Está en la página 1de 6

Los orígenes sufíes

de San Juan de la Cruz


Terry Graham

L os escritos de uno de los santos más emi-


nentes de la Iglesia Católica, y uno de los más grandes
Cruz (1648-1695) y una persona de la altura del famoso
dramaturgo y poeta Pedro Calderón de la Barca (1600-
poetas españoles, una flor de la literatura española del 1681), hicieron abundante uso del vocabulario poético
Renacimiento, presentan todos los indicios de haber y de la fraseología de San Juan, aunque tan solo como
sido profundamente influidos por el sufismo. Aun así, construcciones literarias y sin la intención simbólica para
no hay prueba alguna de que San Juan de la Cruz (1542- la que fueron creados. Su más distinguido contemporá-
1591) haya tenido jamás ningún contacto consciente, ni neo, el poeta americano mestizo Inca Garcilaso de la
siquiera indirectamente, con el sufismo. Vivió en el siglo Vega (1539-1616), dio pie a toda una escuela de poetas
posterior a la conquista cristiana del reino de Granada, estilistas al adaptar la poesía española a los modelos ita-
último baluarte musulmán en la Península Ibérica. Como lianos de la época, e influyó incluso en el mismo San Juan
clérigo de una Iglesia en cuyo seno estaba la Inquisición, con sus nuevas formas métricas.
San Juan debía incluso estar más apartado que la mayoría San Juan, por el contrario, a pesar de ser igualmente
de los laicos del tipo de interacción que en su día disfru- pionero con la originalidad de su obra, no tuvo seguido-
taran los miembros de las comunidades cristiana y mu- res. De hecho, como señala López-Baralt, los expertos en
sulmana en el apogeo de los siglos precedentes, cuando literatura española a lo largo de las épocas, tanto españoles
eran posibles esos contactos. como extranjeros, han quedado profundamente perplejos
No obstante, ahí se encuentra el testimonio mudo de por la aparente «extranjería» de los versos de San Juan, en
un conjunto de obras que honraría la firma de cualquier comparación con la corriente principal de la poesía his-
persona que se declarara abiertamente sufí. Puede tam- pánica. Sin embargo, una experta contemporánea, que no
bién destacarse, como así lo establece la principal experta tuvo dificultades con los versos aparentemente exóticos
en la materia, Luce López-Baralt, en su obra clave San del santo, es Annemarie Schimmel, quien, como colega,
Juan de la Cruz y el Islam, que San Juan se erige como el confesó con simplicidad a López-Baralt que «nunca le ha-
único exponente en la historia de la literatura española de bía extrañado la poesía comentada delirante de San Juan,
lo que parece ser un modo de poesía sufí, no habiendo porque la había leído siempre como si fuera la obra de un
tenido ni predecesores inmediatos ni sucesores de nin- sufí» (L-B 1994, pp. 528-530).
gún tipo (López-Baralt [en adelante L-B] 1985, p. 10), ex- ¿Cuáles de las características de la poesía sufí tienen
cepto en el sentido de que los poetas de las generaciones las obras de San Juan? En su trabajo exhaustivo de in-
posteriores del gran Siglo de Oro español (siglos XVI vestigación, López-Baralt presenta su tesis que conecta,
y XVII), como la monja mejicana Sor Juana Inés de la a primera vista, a San Juan con el sufismo, al analizar las

