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Adaptaciones en el vuelo de las aves

Un rasgo común que está presente en casi todas las aves es la capacidad de volar, la cual ha resultado ser
una adaptación clave para asegurar su éxito. A través del vuelo las aves pueden
encontrar ecosistemas favorables, con las mejores condiciones para la reproducción y supervivencia. Así
mismo el vuelo de las aves les permite cubrir grandes distancias en cortos períodos de tiempo, lo que ha
hecho posible que varias especies desarrollen un comportamiento migratorio.

Son varias las adaptaciones relacionadas con el vuelo de las aves, entre ellas destacan, la presencia de
huesos ligeros, alas fuertes, las plumas, músculos bien desarrollados y un elevado metabolismo

En relación con los huesos, estos son huecos en su interior y a la vez pueden llenarse de aire, lo que los
hace mucho más livianos que el de otros animales, favoreciendo el vuelo de las aves.

En cuanto a las alas, estructuralmente son similares a un brazo humano. Comienzan con los hombros,
seguido de una estructura similar a un codo y los dedos dispuestos hacia el final. Así mismo las alas están
cubiertas de plumas, que aparte de mantener al ave caliente, pueden atraer a otros ejemplares de la misma
especie, incrementar la superficie corporal del animal y ayudar en el vuelo. Como se puede observar otro
elemento relevante en el vuelo de las aves.

En parte, el vuelo de las aves va a estar determinado por el tipo de alas y plumas que posea. Alas grandes
y plumas largas permitirán cubrir largas distancias y hacer vuelos lentos, mientras que alas y plumas
cortas permitirán vuelos rápidos, como es el caso de las aves de rapiña (halcones, búhos, etc.), que
necesitan maniobrar y ser ágiles para atrapar a sus presas.

Para que un ave pueda volar, también es necesario que posea músculos pectorales fuertes y bien
desarrollados. En algunas especies el tamaño de los músculos pectorales representa el 25% del peso total,
mientras que, en el hombre, no supera el 1%, sin duda un dato curioso a tener en cuenta en el vuelo de las
aves.

De igual manera, en el vuelo de las aves, la actividad metabólica resulta esencial para que mantengan el
mismo, y en general está asociada a la capacidad respiratoria y al funcionamiento de su sistema
circulatorio.

El sistema respiratorio, a diferencia de otros animales, posee pulmones adaptados, con sacos aéreos, que
permiten un mayor intercambio gaseoso, lo que a su vez le confiere al ave la capacidad de respirar hasta
500 veces por minuto, en comparación con el hombre que en condiciones normales respira hasta 16 veces
por minuto. Por otro lado, en el sistema circulatorio de un ave se incluye un corazón de gran tamaño, que
le permite bombear una significativa cantidad de sangre, haciendo que el número de latidos aumente
considerablemente en proporción a otros animales. Un ejemplo representativo es el de los colibríes, cuyo
corazón late hasta 615 veces por minuto cuando está en reposo, a diferencia del corazón humano, que solo
late hasta 75 veces por minuto en las mismas condiciones.

Es de notar, como estos dos factores (sistema circulatorio y respiratorio) en conjunto, permiten un elevado
metabolismo, y que de no funcionar como lo hacen, perjudicaría negativamente al vuelo de las aves, de
hecho, no podrían volar.
Tipos de vuelo de las aves y sus correspondientes alas
La forma de las alas en las aves les permite adoptar diferentes estrategias para el vuelo. Hay cuatro
formas de alas en las aves: alas pasivas, alas activas, alas elípticas, alas de alta velocidad y alas flotantes.

Alas voladoras amplias: Son alas anchas con plumas primarias adaptadas, que le permiten al ave
aprovechar las columnas de aire caliente, de manera que puedan alcanzar elevadas alturas. Ejemplo de
aves con este tipo de alas incluye a las águilas, halcones, cigüeñas, buitres y cóndores.

Alas voladoras activas: Son alas largas y angostas que le permiten al ave volar, sin agitar mucho las
alas. Este tipo de alas hace que el ave sea más dependiente de las corrientes de viento al momento del
vuelo, también le permite deslizarse fácilmente sobre grandes extensiones de agua. Aves marinas como
el albatros y la gaviota, que necesitan recorrer largas distancias y ahorrar energía durante el vuelo, poseen
este tipo de alas.

Alas elípticas: Son alas que permiten vuelos de alta velocidad por cortos períodos de tiempo,
permitiendo un gran autocontrol en las maniobras y despegues rápidos, que se llevan a cabo en espacios
reducidos o confinados. Entre las aves que presentan este tipo de alas, con aleteo rápido se encuentran, los
cuervos, mirlos y gorriones.

Alas de alta velocidad: Son alas largas y delgadas, que permiten alcanzar altas velocidades, pero a
diferencia de las alas elípticas, la velocidad puede mantenerse por más tiempo. La estructura del ala y el
tipo de vuelo en este caso le permite al ave un ahorro energético mientras vuela. Los patos, golondrinas
de mar, halcones, aves costeras, vencejos, y aves que migran, son un claro ejemplo de aves con alas de
alta velocidad.

Alas flotantes: Son alas pequeñas que permiten vuelos potentes, rápidos y enérgicos. Las aves con este
tipo de alas también poseen nervios y músculos adaptados para movimientos increíblemente rápidos. En
el vuelo de las aves destacan por este tipo de alas los colibríes, los cuales pueden permanecer suspendidos
mientras se alimentan del néctar de las flores, así como revolotear de flor en flor mientras se alimentan.

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