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1. Aceite de palma: mejor que las grasas hidrogenadas, pero malo para el planeta
Es un ingrediente habitual no solo en patatas fritas de fast food también en margarinas, bollos, panes, cereales de
desayuno, noodles instantáneos, champús, lápices de labios, velas, detergentes, chocolates y helados, según informa el
Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). “En la industria alimentaria se ha vendido como sustituto de las nocivas grasas
hidrogenadas, pero no es el más adecuado porque contiene un alto porcentaje de grasas saturadas que perjudican la salud,
elevando, por ejemplo, el colesterol malo”, alerta María Astudillo Montero, bióloga, especialista en nutrición y directora de
Alea Consulta Dietética (Salamanca). Además, si le preocupa la naturaleza, ha de saber que su producción está acabando
con muchos bosques tropicales. Y los agroquímicos que requiere el monocultivo industrial (fertilizantes y pesticidas)
contaminan ríos, reducen la biodiversidad y pueden suponer un riesgo para la salud de la población de esas zonas, según
Amigos de la Tierra.
¿Y por qué llevan azúcar las patatas fritas? "Para conseguir un color dorado a través de la caramelización", responde la
bióloga María Astudillo
El Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC) la define como “un pequeño microbio de características
vegetales que se utiliza para hacer crecer la masa del pan y elaborar bebidas alcohólicas, como el vino, la sidra y la
cerveza”. El extracto de levadura tiene un uso muy extendido entre los alimentos precocinados. “Es un potenciador del
sabor que incluso confiere cierto gusto a carne a los alimentos a los que se añade. También se emplea porque al estar
presente en la fritura produce en los alimentos una costra crujiente. Es inocuo para el organismo”, señala Roberto Cabo.
Los ingredientes básicos para preparar las hamburguesas más comunes y tradicionales son los siguientes: