis revive la situación conflictiva y a veces no? La
hipótesis que sostengo a días de hoy es que seguramente depende de donde
se supere el umbral de expansión. Si sucede en el edema cerebral se revive
el tipo de conflicto y si es en el tejido orgánico en regeneración no se revive.
Cuando disponga de más recursos será muy fácil verificar este dato.
83
Y O U R E S S E N C E
Leucemia
¿Por qué aparecen síntomas sólo cuando la persona sale de la
situación conflictiva?
85
Hasta hoy sabíamos que había un descenso de los leucocitos en fase activa
de un proceso en la estructura ósea y que derivaba de la capa embrionaria
del mesodermo del neoencéfalo, es decir, regulada por la sustancia blanca
cerebral. Este descenso se podía considerar una anemia. Según el
conocimiento de la 6ª Ley Biológica, ¿qué sentido podía tener esta
reducción del número de glóbulos blancos en fase activa? ya que hasta la 5ª
Ley el sentido biológico de estos tejidos era reforzar el hueso en la fase de
solución, al final de la regeneración. Como nos dice la 6LB todo proceso tiene
su sentido en fase activa y esta modificación no podía ser diferente. Pero,
¿Qué sentido podía tener esta reducción de células sanguíneas en fase
activa?
Estas preguntas se enlazan con otra que llevaba tiempo haciéndome. ¿Cómo
puede el organismo distinguir una reducción de tejido adaptativo necesario y
la activación del proceso de regeneración de los daños estructurales? Me
explico: en ocasiones comprobaba que una persona después de vivir durante
un tiempo un proceso de adaptación correspondiente a una desvalorización
no sentía absolutamente ningún síntoma, no aparecía ninguna inflamación.
Las molestias de regeneración, aunque el tejido había sido alterado en fase
activa, no aparecían en esta fase, sólo cuando la persona salía de la situación
conflictiva o dejaba de sentir el conflicto. El organismo iniciaba la
regeneración al detectar una alteración orgánica sólo cuando salía de la
situación conflictiva, cuando la adaptación ya no tenía sentido. Si el proceso
de regeneración es pasivo todo me llevaba a pensar que cuando se
produjese la rotura de vasos en los tejidos se iniciaría un proceso de
regeneración, cosa que no sucedía así, ya que en FA hay una destrucción de
tejido pero no inicia un proceso de regeneración intenso. Esto no tendría
sentido ya que todo había iniciado bajo la necesidad de adaptación por un
falta de capacidad, habilidad, diseño estructural, etc. Una fase de
regeneración en la fase adaptativa reduciría la sensación de capacidad e
imposibilitaría hacer frente a la situación de necesidad. Este funcionamiento
representaba un enigma que tarde o temprano se acabaría descifrando. Mi
tozudez, persistencia, constancia, me llevó a darme cuenta que faltaban
piezas importantes, existían errores de interpretación. Estaba claro que
existía una regulación que funcionaba perfectamente con la intención de
disponer de los máximos recursos en situaciones de necesidad pero ¿Cómo
se regulaba el organismo en este proceso concreto? ¿Cómo podía
distinguirlo?
86
Esto sucede gracias a la reducción de los leucocitos en fase activa, así se
reduce la fase de regeneración en el momento que se está produciendo la
adaptación estructural. Se consigue reducir el proceso de regeneración
cuando se están modificando y adaptando los tejidos a una situación
conflictiva. Ahora, con el descubrimiento de estas nuevas Leyes Biológicas, se
puede comprender el funcionamiento correcto y perfecto que realizan las
células sanguíneas y los diagnósticos (leucemia, anemia, etc.).
Las leucemias se clasifican en linfocíticas (producción excesiva de células
linfáticas) y las mielocíticas (producción excesiva de células jóvenes en la
médula ósea), según el tipo de células sanguíneas implicadas.
Se había comentado hasta ahora que el conflicto simplemente era
desvalorización y que el sentido biológico estaba al final de la regeneración al
consolidar el hueso. En el proceso de moldeado, lo que defino como Diseño
Estructural©, en una situación de urgencia, a diferencia de lo que se había
creído hasta ahora, bajan las defensas para poder producir un daño
estructural que el organismo considera necesario sin que aparezcan dolores e
inflamación típicas de la fase de regeneración. En este proceso anémico la
persona se siente más agotada en fase activa aunque puede compensarse ya
que la persona está en un estado simpaticotónico. En este momento
simpaticotónico tiene una vasoconstrición que también reduce el proceso de
regeneración. Podemos decir que inicialmente se produce una reducción de la
regeneración gracias a la vasoconstricción, después aparece una reducción
de los leucocitos que disminuyen aún más el proceso de regeneración para
facilitar la modelación del tejido óseo, y como tercer recurso se reducen los
eritrocitos, que disminuye la oxigenación de los tejidos.
En fase de solución aparece una vasodilatación que provoca una ruptura de
los vasos de los tejidos que no se hayan consolidado, la leucemia facilita el
proceso de consolidación ósea y el aumento de los eritrocitos facilita la
oxigenación en los procesos de regeneración. Como podéis comprobar, ahora
si que realmente se entiende mínimamente porqué una persona cuando se
encontraba en un proceso similar, en fase activa, se sentía más débil justo
cuando estaba viviendo una situación de incapacidad. En el pasado habíamos
interpretado que era una desvalorización profunda que casualmente se
sumaba a una reducción de la producción de células sanguíneas sin entender
el motivo, ya que lo lógico hubiese sido pensar que en este momento de
desvalorización el organismo necesitara un aumento de células sanguíneas,
no una disminución. Sin duda alguna esto da un gran paso hacia delante, más
87
del que me puedo imaginar. Con el conocimiento e integración de estas
recientes Leyes Biológicas se da un gran paso en la comprensión de los
procesos que existen desde siempre, pero me gustaría trasmitir el deseo que
esto no represente el final ni la meta. No se tiene que perder el estímulo de
avanzar en descifrar nuestros misterios biológicos, que por suerte se
constituyen de criterios firmes que se presentan en forma de leyes no
subjetivas.
Animo a que los profesionales se hagan profesionales dediquen su energía
en avanzar en una medicina etiológica, en busca de la comprensión de los
fenómenos y el porqué suceden.
En la página siguiente encontraréis un esquema en el que están
representados los fenómenos que suceden en cada fase.
88
89
Y O U R E S S E N C E
La octava ley biológica nos dice que se comprueba una jerarquía de las
emociones. Una conexión entre los los tejidos de un mismo órgano.
