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LAS 4 ETAPAS DEL APRENDIZAJE

Incompetencia inconsciente: “Uno no sabe que no sabe”. El inconsciente que maneja la situación en forma tan fácil y
como automática cuando sabe, cuando uno inconscientemente no sabe, tiene la sorpresa que al subirse por primer vez
a una bicicleta, o tomar una raqueta de tennis por primera vez, o colocarse los patines, a aprender a conducir un
vehículo. La cosa no es tan fácil como se ve.

A la hora de empezar el proceso de aprendizaje de algo nuevo para nosotros, lo más habitual es que estemos en esta
primera etapa de aprendizaje en la cual todavía NO somos conscientes de que no sabemos cómo hacer algo
correctamente. Lo ignoramos completamente, habitualmente porque hasta el momento en el que se inicia el
aprendizaje no hemos necesitado dedicar esfuerzos de ningún tipo para aprender cómo hacerlo. Sencillamente, no nos
ha hecho falta pensar en ello.

A modo de ejemplo para facilitar la comprensión, supongamos que un amigo nos ha desafiado a participar contra él en
una partida de dardos. Imagina que hasta aquel momento no has jugado nunca a los dardos, nunca te han gustado y no
te molestaste en jugar ninguna vez. Hasta que tu amigo te desafió, no eras plenamente consciente de que no sabías
cómo jugar. Conoces la mecánica, lo has visto, sabes que existe ese juego pero ya está. Nunca has pensado en ello
porque no lo has necesitado. Aquí es donde empieza el proceso de aprendizaje.

Incompetencia consciente: “ Uno reconoce que no sabe”. Este juicio lo emitimos nosotros mismos y nos coloca en el
umbral del aprendizaje. Sabio es reconocer que uno no sabe, y le espera práctica, atención y perseverancia para
aprender.

Una vez que somos conscientes de que hay algo que tenemos que aprender, comenzamos a fijarnos en los detalles que
antes decidíamos ignorar completamente por no ser interesantes o importantes para nosotros. En esta segunda etapa
del proceso de aprendizaje tomamos consciencia de la necesidad que ha surgido y a la que tenemos que hacer frente.
Empezamos a dedicar recursos mentales a prestar atención a los detalles relacionados con esa nueva actividad que se
nos presenta.

En nuestro ejemplo, el proceso de aprendizaje de la incompetencia consciente se inicia cuando somos desafiados a jugar
a los dardos y aceptamos el desafío. Hasta aquel momento no éramos conscientes, pero desde ese instante nuestro
comportamiento sobre esa actividad cambia. Ahora sabemos que somos incompetentes, no sabemos las normas, el
peso de los dardos hace que fallemos y lancemos los dardos con mucha fuerza fallando por mucha distancia, etc.

Competencia consciente: “Uno comienza a ser mínimamente competente en lo que está haciendo. En el caso de
aprender a andar en bicicleta, o en patines, o jugar tennis, o conducir nos movemos con gran atención, hacemos cada
movimiento con la máxima conciencia y pensando cada paso. Trato de sostenerme en equilibrio en la bicicleta, o en los
patines, trato de pegarle a la pelota en el tennis, muy atentamente pongo el pie en el embriague y temblorosamente
paso los cambios al conducir, miro si el auto no se desvía, acelero tímidamente etc. etc. Es decir, sé las reglas del juego,
pero no las domino.

Después de practicar muchas veces conseguimos desarrollar nuestras habilidades hasta el punto de conseguir hacerlo
correctamente. Esta parte del proceso de aprendizaje es la competencia consciente, todavía no hemos interiorizado los
detalles que tenemos que tener en cuenta pero si le prestamos atención a la actividad podemos realizarla con éxito.

Ahora ya somos capaces de dar en la diana una vez que nos concentramos y tenemos en cuenta el peso del dardo y la
manera en la que estamos colocando los dedos.
Competencia inconsciente: “Uno domina ya las situaciones y no es necesario que conscientemente realice cada paso, el
inconsciente se encarga de ello como automáticamente”. Gozo andando en bicicleta o en patines sin pensar si me
equilibrio o no, conduzco el automóvil incluso hablando por celular. El consciente fija el objetivo y deja al inconsciente
que lleve a cabo las acciones, liberando mi atención para otras cosas.

Ésta es la última etapa del proceso de aprendizaje. Una vez que dominamos cómo hacer algo empezamos a automatizar
el proceso, a medida que practicamos vamos interiorizando y memorizando los pasos que tenemos que seguir hasta
conseguir el objetivo deseado. Cada vez necesitamos estar menos atentos a los detalles pues los hemos ido
memorizando a base de practicar.

