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MATERIA: DERECHO PROCESAL

CIVIL

ACTIVIDAD 9: PRUEBA DE INDICIOS


Y PRESUNCIONES, FASE
CONCLUSIVA

MAESTRA: LAURA DOLORES


MANCILLA MIRELES

NOMBRE: RICARDO TAMEZ


BARBOSA

FECHA: 21-11-2018

MONTERREY NL
PRUEBA DE INDICIOS Y LAS PRESUNCIONES
CONCEPTO
Por indicio debe entenderse todo hecho conocido ( o una circunstancia de hecho
conocida) del cual se deduce, por si solo o juntamente con otros, la existencia o
inexistencia de otro hecho desconocido, en virtud de una operación lógica basada
en normas generales de la experiencia o en principios científicos o técnicos
especiales.
La voz latina indicium es una derivación de indicere, significa indicar, hacer
conocer algo.
Esta función la cumple el indicio en razón de la vinculación lógica que existe entre
el hecho indicador y el hecho indicado. Es decir, sin que medie ninguna
representación de éste (ni oral, ni escrita, ni por reproducción de imágenes o
sonidos).
CONSTITUYEN UN MEDIO DE PRUEBA
La mayoría de autores, cuya opinión compartimos, atribuyen a los indicios el
carácter de medio de prueba.
Entre los pocos autores que sostienen la tesis contraria podemos citar a FLORIAN
Y ROSSENBERG, quienes argumentan que los indicios no son prueba, sino
objeto y argumento de prueba.
El error de esta postura estriba en considerar el hecho en sí mismo, aislado de la
inferencia que de él obtiene el juzgador y que constituyen su fuerza probatoria.
NATURALEZA JURÍDICA
Los indicios son una prueba crítica o lógica e indirecta. En efecto, no pueden ser
una prueba histórica ni representativa del hecho indicado porque de lo contrario su
valor probatorio consistiría en esa representación y entonces si consistiera en un
objeto o una cosa representativa se trataría de un documento, y si consistiera en
una declaración sería un testimonio, una confesión o una pericia.
Ninguna prueba histórica puede ser indicio de un hecho:
Si se trata de una prueba histórica plena de un hecho distinto investigado, pero
que sirve para inducirlo, aquel hecho es indicio de éste, pero no lo es la prueba del
primero. Es decir, el hecho relatad por el testigo, la parte o el perito, o el narrado
en el documento, puede ser indicio de otro hecho, pero no es el testimonio, la
confesión o el dictamen.
Si se trata de una prueba histórica deficiente, que no alcanza a otorgar la certeza
del hecho que con ella se intenta acreditar, pero que merece determinada relativa
verisimilitud, nunca puede ser indicio de este hecho, sino que se tratará de una
prueba incompleta o imperfecta, cuyo mérito probatorio debe ser fijado conforme a
su propia naturaleza de testimonio, confesión, pericia o documento, y que puede
concurrir con toras probanzas a formar el pleno convencimiento del juzgador.
Tampoco la inspección puede ser un indicio del hecho inspeccionado o
reconocido, ni de otro que con aquél se relacione. Si no alcanza a demostrar el
hecho que era objeto de la diligencia, será una prueba incompleta o carecerá
absolutamente de convicción probatoria, según el caso; si acredita el hecho
inspeccionado, pero no se trata del hecho tema de prueba, sino de otro que sirve
para indicarlo, será éste el indicio de aquél, pero no la inspección.
INDICIOS Y PRESUNCIONES JUDICIALES
Existen algunos autores. Como por ejemplo MITTERMAIER, GIANTURCO,
GUASP, BONNIER, DE PINA Y ROCHA, que identifican estas dos nociones.
Lo mismo ocurre en diversos códigos civiles y de procedimiento.
La mayor parte, sin embargo, los diferencia, sin dejar de reconocer que los indicios
operan como base o supuesto de hecho de las presunciones judiciales y que éstas
concurren en la apreciación de aquéllos, puesto que son principios lógicos
fundados en la experiencia común o en conocimientos especializados, que
conducen al magistrado a apreciar el mérito convictivo de aquéllos.
Esta última postura es acertada en cuanto el indico es una prueba que consiste en
un hecho conocido y la presunción judicial consisten en el argumento lógico,
vasado en las máximas generales de la experiencia o en conocimiento
especializados, que le permiten al juzgador otorgante valor probatorio a aquél, al
inferir de dicho hecho otro desconocido de cuya comprobación se trata.
La presunción judicial sirve de razón para calificar o apreciar el mérito probatorio
de los indicios y , por consiguiente, no puede confundirse con éstos.
De ahí que el indicio puede ser anterior, coatáneo o posterior al hecho
desconocido que se investiga, en tanto, que la presunción judicial aparece
ineludiblemente después que el hecho investigado y el indiciario ha ocurrido.
Si se separan correctamente ambos conceptos, puede lograrse una noción clara y
exacta de ellos.
Por otra parte, las presunciones se aplican también a la valoración de todas las
otras pruebas.
IMPORTANCIA
La prueba de indicio tiene enorme importancia, tanto en el proceso civil, comercial,
laboral, como en el penal, para sustituir la ausencia, en particular en el citado en
último término de pruebas históricas del hecho investigado, y de su verificación por