Al analizar el mapa cerebral, vemos que el tronco cerebral es quien regula
todas la emociones de absorción y expulsión de nutrientes, que son nuestros
objetivos más primarios. Cuando los tenemos cubiertos normalmente nos
proyectamos a objetivos figurados. El cerebelo regula las emociones de
ataque y defensa. La sustancia blanca calcula, cuantifica, valora nuestras
capacidades para desarrollar nuestras emociones, nuestros objetivos. El
córtex es una red de posibilidades entrelazadas relacionadas con el grupo, la
recepción sensorial y movilidad. Un ejemplo muy claro de esta jerarquía la
comprobamos en las desvalorizaciones: no podemos sentir una
desvalorización si no está proyectada hacia un objetivo. Sentimos
desvalorizaciones proyectadas hacia algo. Una persona puede vivir sin una
zona cerebral que regula una desvalorización, pero en cambio no puede vivir
sin una zona cerebral que regula la absorción y expulsión de nutrientes, la
que regula la proyección a nuestro objetivos.
La Octava Ley Biológica nos muestra como los conflictos figurados en
realidad son la interconexión con otras zonas cerebrales, así un proceso
biológico se puede activar por la interacción de diferentes zonas cerebrales
estimuladas. Cuando ante un objetivo aparece un bloqueo por diferentes
reacciones no expresadas se produce masa conflictiva por mantenerse en el
tiempo.
Veámoslo con más detalle.
Existen sistemas de control que actúan a través de todo el organismo para
regular las interacciones entre los órganos. Estos pueden influir en la
activación de un programa especial biológico. Normalmente estos sistemas
de control se han tenido en cuenta en los mecanismos fisiológicos normales.
90
Cuando se han observado fuera de sus intervalos los hemos asociado
erróneamente a una enfermedad. En realidad la conexión entre las diferentes
regulaciones cerebrales puede activar una de ellas de forma conflictiva, en
este momento los valores de regulación establecidos como correctos se
modifican.
Para los humanos, el comportamiento que ocupa la mayoría de las horas de
alerta es el de alcanzar «metas». En este proceso, el sistema nervioso
selecciona una de ellas (percepción), monitorea los sentidos (sensaciones),
busca información esencial para lograrla y coordina la actividad motora
(acción) necesaria para ejecutar los cambios deseados.
Existe una conexión entre los diferentes tejidos en función a las vías
neurológicas. El área cerebral que regula los diferentes tejidos es distinta,
pero está interconectada por sus vías neuronales. Vemos esa relación más
concretamente entre los diferentes tejidos de un mismo órgano. Las vías
neurológicas antes de llegar al órgano nos marcan los matices del
sentimiento y la percepción, la reacción de la persona ante de una vivencia.
Los conflictos se pueden activar, como hemos comentado anteriormente, de
manera real o figurada, por ejemplo al sentir que algo o alguien no me deja
desarrollar ese movimiento y limita el impulso. También puede que se active
este proceso bajo la influencia de un sistema de creencias. Es decir, mis
creencias no me permiten desarrollar, por el motivo que sea ese acto. El
sistema de creencias representa la interacción de diferentes zonas
cerebrales. Estas situaciones pueden llegar a activar un área cerebral de
manera intensa (un conflicto biológico).
Los canales neurológicos, dependiendo de las diferentes áreas cerebrales,
marcan unos estadios perceptivos en la persona, desde los más profundos e
individuales hasta los más generales, los que corresponden al grupo y
nuestro mundo exterior. Gracias a esta Ley Biológica comprobaremos la
función y criterios de estás áreas cerebrales y la conexión entre ellas.
Inicialmente lo clasificaremos en cuatro estadios, después de la exposición de
algunos ejemplos ampliaremos esta clasificación. No hay que olvidar que
estos esquemas son orientativos y didácticos.
92
reduce la actividad superior. Ante un solo conflicto en el tronco cerebral el
organismo se moviliza en busca de una solución, ante varios conflictos en
ambos hemisferios del tronco, el organismo se centra en los principios y
recursos elementales y básicos; bloquea o reduce la actividad de los estadios
cerebrales superiores. Por eso, este tipo de proceso no se puede considerar
una constelación esquizofrénica. Aunque desde fuera se observa una
modificación de las capacidades cognitivas de la persona. Éstas
modificaciones tienen la función de dar respuesta a la necesidad biológica más
primaria, relacionada con el bocado. Suprime o reduce la actividad de los
estadios superiores y se centra en cubrir las necesidades básicas. El
organismo se centra en las funciones de absorción y expulsión.
97
de superar una situación de fuerte incapacidad, y es posible que este exceso
de estímulo de capacidad le aporte una superación personal.
98
conflictos de territorio. Aquí es imprescindible conocer si la persona es diestra
o zurda y si es hombre o mujer.
101
sus músculos en las piernas, así que su recurso fue seguir hasta el límite. Era
más que evidente, después de todo lo que sabemos, que esta persona
estaba realizando regeneraciones continuas cada vez que se relajaba. Por las
noches, cuando desaparecían estos síntomas dormía bien, se despertaba a
menudo a las tres o cuatro de la mañana para ir al lavabo a orinar y después
seguía durmiendo con normalidad, cosa que nos indica que cada noche
llegaba al punto de mayor dilatación.
Esta situación la mantuvo durante más tiempo de lo que le habían
sentenciado. Había pasado la barrera de los nueve meses y aún continuaba
con su exigente programa deportivo.
Pero algo cambió, su estado de agotamiento físico, provocado por sus altas
dosis de ejercicio y la evitación de reposo le llevó a cometer un fallo
momentáneo al apoyar el pié al levantarse de la cama. Por motivos lógicos
cayó al suelo. Ese golpe representó más que una caída. Representó el aviso
de una amenaza, la muestra que su enfermedad avanzaba. Continuó con su
actividad con más intensidad y alarma que antes.
Durante el descanso nocturno conseguía olvidarse casi por completo de la
situación conflictiva en la que se sentía involucrada. Con los primeros
pensamientos racionales, con el despertar de conciencia matutino sentía de
golpe toda la incisión de la situación conflictiva. Todas las mañanas se
preguntaba si podría levantarse y caminar. Todos sus miedos se
representaban gracias a lo que ella creía. Durante el sueño nocturno,
mientras era profundo, la reducción de la actividad cortical sedaba sus
preocupaciones. Al despertar se reactivaban de nuevo. Este proceso bifásico
recidivante a largo plazo provocó un desgaste funcional importante.
Gracias al conocimiento de esta 8ª Ley Biológica, lo más sensato siempre
será intentar solucionar de manera real la situación conflictiva que activa el
proceso. Si es una situación en la que la persona siente que no tiene otra
opción que vivir el suceso, se puede buscar una solución psicológica. Es
decir, influir con la intención de modificar el sistema de creencias de la
persona, con el intento de reducir la intensidad conflictiva y llevarla a una
actividad fisiológica normal. La secuencia sería esta: primero intentar buscar
soluciones directas y precisas; si no es posible influir o cuestionar el sistema
de creencias para reducir la intensidad conflictiva. Gracias a esta ley
sabemos con qué pautas hacerlo, con respeto, criterio y manipulando lo
mínimo a la persona, ya que ella participa activamente.
