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Introducción

Planteamiento del problema

La comprensión lectora es una de las habilidades más importantes que los estudiantes
adquieren durante su proceso de aprendizaje. Según Alliende y Condemarín (2005), la
lectura, fundamentalmente, es el proceso de comprender el significado del lenguaje escrito,
no obstante durante la iniciación del aprendizaje de la lectura nos encontramos con un sin
fín de estrategias para desarrollar la comprensión lectora, que parecen no llegar a este
resultado. A lo largo del tiempo diversos establecimientos han trabajado con la finalidad de
mejorar esta habilidad en los niños, por otra parte algunos siguen apostando a modelos
tradicionales, los cuales han sido utilizados por años, sin embargo, la variación de los
resultados no evidencia grandes cambios en el área.
Tomando en cuenta datos estadísticos del SIMCE a nivel nacional podemos concluir que la
baja comprensión lectora en nuestra población estudiantil es un problema que no ha sido
abordado de la manera adecuada, ya que las mejoras en comparación a años anteriores
son mínimas.
Hablamos de la comprensión lectora como la habilidad de poder comprender lo que se lee,
generando opinión y participación en los diferentes textos que se leen de manera
obligatoria en el ámbito escolar, pero hemos dejado de lado el desarrollo de la motivación y
la libertad por el acto de leer.
En la actualidad la mayoría de los colegios practican las lecturas obligatorias mensuales,
con lo que logran medir esta capacidad de comprensión, no obstante la literatura que se
abarca no ha variado con el tiempo, se siguen utilizando los mismos libros que
seguramente leyeron generaciones anteriores durante años. La lectura entonces se les
presenta a los niños con un lenguaje poco familiar, no se pone énfasis en las ilustraciones
y se deja de lado el encantamiento y atractivo.
Ofrecer a los niños la posibilidad de escoger libros, artículos o revistas de su interés podría
ser el comienzo del cambio, “El lector tiene libertad para elegir: el lugar, el tiempo y la
modalidad de lectura que él quiera y crea conveniente” (Alliende y Condemarín, 2005, p.
23), lo que va directamente relacionado al desarrollo de la motivación. Permitirles generar
opiniones acerca de las portadas de un libro, o dejar que se guíen por el colorido de las
ilustraciones podría darnos el paso a que comiencen a interesarse por el acto de leer.
La motivación por la lectura es entendida como el interés del estudiante por la lectura, el
disfrute de los espacios
destinados a ella (no visto como una actividad obligatoria) y la valoración positiva del
debate en torno a las lecturas y
los libros. Los estudiantes que disfrutan con la lectura que ellos mismos seleccionan y
dedican tiempo personal en ella, son
estudiantes que logran mejores resultados. Se ha demostrado que la motivación lectora de
los niños está significativamente
relacionada con sus habilidades lectoras (Baker & Wigfield 1999; Wang & Guthrie, 2004,
todos presentes en McGeown, Sarah;
Norgate, Roger; Warhurst, Amy, 2012).

Conceptos claves:
 Compresión lectora
 SIMCE
 Habito de estudio
 Deserción escolar
 Recursos
Objetivos de la investigación

Establecer los cambios en el interés por la lectura y la comprensión lectora en los alumnos
de 3ro básico.

Identificar el nivel de comprensión lectora en los alumnos de 3ro básico

Pregunta de investigación:
¿Qué interés presentan por la lectura los alumnos de 3ro básico, así mismo, logran
comprender el texto leído?
(Comprender lo leído)
Escaso interés por la
Árbol: tarea

Pobreza en el vocabulario Bajo rendimiento

Bajo interés por la lectura


y poca comprensión en
los alumnos de 3ro básico

Padres que no incentivan


la lectura en sus hogares
Estrategia inadecuada de
los docentes
No se cuenta con un
programa de promoción
de la lectura

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