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Lectura Distinguida de la SEG

DESGASIFICACIÓN DEL MAGMA Y DEPOSITACIÓN DE MINERALES EN


SISTEMAS HIDROTERMALES A LO LARGO DE LÍMITES DE PLACAS
CONVERGENTES

WERNER F. GIGGENNBACH

Instituto de Ciencias Geológicas y Nucleares, LowerHutt, Nueva Zelanda

INTRODUCCIÓN

Para ser honestos, yo estoy sorprendido por encontrarme a mí mismo ante una
reunión de la Sociedad de Geólogos Económicos – no siendo un geólogo
económico. Y viendo el título de mi artículo, yo no me ofendería si las personas
me dijeran que qué estoy haciendo hablando de algo de lo que no se nada.
Después de escuchar algunas de estas conversaciones de la tarde, sin embargo,
es claro para mí que no podría ser el único. Con esto no me refiero a que los
oradores anteriores eran ineptos, pero que todavía hay un buen número de
problemas básicos que tienen que ser resueltos antes de que podamos decir con
seguridad, que sabemos que estamos en un sistema hidrotermal. Y con básico,
me refiero a básico.

El título de mi charla menciona dos procesos: la desgasificación del magma, la


cual tuve que estudiar, desde el punto de vista de los gases, por más de 20 años,
y la depositación de minerales, algunas veces tuve que frotar mi nariz dentro de
las cercanía de algunos de los más grandes monstruos de oro como Kevin
Brown, Jeff Hedenquist, Dick Henley, y Terry Seward. Yo mismo tuve, en muy
poco, declarar el oro como una palabra de cuatro letras y había jurado nunca
usarlo en ninguno de mis artículos, junto con otras como el zinc y el plomo. Ahora
que lo anterior se ha dispersado, cada cual en su rincón del mundo, yo pienso
que soy libre de reconsiderar mis anteriores compromisos.

Cuando me uní a la desaparecida DSIR en 1968. Pienso que fue en la mitad del
periodo “neptunico” la interpretación de procesos en sistemas hidrotermales.

En la base de las mediciones isotópicas, Craig (1963) tuvo que sugerir que por
mucho, las mayores proporciones de agua en descargas hidrotermales son de
origen meteórico loca, Jim Ellis y Tony Mahon (1964) tuvo que encontrar la
mayoría de los constituyentes químicos de aguas geotermales que podrían
fácilmente ser lixiviadas desde las rocas ígneas y sedimentarias. En otras
palabras, la gente pone en un aspecto algo “gracioso” el deber invocar un origen
magmático para algunas de las cosas que se encontraron en las muestras de
uno.

A los pocos años de llegar a Nueva Zelanda, me involucré con el monitoreo


químico de dos de los volcanes más activos de allí: Isla Blanca y las Montañas
Ruapehu. Estos fueron indudablemente, sistemas cerrados asociados con la
actividad magmática, la gente ha tenido que “ver y sentir” esto. Las aguas
obtenidas en ellos eran, por supuesto, muy diferentes a las que se encuentran
en los sistemas geotermales y dispusieron, al menos provisionalmente,
considerar un origen magmático de algunos de los constituyentes. Después de
años de mucha observación, se hizo evidente que la Isla Blanca pasó a través
de ciclos. Seguido de un periodo de altas temperaturas a principios de los
setenta, la mayoría de las fumarolas se enfriaron bajo y a principios, de las
descargas de vulcanismo típicas, caracterizados por gases con SO 2 como la
mayor especie que contiene S, con muchos de HCl, y muy poco CH4, revertido
lentamente a descargas “geotermales” con H2S como la mayor especie de S,
muy poco HCl y mas CH4(Giggenbach, 1987). Si dicha transición podría tener
lugar en un sistema magmático, por qué no podría este también suceder de otra
manera, menos obvia del sistema “magmático” de todos modos?, la Isla Blanca
comienzó a convercerme de que las contribuciones magmáticas de descargas
“Geotermales” tal vez son mucho más importantes que lo asumido
generalmente. Por comparaciones de las composiciones químicas e isotópicas
del volcanismo con descargas geotérmicas, surgieron pronto indicadores que
mostraban que incluso el sistema geotermal no era obviamente asociado con
volcanes activos que podrían contener una considerable proporción de
constituyentes magmáticos.

Figura 1. Arreglo esquemático de las zonas de alteración en un sistema típico de depósitos


minerales de“baja sulfuración”, tipo pórfido.
Mientras tanto otro grupo de personas, llamadas geológos, cerca a los sistemas
hidrotermales desde el lado opuesto, la del mineral o incluso la de los depósitos
mena, encontraron evidencia convincente del incremento de una conección
magmática. Pero la forma, de acuerdo con Noel White (pers. Commun), un
depósito mineral se convierte un depósito mena solo si las personas están
preparadas para comprar acciones en ella. Con el fin de no comprometerse
demasiado a sí mismos, el compromiso de la fraternidad geológica de la causa
magmática usualmente consiste artísticamente de más o menos flechas mágicas
que marcan el “fluido magmático” o incluso más específico “la entrada
magmática” apuntando hacia arriba de algunas regiones inferiores donde
cualquier cosa podría suceder. Las figuras 1 y 2 representan fotografías
compuestas de dos de los mayores tipos pretendidos de estos sistemas
magmático – hidrotermales, denominado por el momento, por geólogos: “baja
sulfuración” y “alta sulfuración” (Bonham , 1986; Hedenquist, 1987; White y
Hedenquist, 1990). Los químicos pueden haber llegado con una clasificación de
estos sistemas dentro del sistema “cercano – neutro, reducido” y “altamente
ácidos, oxidados” y asociado a los posibles fluidos maduros e inmaduros, o
“existentes” y “virulentos” (Reyes, 1990, 1991). Quiero irme a la generación
futura para encontrar los términos más adecuados. Actualmente, no estoy
seguro de lo que se refiere el término “baja sulfuración”. Aquí lo aplicaré a ambos
sistemas epi y mesotermal, incluyendo depósitos de metal en pórfidos.

De cualquier forma, ambas figuras 1 y 2 tienen sus flechas “magmáticas” en el


lugar. En esta charla voy a intentar colocar algo de interés en ello, delineando la
posibilidad que envuelve el origen del “fluido”, su evolución química en sistemas
hidrotermales, y el efecto de varios modelos de desgasificación del magma en
depósitos minerales. La mayoría de pedazos y piezas que estoy presentando
aquí se han tomados de un amplio inventario de estudio tempranos y modelos
de estos sistemas, como aquellos de Bunsen (1847), Krauskp`f (1957), White
(1957), Lowell y Guilbert (1970), Holland (1972), Sillitoe (1973), Whitney ( 1975),
Cathles (1977), Henley y McNabb (1978), Bethke y Rye (1979), Burnham (1979),
Skinner (1979), Henley y Ellis (1983), Sillitoe y Bonham (1984), Eugster (1985),
McKibben y Elders (1985), Hayba et al. (1986), Stoffregen (1987), Hedenquist
(1987), White y Hedenquist (1990), Candela (1991), y Hemley y Hunt (1992), por
nombrar algunos. Lo que estoy intentando hacer es pegarlas juntas con algún
pegamento extraído de los análisis químicos e isotópicos de toda una pila de
muestras de agua y gas geotermal y volcánico. Habiendo trabajado ahora en
Nueva Zelanda por más de 20 años, en el borde de placas convergentes y en el
extremo Suroeste del cinturón de fuego alrededor del Pacífico, mi experiencia
está algo marcada por esta estrecha asociación con sistemas hidrotermales
típicos de ese tipos de ambientes tectónico.
Naturaleza y Origen de los Constituyentes Magmáticos

Por mucho, la evidencia más convincente de una gran parte de origen no


magmático de aguas geotermales fue previsto por el descubrimiento de Craig
(1963) en el que todo el agua disponible para él, tenían el mismo contenido de
Deuterio (D) en el agua subterránea local. Si uno o incluso muchas aguas
“magmáticas” existentes, podría ser demasiada coincidencia si todo su contenido
D fuera a coincidir con estas aguas locales subterráneas. Durante las primeras
investigaciones de la composición isotópica de las descargas de vapor de altas
temperaturas de las fumarolas de la Isla Blanca (Stewart y Hulston, 1975), el
contenido D y 18º define una tendencia que sugiere la formación a través de la
evaporación equilibrada de una salmuera derivada de agua de mar. Seguí en la
colección de fumarolas condensadas y encontré una tendencia similar, pero una
que apuntaba a la existencia de un alto enriquecimiento de 18O y miembro
componente con un contenido D en las cercanías de 20 por mil. Este contenido
de D era bastante diferente al de las aguas meteóricas locales. No tomé mucho
aviso y el pensamiento justo, es una de las cosas. Pero cuando en 1976, al
momento de la jubilación de Athol Rafter, HitoshiSakai visitó Nueva Zelanda, el
trajo consigo algunos datos preliminares de la composición isotópica del vapor
de fumarolas condensadas de volcanes Japoneses (Sakai y Matsaubaya, 1977),
y hubo de nuevo este miembro extremo de agua D= - 20 por mil y 18º > +5 por
mil. Ambos estuvimos de acuerdo que debía haber algo en este tiempo de un
componente común al miembro final, alguna especie de “agua andecítica”

Figura 2. Arreglo esquemático de zonas de alteración típicas en alta y baja sulfuración de


depósitos minerales hidrotermales. La kaolinita es tomada para representar el empobrecimiento
de cationes de Al Silicatos.

