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Hannerz Los Etnografos de Chicago en La Exploracion de La Ciudad
Hannerz Los Etnografos de Chicago en La Exploracion de La Ciudad
loración
Fondo de
n. ETNÓGRAFOS DE CHICAGO
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30 ETNóGRAFOS DE CHICAGO
adoptó otras formas, y se ha recopilado en libros sólo en los últimos años. La colección
"Heritage oE Sociology" de la University of Chicago Press es especialmente útil al
respecto. Contiene un volumen de \V. 1. Thomus sobre Social Organization and Social
Personality (1966), recopilado y prologado por ]anowitz. Ralph H. Turner ha llc\'ado
a cabo una recopilación similar de la obra de Park On Social Control and Collective
Behavior (1967), y en la misma colección existe también una ~'eedición de The City,
colección de ensayos de Park, Burgess y ~1cKenzie, publicados por primera vez en
1925, y la primera disertación doctoral en alemán de Park, The Crowd and the
Public, traducida y publicada junto con algunos otros ensayos en edición a cargo
de Henry Elsner, J1'., en 1972. La colección de Louis Wirth On Cities and Social Lije
(1964a), compilada y prologada por Reiss, y la de Roderick McKenzie On Human
Ecology (1968), con un trabajo similar llevado a cabo por Hawley, están en el
mismo formato que los dos primeros volúmenes sobre Thomas y Park. Otras obras
útiles en l? serie "Heritage of Sociobiology" son la breve memoria de Robert Faris,
Chicago Sociology J920-1982 (1970) as( como The Sodal Fabric of the .Metro
polis (1971), en donde el compilador, James }'. Short, J1'., ofrece una lúcida visión
general de la sociología urbana de la escuela de Chicago a modo de introducción a una
selección de textos de sus miembros. Fuera de esta colección, hay tres volúmenes
de los ensayos de Park, Race and Culture (1950), Human Com"r.unities (1952) y
Society (1955), a cargo de Everett C. Hughes. El segundo de estos volúmenes contiene
los textos dedicados más directamente urbanismo; las referencÍas que en el texto
hago a se refieren a yoJumen, fácil de conseguir, y no a las publicaciones
originales, que están dispersas. Hay, por supuesto, muchas coincídencias entre estos
tres volúmenes y los de la serie "Heritage". Hay lL"la colección :mtccior de ensayos
de Thornas en Social BehadDr and Personalit)', recopilados por Volkart y publica
dos en 1951 por el Social Science Research Council.
32 ETNóGRAFOS DE CHICAGO
Pudo demostrar muchas de sus ideas en su gran estudio sobre los grupos
de inmigrantes europeos, el cual lo llevó a largos viajes en busca de materia
les nuevos. Al final, se limitó a los polacos, con la colaboración del joven
Por 10 menos hay aquí parte de una teoría de los procesos culturales
urbanos, de la cual estamos tal vez dispuestos a aceptar algo, y proba
2 El concepto de "orden moral" fue más utilizado que definido en los escritos de
Park; es dable sospechar que no era un tema con límites claramente trazados. Uno
de los análisis a que aludo aquf y que a mi parecer es esclarecedor se publicó en 19250
en el ensayo entonces titulado "The Concept of Posidon in Sociology", después reim
preso en Hu.man Communities (1952, pp. 165-177).
ETNóGRAFOS DE CHICAGO 37
blemente nos resultará insatisfactoria. El vocabulario ya no es nuestro, y nos
podemos sentir incómodos con él. El énfasis en la base interaccional del
desarrollo cultural, que se puede considerar el centro de ese enunciado,
parece válido, y volveremos al tema. Park también señalaba cuidadosa
mente que ésta era una noción analítica no sólo aplicable a los
criminales o anormales. La ciudad hace posible que distintas personas tengan
diferentes relaciones; y un grupo de características semejantes puede propor
cionar apoyos morales para un que otros desaprobarían.
En una comunidad pequeña, cada una de esas personas podría haber sido
la única persona de ese tipo, y las presiones de la conformidad habrían
obstaculizado expresiones de 10 que habría quedado en mera idiosincrasia.
