Si constituir es la formación o creación de algo, constituir una relación de trabajo,
es la creación o primer acto que le da origen. De acuerdo con el artículo 20 de la Ley Federal del Trabajo, ya transcrito anteriormente, la relación de trabajo puede constituirse como consecuencia de la prestación del servicio o de un contrato, en este último caso para que se perfeccione el contrato y surjan los derechos y obligaciones, no es necesario que se ejecute el trabajo, pues basta que se formalice con el consentimiento de las partes para que surta sus efectos legales y desencadenando, como se dijo antes, todos los derechos y obligaciones inherentes a dicho contrato. “Artículo 31.-Los contratos y las relaciones de trabajo obligan a lo expresamente pactado y a las consecuencias que sean conformes a las normas de trabajo, a la buena fe y a la equidad.” El maestro Néstor de Buen Lozano en su obra Derecho del Trabajo, Tomo II, editorial Porrúa, tercera edición, 1979, sostiene también que se constituye una relación de trabajo, como consecuencia de la declaratoria de un contrato nulo, en cuanto a que, por la prestación del servicio de un menor de catorce años, por su incapacidad para contratar y para ser sujeto de la protección de la legislación laboral, se declara la nulidad de pleno derecho de esa relación, pero durante el periodo de prestación del servicio, se actualizan todos los derechos y obligaciones como si la relación de trabajo fuera legalmente existente por todo el tiempo hasta el momento de su declaratoria de nulidad. ELEMENTOS DE LA RELACIÓN DE TRABAJO Del ya referido artículo 20 de nuestra ley, encontramos dos elementos esenciales de la relación de trabajo, el subjetivo y el objetivo. Como elementos subjetivos encontramos al trabajador y al patrón y el objeto posible de esa relación se manifiesta a través de la prestación del trabajo personal subordinado del trabajador y como contra prestación a cargo del patrón tenemos el pago del salario, y todas aquellas otras prestaciones que tengan su origen en la propia ley y en el contrato. EL TRABAJADOR COMO SUJETO EN LA RELACIÓN DE TRABAJO El concepto legal de trabajador se encuentra contenido en el artículo 8 de la Ley Federal del Trabajo. “Artículo 8.-Trabajador es la persona física que presta a otra, física o moral, un trabajo personal subordinado.” Para poder identificar al trabajador como parte de la relación de trabajo, es preciso conocer sus elementos expresados en la ley, por tanto, para ser considerado como trabajador, además de ejecutar el trabajo para un patón bien sea persona física o moral, se debe tener la calidad de persona física, entendiéndose por persona física al ser humano, aclarando que el legislador al precisar la categoría de persona física, fue con la intención de aclarar la confusión que pudiera darse respecto de las personas morales de derecho social, es decir, respecto de los sindicatos y demás organizaciones de trabajadores, pues en un principio se tenía la idea errónea, que las relaciones individuales se podría establecer con los sindicatos y que estos tenían la facultad de tomar decisiones en las relaciones individuales, sustituyendo la voluntad del trabajador. Otro elemento importante del concepto trabajador lo tenemos en el trabajo personal, del cual debe entenderse que el trabajo debe ser ejecutado físicamente por el propio trabajador, no siendo permitido que el trabajo sea realizado por alguna otra en sustitución, como sucede en el caso de los auxiliares, ayudantes o aprendices, pues en estos casos de no ejecutarse directamente por el trabajador no se generará ningún derecho u obligación y sin en cambio si el trabajo se realiza por otra persona debe entenderse que se crea con esta otra persona una nueva relación jurídica laboral, por tal motivo se creyó pertinente precisar en el artículo 8 de nuestra ley lo personal en la ejecución del trabajo, con independencia a lo establecido en el segundo párrafo del artículo 10 de nuestra ley. Por cuanto a la subordinación como elemento esencial del concepto trabajador, ya fue tratado con anterioridad, por lo que se sugiere la remisión al tema respectivo. Por último el concepto legal de trabajador es omiso al excluir al salario como elemento esencial del concepto, pero creemos que se encuentra subsanada esta omisión en el artículo 20 de nuestra ley, pensando que el legislador al redactar el artículo 8, no quiso ser repetitivo. “Artículo 10.-… Si el trabajador, conforme a lo pactado o a la costumbre, utiliza los servicios de otros trabajadores, el patrón de aquél, lo será también de éstos.” Desde el reconocimiento de nuestro derecho hasta nuestros días el trabajador como sujeto de la relación de trabajo ha tenido diversas denominaciones entre las que tenemos, mencionando alguna de ellas, las siguientes: Obrero, operario, empleado, prestador de trabajo, deudor de trabajo, acreedor de salario, etc. Se considera que el nombre de trabajador en nuestro derecho es el más apropiado para nombrarlo, porque se identifica plenamente con la actividad que realiza. Además de trabajador como término genérico que se emplea en nuestra ley, encontramos otras formas o tipos de trabajadores, tales son los trabajadores de confianza y los representantes del patrón. Los trabajadores de confianza se diferencian de los demás trabajadores, por tener atribuciones específicas, nuestra Ley Federal del Trabajo hace referencia a ellas en el artículo 9: “Artículo 9.