Yo sólo creía en la mitad de mi mismo y seguía en la interpretación de los


llamados cambios de oxígenos exclusivamente en cambios isotópicos entre el
agua subterránea local y la roca, aunque no encajaba, como el Broadlands,
ahora Ohaaki (Giggenbach, 1971). A medida que fui envolviéndome más y más
en la exploración de proyectos geotermales en Latinoamérica y otros países
alrededor del Pacífico, se hizo claro los cambios horizontales de 18O eran
actualmente la excepción y no la regla. Excepto por El Tatio (Giggenbach, 1978),
donde los cambios de oxígeno también estaban usualmente acompañados por
cambios positivos de deuterio (D). La magnitud de los cambios de D para estos
sistemas de latitudes van de bajas a intermedias, sin embargo, eran demasiado
pequeños para permitir una asignación inequívoca a una causa o proceso
común.

Los datos más recientes se hicieron disponibles para las fumarolas condesadas
de volcanes a muy altas latitudes, tales como los del volcán de San Agustín en
Alaska (Viglino et al., 1985) y volcanes en la Península Kanchatka (Taran et al.,
1989). Representando estos datos, junto con aquellos de las descargas de otros
sistemas geotermales y volcánicos a lo largo de límites de placas convergentes,
como se muestra en la figura 3, esto se hizo evidente que todos siguieron
tendencias similares que corresponden a mezclas de aguas subterráneas
locales con un sorprendente miembro extremo uniforme de aguas con un
contenido 18O correspondiente a alrededor de +10 por mil, y a contenidos de D
de -20 por mil.

Figura 3. Contenido de Deuterio Vs 18O de agua geotermales y condensados volcánicos, junto


con asociación de aguas subterráneas locales. Datos de Giggenbach (en prensa)

Ahora, si aceptamos que existe un miembro de agua de extremo común, esta


composición global uniforme puede ser explicado sólo en términos de aguas
fuentes también con composiciones isotópicas globales uniformes. Esto incluye
inmediatamente cualquier agua meteórica o aguas derivadas de ello. La fuente
más obvia de agua global uniforme es, de fuente, agua marina. Este valor D es
por definición 0 por mil. En orden para reducir a -20 por mil, tendría que ser una
mezcla con otras aguas con un global uniforme, pero inferior, contenido de D. Un
candidato posible es “el agua magmática primaria” o mejor, agua disuelta en el
manto. Esta composición isotópica ha sido sugerida para estar en la vecindad de
-65 ±15 por mil (Sheppard et al., 1969; Taylor, 1989). Mezclando esto con un
“cambio” de agua de mar, como muestra la figura 3, en la proporción 1 a 2
posiblemente podría conducir a la formación de un agua con D=-20 por mil. El
mantenimiento de una relación de mezcla precisa de aguas de extensa variación
de ambientes geológicos y tectónicos, sin embargo, parece muy poco probable.
En un documento presentado hace más de un año (Giggenbach, en prensa), y
por ahora escudriñando por más de una docena de colaboradores, yo propongo
estas aguas andecíticas para representar el reciclado esencial del agua de mar,
que lleva a las zonas de generación de arcos magmáticos por la placa
subducida. Todo el proceso es ilustrado en la figura 4.

Figura 4. Derivación de “aguas andecíticas”. Composiciones isotópicas que son las de


hidrogeno en el agua respectiva.

El agua de mar puede entrar en la zona de subducción en tres distintas formas


isotópicas esenciales: la formación de minerales hidratados incorporados dentro
de aguas marinas manejadas por sistemas de aguas hidrotermales a lo largo de
las dorsales centro – oceánica, unido a arcillas pelágicas , y como agua de los
poros (Peacock, 1990). El primer proceso que envuelve bastantes altas
temperaturas y conduce a la formación de anfíboles, zeolitas, cloritas, y
serpentinita con fraccionamiento típico de D en los alrededores de 60 por mil,
que son, la de los minerales que son isotópicamente empobrecidos por estos
valores con respecto al agua de mar (Cole et al., 1987). Incorporado dentro de
arcillas sedimentarias es acompañado por un menor fraccionamiento de D de
alrededor de 30 por mil (Liu y Epstein, 1984), mientras que del agua en los poros
de puede esperar que retenga dicha composición isotópica. En “
aguasandecíticas” con un valor de D de alrededor de -20 por mil que podría
simplemente representar las mezclas de estas aguas aunque en proporciones
estrechamente definidos. La posibilidad más probable es la formación de aguas
andesíticas preferencialmente de la fracción de sedimentos arcillosos
(Giggenbach, en prensa). Las arcillas marinas son llevadas del tope de la placa
de subducción y, dependiendo del ángulo de subducción, variando la proporción
podría rasparlo para formar el prisma de acreción. Una fracción considerable de
sedimentos subducidos, de todos modos, puede alcanzar el ambiente del manto.
Allí, ellos están expuestos desde el principio al calentamiento por conducción de
la cuña mantélica que lleva a la movilización preferencial de sedimentos volátiles
y su incorporación creciente dentro de los magmas andesíticos. La mayor
asociación de aguas profundas enterradas con basaltos hidratados podría
alcanzar niveles más profundos para reponer los reservorios de agua del manto
con este bajo contenido de D.

La exolución de agua del magma es acompañado por menor pero significante


fraccionamiento isotópico (Taylor, 1986). Asumiendo un valor razonable de
alrededor de 20 por mil, la evolución del contenido de D durante la exsolución
corresponde a tendencias representadas en la figura 5. Se distinguen dos
procesos de desgasificación: sistemas cerrados de desgasificación
generalmente regidos bajo el fraccionamiento de vapor – líquido (Taylor, 1986),
y el sistema abierto de desgasificación típica de desgasificación superficial
durante las erupciones. En ambos casos, el vapor “temprano” -producido por la
fusión de pequeñas relaciones de volumen (Rv) – es enriquecido en D por el
valor del factor de fraccionamiento. Los valores de Rv de 0.01 en adelante,
significan cantidades de agua que son transferidas de la fase vapor y ambos
contenidos de D del vapor y la disminución de la masa fundida residual. . Estas
disminuciones son mucho másrápidas en el caso de sistemas de desgasificación
abiertos, y los contenidos D para el vapor y el fundido residual pueden alcanzar
valores muy bajos. Los contenidos D de agua en lavas andesiticas de erupción,
improbablemente son representativas de aquellas de los magmas parentales
originales. En los casos de sistemas de desgasificación cerrados subterráneos,
el contenido D de vapor alcanza al del agua disuelta en R, valores >1,0, esto
ocurre cuando los volúmenes coexistentes de vapor y fundido se vuelven casi
iguales. El rango de valores del δD generados por este proceso con los
delineados por las composiciones isotópicas de las aguas volcánicas y
geotermales son mostrados en la figura 3.
Figura 5. Variación en valores de D de aguas en coexistente fundido y vapor como una función
de las relaciones vapor/fundido Rv, para sistemas de desgasificación abiertos y cerrados

El agua no es el único volátil presente en los sedimentos subducidos. Otra gran


fuente de volátiles es el carbón sedimentario (Peacock, 1990). Su remobilizacion
puede dar origen a un incremento de contenido de CO2 de los vapores
andesiticos. Una comparación de los contenidos relativos de H2O Y CO2 de
volátiles no contaminados y contaminados por sedimentos subducidos es llevado
a cabo por el uso de la figura 6. Los vapores no contaminados se asume que son
representados por los volátiles asociados con magmatismo basáltico, como es
extraído de Mid-Atlantic Ridge “rocas estalladas” (popping rocks) (PR; Javoy y
Pineau, 1991) y descargado de las fumarolas de alta temperaturadentro de la
caldera Sierra Negra (SN) en el punto caliente de los Galápagos (W.F.
Giggenbach y R.J. Poreda, in prep). Los vapores “contaminados” son
representados por gases recolectados de las fumarolas de alta temperatura
(>300˚C) en los volcanes andesiticos Satsuma Iwojima (SI) y el Monte Usu (MU)
en Japon; la Isla Blanca (WI) y Ngauruhoe (NG) en Nueva Zelanda; Papandayan
(PP) en Indonesia; y la isla Vulcano (VU) en Italia (Giggenbach et al, 1990).
Figura 6. Contenidos relativos de He, H2O y CO2 para vapores asociados con magmatismo
basáltico y andesitico. Información para volcanes andesiticos de Giggenbach et al. (1990).

