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Alimentación balanceada en la mujer embarazada

Gestar un bebé es un trabajo arduo para el cuerpo de una mujer, por lo que Las
mujeres embarazadas deben tener una alimentación balanceada para ayudar al bebé
a crecer y desarrollarse normalmente. Además que Consumir una alimentación
balanceada y saludable puede ayudar a prevenir Anemia e infecciones en la madre,
Cicatrización insuficiente, nacimiento prematuro del bebé, o un bebé de bajo peso al
nacer.

Una dieta sana para una mujer embarazada debe contener alimentos con un alto
contenido nutricional, mientras que debe ser pobre en otros alimentos de escasa
densidad en nutrientes, como son los azúcares y los alimentos refinados. Durante el
embarazo, la dieta puede requerir suplementos de minerales o de vitaminas,
especialmente hierro, calcio, vitaminas D y ácido fólico. Conviene limitar la ingesta
excesiva de sodio para evitar el desarrollo de hipertensión, así como la ganancia
inadecuada de peso.

Dieta equilibrada durante el embarazo

La mujer embarazada debe comer una dieta equilibrada mientras persista su estado.
Los requerimientos diarios recomendados a excepción del hierro, se pueden obtener,
habitualmente, con una dieta balanceada. Sin embargo, hay que tener en cuenta que
las necesidades alimenticias de las embarazadas pueden variar según condiciones
individuales.

Para la mayoría de las mujeres embarazadas, la cantidad adecuada de calorías es la


siguiente:

Alrededor de 1,800 calorías por día durante el primer trimestre

Alrededor de 2,200 calorías por día durante el segundo trimestre

Alrededor de 2,400 calorías por día durante el tercer trimestre

Normas dietéticas durante el embarazo

La mujer embarazada necesita unas 300 calorías adicionales al día para su


mantenimiento.

Por ello, considerando los grupos de alimentos, se recomienda que para las mujeres
embarazadas las cantidades de porciones de alimentos de los cuatro grupos básicos
sean las siguientes:

Pan, cereal, arroz y pasta:

Debe comer de 9 a 11 porciones al día.

Estos alimentos le aportan carbohidratos. Se convierten en energía para su cuerpo y


para el crecimiento del bebé. Los productos de granos enteros y fortificados tienen
ácido fólico y hierro.
Verduras:

Las verduras son una buena fuente de vitaminas A y C, ácido fólico, hierro y magnesio.

La mujer embarazada debe comer de 4 a 5 porciones al día.

Tratar de que por lo menos dos de sus porciones diarias de verduras sean de hoja
verde.

Frutas:

Coma de 3 a 4 porciones al día.

Las frutas le aportan las vitaminas A y C, potasio y fibra. Elija jugos y frutas frescas:
son mejores para usted que las frutas congeladas o enlatadas. Coma bastantes
alimentos ricos en vitamina C, como cítricos, melones y bayas. Trate de evitar los
jugos que contengan azúcar o edulcorantes agregados.

La leche, el yogur y el queso:

Coma 3 porciones al día.

Los productos lácteos son una gran fuente de proteínas, calcio y fósforo. Si tiene que
reducir las calorías y el colesterol, elija productos lácteos bajos en grasa.

Carne de res, carne de aves, pescado, frijoles secos, huevos y nueces:

Coma 3 porciones al día.

Los alimentos de este grupo son una buena fuente de vitaminas del grupo B, proteína,
hierro y zinc.

Grasas y aceites:

La mujer embarazada necesitan un poco de grasa en su alimentación para ella y el


feto. Las grasas proporcionan energía a largo plazo para el crecimiento y son
necesarias para el desarrollo del cerebro.

Las mujeres con necesidades dietéticas especiales deben planear sus comidas con
cuidado para asegurarse de recibir la nutrición que necesitan. Estas deben hablar con
su médico, si sigue una dieta especial, por ejemplo si:

Es vegetariana.

Tiene intolerancia a la lactosa.

Debe comer sin gluten.


Porciones del Trompo Alimenticio para mujeres embarazadas

Minerales, vitaminas y proteína durante el embarazo

Agua

El agua juega un papel sumamente importante en la dieta de la mujer embarazada,


especialmente en lo que se refiere al aumento del volumen sanguíneo. El agua lleva
los nutrientes de la mamá al bebé. En el caso de la madre, el agua ayuda a masticar y
a deglutir, así como a prevenir la constipación y reducir las infecciones del tracto
urinario. Beber suficiente agua evita la deshidratación en la madre.

