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EL ACERO

Lo que hay que saber


Primera Edición
Corporación Aceros Arequipa S.A.
EL ACERO, LO QUE HAY QUE SABER
setiembre del 2000
Editado por Grupo S.R.L.
Schell 343, of.:706, Miraflores
E-mail: gruposrl@terra.com.pe
Lima - Perú

Derechos Reservados
Hecho el depósito de Ley Nº 1501222000-3004

Fotografías cortesía: Aceros Arequipa


PROLOGO

Uno solo es el objetivo de este libro; el lograr que todo el personal


que labora en la Corporación Aceros Arequipa S.A. adquiera los
conocimientos básicos del proceso de fabricación del acero y los
aspectos que lo relacionan.

Para la lectura de este libro, la especialidad de cada uno o el sector


en que desempeñe su labor no importa, la razón fundamental de esta
empresa es producir y comercializar acero y ello convierte en una
necesidad el conocer nuestros productos, sabiendo que en esta for-
ma estamos contribuyendo a nuestro propio logro.

RICARDO CILLONIZ CHAMPIN


Director Gerente Adjunto
EL ACERO
Lo que hay que saber

INDICE

Capítulo Pág.
I Historia del hierro 9

II El acero y su microestructura 17

III Fabricación del acero 33

IV Laminación del acero 43

V Normas que regulan la calidad


en la fabricación del acero 57

VI Productos de acero: Definiciones 67

VII Vocabulario básico – Español – Portugués –


Inglés – Francés 91

VIII Las materias primas en la industria


siderúrgica 99

IX La reducción directa del mineral de hierro 105

X Medio ambiente 117


Capítulo I

HISTORIA DEL HIERRO

En los últimos doscientos años, el hierro, ese metal tan común en la tierra, ha
demostrado ser para la industria, la combinación más económica, versátil, resis-
tente y duradera.

Uno de los pasos más importantes dados por el hombre en su avance hacia la
civilización ha sido el descubrimiento del hierro.

Es posible que ese descubrimiento se haya realizado durante el examen casual de


un meteorito por algún distante antepasado, dando origen a la palabra siderurgia
cuya raíz “sidero” o “sideris” para los romanos, significa austral o proveniente de
los astros.

El descubrimiento del hierro en Asia Menor data de cuatro o cinco mil años antes
de Cristo, luego, se desarrolló con progresiva aceleración en otras partes del pla-
neta, hasta llegar a mediados del siglo XIX, con el inicio de la revolución indus-
trial a su utilización masiva debido a la tecnología del acero. Esta ruta continúa
hacia el futuro.

La historia del hierro es la historia del hombre. Desde su descubrimiento, en


tiempos primitivos, el hombre con su inventiva ha logrado convertirlo en acero y
adecuarlo a los múltiples usos que hoy tiene. Desde una aguja hasta un buque;
desde un delicado instrumento hasta la Torre de Eiffel.

Para salir de su estado primitivo el hombre tenía que dominar primero el fuego y
no era tarea fácil porque el fuego pertenecía a los dioses.

Con mucho temor el hombre observaba como los dioses demostraban su cólera
lanzando rayos a los bosques secos originando grandes incendios.

Cuantas veces había visto danzar a los dioses mirando el fuego, hasta que un día
se atrevió, por audaz y temerario o por ignorante y curioso, a tomar un tronco
encendido, llevarlo a cierta distancia y formar su propia hoguera.

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Se ha convertido así en un dios dueño de su propio fuego.

Mucho tiempo más tarde, posiblemente siglos, da el hombre otro paso gigantes-
co, al descubrir que la fricción de dos piedras duras también producía fuego.

Dominado el fuego, la vida en familia comienza a organizarse. Se aprende cosas


sin necesidad de comprenderlas. Se observa el fuego con la conciencia mágica
del hombre primitivo. El agua en contacto con el fuego se hace invisible. El aire
aviva el fuego.