Todas las muestras muestran tener radio 3He/4He mas de cinco veces que
aquellos en el aire, indicando que el He es esencialmente de origen del manto.
Por lo tanto el Helio podría ser usado como una referencia para medir otras
contribuciones del manto al gas magmático. A pesar de que se deriva de dos
ambientes tectónicos muy diferentes, un ridge mediocoenaicoy un punto
caliente, las composiciones de los dos gases “basálticos” son muy similares, con
un radio de H20/He promedio de 26,000 y un radio CO2/He de 30,000. Los
promedios de los seis gases “andesiticos” son casi cien veces más altos para
H2O/He a 2,720,000, y algunos cinco veces más altos para CO2/He a 150,000.
Todas estas muestras son de fumarolas de alta temperatura (>400˚C); la dilusion
por el enfriamiento de la corteza o por las aguas subterráneas, por lo tanto, solo
pueden ser menores. La consistencia interna de los patrones sugiere que los
“Vapores Andesiticos” tienen intrínsecamente contenidos más altos de H2O y
CO2. Las fuentes más probables de estos excesos de H2O y CO2 son, otra vez,
los sedimentos marinos subducidos.

Otro constituyente ubicuo de las descargas de vapor volcánicas y geotermales


es el N2. En 1978 Matsuo et al. Atribuyo los grandes aumentos de los radios de
N2/Ar (>500) con respecto al aire (83) a la adición de N2 de los sedimentos
subducidos. Comparando los contenidos relativos de N2, He y Ar para los
vapores basálticos y andesiticos (figura 7), los dos grupos puede mostrarse que
ocupan posiciones diferentes (Giggenbach 1992). De nuevo los radios N2/He
para los vapores andesiticos son considerablemente más altos (>1,500) que
aquellos de los vapores basálticos (<250). Aceptando que todos los contenidos
de exceso de H2O, CO2 y N2 son derivados de los sedimentos subducidos, solo
aproximadamente el 1% de agua y <20% de CO2 y N2 en los vapores asociados
con magmatismo andesitico son de origen del manto.

FIGURA 7. Contenidos relativos de N2, He y Ar para vapores “andesiticos” y


“basálticos”. Información de Giggenbach (1992).

Debido a la participación de grandes proporciones de constituyentes marinos


subducidos, una parte considerable del S y Cl en las descargas de vapor de los
volcanes andesiticos es probable que sean de origen similar.Una vez que son
arrastrados dentro del magma andesitico en ascenso los volátiles van a
reaccionar unos con otros y la roca en respuesta a la disminución de las
temperaturas y presiones va a producir una variedad de gases encontrados en
la superficie en áreas volcánicas y geotermales.

EVOLUCION QUIMICA DE LOS VOLATILES

La asociación cercana de sistemas geotermales con sistemas volcánicos ha sido


reconocida por mucho tiempo (Bunsen, 1847). En 1957, White provee una
clasificación de los tipos principales de aguas volcanogenicas y sugirió procesos
que podrían contar para sus diferencias composicionales. Las dos variables
químicas principales controlando la composición de los fluidos acuosos y su
interacción con la roca son el potencial redox y la acidez. Yo uso el término
“fluido” de mala gana (reluctanly), ya que su uso indiscriminado es uno de los
indicadores de que alguien no conoce de lo que está hablando, o no puede
hacerse a la idea de si es vapor o líquido. De todas las posibilidades uno debería
usar los términos más específicos de “liquido” o “vapor”; después de todo, ellos
tienen propiedades muy diferentes y se comportan muy diferente. Usted puede
notar también que yo uso la expresión de alguna manera vaga “potencial redox”
y “acidez” cuando yo pude haber usado por ejemplo fo₂ y pH, términos que tienen
un muy distinto sino un distinguido anillo sobre ellos.

Cuando acepte la invitación a dar esta charla, le pregunte a SEG de que quería
que hablara, y ellos contestaron: cualquier cosa que quieras, esta es tu
oportunidad para sacarte las cosas del pecho, cosas que nunca dirías en un
paper formal (también, claro, generando una excelente oportunidad para hacer
un idiota de mí mismo). Si ellos solo hubieran sabido. Uno de ellos esta
“peleando” el uso de fo₂ y variables del mismo tipo, como fs₂, Eh, en conexión
con los sistemas hidrotermales. Ustedes se preguntaran, por que molestarse,
después de todo ellos son solo parámetros de ordenamiento convenientes,
“variables maestras”, muy útiles en la representación de la estabilidad relativa de
fases minerales y otras.

Que importa si hay solo aproximadamente una décima de una molécula de O2 e


un kilómetro cubico de agua en equilibrio con las rocas de la corteza a 250˚C?
que importa, nosotros deberíamos usar tanto radios praseodimios (II/III),
termodinámicamente todos ellos son equivalente. La cosa es, por supuesto, que
nosotros estamos haciendo geoquímica y no termodinámica, y la termodinámica
es solo una herramienta para ser adaptada a nuestras necesidades y no al
contrario. Nosotros queremos encontrar quien hace que a quien y cuando, y el
O2 no hace nada, a nadie, nunca, en tu sistema hidrotermal promedio. Pero la
gente argumenta que lo podemos medir, tenemos, por ejemplo, electrodos que
responden a este. A quien están intentando engañar? Estos electrodos no miden
el fo₂. Quiero mirar un electrodo que sea capaz de sentir una décima de una
molécula de O2 en un kilómetro cubico de solución. Lo que ve, es probablemente
fh₂, el Fe (II)/Fe (III) o el radio de actividad Mn(II)/Mn(III), pero no fo₂. Entonces
por que usar algo sin relevancia? Están nuestros cerebros tan corroídos por la
termodinámica o estamos tan cegados por la aparente elegancia, o más bien
arrogancia de estos conceptos? Como con cualquier otro set de principios,
sistemas de creencia, religiones, la termodinámica, si se le presiona demasiado,
puede perder su contacto con la realidad y convertirse en un sinsentido. La
termodinámica simplemente no se preocupa sobre los átomos y la cinética, la
vida real es todo átomos y cinética.

Y esto sí importa. Solo ayer, fui a un conversatorio donde se discutía que la


principal ventaja de usar fo₂, incluso en sistemas diageneticos de bajas
temperaturas, es su fuerte dependencia a la temperatura. Estoy completamente
de acuerdo, el fo₂ puede ser el perfecto geotermómetro, si este pusiera ser
medido. Cualquier temperatura más baja (<500˚C) del fo₂, de cualquier manera,
es siempre obtenido solo indirectamente mediante el uso de una reacción de
conversión como
(1)

Expresando el potencial redox en términos de fo₂, nosotros simplemente


multiplicamos en el paso de dependencia de temperatura en una reacción de
conversión y nada se gana. Es lo mismo que mirar dentro de tu billetera con unas
magníficas gafas y pensando que tienes más dinero.

El uso de estas variables maestras y a menudo es solo un copout y otro buen


indicador de que la gente no sabe lo que realmente está pasando, en este caso
cuales variables realmente controlan el potencial redox o la acidez. Es muy fácil
decir: cuando el fo₂ o el pH suben o bajan, esto o esto otro pasa, pero eso no le
dice a uno como, que y cuando. Para obtener estas respuestas tenemos que
escribir nuestras reacciones en términos de los reales participantes de las
reacciones. El uso de participante de reacciones inexistentes y prácticamente
irrelevantes es probablemente justificado si vemos las ecuaciones químicas solo
como balances energéticos y descuidamos el carácter dualista de la ley de
acción de masas, de acuerdo a la cual, una ecuación química es siempre
también un balance de masas. La reacción

Puede proceder en contacto con el aire, pero no profundidad dentro del sistema
hidrotermal; hace

Después de todo este ruido, es probable que ahora yo les muestre cuales
variables usar y donde encontrarlas. La naturaleza solo revela sus secretos si le
preguntamos las preguntas correctas y escuchamos, y escuchamos en medios
de muestreo geoquímicos, analizando y graficando. Antes de ir más lejos, puedo
permitirme ofrecer algunas recetas para escuchar de manera exitosa. “graficar”
(plotting) puede estar basado en información como medida, corregida por errores
obvios, pero por otro lado sin comprometerse con asuncionesfrecuentemente
injustificadas. El uso de reacciones de conversión para convertir una variable
medida a una intelectual, apelando a las “variables maestras” está siempre
basado en la asunción implicada de que todos los participantes de la reacción
estaban en equilibrio en alguna etapa y que ellos están todavía presentes en
proporciones representativas de este equilibrio hipotético, lo cual no está del todo
garantizado. Las variables medidas y la teoría deberían mantenerse
estrictamente separadas. Esto está mejor realizado eligiendo graficas con
coordenadas representativas solo con valores medidos o al menos
cuantificables, como concentraciones y temperaturas, y juntando toda la teoría
en un espacio definido por las coordenadas. También, uno podría tratar de
preservar la identidad de cada variable medida tanto como sea posible, mediante
la elección de combinaciones que al menos incluyan dos variables, como lo hace
un radio. Los radios también tienen grandes ventajas por no tener dimensiones
y por lo tanto ser independientes de las concentraciones absolutas. En el caso
de la combinación, frecuentemente dinámica, sistémica, geológica de más de
dos variables dentro de una concentración compleja o cocientes de actividad
aumentan en gran medida la incertidumbre en la relevancia de los valores
obtenidos. Un ejemplo típico es la reacción Fischer – Tropsch de acuerdo a:

CO2 puede ser controlado por la formación de calcita a niveles más profundos,
el He por la interacción son el Fe(II)/Fe(III) de la roca hasta niveles bastante
superficiales, donde el CH4 puede resultar de la descomposiciónde sedimentos
en un ambiente completamente diferente. Formado los complejos cocientes de
concentración presupone que todos los 4 componentes están
presentes en nuestra muestra en cantidades representativas de alcanzar el
equilibrio en alguna etapa. Tal como se midieron, ellas probablemente nunca
están y nunca estuvieron en equilibrio. Aquí, tengo que confesar los pecados de
mis años más jóvenes y menos iluminados (Giggenbach, 1980). Entonces, cual
es el uso de una “variable maestra”? Con estos detalles menores claros,
podemos tratar de encontrar lo que está ocurriendo “realmente”.

