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En el mundo de entonces, la tecnología estará más enfocada en solucionar problemas específicos de cada persona y habrá un flujo
constante de elementos y recursos en evolución constante, todo con la finalidad de adaptarse a los cambios. Los edificios se asemejarán a
organismos vivos y por tal razón, su estructura misma necesitará ser adaptable y multifuncional, con componentes dinámicos, inteligentes
y reactivos. Estos también generarán recursos para su propia habitabilidad y contarán con fachadas y exteriores reactivos, casi como si
tuvieran piel.
La integración comunitaria será una parte fundamental de la ciudad del 2050, contando con sistemas de transito público conectados
directamente con las construcciones y creando espacios predominantes para la recreación, el ocio y el descanso. Con esto en mente, estas
son las características del edificio del futuro que nos muestra Arup.
Estructura flexible
En ese entonces, con
sistemas prefabricados y
modulares, robots de
ensamblaje podrán detectar,
instalar, reparar y actualizar
componentes del edificio.
Todas las tecnologías,
espacios y fachadas podrán
ser rápidamente manipulados
y modificados. Los materiales
contarán con diseños
inteligentes, estarán
fabricados con materiales
reciclados que resistirán por
largo tiempo y tendrán
capacidad de auto-repararse y
purificar el aire circundante.
Su adaptabilidad radicará en un enfoque de capas múltiples con diseños y ciclos de vida diferentes para cada capa. Por ejemplo, la capa base
debe estar deliberadamente diseñada para resistir las condiciones de su entorno natural y adaptarse a los usos y funciones generales del
edificio. La segunda capa consiste en los módulos independientes que ocuparán los espacios entre pisos y tendrán una vida útil de unos 20
años, además de incluir detalles de fachada y paredes. La última capa será la encargada del control del edificio, y debe ser la más versátil
ya que las tecnologías cambian constantemente y necesitarán ser reemplazadas con cierta regularidad.
Recursos sostenibles
Los componentes
fotovoltaicos de las
superficies permitirán la
producción y almacenamiento
de energía. Esta será
transportada por medio de
sistemas verticales y será
distribuida por todo el edificio.
Se producirá biocombustibles
de algas y turbinas eólicas
podrán crear agua potable a
partir de aire húmedo. El agua
será recolectada y reciclada
mientras que filtros y
superficies purificarán el aire.
Los espacios verdes que
poblarán el edificio se convertirán en refugios biodiversos de distintas especies de plantas, aves e insectos.
El edificio tendrá la capacidad de optimizar la producción energética y alimentaria no solo del mismo edificio sino de la ciudad. El
agotamiento de los recursos naturales, la falta de espacio físico y un cambio climático drástico harán que los sistemas de producción de
alimentos se conviertan en elementos integrales de una ciudad inteligente y sostenible. Como si fuera poco, diferentes técnicas de
agricultura vertical urbana como la hidroponía serán implementadas para ayudar a mermar las crisis de alimentos que se produzcan.
Fachadas reactivas
Los sistemas de fachadas del
futuro serán multifuncionales,
conectándose a la
infraestructura de la ciudad
haciendo parte de un sistema
integrado de edificios. Esta
“piel” creará condiciones
propicias para la
habitabilidad, desde redes de
comunicación hasta la
producción de alimentos y
energía.
Gracias a la nanotecnología,
la pintura será fotovoltaica y
estará ampliamente
difundida, abriendo una nueva
posibilidad para la utilización
y almacenamiento de la
energía del sol. La producción
de biocombustibles de algas podrá ser utilizada como fuente para medios de transporte, mientras las ventanas recuperadoras de calor con
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el calor que usualmente se pierde en sistemas
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natural moverán el aire arriba y hacia abajo, interceptando normales de
ventilación. La nanotecnología aplicada a las fachadas también permitirá la neutralización de partículas contaminantes, capturando el CO2
y generando aire limpio a su alrededor. Por su parte, la sensitiva membrana del edificio reaccionará ante factores como los cambios de
temperatura, patrones del viento, humedad atmosférica y luz solar con el fin de generar las mejores condiciones para los habitantes y
producir la mayor cantidad de energía.
Integración comunitaria
El edificio del 2050 estará completamente integrado con la infraestructura urbana a su alrededor. Estos vincularán diferentes redes de
transporte, generarán espacios verdes y fomentarán comportamientos ecológicos, convirtiéndose en partes fundamentales de las
comunidades, redefiniendo los conceptos de urbanismo y naturaleza.
A la vez, las viviendas serán parte de densas zonas organizadas con condiciones específicas. Estas tendrán un papel importante en el
contexto de la sociedad, generando un ambiente de cambio constante sin generar traumatismos. En el edificio, la localización de
instalaciones para fabricación de elementos personalizados será algo común, y los materiales base serán elementos reciclados de la basura
generada en el mismo edificio, evitando el desperdicio innecesario y la necesidad de transportar materiales desde y hacia otros sitios, pues
todo se producirá internamente.
Sistemas inteligentes
Las redes de comunicaciones
estarán ampliamente
difundidas en las ciudades del
futuro y el sistema estará
regulado dentro de cada
edificio, siendo este capaz de
gestionar los recursos y la
información de su entorno
para aprovecharlos al
máximo. Por medio de datos
como consumo de energía,
transporte, condiciones
climáticas y hasta el nivel de
ocupación, el edificio podrá
calcular las mejores
decisiones para no dejar al
azar el uso de recursos, Así,
este podrá crear las
condiciones climáticas y
energéticas propicias para
cada persona.
Los sistemas del edificio podrán monitorear la reflectividad, la absorción y el balance de calor, minimizando las consecuencias del efecto de
isla de calor. Los espacios interiores podrán ser completamente personalizables, y podrán ser adecuados a discreción según los
requerimientos climáticos y acústicos del habitante. Sensores y tecnología OLED permitirán iluminar superficies completas. Además, con la
habilidad de absorber luz solar, la tecnología evitará el uso cualquier fuente de luz artificial, dejando el uso de energía producida relegado a
otros aspectos de la vida en la ciudad.
En ese entonces, los edificios no solo serán lugares donde habite la gente, sino básicamente entornos complejos, casi como seres vivos
parte de un organismo aún mayor: la ciudad. Estos promoverán valores y conductas ecológicas, generarán recursos, mejorarán las
condiciones de su entorno y se adaptarán a los cambios, convirtiéndolos en estructuras fundamentales para la sociedad, no solo
encargadas de proveer refugio sino de cohabitar en armonía con humanos y otros seres vivos.
Imágenes por Arup
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Comentarios
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Am ada Fernández
Los edificios del futuro ya se están gestando.....
Reply · Like · Follow Post · February 21, 2013 at 6:48am
Cultura Ccj Ate · Follow · Works at Municipalidad Distrital de Ate · 431 subscribers
Muy bueno!
Reply · Like · Follow Post · February 21, 2013 at 2:02pm
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