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de los temas del curso y su marco analítico para el análisis de un caso específico. La monografía
podrá tener una extensión máxima de 5.000 palabras.
Introducción
Desde mediados del siglo XX, los países de América Latina y el Caribe se han
caracterizado por la implementación de políticas públicas que han intentado promover
el fortalecimiento de las capacidades de producción domésticas. En sus inicios, dichas
medidas tuvieron una naturaleza reactiva, en virtud de la disrupción del comercio
internacional producto de la crisis del treinta y de la segunda guerra mundial, y se han
enmarcado dentro del amplio proceso denominado Industrialización por Sustitución de
Importaciones. Bajo este manto, los gobiernos de la región se abocaron a producir
localmente las manufacturas antes importadas. La batería de políticas implementadas,
que incluía subsidios directos, cuotas y aranceles de importación, se fundamentaba
principalmente por el argumento teórico elaborado por Raúl Prebisch (1950), que
basándose en información sobre el comercio exterior latinoamericano, sostenía que la
“tendencia al deterioro en la relación de precios del intercambio [de los bienes primarios
vis a vis los industriales]” era clara expresión de una posición desventajosa para los
países en desarrollo. Prebisch (1950) resaltó la relevancia del “cambio técnico y su
impacto diferencial respecto de los bienes industriales y los primarios”. Por ello mismo,
se concluía que la fortaleza de una economía se debía a su sector manufacturero y,
asimismo, que el desarrollo del mismo no sería producido por el mercado en los países
en desarrollo (Celo y Rodríguez-Clare, 2006:6).
Más allá de conseguir ciertos resultados, las políticas industriales aplicadas desde la
década del cincuenta hasta mediados del setenta no produjeron los resultados esperados
en la región, que no logró aumentar significativamente su productividad y reducir la
brecha con los países desarrollados, se mostraron incapaces de aumentar la capacidad
exportadora y sufrieron de un importante déficit de control de resultados y
accountability (Celo y Rodríguez-Clare, 2006:6). Más aún, con la crisis del estado y de
la deuda de la década del ochenta y la subsiguiente prevalencia de un paradigma
centrado en las bondades del libre mercado, este tipo de iniciativas fueron
descontinuadas y deslegitimadas. Sin embargo, las políticas de ajuste estructural
tampoco generaron los dividendos esperados en relación a la reducción de los gaps de
productividad, lo que ha generado una oportunidad para el retorno de las previas
políticas de forma revisitada, ya no como política industrial, sino bajo el nuevo enfoque
de las denominadas políticas de desarrollo productivo (PDP) (Cornick et. al., 2018).
Esta perspectiva asume la liberalización del comercio exterior e intenta modificar la
distribución presente de las ventajas comparativas locales, de forma de fomentar la
exportación de productos manufacturados, bienes con alto contenido tecnológico y
servicios (Celo y Rodríguez-Clare, 2006:13).
Dentro del presente trabajo, se analizarán las dos fases del programa de creación de
capacidades exportadoras que se encuentra implementando la Agencia Brasileña de
Promoción de las Exportaciones y las Inversiones (APEX) a través de la lente teórica de
la literatura específica sobre las PDP explicitada en el marco teórico. Para la tarea de
analizar las dos fases del Proyecto de Extensión Industrial Exportadora (PEIEX), se
utilizará la descripción análisis del mismo realizado por el Programa de Investigadores
de la Secretaría del Comercio del Ministerio de Producción de la República Argentina
(Obaya, M. & Schwertz-Weirich, 2018). Dicha agencia es “una entidad privada, sin
fines de lucro, que tiene como objetivo desarrollar la competitividad de las empresas
nacionales, promover la exportación de productos y servicios brasileños al exterior y
atraer inversiones al país.” (Obaya, M. & Schwertz-Weirich, 2018: 6)
Marco Teórico
Para el análisis del caso, se definirá a las PDP como bajo la definición de Melo y
Rodríguez-Clare (2006: 5), que consideran a las mismas como “políticas que
promueven el desarrollo de la estructura productiva de una economía nacional (…) con
el objetivo de aumentar el crecimiento y mejorar la competitividad de la economía
mientras mejoran asimismo los niveles de vida de la población”. Asimismo, dentro de
este tipo de políticas, los autores diferencian dos enfoques: el demand-driven approach
y el strategy driven approach. Mientras que el primero se concentra en fortalecer las
capacidades en virtud de las necesidades de los sectores presentes dentro de la economía
nacional, el segundo se enfoca en mejorar las capacidades de sectores identificados
estratégicos en el mediano y largo plazo a través de políticas selectivas (Melo y
Rodríguez-Clare, 2006:13-14). Por último, las PDP se pueden diferenciar por el tipo de
instrumento utilizado para su implementación. En este sentido, es necesario diferenciar
las intervenciones de mercado –“que alteran los precios y por lo tanto la rentabilidad
relativa de industrias, actividades o mercados de destino”- de la provisión de bienes
públicos. De igual manera, es posible que una PDP se dirija a la economía en su
conjunto (horizontales) u orientar la misma hacia sectores específicos (verticales)
(Cornick, 2016:36).
Por otra parte, se considera que las instituciones promotoras de las PDP necesitarán
tanto desarrollar sus capacidades políticas, organizacionales y técnicas para poder
implementar eficazmente sus políticas (Cornick et. al., 2018: 13). Asimismo, los autores
conceptualizan condiciones habilitadoras del diseño institucional que contribuyen al
diseño de PDP efectivas. Estas son disponer de capacidad para la experimentación y la
adaptación del plan mediante la evaluación recurrente de los resultados obtenidos –lo
que posibilita aumentar su efectividad-; la flexibilidad institucional –sobre todo en
términos operativos-; la estabilidad e independencia de presiones políticas inmediatas;
la competencia, credibilidad y habilidad de llevar a cabo los planes delineados; y la
presencia de recursos humanos calificados (Cornick et. al., 2018: 15-19).
Desarrollo
En consonancia con lo mencionado por Cornick (et. al., 2018), es importante destacar
que el cambio realizado en la segunda fase de la PDP se debió a la implementación de
un proceso de evaluación de los resultados de la primera fase. En efecto, dichos autores
resaltan la necesidad de que las agencias cuenten con “procesos de evaluación, feedback
y ajuste de políticas en relación a los resultados obtenidos, teniendo en cuenta los
objetivos delineados con antelación”.
Bibliografía
Cornick, J., “Políticas de desarrollo productivo en América Latina: Discusiones
recientes, creación de empleo y la OIT”, Lima: OIT, Oficina Regional para América
Latina y el Caribe, 2016. 64 p. (OIT Américas, Informes Técnicos, 2016/5).
Cornick, J., Dal Bó, E., Fernández-Arias, E., Rivas, G. & Stein, E. (Eds.)
(2018),“Building capabilities for productive development”, Capítulo 1, Inter-American
Development Bank, Washington D.C.