Como los cocineros de la televisión, yo tengo todos los ingredientes listos en


pequeños cuencos y podemos prescindir de los preliminares, como el muestreo,
análisis e interpretación. Para hacer la última, es usualmente una buena política
mirar el comportamiento de la especie principal primero. Después de todo, ellas
son las que más parecen ser parte de los principales sistemas de
amortiguamiento o de dominar el ambiente químico. En el caso de los gases
volcánicos, ellos son, después del agua, CO2, sulfuros es sus varios estados de
oxidación y HCl. En la figura 8, los grafique en términos de valores relativos de
H2O-HCl versus valores relativos de SO2-H2S para descargas volcánicas de
vapor de White Island, Nueva Zelanda (Giggenbach, 1987) y otros volcanes
mencionados anteriormente (Giggenbach et al., 1990). Hay por supuesto
docenas de otras formas de graficas estas composiciones químicas. La ventaja
principal de graficar las concentraciones involucradas o fracciones molares,
como en la figura 8, sobre las gráficas de radio es la posibilidad de graficar
componentes puros, ya que ellos tratan todas las cuatro variables igualmente y
ninguna tiene que jugar como denominador. También, dos componentes
mezclados están siempre representados por líneas rectas.

FIGURA 8. Imagen de Vs para vapores de


volcanes andesiticos. Información de Giggenbach (1987) y Giggenbach et al. (1990).

Los vapores geotermalesestán representados por solo un punto en la esquina


superior derecha del diagrama, ya que ellos usualmente no contienen SO2 y HCl.
Los vapores volcánicos de alta temperatura (>300˚C) ocupan posiciones en el
sector inferior izquierdo reflejando su naturaleza altamente oxidada, los otros con
más del S reducido a H2S, a una menor perdida de HCl. Es obvio que los dos
procesos principales responsables de la conversión de “fluidos” volcánico-
magmáticos a geotermales, remoción de HCl por conversión a un metal cloruro
y reducción de SO2 a H2S, pueden operar muy independientemente, pero al final
proporcionan el mismo resultado: La formación de “fluidos” geotermales
reducidos casi neutrales.

El HCl es un ácido fuerte y el proceso más probable que lleva a su remoción es


la neutralización con componentes oxidicos de la fase de roca. Como se
mencionó arriba, los procesos geoquímicos están mejor evaluados en términos
de reacciones que involucran los participantes de las reacciones actuales y en
base a variables adimensionales, tales como relaciones de concentración. Las
variables a ser combinadas con mHCl para formar una relación también debe ser
un componente importante en el sistema. En el presente caso, el más
adecuadoes mKCl. Una representación gráfica de las posibles reacciones de HCl
con los minerales de la fase de roca para formar KCl, como una función de
temperatura, es dada por la figura 9. Esta es basada en los datos reportados por
Sverjensky et al. (1991).

En una investigación anterior (Giggenbach, 1984), el proceso es regido por dos


limitantes, la interacción de los compuestos volátiles magmáticas con rocas de
la corteza se sugirieron para corresponder a la disolución isoquímica inicial de la
roca por las aguas altamente agresivas formados a través de la absorción de los
compuestos volátiles en la circulación de aguas subterráneas profundas y para
el equilibrado eventual de estas aguas con una asociación mineral resultante
de la recristalización isoquímica de la roca original. En sistemas hidrotermales,
el proceso general consiste esencialmente en la conversión del marco de los
silicatos, como feldespatos, a capas de silicatos, tales como micas y arcillas.

En la figura 9, las trayectorias son mostradas representando de estos dos


procesos miembro-extremo. Asumiendo que los gases, liberados a
temperaturas magmáticas, son absorbidos directamente en el agua subterránea
más fría, sin ninguna interacción adicional con la roca, las relaciones de HCL /
KCL magmáticas se mantienen y la trayectoria de enfriamiento corresponde a la
trayectoria horizontal (a). Por otra parte, si el vapor expulsado sube más
lentamente en contacto con la roca y el equilibrio suficiente, el aumento de
cantidad de HCl se convierte en los cloruros alcalinos mediante la interacción
con feldespatos para formar silicatos estratificados de acuerdo a:

Y el sistema puede seguir otro camino tal como (b). Para las soluciones restantes
en equilibrio completo con la roca, la relación de HCl / KCl cae desde el valor de
alrededor de 0,1 a 600 ° C, a 0,01 a 500 ° C, 0,001 a 400 ° C. A 100 ° C, > 99,9
por ciento del HCl inicial se convierte en un cloruro de metal (metal chloride). Las
aguas resultantes son Aguas Cl neutrales típica de los sistemas geotérmicos
"maduros", el recorrido de (d)

En el caso de las aguas rápidamente enfriadas, altas relaciones iniciales HCL /


KCl son preservadas y las aguas llegan a ser altamente reactivas con respecto
a la alteración de roca primaria. Correspondientes productos de alteración son
minerales altamente empobrecidos en cationes tales como pirofilita y caolinita.
Para acidez suficientemente alta, el proceso puede llevar a la lixiviación de
cationes completa con solamente sílice de remanente. A concentraciones
suficientemente altas de sulfato, alunita se formará a partir de soluciones incluso
altamente ácidos. En la naturaleza, la interacción real con la roca puede seguir
una trayectoria intermedia, tal como (b) que cruza los campos de estabilidad de
micas, como se muestra.

Figura 9 también proporciona una buena ilustración de la necesidad de


seleccionar las variables más relevantes. Usando HCl y KCl, las especies
realmente consumidas y producidas, se puede hacer una evaluación cuantitativa
intermedia del proceso. Otra variable popular en la construcción de diagramas
de estabilidad termodinámica es la relación de actividad aH + / + aK.
Correspondiente a los límites de estabilidad, de acuerdo con Sverjensky et al.
(1991) también se muestran en la figura 9 mediante líneas de trazos. El cambio
en aH + / + aK es mucho más pequeño para la interacción de equilibrio completo
a lo largo del límite feldespato-mica de aquel en el mHCl / mKCl. Esto puede ser
interpretado erróneamente en el sentido de que la interacción de las aguas
acidas volcánicas con las rocas es acompañada por solo pequeñas
acumulaciones de alteraciones, pues el radio de actividad de los reactantes
permanece casi constante. A temperaturas > 300 ºC. Los ácidos son cada vez
más asociados y H+ se convierte en un participante muy poco importante, en la
reacción "real" inadecuado para ser utilizado.
Únicamente sobre la base de la figura 9, la interacción de las sustancias volátiles
originalmente magmáticas con roca a temperaturas más bajas es capaz de
generar una amplia gama de entornos geoquímicos dependiendo de la
temperatura y la duración de la interacción con la roca en contacto.

Figura 9. Estabilidad de Silicatos de Aluminio como función de la temperatura y LHK= Log... de


acuerdo a Sverjensky et al. (1991). Lineas de trazo puntado representan las trayectoris
discutidas en el texto.
Según la figura 8, el otro proceso importante de transformación de volátiles
magmáticos a fluidos geotérmicos, es la reducción de SO2, y otras especies de
azufre (S) oxidadas, a H2S. Una vez más, mediante la definición de una variable,
con participantes de reacción reales y medibles, H2 y H2O, los procesos
limitantes que regulan las reacciones de reducción (redox) en el sistema
volcánico resultan ser equilibrados con el mayor par reducido (redox) de la fase
de vapor H2S-SO2, y con Fe (II ) -Fe (III) (Hierro ), en el sistema principal de
reducción (Redox) de la fase de la roca (Giggenbach, 1987).
En los sistemas hidrotermales de temperaturas más bajas, el SO2 puede
desproporcionarse en H2S y especies de sulfato reducidas (taponando, buffers)
es probable que sea debido a estas especies, como se muestra en la Figura 10.
Fue dibujado por el uso de los datos termodinámicos para los minerales
proporcionados por Bowers et al. (1984) y para las especies de soluto por Murray
y Cubicciotti (1983).

