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, Su autor, Ramón Amaya Amador, quien trabajó por un tiempo en los campos

bananeros como regador de veneno, al ingresar en el periodismo decidió denunciar las


condiciones de explotación que él presenció de primera mano, lo que le ganó la antipatía
del régimen dictatorial de Tiburcio Carías Andino —quien defendía los intereses de las
bananeras— por lo que tuvo que salir exiliado del país.
Ramón Amaya Amador hace uso de su experiencia en los campos bananeros para
elaborar su novela.
Según el escritor Armando García, Prisión Verde “ha sido el libro más perseguido del
país. Por mucho tiempo fue prueba de convicción para el encarcelamiento. Los viejos de
mi pueblo aún bajan la voz al sólo mencionar su nombre. Muchas veces fue enterrado
vivo en la soledad de los patios después del Golpe de Estado” (Armando García, 1997).
Amaya Amador empieza su relato en el ambiente de una de las oficinas de las compañías,
en la que un “jefe gringo” —Mister Still— intenta convencer al terrateniente Luncho
López para que le venda sus tierras a la compañía bananera. En su intento para
convencerlo le ayudan dos amigos de López: Sierra y Cantillano, quienes ya vendieron
sus tierras e intentan influenciar a su amigo para que haga lo mismo, pero él se rehusa
tercamente.
Después de la reunión con los terratenientes, aparece en mala facha el señor Martín
Samayoa, quien después de haber derrochado el dinero que le dio la compañía por su
terreno, buscaba la ayuda de Mister Still para que le diera un trabajo de capataz, pero éste
lo despreció y lo mandó a buscar trabajo de peón. Desalentado por el desaire y sin dinero,
Samayoa tuvo la suerte de conocer al campeño Máximo Luján, quien lo llevó a vivir a su
casa, un lugar miserable en el que vivía hacinado con otros trabajadores de la bananera y
le consiguió trabajo como regador de veneno.
El capataz de la compañía, que le dio el trabajo a Samayoa, y para el cual trabajaba
también Máximo Luján, era un hondureño que hablaba con acento agringado, por que era
tanto su servilismo que quería imitar a sus jefes, con lo que se ganaba el desprecio y la
burla de los que para él trabajaban, aunque por razones obvias no se atrevían a decírselo
de frente.

La lectura de unos periódicos obreros, que Luján comparte en tertulias por las noches con
sus compañeros, le confirman en sus convicciones revolucionarias y le ofrecen nuevas
perspectivas. La muerte de un compañero regador de veneno —Don Braulio— produce
indignación y hace reflexionar a los campeños.
Sobre los partidos políticos tradicionales: el Partido Nacional y el Partido Liberal, Luján
opina que “tienen la misma esencia: oligarquía; padecen la misma enfermedad:
demagogia; y sirven al mismo patrón: las Compañías Bananeras”… “En política
necesitamos algo distinto al caudillismo tradicional, al compadrazgo, al paternalismo de
las ‘gorgueras’. Necesitamos que los anhelos de las masas trabajadoras se plasmen en un
ideal político, y este ideal, en un verdadero partido de los trabajadores, partido
revolucionario de verdad. Ya no debemos creer en los hombres-ídolos: de sus promesas
está llena nuestra historia política”.
A una mujer del grupo de Luján —Catuca Pardo— el capitán Benítez la viola, la deja
embarazada y luego no se hace cargo del niño. Un jefe gringo —Míster Jones— se
enamora de Juana, otra mujer del grupo de Luján, pero ésta tiene marido, por lo que
rechaza sus ofrecimientos. Ante esto, otro jefe gringo decide mandar a matar al marido
para dejarle abierto el camino a su compañero. Luego de un tiempo, Juana hace un
acuerdo de sexo regular para el gringo enamorado a cambio de dinero, además de un
trabajo como regadora de veneno. Esto lo hizo para ayudar al hijo de Catuca. Juana
nunco supo quien había matado a su marido. El agringado capitán Benítez también estuvo
involucrado con ese asesinato.
Al terrateniente Luncho López lo convencen para que trabaje como productor
independiente de banano, con un acuerdo con la compañía. Luncho López se ilusiona con
su nuevo papel de empresario bananero, pero la compañía no le provee de los insumos
acordados y le hace caer en la ruina. Ahí se da cuenta que lo engañaron para hacerlo caer
en la quiebra para forzarlo a vender su propiedad. Pero López aun así se niega tercamente
a venderles. Ante esta negativa, el gobierno nacionalista interviene, y amenaza quitarle
sus tierras por la fuerza. Luncho López muere de tristeza, por que él había sido un gran
defensor de la dictadura nacionalista. Ahí se dio cuenta de la actitud apátrida de las
autoridades del gobierno.
Los otros terratenientes Sierra y Cantillano terminan en la ruina luego de ser estafados en
un negocio por Estanio Párraga, un abogado de la Compañía que también era diputado
del Congreso Nacional. Estanio Párraga era el abogado que había engañado a Luncho
López. Sierra y Cantillano terminan pidiendo trabajo de peones en la compañía, como ya
le había tocado a Martín Samayoa.

