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Edic
En el año 2010 se certificó a nivel nacional ¿Cómo se elabora la investigación en el Procedimiento penal acusatorio
rcera
Te
como capacitadora en Sistema acusato- adversarial? ¿Qué es la Teoría del caso? ¿Cuándo se elabora?
rio adversarial por la Secretaría técnica ¿Cuándo se depura? ¿Cuáles son las funciones del Ministerio Público
para la implementación de los juicios en el Sistema penal acusatorio adversarial? ¿Cómo se litiga en un
orales en México. Participó en el análisis
Juicio Oral
largo de años de investigación en las instituciones de mayor prestigio
mecanismos alternativos y juicio” para a nivel internacional. Teoría y práctica se conjugan en esta publicación
la elaboración del Plan Nacional de De- sin referentes en nuestro país. Su objetivo es dotar de herramientas
sarrollo. Asimismo, coordinó las mesas modernas y eficaces a los operadores jurídicos, de cara a la entrada en Diana Cristal González Obregón obtuvo
técnicas en la PGR para el análisis de con- vigor del Sistema procesal penal acusatorio adversarial en México. Para la licenciatura en Derecho y el Doctora-
tenidos de las diversas iniciativas presen- quienes siempre están a la vanguardia en la formación y actualización do en Materia Penal por la Universidad
tadas para la creación del Código único jurídica, esta obra les resultará imprescindible, pues conjuntamente Nacional Autónoma de México (UNAM).
de procedimientos penales de los Estados con la dimensión sustantiva del derecho penal, el manual que el lector En el año 2007 realizó una Maestría en
La teoría del caso
Tirant lo Blanch
Artes Gráficas 14, 46010, Valencia
http://www.tirant.com
Foreword
Hillary Levun 25
Nota introductoria 29
Introducción 31
Comparación de los Sistemas Procesales Penales 34
Artículo 21 de la Constitución de 1917 35
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Salidas alternas 88
1. Terminación anticipada 93
a) No ejercicio de la acción penal 93
b) Facultad de abstenerse de investigar 94
c) Archivo temporal 94
d) Principio/criterio de oportunidad 96
2. Medios alternativos de solución de conflictos 98
a) Acuerdos reparatorios 98
b) Suspensión del proceso a prueba 101
3. Mecanismos de aceleración 104
a) Procedimiento abreviado 104
Medidas cautelares 108
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Manual práctico del Juicio Oral
Recursos 237
1. Revocación 239
2. Apelación 241
3. Casación 244
4. Revisión 250
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Bibliografía 473
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Gracias Dios, por darme la vida y permitirme
aportar un granito de arena en este importante
proceso de implementación del nuevo esquema
de justicia penal en el México que tanto amo.
Gracias por ser la luz que guía mi camino en la vida.
17
Palabras de bienvenida a la reciente edición
del Manual práctico del Juicio Oral
1. Jorge Ulises Carmona Tinoco, Panorama breve sobre la retórica, su naturaleza y su evolución histórica.
México, Instituto de Investigaciones Jurídicas de la unam, 2004.
2. Alfonso Reyes, en La crítica en la Edad Ateniense (México, fce, 1997, Obras completas, t. XIII), co-
menta que “en la Antigüedad helénica el derecho no era una profesión, sino un ejercicio general de los
ciudadanos, sea en cuanto al abogado, sea en cuanto al juez, y en alguna parte había que acomodar las
doctrinas nacientes de la demanda y la defensa, de las pruebas, del alegato y de la sentencia” (p. 369).
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Prólogo
a la tercera edición del
Manual práctico del Juicio Oral
México enfrenta hoy en día uno de los más grandes retos a nivel nacional: la
implementación de un sistema acusatorio de corte adversarial. Este nuevo sistema
de justicia penal busca mejorar la forma de impartición y procuración de justicia,
así como fortalecer el respeto a los derechos humanos, tanto de víctimas u ofendi-
dos como de imputados, garantizar el acceso a la justicia, el rápido esclarecimiento
de los hechos, mayor transparencia en el actuar de los operadores del esquema de
justicia penal y, por supuesto, generar más medios alternativos para poner fin al
conflicto penal, entre otros.