Dependiendo el grado de neutralización de las soluciones, las líneas de tampón


(buffers )de H2S-sulfato se mueven con la disminución de la acidez a valores
más altos de Rh = log (FH2 / FH2O) = Log (XH2 / xH2O), donde fi y xi son las
fugacidades o en fase de vapor concentraciones de las especies i. La eficiencia
óptima de un tampón (buffer) se consigue cuando ambos componentes están
presentes en cantidades comparables, no las actividades.Sin embargo, las
líneas que se muestran en la figura 10 se basan más relaciones de actividad
"fácilmente" estimados. La aceptación de estas líneas para reflejar las
tendencias de taponamiento, una serie de trayectorias probables, tomada por
mezclas de fluidos durante su ascenso desde un ambiente magmático a la
superficie, se puede dibujar (Giggenbach, 1991).

Una vez más, suponiendo que el vapor liberado del magma que se enfría
rápidamente, sin interacción significativa con la roca, el potencial redox se
determina por el equilibrio interno entre los componentes de la fase de fluido y el
sistema se mueve hacia abajo de la línea de "tampón de gas".A temperaturas
más bajas, H2SO3 se desproporcionada en H2S y una especie de sulfato. Las
posiciones de las líneas de actividad H2S-sulfato dependen del grado de
neutralización de las soluciones. Sus direcciones generales, sin embargo, siguen
siendo similares y el camino de un fluido ascendente cambiará de la tendencia
marcada por la memoria intermedia de gas a una paralela según la actividad
H2S-sulfato, siendo isocontornos (b) o (C).
La figura 10 también contiene los límites de estabilidad para una serie de
minerales. La Alunita es probable que se forme solamente a valores muy bajos
de humedad relativa y por tanto, sólo a partir de soluciones que enfrían
rápidamente, como los generados por la absorción de vapores volcánicos en las
aguas subterráneas poco profundas o lagos de cráter. Ruta
(a). La coexistencia de pirita y alunita en el yacimiento de "alta sulfuración"
Summitville a temperaturas de 250º C (Stoffregen, 1987) fija su posición en la
figura 10. En el caso de las aguas más lentamente crecientes, la acidez puede
reducirse lo suficiente para permitir anhidrita para formar la (ruta b) Aún más
lentamente crecidas las aguas iniciales dejan una zona de la formación de un
mineral de sulfato y la mayoría del S (Azufre) se deposita en forma de pirita (ruta
c). En los valores de Rh> -4, la capacidad de tampón del sistema H2S-SO4 está
muy deteriorado, como mucho, la mayor parte del SO4 se convierte en H2S, y
las soluciones no debería tener problemas para alcanzar el equilibrio total con el
Fe (II) -Fe (III) "roca tampón".La presencia tanto de pirita y pirrotita a 300ºC
coloca el punto para el sistema geotérmico Ohaaki justo en la línea de roca
tapón. Puede que haya llegado a esta posición por la siguiente ruta (d).

Figura 10.sistemas tampón que controla el potencial potencial redox, Rh = log (FH2 / FH2O),
como una función de la temperatura. Líneas de puntos y trazos representan vías de solución
como se explica en el texto.
Se asignan comparativamente posiciones bien definidas para estos sistemas, sin
embargo, es muy engañoso. Dentro de cada uno de estos sistemas,
microambientes, es probable que existan valores que abarcan toda la gama de
Rh, desde altamente oxidante para un completo equilibrio con la roca tampón.
Todo el conjunto de procesos que tienen lugar pueden ser comparados con un
juego de tenis los dos jugadores representados por los dos buffers (tapones)
principales. Un subsistema dado puede representar la bola que se mueve entre
los dos, con la termodinámica proporcionando las reglas y la masa equilibra las
líneas en el suelo. Cualquier sección delgada de una roca tomada desde
cualquier lugar dentro del sistema, puede contener una serie de "instantáneas"
de la posición de la bola en uno u otro lugar. A ventileos puede en algún momento
ser expuesto a un buen flujo de fluido, registrando de este modo los procesos de
alteración "fluido dominado". Una vez que se bloquea, las soluciones atrapadas
pueden tener tiempo para reaccionar y el mismo subsistema se convierte en un
sistema de alteración "roca dominada". Los cambios rápidos en las condiciones
de equilibrio entre los minerales y las soluciones están bien documentados por
la zonificación drástica, por ejemplo, en la composición isotópica de los minerales
de sulfuro como se detecta por el SHRIMP (McKibben y Eldridge, 1990). Más
bien pueden ser debidos a los cambios globales que afectan a todo el sistema,
que pueden ser simplemente debidos a los cambios locales en el flujo del fluido.
En el caso de los isótopos de azufre (S), los cambios drásticos pueden reflejar
los diferentes grados de reducción del sulfuro magmático inicialmente oxidado.
A bajos grados de reducción, cerca de la ruta (a), las pequeñas cantidades de
sulfuro formados son muy empobrecido en azufre (34S), con la reducción cada
vez mayor, la composición de los sulfuros formados se aproximan a la del azufre
magmático original. Las composiciones isotópicas de los sulfuros a continuación,
simplemente pueden registrar oscilaciones entre estas dos situaciones.No serían
necesarias entradas externas, como flujos de aguas subterráneas oxigenadas,
ni grandes cambios en las condiciones físicas y químicas presentes en su estado
estable, como la ebullición, como es frecuentemente dicho.

La discusión anterior cubre el posible origen de los constituyentes de las fases


de fluido asociadas con las vías químicas y de magmatismo andesitico recorridas
por las mezclas de fluidos del magma de un cuerpo en desgasificación a través
de la corteza. No mucho en realidad se ha dicho aún sobre el modo o modos de
desgasificación del magma, la verdadera naturaleza de las "flechas" magmáticas
de la figura 1 y 2.

Modelos de Desgasificación de Magmas

De acuerdo con la figura 9 y 10 se podría concluir que la evolución magmática


hidrotermal o geotérmica, de los fluidos es un proceso continuo. En este caso
debemos observar un espectro completo de los depósitos minerales epitermales,
de mayor a baja sulfuración por así decirlo y también los sistemas de transición,
donde, por ejemplo, un depósito de alta sulfuración se convierte en algo parecido
a un depósito de pórfidos de cobre o viceversa. En una reunión organizada por
el Servicio Geológico de Japón los "Fluidos a Altas Temperaturas y Asociados a
Alteración y Mineralización" (Matsushita y otros, 1991), fueron la escasez general
de dicho sistema intermedio y transitorio, que nos alertó sobre la posibilidad de
que la formación de estos dos tipos de depósitos minerales epitermales pueden
ser controlados por factores adicionales, no sólo por la temperatura y el grado
de desgasificación del magma de sí mismo.

El modo más evidente y rápido de la desgasificación de los magmas andesiticos


es que son acompaña de erupciones volcánicas como las recientes en Monte
Saint Helens, el Nevado del Ruiz y el Monte Pina tubo. En estos casos, las
sustancias volátiles son liberadas directamente a la atmósfera y cualquier
alteración en la roca más fresca con el agua subterránea, es muy limitada.
Durante los períodos de actividad menos violentos la fumarola de volátiles de
alta temperatura todavía puede ser liberada del piso más profundo, pero la
desgasificación de los cuerpos de magma libremente del "punto de ebullición".
Dependiendo de la profundidad del cuerpo la desgasificación del magma, la
configuración, la permeabilidad de los conductos de gas y las condiciones
hidrológicas, de algunos de los gases son posible que no puedan escapar
directamente y que puedan comenzar a interactuar con el agua de tierra
localizada para formar un lago de cráter como el del Monte Ruapehu, Nueva
Zelanda (Giggenbach, 1975), El Chichón, México (Casadeval et al, 1984),
Sirung, Indonesia (Poorter et al, 1989) y Poás, Costa Rica (Oppenheimer, 1992),
o en las aguas volcánicas secundarias como el de la descargada de manantiales
de Cl-SO4 altamente ácidas y mineralizados dentro del cráter (Giggenbach,
1987; Poorter et al, 1989) o las pistas exteriores de una estructura volcánica
(Giggenbach et al, 1990). Los minerales que se forman a partir de estas aguas
incluyen yeso o anhidrita, alunita, pirita y un polimorfo de sílice. En El Ruiz se
observó un depósito grueso de un amorfo de sulfuro de As-Sb a lo largo de un
canal de resorte (Giggenbach et al, 1990).

En estos sistemas volcánicos, la formación de aguas mineralizadas puede


consistir en la absorción directa de los volátiles magmáticos, posiblemente
liberados de tales "lagos de lava" subterráneos (Giggenbach, 1987; LeCloarec
et al, 1992) en el agua subterránea local en niveles comparativamente
superficiales. Su acidez y potencial redox corresponden a los indicados por el
camino (A) en las figuras 9 y 10. Con el aumento de la profundidad del cuerpo
que presenta desgasificación del magma, el mantenimiento de una superficie de
lava libremente desgasificada y los conductos abiertos asociados, se vuelven
cada vez más difíciles y en algún momento el magma de desgasificación y el
cuerpo sufrirán el cierre de estos por la formación de una cáscara de plástico
que por lo tanto sigue siendo impermeable a las sustancias volátiles (Carrigan,
1986; Goldfarb y Delaney, 1988). Bajo estas aguas subterráneas circulantes está
impedida la desgasificación y se requiere un mecanismo diferente.