Los que defienden que el DHS es el principio de todo se mantienen anclados
102
en un punto inmóvil, que frena la comprensión global del organismo como un
todo. Sin duda alguna, esta idea la defienden las personas que siguen
ancladas en un impacto.
Los cuatro estadios, sólo representan un esquema didáctico, en el organismo
existen más subestadios muy importantes que participan en el correcto
funcionamiento del conjunto del organismo.
La cadena hormonal:
El Sistema Límbico es una organización compleja del sistema nervioso
central tanto fisiológica como anatómicamente. Sus estructuras están
localizadas en la superficie media de los hemisferios cerebrales que se
conoce como el lóbulo límbico. Incluye el hipocampo, el fórnix, los cuerpos
mamilares, los núcleos anteriores del tálamo, el giro cingulado, así como
regiones de los lóbulos temporales, parietales y frontales. Se podría decir
que su localización es estratégica en conexión con el resto de estadios
cerebrales. Todos los sistemas sensoriales -auditivo, gustativo, visual, táctil y
olfatorio- mandan impulsos altamente procesados a este sistema. Los
impulsos que salen del sistema límbico siguen básicamente dos caminos: el
primero incluye el hipotálamo, el tallo cerebral, la médula espinal y el sistema
somático motor y el segundo incluye la hipófisis y hace uso del sistema
autónomo endocrino. Este último está indirectamente conectado (a través de
las hormonas) con toda la cadena hormonal del cuerpo e influye en los
procesos adaptativos. La finalidad general de estas hormonas es aportar
unos cambios moderados que provocan una predisposición para adaptarse
al entorno. La información de los demás estados transmite información a esta
estructura. Se encarga de transmitir información neuronal lenta a través de
su activación. Esta información neuronal representa un sistema de
amortiguación entre las diferentes adaptaciones, su activación es lenta
respecto a las respuestas que aportan las neuronas, modulan los estados
emotivos que en definitiva son los adaptativos. Existe una red extensa,
anatómicamente compleja, que interconecta las diferentes estructuras
límbicas. Esta red incluye proyecciones del hipocampo, vía el fórnix al cuerpo
mamilar, y vía los tractos mamilotalámicos al núcleo anterior del tálamo en el
giro cingulado y de regreso al hipocampo. De todo este proceso complejo
aparece la activación o desactivación de diferentes zonas de la hipófisis que
a su vez activa o desactiva la cadena de glándulas hormonales que están
repartidas por el cuerpo. Estudios adicionales del sistema límbico han
identificado al hipocampo y al complejo núcleo amigdalino, como las
103
estructuras subcorticales principales, aunque en realidad la conexión es con
los cuatro estadios nombrados, crea una influencia sobre el conjunto del
organismo. Las lesiones al lóbulo límbico tienen que ser bilaterales para
producir síntomas, producen amnesia anterógrada, interfiriendo con el
proceso neuronal necesario para mover información de la memoria a corto
plazo a la memoria de larga duración, esto me lleva a pensar que este
sistema hormonal a parte de amortiguar los estados hormonales y emotivos,
supone un mecanismo de recuerdo pasado tanto de las situaciones
conflictivas de urgencia a evitar como los de placer. Aquí reside parte de los
pilares fundamentales que influyen en el conjunto del organismo. Este
sistema hormonal puede retrasar el proceso de regeneración ya que el
estado hormonal mantiene la predisposición simpaticotónica. Gracias a estos
criterios se puede entender porque Geerd hablaba de la aparición del infarto
coronario aproximadamente a la 4ª semana de solucionar el conflicto de
territorio. Es evidente que este tipo de conflicto actúa indirectamente sobre el
sistema hormonal y produce una predisposición adaptativa progresiva
ajustada al tipo de situación. Cuando la persona sale de la situación
conflictiva mantiene durante un cierto tiempo el marco hormonal, este tiene
una lentitud mucho mayor que las vías neuronales directas. Ésta en sí es su
finalidad, crear adaptación hormonal más lenta que los impulsos neuronales,
provoca una transición lenta entre diferentes estados emotivos. Es la
sensación que tiene una persona cuando sale de una situación conflictiva
intensa y que ha durado en el tiempo, sabe que ha acabado pero aún se
mantiene la percepción conflictiva aunque se sabe que ha finalizado. Esta
sensación progresivamente se va eliminando. Es en este momento cuando
inicia el proceso de regeneración automático más expansivo.
En siguientes publicaciones hablaremos ampliamente de estos procesos
relacionados con el sistema límbico y su influencia en el resto de la cadena
hormonal distribuida en el organismo, analizaremos los criterios.
Después de explicar el proceso del tálamo y del periostio ampliaremos la
clasificación de la 8ª Ley Biológica.
104
Y O U R E S S E N C E
Tálamo
Un organizador
de respuestas
106
rápidas e instantáneas para
conseguir nuestros objetivos.
Estos pueden ser desde salir
de una situación difícil a nivel
laboral al sufrir un pequeño
conflicto con un cliente, como
la respuesta activa para evitar
un conflicto familiar. En el
mundo empresarial actual se
valora con importancia este tipo de actitudes: una gran actividad cortical y
rapidez de respuesta; encontrar soluciones rápidas a los problemas laborales.
Esta área cerebral nos hace recordar el enunciado original de la 1ª Ley
Biológica, cuando se decía que todo conflicto biológico inicia ante un DHS,
un conflicto, dramático, agudo, que te coge a contrapié y vivido en soledad.
Concretamente la descripción de “a contrapié” refleja claramente la actividad
de esta estructura cerebral. Toda persona ante una situación conflictiva,
siente el aumento de la intensidad si no esperaba tal situación o no es
conocida. Puede ser inesperada y tener codificado un mecanismo de
respuesta, en este caso no encontraríamos prácticamente masa conflictiva.
También puede suceder un bloqueo de respuesta por la activación de otra
zona cerebral. Por este motivo cuando encontramos el bloqueo en una área
cerebral no podemos eludir el resto, que aunque no estén activas de manera
conflictiva influyen e intervienen en el estado global de percepción y
respuesta. Nos volvemos a encontrar con el paso siguiente en esta nueva
ciencia, cuando técnicamente se pueda observar en tiempo real, la activación
y reducción de las diferentes áreas cerebrales, y se pueda cuantificar sus
intensidades. En este momento podremos comprobar la implicación directa y
precisa del resto de áreas cerebrales y la más recomendable respuesta
biológica para salir de las situaciones conflictivas.