El viejo Lucio Pardo, como venganza de la muerte de Luján, a quien le tenía aprecio
como si fuera un hijo, hace volcar el motocarro en el que se conducían un jefe gringo:
Míster Foxer; dos capataces: Encarnación Benítez y Carlos Palomo; y el coronel que
mató a Luján. Todos ellos mueren en el accidente. Los jefes gringos quieren dar un
castigo ejemplar, y por medio de torturas pretende hacer confesar a Lucio y sus amigos
sin lograrlo. Pero los ex-terratenientes Sierra y Cantillano, que no son tan fuertes,
confiesan bajo tortura un crimen que no cometieron. Ya iban a matar a Sierra y Cantillano
cuando Lucio Pardo, con el fin de liberar a los inocentes, se presenta ante sus verdugos
para confesar que él fue el autor del atentado. Lucio Pardo muere ahorcado a mano de los
militares.
El libro se cierra con los amigos recordando a Máximo Luján y su legado: “La prisión
verde no es solo oscuridad. Máximo encendió en ella el primer hachón revolucionario.
Otros cientos de hermanos se encargarán de mantenerlo enhiesto”.

La huelga de 1954 en Honduras fue un movimiento obrero llevado a cabo en mayo de


1954, durando más de 69 días, periodo en el que se exigieron mejoras en las condiciones
laborales de los trabajadores en Honduras, ya que en la república de Honduras, no existía
una ley, ni código que rigiera sobre el trabajo, el trabajador, etc. 12
Producto de estos esfuerzos los líderes gremiales y sindicales solicitaron mejoras tanto
salariales, regulación de horas de trabajo, tiempo de vacaciones, seguridad, salud y una
compensación para los despidos, remuneraciones, pensiones y jubilaciones.
Las plantaciones de banano comienzan en Honduras por pequeños finqueros quienes las
venden localmente y también las exportan hacia Estados Unidos. En 1899 es fundada la
United Fruit Company la cual expande sus operaciones en Honduras a inicios del siglo
XX, donde varios presidentes y dictadores le ceden varias concesiones. También era
propietaria de la «Tela Railroad Company», con la que obtuvo dos concesiones más.í3.
La Tela Railroad Company es conocida simplemente como «La Compañía», que sigue
operando con la empresa trasnancional Chiquita Brands International; y obtuvo su
nombre porque sus oficinas centrales estaban en el poblado costero de Tela en donde se
estableció en 1912.
En 1899 la Standard Fruit Company (hoy Dole Food Company)comienza a exportar
bananas desde La Ceiba hacia Estados Unidos.
El Partido Comunista de Honduras de Honduras es formado el 1 de mayo de 1922 y se
dedicó a reorganizar a los trabajadores de los campos bananeros la costa norte para exigir
la mejora de sus derechos.
El Gobierno respeta el movimiento huelguístico que fue iniciado el 1 de mayo por
trabajadores de la industria del banano de la costa norte hondureña mediante una serie de
huelgas contra las operaciones de la United Fruit Company. Este movimiento se extendió
hasta la ciudad capital Tegucigalpa y se extendió e incluyó las operaciones de la United
Fruit Company, con lo que el sector bananero del país. Nacen las organizaciones
sindicales en el país. La huelga de este año hizo ver la necesidad de ampliar la legislación
laboral que exigían los trabajadores en su pliego de peticiones que básicamente se
referían a seis capítulos:
·0 1) Libertad sindical.
·1 2) Creación del Ministerio del Trabajo.