18 Nº 8
Terry Graham SUFI

Icono de San Juan de la Cruz


Iglesia de los PP. Carmelitas
en Segovia

pruebas que se ponen de manifiesto en su poesía —una les de los sufíes, en el que vino y embriaguez significan
tesis estrictamente intuitiva, pues no hay evidencias éxtasis y elevado estado espiritual, y en el que el poeta (o
históricas que puedan probarla. Sin embargo, por cir- en el caso de San Juan, el alma, como figura femenina) es
cunstanciales que sean las evidencias, el testimonio que el enamorado y Dios el Bienamado, de forma tal que los
constituyen las obras del santo es impresionante en sí poemas pueden en muchas ocasiones tener una lectura
mismo. sentimental, erótica incluso, si no se tiene en cuenta este
En primer lugar, la poesía de San Juan representa simbolismo.
una ruptura total con la tradición española, y cristiana en En cuarto lugar, esa forma de expresarse, festiva y
general, y está repleta del imaginario sufí. amorosa, se enmarca generalmente en la poesía popular
En segundo lugar, el santo español no sólo utiliza el convencional. Las canciones de San Juan son, en cierto
mismo conjunto de imágenes que usan los poetas sufíes sentido, comparables a los qazales de los poetas sufíes
—pues otros poetas españoles de generaciones posterio- árabes y persas.
res, como Calderón y Lorca, también tomaron prestadas En quinto lugar, San Juan utiliza con frecuencia,
muchas de ellas—, sino que sus construcciones poéticas, como los sufíes, un planteamiento «inconexo» en su
como las de los sufíes, no son meras metáforas. Son poesía al pasar de una estrofa a otra, en lo que parece
símbolos visionarios, que expresan el estado espiritual una estructura no secuencial, al igual que lo hacen en sus
del poeta, y están por tanto sujetos a diferentes interpre- qazales, verso a verso, poetas como Ibn ′Arabi, Hāfez o
taciones de acuerdo con el contexto que refleja el estado Rumi. Su imaginario es frecuentemente también, como
del poeta. el de ellos, de una cualidad que hoy podríamos llamar
En tercer lugar, San Juan utiliza las imágenes sensua- «surrealista».

