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Universidad Autónoma de San Luis Potosí

Facultad del Hábitat


Maestría de Historia del Arte Mexicano
Berenice Sánchez Martínez

García Martínez, Bernardo /La creación de la Nueva España

Zempoala era un señorío mesoamericano tributario de México Tecnochtitlán cuando Hernán


Cortés desembarcó en sus costas junto con 600 soldados en 1519. En ese entonces Mesoamérica
estaba conformada por aproximadamente un millar y medio de señoríos regularmente
pluriétnicos, la mayor parte de estos altepetl –como se denominaba en náhuatl a estas formas de
organización- estaban sujetos a rendir tributo a los mexicas conservando su autonomía aunque
algunos otros si eran totalmente controlados por aquellos. A la llegada de los españoles, el
tlatoani de Zempoala decidió aliarse con ellos y esta decisión marcó de cierta manera el curso de
la historia de la conquista, desde entonces y hasta 1524 o 1525 se celebraron alianzas –o sumisión
por vía pacífica- de los señoríos tlaxcaltecas, los señoríos totonacos serranos, los zapotecos
serrano y otros más.
Historia de México I

El punto interesante del tema de las alianzas es entender por qué algunos señoríos se aliaron y
otros se lanzaron a la batalla, según el autor para los señoríos dominados por los tenochcas, la
coalición con los españoles representaba de cierta manera un escape de este dominio a uno que
quizá podría haberse considerado “más aceptable”, por otro lado la mayor parte de los señoríos
independientes optaron por defenderse. En este sentido, se puede decir que los pueblos estaban
habituados a los constantes cambios, que la llegada de los españoles fue un cambió un poco más
brusco pero en el mismo sentido de dominación, el autor señala como el pasado de luchas y
dominios entre los señoríos de Mesoamérica facilitaron la conquista. Para Hernán Cortés el
propósito desde su llegada fue el de conquistar México-Tenochtitlán y las alianzas con los
señoríos en especial con el de los tlaxcaltecas reforzaron su poder militar. La guerra con los
tenochcas duro un poco más de un año y consistió en sitiar la ciudad, la resistencia murió de
hambre y enfermedades traídas por los españoles. Después de la caída de México Tenochtitlán,
Cortés se dio cuenta que la estructura e infraestructura política dejada por los mexicas era de
mucha utilidad y a partir de ella podía continuar con el imperio que los primeros habían iniciado,

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los señoríos que eran tributarios lo seguirían siendo y se agregarían los señoríos independientes
que habían sido conquistados. Según el autor, la desilusión llegó para varios tlatoanis pues lejos
de materializarse un proyecto liberador, los españoles tomaron la ciudad conquistada
convirtiéndola de nuevo en centro de poder ahora en manos de la corona española, nace así la
Nueva España y su capital rediseñada y reedificada México.

Debido a que la Nueva España siguió el mismo esquema del imperio mexica, los señoríos
permanecieron y permaneció también el tributo que tenían que entregar, para dar cumplimiento a
este deber se designó a los tlahtoque –gobernantes de cada señorío- que en adelante se llamaron
caciques. Este sistema de dominio intermedio se consolidó con el nombramiento de un
encomendero, que se hacía cargo del orden, la disciplina y que los tributos se entregaran en forma
por parte de cada señorío o encomienda.

La cuestión religiosa también fue fundamental en la conquista pues las incongruencias e


injusticias se justificaban en tanto que las acciones fueran un instrumento para difundir la fe
cristiana y el dominio de la iglesia. De este modo todas las acciones de los españoles eran
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acompañadas de un ritual religioso, se destruían los ídolos de los mesoamericanos y se instalaba
una cruz. Si bien los encomenderos tenían entre sus responsabilidades la difusión de la fe, la
ardua tarea de la evangelización la tomaron los misioneros de las órdenes mendicantes en su
mayoría, los primero en establecerse en la Nueva España fueron los franciscanos en 1524.
Además de inculcar la fe, la educación y la organización comunitaria –todo esto giraba en torno a
lo religioso- fueron tareas muy importantes para los frailes. En la jurisdicción de cada señorío se
fundaba una doctrina que era el equivalente de una parroquia y era de suma importancia que la
familia nativa de mayor rango fuera evangelizada pues a partir de ellos emanaba la influencia
para el resto del pueblo; en este sentido los encomenderos, los caciques y los doctrineros
formaban un equipo con vínculos estrechos que hacían funcionar a la sociedad de la conquista.