·2 3) Mejores condiciones salariales.
·3 4) Protección de la salud de los trabajadores.
·4 5) Creación del Código del Trabajo; y
·5 6) Creación de la Seguridad Social.
Prisión verde[editar]
En 1945 concluye Prisión Verde, una novela de realismo social, y su más famosa, en la
que se describe las condiciones de vida en las plantaciones bananeras al norte de
Honduras. Esta es la primera novela del género bananero escrita en Honduras, escrita
durante la dictadura de Tiburcio Carías Andino, por lo que tuvo que ser impresa en el
exilio en México y Guatemala. En ella denuncia la apropiacion de tierras y el engaño a
los propietarios de fincas para lograr la venta de estas, también destaca el deber de los
proletatios hondureños de organizarse para exigir sus derechos en forma organizada y no
mediante el uso de la fuerza, tal como se hizo durante la Huelga de 1954, la cual dio
frutos al crearse Código del Trabajo de Honduras de 1959.
Resumen
En el artículo reviso las novelas bananeras Prisión verde de Ramón Amaya Amador y
Viento fuerte de Miguel Ángel Asturias desde una visión de género. El objetivo de
estudio consiste en determinar los papeles que tanto mujeres como hombres
desempeñan en los mundos narrados de las novelas bananeras y en el que el poderío
del enclave somete a ambos a su antojo. La revisión arroja como resultado una
definida jerarquización de etnia y género y de paso,

CRONOLOGÍA
Prisión Verde fue publicada por primera vez en 1950, por la Editorial Latina en
Guatemala.
Escrita por Ramón Amaya Amador, quien nació en la Ciudad de Olanchito,
Departamento de Yoro, el 29 de Abril de 1916 y Murió el 24 de Noviembre de 1966 en un
Accidente de aéreo en Bratislava- Eslovaquia.Empieza con el ambiente que se vive en las
oficinas de las Standard Fruit, específicamente en la oficina de Mr. Still, quien intenta
comprar a los terratenientes las pocas tierras que aún no posee la Bananera.Uno de los
Terratenientes que vendió sus tierras a la Bananera (Martín Samayoa), he hizo mal uso
del dinero, solicitó ayuda de Mr. Still, para ser capataz, pero este lo desprecia y no le
ayuda.Máximo Luján ¨Venenero ¨ ayuda a Martín Samayoa y se vuelve como él venero
en el Valle del Aguán y específicamente en Culuco.

Surgen acontecimientos que se desatan, debido al mal trato que los trabajadores reciben
por parte de los capataces de la finca, con el visto bueno de los Jefes ¨Los gringos¨
Tratan de Unirse, no solamente los Veneneros de Culuco, pero los de la Capital, pero
nunca logran comunicaciones efectivas.

Surge la Muerte de Don Braulio, enfermo de Tuberculosis, que muere trabajando, eso
causa indignación en sus compañeros, sirviendo a los amos extranjeros.Catuca hija de
Lucio Pardo es violada por el Capataz Encarnación Benítez y queda embarazada.Matan al
Esposo de Juana de Ruíz, ya que uno de los Jefes Mr. Jones quiere quedarse con
ella.Como Venganza Mr. Still y el Abogado Párraga le tienden una trampa al único
Terrateniente que no quiso vender sus tierras y esto lo lleva a la ruina y luego a su
muerte.Lucio Pardo, coludido con Marcos (quien al final los traicionó), comenzaron una
reyerta, cansados del trato que les dan a ellos y a los que han caído muertos en el
deber.Todo sale mal, debido a que no se unieron y meten en la cárcel a los amigos de
Máximo Luján y a él se lo llevan y lo matan.