El tálamo se encuentra estimulado de manera conflictiva, ante un conflicto en
el que la persona siente que no tiene escapatoria, se siente atrapada, sin
posibilidades o alternativas. Sin la capacidad de ofrecer una respuesta
108
aumentar la sensación de no escapatoria. Por este motivo hay que evitar en
todo lo posible reducir la sensación de no escapatoria, algo que he visto sólo
en contadas ocasiones ya que representa aceptar y respetar la situación de la
persona y comprender en su globalidad lo que está viviendo.
Ahora estoy a punto de abrir un apartado especialmente delicado, por este
motivo me comprometo a ser lo más respetuoso posible hacia todas las
partes implicadas. Durante la década de los noventa las primeras cinco Leyes
Biológicas fueron especialmente criticadas, muchas personas contrarias
calificaban que estos “tratamientos” provocaban la muerte en las personas.
Pongo entre comillas el término tratamientos porque ahora tiene unas
connotaciones diferentes ya que simplemente son unos estudios que surgen
exclusivamente de la observación, y desde el análisis se comprueba que
existen unos criterios que se repiten, unas leyes naturales, sería más correcto
hablar de una Medicina Etiológica. Por mi parte no estoy a favor de la
quimioterapia y la radioterapia, toda persona sensata comprende que no es
necesario destruir tejido para erradicar algo que en realidad ha modificado
nuestro propio organismo con la finalidad de adaptarse a una situación que
ha sentido de necesidad. La malignidad ha desaparecido hace mucho para
las personas que han profundizado con calma en la materia. Pero tampoco
puedo estar en contra de las personas que por voluntad propia (aunque sea
por desconocimiento o miedo) deciden realizar sus tratamientos agresivos.
Para estas personas esta aceptación tácita representa una respuesta, un
mecanismo que la persona siente que le sacará del problema, nota que está
haciendo algo. Es lógico que la persona mientras crea y esté convencida en
la malignidad no demostrada científicamente de las células de su organismo y
el viaje de destrucción que realizan, todavía menos demostrado, la persona
es normal y recomendable que utilice todo su arsenal destructivo que
disponga. Es cierto que la gente muere, y seguirá muriendo, pero lo
importante en este caso no es la muerte, todos moriremos, sino cómo se
muere y porqué. Desde la información cada uno tiene el derecho de elegir
cómo quiere ser tratado y atendido. Mi reivindicación es para desvincular
toda la tecnología actual y las investigaciones a un sector monopolizado en el
que la única verdad es su supuesta ciencia estadística. Si estadísticamente
está comprobado que un tratamiento da el mejor resultado, moralmente nos
sentimos tranquilos por creer que estamos haciendo lo más correcto. Como
siempre el origen de las causas queda en segundo lugar, nos conformamos
con hipótesis bien argumentadas. Mientras que existan personas que crean
109
que los tratamientos agresivos le son de vital ayuda, estos deberán estar en
el mercado y no seré yo quien los elimine. Es verdad que muchas personas
afirman con rotundidad que la quimioterapia le hizo sentir bien, también
existen personas que afirman que se sintieron francamente bien después de
consumir cocaína o algún derivado y no por ello se debería subvencionar
como tratamiento al decaimiento. También soy muy crítico con la postura
acogida por los supuestos conocedores de esta ciencia de la naturaleza,
aquellos que la acogieron por moda o por protagonismo, por sentirse más
médicos que el resto, médicos pioneros. Durante la campaña de divulgación
de los noventa, en España apareció Geerd en televisión española en el
programa de “preguntas y respuestas” con unos recientes y fervientes
seguidores. Esta campaña criticaba con severidad los tratamientos
convencionales para tratar el cáncer. El primer programa bloqueó la centralita
telefónica, todo el mundo diagnosticado de cáncer quería “tratarse con este
método”, no es de extrañar, en el programa se vendían infinidades de
recuperaciones (salvaciones). Miro con deseo de olvido aquel episodio fuera
de lugar. Los seguidores han mostrado ser seguidores de su propia fama que
desde la fe más que desde el conocimiento integrado influenciaban a los
pacientes explicándoles con detalle los efectos nefastos de sus tratamientos
de quimioterapia, asegurándoles que estaban en fase de regeneración
(quizás desde más de un año y se mantenía en el tiempo sin poder darles
más explicación). Las personas afectadas se encontraban con una situación
de vida difícil y en su mayoría insoportable. Por un lado tenían el estado
médico oficial, que no dudaba en trasmitirle continuamente la malignidad de
su situación y le proponía el tratamiento más agresivo soportable; por otro
lado tenían unas investigaciones científicamente demostradas que se
centraban más en impedir y disuadir que la persona realizase sus
tratamientos convencionales agresivos. En este punto, dejando a un lado los
razonamientos de actuación de cada sector, cada uno con sus motivos y
justificaciones, me centro en la persona que se encuentra en una situación
extremadamente delicada de vida en la que sentía que se le acababan las
posibilidades. Si la persona dejaba sus tratamientos convencionales su
entorno creía, en su mayoría, un suicidio programado; y si seguía sus
tratamientos estipulados por la medicina de estado creían formar parte de un
exterminio programado (quién sabe por quién), que la única finalidad del
tratamiento es producirle la muerte. Os podéis imaginar el grado de
desesperación, pánico, terror y lo más importante, el sentir que no se tiene
110
ninguna escapatoria. La persona llegado a este punto se alteraba,
atormentaba, enloquecía, sus familiares eran testigos de tanta angustia y
agonía que posteriormente no dudaron en trasmitir a su entorno.
A esta situación, por desgracia, aún común, la denomino “El síndrome del
Tálamo”. La persona cuando se encuentra en este tipo de conflicto, con
fuerte intensidad, se crea un desequilibrio global del organismo. Modifica los
estados del sueño, sus valores hemáticos y hormonales. Este tipo de
conflicto provoca que se activen otras áreas cerebrales que aumentarán aún
más el desgaste de la persona y si por error no encuentra una salida,
tristemente sucumbirá en un fuerte estado de agitación y locura.
Comprobamos como personas de buena fe, desde el buen acto de ayudar,
están reduciendo las posibilidades de respuesta de una persona. Por eso soy
crítico en vender “actos de fe” y lo soy también con quién lo hace, apuesto
con placer diario en la formación, investigación y el intercambio de esfuerzo.
Estimular a las personas a la comprobación e integración de estos estudios,
sin prisas, con calma y placer. Permitir siempre que el paciente esté en la
posición que se merece hasta que encuentre un equilibrio, por encima de
toda posición política, religiosa, social o ideológica. Una persona con
conocimiento y comprobación de estos estudios tiene una visión diferente y
natural sobre su entorno. A días de hoy, dejando a un lado la presión
mediática y social, una persona puede elegir si quiere o no realizar los
tratamientos protocolizados, el castigo de no hacerlo: el desamparo. El
monopolio total y absoluto de la tecnología médica y su infraestructura hacen
sentir a la persona la pérdida de cualquier punto de referencia, sentirse que
está fuera del sistema. Algo cruel cuando estamos hablando de personas en
un momento delicado de salud.