Sin embargo, Park se ocupó con menos eficacia de qué era exactamente
lo que hacía que la interactuara. tendía a caer en la psicología
por un tipo u otro de
comportamiento como más o menos Así la ciudad parece más bien
una influencia permisiva que activamente conformadora: tendía a "extender
y desnudar a los ojos públicos todos los caracteres y rasgos humanos que +
generalmente son oscurecidos y suprimidos". A estas alturas probablemente
querríamos investigar un poco más los determinantes socioestructurales del
comportamiento en la ciudad.
Describir los distintos "mundos sociales" o "regiones morales" se convirtió
en la principal tarea de los sociól~gos de Chicago. Pero la coexistencia de
estos mundos en la ciudad también puede llevar a otros interrogantes sobre
las relaciones entre ellos. En un pasaje que por sí mismo podría parecer
suficiente para estimular bastante labor de investigación, Park mostraba una
de las formas en que podían interactuar:
5 Los textos qve comentan los determinantes del uso del territorio urbano, tal como
lo inspiró inicialmente el esquema de Burgess, son en la actualidad muy extensos.
Schnore (1965) Y London y Flanagan (¡ 976) son de Jos escritores que proporcionan
útiles perspectivas comparativas.
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:esta era una ciudad nueva donde ningún sentimiento por áreas particulares
se había vuelto lo bastante fuerte para alterar los procesos económicos; era,
además, un Jugar plano. Y a pesar de las limitaciones que pudiera tener
ese marco de referencia, fue importante en la orientación de los sociólogos
de Chicago. En el caso de los estudios a que prestamos especial atención
más adelante, les dio bases en territorios particulares, sobre todo dentro de
la zona de transición. Pero, como veremos, en estos casos la localización del
fenómeno en el espacio era generalmente sólo el prolegómeno al trabajo
etnográfico en que los conceptos ecológicos, tal como estaban, se veían su
ETNÓGR.A.FOS DE CHICAGO 41
perados tanto por factores culturales como por otros factores de la conciencia
humana. En otros estudios, la dimensión resultaba más importante,
ya que se dedicaban al análisis en gran escala de la distribución de fenó
menos sociales particulares en la ciudad. Hemos visto que Park, corno perio
dista, ya había experimentado con mapas de distribución de las cosas que
investigaba. En la Universidad de Chicago esta idea fue adoptada como una
importante herramienta de investigación, y Burgess en particular dedicaba
normalmente sus clases de "patología social" a la elaboración de tales mapas.
El resultado acumulativo de las investigaciones de este tipo fue una serie de
estudios correlativos que empleaban datos cuantitativos abstractos, que no es,
como en el capítulo la fomla de conceptualización
e investigación que en general favorece.:1 los antropólogos. Pero en la ecolo
gía sociol6gica urbana se \-olvió cada vez más dominante, sin cambiar fun
damentalmente cuando estudiosos posteriores intentaron reconstruir la pers
pectiva para evitar algunos errores de los inicios de la escuela de
Chicago. i\sí pues, al concentrarse en los datos de conjunto y desatender
la visión se había tomado un camino distinto del que atrae más al
antropólogo. Park, por su parte, dudaba de si era acertado ignorar datos
cualitativos, pero también tenía la decisión de hacer científica a la sociO'
y la ciencia en esa creía mucho en las medidas. Así pues,
alrededor de 1930, en la Universidad de Chicago y en otros sitios, lo que se
llamaba sociología urbana empezó a separarse de la etnografía.
lante que tuvo en Chicago, aun cuando no sabía bien qué había aprendido
de él (Matthews, 1977, p. 108). Por otra parte, Robert Redfield, quien
obtuvo su doctorado en el departamento más o menos al mismo tiempo,
llevó las preocupaciones chícaguenses al corazón de la antropología, corno
veremos en el siguiente capítulo; era, además, yerno de Park.