En nuestro ejemplo, ahora agarrar los dardos colocando los dedos bien es muy fácil, eres capaz de saber cómo debes
agarrarlo y con qué fuerza y en qué dirección apuntar para acercarte a la diana lo máximo posible. Quizá no ganes la
partida de dardos, pero desde luego ahora sabrás jugar a los dardos en el futuro.

NEUROPLASTICIDAD

De acuerdo a los referentes teóricos, se entiende que todo lo que representa a un ser humano, es decir: sus recuerdos,
emociones, habilidades, miedos, gustos, etc, están representados en el cerebro, a través de conexiones que forman una
gran alambrado sináptico. En consecuencia hablar de neuroplasticidad supone entender claramente el proceso
intrínseco del cerebro que se desarrolla debido a la estimulación diaria y las experiencias que se acumulan a lo largo de
la vida. La Neuroplasticidad es un proceso cerebral de adaptación constante, mediante el cual las neuronas consiguen
aumentar sus conexiones con otras neuronas, proceso llamado sinapsis, lo que permite el paso del impulso nervioso
desde una célula a otra, dicho en palabras simples y coloquiales es “una conversación entre neuronas”.

En la actualidad, el concepto de Neuroplasticidad es la que sustenta la nueva visión de que el sistema nervioso se
encuentra en constantes modificaciones, es decir que es dinámico y puede cambiar de un momento a otro, mostrando
distintas conexiones.

Cuando abordamos el concepto de aprendizaje, debemos recordar que existe una gran variedad de enfoques que
intentan explicar este concepto. En consecuencia, podemos indicar de manera generalizada, que el aprendizaje se da
como un proceso donde se adquiere información del medio ambiente a través de los sentidos, donde nuestros intereses
y motivaciones utilizarán lo que es significativo y esto modificará mi sistema cognitivo.
Por lo tanto,, cada vez que aprendemos de manera significativa, la persona involucra toda su capacidad cognitiva y
afectividad para adquirir, darle un sentido y utilidad a este nuevo contenido, por lo tanto toda persona que actua como
educador o facilitador es quien interviene con todo su conocimiento y carisma, para lograr mediar este aprendizaje,
consiguiendo que la persona que está aprendiendo, logre modificar su estructura cognitiva.

En consecuencia, habiendo explicado lo que entendemos por “neuroplasticidad” y “aprendizaje”, considero que ambas
actividades se dan de manera simultánea y constante en toda la vida del ser humano, pues encontramos en la
conceptualización de neuroplasticidad, la representación neurológica de un proceso tan abstracto como el aprendizaje.
Y que la exposición a las experiencias de aprendizaje, es lo que nos permitiría desde la niñez, poder estimular y potenciar
este alambrado sináptico, evolucionando como seres humanos, en un constante cambio que favorecería nuestra
adaptación e intervención, en el mundo que nos rodea.

Favoreciendo nuevas conexiones sinápticas.

El enfoque neurológico nos permite desde la anatomía humana, definir y comprender las funciones e interacciones que
posee el cerebro, para llegar a producir conexiones sinápticas, permitiendo la evolución de la plasticidad cerebral y en
consecuencia el valorado aprendizaje, el cual se comienza a generar desde que el ser humano nace. Dichas conexiones
sinápticas, por lo tanto, se pueden favorecer y estimular desde la niñez, con el objetivo de proveer experiencias que
generen aprendizaje significativo, ayudando a cambiar y potenciar el alambrado sináptico del cerebro.

Para favorecer las conexiones sinápticas, es importante lograr activar la motivación en la persona que aprende, y para
eso es necesario esforzarse en determinar ¿cómo voy a crear la “necesidad” de adquirir esta información que se
entregará?, y así lograr captar la atención necesaria que le permitirá al educando estar en un estado de alerta hacia los
estímulos que se entregarán. En este sentido, es interesante plantear que el nivel de actividades a presentar, deben ser
cognitivamente desafiantes, para lograr generar conflicto mental y desde allí está la relevancia de conocer el punto de
partida y mantenerse atentos a la evolución cognitiva que van presentando a las personas que están atentas a un nuevo
aprendizaje como ser los alumnos o las personas de un auditorio.