Lucio Pardo trata de buscarlo, pero no lo encuentra y consigue la forma de vengarse de su


muerte, matando en forma de accidente a los jefes y capataces.Nunca encuentran el
cuerpo de Máximo, ni a la mujer que amó que se volvió loca de dolor al ver que lo habían
matado.Lucio Pardo admitió ser el autor del atentado, para que no pagaran inocentes, por
lo que había hecho y lo mataron, debajo de una mata de plátano, murió ahorcado.
Al final los únicos sobrevivientes Catuca y su hijo, Samayoa, Plácida y Tivicho,
buscando nuevos horizontes, lejos de la Prisión verde, siempre con la esperanza de que
las nuevas generaciones podrán liberarse del yugo de los opresores y recordando a
Máximo Luján el revolucionario.

SINOPSIS
Muestra de una manera jocosa, la vida de los proletariados de la Compañía Bananera y en
especial la de los Veneneros (Los Campeños), y sus cusules, acostumbrados a sufrir por
un pedazo de pan en esa Prisión Verde, sus luchas, sus sufrimientos y sus anhelos,
soñando siempre con recibir un trato digno y justo.Intentan con la ayuda de Máximo
Lujan, quien los motiva y los exhorta a que algún día llegará el Momento en que podrán
romper el yugo del imperialismo Yanqui, y les aconseja unirse para levantar las voz y que
sus peticiones sean escuchadas, pero sería muy difícil, menos con el Régimen dictatorial
que en esos años Imperaba.
Las traiciones, envidias y ambición se encuentran a la orden del día.
Prisión verde es una de las obras maestras, del reconocido Autor Hondureño Ramón
Amaya Amador, en ella denuncia las barbaridades a las que se ven sometidos los
proletarios y cómo la gente se deslumbra por los ¨gringos¨, pensando que contribuyen con
el progreso de nuestro País, pero al final tienen un duro despertar y deberán sortear las
inclemencias y buscar nuevos caminos.
ARGUMENTO

LOS PERSONAJES
Mister Still: dueño y/o representante de la compañía extranjera quien se encargó de
comprar las tierras a los campesinos, poner la plata para la siembra de la planta del
banano, etc. Un hombre de energía ilimitada, severo y autoritario.
Parraga; un abogado sin muchos escrúpulos que se encargaba de la parte legal de los
negocios de Mister Still.
Lucho López; un personaje aferrado a sus pertenencias presentes en su familia de
generación en generación, negándose rotundamente al desprendimiento de las mismas.
Cantillano y Cierra; personajes embelesados por la palabrería y aparentemente buenas
ofertas de parte de mister Still cedieron a la venta de sus pertenencias.
Tiburcuio Carias Andino; presidente de la república y que se encargó de implantar
medidas o castigos extremos para los supuestos culpables de alguna acusación.
Martin Samayoa; ex propietario de una pequeña parcela, la que fue vendida a mister Still,
quien en su momento se le dijo que contara con el apoyo de parte de los nuevos dueños si
algo llegara a necesitar, pero después de cinco años esta necesidad llego y mister Still, lo
había olvidado y Samayoa fue tratado con indiferencia.
Máximo Lujan; un hombre afectado por el paludismo provocado por la vida en la
plantación (se
dedican a la irrigación de veneno), procedente de Santa Rita, quien siendo muy joven
perdió a su mama por esta misma enfermedad y a su papa envuelto en la mala vida
alcohol, juegos quien fue asesinado. Máximo Lujan es buscado por Camilo.
Catuca pardo; mujer joven, de muy bonita sonrisa, de silueta muy parecida y que tenía a
Máximo embelesado.
Placida; una mujer sumisa y sometida.

Lucio Pardo; un hombre mayor, esposo de Placida y padre de Catuca. Es un obrero en la


plantación desempeñando diferentes actividades, este es de carácter brusco, violento,
soberbio quien ha vivido por muchos años en los campos bananeros, y conocía la historia
sangrienta y tremenda del trabajador de la costa norte.