el examen persona y directo por el magistrado.
Su relevancia se consolido con la supresión del tormento para lograr confesiones,
y en el derecho actual cuando merced a la libertad que se le concedió al juez para
merituarla conforme a las reglas de la psicología , de la lógica y de la experiencia,
se admitió que puede llegar a ser plena o completa, suficiente para formar por si
sola el convencimiento o la certeza indispensable para emitir el pronunciamiento
definitivo sobre los hechos investigados.
No se nos oculta que se trata de una prueba difícil apreciación y para concederle
el carácter de plena el juzgador no puede dejar de aplicar su mayor rigor critico,
pero no debemos olvidar que los mismo sucede con la prueba de los testigos.
En el proceso penal es una prueba insoslayable en casi todas las hipótesis.
También en muchos de los casos que se presentan en los procesos civiles ,
comerciales y laborales su aplicación es decisiva, cuando se discute sobre
posesión de estado civil, filiación extramatrimonial, conocimiento o ignorancia de la
ley, la intención de los contratantes cuando las declaraciones resultan ambiguas,
la mala e o fraude, la simulación de contratos, el consentimiento tácito, la posesión
material de bienes, etc.).
Las modernas técnicas de investigación de huellas y rastros, de los diversos tipos
de sangre y de escrituras, de identificación de materiales empleados en vestidos y
armas, de comparación de voces en cabellos humanos, de identificación de armas
de fuego y sus proyectiles, etc., han acentuado al máximo su trascendencia y la
utilización práctica de la práctica de la prueba por indicios.
Cabe consignar, por último, que dictámenes de los expertos en la técnica de
investigación, cada vez más comunes, cuando demuestran plenamente os hechos
objetos del miso la prestan hoy en día un apoyo de enorme valor a esta prueba.
En virtud de ello, algunos autores la estiman ya como la fundamental en el
proceso penal y una de las mejores en los restantes proceso; DELLEPIANE,
GIANTURCCO, FAUTRIER FRAMARINO DEI MALATESTA, BONNIER,
GARRAUD, etc.
DEVIS ECHANDIA se refiere a la relevancia que adquiere cada vez más esta
prueba en los siguientes términos, << Al abolir el tormento como medio absoluto
para obtener a toda costa la confesión del sindicado, creció la importancia de la
prueba indiciaria en el proceso penal. En un principio se la consideró como prueba
secundaria, ero la doctrina moderna ha sabido colocarla en su correcta posición
de prueba principal, al lado de las otras ya estudiadas, a medida que mejoró la
técnica de investigación y se precisaron sus requisitos, su naturaleza y los
principios fundamentales para su valoración>>. Y agrega:<< Como explica Vito
Gianturco, la verdadera transformación de esta prueba en el derecho moderno
ocurrió cuando, gracias a la libertad que se dio al juez para valorarla, de acuerdo
con las reglas de la psicología, de la lógica y de la experiencia, se le reconoció la
calidad de plena o completa, suficiente para formar por sí sola la convicción o
certeza necesaria para proferir la decisión sobre los hechos investigados, lo
mismo en el proceso penal que en el civil o en otro cualquiera.
CLASES
No obstante que la cantidad de los indicios son prácticamente incontables,
algunas de las clasificaciones que los antiguos juristas confeccionaron conservan
cierta utilidad práctica, por ejemplo:
1° ) la de indicios anteriores, concomitantes y posterior al hecho desconocido
que se trata de comprobar;
2°) la de indicios personales o subjetivos y reales o materiales, según se refieran
a condiciones y modos de ser un persona (como la capacidad intelectual, física y
moral para el acto delictivo o el hecho de significación civil) o a cosas, huellas, o
rastros y similares.
3°) la de necesarios y contingentes, según que uno resulte suficiente para
producir el convencimiento en virtud de que supone necesariamente el hecho
indicado (lo cual únicamente sucede cuando corresponde a una ley física
inalterable) o que apenas constituya una inferencia de probabilidad.
4°) la de grave y leves, en que se subdividen los contingentes, o también la de
inmediatos y mediatos, según la proximidad de la conexión entre los dos hecho,
5°) la de positivos y negativos, según que concurran a indicar la existencia o la
inexistencia del hecho investigado, o de la responsabilidad del sindicado.
6°) la de causales y de efectos, según que determinen la causa del hecho o
signifiquen efectos del mismo ( FRAMARINO DEL MALATESTA habla de indicios
causales de la capacidad intelectual, física y moral del sindicado para cometer el
ilícito, y de indicios de efectos deducidos de las huelas materiales y morales del
delito; ELLERO alude a indicios causales de capacidad para delinquir, del móvil,
de la oportunidad para delinquir, y de indicios de efectos como huellas del delito y
manifestaciones posteriores a ésta);
7°) ordinarios y técnicos, según requieran o no conocimientos especiales para
valorarlos.

LAS PRESUNCIONES EN EL DERECHO PROBATORIO


CONCEPTO
La presunción es un juicio lógico del legislador o del juez (según se trate la
presunción legal o judicial),
En su mérito, se toma como cierto o probable un hecho (esto último cuando la
presunción es judicial o de hombre) con base en las reglas o máximas de la
experiencia, que le dicen cuál es la forma normal en que ocurren las cosa y los
hechos.
En el supuesto de que la presunción provenga del legislador, sea iuris tantum o
iuris del iure, el hecho se considera cierto, definitivamente en éstas y en forma
provisional en aquéllas, en tanto no se aduzca prueba que la desvirtúe.
Tratándose de la simple, presunción judicial o de hombre, ese hecho se conceptúa
únicamente como probable.
Las presunciones judiciales tiene la finalidad de servirle de guía al magistrado para
evaluar las pruebas.
Sin embargo, no la de servir, por ejemplo, cuando se critica la declaración del
testigo o el dictamen del perito y se mide su credibilidad de acuerdo con la base
de hechos que relata, el tiempo transcurrido desde la observación, la forma como
ésta aconteció, las capacidades del declarante, o cuando se analizan los indicios
plenamente demostrados, y aun la confesión judicial y extrajudicial.
El juzgador, según las circunstancias, infiere una presunción judicial, a favor o en
contra de la verosimilitud de los hechos que son objeto de esas pruebas y de la
sinceridad del sujeto que se los hace conocer.
Las presunciones legales, por su parte, también tiene una finalidad sustancial y
extraprocesal, de gran relevancia, además de la indirectamente probatoria:
otorgante seguridad a ciertas situaciones de orden social político, familiar, y
patrimonial (legitimidad de los hijos nacidos dentro del matrimonio, posesión de la
tierra, ejercicio de los derecho políticos [presunción de capacidad para su ejercicio
por der mayores de edad], etc.
Desde este aspecto reconocer cierto derechos sustanciales y permiten su ejercicio
extrajudicial y judicialmente derechos herenciales del hijo legítimo, en juicio de
sucesión por fallecimiento de su padre).
Los judiciales o de hombre cumplen solamente la finalidad procesal indicada.
Se trata de una diferencia de enorme importancia entre los dos tipos de
presunciones que determina la real naturaleza de las primeras.
Las presunciones legales son necesariamente de derecho y pueden ser iuris
tantum e iuris et de iure; no pueden existir sin norma legal expresa que las
contemple.
Tampoco pueden ser obra de la costumbre o de la jurisprudencia.
Las presunciones iurus tantum permite probar en contrario del hecho presumido
en tanto que las iuris et de iure no y, consecuentemente, son definitivas y
concluyente.
Cuando se afirma que tanto la presunción legal como la de derecho supone
antecedentes y circunstancias, si bien con esto se quiere advertir que el hecho
presumido por la ley sebe ser admitido por el magistrado y erga omnes como
cierto sin que sea menester que esté aprobado ( si es iuris tantum, en tanto no se
demuestre lo contrario), en cambio, el hecho del cual se presume aquél, y que le
sirve de antecedentes, si es indispensable que se pruebe plenamente para que el
juez lo considere cierto y pueda aplicar esa presunción.
FORMAS DE DESVIRTUAR UNA PRESUNCIÓN
Nos ocupamos, por último, de las dos formas de desvirtuar una presunción, es
decir, mediante prueba en contrario de los hechos en que se basa o del hecho
presumido. La prueba aducida por uno de los litigantes de los hechos base de la
presunción, no obsta a que el contrario allegue al juicio otras pruebas con el objeto
de desvirtuar aquélla y demostrar que tales hechos no han tenido ocurrencia.
Esta demostración debe ser plena, porque si el magistrado no logra obtener la
certeza sobre el hecho contrario al presumido legalmente, debe atenerse a la
presunción.
Cuando la presunción legal, es iuris et de iure, la prueba en contrario del hecho
presumido es inadmisible.
Empero, es posible desvirtuarla atacando la prueba del hecho en que se asienta.
Tratándose de presunción judicial, es suficiente que de la prueba resulte incierto el
hecho que para aquélla quede descartada.
Por regla general, esa prueba en contrario es libre en ambos supuestos, a menos
que una norma legal disponga otra cosa.
Aclaremos el punto con un ejemplo: si se acredita que quien aduce ser poseedor
material carece de esa condición, o que no hubo relaciones sexuales entre el
presunto padre natural y la madre del demandante, o al menos que existen otros
hechos que hacen improbables aquéllos y dejan al juzgador sin la certidumbre
sobre su verdad, la presunción de propietarios o de paternidad extramatrimonial,
quedará huérfana y por lo tanto deberá ser descartada.
Algo similar sucederá si se demuestra que el aparente matrimonio, que consigue
una partida civil, eclesiástica, no existió: el jue deberá desechar la presunción de
filiación legítima y de paternidad del ficticio marido respecto de los hijos de la
mujer (por razón del matrimonio).
Si la presunción legal es iuris tantum, el litigante perjudicado también puede
demostrar que el hecho presumido no es real, no obstante que sí lo son los que
sirven a aquélla de fundamento.
Por ejemplo, que el hijo de la mujer casada es de un tercero hombre, a pesar de
hacer nacido dentro del matrimonio, o que el poseedor material del inmueble no es
su propietario, sino el demandante o un tercero.