Año 2004 19
SUFI Los orígenes sufíes de San Juan de la Cruz

En sexto lugar, San Juan nos Tras de un amoroso lance, ¡Oh lámparas de fuego,
ofrece un comentario sobre sus y no de esperanza falto, en cuyos resplandores
poemas, como hicieron Ibn ′Arabi, volé tan alto, tan alto, las profundas cavernas del sentido,
Ŷāmi, ′Erāqi y otros en las áreas per- que le di a la caza alcance. que estaba oscuro y ciego,
sa y árabe; la principal característica (San Juan de la Cruz 1991, vol I, p. 76) con extraños primores,
del comentario de San Juan consiste, calor y luz dan junto a su Querido!
como los sufíes, en que, lejos de ser Señala cómo, en el contexto sufí
literal o alegórico, está con frecuencia persa, prevalece la imagen de un hal- ¡Cuán manso y amoroso
compuesto de términos puramente cón o de un pájaro solitario para el recuerdas en mi seno,
visionarios, al igual que el poema al alma anhelante, o para el enamorado. donde secretamente solo moras,
que se refiere, de forma que el ana- Hallāŷ (m. 920) exclamaba: «Vuelo con y en tu aspirar sabroso,
lista a menudo, en lugar de ofrecer mis alas hacia mi Amado», y Bāyazid de bien y gloria lleno,
una interpretación lógica para una Bastāmi (m. 877) se llama a sí mismo cuán delicadamente me enamoras!
construcción poética o para una «un pájaro con cuerpo de Unicidad». (San Juan de la Cruz 1991, vol I, p. 68)
frase, define un símbolo en términos López-Baralt resalta una corres- López-Baralt señala el origen
de otro. pondencia particularmente asombro- iraní de la terminología sufí de la
Finalmente, hay resonancias de sa en un referente simbólico, cuando luz y el fuego, influida por la reli-
la doctrina sufí en los escritos de San San Juan alude en sus escritos en gión mazdeísta o zoroastriana, par-
Juan. prosa al «pájaro solitario» que «no ticularmente a través de la obra de
En cuanto al primer punto, el tiene color determinado», que refleja Sohrawardi, conocido como Sheij al-
uso por San Juan del imaginario la posición sufí de que el alma perfec- Eshrāq (Maestro de la Iluminación).
sufí, encontramos, en primer lugar, ta no tiene color. «Así es el espíritu Resalta la existencia de una secta de
las imágenes que López-Baralt cita perfecto», comenta San Juan, el que alumbrados (illuminati) en la España
como documentadas en su día por disfruta «la determinación en ningu- del siglo XVI, en tiempos de San
el erudito pionero en esta materia, na cosa» (Ibíd., p. 271, citando dife- Juan, cuyo nombre se corresponde
Miguel Asín Palacios; entre otros, el rentes pasajes de la edición de Vida y con la escuela teosófica, discípula
símbolo de la noche oscura del alma, obras completas de las obras del santo). de Sohrawardi en el mundo de habla
el uso de un modo de expresión sen- Cita López-Baralt la descripción que persa, de los eshrāqis. Cita también
sual y no ascético o sermoneador, y Shahāb-ol Din Yahyā Sohrawardi a varios persas más: el filósofo Ibn
la descripción de la alternancia de (1153-1191) hace del Simorq, el le- Sinā (Avicena) (980-1037), que habla
estados de expansión y contracción gendario pájaro iraní, que los sufíes de las «brillantes llamas del conoci-
(L-B 1985, p. 10). usan como imagen para simbolizar miento directo de Dios»; el maestro
Están luego las imágenes halla- al guía espiritual perfecto, y que de maestros, Naŷm-ol Din Kobrā (m.
das por la erudita contemporánea, contiene «todos los colores... pero no 1220), que advierte de que el místico
que incluyen «el vino de la embria- tiene color» (Ibíd., cita del tratado de debe distinguir entre el fuego demo-
guez mística», en cuyo contexto «San Sohrawardi sobre el Simorq). níaco del nafs y el fuego espiritual del
Juan alude incluso al licor de granada, Es el momento adecuado para zekr (recuerdo de Dios); y el poeta y
que simboliza la unidad que subyace citar aquí un poema completo al que discípulo de Kobrā, ′Attār (m. 1220),
en la multiplicidad de los granos de López-Baralt hace referencia, pues lo que define al «éxtasis» como «conver-
esta fruta»; las «lámparas de fuego que ella señala puede verse de forma tirse en fuego sin la presencia del sol»
que iluminan el alma extática y que más acusada presentando al lector el (Ibíd., pp. 250-251, citas de Schim-
representan los atributos de Dios»; texto completo de Llama de amor viva, mel, Corbin, y otras fuentes).
la «fuente interior»; el «cabello que en todo su esplendor y con su desta- En la misma línea, López-Baralt
cuelga en el cuello de la enamorada cado carácter «sufí»: recoge la imagen de las «lámparas de
y que sirve de anzuelo para atrapar al fuego», y se refiere a Ruzbahān Baqli
Bienamado»; el «pájaro solitario del ¡Oh llama de amor viva Shirāzi (m. 1209), que habla de «mu-
alma en vuelo extático»; además de que tiernamente hieres chas lámparas que difunden una luz
animales, árboles, flores y otras imá- de mi alma en el más profundo centro! vívida» y a Qazāli (m. 1111), que co-
genes de la naturaleza con connota- Pues ya no eres esquiva, menta la «luz de la lámpara que arde
ciones convencionales con los poetas acaba ya, si quieres; en su corazón» (Ibíd., p. 252, citas
sufíes de todo el mundo islámico (L- ¡rompe la tela de este dulce encuentro! de Corbin y Asín Palacios). Nuestra
B 1994, p. 530). profesora cita, en este mismo contex-
Sobre el símbolo del «pájaro soli- ¡Oh cauterio suave! to, la imagen de San Juan del «rayo de
tario», López-Baralt señala la referen- ¡Oh regalada llaga! oscuridad», mencionada en conexión
cia que hace San Juan de sí mismo, ¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado, con su poema Noche oscura del alma,
como un halcón buscando su presa, que a vida eterna sabe, y señala la fuerza de este oxímoron
en la primera estrofa de una de sus y toda deuda paga! como parte de lo que ella llama «una
Coplas a lo divino: Matando, muerte en vida la has trocado. metafísica de la luz y la sombra que...

