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1.- HISTORIA
Los seres humanos siempre hemos estado tentados a encontrar una explicación a
la complejidad de la materia que nos rodea. Al principio se pensaba que los
elementos de toda materia se resumían al agua, tierra, fuego y aire. Sin embargo
al cabo del tiempo y gracias a la mejora de las técnicas de experimentación física
y química, nos dimos cuenta de que la materia es en realidad más compleja de lo
que parece. Los químicos del siglo XIX encontraron entonces la necesidad de
ordenar los nuevos elementos descubiertos. La primera manera, la más natural,
fue la de clasificarlos por masas atómicas, pero esta clasificación no reflejaba las
diferencias y similitudes entre los elementos. Muchas más clasificaciones fueron
adoptadas antes de llegar a la tabla periódica que es utilizada en nuestros días.
Desde la antigüedad, los hombres se han preguntado de qué están hechas las
cosas. El primero del que tenemos noticias fue un pensador griego, Tales de
Mileto, quien en el siglo VII antes de Cristo, afirmó que todo estaba constituido a
partir de agua, que enrareciéndose o solidificándose formaba todas las sustancias
conocidas. Con posterioridad, otros pensadores griegos supusieron que la
sustancia primigenia era otra. Así, Anaxímenes, en al siglo VI a. C. creía que era
el aire y Heráclito el fuego.
Las conquistas árabes del siglo VII y VIII pusieron en contacto a éste pueblo con
las ideas alquimistas, que adoptaron y expandieron por el mundo, y cuando
Europa, tras la caída del imperio romano cayó en la incultura, fueron los árabes,
gracias a sus conquistas en España e Italia, los que difundieron en ella la cultura
clásica. El más importante alquimista árabe fue Yabir (también conocido como
Geber) funcionario de Harún al-Raschid (el califa de Las mil y una noches) y de su
visir Jafar (el conocido malvado de la película de Disney). Geber añadió dos
nuevos elementos a la lista: el mercurio y el azufre. La mezcla de ambos, en
distintas proporciones, originaba todos los metales. Fueron los árabes los que
llamaron a la piedra filosofal al-iksir y de ahí deriva la palabra elixir.
Antes de ver la tabla periodica, veamos que información nos da de cada elemento
que la forma:
2.- ESTRUCTURA.
La tabla periódica actual consta de 119 elementos como este, que son los que
hasta el día de hoy, se conocen. Ahora veamos como se agrupan todos estos
elementos para tener un orden.
Las Filas (en horizontal) de los elementos se llaman periodos. Los elementos que
componen una misma fila tienen propiedades diferentes pero masas parecidas.
Todos los elementos de un período tienen el mismo número de orbitales. Los
electrones de un átomo que tengan la misma energía se dice que están en el
mismo orbital de energía. Estos niveles de energía es lo que se conoce como
orbital. Si quieres saber más sobre esto visita el siguiente enlace: Configuración
Electrónica de Los Elementos. Como ves en la tabla periódica hay 7 periodos.
Las Columnas (en vertical) se agrupan en columnas los elementos que tienen
propiedades parecidas. Las Columnas se llaman Grupos o Familias de la tabla
Periodica. Todos los elementos de un mismo grupos de la tabla periódica tienen la
misma valencia o número de electrones en su última capa (Grupo IA o 1, valencia
1) y por lo tanto tienen propiedades parecidas. Pincha en el enlace anterior para
saber más sobre las familias. En la tabla periódica hay 18 Familias.
El número atómico de cada elemento es el que viene en la parte de arriba. Muy
importante, por ejemplo para hacer cálculos con los moles.
4-(4B) Titanio,
5-(5B) Vanadio,
6-(6B) Cromo,
7-(7B) Manganeso,
8-(8B) Hierro,
9-(8B) Cobalto,
10-(8B) Níquel.
11-(1B) Cobre,
12-(2B) Zinc,
13-(3A) Terreos,
14-(4 A) Carbonoideos,
15-(5 A) Nitrogenoideos,
16-(6 A) Calcógenos,
17-(7 A) Halógenos,
Como para dar un ejemplo, K(1), L(2), y siguiendo esta secuencia de manera
sucesiva hasta alcanzar la Q(7), siendo este el último de los períodos contenidos
dentro de la tabla periódica.
Así es como se estructura la tabla periódica de compuestos químicos, la verdad es
que es sumamente sencilla y fácil de utilizar, si te gustó esta información,
compártela, nunca sabes a quién le será útil.