Camilo; encargado de los contratos y quien está recibiendo una propuesta de negociación
de parte de mister Foxter, sobre ventajas que implica los nuevos contratos.

TEMAS

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1. Injusticia
2. Pobreza
3. Hambre
4. Prostitución
PROBLEMÁTICA
El señor Martin Samayoa quien después de haber derrochado el dinero que le dio la
compañía por su terreno, buscaba la ayuda de Míster Still para que le dieran un trabajo de
capataz, pero este lo desprecio y lo mando a buscar trabajo de peón. Desalentado por el
desaire y sin dinero, Samayoa tuvo la suerte de conocer al campeño Máximo Lujan, quien
lo llevo a vivir a su casa, un lugar miserable en el que vivía hacinado con otros
trabajadores de la bananera y le consiguió trabajo como regador de venenoEstanio
Parraga era el abogado que había engañado a Lucho López. Sierra y Cantillano
terminaron pidiendo trabajo de peones en la compañía, como ya lo había tocado a Martin
Samayoa.
Muere un conductor de una gran grúa en un accidente, un jefe gringo se enoja con el
difunto por echar a perder la maquina con valor de miles de dólares y grita encolerizado:
“¡Mejor se hubieran matado cien desgraciados!” Esto provoca una gran indignación de
los trabajadores que no soportan tantas vejaciones, por lo que deciden ir a la huelga. Y
deciden nombrar a Máximo Lujan como director de la misma, quien acepta el cargo a
pesar de que piensa que la huelga se ha hecho en forma prematura.Lo que sucede a
continuación le da la razona Lujan. La huelga es rápidamente reprimida por los militares.
A los compañeros de Lujan se los llevan presos, y a él lo matan y lo entierran debajo de
una mata de plátano.
El viejo Lucio Pardo, como venganza de la muerte de Lujan, a quien le tenía aprecio
como si fuera un hijo, hace volcar el motocarro en el que se conducían un jefe gringo
Míster Foxer ; dos capataces: Encarnación Benítez y Carlos Palomo; y el coronel que
mato a Lujan. Todos ellos mueren en el accidente. Los jefes gringos quieren dar un
castigo ejemplar, y por medio de torturas pretenden hacer confesar a Lucio y sus amigos
sin lograrlo. Pero los ex terratenientes Sierra Cantillano, cuando Lucio Pardo, con el fin
de liberar a los inocentes, se presta antes sus verdugos para confesar que él fue el
atentado. Lucio Pardo muere ahorcado a mano de militares.