20 Nº 8
Terry Graham SUFI

entre los sufíes —especialmente los cipio central de su práctica: «Muere invoca a la «paloma», exclamando en
persas— puede adquirir insospecha- antes de morir». uno: «¡Oh palomas que os guarecéis
das dimensiones de complejidad e Esto nos lleva al segundo punto en los árboles de arāk y de bān, tened
ingenio» (Ibíd.). señalado por López-Baralt, referente piedad! ¡No multipliquéis mi aflicción
En relación a la perspectiva que a la correspondencia entre la obra con vuestros lamentos!» (XI, 1), y en
tuviera San Juan de los sufíes, a la luz de San Juan y la de los sufíes, como el otro: «¡Oh paloma de los árboles
de esta imagen, López-Baralt dice: el hecho de que las imágenes en la de arāk, apiádate un poco de mí!,
poesía del poeta, al igual que las de los pues la despedida sólo ha aumentado
El poema de la «Llama» con sus co- poetas sufíes, están sujetas a diferen- tus quejidos» (XVI, 7). En el primer
rrespondientes glosas, en el que San tes interpretaciones de acuerdo con caso, define a las «palomas» como
Juan describe el proceso de su ilumi- el contexto. Es decir, estas imágenes «las influencias de la santidad y de la
nación final, siempre ha resultado de son en realidad símbolos, no simples pureza» (p. 67) y en el segundo, como
los más enigmáticos del santo y de construcciones poéticas, como las las «influencias sagradas del placer
los menos trabajados por la crítica. metáforas de la poesía convencional. Divino que han descendido sobre» el
El referente de la literatura iluminis- López-Baralt señala que los poe- enamorado o el místico (p. 79). Y en
ta musulmana parece ayudarnos a ir
descifrando su misterio y a ir familia-
tas tradicionales no son los únicos otro ejemplo más, «una paloma en el
rizándonos con algunas de sus posi- que tienden a asignar siempre un árbol de bān» (XLVIII, 1) se interpreta
bles fuentes. Fuentes sufíes a las que mismo significado a sus construc- como la «Sabiduría Absoluta» (p. 134).
el santo parecería en alguna manera, ciones, sino que los exégetas de las San Juan cita a las palomas en
directa o indirectamente, haber te- escrituras asocian normalmente un dos contextos en una misma estrofa,
nido algún acceso. No ponemos en único significado, usualmente alegó- que se compone de dos frases, equi-
duda la ortodoxia y las intenciones rico, a una imagen dada. Por el con- valentes cada una a ambos versos de
cristianas de San Juan. Pero el poeta, trario, tanto San Juan en su Cántico Ibn ′Arabi:
al coincidir en tal manera con los su- espiritual, como Mohay-ol Din Ibn
fíes, incluso al adaptar tan a menudo ′Arabi (1165-1240) en su Tarŷumān La blanca palomica
sus propios apoyos bíblicos a la sim-
al-ashwāq (El intérprete de los anhelos) al arca con el ramo se ha tornado;
bología técnica musulmana, aunque
hijo innegable de Occidente, devie- atribuyen diferentes significados a y ya la tortolica
ne también, y en más de un sentido, sus imágenes, según el contexto. al socio deseado
hijo cultural de Oriente (Ibíd., p. 261) Los dos compatriotas, separados por en las riberas verdes ha hallado.
