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Alegato de Clausura
Alegato de Clausura
I. ASPECTOS GENERALES
El alegato de clausura constituye la etapa más interesante del proceso penal, constituye el
«último piso del edifico» que se fue construyendo durante todo el proceso. Constituye la pieza
final del «rompecabezas». Por lo tanto, es la última oportunidad del abogado para
comunicarse con el juzgador. En esta etapa el abogado debe presentar sus argumentos orales
de conclusión con el propósito de convencer al juez que su teoría del caso se probó y por lo
tanto debe fallar a su favor. Enseguida veremos aspectos importantes del alegato de clausura.
En la doctrina es conocida también como discurso de clausura o alegato final. Esta última
denominación es la que recoge el Código Procesal Penal de 2004 (artículo 386° y ss.).
II. DEFINICIONES
Para Héctor Quiñones1 el alegato de clausura es, sin duda, la etapa más interesante del
proceso penal y la que todo abogado litigante espera con ansiedad.
Según Blanco Suárez et al?, el discurso de clausura es aquella exposición o argumentación que
efectúan los litigantes con la finalidad de poder exponerle al tribunal las conclusiones que han
de extraerse de la prueba rendida.
Baytelman y Duce3 definen al alegato final como el alegato que permite al abogado no sólo
sugerir conclusiones al tribunal acerca de la prueba presentada, sino que lo urge hacerlo. Es
aquí donde ensamblaremos todas las piezas del rompecabezas que hemos venido armando a
través de la presentación de la prueba.
Allí mostraremos al tribunal de qué manera cada pedazo de prueba y cada trozo de
información se conjuga para probar nuestras proposiciones fácticas y hacer creíble
III. IMPORTANCIA
- Es la última oportunidad que tienen las partes litigantes para dirigirse y expresarse
ante el juez penal e intentar persuadirlo.
- Sirve para ayudar a reforzar la opinión que pudiera haber ya concebido el juez acerca
de la causa.
Podemos señalar que todo alegato de clausura debe tener las siguientes características:
2. Claro y directo.
3. Coherencia lógica.
Los especialistas dan una serie de sugerencias prácticas para exponer un buen alegato de
clausura:
2. Voz apropiada.
3. Lenguaje corporal.
5. Hablar y no leer.
6. Sin prepotencia.
8. Creíble.
No existe una única forma de abordar el alegato de conclusión. Existen diversas formas, entre
las que se destacan las tres que a continuación se describen5:
Esta forma permite realizar una presentación ordenada y secuencial de cómo sucedieron los
hechos, determinando en el tiempo cada suceso y estableciendo cómo fue probado. Este
modelo es empleado generalmente por la Fiscalía, quien por llevar la carga de la prueba, debe
establecer todos los supuestos fácticos, probatorios y jurídicos que integran la condena.
2. Orden de los cargos de la acusación
Esta forma toma como referencia para formular el alegato a la acusación, relacionándolo con
cada cargo o sindicación. La defensa puede atacar cada elemento o supuesto de la acusación
para comprobar las falencias materiales o formales de la tesis de la fiscalía; puede afirmar que
todos y cada uno de las premisas de la acusación se han comprobado y refresca en el juez cada
una, dando certeza a sus planteamientos iniciales.
Esta forma de estructurar el alegato final se da partiendo de la norma que describe la conducta
punible en la parte especial del código, o la norma que configura un juicio de valor sobre la
conducta, o los supuestos probatorios necesarios para condenar, es el otro orden para
adelantar el alegato de conclusión. Es una presentación que se ordena desde la premisa
jurídica y desde allí se elabora el discurso sobre los hechos y sobre las pruebas. Sirve para
apelar a la mentalidad jurídica del juez, donde se siente cómodo y se le puede sintetizar el
argumento con toda su carga legislativa, doctrinal y jurisprudencial.
El mensaje final que deben realizar los intervinientes debe ser completo y conciso sobre el
tema del debate: los hechos, las pruebas y los fundamentos jurídicos.
Ejemplo:
Pedro Suárez sería plenamente identificado, y ahora lo tenemos, no es otro que el acusado,
Juan Alvarado.
La teoría del caso de la Fiscalía en el caso del homicidio de Pedro Suárez se fundamenta en la
identidad y este es el tema que debe reiterarse al iniciar el alegato.
Defensa: la única forma en que Juan Alvarado pudiera haber causado la muerte de Pedro
Suárez es que tuviera el don de la ubicuidad.
La teoría del caso de la defensa se basa en oportunidad y este es el tema que debe reiterar.
En el alegato final o de clausura el mensaje debe ser claro, directo y sencillo, con frases cortas.
Esto ayudaría a una comprensión correcta e inmediata que no lleve a profundas
elucubraciones.
gl mensaje debe ser oportuno y no lato o extenso. El tiempo debe controlarse para saber cómo
se abordará cada tema.
Según los expertos, un alegato eficiente puede llevar como máximo cuarenta minutos. Lo ideal
es que sea 15 minutos; si demanda más tiempo tiende a distraer al juzgador, quien comenzará
a pensar en otros temas.
Debemos evitar mencionar toda información irrelevante que no sea necesaria para el debate.
Aunque los detalles son muy importantes para dar fuerza a la historia persuasiva, deben
identificarse cuales complementan los puntos centrales del debate y cuales necesariamente
hay que excluir.