A medida que el cuerpo de magma encerrado se enfría los volátiles tienden a


acumularse en la parte superior del interior del líquido (Candela, 1991) para ser
incorporados en la caparazón (Carapace) los volátiles saturados como lo discute
en detalle Burnham (1979). Al enfriarse aún más el límite de la solidificación del
magma retirado de los niveles más bajos y de los compuestos volátiles
atrapados, se incorporan capas cada vez más frías y rígidas de rocas volcánicas.
Si los contenidos de volátiles de refrigeración del magma son lo suficientemente
altos entonces la parte de volátiles puede desmezclarse y por tanto acumularse
en las vesículas (cavidad en forma de burbujas).

A partir de una temperatura determinada que desciende, el aumento de la


resistencia mecánica de las rocas aún calientes es suficiente para dar lugar al
fracturamiento frágil, permitiendo que algunos de los fluidos almacenados
escapen o que los fluidos externos, aguas subterráneas puedan penetrar tal
como se evaluó en detalle por Lister (1974). Otros modelos de los procesos que
rigen la distribución de temperaturas y fluidos alrededor de cuerpos de magma
de refrigeración han sido presentados por Whitney (1975), Cathles (1977),
Burnham (1979), Hardee (1982) y Carrigan (1986). Fournier (1992) propone que
la temperatura de transición de plástico en un comportamiento frágil en rocas
siliceas sean tan bajas como de 400 ~ 375 ~ C.

De acuerdo con la evaluación anterior, existen dos regímenes térmicos


específicos sobre la liberación de compuestos volátiles magmáticos: la asociada
a la desgasificación libremente en la superficie del magma líquido a
temperaturas> 1.000 ~ C y el otro con fractura frágil en la consolidación de la
roca a temperaturas <400 ~ C. En este último caso, los volátiles almacenados
en vesículas a lo largo de los bordes de los grano pueden ser liberados de dos
maneras: a niveles poco profundos donde las presiones hidrostáticas son bajas
de tal forma que puedan escapar en forma de vapor, para ser absorbidas más
tarde en aguas subterráneas poco profundas y la otra que es a mayores
profundidades, la "desgasificación" se parece más a un proceso de lixiviación de
las sustancias volátiles originalmente magmáticas, o sus productos de reacción
entre las rocas y las aguas subterráneas se encuentran más altamente
presionados, en profundidades circulantes. La asunción de la liberación de
compuestos volátiles originalmente magmáticas por este último proceso también
sirve de puente entre dos teorías principales para explicar el origen de las
especies de soluto hidrotermales: la lixiviación de la roca según lo propuesto por
Ellis y Mahon (1964) y la desgasificación del magma por Krauskopf (1957),
holland (1972), Burnham (1979) y Eugster (1985).El supuesto de la liberación de
compuestos volátiles originalmente magmáticos ocasionados por este último
proceso también sirve de puente entre dos teorías principales para explicar el
origen de las especies de soluto hidrotermal: la lixiviación de la roca según lo
propuesto por Ellis y Mahon (1964) y la desgasificación del magma por Krauskopf
(1957), Holland (1972), Burnham (1979) y Eugster (1985). La liberación de
compuestos volátiles originalmente magmáticos, almacenados en parte de las
vesículas, en cantidades menores proveniente de la invasión de aguas
subterráneas puede conducir a la formación de soluciones altamente salinas,
gases de vapor y las correspondientes inclusiones fluidas, como se pueden
observar con frecuencia en las partes centrales de los sistemas de depósitos
minerales hidrotermales (Roedder, 1971; Reynolds y Beane, 1985; Reyes, 1990;
Bodnar, 1992).

Además de las marcadas diferencias en la temperatura de "exsolution" volátil de


la composición de los compuestos volátiles asociados a los dos tipos principales
de desgasificación de magma, también pueden ser muy diferente. Los magmas
basálticos, mostraron que tienden a saturarse con respecto a los gases disueltos
a una profundidad de alrededor de 50 kilómetros (Bottinga y Javoy, 1990). Los
magmas andesíticos, con su contenido probablemente mucho mayor de
volátiles, se puede esperar que empiecen a "ebullir" en mayores profundidades.
Por el momento los magmas que hicieron erupción en la superficie, con
proporciones mucho mayores de los componentes volátiles originales han salido
de la fase de fusión; cualquier compuesto volátil posteriormente extraídos de
muestras accesibles del material sólido, tales como vidrio volcánico, se funden
en inclusiones, o cristales, por lo tanto, es probable que representan sólo una
fracción residual muy reducida de la original de los "volátiles andesiticas". Ambas
composiciones isotópica y químicamente serán muy modificadas por procesos
de fraccionamiento que acompañan a tales extenciones de exsolucion de vapor.
Incluso los gases volcánicos recogidos de las fumarolas de alta temperatura son
poco probable que sea plenamente representativas de los contenidos volátiles
de los magmas andesíticos originales, pero pueden dar la indicación de la
composición del vapor en equilibrio con los magmas andesíticos en niveles
relativamente poco profundos en niveles similares a los de emplazamiento de los
cuerpos de magma que impulsan los sistemas hidrotermales. Por otro lado el
"cálculo de regreso", de las composiciones de masas fundidas potenciales que
coexisten con gases fumarólicos puede evaluarse como se muestra en la Figura
11.

Figura 11. Dióxido de carbono (CO2) relativo. El contenido total de S, y HCl de los vapores de
volcanes andesíticos. Las líneas se representan dada la composición del vapor y la masa
fundida residual que forma a partir de un vapor andesitico promedio como una función de la
mezcla vapor / fusión relación, Ry.

La composición de los vapores liberados de los volcanes andesíticos está


representado por seis puntos de datos tomados de la misma compilación como
los muestran en la figura 8. Su composición media corresponde a las ralaciones
de moles de CO2 / St / HCl = 10: 3: 1. Todos ellos son producidos a partir de
organismos probablemente de magmas muy poco profundos con bajas
presiones y con relaciones de volumen del vapor/derretimiento que acompaña la
exsolucion de vapor que se puede suponerse que es muy alta> 10. En este caso
la mayor parte de la composición de gases de fumarolas se hace muy similares
a la de los volátiles disueltos inicialmente en el magma profundo. Aceptando que
la composición de los gases volcánicos, como se muestra, se pueden parecer
mucho a la de los volátiles disueltos originalmente, las composiciones de
compuestos volátiles en el magma residual, que coexisten con estos vapores, se
calcularon, como un función de Rv, respecto a la relación de volumen de
vapor/derretimiento, mediante las técnicas descritas en detalle por WF
Giggenbach y RJ Poreda (en prep.). Incluso para valores bajos de Rv de <0,1
(vesicularity <11%) con contenidos de CO2 relativos a la caída del magma
residual rápidamente en constante con relaciones de S/CL. Cuando los valores
de Rv exceden el 1 (Vesicularity<50%), el aumento de las proporciones en las
particiones en las fases de vapor de S, el magma residual se vuelve muy pobre
en CO2 y S y relativamente rico en Cl. Las composiciones de los vapores
liberados a partir de un magma andesítico están dados por la curva marcada
"vapor". Recientemente se han llevado a cabo una serie de investigaciones
relacionadas con el H2O y Cl que permiten una evaluación mucho más amplia y
detallada de los procesos en la distribución de vapor en estado fundido que
acompañan la desgasificación magma (Shinohara et al, 1989; Metrich y
Rutherford, 1992; Webster, 1992)

El punto marcado como "fusión desgasificado" representa la mezcla volátil


restante que se disuelve en la roca residual después de una extensa
desgasificación del sistema cerrado. Las partes principales de los compuestos
volátiles liberados de un magma en profundidad, residen en las vesículas; su
composición es probable que se asemeje mucho a la liberación de fumarolas.
Esta distinción es importante cuando se trata de comparar la composición
isotópica y química de las sustancias volátiles "libres" y los que se extraen a
partir de sólidos andesíticos, tales como los vidrios o el derretimiento de las
inclusiones. Ellos de ninguna manera pueden ser comparados directamente.
Tras la incursión de hacer circular profundamente las aguas subterráneas, los
volátiles disueltos en la matriz de la roca y almacenados en las vesículas que se
liberan para formar soluciones altamente salinas e inclusiones de fluidos ricos en
gas (Bodnar, 1992), lo que refleja en parte la composición de los vapores
originalmente magmáticos.

En resumen, la formación de una capa impermeable alrededor de los cuerpos


magmáticos de refrigeración deja únicamente capaz de permanecer abierto para
los cuerpos de magmas emplazados en niveles poco profundos y los gases se
liberan a la atmósfera o al agua subterránea poco profunda.