II. El sistema probatorio atípico.


Como hemos desarrollado en el título precedente, tenemos una idea general de la
razón de ser del medio de prueba, el derecho probatorio o la probática. Asimismo
y por no tratarse de nuestro tema en estudio, hemos dado una pauta general de la
clasificación legal de la prueba, para ingresar a los medios probatorio atípicos,
pues, con respecto a este punto se ha desarrollado muy poco, lo que ha traído
como consecuencia de que se lo confunda con los documentos, incluso con los
sucedáneos de los medios de prueba.

Consideramos a los medios de prueba atípicos como el conjunto de


instrumentos numerus apertus de carácter científico o técnico que tienen como
finalidad la verificación de una afirmación que corrobora o cuestiona un hacer,
omitir o dar, respecto de uno o más puntos controvertidos de un proceso. Esa
verificación se considera como el camino más perfecto, aunque secundarioy
muchas veces no necesariopara alcanzar la finalidad descrita en el Art. 188º del
Código Procesal Civil.

A diferencia de los instrumentos típicos, los atípicos se encuentran en constante


desarrollo y su número aumenta con el transcurrir del tiempo y el avance científico.
Ello trae como consecuencia también que las pruebas utilizadas dentro de este
rubro sean tomadas en cuenta porque ofrecen un mayor rigor y que poseen
escaso grado de error, casi son considerados infalibles. . La prueba de ADN.

Una característica muy importante es que el legislador observa la constancia de


un medio atípico, su mayor utilización en los procesos y lo absorbe para
convertirlo en prueba típica, especialmente inmersa dentro de lo que son
documentos, así tenemos que los documentos como pruebas, no sólo se refieren
a escritos sino a: todo escrito u objeto que sirve para acreditar un hecho. Y la
misma ley enumera taxativamente cuáles medios son considerados instrumentos:

Son documentos los escritos públicos o privados, los impresos, fotocopias,


facsímil o fax, planos, cuadros, dibujos, fotografías, radiografías, cintas
cinematográficas, microformas tanto en la modalidad de microfilm como en la
modalidad de soportes informáticos, y otras reproducciones de audio o video, la
telemática en general y demás objetos que recojan, contengan o representen
algún hecho, o una actividad humana o su resultado.