Así transcurren cinco o diez milenios hasta que en su constante caminar hacia
ninguna parte, enciende una hoguera para cocer un trozo de carne y terminada la
merienda y consumida la hoguera observa que en las cenizas hay un material
diferente que no es otra cosa que fierro fundido. Pasará algún tiempo para que el
hecho se repita y luego descubrir que la roca del lugar es coloreada y pesada y
muy diferente a la que conoce. Repite la experiencia y obtiene iguales resultados;
golpea con una piedra dura el material obtenido y observa que puede cambiarle la
forma, repite el experimento muchas veces mejorándolo cada vez y así nace la
metalurgia del hierro, hace cuatro o cinco milenios.

Con el transcurso del tiempo suceden hechos extraordinarios. Una hoguera en-
cendida sobre unas rocas negras continua encendida al terminarse los troncos,
descubriéndose así los carbones minerales.

El hierro se convierte en el elemento metálico de mayor uso en el mundo; sin


embargo, no se le utiliza químicamente puro sino aleado con el carbono para
obtener el acero.

El mineral de hierro se encuentra como:

Hematita Fe2O3 Siderita Fe CO3


Limonita Fe2O3H2O Pirita Fe S2
Magnetita Fe3O4 Cromita FeOCr2O3

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Durante los primeros 10 siglos D.C. se incrementa la arquitectura en toda Europa,
entre muchas otras, se construyen la Basílica de San Pedro, y la primera Catedral
de Resena. El cristianismo fluye por todo el orbe. Entre el 532 y el 537 se producen
bellas obras de orfebrería, principalmente en oro. El hierro ya forma parte del
avance humano. Un auge similar en arquitectura y construcción se experimenta
en India y en China, se cree que éstos últimos fueron los primeros en hacer agujas
de acero, éstas llegaron a Europa con los moros alrededor del año 1,200.

En esa época, el consumo del hierro ya se había generalizado en la manufactura


de ciertos artículos como: clavos, cerraduras, barras y placas, apareció la pólvora
y el hierro se usó para los cañones y armas de fuego en general. Luego entre 1,300
y 1,395 en Bélgica se instalan los primeros hornos de propulsión hidráulica,
adelanto tecnológico que destierra para siempre los hornos primitivos construidos
de barro y piedra y los hornos de cuba construidos con arcilla y piedra.

La búsqueda de mejores métodos para hacer más rápido y eficiente el trabajo del
hombre llevó a la utilización de la fuerza hidráulica para accionar los soplillos.
Ello permitió construir hornos más altos, pero impidió que el mayor volumen de
mineral procesado pudiera ser manipulado. También aquí la fuerza hidráulica suplió
la fuerza humana, permitiendo una técnica de fundición rápida y eficiente: la Forja
Catalana.

Posteriormente a la Forja Catalana se inventó el fuelle en forma de abanico y en


aquellos tiempos se obtenían 5 a 6 kilogramos de hierro por operación. Pero,
haciéndose sentir cada día más la necesidad del hierro se dieron mayores
proporciones a los hornos y se obtuvieron hacia 1,750, 120 K, de hierro por
operación.
En todas las herrerías a la Catalana el viento se lanzaba a brazo de hombre y de la
misma manera se ejecutaba el martillo. El obrero, por medio de un mecanismo,
levantaba un grueso martillo para dejarle caer enseguida con todo su peso. Algunos
de estos martillos pesaban 1,500 kilogramos.

En el año 1,500 se construyó en Los Pirineos un martillo movido por una rueda
hidráulica pero sólo en 1,700 se importó de Italia “La Trompa” que es corriente de
agua que impulsa el aire (fuerza hidráulica).

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Durante el auge de la Forja Catalana, las necesidades siempre crecientes de las
civilizaciones desarrollaron la industria hasta el punto que los bosques, que hasta
entonces habían sido las únicas fuentes de combustible, estaban a punto de
consumirse.

Pero la inventiva del hombre ha ido descubriendo nuevos procedimientos y hoy


en día los avances tecnológicos son tan grandes, que la industria siderúrgica actual
es muy diferente y tan sofisticada que hace difícil imaginar como era en el pasado.

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