También es importante señalar que en esa época los sociólogos todavía
tenían cuidado de familiarizarse con el estado actual de la antropología
(y los antropólogos con el de la sociología), más de lo que tienden a hacer
recientemente. Además, la Universidad de Chicago tenía una atmósfera inte
lectual en la que los contactos entre las diversas ciencias sociales eran extra
ordinariamente fuertes. En este contexto debemos considerar el hecho de
que Thomas, ya en 1909, había publicado el Source Book for Social Origins
[Guía de los orígenes sociales], importante compendio de datos etnológicos
que, en edición revisada de 1937, tuvo el nuevo título de Primitive Behavior
[Comportamiento primitivo]. En su artículo de 1915 sobre los estudios urba
nos, Park señalaba que el método antropológico podía ser una fuente de
inspiración para las futuras investigaciones urbanas; esta observación suya
ha sido citada repetidas veces:
Sin embargo, Park tenía también otras fuentes para una aproximacíón
a la vida urbana -su experiencia periodística era una de ellas,
el naturalismo literario de Zola, Dreiser y U pton Sinclair era otra-, y lo
no es sólo la genealogía intelectuaL El punto clave es más bien
que, sin importar de dónde hayan venido las influencias originales ni a dónde
hayan ido a parar inmediatamente después, muchos de los estudios resultaron
más bien semejantes a la antropología urbana de hoy día. Esto no es tan
cierto en lo que se refiere a la teoría explícita, cuanto en relación con la
elección de los métodos y temas, y la forma de presentación. La batería
ETNÓGRAFOS DE CHICAGO "13
to a las vías. Pero en Chicago las "selvas" no eran sino una parte del mundo
del hobo. La hobohemia de Anderson formaba parte de la zona de tran
sición, área con pensiones baratas que podía competir con los incómodos
asentamientos ilegales, pero también un lugar donde el hobo podía relacio
narse con una variedad de personas e instituciones.
NeIs Anderson estaba particularmente bien equipado para emprender un
estudio de la vida del hobo: él mismo había abandonado la escuela secun
daria para convertirse en joven hobo. Vagó durante algún tiempo por el
Oeste, hasta que una familia de granjeros de Utah que le había dado trabajo
lo animó a volver a la escuela y seguir a continuación estudios universi
tarios. Se pagó los estudios haciendo trabajos eventuales; luego un maestro
le aconsejó hacer estudios de posgrado en sociología, en Chicago. Al prin
cipio utilizó su experiencia preyia corno material para los trabajos del curso;
después se obtuvieron fondos para que pudiera continuar sus estudios en
dicho campo. Para Anderson corno sociólogo, esto era observación partici
pante; para Anderson corno hobo, el estudio era una manera de "salir ade
lante". Y el campo de investigación eran las propias calles, callejones y
cantinas donde había vendido periódicos de niño.
Anderson estimaba que de 300 mil a 500 mil hombres sin hogar pasaban
por Chicago cada año, y se quedaban sólo unos días o periodos más largos,
según una variedad de factores, tales como el estado del mercado de trabajo
y la época del año. Durante el invierno se quedaban en la ciudad temporadas
más largas. En cualquier momento dado habría entre 30 mil y 75 mil de
estos hombres en Chicago. Pero los hombres sin hogar que así se reunían
por las "principales arterias" de los barrios transicionales de Chicago no eran
todos hoboes. Podían distinguirse cinco grandes tipos, según Anderson, y el
hobo sólo era uno de ellos. El primero era el trabajador de temporada, que
seguía aproximadamente un ciclo anual regular, casi siempre de trabajo
agrícola, como los trabajadores migratorios de los cultivos norteamericanos
de hoy. En la terminología del nomadismo, su rutina migratoria podía ser
considerada una especie de trashumación. El segundo tipo era el hobo, tam
bién trabajador migratorio, pero que no seguía un itinerario predecible y
recurrente. El tercer tipo, n:igratorio pero no trabajador, era el tramp (vaga
bundo), que vivía de la mendicidad y tal vez del robo. Los del cuarto grupo
formaban la home guard (guarnición local); enm trabajado:-es, pero no
migratorios. Mientras que el hobo generalmente no tomaba empleos en
Chicago, el guarda local era una especie de contrapartida urbana y locali
zada de aquél; permanecía en la misma comunidad pero iba de un trabajo
mal pagado a otro no calificado, con sus raíces, si acaso las tenía, en la
sociedad callejera de la hobohemia. El quinto tipo era el bum (vago, hol
gazán), más arruinado que ninguno, que no trabajaba ni se desplazaba.
ElNÓGRAFOS DE CHICAGO ~5
Entre estos tipos había, desde luego, gradaciones, y los hombres pasaban
constantemente de una categoría a otra.