Ejemplo:
En el caso que una señora haya escuchado que alguien mató a una persona, no es un detalle
relevante para el caso que ella viva sola, que está separada. Lo único relevante fue lo que
escuchó y el contexto en que lo escuchó.
Se deben escoger los temas que el alegato abordará una y otra vez y los calificativos con que
se trate a los testigos y al acusado. Así el mensaje persuasivo se complementará con
apreciaciones y calificativos de todo orden.
Ejemplo:
En el juicio por el homicidio de Pedro Núñez, los temas de identificación y oportunidad son los
que permanentemente debe tocar la Fiscalía. Igualmente, los calificativos de irresponsabilidad,
vagancia, vida fácil, etc., son los que la Fiscalía podría recabar cada vez que exteriorice sus
razonamientos sobre la conducta del acusado Gonzáles.
detrás de una puerta, sin conocer el número de personas que se encontraban allí, de qué
aparato o de quién salió la frase, a qué se refería, etc.
Señor juez, la Fiscalía coincide con la defensa en que Rebeca López no conoce el contexto de la
frase que oyó, sobre lo que no tiene duda fue que la oyó de Carlos Pastrana y que esto, ligado
con la identificación positiva que de él hicieron la testigo presencial de la muerte del señor
Castaño, su viuda Gloria Dávila y su vecino Carlos Muñoz, prueba sin duda su culpabilidad.
Al igual que el inicio, la terminación debe hacerse en un punto alto que concentre la atención
del juez frente a la síntesis del alegato. En esto se aconseja, como lo sugería un instructor,
preparar el remate del alegato, para que logre la emotividad y persuasión concluyente y
además porque el abogado puede verse con la sorpresa de que el juez limite su tiempo y el
alegato quede a media marcha sin conclusión. Debe siempre tenerse preparado este remate.
Defensa: La duda debe resolverse a favor del acusado reza la ley. Y duda es lo que quedó en
este juicio, grandes dudas sobre la identificación de Carlos Pastrana como el autor de los
hechos, duda sobre el motivo, duda sobre lo que oyó
Rebeca López y de quien lo oyó. Si a esto se suma el hecho que la Fiscalía nunca pudo probar
que Carlos Pastrana salió de su departamento la noche de la muerte de Andrés Castaño, y que
nunca se encontró arma alguna en su poder, estamos seguros señor Juez que usted fallará
pronunciando un fallo de no responsabilidad como en derecho y en justicia corresponde.
Muchas gracias.
Héctor Quiñones7 señala con respecto al alegato de clausura, que no existe una sola fórmula
para preparar este alegato; ello dependerá de cada caso en particular y que determinará a su
vez qué tipo de alegato se debe ofrecer.
Para ello ofrece dos formas de preparar un alegato final, siendo la primera la siguiente:
4. Finalmente, una discusión de las normas aplicables al caso y cómo estas favorecen su
tesis.
Héctor Quiñones8 señala los siguientes principios básicos del alegato de conclusión:
En el alegato de clausura se debe captar la atención del juzgador, toda vez que es él quien
tendrá realmente la última palabra sobre el resultado del caso. Es por ello que hay que hacer
todo lo posible para que su atención esté centrada en lo que usted le va a exponer, con el
propósito de persuadirlo que la decisión que tome sea a su favor.
2. Persuasión y sinceridad
Como complemento a captar la atención del juzgador, es persuadir al juzgador de que nuestras
alegaciones son las que deben prevalecer en el caso. Es decir, exponerle al juzgador el porqué
uno tiene razón en sus argumentos. Para ello hay que exponerle razones de peso, de forma
lógica y fundamentada para que sea realmente convincente. Estructure las razones que
apoyan sus tesis y respalde las mismas con la prueba admitida durante el proceso.
Una de las formas más efectivas para persuadir a alguien es el grado de emoción que uno
transmita en la alocución. Para persuadir a alguien de algo debe estar, o por lo menos parecer
que está convencido de ello. Demostrar confianza y dejar ver que está firmemente convencido
de lo que está expresado, pero sin decirlo expresamente. Si en realidad está verdaderamente
convencido, mejor aún.
En el sistema adversarial una de las funciones de las partes es argumentarle al juzgador sobre
los hechos del caso y sobre el derecho aplicable al mismo. Es decir, las partes deben poner en
condiciones al juez de poder aplicar correctamente al caso las normas jurídicas pertinentes.
5. Lenguaje apropiado
6. Organización
Una de las claves del éxito del alegato de clausura es que este debe ser expuesto en forma
organizada, de tal manera que el mensaje pueda ser entendido. Para ello debe tener claro los
objetivos que desea lograr al exponer el alegato. Vaya creando el camino adecuado para
lograrlos. Si desde el principio empezó anotando en una hoja de papel los temas que debería
cubrir en su exposición de cierre y fue actualizándolos durante el proceso.
7. Duración del alegato
Por lo general la duración del alegato de clausura no está regulada por legislación.
Generalmente, las partes litigantes se ponen de acuerdo con el juez y determinan el tiempo
que tendrá cada una de ellas para exponer su argumentación de cierre. Todo ello dependerá
del tipo de delito, de la prueba presentada, de lo extenso del proceso, de lo complicado de la
materia, de la cantidad de prueba testifical, material y documental admitida, etc.