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Según el registro oficial se evidencia mayor intensidad del desplazamiento forzado en la década de
los noventa, en 1995, con crecimiento hasta el 2002 año que alcanzó el máximo histórico registrado,
luego inestable y cambiante desde 2003 con recrudecimientos en los años 2007 y 2011.
Es necesario caracterizar períodos en los que se dieron estos hechos de violencia en la Colombia
contemporánea.
• Punto de partida: 1980, año declarado por parte de la Corte Constitucional como el inicio
de la dimensión actual del fenómeno (Sentencia T-025 de 2004).
• Punto central: 1997, año en el que se expide el principal instrumento legal para dar
respuesta al grave problema suscitado por el desplazamiento forzado (Ley 387).
• Punto de cierre: 2014, año del corte del análisis estadístico
Así pues, al tiempo que el gobierno de Betancur buscaba acuerdos de paz con las guerrillas, sectores
radicales de las Fuerzas Armadas, en actos que evidenciaban una manifiesta autonomía clandestina,
promovían una nueva forma de guerra: la desinstitucionalización o privatización de la lucha
contrainsurgente. Dichos acuerdos dieron surgimiento al partido de izquierda UP Unión Patriótica
El año 1989 se declaró la ilegalidad de los grupos llamados grupos de autodefensas debido al
desbordamiento de sus acciones y a los claros nexos con el narcotráfico. Debido a la participación
directa del narcotráfico, se produjo un recrudecimiento de la violencia política que cobró la vida de
Carlos Pizarro, Luis Carlos Galán y Bernardo Jaramillo, entre otros
Marzo 1990 séptima papeleta movimiento estudiantil y político, se les daba una papeleta adicional
para que los colombianos votaran si estaban de acuerdo en un encuentro entre la insurgencia, la
sociedad y el Estado para definir los contenidos de las reformas. Al reconocer mayoritaria voluntad
popular se citaron los grupos insurgentes desmovilizados y los pueblos y comunidades indígenas.
En el año 1991 y a partir del compromiso se permitio el desarme y desmovilización del M-19, el PRT,
un sector mayoritario del EPL, el grupo guerrillero indígena MAQL, la ADO y Patria Libre, Los
Tangueros o Mochacabezas. En el mismo año se da la nueva constitución Política, la cual
establecería un nuevo orden político, social y económico de la nación, representado por la
participación de los grupos insurgentes recientemente desmovilizados
Grandes avances en busca de la paz con poca participación de las FARC y ELN quienes contaban con
mayor control territorial y continuaban desplazando campesinos y afro descendientes de zonas del
país. En el gobierno de Gaviria se citan ambos grupos, no llegan acuerdos y estos siguen
apoderándose de las zonas dejadas por los desmovilizados.
Ante el crecimiento de estos grupos surge el Estatuto de Vigilancia y Seguridad Privada, el cual
permitía crear “servicios especiales”, posteriormente designados bajo el nombre de Convivir. Las
denominadas Convivir tenían el propósito de apoyar los esfuerzos de la Fuerza Pública y
proporcionar la vigilancia y seguridad privada a sus miembros.
Sin embargo, a través del siniestro esquema de las Convivir, se produjo la llamada “violencia por
delegación” donde estos grupos ejecutaban el trabajo sucio que la fuerza pública no podía hacer
por su carácter de autoridad sometida al imperio de la ley
Como fue probado después de su desmovilización, los máximos jefes paramilitares, entre ellos
Salvatore Mancuso, Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40, Diego Vecino y Rodrigo Pelufo, alias Cadena,
fueron representantes legales o aprovecharon el sistema legal de las Convivir para constituir sus
organizaciones delictivas. Así pues, los grupos paramilitares lograron legalizar sus actividades
nuevamente, y se estima que, en su momento de mayor expansión, existían más de 400
asociaciones de este tipo a lo largo del territorio nacional.
En el gobierno de Samper se crean disputas por sus supuestas implicaciones con narcotraficantes
del cartel de cali. Para humanizar la guerra, se adoptaron las normas del DIH (Derecho Internacional
Humanitario), que tienen como objetivo principal la protección de las personas que no participan
en hostilidades o que han decidido dejar de participar en el enfrentamiento. Así pues, pues, en el
periodo presidencial de Samper se introduce por primera vez la problemática del desplazamiento
forzado como discurso en el escenario gubernamental y como uno de los principales objetivos de
política pública del Gobierno nacional.
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Los gobiernos, las instituciones y los programas aún no han permitido lograr una
respuesta adecuada a las necesidades más apremiantes de esta población, mucho
menos garantizar el goce efectivo de sus derechos y su reparación integral