No siempre era fácil saber por los hombres sin habían llegado
a serlo, pues el pasado de cada hombre era su secreto, aunque las noticias
menos personales sobre las condiciones de vida en el camino se intercam
biaban muy voluntariamente. Pero entreverse una variedad de razo
nes: algunos simplemente buscaban nuevas . otros eran empu
jados fuera de los empleos por contracciones del mercado de
trabajo; otros más tenían detrás de sí crisis . algunos sufrían taras
físicas o mentales. Con las condiciones de vida y trabajo que enfrentaban
los hombres sin hogar, la mayoría terminaría más tarde en esta última ca
tegoría. El alcoholismo se llevaba su lo mismo que el consumo de
drogas, en menor escala.
Los hombres tenían muy pocas femeninas. 4 La mayoría no
estaban casados; algunos se habían de sus familias. Las prácticas
homosexuales se presentaban con cierta tal vez especialmente en
los campos de trabajo, así como en otras situaciones de aislamiento sexual.
En Chicago había más oportunidades de encontrar compañía femenina, en las
salas de bailes, entre las muchachas de los teatros de vodevil o con las pros
titutas. Algunos se instalaban con sus y dejaban el mundo de los
que carecían de hogar, pero para la sólo había relaciones transi
torias. Las relaciones entre hombres y en la hobohemia eran sólo
uno de los muchos ejemplos de simbiosis entre los hombres sin hogar y otros
grupos e instituciones. Había alrededor de cincuenta oficinas de empleo que
mantenían a los hoboes yendo y viniendo entre y el Oeste. Había
prestamistas, restaurames donde se podía comer un menú poco entusiasmante
por diez centavos, hoteles baratos y de mala muerte para pasar
la noche. Había escuelas de barberos donde los anrendices necesitaban a
* De jack, "dinero", y roller, aquel que roba a ebrios; es slang de Chícago. Véanse
Harold Wentwortb y Stuart B. Flexner: Dictionar)' of American Slang; Thomas Y.
Crowell, Publishers, Nueva York; y Jack London: The Road. [Editor.]
** Gun mol!, voz del slang estadounidense, tiene dos acepciones: la primera -que
es a la que se refiere el autor-, "ladrona, delincuente" (de gon!f -siang también--,
"robar") ; la segunda, "mujer cómplice de un delincuente" -de un gángster, por ejem
plo-- (por creerse que derivaba de la voz -no slang- gun: "arma"). Moll, que desde
el siglo XVIII significaba 1) "mujer", "novia" y 2) "prostituta", se empezó a emplea!
-quizá por lo antes dicho-- a partir más o menos de 1930 con el significado de
"querida o c6mplice de un gángster". Véanse Wentworth y Flexner, op. cit. [Editor.}
E1NOGRAFOS DE CHlCAGO 47
"el bohemio en las filas del trabajo común". Pero si algunos podían pensar
que era un modo de vida que tenía sus satisfacciones, sin duda no era así
para todos 108 y probablemente lo era aún menos para el y
el bum. Habiendo desaparecido el hobo y quedando sólo estos los
barrios frecuentados por vagos y desarraigados de las ciudades norteameri
canas, sucesores de la hobohemía como barrios de los hombres hogar,
apenas si se quedan con poco más que los elementos de !a tragedia humana.
En los años veinte, Chicago tenía una multitud de organizaciones con nom
bres como "Baldes de Sangre", "los Sucios Jeques" * y "las Gimientes Vam
** y "los Rudos de Hawthorne". Estos y otros ejemplos de mu
chachitos y jóvenes en grupos (que incluían pocas veces mujeres) fueron el
tema de The Gang pandilla], de Frederic M. Thrasher, publicado por
primera vez en 1927, investigación precursora sobre la delincuencia en la
vida urbana. Su subtítulo lo describía como "un estudio sobre 1 313 pandillas
de Chicago"; cifra enorme si consideramos que los más recientes estudiosos de
las pandíllas a menudo se han conformado con cubrir una, y también una
cifra que puede que este estudio consistiría en la manipulación esta
dística de datos cuantitativos masivos. Y sin embargo, tal no es el caso, ya
que los datos de Thrasher sobre las diversas pandillas no eran estrictamente
comparables, y por tanto, en se mal a semejante trata
miento. Algunos datos procedían de informaciones otros, de la
observación personal, otros más de los documentos de miembros
de las bandas y de observadores del mundo pandilleresco. (Thrasher al
parecer se ganó el favor de muchos pandilleros mostrando sus habilidades
como De hecho, no está claro exactamente cómo enumeró sus pan
dillas Thrasher. Contarlas y separarlas como entidades discretas ciertamente
presentaría sus dificultades, pues "el proceso de formaci6n de las pandillas
es un continuo flujo y reflujo, y poca en la mayoría de los
grupos" ~ sólo tenían tres miembros; otras incluían miles. En el
caso, por supuesto, un característico "ahora lo ves, ahora no 10 ves", debe
de haber sido
Mientras Thrasner pudo ofrecer tablas de datos numéricos sobre algunas
En otras palabras: la pandilla misma era una organización más que una
desorganización, una adaptación a un medio ambiente indiferente. Éste
sería un ejemplo suficientemente obvio de cómo a veces los conceptos de la
escuela de Chicago traicionaban la observación de la ciudad de Chicago.