tres siglos y en idiomas diferentes, se (San Juan de la Cruz 1991, vol. I, p. 64)
Podría ser apropiado añadir aquí aproximan del mismo modo a la poe-
unos cuantos puntos por los que el sía, usándola más como texto inspi- En ambos casos, la «paloma»
poema de San Juan encaja netamen- rado que como mera literatura, pues, representa el alma, pero en diferen-
te en la tradición sufí, los cuales no en efecto, consagran todo su trabajo tes estados. En el primer ejemplo, el
ha cubierto López-Baralt. El verso: poético a comunicar sus experiencias alma está en un estado de aceptación
«Pues ya no eres esquiva» está di- visionarias. Como explica López- por el Amado, el Esposo —también
rectamente en la tradición sufí del Baralt, los místicos, incapaces de se llama el alma así en el Cantar de los
Bienamado que es cruelmente indife- expresar sus experiencias espirituales cantares (Ct 2,10)—, recompensada
rente. La palabra «esquiva» tiene con- en términos literales, «sólo pueden por «la simplicidad y mansedumbre
notaciones de «rechazar», «evitar», indicarlas simbólicamente a aquellos de su carácter y su contemplación
pero en este contexto se correspon- que han comenzado a experimentar amorosa» (Ibíd.). La imagen de la
de directamente con el término árabe algo similar» (Ibíd.). «tortolica» refleja la búsqueda sin des-
sufí ŷafā′, la «severidad» del Amado. Un ejemplo de cómo ambos canso por el alma de «su Amado», al
La subordinación absoluta del deseo poetas españoles asignan múltiples igual que la tortolica que se precipita
del enamorado al del Amado es de lo significados a una misma imagen es de un lado a otro sin descansar hasta
que se trata aquí: «acaba ya si quie- su tratamiento respectivo de las «pa- haber encontrado a su compañero.
res». «Herir tiernamente» está, por lomas» en varias formas. Ibn ′Arabi El tercer punto, el de las imáge-
supuesto, en la misma línea. Como dice en un verso: «Las grises palomas nes sensuales, es célebre en el caso de
dice el gran poeta persa Hāfez: «Aun revoloteaban en los prados y gemían: los sufíes y está claro en el caso de
cuando me maldigas o me trates con la pena de estas palomas viene de lo San Juan, por ejemplo en Llama de
desprecio, rezaré con gratitud. Tu que me apenaba a mí» (XX, 2). Aquí, amor viva. Su «paráfrasis» del Cantar
respuesta amarga adorna tus dulces interpreta las «grises palomas» como de los cantares, es decir el Cántico espi-
labios de rubí.» los «espíritus del mundo intermedio» ritual, utiliza la imaginería, erótica de
Otra imagen que puede citarse es (p. 88). En este verso, emplea la por sí, del Esposo y la Esposa de la
aquella del Amado que «mata», para imagen de la «paloma» en un con- canción de Salomón, y le da los ma-
trocar «muerte por vida», lo cual se texto de contracción espiritual, pero tices de Amado y enamorado que se
corresponde con la Tradición profé- la interpretación de la imagen varía encuentran en la poesía sufí, con el
tica que los sufíes señalan como prin- en otros casos. En otros dos versos, paralelismo simbólico de la relación