-La categoría de trabajador de confianza depende de la naturaleza de las funciones desempeñadas y no de la designación que se dé al puesto. Son funciones de confianza las de dirección, inspección, vigilancia y fiscalización, cuando tengan carácter general, y las que se relacionen con trabajos personales del patrón dentro de la empresa o establecimiento.” La calidad de trabajador de confianza no depende de la voluntad de las partes ni de terceros, verbigracia los sindicatos, al hacer la designación, sino de la propia ley, al considerar, que tal calidad depende de las funciones a desempeñar y no al nombre que se le dé al puesto, precisando, que esas funciones son las de dirección, inspección, vigilancia y fiscalización, cuando vayan dirigidas para un grupo de trabajadores en una área determinada o al grueso de los trabajadores, luego entonces, esas funciones tendrán el carácter de generales. Así mismo, son considerados como trabajadores de confianza aquellos que ejecuten trabajos en sustitución del patrón, dentro de la empresa o establecimiento. Los representantes del patrón con funciones de dirección y administración, son aquellos trabajadores que por su calidad dentro de la empresa o establecimiento realizan actos en nombre del patrón, por lo que se consideran esos actos como si fueran hechos por el propio patrón y en consecuencia los actos de dichos representantes surten todos los efectos legales dentro de la relación jurídica laboral. “Artículo 11.-Los directores, administradores, gerentes y demás personas que ejerzan funciones de dirección o administración en la empresa o establecimiento, serán considerados representantes del patrón y en tal concepto lo obligan en sus relaciones con los trabajadores.” EL PATRÓN COMO SUJETO EN LA RELACIÓN DE TRABAJO Del artículo 10 de la Ley Federal del Trabajo, se desprende el concepto legal de patrón. “Artículo 10.-Patrón es la persona física o moral que utiliza los servicios de uno o varios trabajadores.” Realmente la sencillez de redacción del artículo 10, no amerita grandes explicaciones, dado que se puede identificar plenamente a los sujetos que intervienen en la relación de trabajo, precisando únicamente, como se desprende de su lectura, que el patrón dentro de la relación puede revestir la figura de persona física o moral. Desde el punto de vista legal, las personas pueden ser físicas o morales, siendo las primeras los seres humanos y las morales por tratarse de una ficción de la ley, no son susceptibles de ser apreciadas a través de los sentidos pues no se pueden materializar y por lo tanto, son consideradas como una abstracción, exteriorizándose a través de dos o más personas físicas consideradas como sus representantes. Sin embargo, además, deben estar integradas con dos o más personas físicas, que conjuntan sus interés con un fin específico, su existencia legal está reconocida por la ley mediante la satisfacción de requisitos exigidos en la misma, y una vez que se cumplen esos requisitos, son reconocidas como tales; por tanto, legalmente constituidas adquieren personalidad jurídica propia distinta a la de sus miembros, y sus actos como ya se dijo, se canalizan por medio de sus representantes, generándose también sus propios derechos y obligaciones. De ambos modos en que en que se manifiesta la figura patronal, podemos concluir que cuando se configura como persona física su identificación es plena, en cambio, cuando reviste la figura de persona moral, no es fácilmente identificable, por ello, en nuestra legislación tenemos una serie de disposiciones que nos llevan a su identificación y cuando no se logra, las diversas manifestaciones como se representa, son involucradas entre sí y las sitúa con responsabilidad solidaria dentro de la relación jurídica laboral. Otra forma en que se manifiesta el patrón la encontramos en la intermediación, fenómeno que en nuestra ley en el artículo 12, se ocupa de esta figura. “Artículo 12.-Intermediario es la persona que contrata o interviene en la contratación de otra u otras para que presten servicios a un patrón.” El intermediario por lo tanto es el enlace entre el patrón y el trabajador para que preste sus servicios y se constituya una relación de trabajo. Más adelante hablaremos de él, extendiendo sus responsabilidades. Otra figura la tenemos en el patrón sustituto, esta se da cuando una persona sustituye a otra en calidad de patrón, existiendo entre ambos una responsabilidad solidaria hasta por el término de seis meses contados a partir de la fecha en que se pone en conocimiento a los trabajadores de la sustitución, sin que como consecuencia de la sustitución se afecten las relaciones de trabajo existentes con los trabajadores. “Artículo 41.