Para todo lo anterior, es muy importante que el facilitar logre desarrollar la capacidad de relacionarse con las personas,
en la medida de establecer lazos que le permitan aceptarlo con todas sus características personales, y lograr generar
espacios de confianza que ayuden a interactuar y mediar cada vez que se generen conflictos mentales.

El sistema emocional o sistema límbico tiene la capacidad de aprender y modelar las conductas en pro de la
supervivencia, además tiene la capacidad de almacenar respuestas para ser utilizadas en situaciones similares futuras
demostrando un aprendizaje, y éste es el proceso por el cual se puede almacenar nueva información y tener respuesta
conductuales a través de nuevas experiencias que se guardan y se asocian con su calificación pro-supervivencia o contra
supervivencia en un sistema de archivo dividido en dos partes.

Nuestro cerebro emocional busca la causa que produce el placer o dolor y la registra en la memoria para facilitar
nuestras decisiones futuras creando neurofusiones Las neurofusiones son conexiones físicas entre las neuronas de
nuestro cerebro (redes Hebbianas). Las Redes Hebbianas son la base del aprendizaje. Cuando se aprende algo nuevo se
sacan neuronas de otro lugar que pertenecían (Robo Hebbiano).; nunca son fijas, excepto las relacionadas con dolores o
placeres muy intensos o muy tempranos. Nuestro cerebro puede confundirse cuando se guarda algo placentero o
doloroso.

Cuanto mayor sea la emoción que produzca un estímulo, mayor será el grado de la neurofusión. El facilitador debe
repetir un estímulo, así en un proceso de aprendizaje, las neuronas fortalecen sus sinapsis y retienen lo aprendido,
produciendo cambios en el pensamiento y comportamiento. La sinapsis es la forma en que las neuronas se comunican
entre sí para crear las redes neuronales.
El cerebro está más preparado para olvidar lo nuevo que para recordarlo, salvo que el aprendizaje sea emocional puro,
recordamos lo que es significativo, lo que capta nuestra atención, lo que está vinculado a nuestros conocimientos
anteriores, lo que comprendemos fácilmente, lo que ejercitamos con frecuencia (caminos neurales cercanas), lo que
practicamos con significado. La educación debe ser orientada hacia el mundo interior, para que los alumnos tengan un
mayor control de su mundo emocional, mayor desarrollo de sus cualidades cognitivas, comprensión de sus semejantes y
así aprender que la calidad de la propia supervivencia depende de la calidad de la supervivencia de sus semejantes.

Comprender lo que sucede en nuestro interior, hace que éste nos resulte un territorio más familiar y por lo tanto, nos
animemos a intervenir mucho más en él.

Nuestro cerebro debe poder captar los estímulos provenientes del mundo exterior a través de los sentidos y luego
procesarlos para determinar si los mismos están a favor o en contra de nuestra supervivencia. Los estímulos del mundo
exterior, primero son evaluados por el cerebro instintivo y luego por el emocional ingresan al cerebro a través de los
sentidos (vista, olfato, tacto, oído).

FELICIDAD = DOPAMINA + SEROTONICA

La felicidad hace que tengamos una buena disposición y entusiasmo para cualquier tarea que se presente y para
esforzarse por conseguir una gran variedad de objetivos. La felicidad forma parte del placer. Para ser feliz es importante
una vida social activa. Cuando nos sentimos felices, nos volvemos mejores personas.

Para ser felices hay que lograr la trascendencia. El cerebro nos premia cuando alcanzamos algún objetivo y es por ello
que nos sentimos felices. Así se produce la liberación de dopamina no solo al alcanzar el objetivo sino en los pasos
previos a obtenerlo. Esta es la responsable de la sensación de placer. La dopamina no actúa por si sola sino que lo hace
con otro neurotransmisor, la serotonina. La felicidad hace que tengamos una mejor salud mental.

Cuando sentimos deseos de aprender, nuestro cerebro se llena de dopamina y nos sentimos emocionalmente
preparados para el estudio. La fuerza placer activa la conducta de acercamiento. El núcleo Accumbens o circuito de
recompensa, encargado de las emociones positivas, a archivo emocional de placer, participa en la recompensa. Se
encuentra localizado cerca del bulbo olfatorio. El alumno aprende con facilidad aquello que le produce goce y disfrute, el
docente puede utilizar herramientas lúdicas de aprendizaje, acompañar al alumno y comprenderlo, además debe
colaborar y ser solidario con el alumno. Por ello es necesario construir un contexto adecuado y un estado atencional y
emocional apropiado para alcanzar un nivel óptimo de aprendizaje.

