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Índice
1 Nacimiento
2 Vida
2.1 Duque de Suabia
2.2 Los primeros años
2.2.1 Las circunstancias de la elección de rey
2.2.2 Primeros pasos en la política imperial
2.2.3 Preparación para la coronación de emperador
2.2.4 El primer viaje a Roma
2.2.5 Cambios estructurales en el Imperio
2.3 La política italiana
2.3.1 El conflicto con el papado
2.3.2 La segunda campaña italiana
2.3.3 El cisma
2.3.4 Reconciliación con el papa y las comunas
2.3.5 La batalla de Legnano
2.4 El proceso contra Enrique el León
2.5 Cruzada y muerte
3 Programa imperial y pensamiento
4 Descendencia
5 La imagen posterior de Barbarroja
5.1 Historiografía
5.2 Sagas
5.3 Barbarroja en la literatura
6 Bibliografía
6.1 Fuentes
6.2 Fuentes secundarias
7 Véase también
8 Notas
9 Enlaces externos
Nacimiento
El lugar de nacimiento de Barbarroja no se conoce con certeza. Su madre, Judith de
Baviera, de la Casa de los Güelfos dio a luz, según la única prueba documental, a
su primer hijo en un castillo cerca de Altdorf, donde en la actualidad está la
ciudad de Weingarten. Debido a que en la época era habitual que la madre diera a
luz a los hijos en su patria, es probable que Federico naciera en la tierra de su
madre. Sin embargo, no es seguro que este primer hijo fuera en efecto Barbarroja,
debido a la elevada mortalidad infantil de la época.
Vida
Duque de Suabia
Como hijo del Hohenstaufen Federico II, el Tuerto, duque de Suabia, y de la güelfa
Judith de Baviera, hija del duque Enrique el Negro de Baviera y Wulfhilda de
Sajonia, Federico era heredero de las dos familias nobles enemigas que dominaban el
Sacro Imperio en la época. Tras la muerte de su padre en 1147, se convirtió en su
sucesor como duque de Suabia con el nombre de Federico III. Barbarroja continuó la
política de su padre, concentrándose en los asuntos internos del ducado, mientras
su tío Conrado III se dedicaba a mantener y aumentar su poder como rey. Durante las
discusiones sobre derechos entre Conrado y los Güelfos, parece ser que Federico
mantuvo una posición neutral o incluso que intervino para proteger a los güelfos de
Conrado.
Esta inusitada rapidez sólo se explica si se tiene en cuenta que Conrado III lo
había planeado todo con anterioridad, en preparación a su viaje a Roma para ser
coronado emperador. Pero los preparativos habían sido hechos para su propio hijo y
no para Barbarroja, un procedimiento que era habitual para asegurar la continuidad
dinástica debido al peligro que representaba un viaje largo. Según un testimonio
escrito de Otón de Freising que ha llegado a nuestros días, Conrado cambió de
opinión y finalmente decidió, poniendo el bien común por encima de los derechos
dinásticos, proponer para la elección a rey a su sobrino Federico en vez de su
propio hijo. Parece ser que temía que una regencia de su hijo de 8 años, visto el
conflicto existente con Enrique el León, no trajese la deseada paz. Es dudoso que
las explicaciones de Otón de Freising sean ciertas: Freising escribió su relato
sobre las circunstancias de la elección cinco años después de la coronación de
Barbarroja, cuando éste ya estaba firmemente asentado en el trono. Es más probable
que Federico de Suabia supiera reunir los apoyos de los diferentes —y a menudo
enemistados— partidos a base de diplomacia. Hay informes de diversas reuniones
entre Federico y los grandes del reino durante el tiempo en que el trono permaneció
vacante, y es posible que durante esas conversaciones prometiera cargos y tierras y
ganara votos para su causa. Entre otros, su primo Güelfo VI consiguió, tras la
entronización de Barbarroja, un ducado y el título de diversos señoríos en Italia
(Spoleto, Toscana y las islas Cerdeña y Córcega). Enrique el León logró Baviera un
poco más tarde, en 1156, como pago por su voto. Baviera, que había sido ambicionada
por Enrique durante largo tiempo, había sido arrebatada a la casa de Bamberg en la
Dieta de Goslar de 1154. Enrique II Jasomirgott, que había sido nombrado duque de
Baviera por ser medio hermano de Conrado III, fue resarcido por la pérdida. Antes
de la entrega de Baviera a Enrique el León, se separó la marca oriental y se
convirtió en el Ducado de Austria, que fue entregado a Enrique II Jasomirgott.