Año 2004 21
SUFI Los orígenes sufíes de San Juan de la Cruz

sensual entre los dos protagonistas y escribieron exégesis serias sobre su Cazadnos las raposas,
de la unión Divina que debe alcanzar obra, explicando el significado espiri- que ya está florecida nuestra viña,
el caminante místico en la senda es- tual de sus imágenes como símbolos en tanto que de rosas
piritual. Se hallan otras implicaciones de transmutación. hacemos una piña
de la sensualidad, desde luego, en la En lo que se refiere al sexto y no parezca nadie en la montiña.
imagen del vino y de la embriaguez, punto, los comentarios de San Juan y (San Juan de la Cruz 1991, vol I, p. 102)
como símbolos de estados espiritua- de los sufíes sobre su poesía, vemos Ahora bien, tras haber interpre-
les elevados, como explica muy bien que tienen en común una caracte- tado los versos de la canción de Salo-
López-Baralt. rística clave que López-Baralt llama món con su propia poesía —podría-
En cuarto lugar, San Juan, como sus aparentes «significados gratuitos mos decir que igualmente oscura para
los sufíes, utilizó todas las formas y caprichosos» (L-B 1985, p. 127). ojos inexpertos— el santo se dispone
poéticas disponibles; adaptó la poe- Para destacar este aspecto, compara a comentar su texto a la manera de
sía profana a propósitos místicos, lla- el Cántico espiritual de San Juan, que es Ibn ′Arabi en su Tarŷumān al-ashwāq.
mándola específicamente en el título en sí mismo una interpretación mís- La viña pasa ahora a ser su propia
«a lo divino», como en sus Coplas a tica del Cantar de los cantares bíblico, metáfora, pero en cualquier caso con
lo divino, y usó también otras formas con la exégesis de dos comentaristas un sentido simbólico relacionado
de cantos populares, como canciones más convencionales contemporáneos con el del texto original bíblico. La
y romances, aunque sin especificar suyos, Fray Luis de León (1528-1591) define como «el plantel que está en
necesariamente en el título su aplica- —considerado como uno de los me- esta santa alma de todas las virtudes»,
ción espiritual. jores poetas españoles del siglo XVI mientras que las raposas representan
El quinto punto, el carácter apa- junto a San Juan y a Garcilaso—, y «apetitos y movimientos sensitivos»
rentemente «inconexo» de gran parte Santa Teresa de Ávila (1515-1582), que se levantan en esta etapa del pro-
de la poesía de San Juan, es un rasgo la abadesa carmelita con la que San greso del alma (San Juan de la Cruz
que comparte con los sufíes. Esto Juan trabajó y de cuyas monjas fue 1991, vol II, p. 105).
produce un efecto que podríamos consejero y confesor. López-Baralt explica así la natura-
llamar «surrealista», en el que, por López-Baralt toma como ejem- leza del lenguaje que usa el santo en su
ejemplo, la belleza se describe me- plo el texto bíblico: Cazadnos las poesía y en sus comentarios en prosa:
diante la yuxtaposición de la forma raposas, las raposillas, que echan a perder
humana y de las manifestaciones de la las viñas; pues nuestras viñas tienen tiernas San Juan de la Cruz defiende lú-
naturaleza. López-Baralt cita un verso uvas (Ct 2,15), para contrastar los cidamente su poesía inspirada: la
de Ibn ′Arabi: «Amistosas damiselas, comentarios de los tres clérigos. Así experiencia mística transciende total­
de semblante brillante, como soles como para sus predecesores judíos la mente el lenguaje, y se expresa mejor
nacientes, de grandes ojos, nobles, de con el espejismo de los versos, que
«viña» representaba la tierra de Israel él llama, en una frase audaz, dislates,
raza generosa, y flexibles» (IX, 5), y la o su antiguo gobierno, el Sanedrín sin sentido, absurdos. Prosigue com-
compara con esta estrofa del cántico: (L-B, p. 126), Fray Luis interpreta las parando su arrebato místico con
«viñas» literalmente como el huerto agua que desborda su cauce, y con
Mi Amado, las montañas, del Esposo, y lo ve en flor y a punto ello está curiosamente cercano al
los valles solitarios nemorosos, de producir dulces uvas, en peligro concepto sufí de shatt, que significa
las ínsulas extrañas, de ser dañadas por las raposas pre- precisamente eso. Este término se
los ríos sonorosos, dadoras (L-B, p. 153), de forma que aplicó a los desbordamientos extáti-
el silbo de los aires amorosos. acaba con una moraleja sobre cómo cos, [aparentemente] sin sentido, de
proteger de las plagas el propio vi- los místicos musulmanes ebrios de
La noche sosegada Dios, pero no se utilizó en la poesía
en par de los levantes de la aurora, ñedo en la estación más vulnerable, espiritual europea (L-B 1994, p. 529).
la música callada, cuando están madurando sus frutos.
la soledad sonora, Para explicar las expresiones a veces La conclusión curiosa a la que
la cena que recrea y enamora. crípticas del Cantar de los cantares, Fray debemos llegar es que a San Juan le
(San Juan de la Cruz, 1991, vol. I p. 61) Luis atribuye simplemente su apa- preocupaba menos la exégesis bíblica
rente absurdidad o bien a la forma que la creación de una poesía que
Este tipo de lenguaje abunda en ajena a lo racional de expresarse de expresara su propia relación con el
la obra de ambos poetas. En espa- los sentimientos de la pasión sensual, Divino Amado, como es el caso de
ñol, no será hasta el siglo XX, con o bien a la complejidad asociada a la toda su poesía, desde Noche oscura del
la llegada de poetas como Lorca, naturaleza extranjera de la gramática alma y Llama de amor viva, sobre las
exponentes de una nueva forma de y la sintaxis hebreas, o bien a la dife- que también escribió comentarios,
poesía y que se esforzaron delibera- rencia de costumbres y de formas de hasta sus Coplas y sus Romances con
damente en deconstruir el lenguaje, pensar de una cultura muy lejana en formas más populares, pero toda ella,
cuando este tipo de poesía se vuelva el tiempo y el lugar. por supuesto, «a lo divino». En este
habitual. A diferencia de estos poetas El comentario de San Juan está sentido, tiene menos en común con
«modernos», San Juan e Ibn ′Arabi encerrado en la siguiente estrofa: sus correligionarios —Fray Luis, que