El libro de Louis Wirth, The Ghetto (1928), en mayor medida que las
<demás monogrifTis -sobre barrios particulares de -Chicago, un trabajo de his
toria social, cosa nada sorprendente, puesto que el barrio judío hizo su
aparición en Estados Unidos con un pasado ya hecho y obvio en el Viejo
Mundo. Así pues, Wirth dedica casi la primera mitad de su libro a tratar
,el-fenómeno del gueto en Europa, desde los tiempos de la diáspora hasta el
siglo XIX, caracterizado por la emancipación en Europa occidental y por
la creciente represión en el Este. Al ~cipio, los guetos eran. concentra
,ciones voluntarias de judíos en barrí;:;; partiCulares ; con el paso del tiempo,
la separación quedó públicamente regulada, al tiempo que los medios de
vida de los judíos se circunscribían cada vez más a un número limitado
.de nichos. Por una parte, la historia del gueto en Europa es, pues, la de una
jnstitu~ionalización de una frontera étnica. Los judíos eran útiles por lo
menos para algunos sectores de la sociedad que los y por tanto
.ampliamente tolerados, pero con continuos acosos y estallidos persecutorios
~ue un miembro de la minoría difícilmente podía permitirse olvidar. Por
Qtra el gueto tenía una considerable autonomía en cuanto a sus asuntos
internos se refiere. El mundo exterior tendía a tratarlo como una comunidad
responsable en su conjunto de la conducta de sus miembros. Los
se les como una suma global a los fundo
nanos de la Dentro de esta comunidad, las instituciones religiosas,
educati\"as y de beneficencia encerrando a los moradores
del gCleto en una red vital que los conectaba entre sí y los separaba de los
.que ~uedaban fuera. Pere también tenía una dimensión informal emo
,~ional apenas menos para el hombre del gueto.
y reafirmado como hombre y como judío. Incluso cuando estaba muy lejos
de su gente, vivía su verdadera vida interior en sus sueños y esperanzas acerca de
ella. Con su propia gente podría conversar en esa lengua hogareña y familiar
que el resto del mundo no podía entender. Estaba unido por problemas co
munes, por numerosas ceremonias y sentimientos a este pequeño grupo que
vive su propia vida sin recordar al mundo que queda más allá de los confine~
del ghetto. Sin el respaldo de su grupo, sin la seguridad de que disfrutaba en
este circuito interíor de amigos y compatriotas, la vida habría sido intolerable.
*
Personas, en aiemán. [T.]
**
Del all right, "está bien", "de acuerdo", y -posiblemente- el
diminutivo-despectivo, yiddish -ik, en la formación de sustantivos).
"Acomodadizo", "convenenciero", etc., parecen traducciones apropiadas. [Editor.]
7 Existe cierta similitud entre el contraste y la distinción de
Paine (1963) entre "propietarios y
jf?** en alemán. [T.]