Todas estas lineas invertidas son para trasmitir algo francamente simple: el
respeto y el derecho a elección. No poner a la persona, cuando se encuentra
en un momento delicado de salud, entre la espada y la pared. Permitir que la
persona desde la capacidad de todos sus recursos, encuentre y decida qué
es lo que necesita para llegar a la normalidad. Sin ningún tipo de dudas,
cuando lo sepa, tendrá nuestra ayuda y soporte. Este es el ideal. Desde la
posición de respeto y respaldo a la persona, por los motivos que deben ser,
encuentra siempre la alternativa donde existen menos inconvenientes,
aquella que siente más ligera, con menos inconvenientes. Quizás no sea la
mejor opción desde nuestro punto de vista, pero casualmente desde ahí la
persona puede continuar su trayectoria de vida y le posibilita reconducir una
111
Y O U R E S S E N C E
Periostio
112
aumento o disminución de tejido. Esto no tiene demasiado sentido a la luz de
las Ocho Leyes Biológicas, ya que las funciones van relacionadas con tejidos
o grupos de tejidos, así en el periostio, como veremos a continuación, su
sensibilidad está relacionada con estructuras que no derivan del ectodermo y
producen un aumento de tejido. Al no conocer la 8ª Ley Biológica no se
había podido interpretar con precisión el proceso donde está implicado el
periostio, así como muchos otros.
Los osteoblastos, como hemos explicado en el apartado del hueso, producen
un aumento de tejido en cualquier proceso de regeneración, es la matriz de
colágena que una vez osificada constituye el hueso formado, denominados
osteocitos. Los osteoclastos son los encargados de reducir la matriz ósea,
como hemos visto en el Diseño Estructural©, con la finalidad de restituir el
hueso o crear un diseño nuevo según las situaciones contextuales.
En el periostio aparecen dos capas, la más externa contiene muchas fibras de
colágena que fijan el periostio al hueso, también dispone grandes cantidades
de vasos sanguíneos, que derivan del mesodermo, y nervios regulados por el
córtex y de derivación ectodérmica. Aquí ya observamos dos tipos de
inervaciones, dispone de una irrigación sanguínea abundante para nutrir el
periostio y el hueso. En cambio la capa interna se encuentra en contacto
íntimo con el hueso y está formada por células conjuntivas capaces de
convertirse en osteoblastos, células que configuran la matriz ósea, capaz de
aumentar el tejido óseo compacto. Es cierto que el periostio está muy
inervado sensorialmente por la corteza sensorial pero no se puede limitar a
considerar que pertenece únicamente al ectodermo por su evidencia
sensitiva, eso es un grave error. Como dice la 8ª Ley Biológica existe una
conexión estrecha entre los tejidos dentro de un mismo órgano. En Fase
Activa, a diferencia de lo que se había creído, aparece un aumento de tejido
cuando el organismo siente que se está presionando el hueso, produce un
aumento de osteoblastos que se traduce en un aumento de la matriz ósea
con la intención de producir un aumento de tejido en fase activa. Sé que esto
es algo sorprendente, sobre todo para las personas que conocen
mínimamente las clasificaciones que se han hecho hasta ahora en la NMG.
Impacta, igual que hizo en mí cuando lo descubrí, ya que esto significa que
encontramos un proceso de aumento de tejido óseo en los procesos
regulados por la sustancia blanca y aparentemente contradice la clasificación
de la 3ª Ley Biológica, algo que no es del todo así. Al no conocer la 8ª Ley
Biológica se había limitado en clasificarlo como tejido ectodérmico, algo que
113
simplemente se centra en la fuerte inervación sensorial. Se había obviado la
derivación mesodérmica de la membrana de protección del hueso. Esta
membrana de protección está regulada por la sustancia blanca, al menos así
lo puedo confirmar a días de hoy en los casos que he analizado, aunque
supongo que el cerebelo está implicado de alguna manera en este tipo de
proceso, todavía no se de qué forma precisa.
En fase activa, el periostio fuertemente inervado sensorialmente, produce
dolor. El periostio, altamente sensible, capta con facilidad cuando se está
presionando al hueso, que por si mismo es una estructura insensible. Esta
sensibilidad del periostio, en fase activa, tiene su propio sentido biológico,
proyecta a la persona a alejarse de ese objeto-postura-situación que está
presionando, atacando o incidiendo sobre el hueso. Si el conflicto se mantiene
en el tiempo se observa un aumento de tejido en fase activa, algo que nadie
había podido comprobar en estos 30 últimos años. El periostio
estructuralmente pertenece al mesodermo y funciona similar al paleoncéfalo,
produciendo un aumento de tejido en fase activa. En la tercera ley se había
considerado que todos los tejidos regulados por la sustancia blanca producían
una reducción de tejido en fase activa y en este caso vemos claramente como
no es así, este proceso pertenece al paleoncéfalo y produce un aumento de
tejido en fase activa. El dolor aparece por la fuerte inervación sensorial de la
corteza. Por su conexión con este tejido y función puede activar la emoción,
sobretodo cuando la persona lo asocia a una patología, de ataque, presión al
hueso y activa el proceso del mesodermo del periostio y produce un aumento
de refuerzo.
Hasta ahora se había considerado que el dolor, cuando estaba implicado el
hueso, se producía por un estiramiento del periostio para poder reforzar el
hueso en fase de solución. Así se interpretaba erróneamente que el dolor
pertenecía a la fase de solución, regeneración. Algo totalmente erróneo, este
tipo de dolor aparece en fase activa y el periostio está totalmente implicado en
la formación de matriz ósea. Hasta este descubrimiento, que lo siento como
un regalo por las largas horas de entrega, se consideraba dentro de la
limitada y delimitada NMG con las primeras cinco Leyes Biológicas, que el
dolor era algo normal, que suponía un buen presagio y un buen síntoma, que
la persona tenía que estar feliz y contenta ya que su hueso estaba
regenerando y que al final sería más fuerte, estaría más reforzado. Esto ha
sido un gravísimo error de interpretación, los que lo hayan podido presenciar
sabrán de que hablo, ya que ha llevado a muchas personas a sufrir largos
114
periodos de dolor autoconvenciéndose de que estaban en fase de solución,
que sólo tenían que esperar a que el hueso se consolidase, algo que no
llegaba nunca. La errónea e imprecisa interpretación se traducía en fuertes
dolores insoportables y en desesperación. El intenso dolor llevaba a la
persona a estados de abatimiento emotivo en el que sus familiares eran
testigos, que algunos sufridores intentaban superar con megalomanías
momentáneas, al pensar que al final su hueso sería más fuerte. Algo que
acostumbraba a no mantenerse mucho ya que la persona acababa derrotada
por los fuertes dolores incomprensibles. El final de los casos graves os lo
podéis imaginar. La persona sucumbía en la peor muerte que se puede
imaginar. Acercarse a la muerte suponía el último intento de solucionar esa
situación insostenible, insoportable. Los terapeutas, como último recurso
desesperado, con deseo de sostener a la persona repetían con intensidad lo
que habían creído a pies juntillas de los estudios iniciales de Geerd: animaban
a la persona desesperada a que aguantase, que estaba en fase de
regeneración, que sólo tenían que esperar a que su tejido regenerase, que
era normal, que el dolor tenía como sentido mantener la zona en reposo, que
al final su estructura sería más fuerte. Al final la persona deseaba la muerte,
los dolores eran insoportables e insufribles, cualquier antiinflamatorio parecía
no tener efecto. A esto se sumaba algo más, cuando la persona, ante el
intento de encontrar un poco de alivio, deseaba la morfina con el deseo de
salir del caos individual y familiar que parecía no tener salida, ya que duraba
demasiado. Suponía un intento de sedar la vida para no sentirla y olvidarse
del dolor. En estos casos de desesperación se seguía con la ignorancia y la
arrogancia de unos textos cargados de dolor. Los fieles o momentáneos
seguidores decían en alto ¡NO!, la morfina frena la regeneración. En estos
casos se activaba de nuevo el proceso del tálamo, no tener escapatoria.