Por otro lado la otra ventana se abre una vez que la temperatura se ha vuelto lo
suficientemente baja para que las fracturas que son frágiles, permitiendo que
algunos de los compuestos volátiles atrapados, puedan escarpar o ser lixiviados
por la invasión de las aguas subterráneas. La existencia de estos dos modos
distintos de desgasificación puede dar lugar a dos modos distintos de depósitos
minerales

Modos de Depósitos Minerales


Una de las diferencias más obvias entre los dos modos principales de
desgasificación del magma es la temperatura de la liberación de volátiles> 1.000
~ C en el caso de la versión de una superficie libre de magma "ebullición", <400
~ C es en el caso de desgasificación subsolidus. Basado en la evidencia de la
inclusiones isotópicas y de los fluidos, sin embargo, la temperatura de la
deposición de los minerales está entre los 250 ~ 350 ~ C, muy similar para
ambos, por lo tanto los depósitos de minerales alta y baja sulfuración son
probables que sean debido a las diferencias en los modos y en lugar en que se
dan las temperaturas en la deposición de un mineral. Una vez más, los procesos
químicos son probablemente los más discutidos por separado en términos del
control del potencial de acidez y el potencial de redox.

La ruta probable de las soluciones resultantes de la desgasificación directa de


un magma a altas temperaturas y la absorción del agua subterránea que se
enfria es marcado por la ruta (a) en la figura 9. A temperaturas magmáticas, el
fluido está en equilibrio con su entorno mineralógico y cualquier alteración de
una roca primaria son los fluidos en circulación que estan probablemente
restringidos por la recristalización isoquímica o por el metasomatismo K en
menor contacto con las rocas (Giggenbach, 1984). Dependiendo de la extensión
de estas zonas de reacción temprana, el sistema puede seguir otro camino (b)
con un principio de diversidad de altas reacciones magmáticas Mhcl / MKCL y
bajos grados. En general, las soluciones en aumento se convierten, con respecto
a la alteración de la roca o más específicamente al metasomatismo H.
Inicialmente, los productos de alteración serán los típicos de alteración fílica,
tales como las micas. A temperaturas más bajas, los minerales que se forman
en los sistemas recientes altamente ácidos son fases muy empobrecidas en
cationes tales como pirofilita, caolinita o con contenido por lo general muy altos
de SO4, alunita. A temperaturas suficientemente bajas, las soluciones pueden
llegar a ser suficientemente agresivas para dar lugar a una completa destructuion
de la roca y la eliminación de todos los componentes catiónicos como Al y Fe.
Dejando sólo un residuo de sílice "vuggy" típica de los yacimientos de mineral de
alta sulfuración (Stoffregen, 1987; Izawa, 1991). Los ejemplos de las soluciones
agresivas formadas en estos sistemas volcánicos son las aguas altamente
ácidas y mineralizadas dadas en la zona de mantiales de la Isla Blanca
(Giggenbach et al, 1990) o presente en lagos de cráter volcánico (Giggenbach,
1975; Oppenheimer, 1992; Casadeval y otros, 1984).

Para los volátiles atrapados, en el armazón (shell) de solidificación que rodea un


cuerpo de enfriamiento magmático, es un contacto prolongado y persistente de
la roca en la disminución de la temperatura la cual debería favorecer el
mantenimiento de al menos la zona cercana al equilibrio entre fluido-roca, donde
el sistema sigue el camino (d), incluyendo el estiramiento de los "los fluidos
atrapados en la solificación magmática" marcada. Sólo se liberan una vez que el
sistema alcanza el punto marcado como "fracturación frágil". Por esta vez >95 %
de algún HCl magmático pudo haber sido convertido en un cloruro alcalino.
Cualquier fase líquida restante en la roca será altamente salina y muy similar a
las inclusiones fluidas hipersalinas frecuentemente observadas en núcleos de
perforación de pozos en sistemas hidrotermales ( Reyes, 1990; Reyes y
Giggenbach, 1992) o en muestras de depósitos de mena hidrotermal (Roedder,
1971; Reynolds y Beane, 1985).

Como se mencionó anteriormente, las proporciones relativas de los fluidos


liberados en forma de vapor o lixiviados por aguas subterráneas circulantes
dependerán de la profundidad del cuerpo de magma que se encuentre en
desgasificación. En niveles someros, o altos dentro de una estructura volcánica,
las presiones hidrostáticas son comparablemente bajas y es probable que los
volátiles sean liberados como vapores seguidos por la absorción dentro de agua
subterránea fría. Se asume que estos procesos llevan a la formación de aguas
altas en sulfatos comparativamente ácidas descargadas sobre las pendientes
externas de estructuras volcánicas de El Ruiz (W. F. giggenbach y R.J.Corrales,
en prensa) y estructuras volcánicas Miravalles (Giggenbach, 1992). La
trayectoria seguida por estos fluidos es probable que se acerque a la línea
horizontal que se aleja desde el punto denominado “fracturamiento” hacia
temperaturas menores, trayectoria (c).

A mayores profundidades, las presiones hidrostáticas también aumentanlo que


ayudará a la penetración de agua subterránea, facilitando la alteración
hidrotermal y la “lixiviación” de los volátiles atrapados originalmente magmáticos.
Las soluciones resultantes tienen una buena probabilidad de permanecer en
equilibrio con la matriz de la roca para terminar como aguas neutras de cloruros
típicas de sistemas geotermales “maduros”.

La evaluación anterior se basa en el comportamiento de únicamente uno de los


constituyentes ácidos de una fase de vapor originalmente magmática, el HCl.
Otro componente importante es el CO2. La eficiencia relativa de estos dos,
respecto a la alteración de la roca se puede evaluar como una función de la
temperatura en términos de la cantidad de feldespato convertido a silicatos en
capas. La interacción del HCl con el feldespato puede representarse mediante la
reacción:

Feldespato + 2HCl = mica + 2KCl (6)


Y la del CO2 por:

Feldespato alcalino + feldespato de Ca + CO2 = mica +calcita (7)

Las cantidades en (g) de mica formadas para un descenso de 10°C en la


temperatura, como una función del contenido inicial de HCl y CO2, en g/kg de
solución, y de acuerdo a las dos reacciones anteriores se muestran en la figura
12. A temperaturas mayores a los 600°C, las soluciones son inertes respecto a
la alteración de la roca ya sea por HCl o CO2 y no se forma mica. El ataque por
HCl es bastante repentino y la mayoría del HCl reacciona de acuerdo a la
reacción (6) a temperaturas por encima de los 400°C. Dentro del rango de
temperatura de 400° a 600°C es donde los volátiles permanecen atrapados
dentro del magma en enfriamiento, facilitando la neutralización de la mayoría de
la acidez debida al HCl antes de que los fluidos atrapados puedan escapar. El
CO2 se vuelve reactivo respecto a la alteración de la roca únicamente a
temperaturas <330°C. Nuevamente la aparición de la alteración del feldespato
es bastante aguda y desaparece a temperaturas inferiores a 150°C.

Figura 12.Valores de equilibrio de micas potásicas (K) formadas (en g) a través de la


alteración de los feldespatos, como una función del contenido inicial de HCl y CO2 de
soluciones hidrotermales para un descenso en la temperatura de 10º C.

Además de los dos regímenes de alteración impuestos por la resistencia


mecánica de un magma en enfriamiento, se deben distinguir dos regímenes
distintos definidos por la naturaleza de las dos principales especies que controlan
la acidez: HCl a altas temperaturas entre 400 y 600°C, o en soluciones afectadas
por la absorción directa de vapores magmáticos; CO2 en sistemas hidrotermales
de bajas temperaturas <350°C. La acidez causada por el CO2 es insuficiente
para dar lugar a la intensa alteración observada en yacimientos de alta
sulfuración. Estas altas acideces pueden generarse únicamente de fluidos
magmáticos liberados a altas temperaturas de manera que se prevenga que los
ácidos fuertes se neutralicen a niveles y temperaturas intermedias. Las
condiciones que permiten que los ácidos fuertes sobrevivan a la neutralización
por la interacción con la roca se restringen a sistemas con gradientes de
temperatura muy agudos dentro o debajo de una estructura volcánica. En White
Island se mostró que las cantidades de componentes minerales involucradas en
estos procesos son suficientes para generar yacimientos de buen tamaño
(Giggenbach y Glasby, 1977; Hedenquist et al., 1992).

Los modos de depositación mineral para oro se ilustran en la figura 13 en


términos de otra variable importante que controla la interacción fluido-roca, el
potencial redox. Las líneas punteadas representan trayectorias posibles de
soluciones ascendentes desde los cuerpos de magma en desgasificación. En
aguas neutrales a alcalinas, es probable que el Au sea transportando como una
especie Au(SH)2- (Seward, 1973); en las soluciones generalmente más ácidas
discutidas aquí, la especie más probable es HAu(SH)2 (Hayashi y Ohmoto,
1991). En lugar de mostrar los contornos para H2S-SO4, la figura 13 muestra
contornos que representan el Au disuelto en forma de HAu(SH) 2, el complejo
predominante a valores de pH de <5. Los contornos de solubilidad del Au fueron
calculados mediante las reacciones:

2Au + 2 pirita + 3 agua = 2HAu(SH)2 + hematita (8)

2Au + 2 alunita + 15H2 = 2HAu(SH)2 + 2 mica + 19 agua (9)

2Au + 4anhidrita + 4caolinita + 15H2 = 2HAu(SH)2 + 4silicato CaAl2 + 7agua (10)

Donde la hematita representa el Fe(III) de la fase de roca. El calcio en un silicato


de Al está representado por un silicato de CaAl2, laumontita a bajas
temperaturas, waikirita a intermedias y anortita a altas.
Figura 13. La solubilidad de oro, en µg/Kg, HAu(SH)2 Tomada como una función de
Temperatura una RH. Las líneas de puntos y a trazos representan vías de solución como se
define en la Figura 10. Los minerales de sulfato están representados por cualquiera de
anhidrita o alunita.