Con la reforma constitucional de seguridad y justicia del año 2008, y la de la
incorporación de los derechos humanos a nuestro ordenamiento supremo en 2011,
la implementación del nuevo esquema de justicia penal es ahora una obligación
para las entidades federativas y el Distrito Federal.
Son varios los esfuerzos ya realizados; nuestro país tiene experiencia a través
de diversas entidades federativas en la aplicación del sistema acusatorio adversa-
rial desde hace ya algunos años, pero muchos son los retos y poco el tiempo que
queda para su total implementación por lo que el ámbito federal y las entidades
federativas realizan grandes pasos para cumplirla, cada uno atendiendo a su rea-
lidad social y demográfica. En el Distrito Federal se están dando grandes pasos,
sin embargo, hay que tomar en cuenta que se tiene una naturaleza sui generis y una
gran densidad poblacional para su implementación.
La estrategia para la implementación del nuevo sistema de justicia penal de
corte adversarial debe incluir una legislación ad hoc para su adecuada aplicación,
así como una reorganización institucional, infraestructura y equipamiento, capaci-
tación, socialización, difusión, entre otras actividades indispensables, para contar
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Manual práctico del Juicio Oral
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Foreword
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system lie in how evidence is collected and presented. As you will come to un-
derstand, the procedural requirements for evidence collection and presentation in
an adversarial system are geared towards protecting certain fundamental human
rights, and ensuring each person’s equal and unfettered access to justice. As Mexi-
co continues to reform its criminal justice system, for the first time adopting speci-
fic procedures aimed at fostering an adversarial (rather than inquisitorial) spirit, it
will be those conversant in proper evidence collection and presentation who will
most decidedly help bring the truth to light and shape the evolving Mexican rule
of law.
This, my friends, is where the Manual práctico del Juicio Oral comes in. It will
be your cookbook, your sheet music, your roadmap for navigating the new Mexi-
can criminal justice system, from the moment a case is contemplated to the mo-
ment that case is closed. She will introduce you to the investigatory phase through
which each case will pass, and teach you how presuming that the defendant is in
fact innocent until proven guilty will make you see the evidence you gather in a
more critical light. She will explain why a humane and transparent investigation
engenders public trust in you as an advocate, trust in the fairness of the outcome of
each individual case, and trust in the system as a whole. She will demonstrate how
to use the evidence you gather to weave an honest, coherent, convincing story, and
acquaint you with those who will be charged with impartially judging your theory
of the case. She will convince you that the most powerful resource you have is
your credibility, and help you clearly see, as we both came to see as well, that no
individual trial “victory” is worth compromising the integrity of the system.
Plato advocated that “[j]ustice in the life and conduct of the State is possible only as
first it resides in the hearts and souls of the citizens.” Indeed, as professional advocates,
it is up to us to set an enduring example. Whether we sit at the defense table, or
on the side of the prosecution, it is our responsibility, and should be our honor, to
personify justice. Only when each individual member of the criminal justice sys-
tem works to ensure its proper functioning can we truly step into the light. I, for
one, am honored that Cristal has asked me to participate in the Mexican reform,
and hope that after reading the Manual, you will want to join us in the good fight
as well.
Hillary Levun
Perkins Coie LLP
Chicago, Illinois, U.S.A.
