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RELATIVISMO CULTURAL
ANTECEDENTES INTELECTUALES
PSICOANÁLISIS
En Dakota del sur estudia la apatía de los Siux (cultura con valores contradictorios
al del típico norteamericano, pues ellos no valoraban las posesiones) Por el
contrario el estudio de la comunidad Yoruks eran pescadores que valoraban las
pertenencias y el ahorro a diferencia de los Siux
Erik Erikson nació el15 de junio de 1902 en Fráncfort del Meno, Alemania. Su padre
biológico fue un danés desconocido que abandonó a su madre antes del nacimiento
de Erik. Su madre, Karla Abrahamsen, fue una joven judía que lo crió sola durante
los tres primeros años, momento en el cual se casó con el Dr. Theodor Homberger,
pediatra de Erik y se mudaron al sur de Alemania.
En 1950 escribe “Childhood and Society” (Infancia y Sociedad), libro que contenía
artículos de sus estudios de las tribus norteamericanas Sioux y los Yoruks, así como
una discusión de la personalidad estadounidense y las bases argumentales de su
versión sobre la teoría freudiana.
LA FORMULACIÓN DE SU TEORÍA
1. Que las personas son seres activos buscando adaptarse a su ambiente, más que
pasivos esclavos de impulsos.
3. Freud había dejado muy claro que los padres de un niño influían en su desarrollo
de forma espectacular. Erikson señaló que los niños influyen en el desarrollo de sus
padres también.
4. Amplía el concepto freudiano del “yo”, considerándolo una fuerza vital y positiva,
capaz de solucionar las crisis que surgen del contexto genético, cultural e histórico
de cada individuo.
Conceptos básicos:
En la primera crisis los bebés desarrollan un sentido de qué tan confiables son las
personas y los objetos en su mundo. Necesitan desarrollar el equilibrio entre la
confianza (que les permite crear relaciones íntimas) y la desconfianza (que les
permite protegerse a sí mismos). Si las escalas pesan más del lado de la confianza
(lo que es favorable según Erikson) los niños desarrollan lo que él llama la virtud de
la esperanza: la creencia de que pueden satisfacer sus necesidades y obtener sus
deseos. Si predomina la desconfianza, los niños verán el mundo como hostil e
impredecible y tendrán problemas al establecer relaciones íntimas.
En esta crisis, los niños necesitan lograr el equilibrio justo entre la autonomía y/o el
control externo. Necesitan aprender lo que pueden y deben hacer, lo que es seguro
de hacer, y qué clase de guía necesitan aún de sus padres. La virtud de la voluntad
surge de esta etapa: los niños aprenden a actuar bajo sus propias decisiones, a
ejercitar la autorrestricción y seguir sus propios intereses.
La maduración juega un papel importante a medida que los niños utilizan los
músculos para hacer cosas por sí mismos, caminar, alimentarse y vestirse solos. El
entrenamiento para ir al baño es un logro importante en el aprendizaje de control y
de autodeterminación; así mismo lo es el lenguaje: a medida que los niños aprenden
a expresar sus deseos, se vuelven más capaces e independientes.
Para lograr autonomía, necesitan suficiente control y guía por parte de los adultos.
Demasiada o muy poca ayuda puede volverlos compulsivos al controlarse a sí
mismos. El miedo de perder el autocontrol puede inhibir la autoexpresión, crearles
la duda con respecto a sí mismos, avergonzarlos y sufrir de pérdida de la
autoestima.
3. Iniciativa versus culpabilidad (de los 3 a los 6 años):
Los padres pueden ayudar a sus hijos a hacer un balance favorable entre un sentido
de iniciativa que puede llevarlos a exagerar las cosas nuevas y una tendencia a
volverse reprimidos y culpables. Pueden hacer esto dando a los niños
oportunidades de hacer las cosas a su modo, mientras los respaldan con guía y
límites firmes, de manera que lleguen a ser personas responsables y a disfrutar de
la vida.
Para formar una identidad, el yo organiza las habilidades, las necesidades y los
deseos de la persona y ayuda a adaptarlos a las demandas de la sociedad (para
llegar a ser un adulto con un papel importante en la vida).
La integridad del ego, que es la tarea principal de este periodo, implica una
unificación de toda la personalidad. La persona de edad avanzada logra un sentido
de aceptación de su propia vida, aceptando la muerte o, por el contrario, cayendo
en sentimientos de inutilidad, aislamiento y desesperación, dependiendo de si han
cumplido con éxito o no las tareas de las etapas previas.
BIBLIOGRAFÍA