Uno de los puntos importantes para acercarse a la fuerza placer es tener en cuenta el contexto. Éste debe ser luminoso,
estar limpio, ordenado, y los alumnos deben participar en su decoración, con plantas, cuadros, etc. esto les da garantía
de supervivencia y confort. Importante es lograr que haya un buen ambiente laboral en donde generemos oxitócina y
serotonina para darles seguridad. Debemos realizar ejercicios en donde las personas se puedan conocer más, trabajar en
grupos y aprendan a respetarse, para esto debemos utilizar elementos conocidos, y comunicarles las actividades que van
a desarrollar de forma clara y simple para transmitirles bienestar y tranquilidad y así de esta forma acercarnos más al
placer. De este modo las personas tendrán la sensación de pertenencia y garantía de supervivencia, además hay que
tener en cuenta el principio de adecuación, debemos adaptar la información que les transmitimos. Todo esto contribuye
a liberar más dopamina (sistema de recompensas) despertando el interés y la curiosidad. La dopamina enciende sus vías
neuronales y asciende hasta el núcleo accumbens que nos da gana de investigar y crear cosas nuevas. Si por el contrario
nuestro ambiente no nos hace sentir bien, nuestro cerebro percibe peligro (fuerza dolor).

Si tenemos presentes la importancia de las emociones en el aprendizaje, nos garantizamos que los conocimientos se
fijen en mayor grado en la memoria. Existen diferencias de una persona a otra y éstas están dadas por dos factores
principales: la genética (emociones primarias) y la memetica (emociones secundarias). Las emociones que constituyen
nuestro estado de animo a lo largo del día se llaman emociones de fondo y se dividen en dos tipos: entusiasmo (fuerza
de placer) y desánimo (fuerza de dolor); dependiendo de ese estado de fondo los estímulos serán recibidos con mayor o
menor impacto. Las emociones son mecanismos de supervivencia que se encuentran en el cerebro y se manifiestan en el
cuerpo, estos mecanismos nos permiten escapar del peligro o acercarse a cosas placenteras. Las emociones pueden ser
negativas (constituye el malestar), positivas (constituye el bienestar), perjudicial (se sostiene mucho en el tiempo). Las
emociones pueden expresarse en forma de gestos. En los LPF encontramos la inteligencia emocional que es la capacidad
para reconocer los sentimientos propios y ajenos y la habilidad para manejarlos. La inteligencia emocional puede
dividirse en dos áreas La INTELIGENCIA INTERPERSONAL que es la capacidad para comprender las intenciones,
motivaciones y deseos de otras personas. Permite comprender a los demás y comunicarse con ellos, teniendo en cuenta
sus diferentes estados de ánimo, motivación y habilidades.

Aquí se encuentra la EMPATIA que es la capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que otro individuo
puede sentir. La empatía es posible en un individuo capaz de razonar acerca de si mismo, evaluar sus sentimientos y
razonar acerca de otras personas. Las personas con empatía son aquellas capaces de escuchar a los demás y entender
sus problemas y motivaciones por eso poseen un alto reconocimiento social y popularidad, ya que se anticipan a las
necesidades y saben identificar y aprovechar las oportunidades comunicativas que les ofrecen estas personas Para
comprender a los otros debemos tener en cuenta la genética personal, memetica o cultura personal, experiencias de
vida propias y ajenas, contextos, estados emocionales.

APRENDIZAJE IMPLICITO Y EXPLICITO

La gran mayoría de las tareas cotidianas las maneja el cerebro de manera automática, vestirnos, bañarnos, lavarnos los
dientes, regar las plantas, siguiendo patrones de movimientos específicos para realizarlos. De este modo el consumo de
energía de la UCCM (unidad cuerpo cerebro mente) para aprenderlas y ejecutarlas es menor, la eficiencia aumenta por
la repetición (las redes de neuronas implicadas aumentan su comunicación), dejando tiempo y recursos para la
adquisición de nuevos conocimientos.

Se puede decir que existen dos tipos de aprendizajes:

En el implícito, el aprendizaje se produce de forma inconsciente y sin esfuerzo es decir, se aprende sin pensar en ello,
por ejemplo a través de simples repeticiones.

Mientras que en el explícito, es necesario realizar un esfuerzo consciente para lograr incorporar conocimientos, exige de
atención sostenida y selectiva y de la activación de los lóbulos prefrontales (el área más evolucionada de nuestro
cerebro).