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Presentación
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Nota introductoria
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Introducción
1. El artículo 16 de nuestra Constitución Federal, por ejemplo, ha sido objeto de cambios, como
son: en 1993 se incorporó a su párrafo segundo la exigencia de que para librar una orden de aprehen-
sión el juez debía asegurarse de que estuvieran acreditados los elementos del tipo penal y existieran da-
tos que hicieran probable la responsabilidad penal del inculpado, para aumentar notablemente el nivel
probatorio requerido. Se obtuvo como resultado que las averiguaciones previas iniciadas con motivo
de denuncias o querellas tuviesen largos periodos de integración y que la mayoría de éstas no llegaban
al conocimiento judicial, por no reunirse los elementos necesarios; o si no, cuando solicitaban al juez
la orden de aprehensión correspondiente, éste la negaba. Después, en 1999, se reformó el segundo
párrafo del citado numeral para reducir la exigencia probatoria al requerir la acreditación del cuerpo
del delito y hacer la probable responsabilidad penal del justiciable. Implicaba tener que definir en la
ley el contenido del cuerpo del delito, permitiendo así que cada legislación secundaria estableciera el
contenido de la citada figura, produciendo de esta forma una disparidad de criterios y excesos de las
legislaciones, ya que en algunos la exigencia era baja y en otras, alta. No se logró entonces el objetivo de
lograr un equilibrio entre la seguridad jurídica de las personas y la eficacia en la persecución del delito,
al momento de resolver la captura del inculpado en el inicio del proceso penal.
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Diana Cristal González Obregón
México cuenta con una reforma constitucional aprobada a nivel federal y con
la participación activa de muchas entidades federativas, que se encuentran inmer-
sas en un gran cambio dentro de sus sistemas de impartición de justicia en todos
los niveles.
Se cree que México es ajeno a los juicios orales, pero no es así. Los aztecas ya
tenían procedimientos orales; la justicia se daba sin que se observaran formalida-
des; los encargados de impartirla eran los caciques o tlatoanis, quienes fungían
como verdaderos jueces y resolvían cuestiones judiciales en asambleas, aunque en
algunas ocasiones la decisión la tomaba un jurado. Entre los aztecas, por ejemplo,
estaba establecido que los juicios en materia civil no podían durar más de 80 días.3
En México existieron otros rastros de oralidad. “De acuerdo con Héctor Gar-
cía Vazquéz, desde siempre, en México los juicios penales se llevaron a cabo de
manera oral. Baste con citar algunos famosos: como el del Emperador Maximilia-
no […]”.4
2. CASANUEVA REGUART, SERGIO E. Juicio oral. Teoría y práctica. 2a ed., Porrúa, México, 2008,
p. 17.
3. HERNÁNDEZ DE LA TORRE, RUBÉN. Poder judicial y justicia. Revista Jurídica, Poder Judicial
de Nayarit, México, http://www.tsjnay.gob.mx/tribunal//revistas/revista5.pdf.
4. CASANUEVA REGUART, SERGIO E. Op. cit., p. 15.
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Manual práctico del Juicio Oral
Ahora bien, México siguió un esquema de justicia inquisitivo mixto. Los siste-
mas de justicia puros no existen (acusatorios o inquisitivos), de ahí que surgen los
sistemas mixtos con rasgos inquisitivos o predominantemente acusatorios.
Un sistema inquisitivo es aquel sistema de persecución penal en el que están
concentradas en un solo individuo (el juez) las facultades de investigar, acusar y
juzgar. Se caracteriza por ser formalizado, y por tener procedimientos escritos y
reservados, donde predomina la prisión preventiva durante la etapa de la averi-
guación. Por el contrario, un sistema acusatorio es aquel sistema de persecución
penal en el cual están separadas las funciones de investigar, acusar y juzgar, per-
mitiendo que el Estado pueda impartir justicia de manera imparcial. El sistema de
persecución penal mixto es aquel que retoma algunos principios y facultades
de los sistemas acusatorios e inquisitivos.
En México tenemos juicios mixtos, en los que se advierten matices propios
de sistemas donde predomina la escrituración, como el sistema inquisitivo; tam-
bién se pueden observar elementos característicos de un sistema acusatorio, como
la argumentación oral. Por ejemplo, los procesos agrarios son presididos por un
magistrado y son públicos en el desahogo; en los laborales las partes argumentan
oralmente y en los civiles la prueba se desahoga de manera verbal.5 En materia
mercantil también se han implementado los juicios orales, lo que se ha derivado
de las modificaciones efectuadas al código de comercio, en el cual se incorporó un
título especial denominado “Del juicio oral mercantil”, que comprende del artícu-
lo 1390 bis al 1390 bis 49.6
Ahora bien, en efecto, el sistema de justicia penal de México, tiene tintes inqui-
sitivos y acusatorios.