Otra lectura que se infiere de la situación de las mujeres en las plantaciones bananeras es la
diferenciación de las ocupaciones, aunque siempre en el espacio privado del hogar; véase el
caso en Viento fuerte pues son ladinas e indígenas que cuentan con la posibilidad económica
dada por el trabajo duro y mancomunado de sus esposos con Lester Mead. Son Roselia de León
(esposa de Adelaido Lucero), Gaudelia Ayuc Gaitán (esposa de Bastián Cojubul). Son mujeres
que ocupan el espacio del hogar y desempeñan en él las labores domésticas. Otras, siempre en
la misma obra, entran circunstancialmente a la esfera productiva cuando llevan sus productos a
vender. Nótese la impresión sobre ellas "Las mujeres eran unas crueles embusteras, risa y risa,
mientras les vendían tortillas, queso oreado, chorizos..." (p. 5). En Prisión verde, el narrador se
limita a mostrarnos cómo "Plácida y su hija terminaban sus faenas en la cocina humosa" (p. 47)
en contraste con el comisariato16 atendido por Rufina y la sirvienta
Prisión Verde, una novela de realismo social, y su más famosa, en la que se describe las
condiciones de vida en las plantaciones bananeras al norte de Honduras. Esta es la
primera novela del género bananero escrita en Honduras, escrita durante la dictadura de
Tiburcio Carías Andino, por lo que tuvo que ser impresa en el exilio en México y
Guatemala. En ella denuncia la apropiacion de tierras y el engaño a los propietarios de
fincas para lograr la venta de estas, también destaca el deber de los proletatios
hondureños de organizarse para exigir sus derechos en forma organizada y no mediante el
uso de la fuerza, tal como se hizo durante la Huelga de 1954, la cual dio frutos al crearse
Código del Trabajo de Honduras de 1959
muestra que los hombres no están exentos del dominio patriarcal blanco, extranjero
y capitalista que los subsume en la fuerza laboral de explotación del hombre por el
hombre.
Los campos bananeros son descritos en la novela como una “prisión verde”, por la
misteriosa atracción que ejercen sobre los trabajadores que viven ahí, quienes a
pesar de ser explotados y vejados en ellos, sienten el impulso a quedarse trabajando
ahí a pesar de todas las dificultades.
Esta novela es sin duda una de las más populares en Honduras, no por la perfección de su
arte literariosino por su valiente denuncia de las condiciones de explotación de los
trabajadores hondureños por parte de las compañías bananeras norteamericanas.
El propósito del autor —más que hacer un aporte literario— es crear una conciencia
política que produzca un cambio social que mejore las condiciones de vida de los
trabajadores hondureños.
En cada episodio del libro siempre hay alguna injusticia de parte de la Compañía
que provoca la indignación de los campeños. Aunque no todos tienen la misma
conciencia de su situación, hay quienes se han acostumbrado a la opresión, la ven
como lo más normal del mundo, y no protestan.
Pero el grupo de Máximo Luján va adquiriendo cada vez más conciencia social. En
contra de los que proponen la violencia ciega como respuesta a la opresión —como
el viejo Lucio Pardo— Luján propone que la victoria de la clase obrera reside en su
capacidad de organización, y que hasta que no hayan creado su propio partido
político y derribado a la dictadura no podrá haber un cambio en las condiciones de
vida de los campeños.

Las mujeres también son víctimas de la opresión capitalista de las bananeras. La miseria
obliga a muchas campeñas a dedicarse a la prostitución.

La situación de los trabajadores empeora cuando suben de precio los productos de


los comisariatos, que eran propiedad de la misma compañía. A los trabajadores el
gobierno les cobra impuestos para crear escuelas y hospitales, y sin embargo no
reciben ninguno de esos servicios.

Frente al cadáver de su compañero, quien murió doblegado por la tuberculosis en plena


faena, Luján dice:
“Este hombre fue uno de los tantos engañados y explotados. Puso su fuerza vital en las
plantaciones, primero con el anhelo de hacer fortuna y, después, por la necesidad de
ganar un mendrugo. ¡Se lo comió el bananal! Murió de pie, con la ‘escopeta’ en la
mano, sirviendo a los amos extranjeros”.

.Máximo Lujan los exhorta para darse cuenta en la miseria que viven y que algún
día será todo diferente, con el derrocamiento del régimen dictatorial de ese entonces,
pero no están preparados aún

Cuando muere un conductor de una grúa en un accidente, un jefe gringo se enoja con el
difunto por echar a perder la máquina con valor de miles de dólares y grita encolerizado:
“¡Mejor se hubieran matado cien desgraciados!”. Esto provoca una gran indignación de
los trabajadores que no soportan tantas vejaciones, por lo que deciden ir a la huelga. Y
deciden nombrar a Máximo Luján como director de la misma, quien acepta el cargo a
pesar de que piensa que la huelga se ha hecho en forma prematura.
Lo que sucede a continuación le da la razón a Luján. La huelga es rápidamente reprimida
por los militares. A los compañeros de Luján se los llevan presos, y a él lo matan y lo
entierran debajo de una mata de plátano.
Ensayo