Los científicos consideran que no es sencillo poder distinguir entre estos dos tipos de aprendizajes debido a que ambos
pueden verse influidos por el conocimiento implícito y explícito.

Un área del cerebro estudiada relacionada con el aprendizaje y control motor, fueron los ganglios basales, estos se
relacionan con un neurotransmisor: la dopamina que les otorga plasticidad.

La dopamina está implicada en nuestra capacidad de aprender y fijar conocimientos, y uno de sus receptores (receptor
D2) está presente tanto en el aprendizaje implícito como en el explícito.

Esta investigación reveló que el núcleo estriado (que se encuentra formado por el caudado, putamen, el globo pálido y
el núcleo accumbens), que forma parte de los ganglios basales, pero que desde el punto de vista evolutivo son la zona
más antigua de los mismos, se activaba ante el aprendizaje implícito.

Según los científicos los resultados obtenidos, corroboran firmemente la teoría de que los sistemas de aprendizaje
implícito, es decir inconscientes del cerebro, son más simples y más antiguos desde el punto de vista evolutivo, para
Ullén, los seres humanos poseemos ciertos sistemas fundamentales de aprendizaje en común no sólo con las ratas,
ratones y otros mamíferos, sino también con vertebrados mucho más primitivos como las lampreas, reptiles y anfibios,
que ya contaban con un cuerpo estriado.

Resultados de otra investigación anterior, sobre los receptores de la dopamina y el aprendizaje implícito y explícito, ya
habían presentado como la actividad del núcleo estriado sustentaba el componente implícito en el aprendizaje, pero
además mostraron que ciertas áreas de los lóbulos prefrontales como la corteza cingular anterior y la corteza ventro
medial contribuían al explícito, que es cuando estamos conscientes de lo que aprendemos y que la actividad de estas
regiones se desacopla cuando es esencialmente implícito.

Es sumamente valioso ser conscientes de la existencia e importancia que tiene el aprendizaje implícito en nosotros, ya
que viene en nuestros genes, no necesita de la consciencia, es mucho más simple, rápido y siempre está presente
debido a que se apoya en estructuras primitivas de cerebro. Este tipo de aprendizaje fue el primero en existir y en él se
basa nuestra supervivencia y mecanismo adaptativo, siempre estamos aprendiendo sin darnos cuenta, consideremos
tan importante construir contextos enriquecidos en donde los estímulos que reciba el cerebro sean a favor de la
trascendencia. En la educación, en el ámbito laboral, y en todo momento deberíamos saber que no podemos dejarlo de
lado y que tenerlo en cuenta no es un tema menor, para lograr que ambos aprendizajes no se vean enfrentados sino que
por el contrario jueguen a favor de los objetivos buscados.

LAS EMOCIONES PRIMARIAS Y SECUNDARIAS

Conocemos nuestras emociones gracias a su intromisión en nuestras mentes conscientes, sea ésta bienvenida o no. Pero
las emociones no evolucionaron como sentimientos conscientes. Evolucionaron como resultado de especializaciones de
la conducta y fisiológicas: respuestas físicas controladas por el cerebro que permitieron sobrevivir a organismos antiguos
en entornos hostiles y procrear.

Aun cuando se ha avanzado mucho en materia de definir las emociones, hasta hoy, la psicología continúa estudiando si
alguna reacción en particular se identifica con una emoción específica. Por ejemplo, si los escalofríos son una reacción
exclusiva del miedo. Pese a esto, la mayoría de los especialistas está de acuerdo en trazar una línea en el conjunto de las
emociones humanas y distinguir aquellas que son primarias (evolutivamente) de las que son secundarias.
Desde este punto de partida se mantuvieron el miedo y la cólera, y se agregaron la alegría y la tristeza, cuatro
emociones que poseen también los mamíferos superiores, y quedó entonces conformado un cuadro de cuatro
emociones primarias, con sus respectivas variedades de manifestaciones:

1. Cólera: enojo, mal genio, atropello, fastidio, molestia, furia, resentimiento, hostilidad, animadversión, impaciencia,
indignación, ira, irritabilidad, violencia y odio patológico.

2. Alegría: disfrute, felicidad, alivio, capricho, extravagancia, deleite, dicha, diversión, estremecimiento, éxtasis,
gratificación, orgullo, placer sensual, satisfacción y manía patológica.

3. Miedo: ansiedad, desconfianza, fobia, nerviosismo, inquietud, terror, preocupación, aprehensión, remordimiento,
sospecha, pavor y pánico patológico.

