Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del enemigo malo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti. Para que con tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos. Amén.
CONSAGRACIÓN A MARÍA.
Oh Señora mía, oh Madre mía, yo me entrego todo a ti, y en
prueba de mi filial afecto te consagro mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como hijo y posesión tuya. Amén.
Al Ángel de la guarda:
Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni
de noche ni de día; no me dejes solo, que me perdería. Acto de contrición Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.
Ven espíritu Santo
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y
enciende en ellos el Fuego de tu Amor. Envía tu Espíritu para darnos nueva Vida, y se renovará la faz de la tierra. Dios, que iluminaste los corazones de tus fieles con las luces del Espíritu Santo, concédenos saborear las cosas rectas, según ese, tu Espíritu. Y gozar para siempre de tus consolaciones, por Cristo Nuestro Señor”. ¡Amen!.