3.- ORGANIZACION.
Puede observarse que el pastel de la tabla periódica posee varios colores. Cada
color asocia elementos con propiedades químicas similares. Hay columnas
anaranjadas, amarillas, azules, moradas; casillas verdes, y una diagonal de color
verde manzana.
Nótese que las casillas de las columnas del medio son de color grisáceos, por lo
que todos esos elementos deben tener algo en común, y es que son metales de
transición con orbitales d semillenos.
Del mismo modo, los elementos de las casillas moradas, aunque pasan de
sustancias gaseosas, de un líquido rojizo y hasta sólidos negro morado (el yodo) y
plateado grisáceo (astato), son sus propiedades químicas las que los hacen
congéneres. Estas propiedades están regidas por las estructuras electrónicas de
sus átomos.
3.1.- Períodos
Los orbitales de una capa energética se van llenando de electrones (y los núcleos
de protones y neutrones), a medida que se desplaza a lo largo de un período. Esta
capa energética va de la mano con el tamaño o radio atómico; por lo tanto, los
elementos de los períodos superiores son más pequeños que aquellos que se
encuentran abajo.
3.2.- Grupos
Pero al moverse un paso más a la derecha, sin los conocimientos de los orbitales
d, se llega al grupo del boro (B) o grupo 13 (IIIA); en lugar del grupo 3 (IIIB) o del
escandio (Sc). Tomando en consideración el llenado de los orbitales d, se empieza
a recorrer los períodos de las casillas grisáceas: los metales de transición.
Al estudiar la tabla periódica puede surgir una confusión entre el número atómico
Z o número de protones totales en el núcleo, y la cantidad de electrones de
valencia. Por ejemplo, el carbono tiene un Z=6, es decir, tiene seis protones y por
lo tanto seis electrones (de lo contrario no podría ser un átomo con carga neutra).
Pero, de esos seis electrones, cuatro son de valencia. Por esa razón su
configuración electrónica es [He]2s22p2. [He] denota los dos electrones 1s2 de la
capa cerrada, y teóricamente no participan en la formación de enlaces químicos.
Los elementos por debajo del carbono (Si, Ge, Sn, Pb y Fl) poseen números
atómicos (y masas atómicas) más superiores; pero todos tienen en común los
cuatro electrones de valencia. Esto es clave para el entendimiento de por qué un
elemento pertenece a un grupo y no a otro.
Bloque s
Como acaba de explicarse, los grupos 1 y 2 se caracterizan por tener uno o dos
electrones en orbitales s. Estos orbitales son de geometría esférica, y a medida
que se desciende por cualquiera de estos grupos, los elementos van adquiriendo
capas las cuales incrementan el tamaño de sus átomos.
Por presentar fuertes tendencias en sus propiedades químicas y modos de
reaccionar, a estos elementos se les organiza como el bloque s. Por lo tanto, los
metales alcalinos y los metales alcalinotérreos pertenecen a este bloque. La
configuración electrónica de los elementos de este bloque es ns (1s, 2s, etc.).
Bloque p
Nótese que lo más importante de este bloque es que, a partir del período 4, sus
elementos tienen los orbitales d completamente llenos (casillas azules en adelante
a la derecha). En resumen: el bloque s está a la izquierda de la tabla periódica, y
el bloque p, a la derecha.
Elementos representativos
¿Cuáles son los elementos representativos? Son aquellos que por un lado pierde
fácilmente electrones, o por el otro, los ganan para completar el octeto de
valencia. En otras palabras: son los elementos de los bloques s y p.
Sus grupos se distinguían de los demás mediante una letra A al final. Así, había
ocho grupos: del IA al VIIIA. Pero actualmente, el sistema de numeración utilizado
en las tablas periódicas modernas es el arábico, del 1 al 18, incluyendo los
metales de transición.
Por esa razón el grupo del boro puede ser el IIIA, o 13 (3+10); el grupo del
carbono, IVA o 14; y el de los gases nobles, el último a la derecha de la tabla,
VIIIA o 18.
Los metales de transición son todos los elementos de las casillas grisáceas. A lo
largo de sus períodos, se van llenando sus orbitales d, los cuales son cinco y
pueden por lo tanto tener diez electrones. Como deben tener diez electrones para
llenar dichos orbitales, entonces debe haber diez grupos o columnas.
Como puede apreciarse, es mucho más sencillo reconocer los grupos por
números arábicos que utilizando los números romanos.