Normalmente la persona entraba en un estado de perturbación emotiva,
delirios de la personalidad, inestabilidad hasta que sucumbía. Si la persona
hubiese entendido desde el principio cómo funcionaba el proceso
seguramente hubiese podido encontrar una estrategia para reducir o eliminar
la situación conflictiva. Si lo que se le explicaba desde fuera, hubiese
correspondido con lo que realmente él estaba viviendo, hubiese encontrado el
mecanismo para llegar a una normalidad. Si se hubiese entendido desde el
principio el proceso, ninguna persona hubiese pedido voluntariamente la
morfina.
115
Así la clasificación del mesodermo implicado en la estructura del hueso queda
de esta manera: Los osteoblastos producen un aumento de matriz ósea, que
aparece después de un traumatismo o cada vez que el organismo necesita
aumentar la estructura ósea del tejido compacto desde el exterior. Ante un
ataque, incisión al hueso, se activa un aumento de tejido, mediante la acción
del periostio se forman osteoblastos que facilitarán el aumento de tejido óseo
en fase activa con la intención de reforzar la estructura. Funcionan como el
mesodermo del paleoncéfalo. En cambio los osteoclastos producen una
reducción de tejido sobre la estructura ya consolidada con la finalidad de
reducir el peso o moldear la estructura según el Diseño Estructural©
necesario, como ya hemos comentado. En fase activa produce un aumento
de células (osteoclastos) y una reducción de tejido óseo. El resultado de este
aumento de función y tejido (osteoclastos) produce una reducción de tejido
característico del neoencéfalo.
116
primero la osificación gracias a la formación de matriz bajo la necesidad de
crear resistencia rígida en los tejidos, protección y puntos de referencias
resistentes. Después apareció la reabsorción ósea necesaria para crear
adaptaciones estructurales, para reducir el hueso en las zonas donde no era
tan necesario. También este fenómeno es el responsable de parte del Diseño
Estructural© necesario para moldear progresivamente la estructura ósea
rígida dependiendo de las situaciones ambientales a las que se encuentra el
organismo. El mesodermo, en la estructura ósea, como vemos en el
esquema, es una capa intermedia de transición que mantiene los dos
mecanismos, el de aumento de tejido y disminución, pero en ambos casos lo
realiza mediante un aumento de función, algo que se desconocía hasta ahora.
En los casos que he analizado, la activación cerebral del aumento de tejido
óseo en fase activa la he encontrado en la zona cerebral de la sustancia
blanca, aunque no descarto que el cerebelo pueda tener alguna influencia
importante en este proceso, aún desconozco con precisión estos datos. Así
encontramos que existe una fase activa en la que se produce un aumento de
tejido óseo ante un conflicto de falta de rigidez, resistencia ósea que se
infringe desde el exterior, donde está implicado el periostio al sentir un ataque,
presión, tensión en esa zona ósea. Aquí inicia el sensato proceso de refuerzo
óseo en fase activa con fuerte dolor, cuando la persona siente una presión en
la membrana protectora sensible del hueso, cuando siente un ataque desde
fuera, real o figurado.
También existe una fase activa en la que se produce una reducción de tejido
por un aumento de función de las células osteoclásticas, un fenómeno
explicado después de la exposición de la 6ª Ley Biológica. En este caso, en
el que se activan las células capaces de reabsorber hueso, la finalidad
biológica es moldear la estructura ósea cuando el organismo siente que su
forma o configuración impiden un objetivo. En este caso tiene sentido una
adaptación estructural, un moldeado como hemos explicado con anterioridad.
En ambos procesos encontramos el sentido biológico en fase activa, lo que se
había creído hasta ahora sobre estos procesos teniendo en cuenta solo las
cinco primeras Leyes Biológicas era un auténtico error, como ya hemos
comentado.
Cuando está implicada la función osteoclástica y el Diseño Estructural© se
observan las modificaciones de las células sanguíneas (Leucocitos,
Eritrocitos), tanto en la fase activa como en la solución como hemos explicado
en el apartado que habla sobre la leucemia y la anemia. En cambio cuando
117
está implicado el periostio, en el refuerzo del hueso compacto externo, no se
observa alteración significativa de estos valores. Ahora se entiende porqué en
muchos casos analizados con un proceso óseo intenso en curso, no aparecía
ninguna alteración significativa en los leucocitos y los eritrocitos. Éstos sólo se
modifican cuando está implicado el Diseño Estructural©. Una fuerte actividad
osteoblástica activaría una regeneración que produciría síntomas y reduciría
las capacidades del organismo de salir de la situación conflictiva. En cambio
con una reducción de las células sanguíneas se reduce la activación del
proceso de consolidación estructural, no se activa un proceso de
regeneración por destrucción de tejido. El conflicto en el Diseño Estructural©
es quiero cambiar mi estructura y no puedo. Para que esto suceda se
necesita intensidad conflictiva prolongada en el tiempo.
119
Ampliación Octava
Ley Biológica
7
Disminución de tejido óseo en fase activa
6
Aumento de tejido óseo en fase activa
6
4 5
3
2
120
7. Corteza cerebral: existen dos regulaciones bien diferenciadas. Por un lado vemos
los receptores neuronales sensoriales que son una prolongación de la corteza
cerebral y los impulsos motores directos. Son las células más especializadas. En fase
activa producen un aumento de función, un aumento de estímulo, si se mantiene en
el tiempo produce una reducción funcional progresiva provocada por el desgaste.
