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Resumen

Los depósitos de óxido de hierro-cobre-oro (IOCG), definidos principalmente por su


contenido elevado de magnetita y / o hematita, constituyen un clan amplio y mal definido
relacionado con una variedad de configuraciones tectono-magmáticas. El cinturón de
IOCG más joven y, por lo tanto, más comprensible, se encuentra en la Cordillera Costera
del norte de Chile y sur de Perú, donde forma parte de un arco volcánico-plutónico de
Jurásico a través de la era del Cretácico temprano. El arco se caracteriza por complejos
tutolíticos voluminosos a alcalinos calcalcalinos de gabro a través de la composición de
granodiorita y la progenie primitiva derivada del manto.
Los principales sistemas de fallas paralelas al arco se desarrollaron en respuesta a la
extensión y la transtensión inducidas por la reversión de la subducción en el margen
convergente de retroceso. La corteza de arco se atenuó y se sometió a un alto flujo de
calor. Los depósitos de IOCG comparten el arco con depósitos de magnetita masivos, los
miembros finales con deficiencia de cobre del clan IOCG, así como con depósitos de cobre
tipo manto y pórfidos pequeños para crear una firma metalógena distintiva. Los depósitos
de IOCG muestran relaciones estrechas con los complejos plutónicos y sistemas de fallas
generales.
Basados en la morfología del depósito y dictados en parte por los parámetros litológicos y
estructurales, se pueden separar en varios estilos: venas, brechas hidrotermales, mantos
de reemplazo, skarns cálcicos y depósitos compuestos que combinan todos o muchos de
los tipos anteriores. Los depósitos de vetas tienden a ser alojados por rocas intrusivas,
especialmente gabbrodiorita equigranular y diorita, mientras que los depósitos
compuestos más grandes (por ejemplo, Candelaria-Punta del Cobre) ocurren dentro de
secuencias volcano-sedimentarias hasta 2 km de contactos de plutones y en asociación
íntima con sistemas de fallas orogen-paralelo. Los depósitos de IOCG localizados
estructuralmente normalmente comparten fallas y fracturas con diques máficos pre-
minerales, muchos de ellos con composición diorítica, lo que enfatiza aún más la estrecha
conexión con el magmatismo máfico. Los depósitos formados en asociación con la
alteración sódica, cálcica y potásica, ya sea solos o en alguna combinación, revelan
evidencia de una zonación ascendente y externa de magnetita-actinolita-apatita a
hematita especular-clorita-sericita y poseen un Cu-Au-Co- Firma de Ni-As-Mo-U- (LREE)
(elemento de tierras raras ligeras) que recuerda a algunos skarns de hierro cálcico
alrededor de las intrusiones de diorita.
Las escasas observaciones sugieren que las venas masivas de calcita y, en palaeodepths
poco profundas, zonas extensas de alteración de feldespato-pirita estéril pirítica pueden
ser indicadores de depósitos ocultos de IOCG.
El balance de la evidencia apoya firmemente una conexión genética de los depósitos de
IOCG andinos centrales con gabbrodiorita a los magmas de diorita desde los cuales el
fluido mineral puede haber sido canalizado por sistemas de fallas dúctiles a frágiles
durante varios kilómetros verticalmente o incluso lateralmente. Los grandes depósitos
compuestos de IOCG se originaron por el ingreso del fluido de mineral a secuencias
volcano-sedimentarias relativamente permeables. El magma máfico puede formar
plutones completos o, alternativamente, puede inflar más intrusiones félsicas, como lo
demuestran los diques de diorita relacionados con el mineral, pero en ambos casos se
puede inferir el origen del fluido mineral a mayores profundidades no observadas. Se
concluye que los fluidos "basales" externos no eran un requisito para la formación de
IOCG en los Andes centrales, aunque los fluidos metamórficos, de agua de mar,
evaporíticos o meteorológicos pueden haber contaminado fortuitamente el fluido de
mineral magmático a nivel local. La vinculación propuesta de los depósitos andinos
centrales y, probablemente, otros IOCG con los magmas dioríticos oxidados puede
compararse con la dependencia bien documentada de varios otros tipos de depósitos
magmático-hidrotermales en la petroquímica ígnea. La afiliación de un espectro de estilos
de depósitos de oro (Bi-W-Mo) pobres en metales básicos a intrusiones de monzogranito-
granodiorita relativamente reducidas puede considerarse un ejemplo muy similar.