2 LOS MEDIOS PROBATORIOS ATÍPICOS: si bien expresamente no están


regulados, pueden ser ofrecidos por las partes, y están constituidos por auxilios
técnicos o científicos que permitan lograr la finalidad de los medios probatorios.
Por analogía se emplean las reglas de los medios probatorios típicos. Ejemplos:
La reconstrucción de los hechos; la huella dactilar. Los sucedáneos de los medios
probatorios. La doctrina extranjera lo considera más que meros auxilios de la
prueba, como auténticos medios probatorios. El artículo 275 del Código adjetivo lo
define como los auxilios establecidos por la ley o asumidos por el juez para lograr
la finalidad de los medios probatorios, corroborando, complementando o
sustituyendo el valor de los medios probatorios.
En relación a la tecnología con los Medios Probatorios Atípicos, haremos algunas
consideraciones:
Pues de un lado, el legislador se ha adelantado al futuro, si vemos que son ya
importantes, comprensibles y pertinentes tal como señala el dispositivo del
Código Procesal con el rotulado de “Medios Probatorios Atípicos” y considerarlos
como auxilios técnicos o científicas que permitan lograr la finalidad de los
medios probatorios que se actuarán y apreciarán por analogía con los medios
probatorios típicos y con arreglo a lo que el Juez dispone.1
Se deben considerar al respecto para su mejor comprensión y cada año
gracias al avance científico y tecnológico que:

a) Se trata de auxilio Técnico o Científico que no han sido “tipificados”


como ocurre cuando el ADN ya está tipificada por legislación expresa y
tiene amplia difusión para propios y extraños. Tampoco la telemática
porque con el concepto de la promulgación del vigente Código Procesal
Civil.2
b) Que cuando divulgamos al nuevo “Código Procesal Civil en la década de
los 90 nos preguntaban por ejemplos concretos de un medio probatorio
atípico y teníamos dificultad en su explicación y aplicación satisfactoria
c) En materia Penal los auxilios científicos y técnicos se pueden y deben
aplicar, pero dentro de un marco diferente por no señalar como medios
atípicos.
d) La materia Penal no permite la aplicación de sucedáneos probatorios,
como ocurre en el Derecho Civil, pues solo tiene en cuanto a
presunciones una sola como es la “Indubio pro reo” o de inocencia
e) Finalmente los avances tecnológicos y científicos serán necesarios para
una enseñanza continua de todo Juez, Fiscal y sobretodo Abogados, cuyo
papel debe ser más significativo e importante como lo apreciamos desde
nuestra nueva esquina en el Colegio de Abogados de Lima, en su Junta
Directiva 2010.
f) Tecnología y Principios Generales del Derecho Hemos tratado
anteriormente el tema desde el Perú pero sólo en relación con el
Derecho Comparado destacando que más importante resulta el tema
para los países iberoamericanos, que para los angloparlantes,
especialmente para el Perú por su regulación en los tres códigos Civiles
que rigen en la República Peruana como tal.
 Asimismo como derecho supletorio en Códigos como el Tributario,
Procesal Civil y Procedimientos Administrativos. Como una de las Fuentes
del Derecho, junto con las otras (Ley, Costumbre, Jurisprudencia), los
principios generales del Derecho constituyen una unidad de substrato y
sentido considerándose que las sentencias judiciales son normativas en su
triple significación:
 Para las partes litigantes: Norma particular
 Precedente normativo si son dictados por la Corte Suprema como Pleno
Casatorio vinculante.3
 Norma general a tener en cuenta para casos semejantes4
Siendo la tecnología aplicada al Derecho, a través de los Principios
Generales, tema tradicional y clásico para los ordenamiento jurídicos
Romano-Germánico, que constituyen mayoritariamente nuestro Derecho,
depende de cada Rama del derecho su aplicación en mayor o menor grado; Así, si
nos ocupamos de los contratos a través de las vías informáticas, tenemos que el
Perú cuenta con regulación sobre firma digital y permisividad para su aplicación.5
En cambio si vamos al área Penal el principio del “Indubio Pro reo” se entrelaza
con aquellos principios tradicionales y con la falta de evidencias probatorias.
En el derecho Laboral el otro “Indubio” Pro Operario” se diluye con las
regulaciones Constitucionales y Legales que el Perú atraviesa a partir del
liberalismo del mercado de estos años.
Desde el punto de vista Constitucional, la Constitución Peruana vigente según
Enrique Bernales, considera que el Inc.8 del Art.139 de la Carta Fundamental
actual en una lectura acuciosa se determina que el principio de no dejar de
administrar justicia por vacio o deficiencia de la ley, se aplicarán los principios
generales del Derecho o los del Derecho Consuetudinario, se reconoce que en
materia de justicia el Derecho oficial o estatal puede interactuar de manera
supletoria, con principios del Derecho Consuetudinario, siempre que éstos no sean
contrarios a los Derechos Fundamentales, sí como a preservar la unidad del
Estado y su Soberanía