22 Nº 8
Terry Graham SUFI

también estuvo en la Universidad de Es interesante aquí destacar que, Juan fue sometido a prisión y a per-
Salamanca, aunque en distinta época, San Juan de la Cruz se refiere a un secución por la supuesta heterodoxia
y Santa Teresa, que fue la persona texto bíblico, la primera Epístola de de sus puntos de vista, si bien su pie-
más cercana a él en espiritualidad y en Juan en el Nuevo Testamento, don- dad intachable hizo que se retiraran
dedicación—, que con un sufí musul- de figura, Cuanto a nosotros, amemos [a todas las alegaciones y que la Iglesia
mán como Ibn ′Arabi, místico, teóso- Dios] porque Él nos amó primero (1 Jn dejara finalmente limpio su nombre.
fo y poeta. De hecho, los primeros y 4,19), y que refleja un punto doctri- En el ambiente estimulante de
los últimos años de San Juan los pasó, nal sobre el que normalmente no la Universidad de Salamanca es po-
en su mayoría, en Andalucía, entre la insisten los exégetas cristianos; sin sible que San Juan, así como Fray
ciudad natal de Ibn ′Arabi, Murcia, y embargo, en su contexto coránico, la Luis, tuvieran acceso a elementos de
la ciudad en que éste se crió, Sevilla. declaración de que Él los ama y ellos Le tradiciones más antiguas, a pesar de
Para tratar el último punto, el de aman (Qo 5,54), es uno de los pilares que en ella no se enseñaba el árabe,
los reflejos de la doctrina sufí en la de la doctrina sufí. lo cual indica que no se incitaba a
obra de San Juan, que queda bien cla- López-Baralt cita a Schimmel al investigar ningún aspecto del entor-
ro en los ejemplos ya citados, bastaría hablar del uso del simbolismo sufí, no islámico. Algunos sugieren que,
con un único ejemplo destacado, una y afirma que en los poetas sufíes, «la mientras Fray Luis y Santa Teresa
estrofa del Cántico y su comentario en ambigüedad es intencionada», y que quizás fueran de ascendencia judía,
palabras de la esposa (el enamorado, «la opalescencia de la poesía persa ha San Juan podría descender de un
el alma) dirigidas al Esposo (el Ama- provocado muchos errores de inter- linaje árabe musulmán, y ser así
do, Dios). La estrofa es la siguiente: pretación en Occidente» (L-B 1985, heredero de una cierta experiencia
p. 224). Antes de esta cita afirma conservada en la familia y provenien-
En sólo aquel cabello que, comparándolo con los exége- te de esa cultura condenada. Los tres
que en mi cuello volar consideraste, tas clásicos cristianos y judíos, San exhibían un conocimiento de ciertas
mirástele en mi cuello, Juan «parecía más próximo a Hāfez, materias que se habían convertido
y en él preso quedaste, a Ŷāmi, o a ′Erāqi, cuyo lenguaje en vestigios culturales, activamente
y en uno de mis ojos te llagaste. poético iridiscente describe magis- suprimidos, de hecho, en la España
(San Juan 1991, vol. I, p. 63) tralmente Annemarie Schimmel» (p. de los Reyes Católicos y de la Inqui-
223), y tras la cita dice que al «imitar sición, materias a las que no tenían