La fila rosado claro corresponde a los lantanoides, mientras que la fila rosado
oscuro los actinoides. El lantano, La con Z=57, el actinio, Ac con Z=89, y todo el
bloque f pertenecen al mismo grupo del escandio. ¿Por qué? Porque el escandio
tiene un orbital nd1, el cual está presente en el resto de los lantanoides y
actinoides.
En el caso de los lantanoides, pierden los tres electrones 5d16s2 para convertirse
en cationes trivalentes M3+ (como el La3+). El cerio, por su parte, es capaz de
perder cuatro electrones (Ce4+).
Por otro lado, los elementos no metálicos componen la menor parte de la tabla
periódica. Son gases o sólidos con átomos enlazados covalentemente (como el
azufre y el fósforo). Todos se ubican en el bloque p; más precisamente, en la parte
alta de éste, pues descendiendo a los períodos inferiores aumenta el carácter
metálico (Bi, Pb, Po).
Además, los no metales en lugar de perder electrones, los gana. Así, forman
aniones X– con diferentes cargas negativas: -1 para los halógenos (grupo 17), y -2
para los calcógenos (grupo 16, el del oxígeno).
Dentro de los metales existe una clasificación interna para diferenciarlos entre sí:
-Grupo 3 (IIIB) familia del escandio. Esta familia está conformada por el escandio,
cabezal del grupo, del itrio Y, del lantano, actinio, y todos los lantanoides y
actinoides.
-Grupo 5 (VB), familia del vanadio. Grupo 6 (VIB), familia del cromo. Y así
sucesivamente hasta la familia del zinc, grupo 12 (IIB).
3.8.- Metaloides
-B: boro
-Silicio: Si
-Ge: germanio
-As: arsénico
-Sb: antimonio
-Te: telurio
-At: astato
Cada uno de estos siete elementos exhibe propiedades intermedias, las cuales
varían de acuerdo al entorno químico o la temperatura. Una de estas propiedades
es la semiconducción, es decir, los metaloides son semiconductores.
Gases
-Helio, He
-Neón, Ne
-Argón, Ar
-kriptón, Kr
-Xenón, Xe
-Radón, Rn
Usos y aplicaciones
La tabla periódica por sí sola siempre ha sido y será, una herramienta de consulta
de los símbolos, masas atómicas, estructuras y otras propiedades de los
elementos. Es de enorme utilidad a la hora de realizar cálculos estequiométricos,
los cuales están a la orden del día en muchas labores dentro y fuera del
laboratorio.
No sólo eso, sino que además la tabla periódica permite comparar los elementos
de un mismo grupo o período. Así, se puede predecir cómo serán ciertos
compuestos de los elementos.
Por ejemplo, para los óxidos de los metales alcalinos, por tener un solo electrón de
valencia, y por lo tanto una valencia de +1, se espera que la fórmula de sus óxidos
sea del tipo M2O. Esto se comprueba con el óxido de hidrógeno, el agua, H2O.
También con los óxidos de sodio, Na2O, y de potasio, K2O.
Para los demás grupos, sus óxidos deben tener fórmula general M2On, donde n
es igual al número de grupo (si el elemento es del bloque p, se calcula n-10). Así,
el carbono, que pertenece al grupo 14, forma CO2 (C2O4/2); el azufre, del grupo
16, SO3 (S2O6/2); y el nitrógeno, del grupo 15, N2O5.
No obstante, esto no aplica para los metales de transición. Esto se debe a que, el
hierro, aunque pertenezca al grupo 8, no puede perder 8 electrones sino 2 o 3. Por
lo tanto, en lugar de memorizar las fórmulas, es más importante atender a las
valencias de cada elemento.
Las tabla periódicas (algunas) muestran las valencias posibles para cada
elemento. Conociendo estas, se puede estimar por adelantado la nomenclatura de
un compuesto y su fórmula química. Las valencias, como se mencionó
anteriormente, se relacionan con el número de grupo; aunque no aplica para todos
los grupos.
Hoy en día la tecnología ha permitido que las tablas periódicas sean más
versátiles y aporten mayor información al alcance de todo el mundo. Varias de
ellas traen ilustraciones llamativas de cada elemento, además de un breve
resumen de sus principales usos.
Con tan solo mirar la tabla periódica, se obtiene una cantidad e información
inmensa de manera rápida y eficaz, como por ejemplo:
– El litio es el mejor conductor de los tres nombrados, seguido por el berilio y, por
último, el boro (semiconductor).