Se ha dicho que el problema no está en la ley o en el tipo de sistema de justicia
que se tenga, sino en los seres humanos que la aplican. No estoy de acuerdo con
esta premisa, ya que me parece que si en la práctica existen seres humanos que no
pueden hacer funcionar toda la maquinaria impresionante que es un sistema de
impartición de justicia penal, entonces las leyes no están siendo efectivas ni enten-
didas a cabalidad.
Si hacemos un enfoque sobre las diferentes características que son propias
de un sistema mixto, podemos observar las siguientes: el acusado es considerado
como un objeto de persecución penal; hay una defensa sólo material; no es posible
5. Idem.
6. Reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 27 de enero del 2001.
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Ahora bien, al interpretar la ley es necesario que analicemos cuál era la inten-
ción del legislador y también considerar el periodo en el cual plasmó la disposi-
ción correspondiente en que las leyes se creaban o modificaban atendiendo a nece-
sidades específicas de cada época. Sin embargo, las demandas de la sociedad son
cambiantes, por tanto el derecho no puede ser estático sino que tiene que adaptar-
se a los vertiginosos cambios que ésta experimenta. En este caso, y para entender
mejor el razonamiento, es conveniente analizar la persecución de los delitos y el
papel del Ministerio Público en la exposición de motivos de la Constitución de
1917; tanto de Venustiano Carranza, ante el Congreso Constituyente, como de la
Comisión de Constitución.
Al estudiar el análisis del espíritu de esta disposición, se observa que desde un
principio se trataba de evitar que el juez siguiera investigando y persiguiendo los de-
litos para que sólo se dedicara a juzgar. En la sesión en la que se votó el artículo 21, el
diputado Macías dijo: “El objeto es el que persigue el C. Primer Jefe en el artículo 21 de
su Proyecto, es decir, quitar a la autoridad judicial la persecución y averiguación de los
delitos para que quede única y exclusivamente a cargo del Ministerio Público […]”.8
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Manual práctico del Juicio Oral
“Se explica allí el significado de perseguir los delitos, atribución del Ministerio
Público, como promoción ante los tribunales, no diligencias ante sí propio, buscar las
pruebas (como decía Macías) y presentarlas (también como decía Macías, en forma de
referencia a los agentes que las habían buscado y no de diligencias practicadas ante sí)”.11
9. Idem.
10. Idem.
11. Idem.
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como tales por parte del juez, sino que con la fe pública que tiene el Ministerio
Público, son admitidas por el mismo, sin ser debatidas antes por la contraparte ni
admitidas por el juez.17
La intención del legislador de 1916-1917 era la de limitar a los jueces:
“[…] evitar el ejercicio de los derechos de los particulares ofendidos, que nin-
gún abuso cometen ni pueden cometer, ni fueron tomados en cuenta al establecerse
la garantía, es decir, que fueron totalmente extraños al pensamiento del legislador
constituyente. El sentido del artículo 21, como creador de una garantía individual,
es exclusivamente, que no sea el juez quien persiga, sino un funcionario llamado
Ministerio Público, en sustitución del juez. Éste queda relevado de una atribución
que tradicionalmente habían venido ejerciendo los particulares ofendidos, fuera de
la previsión legislativa. La Constitución nada quiso decir respecto a ellos; sólo con-
sideró dos factores personales: juez y Ministerio Público, en su acción recíproca”.18
Bajo un sistema mixto se puede observar una estructura vertical de coordi-
nación entre el Ministerio Público y la policía judicial, lo cual no permite que se
dé efectivamente una labor de colaboración en la investigación. Con la reforma
al artículo 21 de la Constitución, se crea una estructura horizontal que permite
tener una relación de coordinación entre el Ministerio Público y las policías, al rea-
lizar una labor de investigación de los delitos; esta coordinación será fundamental
para tener una investigación de calidad. El Ministerio Público dirige la investiga-
ción pero de forma coordinada con policías y peritos.