Al iniciar el proyecto señorial, los caciques acompañados de la nobleza nativa, gozaban de


muchos privilegios por ser los “señores naturales” y estos privilegios eran envidiados por los
encomenderos, quienes querían tener posesión sobre tierras y que sus posiciones fueran
hereditarias. La corona se opuso a la repartición de poder y solo Cortés obtuvo un señorío

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hereditario título nobiliario llamado el Marquesado del Valle de Oaxaca, aunque el poder
adquirido en realidad no fue tan claro pues sus tierras se encontraban repartidas en diferentes
regiones de la Nueva España. En este sentido la corona española emitió una orden en 1538 donde
se dejaba de considerar como “señores” a los caciques y los señoríos en adelante se tratarían y
llamarían pueblos con su consecuente estado de mayor dependencia, siguiendo con esta iniciativa
se inició el proyecto donde los pueblos tenían que reestructurarse para formar parte de la Nueva
España cuyo mando se encontraba en la Ciudad de México. En 1524 se creó un órgano
coordinador y consultivo llamado el Consejo de Indias para solventar muchísimas cuestiones
pragmáticas que permitieran el buen desarrollo del gobierno en la colonia, por un lado detener las
ambiciones y los abusos –entre ellos el esclavismo por herencia o compra- de los encomenderos,
además existía el debate de si los nativos debían esclavizarse por ser paganos y salvajes o si estos
eran seres humanos con derecho naturales y políticos. Tratadistas ilustres como Francisco de
Vitoria defendieron esta postura y gracias a ellos la conquista tuvo un tinte humanista, sin que
esto quiera decir que no existió la dominación y el abuso pues la realidad fue que la corona
declaró a los nativos como menores de edad por lo tanto no podían tomar decisiones y se les
impusieron limitaciones políticas, sociales y jurídicas.
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Aunque en 1522 se había declarado a Cortés gobernador, capitán general y justicia mayor en la
Nueva España, la realidad era que su poder era limitado y no había una autoridad ejecutiva clara
y estable, debido a lo anterior la corona envío en primer término (1524) a oficiales reales (un
tesorero, un contador, un factor y un veedor) para asegurar los botines y tributos que
correspondían al rey. El desorden y las luchas por el poder eran muy fuertes, los encomenderos
habían estado cometiendo muchos abusos sobre la gente común y corriente debido a sus
ambiciones, la corona instauró una primer audiencia que no funcionó pues sus miembros eran
también ambiciosos y las rencillas se hicieron presentes, fue hasta la instauración de la segunda
audiencia conformada por letrados y eclesiásticos como Vasco de Quiroga y Sebastián Ramírez
de Fuenleal quienes bajo la prerrogativa de la “defensa de los indios” daban forma a un nuevo
escenario político.

Debido a que el poder de la corona seguía siendo débil, se planteó la necesidad de establecer
ramificaciones regionales controladas por personas enviadas por la corona, para ello se retomó la

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configuración, estructura y concepto del señorío mesoamericano. La corona colocó jueces o
corregidores al mando de los señoríos regularizando así las cuestiones administrativas y de
administración de justicia enmarcados en los ámbitos jurisdiccionales de cada uno de estos
territorios, fue así como se le dio continuidad al pasado prehispánico. La tasación fue un sistema
que también se implantó con la llegada de los corregidores y a través de ella se regulaban los
tributos, se fueron limitando así los abusos tributarios de los encomenderos y caciques hacia el
pueblo en general. Un elemento importante en la regulación iniciada por la corona fue el señalar
que los nativos eran también vasallos del rey por lo tanto tenían derecho inviolables incluyendo el
de poseer tierra.

Continuando con la re-estructuración por medio de señoríos, la corona tuvo como propósito
convertirlos en cuerpos de gobierno ajustados a las formas y prácticas castellanas donde los
caciques –denominados desde este momento principales- ocupaban posiciones de mando que una
vez declaradas legitimas también eran hereditarias, aunque las normas de sucesión se ajustaban a
los principios cristianos y no a los nativos. Es así como cada señorío tenían una particular forma
de gobierno que había sido heredada de lo prehispánico y que mezclada con lo español y que se
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llamó cabildo. A los cabildos se les llamó también “cuerpo de república”, “república de
naturales”, “república de indios” o “república”; cada una tenía una caja de comunidad o tesorería,
entendamos pues que la comunidad era el tesoro público, así cada pueblo tuvo en su república un
cuerpo de gobierno y en sus comunidad un conjunto de bienes colectivos. Aunque los pueblos se
ajustaron a las leyes españolas a nivel funcional siguieron apegados a los modelos
mesoamericanos.

