1. Jesús es todopoderoso en todo lugar (Mr. 2:1; 3:1-7)
2. Jesús es Dios misericordioso (Mr. 3:1-3). Este hombre tenía una mano seca, encogida por parálisis, deformada, contraída e inmovilizada. La tradición judía dice que era albañil, otros que trabajaba la piedra. Marcos nos dice que “tenía seca una mano” y Lucas añade que “era la mano derecha” Lc. 6:6. 3. Hay quienes se oponen a las obras de Dios: Mr. 3:2 “Como las fieras asechan para cazar”. Son aquellos que movidos por la envidia y el rencor solo procuran hallar errores o equivocaciones en los demás para señalarlos y hacerlos ver menos que ellos mismos. 4. Su arma es la acusación (Mr. 3:2): gr. Katagoreo: hablar en contra, acusar; esta es una actitud demoniaca porque la biblia llama al diablo “el acusador de nuestros hermanos” Apocalipsis 12:9-10; 9:11 5. Hay dureza en el corazón (Mr. 3:5): gr. Porosis: cubrimiento con una piedra, petrificar: convertir en piedra. Un hombre tenía la mano seca pero los fariseos tenían duro su corazón. 6. Su naturaleza es diabólica (Mr. 3:6): comienzan a planear una destrucción, un resentimiento no superado con el poder de Dios engendra no solo planes de venganza sino de homicidio. La mejor arma es el amor de Dios. Los fariseos eran un grupo religioso que con celo seguía la ley del antiguo testamento y sus tradiciones. Los herodianos: eran un partido político judío que esperaba restaurar en el trono la línea de Herodes el grande. Normalmente los fariseos y herodianos eran enemigos, pero aquí aparecen unidos en el común acuerdo de destruir a Jesús. “El mal lo mismo que la justicia puede unir a la gente”. 7. La presencia de Jesús lo cambia todo (Mr. 3:5): este hombre había sido lesionado integralmente, en su autoestima y en su capacidad de producción.