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El consejo bíblico financiero más útil de

la historia
POR BBC MUNDO

Para el economista checo, el sueño del faraón y José en la Biblia es el primer pronóstico
macroeconómico. Con las palabras de David Bowie, Oscar Wilde y Brad Pitt explica su
visión de una economía con rostro humano.

El consejo bíblico financiero más útil de la historia

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¿Qué tiene que ver el Génesis con el Producto Interno Bruto (PIB)? Según el economista radical
checo Tomas Sedlacek, mucho. Él cree que debemos dejar que las nociones guardadas en los textos
antiguos así como otras expresiones artísticas influyan nuestras ideas sobre la economía contemporánea.

Argumenta apasionadamente que necesitamos hacer que la economía funcione para nosotros en vez de
que nosotros nos la pasemos trabajando para mantener la economía. Y condena la manera en la que la
mayoría de los países se volvieron adictos a la deuda, manteniéndose en un ciclo sin fin.

Sedlacek es el autor de "La economía del bien y el mal", donde explica su visión, una que ha sido
llamada "humanomics", "humanomía" o, quizás mejor, "economía con rostro humano”. En el libro
explora la economía a partir de textos tan antiguos como la Epopeya de Gilgamesh o películas
taquilleras como "Matrix" y "El club de la pelea", pasando por la música pop y la literatura del siglo
XIX, como lo hizo durante esta charla con la BBC.

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 Hablemos de su método, que mezcla mitos con modelos económicos, cultura popular con crítica
matemática.

"No tengo nada contra las matemáticas. Sencillamente, tenemos valores. Algunos de ellos tienen un
número, que yo llamo precio, y otros no. Un lápiz, un celular, unos pantalones tienen un precio, y no tengo
problema con eso: todos tenemos que comprar cosas y vivir en casas, etc. Pero hay otros valores en
nuestras vidas que no tienen un número, y si les asignas uno, ridiculizas todo. El amor maternal, el amor
erótico, la amistad, la estética, la búsqueda de la verdad -o lo que sea que los filósofos tratan de hacer-,
también son valores muy importantes en nuestras vidas. Así que no importa cuán buenos sean los
cálculos matemáticos, los modelos siempre cojearán".

 Sin embargo, hay escritos que hablan sobre, por ejemplo, el matrimonio en términos económicos
y lo que dicen es válido: a la hora de escoger pareja es cierto que actúan las leyes de la oferta y
demanda.

"Es cierto, y es un tema divertido: las matemáticas del amor".

 ¿Qué define los valores?

"Ideología, en la mayor parte de los casos. El valor, como la belleza, está en el ojo de quien la mira".

 Yo me voy a meter aquí con un poco de economía neoclásica: la oferta y demanda definitivamente
determinan mucho. Es economía básica: ¿por qué los diamantes son más valiosos que el agua, a
pesar de que no te dan vida? Porque hay mucha agua y pocos diamantes. Eso es lo que se refleja
en el valor que la sociedad le asigna a uno y otro.

"No el valor: el precio. El agua es más valiosa que los diamantes, pero más barata.
Hace unos tres años, personajes del mundo de negocios, educados e importantes, de Alemania, Suiza,
Francia, etc., a menudo me preguntaban si no convenía hacer como los chinos y dejar de cumplir con ‘esas
reglas ridículas de pensiones, protecciones laborales, salarios mínimos, bobadas del
medioambiente‘.

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Yo les contestaba: ‘¿Para qué? ¿Por 5, 10, 20% de aumento en el PIB está dispuesto a sacrificar la
democracia, el debate público, el bienestar?‘. Y tras verlos reaccionar les decía: “Yo sé que me quieres
pegar un puño pero, como dijo David Bowie en una hermosa canción, ‘gracias por dudar‘. Por dos
segundos dudaste y te lo agradezco, porque durante esos dos segundos fuiste humano”.