4. Tristeza: aflicción, autocompasión, melancolía, desaliento, desesperanza, pena, duelo, soledad, depresión y nostalgia.

En 'LA EXPRESIÓN DE LAS EMOCIONES EN EL HOMBRE Y EN LOS ANIMALES', Charles Darwin planteó que 'los principales
actos de expresión que manifiestan el hombre y otros animales inferiores son innatos o heredados, es decir, el individuo
no los ha adquirido'. Como prueba de que las emociones son innatas, señaló la similitud de las expresiones en una
misma especie y entre diferentes especies. A Darwin le impresionó bastante el hecho de que las expresiones corporales
del hombre que tienen lugar cuando se producen las emociones, sobre todo las faciales, son las mismas en todo el
mundo, con independencia de los orígenes étnicos o culturales. También indicó que estas mismas expresiones están
presentes en personas que han nacido ciegas y que, por tanto, carecen de la posibilidad de haber aprendido los
movimientos musculares viéndolos en los demás, y que también están presentes en los niños que tampoco han tenido
mucho tiempo para aprender a imitarlas.

Las emociones primarias suelen estar acompañadas de claros indicios físicos. Cuando usted está deprimido/a, su cuerpo
se moviliza (o se desmoviliza) para desconectarse. Y cuando es feliz, su cuerpo se moviliza para asumir compromisos y
acciones positivas. Se activan determinados músculos para apoyar ciertas acciones, y su cerebro envía mensajes
especiales a sus glándulas endocrinas (que controlan la producción y la liberación de hormonas) y a su sistema nervioso
autónomo (que regula los órganos sobre los cuales usted no ejerce control voluntario, como el corazón y el estómago).

LAS EMOCIONES SECUNDARIAS

Actualmente, para la mayoría de los autores existen ocho emociones básicas, de las cuales cuatro son primarias (como
ya vimos) y otras cuatro son secundarias.

Las secundarias, con sus respectivas variedades de manifestaciones, son éstas:

1. Amor: aceptación, adoración, afinidad, amabilidad, amor desinteresado, caridad, confianza, devoción, dedicación,
gentileza y amor obsesivo.

2. Sorpresa: asombro, estupefacción, maravilla y shock.

3. Vergüenza: arrepentimiento, humillación, mortificación, pena, remordimiento, culpa y vergüenza.

4. Aversión: repulsión, asco, desdén, desprecio, menosprecio y aberración.

Otros teóricos consideran emociones básicas a las 8 mencionadas hasta ahora (primarias y secundarias), y postulan que
las emociones secundarias serían el resultado de fusiones o mezclas de las más básicas. Izard, por ejemplo, describe la
ansiedad como la combinación del miedo y de dos emociones más, que pueden ser la culpa, el interés, la vergüenza o la
agitación.

Plutchik ha expuesto una de las teorías mejor desarrolladas sobre la combinación de las emociones. Utiliza un círculo de
emociones, análogo al círculo cromático en el que la mezcla de colores elementales proporciona otros. Cada emoción
básica ocupa un lugar en el círculo. Las combinaciones compuestas por dos emociones básicas se llaman 'díadas'. Las
compuestas por emociones básicas adyacentes en el círculo se llaman 'díadas primarias'; las compuestas por emociones
básicas separadas entre sí por una tercera se llaman 'díadas secundarias', etc.

En este esquema, el amor es una díada primaria resultante de la mezcla de dos emociones básicas adyacentes: la alegría
y la aceptación, mientras que la culpa es una díada secundaria formada por la alegría y el miedo, que están separadas
por la aceptación. Cuanta más distancia haya entre dos emociones básicas, menos probable será que se mezclen. Y si
dos emociones distantes se mezclan, es probable que surja el conflicto. El miedo y la sorpresa son adyacentes y se
combinan directamente para dar lugar a un estado de alarma, pero la alegría y el miedo están separadas entre sí por la
aceptación, y su fusión es imperfecta: el conflicto resultante es la fuente de la culpa.

Tanto las emociones primarias como las secundarias casi nunca se presentan aisladas, más bien son una combinación de
todas las familias de emociones básicas mencionadas. Por ejemplo, los celos pueden ser una combinación de enojo,
tristeza y miedo.

Finalmente, conviene mencionar otra categoría que podría incluir los sentimientos personales que pueden ser de
estimación propia o egocéntricos como el orgullo, la vanidad y el narcisismo, contrarios a la simpatía, el amor o la
compasión.

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