Geoquimica y mineralogia
Mucho antes de que los depósitos de cobre que contenían óxido de hierro en el norte de
Chile se asignaran al clan IOCG, Ruiz y Ericksen (1962) y Ruiz et al. (1965) (véase también
Ruiz y Peebles 1988) los subdividieron en subtipos dominados por magnetita y dominados
por hematita (especulares). La mayoría de los miembros de sus dos subtipos son venas de
calcopirita y bornita, pero el subtipo rico en hematita también incluye la brecha de vena
en Mantoverde y las venas, brechas y mantos en Punta del Cobre. Sin duda, ¡la Candelaria
se habría asignado a la categoría rica en magnetita si se hubiera conocido en ese
momento! El trabajo posterior ha demostrado que al menos algunas de las venas ricas en
hematita son transicionales hacia abajo a la variedad rica en magnetita (Fig. 10), como se
observa en Julia (Espinoza et al. 1996), Las Animas (Gelcich et al. 1998) y, como resultado
de una perforación profunda reciente, tanto en Mantoverde (Zamora y Castillo 2001)
como en El Salado (Browne et al. 2000), de acuerdo con la zonación vertical generalizada
de los depósitos de IOCG propuestos por Hitzman et al. (1992). Un cambio similar hacia
arriba y hacia afuera de magnetita a hematita también se documenta a escala distrital en
Candelaria-Punta del Cobre (Marschik y Fontbote, 2001b). Una proporción apreciable de
la magnetita en las venas ricas en hematita es la variedad fungetovita: pseudomorfa
después de la hematita especular (Ruiz et al. 1965). La hematita en etapa tardía también
corta y reemplaza algo de la magnetita. El desarrollo generalizado de magnetita después
de la hematita se enfatizó recientemente en Candelaria-Punta del Cobre (Marschik y
Fontbote, 2001b), Rau ĺ -Condestable (de Haller et al. 2002) y Mina Justa (Moody et al.
2003). Los óxidos de hierro son típicamente posfechados por pirita y sulfuros que
contienen cobre (por ejemplo, Ruiz et al. 1965), aunque la superposición temporal se
observa localmente.
Las venas ricas en magnetita contienen una apreciable actinolita, biotita y cuarzo, así
como apatita local, clinopiroxeno, granate, hematita y K-feldespato, y poseen halos de
alteración estrecha que contienen uno o más de actinolita, biotita, albita, K-feldespato ,
cuarzo, clorita, sericita y escápol (Tabla 2; Ruiz et al. 1965; Boric et al. 1990; Espinoza et al.
1996; Injoque 2001, 2002). Por el contrario, las venas ricas en hematita tienden a
contener sericita y / o clorita, con o sin K-feldespato o albita, y poseen halos de alteración
caracterizados por estos mismos minerales (Tabla 2). La turmalina puede ser un
componente de cualquiera de los subtipos, pero quizás sea más común donde la hematita
es más abundante que la magnetita. Ambos subtipos de IOCG tienden a ser relativamente
pobres, pero de ninguna manera son deficientes, en cuarzo, mientras que especialmente
la variedad rica en hematita especular se asocia comúnmente con calcita de grano grueso
y ankerita, ya sea como adiciones tempranas o tardías o como un equivalente distal (Fig.
10; Ruiz et al. 1965). La calcopirita monomineralica puede combinarse con estos minerales
carbonatados.

Tanto la magnetita como las venas de IOCG ricas en hematita especular contienen
calcopirita y generalmente pirita subordinada, pero en algunos casos la bornita acompaña
a la calcopirita (Tabla 2). La vena Tamaya principal estaba dominada por bornita a una
profundidad de 400 m (Ruiz et al. 1965). El irregular pero ampliamente veteado depósito
de Mina Justa contiene conjuntos de sulfuro con zonificación concéntrica, con un núcleo
de bornita-calcocita que se clasifica hacia afuera a través de bornita-calcopirita y
calcopirita-pirita hasta un amplio halo de pirita (Moody et al. 2003). Una zonificación
similar, aunque sin calcocita en la zona central, también se describe en Panulcillo (Hopper
y Correa 2000). Como en muchos depósitos de venas, el cobre se concentra en brotes de
mineral bien definidos separados por segmentos de venas estériles o de bajo grado. Los
contenidos de cobre, sin ninguna influencia de los procesos supergénicos, tienden a
disminuir en algunos sistemas de vetas a profundidades de varios cientos de metros, en
respuesta al aumento de los contenidos de pirita (La Africana) o pirrotita (Carrizal Alto).
Los contenidos de oro son más altos, pero típicamente indeterminados, en los depósitos
ricos en hematita que en los ricos en magnetita (Ruiz et al. 1965). Algunas de las vetas
ricas en hematites se trabajaron como yacimientos de oro pequeños e independientes,
incluyendo Los Mantos de Punitaqui (Tabla 2), donde los metales económicamente
dominantes se dividen en zonas de cobre a través de oro a mercurio a una distancia de 4.5
km (McAllister et al. 1950; Ruiz et al. 1965).
Ambos subtipos de venas IOCG se caracterizan por cantidades altamente anómalas de Co,
Ni, As, Mo y U (Tabla 2), como se muestra por la presencia generalizada de cantidades
menores de cobaltita, azaflita, danaita (todas con Co y As), niccolita, cloantita (tanto con
Ni como con), molibdenita y uraninita (Ruiz et al. 1965). Las vetas de Carrizal Alto
contienen hasta un 0,5% de Co en algunos lugares (Ruiz et al. 1965). El arsénico, como
arsenopirita, también puede ocurrir con frecuencia, especialmente en Tocopilla, y también
se informa en Candelaria-Punta del Cobre (Hopf 1990).
Los contenidos de cobalto y Mo también son anormalmente altos en Rau ĺ -Condestable
(Atkin et al. 1985), Candelaria (Marschik and Fontbote ́ 2001b) y El Espino (Correa 2003).
La ilmenita se registra como un mineral hidrotermal auxiliar en varios depósitos,
especialmente en el sur del Perú (Injoque 2002), aunque la magnetita de los depósitos de
IOCG es típicamente baja en titanio (Hitzman et al. 1992; G.E. Ray, comunicación personal,
2003). Menores, típicamente Zn en etapa tardía y, en algunos ejemplos, Pb están
presentes en varios de los depósitos de venas (por ejemplo, Espinoza et al. 1996), así
como en Rau ĺ -Condestable (Vidal et al. 1990; de Haller et al. 2002), mientras que los
contenidos de zinc anormalmente altos en partes del depósito Candelaria-Punta del Cobre
parecen acompañar la etapa final de la introducción del cobre (N. Pop, comunicación
personal, 1999; Marschik y Fontbote, 2001b). Se reportan varios cientos de partes por
millón de LREE en partes del depósito Candelaria-Punta del Cobre y Productora prospecto,
al menos en parte en allanita (Marschik et al. 2000; C. Osterman en Ray y Dick 2002), así
como en Rau Ĺ -Condestable (A. de Haller, comunicación personal, 2003).

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