En cambio también dispone de la regulación de los epitelios de revestimiento que
producen una reducción de tejido que provoca un aumento de función. La
reducción de los epitelios que configuran un conducto provocan un aumento de la
sección del conducto.
121
Y O U R E S S E N C E
Musculatura lisa
122
Las contracciones tónicas del músculo liso son prolongadas, pudiendo llegar a
durar horas o incluso días. En estado de reposo el potencial intracelular
normalmente es de -50 a -60 mV, en la musculatura estriada, el valor de esta
es aproximadamente -80mV. Como hemos comentado, las hormonas y
factores químicos pueden producir una estimulación no nerviosa. Un ejemplo
es la vasodilatación que produce un exceso de anhídrido carbónico o una
ausencia de oxígeno en sangre, esta vasodilatación tiene la finalidad de
aumentar el flujo sanguíneo. La temperatura, como ejemplo, también corporal
produce vasodilatación. Algunas hormonas pueden potenciar o inhibir una
contracción muscular del tejido liso. Una misma hormona puede provocar dos
reacciones diversas en tejidos diferentes. Por ejemplo la noradrenalina inhibe
la contracción del músculo liso del intestino y estimula la contracción del
músculo liso de los vasos sanguíneos.
La musculatura estriada, por otra parte, ha
surgido de la necesidad evolutiva de crear
respuestas contráctiles rápidas. Estos
mecanismos prácticamente instantáneos
necesitan más energía para generar las
contracciones. A diferencia de la
musculatura lisa estas fibras estriadas
sólo pueden contraerse un 30% de su
longitud. Los mecanismos para cubrir
estas funciones son diferentes de una
musculatura a otra. La estriada tiene un
nivel superior de organización, capaz de
ofrecer contracciones y relajaciones
rápidas, lo contrario que la musculatura
lisa, que proporciona contracciones
prolongadas y duraderas con muy poca
energía. Ante una necesidad inmediata
para atrapar un bocado, desplazarse o
huir, no tendría sentido una lentitud con el
fin de reducir energía, estas situaciones requieren respuestas rápidas e
instantáneas. En cambio en la musculatura lisa, asociada directa o
indirectamente, a los tejidos intestinales, los cuales se encargan de captar
nutrientes necesarios para el organismo, no tendría sentido una rapidez y
derroche de energía. El proceso de digestión se lleva a cabo con la mínima
123
energía posible, de ahí el sentido de su estructura y sus características. El
músculo liso necesita de 10 a 300 veces menos energía que la musculatura
estriada y es capaz de alargar esta contracción en el tiempo. La estimulación
y la relajación se produce de forma lenta.
El músculo cardíaco se considera musculatura estriada involuntaria. En
realidad este tejido se ha especializado para cumplir las funciones de
bombeo. Es una transición entre la circulación de nutrientes mediante
peristaltismo (que aún mantienen las venas), y las contracciones rítmicas y
enérgicas para nutrir con rapidez los tejidos. El músculo cardíaco se contrae
de manera bastante similar al músculo esquelético, aunque mantiene la
duración de la contracción, pero en menor medida que la musculatura lisa. El
músculo cardíaco está formado por células musculares interconectadas y
entrelazadas entre si, para facilitar que cuando una se excite lo hagan
también el resto, características que nos recuerdan a la musculatura estriada.
La contracción muscular ventricular dura hasta 15 veces más que la
esquelética. Inicia unos milesegundos después de la llegada del potencial de
acción y se contrae hasta algunos milesegundos después de que finaliza.
Vemos algunas de las características que hace especial a la musculatura
cardíaca, necesarias para cubrir su función. Mantiene algunas características
de la musculatura lisa y otras de la musculatura estriada. Las venas son un
claro ejemplo de transición desde la musculatura lisa involuntaria hasta la
musculatura cardíaca involuntaria de las aurículas. Las arterias son la
transición entre la musculatura cardíaca de los ventrículos hacia la
musculatura estriada voluntaria.
124
Y O U R E S S E N C E
Conducto
galactóforo
125
como finalidad biológica dejar circular leche aunque el niño esté separado. En
realidad no funciona del todo así. Sus conclusiones genéricas me
representaban muchas preguntas. Es cierto que en muchos casos aparecía
este tipo de proceso cuando había habido una separación o una ruptura de
contacto y eso parecía encajar de manera genérica en todos los casos. En
muchas ocasiones aparecía la fase activa ulcerativa después de que la mujer
hubiese vivido una separación intensa o la muerte de un familiar querido.
Esto parecía a grandes rasgos encajar, pero en otros casos la separación no
era tan evidente, al menos no había habido una separación más intensa que
otras veces. ¿Qué sentido real tiene esta reducción de tejido y aumento del
conducto cuando un ser querido ha muerto o se ha creado una distancia? En
estos casos no tiene mucho sentido facilitar el flujo de leche ya que no están
presentes. Si hubiese una separación real con las características de que
“alguien me ha sido separado del pecho” se produciría en la piel, no en el
conducto.
El conflicto en realidad no tiene nada que ver, al menos directamente, con la
separación típica de la piel. En este caso el epitelio plano estratificado forma
un conducto por donde circula la leche. El conflicto en realidad es una simple
obstrucción, real o figurada. “Algo o alguien no me permite nutrir a un ser
querido o cercano”. El conflicto en términos biológicos se activa cuando se
detecta una oclusión, un bloqueo en el conducto galactóforo. Esta oclusión
real o figurada, produce la activación del proceso ulcerativo que facilita la
eliminación de la obstrucción. El conflicto figurado es cuando la mujer siente
el deseo de nutrir a alguien y por algún motivo no le es permitido, siente que
es interrumpido. El sentido biológico figurado y real es el mismo, aumentar la
sección para poder eliminar lo que frena o impide nutrir.
En los casos en los que se activa después de la muerte de un ser querido,
representa que la mujer siente la incapacidad de que ya no le puede nutrir.
Siente que ahora ya no puede hacer nada. Mientras la mujer se mantiene en
esta emoción de bloqueo, el deseo de nutrir, produce una úlcera en el
conducto que facilita el flujo de leche. El sentimiento de separación global
puede o no estar implicado en el proceso, pero se puede activar también ante
otras circunstancias siempre que se interrumpa el deseo de nutrir a alguien.
En los casos de muerte, la imposibilidad de nutrir, simplemente es porque la
persona ya no está, pero puede aparecer por multitud de posibilidades. Os
pongo un par de ejemplos. Una mujer joven, felizmente casada, siente a su
suegra que cuida y nutre su matrimonio. Esta situación se mantiene
126
agradablemente en armonía hasta que esta chica se queda embarazada y da
a luz a su primera hija. A partir de este momento, la suegra coge un papel
dominante. La joven madre siente que su suegra no le permite o le bloquea el
nutrir a su hija. Continuamente le dice qué y cómo tiene que hacer las cosas,
le hace sentir que no es una buena madre, que no sabe nutrir a su hija. La
suegra trata a la nieta como si fuese su propia hija y deja a la madre a un
lado. Siente a su suegra como un impedimento para nutrir a su hija que al
final se transforma en una lejanía. Esta joven, después de un tiempo de
conflicto decide distanciarse de la suegra aprovechando una excusa laboral.
