Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
26 de Marzo de 2013
INTRODUCCIÓN
Historia y antecedentes del vino
Los primeros indicios del consumo del vino datan más o menos del año 8000 a. C., en Çatal
Hüyük (Turquía), en Damasco y en Biblos (Líbano). Otro indicio data del año 7500 a. C., en
Georgia. El vino se consideró una bebida importante en las culturas del Mediterráneo Oriental,
ya que se relaciona con el simbolismo religioso, la vid y su fruto, la sangre y el cuerpo de Cristo
(para los católicos). La primera referencia al vino y a la viticultura que muestra la Biblia es en la
historia de Noé, cuando salió del arca, plantó una viña y bebió de su vino.
El cultivo como tal de la vid, para la obtención del zumo, comenzó hace unos siete mil años
en la zona de Georgia y Turquía.
El vino es uno de los primeros productos creados y elaborados por el hombre, y representa una
serie de descubrimientos alrededor de las primeras reacciones químicas efectuadas
(fermentación y oxidación).
La definición que se le puede dar al vino es, aquel producto resultante de la fermentación
alcohólica total o parcial del jugo de uvas sanas y maduras, con una concentración mínima de
8.5 % (v/v) de etanol (Alcohol Etílico), por lo tanto se puede decir que es una mezcla
hidroalcohólica.
La clasificación del vino se puede hacer de dos maneras, por el color y el sabor del vino.
Clasificación por el color:
- Blancos: se elaboran a partir de uva con cáscara blanca o negra. Antes de fermentar la
cáscara se separa.
- Tintos: se elaboran a partir de uva con cáscara negra. La cáscara no se separa, ya que
es la que le proporciona el color.
- Rosados: se elaboran a partir de la uva con cáscara negra. A la cáscara se le realiza
una breve ruptura para obtener un color rosado, y esta se retira antes de fermentar.
La otra clasificación se basa en el sabor, de acuerdo con la cantidad de azúcar residual, que es
la que no fermento, y ácido presente.
- Secos: su contenido máximo de azúcar residual es 9 g/l y el contenido de ácido
(expresado como ácido tartárico) debe ser, como máximo, 2 g/L más bajo que el de azúcar
residual.
- Semisecos: su contenido máximo de azúcar residual es 10 g/L y el contenido de ácido
(expresado como ácido tartárico) no sobrepasa los 18 g/L.
- Dulces: su contenido mínimo de azúcar residual es 10 g/L.
· Propiedades
El sabor y el aroma son generados por una compleja mezcla de ésteres y alcoholes;
unos de esos compuestos son generados durante la fermentación y otros proceden
directamente del fruto. Entre los alcoholes, se forman cantidades pequeñas (0.1 a
0.3 g/L) de los superiores (alcoholes de mayor peso molecular que el etanol: el
propílico, el isobutílico, el amílico y el isoamílico). Normalmente se produce entre
0.3 y 0.6 g/L de ácidos volátiles, que también intervienen en el sabor y el aroma; si
la cantidad de ácidos volátiles sobrepasa una concentración de 0.8 g/L en los
blancos y 1.2 g/L en los tintos, es claro que existe una contaminación por bacterias
productoras de ácido acético.
- Una correcta acidez total del mosto repercute en un mayor rendimiento alcohólico y en
El color del vino tinto es uno de los aspectos organolépticos más importantes, ya
que es un indicador de otros aspectos relacionados con su sabor y aroma.
· Propiedades nutricionales.
· Envases a usar en la fermentación
· ditivos, características y proporciones.
A
PRODUCCIÓN
La elaboración del vino es un proceso que consta de varias etapas. Luego de cosechar la fruta
(la uva), y hasta antes del clarificado, el proceso dura 45 días como mínimo. Posterior a estos
días varía el tiempo según el vino que se desee obtener. Y entre las operaciones unitarias
realizadas son las siguientes:
Operaciones unitarias
- La Vendimia
- Recepción
La uva no debe esperar muchas horas para entrar en la bodega, porque puede empezar a
oxidarse, debe procederse conforme vaya llegando.
- Trituración o pisado
Una vez recogida la uva, se lleva a los lugares donde los frutos se descargan sobre las cintas
transportadoras en donde se eliminan los restos de hojas y los racimos en malas condiciones.
Después, se conducen a máquinas de estrujado suave para así facilitar la apertura del fruto,
paso seguido, se depositan en las prensar para ser triturados. Con el objetivo de romper el
hollejo de la uva para que se libere el sumo y la pulpa.
El prensado de la uva
La prensa consiste en cilindros con sistema de tornillos que al irse cerrando presionan la pulpa
y permiten que el líquido vaya saliendo por un orificio. Existen varios diseños de máquinas para
el prensado, pero el principio de todas es aplicar presión sobre la fruta, sin romper la semilla.
El tratamiento del mosto de uva. El azufrado del mosto.