FASE CONCLUSIVA.
Contenido y objeto de los alegatos. Concluida la recepción de las pruebas, el
tribunal dispondrá que las partes aleguen por sí o por sus abogados o
apoderados, primero el actor y luego el demandado; el Ministerio Público alegará
también en los casos en que intervenga, procurando la mayor brevedad y
concisión. No se podrá hacer uso de la palabra por más de un cuarto de hora en
primera instancia y de media hora en segunda.1 Queda prohibida la práctica de
dictar los alegatos a la hora de la diligencia. Los alegatos serán verbales y pueden
las partes presentar sus conclusiones por escrito.2 Los tribunales deben dirigir los
debates previniendo a las partes se concreten exclusivamente a los puntos
controvertidos evitando digresiones. Pueden interrumpir a los litigantes para
pedirles explicaciones e interrogarlos sobre los puntos que estimen conveniente,
ya sobre las constancias de autos o ya sobre otros particulares relativos al
negocio. 3 De esta audiencia, el secretario, bajo la vigilancia del juez, levantará
acta desde que principie hasta que concluya la diligencia, haciendo constar el día,
lugar y hora, la autoridad judicial ante quien se celebra, los nombres de las partes
y abogados, peritos, testigos, intérpretes, el nombre de las partes que no
concurrieron, las decisiones judiciales sobre legitimación procesal, competencia,
cosa juzgada e incidentes, declaraciones de las partes en la forma expresada en
el artículo 389 de este Código, extracto de las conclusiones de los peritos y de las
declaraciones de los testigos conforme al artículo 392 del mismo ordenamiento, el
resultado de la inspección ocular si la hubo y los documentos ofrecidos como
pruebas si no constaren ya en el auto de admisión; las conclusiones de las partes
en el debate oral, a no ser que por escrito las hubieren presentado los litigantes, y
los puntos resolutivos del fallo. 1 Ibídem; artículo 393. 2 Ibídem; artículo 394. 3
Ibídem; artículo 395.

Los peritos y testigos pueden retirarse de la audiencia después de desempeñar


su cometido, firmando al margen del acta en la parte correspondiente a ellos.4 Los
tribunales, bajo su más estricta responsabilidad, al celebrar la audiencia de prueba
y alegatos deben observar las siguientes reglas: I. Continuación del procedimiento
de tal modo que no pueda suspenderse ni interrumpirse la audiencia hasta que no
haya terminado; en consecuencia, desecharán de plano las recusaciones y los
incidentes que pudieran interrumpirla; II. Los jueces que resuelvan deben ser los
mismos que asistieron a la recepción de las pruebas y alegatos de las partes. Si
por causa insuperable dejare el juez de continuar la audiencia y fuere distinto el
que lo substituyere en el conocimiento del negocio, puede ordenar la ampliación
de cualquier diligencia probatoria en términos de lo dispuesto por el artículo 279,
de esta ley; III. Mantener la mayor igualdad entre las partes de modo que no se
haga concesión a una de ellas sin que se haga lo mismo con la otra; IV.
Evitar digresiones, reprimiendo con energía las promociones de las partes que
tiendan a suspender o retardar el procedimiento y, si fuere procedente, aplicarán
lo ordenado por el artículo 61 de este Código, y V. Siempre será pública la
audiencia, excepto en los casos a que se refiere el artículo 59 de este
ordenamiento.5 Si por causas graves hubiere necesidad de prolongar la audiencia
durante horas inhábiles, no se requiere providencia de habilitación. Cuando haya
necesidad de diferirla se continuará en las primeras horas hábiles siguientes.6 En
los tribunales colegiados, cuando falte la mayoría o estuviere integrada por
magistrados diferentes a los que presidieron la audiencia anterior, tendrá efecto la
repetición de las pruebas y alegatos a que se refiere la fracción II del artículo
398.7 “Registro IUS: 218681 4 Ibídem; artículo 397. 5 Ibídem; artículo 398. 6
Ibídem; artículo 399. 7 Ibídem; artículo 400. Localización: Octava Época,
Tribunales Colegiados de Circuito, Semanario Judicial de la Federación, Tomo X,
Septiembre de 1992, p. 371, aislada, Civil. Rubro: SENTENCIA DEFINITIVA. LA
FALTA DE ESTUDIO DE LOS ALEGATOS DE LAS PARTES. NO ES
VIOLATORIO DEL PRINCIPIO DE CONGRUENCIA DE LA. Texto: No se
contraviene lo dispuesto por el artículo 81 del Código de Procedimientos Civiles
para el Distrito Federal por no estudiar los alegatos de las partes, puesto que
conforme a lo previsto en los artículos 393 y 712 del ordenamiento legal en cita, se
infiere únicamente que los litigantes tienen derecho a formularlos, pero en forma
alguna imponen la obligación al juzgador de analizarlos al pronunciar sentencia
definitiva, pues los mismos no constituyen un punto de la litis, la que si debe ser
materia de estudio y resolución.

SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.


Precedentes: Amparo directo 2485/92. Tráfico y Administración, S.C. 4 de junio de
1992. Unanimidad de votos. Ponente: Enrique R. García Vasco. Secretaria: Maura
Angélica Sanabria Martínez.”8 4.2. La forma oral de alegar y la forma escrita,
ventajas e inconvenientes de estas formas. Los alegatos en el caso de los juicios
ordinarios civiles se deberán de expresar en la audiencia de ley. A este respecto el
Código de Procedimientos Civiles del Distrito Federal señala: Concluida la
recepción de las pruebas, el tribunal dispondrá que las partes aleguen por sí o por
sus abogados o apoderados, primero el actor y luego el demandado; el Ministerio
Público alegará también en los casos en que intervenga, procurando la mayor
brevedad y concisión. No se podrá hacer uso de la palabra por más de un cuarto
de hora en primera instancia y de media hora en segunda.9 8 SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA DE LA NACION; IUS 2007; ob. cit. 9 SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN; Legislación Civil y su interpretación por el Poder
Judicial de la Federación; Código de Procedimientos Civiles para el Distrito
Federal; ob. cit.; artículo 393. En cuanto a la conveniencia e inconveniente de
expresar los alegatos por escrito o de manera oral, esto es relativo, ya que
dependerá del abogado que los exprese, puesto que puede ser una persona con
facilitad de palabra, de síntesis y retención, caso en el que se hace innecesaria la
expresión de manera escrita. Ahora bien, cuando el abogado no posee estas
cualidades, lo mejor será expresar los alegatos de forma escrita, lo que por normal
acontece. Lo más común en la práctica forense es que los alegatos se expresen
de forma escrita, aunque hay la tendencia de minimizar la importancia de este acto
procesal, ya que se cree que es intrascendente, creencia por demás equivocada y
carente de todo fundamento de hecho y de derecho. Los alegatos son un
importante medio para dar a conocer al juzgador, argumentos y elementos de
juicio para que dicte una sentencia favorable. Una excepción a la regla general, se
contempla en la siguiente interpretación de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación. “Registro IUS: 246541

Localización: Séptima Época, Tribunales Colegiados de Circuito, Semanario


Judicial de la Federación, Volumen 217-228 Sexta Parte, p. 65, aislada, Civil.
Genealogía: Informe 1987, Tercera Parte, Tribunales Colegiados de Circuito, tesis
3, página 201. Rubro: ALEGATOS. EL CODIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES
DEL DISTRITO FEDERAL NO ESTABLECE LA OBLIGACION DE TOMARLOS
EN CONSIDERACION, EN LAS RESOLUCIONES DE PRIMERA Y SEGUNDA
INSTANCIA. Texto: Del análisis de los artículos 393 y 712 del Código de
Procedimientos Civiles se infiere que éstos prevén que los litigantes tienen
derecho a formular alegatos tanto en la primera como en la segunda instancia,
respectivamente, pero de ninguna manera se advierte que en estos preceptos se
establezca la obligación para que los Jueces de primera instancia y las Salas del
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal tomen en cuenta tales alegatos
en el momento de dictar sentencia. TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN
MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Precedentes: Amparo directo 1184/85.
Manuel Sangochian Mahakian. 26 de marzo de 1987. Unanimidad de votos.
Ponente: José Becerra Santiago. Secretario: Miguel Vélez Martínez.”10 Concluida
la recepción de las pruebas, el tribunal dispondrá que las partes aleguen por sí o
por sus abogados o apoderados, primero el actor y luego el demandado; el
Ministerio Público alegará también en los casos en que intervenga, procurando la
mayor brevedad y concisión. No se podrá hacer uso de la palabra por más de un
cuarto de hora en primera instancia y de media hora en segunda.11 Queda
prohibida la práctica de dictar los alegatos a la hora de la diligencia. Los alegatos
serán verbales y pueden las partes presentar sus conclusiones por escrito.12 Los
tribunales deben dirigir los debates previniendo a las partes se concreten
exclusivamente a los puntos controvertidos evitando digresiones. Pueden
interrumpir a los litigantes para pedirles explicaciones e interrogarlos sobre los
puntos que estimen conveniente, ya sobre las constancias de autos o ya sobre
otros particulares relativos al negocio.

