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escribir un prólogo a una obra filosófica. Para justificar esto, pasa a ocuparse de la contraposición
entre el proceso, de una unidad orgánica, y el resultado, de un universal sin vida,incitándonos a la
labor de capturar la viva totalidad: la de un sistema, que sabrá dar cuenta de sí mismo mediante su
propia exposición,pues solo la totalidad es lo verdadero, y en ella cada momento es necesario; un
sistema al que, en consecuencia, no es legítimo anteponer nada, pues siendo el sistema la totalidad,
esta quedaría cancelada en el momento en que algo pudiese en rigor ser ante puesto. Por ello un
prólogo no tiene razón de ser, pues no da cuenta de la totalidad. La verdad se da en la totalidad de la
obra, no puede darse de antemano, por lo que tiene que ser fruto de unaexposición (Darstellung) que
contenga sudesarrollo (Ausführung).
La verdad orgánica la compara Hegel con una planta. El capullo y la flor, la flor y el
fruto,han de ser vistos “en su fluir” como “momentos de una unidad orgánica, en la que,lejos de
contradecirse, son todos igualmente necesarios”, siendo la vida del organismo un todo no reductible
a ninguno de sus momentos.
En vez de ocuparse de la cosa misma, este tipo de saber pasa siempre a otra cosa. Permanece
en sí mismo, en vez de permanecer con ella y entregarse. De esta manera de operar no se logra la
exposición de la cosa. La verdadera figura donde existe la verdad es el sistema científico que le da
fundamento; es el saber real.
Hegel afirma que la verdad solo tiene en el concepto el elemento de su existencia. Por lo que
lo absoluto no puede ser expresado en cuanto sentido ni intuido, sino tan sólo exponerse en cuanto
concebido. El sentimiento y la intuición son descartados por Hegel como medios de conocimiento,
pues si lo verdadero solo existiera como intuición o como saber inmediato de lo absoluto, la
exposición de la filosofía sería lo contrario a la forma del concepto. No se le puede exigir a la
exposición de la filosofía lo contrario a la forma del concepto, es más, Hegel parece decir que no
hay más verdad que la conceptual, es decir, no es que se pueda acceder a lo absoluto mediante la
intuición o el sentimiento y sin embargo ser incapaz de comunicarlo, de exponerlo a los demás, sino
que la simple pretensión de acceder al conocimiento de lo absoluto por cualquier otro medio que no
sea el conceptual, resultará imposible,porque la verdad sólo existe en el concepto y el concepto sólo
existe en la verdad.
Hegel utiliza el ejemplo del parto para para ilustrar el significado de lo que se plantea como
un salto cualitativo. El espíritu se forma a sí mismo del mismo modo en el que un embrión en
gestación se desarrolla lentamente y luego sale a la luz. El espíritu una vez una vez
madurado,alumbrar una nueva figura, que se va gestando siempre en las anteriores. Igual que el
embrión se desprende de la placenta al nacer, la nueva época se desprende de excrecencias
contingentes, pierde una partícula tras otra, la estructura de su mundo anterior, se reestructura
totalmente.
El inicio del nuevo espíritu es el producto de una larga transformación de múltiples formas
de cultura. Es el todo que retorna a sí mismo convertido en el concepto simple. La realidad de este
todo simple consiste en que aquellas configuraciones convertidas en momentos vuelven a
desarrollarse, y da una nueva configuración desde su nuevo elemento.
El para sí quiere decir que su contenido espiritual es engendrado por el espíritu mismo,
autoengendrarse, es el concepto puro. Es el elemento objetivo en el que tiene su existencia en su
existencia. Es para sí mismo objeto reflejado en sí: “El espíritu que así se sabe espíritu es la ciencia.
Ella es su realidad, y el reino que él se construye en su propio elemento”.