En este supuesto caso existe una separación parcial de la suegra, que en
realidad supone un intento de solución más que un conflicto. Se crea una
distancia cordial entre suegra y nuera que a simple vista puede parecer una
separación, pero que en realidad no es el conflicto detonante del proceso del
conducto galactóforo.
Pongamos otro ejemplo: Tres hermanas comprueban como su viudo padre
enferma y necesita la atención de las hijas. La hermana mayor acapara los
cuidados de su padre, se lo lleva a su casa para que esté mejor atendido. La
hermana pequeña siente que no le es permitido ejercer su sentimiento de
nutrir al padre. Ella quiere pasar más tiempo con su padre y nutrirlo en su nido
pero ve como su hermana mayor se lo impide desde la corrección.
En este caso el orden de los sucesos son diferentes. Es cierto que hay una
separación, durante el día estamos viviendo continuamente separaciones y
encuentros, pero lo realmente conflictivo para esta mujer es el no poder
ejercer ese sentimiento de nutrir a “papá”, alguien se lo impide o ella no sabe
como hacerlo.
Durante estos últimos años, desde que iniciaron estos estudios en los 80, se
había consolidado la idea de que este proceso en los conductos galactóforos
surgía de una separación ya que el conducto, embriológicamente, es una
invaginación de la piel. La definición de “separación” tiene un campo de
interpretación demasiado amplio, similar a la recurrida desvalorización para
definir todos los tejidos regulados por la sustancia blanca cerebral. La falta de
precisión en estos procesos, en ocasiones ha producido que muchas mujeres
se acercasen progresivamente a la desesperación al no poder comprender
con precisión el proceso. En consecuencia no poder gestionarlo. He visto a
muchas mujeres que al mantener este error interpretativo, perdían la
coaccionada fe a las Leyes Biológicas, al no ajustarse lo que se decía con lo
127
que realmente sucedía. Por suerte la precisión va llegando con el tiempo
gracias al trabajo dedicado.
Digo coaccionada fe ya que en muchas ocasiones las personas se acogen a
estas interpretaciones como si fuese su única salida, con sentimiento de
salvación, ya que han visto el desamparo de la única medicina propuesta por
el estado. El fenómeno funciona a la inversa, estas interpretaciones surgen
de la observación objetiva de casos, de ellos se extrae información para
comprobar los patrones que se repiten. Por ello no se puede concluir que la
observación ha terminado. La precisión de cada proceso nos aportará la
capacidad de entender qué está sucediendo en la persona y que está
viviendo. La suma de esta observación nos lleva a poder hacer un
pronóstico, que sucede hasta que la persona encuentra la normalidad.
128
[Terapia]
129
TODO TIENE UN SENTIDO BIOLÓGICO EN FASE ACTIVA (8LL.BB)
Según las 5 LLBB las interpretaciones eran diferentes, se consideraba que el sentido biológico
era la reducción funcional que se observa en la fase activa continua. En realidad esta se
produce por fatiga, inicialmente existe un aumento de estimulación.
Según a las 5 LLBB se consideraba que el sentido biológico era la reducción de memoria
reciente que se observa cuando el conflicto es de gran intensidad y duración. En realidad la
reducción de tejido produce un aumento de función sensorial. Este es la inicial finalidad.
130
Tejido o Función Emotividad Fase Activa / Fase adaptativa
función Fisiológica
La localización de la modificación de alguna función del tramo digestivo nos marca los matices
concretos de la emotividad asociada a esa zona o tejido.
131
Tejido o Función Emotividad Fase Activa / Fase adaptativa
función Fisiológica
Según las 5 LLBB el sentido biológico estaba en fase de regeneración ya que se observaba un
aumento de tejido al final de la regeneración. Al no conocer la sexta LB no se conocía el
sentido biológico en fase activa y su mejora adaptativa.
El tipo de conflicto cuando existe una activación emotiva, representa un conflicto figurado.
Vemos que el aumento de función (del conducto) se realiza bajo una reducción de tejido.
132
Tejido o Función Emotividad Fase Activa / Fase adaptativa
función Fisiológica
Vemos como el aumento de tejido óseo en fase activa con las 5 primeras LLBB era
totalmente desconocido. El tipo de conflicto sólo se consideraba desvalorización, sin
comprender con precisión la función fisiológica y la necesidad de adaptación según lo que la
persona siente (de forma real o figurada).
Con las 5 primeras LLBB se desconocía totalmente este proceso adaptativo de los tejidos
estructurales. Vemos como es necesario reducir tejido con la finalidad de moldear la
estructura y adaptarse a las necesidades ambientales o emotivas.
Según las 5 LLBB se consideraba que el conflicto era el de separación intensa ya que al no
conocer la 8 LB sólo se tenía en cuenta la función sensorial del periostio. En realidad dispone
de varias funciones, cada una con su propia finalidad. La novedad la encontramos cuando
observamos la función de membrana mesodérmica, no valorada hasta ahora.
133
Tejido o Función Emotividad Fase Activa / Fase
función Fisiológica adaptativa
El conflicto se activa realmente cuando la persona siente que existe un bloqueo, que algo o
alguien lo impide. Esta novedad se extrae de las nuevas LLBB. Se comprueba la relación que
mantiene con la situación conflictiva real y mecánica de obstrucción.
134
Tejido o Función Emotividad Fase Activa / Fase adaptativa
función Fisiológica
De las nuevas leyes se extrae que, como para la mayoría de conductos, la adaptación se inicia
cuando la persona siente que algo o alguien se lo impide. Cuando el instinto es bloqueado.
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Tejido o Función Emotividad Fase Activa / Fase adaptativa
función Fisiológica
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Tejido o Función Emotividad Fase Activa / Fase adaptativa
función Fisiológica
El aumento de función que aparece al inicio del proceso del miocardio no se tenía en cuenta.
137
Tejido o Función Emotividad Fase Activa / Fase adaptativa
función Fisiológica
138
Nota: en el libro “Las Ocho Leyes Biológicas, libro de Redención” (la obra
completa de esta introducción) encontrareis toda la nueva clasificación de
los procesos biológicos a la luz de las 8 LLBB. Se clasifican en fichas de
consulta ordenadas por órganos. Este material se ha desarrollado para los
profesionales de la salud que quieran saber la emotividad vinculada a cada
tejido o función. Podéis encontrar más información en el sitio web
www.youressence.net
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