Bajo un sistema acusatorio podemos observar las siguientes características:
17. Idem.
18. Idem.
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impartir justicia y también al ser el primer estado que, como parte de este cambio,
crea un Instituto Autónomo de la Defensoría Pública Estatal. Sin embargo, tras un
continuo esfuerzo, esta entidad cuenta ahora con una reforma integral.
Chihuahua, como primer Estado, realiza una reforma integral a su sistema
de justicia penal. Reforma su Constitución, modifica las leyes orgánicas, tanto del
Poder Ejecutivo como del Poder Judicial, y crea nuevas leyes secundarias, como
son: un nuevo código penal; un nuevo código de procedimiento penal, que entra
en vigor en Chihuahua, capital del estado el 1 de enero de 2007 y el cual es ejemplo
de vanguardia en Latinoamérica; una nueva Ley Orgánica del Ministerio Público y
una nueva Ley de Justicia Especial para Adolescentes Infractores; la Ley de Justicia
Penal Alternativa; la Ley de Defensoría Pública; la Ley de Atención y Protección
a Víctimas u Ofendidos del Delito; la Ley de Ejecución de Penas y Medidas de Se-
guridad y la Ley Estatal del Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
La implementación del nuevo sistema de impartición de justicia en Chihuahua
no se da por delitos como en el caso de Nuevo León, sino por distritos, y el nuevo
esquema se aplica a partir del 1 de julio de 2008 a todos los distritos del Estado.
Oaxaca también se ha unido al cambio de la reforma integral y ya ha comen-
zado a implementarla. Puede considerarse como ejemplo porque, aparte de la im-
plementación del nuevo sistema, ha establecido 30 centros de mediación con el
objetivo de apoyar a las comunidades indígenas. Es la primera entidad federativa
que ha redactado un nuevo código procesal penal de corte acusatorio.
No obstante, los ejemplos mencionados anteriormente no son los únicos; en la
actualidad hay más de 19 estados de la República Mexicana que están en proceso
de reformar sus sistemas de impartición de justicia, y que se encuentran, ya sea en
redacción de leyes secundarias bajo un sistema acusatorio, reformando las ya exis-
tentes, capacitando, socializando la reforma, o en mesas de discusión y de trabajo
para lograr el objetivo propuesto.
De esta manera, nos damos cuenta que, antes de la aprobación de la reforma
constitucional, ya había ejemplos claros de cambio hacia un sistema acusatorio. No
podemos esperar hasta que se cumplan los ocho años para contar no sólo con las
leyes e infraestructura, sino también con los operadores capacitados y preparados
para operar el nuevo sistema. Éste no es un cambio que se da de un día para otro,
ya que implica un gran esfuerzo y compromiso por parte de todos los involucrados.
Aún cuando varios estados de la República se encuentran en proceso de cam-
bio de sus sistemas de justicia penal, existen todavía algunos en los que no se
perciben intentos de modificación.
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Diana Cristal González Obregón
Uno de los mitos sobre la reforma procesal penal dice que las leyes están bien,
pero que son los seres humanos los que no las aplican correctamente o cometen
errores. Sin embargo, existen muchas disposiciones legales que permiten situacio-
nes que en la práctica sólo crean saturación de trabajo innecesario administrativa-
mente, falta de coordinación o que no exista lógica o efectividad en varias activida-
des. Por ejemplo, sabemos que estamos ante una sociedad dinámica cuya población
aumenta día a día y en la cual vemos cada vez más una saturación de los casos que
llegan al sistema de procuración de justicia. Todos estos casos demandan una solu-
ción rápida y efectiva, pero en la mayoría de ellos, y dada la saturación de este siste-
ma, tanto víctimas como imputados enfrentan una dilación en el proceso viéndose
en la necesidad de esperar mucho tiempo antes de ver su caso resuelto. Además,
no hay más alternativa que la absolución o la condena. La sociedad, sin embargo,
necesita que el sistema prevea también soluciones alternas a un proceso largo y que
éstas sean adecuadas para no sólo poner fin al conflicto penal de manera satisfacto-
ria para las partes, sino que también les ofrezcan una solución restaurativa.