ElNÓGRAFOS DE CHICAGO 51
En su introducción a The Gold Coast and the Slum [La Costa de Oro
y el barrio bajo l, de Harvey W. Zorbaugh (1929), Robert Park trazó una
distinción entre las comunidades "descriCptibles" y las "no-descriptibles":
las primeras eran lugares de unidad y encanto; las últimas carecían de estas
cualidacles. El Lower North Side de Chicago, terna de la monografía de
Zorbaugh, era claramente no-descriptible. Más cuestionable era el hecho
de que se pudiera considerar en realidad como una comunidad, ya que
el área compartía poco más que una designación común. Tampoco era real
mente, corno el título del volumen puede hacer creer, cuestión de sólo dos
comunidades. Zorbaugh de hecho distinguía seis "áreas naturales" en el
Lower North Side: la Costa de Oro, la zona de pensiones, Bohemia, los
abandonados negocios y la zona de diversiones en la calle )Jorth Clark,
el barrio bajo y la Pequeña Sicilia. Además de algunas tenían más el
carácter de comunidad que otras. De cualquier forma, el alcance de este
estudio fue más amplio que los de la mayoría de sus contemporáneos. Tam
s Hay que observar que el esquema del "ciclo de relaciones raciales" estuvo
impirado en la ecología.
58 ETNÓGRAFOS DE CHICA.GO
Claramente había fundamentos para una interpretación como ésta. Los do
cumentos propo;~¡onaron a Zorbaugh ejemplos de pensionistas cuyas vidas
pasadas y eran desconocidas para sus \'ecinos, y que se iban sin
60 ETNóGRAFOS DE CHICAGO
Aun así, ni siquiera en este estado pensaba Zorbaugh que podía mantenerse
la bohemia. No sólo estaba aumentado el valor del terreno, ~o que forzaba
a la gente a abandonar sus estudios baratos ante los aplastantes edificios de
oficinas; sino que, lo cual era más importante tal vez, la tolerancia de la
bohemia se extendía por la ciudad con la movilidad y el anonimato:
Ya no habría necesidad de una Towertown.
Al pasar de la Costa de Oro a través de la zona de pensiones y el barrio
bohemio hasta la calle North Clark, claramente se descendía en el sistema
de clases. Esta calle formaba parte de la lwbohemia tal como Anderson la
describía. También era la Main Street * para gran parte de la zona de pensio
nes y del barrio bajo, y era el "Rialto ** de la mitad del mundo", según
una frase popular entre los sociólogos de Chicago. Estaba llena de salones
de baile, cabarets, restaurantes, billares, casas de empeño y pensiones baratas.
Los jóvenes soíteros de las pensiones podían buscar diversiones allí, en los
salones de baile más pequeños. Los más grandes tenían un público mixto
de trabajadores, dependientas, pandilleros, prostitutas y criminales. Las aceras
eran territorio de limosneros y vendedores ambulantes.
El barrio bajo, del cual North Clark Street era en parte una extensión
comercial, resultaba en sí mismo una zona de gran diversidad. Tan sólo
los alquileres bajos habían llevado allí a personas de muchas clases. Para
muchos no era sino una parada en el camino hacia otro sitio. Otros pasaban
allí toda su vida. Algunos de los habitantes, solteros o familias, estaban
arruinados económica, mental y físicamente. Otra categoría incluía al personal
del mundo clandestino. Una tercera categoría estaba formada simplemente
por personas de la clase trabajadora con ingresos bajos, a menudo pertene
cientes a minorías étnicas. Zorbaugh encontró representantes de veintiocho
nacionalidades. Se hallaban allí la colonia asiria más grande de Estados
Unidos, un asentamiento griego, un creciente Cinturón Negro, y grupos de
alemanes y suecos que quedaron allí tras de que la mayoría de sus com
patriotas habían dejado la zona. Para Zorbaugh, el barrio bajo era principal
mente una zona de desorganización social. Sin podemos sospechar
que estas diversas categorías de gente examinadas más de cerca mostrarían
modelos sociales más variados de lo que tal etiqueta permitía pensar, y que
en particular las minorías étnicas podían en algunos casos describirse como
grupos bastante íntimamente entretejidos.
La sexta y última zona descrita por Zorbaugh era una de las colonias
étnicas, parte del barrio bajo aunque lo bastante grande y distinta para ser
destacada en un tratamiento especial: la Pequeña Sicilia, también conocida
* El taxi-dance hall es salón de baíle (dance hall) en que se paga por tener
Dl1
tena acompañante llamada taxi-dancer. Para mejor comprensión del texto.
dejamos en general estos nombres en
64 ETNóGRAFOS DE CHICAGO
9 Thrasher (1963, pp. 81·82) observa similares cambios étnicos de nombre entre los.
boxeadore!.
ETNÓGRA.FOS DE CMICAGO