Después del prensado, se adiciona dióxido de azufre (SO2) al mosto. Las funciones de esta
adición consisten en:
a. Inactivar los microorganismos indeseables para facilitar la acción de la levadura
b. Mejorar la disolución de materias colorantes y minerales que contienen la cáscara
c. Retardar el inicio de la fermentación para favorecer la separación del hollejo en la
elaboración del hollejo (piel) en la elaboración de vinos blancos y rosados.
d. Impedir la acción de enzimas oxidasas sobre los taninos y los colorantes
e. Acidificar el medio ya que se forma ácido sulfuroso (H2 SO3 ).
El mosto resultante del prensado puede estar cargado de suciedad procedente de las uvas o
del equipo utilizado, como son grumos, esporas o partículas sólidas. Después del azufrado, el
mosto se deja reposar y las partículas más pesadas se depositan en el fondo. Puede utilizarse
filtración o centrifugación con la adición de agentes especiales tipo gelatina, enzimas
pectinolíticas o carbón activado para eliminar olores desagradables.
Se debe tomar una muestra para la determinación del contenido de azúcar, se puede usar un
refractómetro un mostimetro, este ensayo se realiza para conocer el contenido de azúcar y de
acuerdo a ello, si el contenido es bajo adicionar un mosto de mayor contenido de azúcar pero
es recomendable prevenir la falta de azúcar, realizando la vendimia cuando el contenido de
azúcar de la uva sea mayor a 180 g/L para que el vino tenga un contenido de alcohol mínimo
11%.
Encubado del mosto
Consiste en colocar el mosto en las cubas, dejando vacío un 20% del volumen total para que el
recipiente rebalse en la fermentación. Estas cubas de cemento posee 4 capas sucesivas de
cemento de 2 cm de espesor, requieren de un buen recubrimiento de lo contrario pueden
causar problemas en el vino, además necesitan de un mantenimiento frecuente y se debe
evitar sulfatar ya que el SO2 ataca la pared formando sulfitos y sulfatos que dañan al vino.
Con la finalidad de inactivar las enzimas que favorecen la oxidación, eliminar microorganismos
indeseables, y estabilizar las proteínas, el mosto se somete a un calentamiento de 87°C,
seguido de un enfriamiento rápido a 15°C.
Fermentación
El mosto se define como un líquido espeso, compuesto por agua en un 80% y azúcares,
taninos, colorantes, sales minerales y ácidos (la medida del buen vino es una acidez de 0.7- 0.8
g/L), resultante del pisado o prensado de las uvas frescas mientras no hayan empezado su
fermentación natural en el hollejo de la uva se encuentra la pruina , formada en parte por
levaduras.
El mosto en fermentación anima las silenciosas cavas con un sonido regular y monótono; se
dice que el vino hierve y esta denominación familiar es lógica, pues el vino esta en
efervescencia, produce una espuma, desprende un gas y puede llegar a vertirse. Las bodegas
se convierten, por unos días, en un lugar mágico: se percibe un olor fuerte, similar al del pan
durante la cocción, un suave calor emana de las gigantescas cubas, que vibran al compás de
las burbujas, este lugar proceso tiene lugar desde pocos días después de haber confinado el
vino en la barrica, donde además se va formando un deposito amarillento, hasta que, en unos
10-15 días, cesa el proceso y vuelve la tranquilidad a las cavas.
La explicación química es la siguiente C6H12O6= 2C2H5O+2CO2 es decir, cada molécula de
glucosa o azúcar se descompone en 2 moléculas de alcohol etílico y 2 moléculas de anhídrido
carbónico.
En el fondo la fermentación es el resultado de la respiración anaerobia de estos seres vivos:
emplean el oxígeno de los azucares para sobrevivir, aunque es algo más complejo, esta es la
base de la fermentación en la que las levaduras, mediante una sustancia llamada diastasa,
convierten la glucosa o azúcar en alcohol y gas. No solamente aparecen estos dos elementos,
sino pequeñas cantidades de otras sustancias que caracterizan los distintos vinos: glicerina
(hace el vino untuoso), ácidos latico y acético, anhídrico sulfuroso (le protege de la oxidación y
moho), ácido sulfhídrico (debe evitarse en lo posible su olor a huevos podridos), y esteres u
otros compuestos aromáticos.
La fermentación es la base de la elaboración del vino. Las variables que más relevancia tienen
en el proceso de fermentación son las siguientes:
· Deposito: la fermentación se solía realizar en grandes depósitos tronco-cónicos de
madera (casi siempre de robles, a veces de castaño) o de tierra cocida; actualmente son de
cemento o casi siempre, de acero inoxidable, en los que consigues un mayor control sobre las
variables fisicoquímicas que afectan a la fermentación
· Temperatura: Las levaduras solo pueden actuar entre 10 y 40°C; su actividad será
máxima a los 20-25°C e intensiva en producción de azúcar a los 30-35°C. por eso, en zonas
cálidas hay que enfriar el vino mediante trasiegos o anhídrido sulfuroso, y/o añadirle ácido
tartárico o cítrico para corregir su exceso de azúcar, que lo convertiría en un líquido turbio e
insípido. Las modernas cubas de acero cuentan con sistemas artificiales externos de
refrigeración por agua u otros, facilitando el control de la temperatura para la fermentación
deseada.