El nuevo Sistema de Justicia Penal contempla tanto juicios orales como salidas
alternas para dar solución efectiva, pronta y expedita al conflicto penal. Se dice
que al tener juicios orales tendríamos mucha más carga de trabajo, pero no es
así; recordemos que el objetivo no es que todos los casos se resuelvan con juicios
orales, pero sí que un porcentaje elevado se resuelva efectivamente por medio de
las salidas alternas. Esto no significa que se tengan que resolver la mayoría de los
procesos únicamente porque sí y para que no haya muchos juicios orales, sino
porque en la realidad hay muchas causas que ingresan a diario en el sistema de
impartición de justicia, que pueden ser resueltas por medio de las salidas alternas
y de esta manera dárseles una solución adecuada.
Aproximadamente siete de cada diez casos que ingresan ante el Ministerio Pú-
blico no llegarán a juicio, incluso varios de éstos ni siquiera son materia penal, razón
por la cual no todos se podrán resolver con juicios orales. Entendiendo el nuevo siste-
ma con sus dos componentes torales, el juicio oral y las salidas alternas, y que desde
un inicio en la etapa de investigación ya no hay una metodología de expedientes sino
una metodología de audiencias, nos encontramos ante una simplificación y ahorro
de recursos humanos y materiales, por lo que no será complicada la aplicación del
sistema acusatorio; al contrario, permitirá una eficaz y pronta utilización de los me-
canismos necesarios y suficientes para dar una solución efectiva y rápida a las partes.
Se tiene la creencia de que, al ser el sistema acusatorio predominantemente
oral, tendrá más ventajas e incluso los casos los ganarán los mejores oradores. La
premisa anterior no es cierta, ya que sería como decir que, en un sistema inquisitivo
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Manual práctico del Juicio Oral
mixto, por ser predominantemente escrito, el mejor escritor es el que ganará los ca-
sos. La realidad es que el nuevo sistema presenta muchos retos y no es compasivo
con ninguna persona en las audiencias realizadas bajo el nuevo procedimiento. Hay
que recordar que, al cambiar de una metodología de expedientes a una metodolo-
gía de audiencias, es necesario que el abogado haga muy buen papel desde el inicio
del procedimiento, pues de lo contrario no podrá tener las herramientas necesarias
y suficientes para poder continuar. Todas las deficiencias que existan en las partes,
como por ejemplo, una mala preparación o desconocimiento, tanto de detalles fun-
damentales del caso como de las técnicas necesarias para litigar en el nuevo siste-
ma, saldrán a la luz y el apoderado quedará exhibido y perderá el caso. No se podrá
improvisar y quien no esté preparado no podrá participar, no sólo en un juicio oral
sino en todas las demás audiencias previas bajo el nuevo esquema de justicia.
Existe el comentario de que el sistema acusatorio es una copia del sistema esta-
dounidense, lo cual tampoco es cierto, ya que este sistema es aplicado efectivamen-
te también por muchos países de Europa y América Latina. Ahora bien, aun cuando
hacemos la aclaración de que en México no nos estamos copiando, es importante
mencionar que el sistema acusatorio de Estados Unidos cuenta con técnicas de liti-
gación muy valiosas, que valdría la pena estudiar y analizar, y que nos ayudarían
ampliamente en el juicio oral.