Enrique III Jasomirgott se convertía así de nuevo en duque y no era vasallo de
Baviera. Además consiguió algunos derechos especiales (véase más abajo en
Desarrollo y cambios estructurales en el reino). El duque Ladislao de Bohemia fue
nombrado rey de Bohemia en anticipación a sus servicios. A Bertold IV de Zähringen
se le confirmó la representación del rey en Borgoña y la promesa de derechos en el
Jura.
En junio de 1154 Federico I convocó una dieta en Goslar. Enrique el León consiguió
durante la reunión el derecho a investir obispos en territorios del Báltico.
También en la cuestión del ducado de Baviera, Barbarroja decidió a favor de
Enrique, aunque sin solucionar definitivamente el conflicto.
Antes del 2 de marzo de 1147, Federico se había casado en Eger con Adelaida de
Vohburg, hija del margrave Diepold III de Vohburg y Cham y heredera del Egerland.
El matrimonio, sin hijos, fue anulado en marzo de 1153 en Constanza, lo que no
impidió que el emperador entregara Egerland a su primo Federico de Rotemburgo.
Adelheid volvió a casarse con el miembro güelfo de la dieta de Ratisbona,
matrimonio que está atestiguado entre 1152 y 1180.
Durante esta época, Federico cambió la estructura señorial en todo el Imperio. Por
ejemplo, convirtió el fodrum, que la nobleza italiana debía entregar al emperador
tras su coronación, en un impuesto regular. Junto con los pagos de las ciudades
italianas, este movimiento dio un fuerte empujón a la naciente economía monetaria.
También la estructura del ejército se modificó. Además de los nobles obligados por
juramento, cada vez se emplean más soldados.
El poder territorial del emperador se extendió sobre todo por el aumento de los
territorios reales en Turingia y por la fundación de las ciudades de Pegau y
Chemnitz.
La política italiana
El conflicto con el papado
Antes del viaje, Federico tuvo que reunir aliados. Así, por ejemplo, intentó
mejorar sus relaciones con los Babenberg, que se habían tenido que retirar a
Austria, con una fallida campaña militar en verano de 1157 en la que intentaba
recolocar en el trono ducal de Polonia a Ladislao II, emparentado por matrimonio
con los Babenberg. En enero de 1158 elevó al duque Ladislao II de Bohemia, también
emparentado con los Babenberg, a rey de Bohemia. Se aseguró la buena voluntad del
arzobispo de Brema decidiendo en contra del papa en la disputa entre el arzobispado
de Bremen y el de Lund acerca de la supremacía sobre la iglesia en el norte del
Imperio. Además permaneció inactivo cuando el arzobispo Eskil de Lund fue apresado
en Borgoña durante su viaje de vuelta de Roma. A la vez, con ello pretendía influir
en la disputa sobre la sucesión de la corona danesa.
En octubre de 1157 Barbarroja convocó una dieta en Besançon con el fin de subrayar
sus derechos señoriales en Borgoña. Allí, dos legados papales exigieron la
liberación de Eskil de las manos de los partidarios del emperador. Se produjo un
escándalo a causa de un comentario - más bien secundario - en el que se denominaba
como beneficium el título de emperador. Esto, que podía traducirse como feudo o
como buena acción, fue traducido por Reinaldo de Dassel, desde 1156 canciller
imperial y uno de los más íntimos confidentes del emperador, como feudo. Hay que
señalar que los enviados papales se encontraban presentes y no protestaron por la
traducción. Cuando, como consecuencia, se registró el equipaje de los legados, se
hallaron numerosos privilegios previstos para los obispos alemanes, con los que se
quería minar la autoridad del emperador a favor del papa. Estas dos provocaciones
se convirtieron en puntos centrales de una campaña de propaganda contra el papado,
con la que Federico consiguió el apoyo de la mayoría de los obispos alemanes. Estos
prohibieron al clero la apelación a la curia romana.
En la dieta y en el descanso invernal que le siguió, las visiones del Estado que
tenían el emperador y el papa chocaron: tras la ampliación de la reestructuración
administrativa de Federico hacia los territorios italianos reclamados por el papa,
sobre todo a diferentes obispados y los Territorios de Matilde en la Toscana, así
como el comienzo de negociaciones con la ciudad de Roma, en la primavera de 1159
apareció una delegación papal en la corte imperial para exigir que se retiraran
esas nuevas regulaciones. Barbarroja desoyó a los legados con el argumento de que
los obispos no poseían territorio propio, sino que sus señoríos se encontraban en
territorio del Imperio, sobre el que él, como emperador, tenía la potestad. Al
mismo tiempo, el papa inició negociaciones con Milán, que preparaba de nuevo un
ataque militar al emperador, mientras que Barbarroja recibía, al mismo tiempo que a
los legados papales, a una delegación de la ciudad de Roma.