Todo empieza con la compra y venta de parcelas de tierra, desembocando con partes
accesibles a la venta y con otra parte resistiéndose a la misma.Esto provocado por la
mega compañía del cultivo del banano incrustada en la costa norte de Honduras.
Esta compañía no se presentó con transparencia beneficiando a pocos y perjudicando a la
gran mayoría, como en todo en lo que está relacionado con grandes cantidades de
personas la administración se torna compleja y este caso no fue la excepción.
"Las novelas Viento fuerte, El papa verde y Los ojos de los enterrados componen la
llamada "trilogía bananera", en la que denuncia las actuaciones de la compañía
bananera norteamericana United Fruit Company y el poder económico y político que
esta llegó a alcanzar (Chacón, 2007, p. 45).
En este negocio se involucró personajes trabajadores del estado, los que se prestaron para
dañar a los que más de cerca trabajaban o a los que se relacionaban con la ejecución de
los trabajos del campo.
"Pongo primero BANANOS que HOMBRES porque en las fincas de banano, la fruta
ocupa el primer lugar, o más bien el único lugar. En realidad el HOMBRE es una
entidad que en esas regiones tiene un valor mínimo y no está en el segundo puesto,
sino que en la punta de la cola de los valores que allí se cuentan" (Camacho Alfaro,
2011, p. 119).
En el campo había distintas jerarquía entre los mismos trabajadores, los cuales eran
tratados con la menor delicadeza e incluso eran castigados físicamente si no cumplían
con sus tareas a esto sumarle las enfermedades a las que eran prisioneros provocados por
el ambiente en el que vivían.
Abro un paréntesis para referirme rápidamente a las trabajadoras del sexo. Aquellas que
no lo son ocupan el espacio de las cocinas comunales en labores extenuantes o son
vendedoras en los comisariatos, lo que queda por hacer, forzadas por el deseo de
supervivencia, es prostituirse. Son mujeres de la zona o llegadas a ella por diversas
circunstancias; por ejemplo, en Viento fuerte las prostitutas están albergadas en ranchos
desde donde buscan sus clientes, mientras que en Prisión verde llegan con el tren pagador
Los recién llegados, más en salud, más enteros, chacoteando, recordando, ganosos de ir a
pagar una buena mujer por allá atrás. Allí, en la oscuridad compacta, en los marcos de las
puertas, como fantasmas con dientes de oro, manoteaban algunas mujeres a los que
pasaban, llamándolos, instándolos a que entraran:
¡Ilusión!... ¡Precioso!... ¡Rico! (VF, 21). A la aglomeración de campeños uníanse los
buhoneros, los aldeanos, los colectores de impuestos, las escoltas militares, los tahures,
las meretrices... (Amaya, 1990, p. 107).
Es lamentable hallar en Prisión verde de Amaya Amador y en Viento fuerte de Asturias el
acoso, el hostigamiento, la violación y el asesinato contra las mujeres; para muestra
algunos ejemplos: Soledad reclama el uso de la mirada como apropiación de su
corporalidad.
"Las gentes no me gustan tampoco, me cae mal hasta su modo de verme; parece que
los hombres quieren comerme con los ojos" (PV, p. 88);
Se permitió que grandes masas de personas se movilizaran bajo una ilusión que los
terminó atrapando, y no permitiéndoles poder desistir de dicho embrujo, motivados con la
idea de una vida mejor, apantallados y más temprano que tarde se dieron cuenta que
incluso con su escases en sus lugares de origen vivían mejor.
Los poderes de dominio son sociales, grupales y personales, permiten explotar y
oprimir a personas y grupos y todo tipo de colectividades. Se concretan en procesos
concatenados de formas de intervenir en la vida de otras/os, desde un rango y una
posición de superioridad (valor, jerarquía, poderío) (Villareal, 2001, p. 3).
Es entonces que los narradores focalizan la existencia de personajes masculinos
perfilados desde la dominación por otros hombres y que a su vez, conforman una eslabón
más en la sujeción social y de género hacia las mujeres. Recordemos la valoración
comercial capitalista que pinta estas obras como recordatorio de lo que fue el enclave en
la región centroamericana; tanto hombres como mujeres fueron infravalorados en
funcionalidad de la fruta que generó ganancias para el sistema en donde la fuerza de este