López-Baralt señala la resonan- y aclimatar su poesía castellana» a las acceso, en el ambiente de persecu-
cia de la imagen sufí del «mechón», «inconsistencias verbales» del Cantar ción reinante, los clérigos confinados
o del «rizo», como un «gancho» de los cantares, San Juan ha logrado en las torres de marfil de los recintos
para atrapar al amado (L-B 1985, también llegar a estar «muy próximo monásticos. Todo esto sin embargo,
pp. 278-279), aunque en este caso a la poesía mística en lengua árabe», a falta de pruebas firmes, permanece
las posiciones están invertidas, con mientras que sus comentarios están mera especulación.
el Amado, como figura masculina, muy cercanos al espíritu de Ibn ′Ara-
capturado por la enamorada, como bi y de los comentaristas sufíes del
figura femenina. Está aquí presente, clásico qazal de Ibn Fārid (m. 1235),
sin embargo, un tema más amplio, Jamriya (Oda al Vino).
como lo explica San Juan en su Cómo pudo San Juan haber
comentario, en el que realiza una tenido acceso específicamente a la Referencias
exégesis, sufí en su quintaesencia, de tradición sufí sigue siendo un mis-
un texto bíblico. Con respecto a Dios —Ibn al-′Arabi, Muhyiddin, 1978 (1911).
terio, pero mientras no aparezcan
que «mira el cabello que vuela», afir- The Tarjumān al-Ashwāq: A Collection of Mys-
nuevas pruebas, la explicación más tical Odes. Traducido por R.A. Nicholson.
ma que «para Dios, mirar es amar», y plausible es que tuvo contacto con Prefacio de Martin Lings. Londres: Theo-
por tanto se refiere a lo que los sufíes los moriscos, cripto-musulmanes que sophical Publishing House.
llaman nazar, la «mirada» de Dios, o habían sido forzados a convertirse
la «mirada» del maestro como trans- —San Juan de la Cruz, 1991 Obra com-
al cristianismo. El santo vivió en el
misión de la de Dios. Y prosigue San pleta (vols. I y II). Edición de Luce López-
último siglo en que fue posible ese Baralt y Eulogio Pacho. Madrid: Alianza
Juan, diciendo: contacto, en el periodo entre 1492 Editorial.
—que vio la caída del último reino
Si él por su gran misericordia no nos —López-Baralt, L., 1985. San Juan de la
mirara y amara primero, como dice
musulmán en Granada, y la expulsión
Cruz y el Islam. México: Colegio de México/
San Juan (1 Jn 4,10-19), y se abajara, de todos los musulmanes y judíos
Univ. de Puerto Rico.
ninguna presa hiciera en él el vuelo practicantes— y 1609/1611, en que
del cabello de nuestro bajo amor, fueron expulsados también los mo- —1994. «The Legacy of Islam in Span-
porque no tenía él tan alto vuelo que riscos, tras presionar la Inquisición ish Literature» en The Legacy of Muslim Spain.
llegase a prender a esta divina ave al rey para que dictara un edicto al Editada por S.K. Sayyusi. Leiden: E.J. Brill.
de las alturas. (San Juan de la Cruz, efecto. Bajo el dominio de aquella —Nwyia, P. 1970. Exégèse coranique et lan-
1991, vol. II, p. 188) misma Inquisición, el mismo San gage mystique. Beirut: Librairie Orientale.

Año 2004 23

También podría gustarte