Cuando se invoquen jurisprudencia, doctrinas o leyes de los Estados, pueden


exigir que se presenten en el acto mismo.13 De esta audiencia, el secretario, bajo
la vigilancia del juez, levantará acta desde que principie hasta que concluya la
diligencia, haciendo constar el día, lugar y hora, la autoridad judicial ante quien se
celebra, los nombres de las partes y abogados, peritos, testigos, intérpretes, el
nombre de las partes que no concurrieron, las decisiones judiciales sobre
legitimación procesal, competencia, cosa juzgada e incidentes, declaraciones de
las partes en la forma expresada en el artículo 389 de este Código, extracto de las
conclusiones de los peritos y de las declaraciones de los testigos conforme al
artículo 392 del mismo ordenamiento, el resultado de la inspección ocular si la
hubo y los documentos ofrecidos como

10 SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN; IUS 2007; ob. cit. 11


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN; Legislación Civil y su
interpretación por el Poder Judicial de la Federación; Código de Procedimientos
Civiles para el Distrito Federal; ob. cit.; Artículo 393. 12 Ibídem; Artículo 394. 13
Ibídem; Artículo 395 pruebas si no constaren ya en el auto de admisión; las
conclusiones de las partes en el debate oral, a no ser que por escrito las hubieren
presentado los litigantes, y los puntos resolutivos del fallo. Los peritos y testigos
pueden retirarse de la audiencia después de desempeñar su cometido, firmando al
margen del acta en la parte correspondiente a ellos.14 4.3. La citación a las partes
para oír sentencias. La citación para sentencia es el acto procesal en virtud del
cual el juzgador, una vez formulados los alegatos o concluida la oportunidad
procesal para hacerlo, da por terminada la actividad de las partes en el juicio y les
comunica que procederá a dictar sentencia. Las sentencias interlocutorias deben
dictarse y mandarse notificar por publicación en el Boletín Judicial, dentro de los
ocho días siguientes a aquél en que se hubiere citado para dictarse. Las
sentencias definitivas deben dictarse y mandarse notificar por publicación en el
Boletín Judicial, dentro de los quince días siguientes a aquél en que se hubiera
hecho citación para sentencia. Sólo cuando hubiere necesidad de que el tribunal
examine documentos voluminosos, al resolver en sentencia definitiva, podrá
disfrutar de un término ampliado de ocho días más para los dos fines ordenados
anteriormente. Tratándose de sentencias de segunda instancia de
pronunciamiento colegiado, el Ponente contará con un máximo de quince días
para elaborar el proyecto y los demás magistrados con un máximo de cinco días
cada uno para emitir su voto. En el caso que se tengan que analizar documentos
voluminosos, el plazo para el Ponente se ampliará en ocho días más para tal fin.
En apelaciones de autos, interlocutorias y dictado de cualquier otra resolución de
pronunciamiento unitario, el plazo será de diez días.15 4.4. Efectos de la citación
para sentencia. 14 Ibídem; Artículo 397. 15 Ibídem; Artículo 87. Esos efectos son
los siguientes: a) La citación para sentencia tiene como efecto dar por terminada la
actividad procesal de las partes en la primera instancia, por lo que aquéllas ya no
podrán promover nuevas pruebas ni formular nuevos alegatos. b) Si bien las
partes no podrán recusar al juzgador antes de los diez días de dar principio a la
audiencia de pruebas y alegatos, sí podrán hacerlo después de la citación, en
caso de que cambie la persona física que tenga a su cargo el juzgado. c) Después
de la citación para sentencia ya no podrá operar la caducidad de la instancia, ya
que ésta sólo puede decretarse desde el emplazamiento hasta antes de que
concluya la audiencia de pruebas y alegatos. d) El juzgador deberá pronunciar la
sentencia definitiva dentro del plazo de 15 días. El Código de Procedimientos
Civiles del Estado de Sonora precisa otra perspectiva de los efectos de la citación
para sentencia, siendo ellos los siguientes: I. Suspende el impulso procesal de las
partes hasta que se dicte, salvo los casos expresamente previstos por la ley. II.
Sujeta al juez a dictarla dentro del plazo ordenado por la ley, y III. Impide que se
promuevan recusaciones u otras cuestiones incidentales.

Bibliografía

https://jorgemachicado.blogspot.com/2010/03/proceso.html#_Toc256630754

http://derecho.isipedia.com/optativas/derecho-procesal-del-trabajo/04-el-proceso-
laboral

http://derechoprocesalagrario10.blogspot.com/

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