-La substitución de patrón no afectará las relaciones de trabajo de la empresa o establecimiento. El patrón substituido será solidariamente responsable con el nuevo por las obligaciones derivadas de las relaciones de trabajo y de la Ley, nacidas antes de la fecha de la substitución, hasta por el término de seis meses; concluido éste, subsistirá únicamente la responsabilidad del nuevo patrón.” La solidaridad que se da entre las distintas figuras patronales, las encontramos en los artículos 13, 14 y 15 de la Ley Federal del Trabajo, que determinan varios supuestos, uno en cuanto a que el intermediario insolvente proporcione trabajadores a un patrón, es este caso ambos incurrirán en responsabilidad solidaria; otro en cuanto a que, si mediante la intermediación, los trabajadores que proporcione el intermediario realizan trabajos semejantes a los que se ejecutan en la empresa que recibe los servicios, tendrán los mismos beneficios de los trabajadores donde presten sus servicios, de no cumplirse esta disposición, ambos patrones se responsabilizan solidariamente; un último supuesto establece que iguales beneficios recibirán los trabajadores de un patrón titular de una empresa cuando se demuestre que ejecutan trabajos de forma exclusiva o principal a otra empresa. “Artículo 13.-No serán considerados intermediarios, sino patrones, las empresas establecidas que contraten trabajos para ejecutarlos con elementos propios suficientes para cumplir las obligaciones que deriven de las relaciones con sus trabajadores. En caso contrario serán solidariamente responsables con los beneficiarios directos de las obras o servicios, por las obligaciones contraídas con los trabajadores.” “Artículo 14.-Las personas que utilicen intermediarios para la contratación de trabajadores serán responsables de las obligaciones que deriven de esta Ley y de los servicios prestados. Los trabajadores tendrán los derechos siguientes: I. Prestarán sus servicios en las mismas condiciones de trabajo y tendrán los mismos derechos que correspondan a los trabajadores que ejecuten trabajos similares en la empresa o establecimiento; y II. Los intermediarios no podrán recibir ninguna retribución o comisión con cargo a los salarios de los trabajadores.” “Artículo 15.-En las empresas que ejecuten obras o servicios en forma exclusiva o principal para otra, y que no dispongan de elementos propios suficientes de conformidad con lo dispuesto en el Artículo 13, se observarán las normas siguientes: I. La empresa beneficiaria será solidariamente responsable de las obligaciones contraídas con los trabajadores; y II. Los trabajadores empleados en la ejecución de las obras o servicios tendrán derecho a disfrutar de condiciones de trabajo proporcionadas a las que disfruten los trabajadores que ejecuten trabajos similares en la empresa beneficiaria. Para determinar la proporción, se tomarán en consideración las diferencias que existan en los salarios mínimos que rijan en el área geográfica de aplicación en que se encuentren instaladas las empresas y las demás circunstancias que puedan influir en las condiciones de trabajo.” Una forma novedosa de representarse la figura patronal, la encontramos en el concepto de empresa, por virtud de la cual el trabajador no necesariamente está vinculado en primera instancia a una persona física o persona moral, sino que lo está preponderantemente a la empresa y en este sentido se oriente la interpretación de los artículos 16, 712 y 743 de la Ley Federal del Trabajo. El primero nos precisa que para los efectos de las normas de trabajo, se debe priorizar los conceptos de empresa y establecimiento; los dos restantes de carácter procesal, expresan que cuanto el trabajador desconozca el nombre del patrón o su denominación, solo es requisito precisar en la demanda los datos de la empresa, es decir, el domicilio donde se prestan o prestaron los servicios y la actividad a la que se dedica, para que el funcionario notificador en el momento del emplazamiento deba cerciorarse únicamente de que en el domicilio de la empresa designado, es aquel en donde se prestan o se prestaron los servicios. “Artículo 16.-Para los efectos de las normas de trabajo, se entiende por empresa la unidad económica de producción o distribución de bienes o servicios y por establecimiento la unidad técnica que como sucursal, agencia u otra forma semejante, sea parte integrante y contribuya a la realización de los fines de la empresa.” “Artículo 712.-Cuando el trabajador ignore el nombre del patrón o la denominación o razón social de donde labora o laboró, deberá precisar cuando menos en su escrito inicial de demanda el domicilio de la empresa, establecimiento, oficina o lugar en donde prestó o presta el trabajo y la actividad a que se dedica el patrón.” “Artículo 743.-La primera notificación personal se hará de conformidad con las normas siguientes: I.-…; II.-…; III.-…; IV.-…; V.-…; y VI.-En el caso del artículo 712 de esta Ley, el actuario se cerciorará de que el local designado en autos, es aquel en que se prestan o se prestaron los servicios.” En conclusión debemos manifestar que de las diversas facetas que reviste la figura patronal que hemos analizado y las disposiciones que las regulan, facilitan al trabajador su identificación y responsabilidades con el fin de garantizar sus derechos laborales como consecuencia de la relación de trabajo y de la prestación de los servicios. Por último, refiriéndonos a la figura patronal, pero ya en otro orden de ideas, también diremos que además de las formas establecidas en nuestra ley, encontramos otras designaciones que son empleadas en nuestro vocabulario laboral, bien sea por se emplean en otras legislaciones o bien son recopiladas por algunos autores y que se usan en el ámbito laboral. Aquí solo haremos mención de su connotación sin hacer ningún otro comentario al respecto, únicamente con el fin de conocer de su existencia. Estas otras denominaciones son: Empleador, patrono, principal, dador de trabajo, acreedor de trabajo, dador de empleo, etc.