Las mujeres embarazadas deben beber al menos 6 vasos de agua por día, y un vaso
más por cada hora de actividad (en total, no menos de 10 vasos de agua por día).

Hierro

El hierro se necesita en altas dosis, especialmente en las fases finales del embarazo.
Es un mineral esencial para la formación de los hematíes de la sangre y no es
probable que una mujer embarazada consuma bastante en una alimentación habitual.
Incrementar el aporte de hierro es necesario no solo por las demandas fetales, sino
también por el gran aumento que experimenta su volumen sanguíneo.

Las mujeres embarazadas deben comer alimentos ricos en hierro para prevenir una
deficiencia de hierro y evitar la anemia. Alimentos ricos en hierro son: espinaca,
brócoli, fresas, carnes, granos enteros, frutos secos, legumbres.

Los requisitos adicionales del hierro durante el embarazo no se pueden resolver


solamente con la dieta y por ello es necesario habitualmente recurrir a suplementos.

Calcio

La mujer embarazada requiere un 40% adicional de calcio al día. El calcio es esencial


para mantener la integridad del hueso de la mujer y el desarrollo esquelético del feto.
RDA para calcio es de 1200 mg, suficiente para proveer las necesidades maternales y
fetales. Debe aumentar su ingesta de alimentos ricos en calcio, tales como productos
lácteos, si no toman leche, ni otros lácteos deben tomar un suplemento de calcio.
Sodio

Aunque el sodio no necesita ser limitado durante embarazo, sin embargo, se


recomienda no realizar una ingesta excesiva. La mujer embarazada debe evitar los
alimentos procesados o los denominados "chatarra" ya que son ricos en sodio.
Demasiada sal puede conducir a la hipertensión, y el consumo de demasiado alimento
salado puede favorecer el aumento del peso.

Folato (ácido fólico o folacina

El embarazo duplica las necesidades de una mujer embarazada en cuanto a folato. Es


esencial para la síntesis de proteína, formación de nuevas células, y producción de
sangre. Suficiente folato disminuye el riesgo de defectos del tubo neural, como espina
bífida y anencefalia. La deficiencia grave de folato puede dar lugar a anemia
megaloblástica, entidad en la que el corazón, el hígado y el bazo de la madre pueden
aumentar tanto que llegue a amenazar la vida del feto.

Alimentos ricos en folato son: huevos, verduras de intenso color verde, naranjas,
legumbres, y germen del trigo.

Aunque no hay un acuerdo general en la necesidad de suplementar folato para todas


las mujeres embarazadas, sin embargo se recomiendan suplementos, sobre todo para
las embarazadas que son fumadoras, bebedoras o vegetarianas.

Vitamina D

La vitamina D es necesaria para la absorción de calcio y para el mantenimiento y


desarrollo normal de sistema óseo tanto de la madre como del feto. Las mujeres con
baja ingesta de vitamina D debe tomar leche fortificada, especialmente las que tienen
exposición mínima a la luz del sol, la suplementación diaria debe ser de unos 10 mg.

Proteína

La cantidad estimada de proteína durante el embarazo es de 60 gm, unos 15 gm más


que la normal. Los alimentos ricos en proteínas suelen ser fuentes excelentes de
vitaminas y de minerales, tales como hierro, vitamina B6, y cinc. La carencia de
proteínas no es un problema habitual, puesto que la dieta de la mayoría de la gente
contiene cantidades adecuadas, o aún excesivas, de alimentos ricos en proteína.

Durante el embarazo se debe evitar el consumo de:

Alcohol: La bebida alcohólica puede afectar al feto y originar el “síndrome de alcohol


fetal”, un proceso que afecta al niño durante toda la vida. Por ello la mujer embarazada
debe evitar tomar cualquier bebida alcohólica.

Cafeína

La cafeína es un estimulante que se encuentra en café, té, chocolate, cacao, y colas.


Consumido en altas cantidades, puede causar irritabilidad, nerviosismo e insomnio, así
como niños de bajo-peso-de-nacimiento. Es también un diurético y por ello puede
producir algún tipo de deshidratación. Mientras no se tengan datos más científicos es
aconsejable que la madre embarazada evite o limite consumir cafeína durante el
embarazo.

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