 En el libro también entrelaza leyendas con modelos económicos, y hay uno que es muy diciente:
José, uno de los hijos de Jacob, en el relato bíblico del Génesis, interpreta un sueño del faraón de
Egipto. ¿Qué conocimientos económicos cree que podemos encontrar en este tipo de textos?

"Muchos, y eso fue toda una sorpresa para mí. En este caso, el faraón tiene este sueño sobre 7 vacas gordas
y 7 vacas flacas pero como no lo entiende entonces llama a José, quien le contesta lo que en nuestro
lenguaje de miles de siglos después sería: ‘¡Felicitaciones, faraón! Acaba de tener el primer pronóstico
económico de la historia‘. El faraón le pregunta qué hace con eso y José le dice: ‘en los años de
abundancia, no consuma todo lo que crece: guarde el 25% de la cosecha‘.

Gracias a ese consejo, lograron sobrevivir una crisis cuya gravedad no se compara con las que hemos
pasado recientemente pues ellos enfrentaban el espectro de la inanición. No sólo eso, la superaron sin
caer en deuda, ni un centavo, algo que para nosotros está por fuera de los límites de la realidad".

 ¡Un momento! ¿Está diciendo que 0 deuda es el camino correcto?

"Es que no tenemos ni un nombre para eso: ¿cómo llamas a una economía que no tiene deudas o que tiene
superávit? Los gobiernos no tienen nada".

 Eso no es cierto: hay deudas, y nos enfocamos mucho en ellas, pero los gobiernos tienen
carreteras, universidades, hospitales... incluso en el sector privado, hay deudas pero también
bienes. En Reino Unido, por ejemplo, la deuda personal en el sector doméstico es un billón y
medio o quizás un poco más, pero los bienes son seis billones.

"Sí, pero esos no son bienes para vender en épocas de crisis. De cierta manera lo que no hay son
reservas. El papel del gobierno, en términos económicos, es agilizar el crecimiento, y no hacer que la
economía sea más estable. Eso es lo que me parece que nuestra generación ha estado haciendo: hemos
estado vendiendo estabilidad para comprar crecimiento. Y lo curioso es que lo logramos: hemos
creado una economía que puede crecer muy rápido pero que también es muy inestable.

En este sentido, yo estoy con Keynes quien dijo en los años 30 básicamente lo mismo que José: en los
años buenos, haz superávit, en los malos, ten déficits.

Eso resultó ser demasiado complicado para nuestra sociedad así que obedecimos sólo a la segunda parte
de la frase".

 Pero, ¿qué pueden hacer los gobiernos respecto a la deuda?


"A todos nos puede pasar o nos ha pasado en algún momento que caemos en deuda, pero el problema es
vivir endeudado y eso es lo que nuestras sociedades hacen. Nuestros presupuestos deben ser
equilibrados y debe haber excedentes.

Si yo tomo un préstamo de US$10.000 sólo un idiota diría que soy US$10.000 más rico. Todos
entendemos la diferencia entre tener y deber. Pero cuando el gobierno hace exactamente lo mismo -toma
un préstamo del 3% del PIB, lo que es muy común-, lo invierte en la economía y el mismo PIB crece
3%, verás economistas abriendo botellas de champaña para celebrar que son 3% más ricos.

Si me preguntan en Europa, ¿qué debemos hacer?, respondo: ser más como Japón. Más tecnología,
más TI, trabajar más duro, mejor educación, tener trenes e internet más rápidos. El chiste es que
Japón no ha crecido durante las últimas dos generaciones. Una de las explicaciones es la del techo de oro:
todo el mundo ya tiene dos iPads y no quiere un tercero así se lo den gratis.

Lo que a mí me interesa es el psicoanálisis de que nos parezca que eso es malo, porque para mí ese es el
momento ‘Aleluya‘ del capitalismo o cualquier sistema económico: todo el mundo tiene de todo así que
relajémonos. Sin embargo, lo interpretamos fundamentalmente como malas noticias. Porque no creemos
en capitalismo sino en el crecimiento capitalista, que es completamente distinto.

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