La reacción 8 es independiente del potencial redox, por lo tanto los contornos en


la figura 3 por encima del campo de estabilidad de la pirita son verticales y sólo
son función de la temperatura. Por el contrario, los contornos basados en las dos
reacciones que involucran minerales sulfatos son altamente dependientes del Rh
y virtualmente dependientes de la temperatura. Por lo tanto, se puede esperar
que el comportamiento del Au respecto al transporte y depositación sea bastante
diferente en estos dos ambientes. En un ambiente dominado por la formación o
la presencia de minerales sulfatos, el enfriamiento simple aumentará la
solubilidad del Au y cualquier Au adquirido en niveles más profundos
permanecerá en solución. Por otro lado, en un ambiente más reducido, dominado
por la formación de la pirita, un descenso en la temperatura de 30°C estará
acompañado por la depositación del 90% del Au de cualquier solución saturada.
En la naturaleza, los procesos de depositación mineral rara vez involucran una
sola variable y el proceso completo se modela más realísticamente en términos
de varias trayectorias de fluidos como se deriva de la figura 10.

Siguiendo la trayectoria (a), la que refleja mejor el control redox, cambios


concordantes en la temperatura y el Rh llevarán a la rápida depositación del Au
disuelto. Para soluciones que siguen trayectorias más reducidas, como (b) y (c),
la tasa de depositación de Au depende de la naturaleza del mineral de S
predominante, pirita o anhidrita. Si predomina la anhidrita y si se mantiene el
equilibrio mineral de la solución, se puede esperar que las soluciones
inicialmente saturadas atraviesen rangos de temperaturas considerables donde
se vuelvan subsaturadas nuevamente. Sin embargo, cuando cruzan el campo de
estabilidad de la pirita, todas estas soluciones perderán la mayoría del Au por el
enfriamiento posterior, conductivamente o por dilución con aguas subterráneas
más frías.

RESUMEN Y CONCLUSIONES

Uno de los principales propósitos de mi charla fue a arrojar algo de luz, o para
poner un poco de carne, sobre la posible naturaleza de las flechas mágicas
empleadas generalmente para significar la inyección de fluidos magmáticos en
los sistemas hidrotermales. En el caso de este tipo de sistemas asociados a la
actividad volcánica a lo largo de los límites de placas convergentes, las evidencia
isotópica y química sugieren que los principales componentes del fluido son H2O,
CO2, y probablemente Cl, los cuales en gran medida pueden derivarse de la
subducción de sedimentos marinos y de agua de mar. Dependiendo del nivel
alcanzado por las crecientes, por lo general los magmas andesíticos, los volátiles
se desgasifican en dos modos distintos: a temperaturas magmáticas de un
magma efectivamente libre de ebullición ya sea en la superficie, durante las
erupciones, o de los lagos de lava subterráneos; y el armazón solidificado que
rodea a un cuerpo de magma más profundamente enterrado en respuesta a la
fracturación térmica.

Los sistemas activos que puedan dar lugar a la formación de los depósitos
minerales representada por la Figura 1 y 2 se muestran de nuevo
esquemáticamente en la figura 14 y 15. En el caso de sistemas de alta
sulfuración, parte o la totalidad de la desgasificación vapores desde una
superficie de lava subterráneo pueden ser absorbidos a niveles poco profundos
en aguas frías de tierra que conducen a la formación de un principio sólo poco
reactiva. Soluciones capaces de fílica a argílica alteración de roca primaria, por
lo general ígnea.

Con la disminución de la temperatura, las soluciones se vuelven cada vez más


ácidas y oxidantes, promoviendo así los minerales según- como alunita,
anhidrita, pirita, y sílice. A temperaturas suficientemente bajas, < 250 °C, acidez
puede llegar a ser lo suficientemente alta como para causar la destrucción de
roca completa con el resto solamente de sílice "vuggy”.
Parte de los constituyentes de mineral de formación son susceptibles de ser
derivada de la roca disuelto; una proporción considerable se puede introducir
directamente con el vapor magmático. El oro se deposita a partir de las
soluciones resultantes, una vez saturados, en gran parte en respuesta a la
Temperatura de plegado a una velocidad de alrededor de 90 por ciento por cada
30°C.

Figura 14. Modelos esquemáticos de sistemas hidrotermales responsables de la formación de


alta sulfuración (rutas a y b) y baja sulfuración (ruta c) los depósitos minerales epitermales.El
sistema de baja sulfuración, a la derecha, se supone que se encuentra en los flancos de una
estructura volcánica. La línea punteada representa la trayectoria. De vapores de gas cargado,
las líneas punteadas con aire descendente se filtran oxidados, aguas ácido sulfatadas.

Desgasificación en seco de un magma se solidifica en los niveles superficiales


lleva a la liberación de vapores menos agresivos pero aún ácidos y oxidantes
que, al contacto con el agua subterránea, puede dar lugar a la formación de ácido
aguas Cl-SO4, típica de los sistemas volcánicos activos, intensivos alteración de
la roca, y la deposición de azufre elemental.

Parte de los vapores desgasificados con sequedad se puede acumular dentro de


la estructura volcánica (Giggenbach et al., 1990), para ser lanzado durante las
erupciones, contribuyendo así a la gran exceso de compuestos volátiles
frecuentemente observadas (Williams et al., 1990) .Debido a la limitada
extensión espacial de estos sistemas y la ausencia de ricos en metales, vapores
magmáticos de alta temperatura, su potencial para la formación de depósitos
minerales, a excepción de S elemental, es probable que sea menor. La rareza
comparativa de los vertidos típicos hidrotermales volcánicos (Reyes y
Giggenbach, 1992) también sugiere que tanto sus extensiones espaciales y
temporales son muy limitadas. Sin embargo, la incursión de incluso pequeñas
cantidades de ácido estas aguas Cl-SO4 en pozos geotérmicos perforado
demasiado cerca de sistemas volcánicos puede generar problemas importantes.

Figura 15.Modelo esquemático de los sistemas hidrotermales responsables de la formación de


un depósito de tipo pórfido de minerales de baja sulfuración.

Tanto el tiempo como la cantidad de material fuente se puede esperar que estén
disponible para la formación de depósitos minerales importantes para aumentar
como zonas de progreso interacción agua-roca a niveles cada vez más
profundos. En la Figura 14 también se presenta la distribución de los fluidos en
un sistema hidrotermal que se cree responsable de la formación de un volcán
epitermal-organizada, ahora yacimiento mineral de baja sulfuración. El sistema
se supone que se encuentra en flancos de una estructura volcánica y, por lo
tanto, para ser suministrado por los vapores magmáticos través de
desgasificación en seco, también. La absorción de estos vapores en el agua
subterránea a profundidades intermedias es probable que conduzca de nuevo a
la formación de ácido aguas Cl-SO4, que, por una mayor interacción con el rock
se convierten en aguas neutrales Cl.Separación simple gravedad dentro del
sistema hace que los vapores y líquido para ser dados de alta en áreas
separadas. La oxidación del H2S realizadas por los vapores da lugar a la
producción de diluido, aguas SO4 ácido, se filtra hacia abajo a una profundidad
considerable, hasta 500 m, y el establecimiento de extensas zonas de alteración
arcillosa (Reyes, 1991) .Las aguas Cl neutros pueden estar descargada en
altitudes más bajas distancias considerables (10-20km) de distancia
(Giggenbach et al, 0.1990; Giggenbach y corrales, 1992) .Debido a la
profundidad limitada, extensión del área, y la duración de la interacción agua-
roca en estos sistemas, órganos minerales resultantes sólo son de un tamaño
limitado.

Un entorno mucho más extensa y duradera para la extracción de compuestos


volátiles originalmente magmáticas y metales es proporcionado por los sistemas
hidrotermales asociados con la formación de depósitos minerales de baja
sulfuración del tipo pórfido, como se muestra en la figura 15. Hay la penetración
de agua subterránea en el enfriamiento roca, un proceso favorecido por altas
presiones hidrostáticas y, por tanto, una mayor profundidad, puede continuar
durante períodos muy largos, y los volúmenes de roca integrados posiblemente
involucrados en este proceso puede ser muy grande, lo que proporciona una
gran fuente de componentes de mineral de formación. La forma cilíndrica y la
posición de la armazón del mineral en el límite de potásica de alteración fílica
sugiere que el proceso principal que dio lugar a la deposición de mineral en
depósitos metálicos de pórfido se está enfriando y, posiblemente, la dilución por
la incursión de agua subterránea más fresco a profundidades intermedias. La
ebullición puede ser más importante en baja sulfuración, depósitos epitermales.

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