les determina su ocupación; en particular como ente transnacional y debido a la ausencia
de la cabeza corporativa, la compañía bananera es quien los retiene para sí. Pueden
ubicarse físicamente los capataces y los mandadores, pero eso no exime que opere un
sistema invisible, no por eso inexistente de subyugación.
Es entonces que Prisión verde de Ramón Amaya Amador y Viento fuerte de Miguel
Ángel Asturias exponen la fuerza laboral femenina pero no valorada ni para el sistema
capitalista local mucho menos para las corporaciones extranjeras; esas labores tampoco
brindan posibilidades de superación aunadas al hecho de ser mujeres y de encontrarse con
las desventajas del analfabetismo, la pobreza, la explotación laboral y sexual. Es
indiscutible el paralelismo entre el dominio sexual y el dominio político/laboral, que a su
vez se extiende hacia la geografía como forma de dominio corporativo. El rol subalterno
de las mujeres en las novelas explica el ámbito privado en donde los hombres por el
machismo ejercen la sujeción de estas; en contraste, la clase trabajadora masculina
igualmente sufre una situación de domino no mayor que la vivida por la contraparte
femenina. Sin embargo, hay un punto en común en las dos obras y es el uso de la
violencia, ejercida tanto para los hombres como para las mujeres, y ello explica la
tendencia del enclave bananero en nuestras costas centroamericanas. Finalmente, a pesar
de la idea de frustración que las obras denotan con la prisión verde, la solución está en
irse de ella, si bien es cierto es una prisión sin rejas lo es por la necesidad de un progreso
económico para las masas trabajadoras; se va de ahí Martín Samoyoa con una nueva
familia, subyace la esperanza al menos de un comienzo en otro lugar; mientras que el
viento fuerte sacude todas las estructuras por igual, los que sobreviven son los que han
hecho siempre la lucha, son los indígenas y los mestizos, después de todo permanecerán
en sus tierras trabajando para un mejor futuro. Con esas posibilidades cierran las obras
para indicar que no todo está perdido
Los representantes del gobierno, deben preocuparse por el bienestar de cada individuo,
asegurándose que no se violen sus derechos (salud, educación, alimentación, etc.),
independientemente de con quien estén negociando y lo que esto implique ya sea para
crecimiento personal o del mismo estado, ya que no se debe ganar lo poco perdiendo lo
mucho y este caso en particular la salud e incluso la vida de los trabajadores.
En este punto, y desde el inicio y/o ingreso de estas compañías se debe plantear y/o
analizar los beneficios y los contras de dichos acuerdos, donde ninguna de las partes
salga menos beneficiada que la otra. Lo mejor es socializar la idea o negociación o por lo
menos asignar un representante de cada una de las partes (representante compañía
extranjera, representante del estado y representante de los campesinos) estos deben estar
de acuerdo para poder tomar una decisión de que hacer y cómo hacer, de lo contrario no
alterar la actividad de la gran mayoría, bajo ningún argumento que no plantee claramente
la razón de dicha acción.
De lo leído, y sucedido hace tanto tiempo aún está presente en los hondureños ya que
marco con sucesos importantes en general al estado de Honduras.Dejando con doble
sabor a los relacionados en esta industria ya que para algunos fue un abanico de
oportunidades para su desarrollo personal como, educación, salud, vivienda, transporte,
etc., esto se dio más para los hijos de los trabajadores, pero para los trabajadores esto fue,
exceso de trabajo, distanciamiento de la familia, enfermedades, mala alimentación, etc.
También de alguna manera el país se dio a conocer en otros países por la industria de la
fruta, trayendo beneficio económico, y la oportunidad de empleo para las personas.
Debido a su desempeño de alguna manera esta empresa ya no existe, desarrancada por la
manifestación de los trabajadores al abuso de los empleadores.

Referencias bibliográficas

Amaya Amador, R. (1990). Prisión verde. 6a edición. Tegucigalpa: Editorial Universitaria.


Asturias, M. Á. (2000).

Viento fuerte. Guatemala: Piedra Santa. Caballero Mariscal, D. (septiembre-octubre, 2011).

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