A este tipo de asentamientos se sumaron aquellos que la gente venida de la España fundaba, a
estas personas se llamaba pobladores y eran estimulados por la corona a poblar América. Las
fundaciones españolas que eran promovidas regularmente por conquistadores o encomenderos y
que en algunos casos llegaron a obtener el título de ciudad, eran fundadas en el espacio mismo
de un señorío invadiéndolas y algunas otras se asentaban en vías intermedias aprovechando los
caminos intermedios. La relación entre señoríos y fundaciones españolas fue de vecindad,
competencia y desigualdad y generaron movimientos migratorios, dependencia o desarraigo de
unas con otras; es innegable que estos escenarios y sus vínculos fueron el escenario del mestizaje

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cultural que muy pronto fue un fenómeno de grandes dimensiones que crecía y se extendía en
todas direcciones. Algunas de las nuevas actividades de estas fundaciones fueron la minería, le
sericultura, la siembra del trigo, la producción y comercialización del añil y la grana y la de
mayor impacto a nivel geográfico y cultural fue la ganadería, pues además de cambiar el paisaje
el consumo de carne se popularizó y su imagen eran símbolos nunca vistos por los nativos.
Además de nuevas actividades hubo transformaciones en el tejido social que calaron de manera
profunda, los españoles comenzaron a sentir diferencias entre los españoles venidos de Europa y
los nacidos en México, como es lógico los primeros y aquellos que tenían fuertes vínculos con la
Península eran los que tenían mayores privilegio, a ellos se les llamaba gachupines. Por otro lado
los españoles nacidos en la nueva nación y que irremediablemente se veían influenciado por el
ambiente natural y cultural de México, eran llamados criollos. Para la población india también el
asunto de la llegada de estos nuevos pobladores fue complicado en el sentido de que muchas
etnias decidían mestizarse y otras rechazaban esta mezcla, la complejidad cultural, étnica,
lingüística y socioeconómica siguió existiendo. La presencia del mestizaje fue el panorama
general de la sociedad mexicana, aunque se notaban fuertemente situaciones de dominio o de
ruptura, se puede decir que hubo integración social sin dejar de notar que existían clases en
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mejores condiciones que ostentaban el poder.

Esta complejidad social, económica y política hizo que la audiencia del gobierno central de la
Nueva España enviará a un virrey, que tenía los cargos de gobernador, capitán general y
presidente de la audiencia; la alta política novohispana se completaba con los obispos. Por otro
lado, uno de los grupos más poderosos y pujantes de México eran los pobladores pues ellos no
estaban atados a ninguna cadena de autoridad y eran un elemento clave en la construcción de la
nueva economía. Debido a que este grupo de cierta manera se encontraba ingobernable y
tomando en cuenta los esfuerzos que venía haciendo la corona por tomar el control de las
ciudades, se comenzó un proyecto de limitación de autonomía por medio de la extensión de
autoridades locales. Uno de los asuntos que provocaban desequilibrio entre los grupos sociales
gachupines y criollos era sin duda la necesidad de mano de obra, tanto pobladores como
encomenderos hacían uso de los esclavos sin embargo la mayor parte de la mano de obra
provenía del tributo y a esto solo tenían acceso los encomenderos. Por ello la corona decidió que
el trabajo conocido también como ”servicio personal” ya no era parte de tributo, la repartición de

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la mano de obra sería controlada por el gobierno central y remunerado por los grupos o
individuos beneficiados, ya fueran encomenderos, mineros, labradores, etc.; de esta manera el
gobierno central podía intervenir de manera directa en asunto que otrora solo incumbían a cada
señorío.

La expansión territorial fue también una señal de la consolidación del gobierno de la Nueva
España, para entonces la Ciudad de México era ya la capital, centro del poder de un gran
territorio; al contrario de los mexicas quienes estaban centrando sus conquistas hacia las regiones
del oriente, los españoles pusieron mucha atención al occidente y al norte, quizá debido a la
riqueza minera de estas regiones. Estos terrenos del norte tan amplios y tan desconocidos para los
conquistadores fueron escenarios de una conquista diferente, al inicio parecía que se llegaba a
espacios vacíos pero en realidad estas regiones eran habitadas por cazadores-recolectores; los
asentamientos españoles alteraron la vida y las rutas de estos grupos quienes iniciaron así la
defensa por su territorio y su cultura conocida como la guerra chichimeca. Los españoles al no
encontrar un sistema tributario o algún esquema de producción que pudiera beneficiarlos no se
manifestaron interesados por respetar o negociar con estos grupos y estos grupos también
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mostraron repudio a los recién llegados, estas diferencias y conflictos se acentuaron con el
crecimiento de las fundaciones norteñas. Entre ellas se pueden mencionar Zacatecas, Nueva
Vizcaya, Nuevo León y Nuevo México.

El haberse apropiado del Norte cambió de manera radical la conformación de la Nueva España,
reorientó su economía y dio pie a una geografía mexicana muy particular e inconfundible.
Paralelo a la conquista el norte o Tierradentro, fueron desapareciendo los grupos y prácticas
propias de la sociedad de la conquista, fueron disminuyendo también los grupos de indios y
aunque la identidad de la Nueva España se basaba en gran medida en modelos prehispánicos, lo
cierto es que el mestizaje tomó su lugar preponderante y Mesoamérica se convirtió en herencia
histórica.

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