· Concentración de taninos: las fuertes concentraciones de tanino pueden impedir la
correcta fermentación, y ello no es extraño que ocurra en los vinos tintos, sobre todo si se
quisiera realizar la fermentación tradicional con raspón.
· Grado alcohólico: el alcohol es un antiséptico que va produciéndose en mayor cantidad
durante la fermentación y cuando llega a 18% todas las levaduras mueren. por ello el control
del alcohol formado es básico para conseguir la fermentación completa.
· Agitación: durante la fermentación es importante agitar el mosto cada doce horas; ello se
realiza mediante los llamados remontados (bombeo de la parte inferior del líquido hacia arriba),
que tiene dos objetivos; favorecer la expulsión del gas y evitar que se forme un sombrero
inmóvil de residuos.
- Descube
Consiste en separar el mosto de la parte solida u orujos, el líquido obtenido viene a ser el vino.
el descube se realiza cuando la densidad del mosto llega a 1015 a 1010 se abre la llave de la
cuba y se deja que el mosto caiga del recipiente. Este vino se denomina vino de gota.
Si el recipiente de encubado tiene caño, éste se abre y se va recogiendo el vino en baldes
previo pasaje del mismo por un tamiz, (una tela de trama gruesa) para retener las semillas,
cáscaras y otras impurezas. Si no hubiera caño, el descube se realiza mediante sifón. El vino
extraído se vierte en otro recipiente que tenga tapa sellable herméticamente. La fermentación
secundaria debe también vigilarse cuidadosamente ya que es un proceso muy delicado, ya que
es cuando más fácilmente se pueden contraer determinadas enfermedades.
Durante este proceso se debe evitar el contacto con el aire, debe procederse según lo indicado,
el gas carbónico que se desprende de la fermentación sale por la manguera y burbujea a través
del agua. El agua forma un sello que permite la salida del gas carbónico e impide la entrada de
aire.
- Filtración
Se pasa el vino a través de un filtro que deja pasar solo el líquido reteniendo en su superficies
las partículas.
- Estabilización
Se adiciona anhídrido sulfuroso para evitar oxidaciones, desarrollo de levaduras que aún
permanecen en el vino y de las bacterias contaminantes, la cantidad a adicionar depende de la
cantidad de alcohol y de la cantidad de azúcar.
- Embotellado
Es conveniente utilizar botellas con colores que vayan del verde al amarillo ámbar ya que son
las más adecuadas para la conservación del vino. Si las botellas son nuevas conviene
mantenerlas algunos días llenas con una solución de ácido tartárico al 15%.
Si se compran botellas usadas se las debe mantener algunos días con agua que contenga un
1% a un 2% de carbonato de sodio en disolución, luego enjuagarlas con agua caliente. La
operación de lavado debe ser muy esmerado pues la conservación del vino depende
mayormente de la higienización de los envases.
· Llenado de las botellas. Iniciada la extracción del vino debe embotellarse todo el volumen
en una sola operación, para evitar al máximo airear el vino. El llenado se efectúa mediante
sifón con una manguera de goma o plástico. En el extremo de esta última es conveniente
colocar una pinza de manera de graduar progresiva-mente la velocidad de salida. Debe
llenarse hasta unos 4 cm. de la boca y encorcharse inmediatamente evitando el contacto
prolongado con el aire.
· Elección de los corchos. Los corchos deben primero esterilizarse por inmersión en agua
hirviendo durante una hora y luego secarse. No es recomendable el uso de corchos usados.
Pueden entonces someterse a un baño de parafina. En el comercio se venden corchos ya
parafinados. Para mayor seguridad de un cierre hermético es buena recomendación verter
lacre derretido sobre los corchos ya colocados en las botellas o damajuanas.
- Almacenamiento
Un buen almacenamiento del vino contribuye a mejorar sus características sensoriales y exige
condiciones adecuadas como temperatura, posición, iluminación y olor.
- Distribución
BIBLIOGRAFÍA
Jacques Blouin, Émile Peynaud. Enología práctica: conocimiento y elaboración del vino.
MUNDI-PRENSA ; 4ta edición.
Fernando Zamora Marín. Elaboración y crianza del vino tinto: aspectos científicos y prácticos.
MUNDI-PRENSA; 2003.
Oriol Segarra Montaner. La cultura del vino: Una guía amena para pasar de iniciado a experto
en vinos. Amart SL: Barcelona; 2004.
Miguel R. Heredia Descubra El Poder de Las Uvas 1a ed. buenos aires: grupo imaginador de
ediciones, 2004.
José Luis Aleixandre Benavent La Cultura del vino: cata y degustación Editor Universidad
Politecnica De Valencia, 2006