También hemos escuchado que el sistema acusatorio es muy costoso en su
implementación. Quisiera que reflexionáramos en este sentido y analizáramos
cuánto nos cuesta hacer todos esos expedientes y cuánto mantenerlos; por ejem-
plo, para que el papel esté en buen estado, o bien para tener un lugar apropiado
que pueda albergar todos los expedientes. En el nuevo sistema sí tendremos que
invertir en capacitación, en crear espacios adecuados y dignos para las audiencias
y con los recursos suficientes para poder realizar investigaciones de calidad. Con
el tiempo, este nuevo sistema permitirá un ahorro de recursos, tanto materiales
como humanos por la simplificación que se da en el mismo.
Un punto toral en los mitos que existen en torno a la reforma procesal penal
es en cuanto al rol que desempeñarán las partes. Lo cierto es que, con este nuevo
sistema, habrá una dignificación de los roles de todos los participantes. Al estar
el juez de manera ininterrumpida en las audiencias sin poder delegar funciones,
podrá ser imparcial por no tener la facultad de reunirse con las partes en general,
si no es en audiencia y con la asistencia de ambas, dándoles las mismas oportuni-
dades. De esta manera, se frena la posibilidad de que exista algún tipo de presión
para favorecer a alguna de las partes. El Ministerio Público y el defensor estarán en
igualdad de armas y oportunidades, y tendrán acceso, por lo general, a los medios
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Diana Cristal González Obregón
de prueba que la parte contraria utilizará en las diferentes audiencias. El rol de és-
tas es fundamental en el nuevo procedimiento, pues les da la oportunidad en todo
momento de controvertir lo dicho por la contraparte; el imputado deberá estar
siempre asistido por su abogado defensor y se le presentará desde un inicio, en la
etapa de investigación, con un Juez de Garantía, quien velará porque no se violen
los derechos de las partes y para que entiendan, tanto la víctima u ofendido como
el imputado, lo que está pasando en la audiencia y las consecuencias que podrían
tener sus acciones dentro de ésta. Al realizarse las audiencias en espacios adecua-
dos, podrá lograrse que se aplique efectivamente el principio de publicidad. De
esta manera, cualquier persona, en general, tendrá la posibilidad de presenciarlas.
Estos cambios torales harán que se dignifique la labor de todos los participantes
en la impartición de justicia, que la sociedad se acerque más al nuevo modelo de
justicia, que lo conozca y lo legitime.
Desde 1917 ya se hablaba de cambios en pos de mejorar la forma de impartir
justicia y ahora México está enfrentando uno de sus más grandes retos para cambiar
y mejorar integralmente el sistema de impartición y procuración de justicia penal. El
reto es grande y el tiempo escaso; si hablamos de todos los cambios necesarios que se
tienen que hacer para poder operarlo a cabalidad, por la capacitación indispensable
para el número inmenso de operadores que se requieren, y para tener listos los de-
más mecanismos pertinentes a fin de que este sistema pueda operar efectivamente.
No debemos quedarnos estancados en el discurso sobre si el nuevo sistema es
bueno o no; contamos con una reforma constitucional federal aprobada y con un
lapso establecido de hasta ocho años para tener los medios necesarios que permi-
tan a la Federación, a los estados y al Distrito Federal operar bajo un mismo siste-
ma procesal acusatorio. Por esta razón, no sería conveniente esperar más tiempo
sino comenzar con una intensa labor para poder estar listos ante el nuevo sistema
de impartición de justicia penal. El artículo 21 Constitucional es importante, por-
que requiere que el Ministerio Público dirija la investigación, pero que mantenga
una comunicación constante y por los medios más expeditos posibles con la po-
licía para elaborar una sola teoría del caso. Cabe mencionar que la labor de los
policías y del Ministerio Público debe también coordinarse con la de los peritos.
De esta manera, la investigación será encaminada a un verdadero esclarecimiento
de los hechos. Cada interviniente atenderá su rol de acuerdo con su experiencia y
preparación, aportando su práctica y conocimientos a un mismo objetivo: una in-
vestigación científica, completa y profesional que permita, en un momento dado,
brindar una solución adecuada al conflicto penal.
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