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1.4 CÓMO EMPEZAR CON EL MÉTODO MONTESSORI

Una de las preguntas más frecuentes que llegan a mi correo es: “Acabo de aterrizar en Montessori,

estoy abrumado/a con tanta información, ¿cómo empiezo?”. Pero siempre me es muy complicado
responder porque es una cuestión que depende de muchos factores: edad del niño, si tiene
hermanos, cómo es su casa, cómo son sus padres, qué expectativas tienen, si va a la escuela

infantil/colegio, qué le gusta, qué le interesa…

Es díficil responder con unas líneas, o con un post, ni siquiera tengo claro que los participantes de mis
talleres presenciales “Montessorizate!” se van con una idea  100% cristalina de las cosas que pueden
hacer en las cuatro horas que duran los talleres. Por eso me decidí a hacer mi serie de cursos online,

la Introducción gratuita que estás leyendo y los cursos Montessorizate Uno: Adaptación de la
Filosofia Montessori en el Hogar y Montessorizate Dos: Creación de Ambientes preparados en el
hogar.

“Acabo de aterrizar en Montessori, estoy abrumada con tanta información,


¿cómo empiezo?”

1/EMPATIZA CON TU HIJO/A


Empieza por hacer un ejercicio de empatía: siente lo que vive tu hijo en el día a día (por ejemplo,

camina en cuclillas a la altura de tu hijo y observa que cosas están fuera de tu alcance, si aún no anda,
gatea por toda la casa y visualiza todo lo que se ve desde su altura, si ya tiene tres o cuatro años, sube

todo lo que utilizas normalmente para cocinar a los armarios más altos a los que no llegas…). Se trata

de imaginar cómo se sienten nuestros niños viviendo en una casa no adaptada a su altura y
capacidades e identificar los puntos críticos que les pueden llevar a la frustración.
2/ ACTÚA SIN PRISA PERO SIN PAUSA
Una vez identificados los problemas piensa qué cosas son difíciles de cambiar (ejemplo: cambiar el wc
de adulto por uno de niño) y cuáles son fáciles (ejemplo: dejar un cajón de la cocina reservado a los

niños). Empieza por cambiar las cosas más factibles y busca alternativas para las primeras (ejemplo:
una banqueta + un reductor). Puedes hacerlas todas de una vez o puedes ir poco a poco, puedes
tener rachas de cambiar mucho, junto con otras de no cambiar nada. Lo importante no es la

velocidad,  sino tener muy claro que el ambiente preparado, que es nuestra casa, debe ir acorde al
desarrollo del niño y debe favorecer también la comodidad de toda la familia. Y que no es estático,
cambia cada día.
3/ REPLANTÉATE LOS TIEMPOS
Si crees que has llegado “tarde” a Montessori, es decir a los 4-6 años, piénsalo dos veces. Incluso en la

tercera edad se está aplicando  cuando existe un deterioro cognitivo.  Nunca es demasiado tarde
para ofrecer más empatía, más respeto y más amor a un niño. Nunca es demasiado tarde para
animarles a desarrollar su autonomía y su autoestima. Si crees que Montessori no es para tu hijo
porque no se concentra en las actividades que le propones, piensa que a lo mejor el error no es del
“método”, o del niño, sino de tu visión o tus expectativas. Piensa también si estás prestando menos
atención a tu hijo por conocer el método y eso está afectando a vuestra relación… Y recuerda que a

ciertas edades, tan solo quieren que pasemos tiempo juntos, especialmente si pasamos muchas horas
separados.
4/ INFÓRMATE EN BUENAS FUENTES
Busca información veraz. Cuando empecé a interesarme por Montessori, la primera fuente que
encontré fueron los blogs. Y muchas veces -y esto quizás es tirar piedras contra mi propio tejado-, la

información sobre Montessori que se encuentra en la blogosfera está distorsionada (se presuponen
mitos que no son ciertos y se incluyen materiales, como la mesa de luz, que aunque acordes con la
filosofía, no son Montessori, u otros materiales que parecen Montessori y no lo son). No me
malinterpretéis, no tiene nada de malo, porque cualquier material que apoye el conocimiento es
grandioso, pero cuando estás intentando entender algo no hay cabida para esta confusión.  Hay
muchos libros sobre el método Montessori asequibles para padres, pero si hay algo que alguna vez

os chirríe, no os convence u os resulta chocante, lo mejor es acudir a la fuente: la vasta colección


de escritos de Maria Montessori.  Hay un libro, muy afamado, pero que yo no soporto, que lo
empecé como 20 veces y tenía que dejarlo a menudo para volver a leer a la fuente. Pues en el fondo
ha sido uno de los libros que más me ha ayudado a entender la filosofía Montessori, por todo lo que
me he cuestionado mientras lo leía.
5/ CUESTIÓNATE TU OBJETIVO
Piensa en qué quieres conseguir implantando los principios Montessori en vuestra casa,

¿queremos un niño más autónomo? ¿más feliz? ¿reforzar lo que está aprendiendo en el cole de
una manera más manipulativa? ¿o estamos haciendo escuela en casa o homescholing?
¿queremos que jugue solo o preferimos compartir nuestro tiempo con ellos? La respuesta está en
vosotros, si realmente lo único que queremos es aplicar los principios generales y favorecer su
autonomía, no es necesario hacer un desembolso de dinero en materiales específicos. Si, por el
contrario, somos homeschooler, si que puede ser necesario ir recopilando materiales poco a poco

(muchos se pueden hacer caseros, como los de este post) y en Jaisa Educativos, nuestros
colaboradores, suelen sacar de vez en cuando outlets y ofertas en productos. Sea como sea, solo con
cambiar nuestra mirada hacia la infancia, ya estamos aportando beneficios a nuestra casa.
6/ EQUIVÓCATE SIN MIEDO
Este fin de semana una familia adorable con un bebito ideal de 5 meses me dijo que querían

profundizar en Montessori porque, entre otras cosas, no querían equivocarse. Fue como volver al
pasado con Marty McFly, nosotros tampoco queríamos equivocarnos… Pero lo hemos hecho un

montón de veces, y las que nos quedarán, pero eso es lo bonito de ser padres, es una experiencia tan
transformadora, en la que tienes que arriesgarte tanto y tomar tanta responsabilidad, que hagas lo

que hagas, vas a equivocarte : ) En Montessori el error no solo no se penaliza sino que es la base

del aprendizaje. Dicen que a veces aciertas y a veces aprendes, y lo cierto es que solo viviendo en
primera persona el error es como muchas veces interiorizamos en qué hemos podido fallar y

podemos subsanarlo.  Por otro lado, en entornos educativos en los que el error se penaliza, se
produce un detrimento importante en la creatividad, la capacidad de los seres humanos de encontrar

nuevas soluciones a situaciones nuevas o ya conocidas. Hemos crecido en un sistema educativo en el


que no había espacio para error, ni para creatividad pero, por suerte, no es así en la crianza de

nuestros hijos, ¡no hay que pasar ningún examen! La mejor forma de normalizar el error en nuestros

hijos es equivocarnos nosotros mismos. Nuestra actitud es la clave, ¡somos su ejemplo constante!
7/ RELATIVIZA SOBRE “LO NECESARIO”
Para mí, equivocarse de verdad es olvidarte al niño en casa como en aquella película, todos nuestros

ensayos y errores son pequeños experimentos de crianza y educación para saber que es lo que
necesitan nuestros hijos (y si tenemos varios cada uno necesitara algo distinto). Muchas personas

también leen y releen antes de lanzarse a aplicar Montessori en casa porque tienen miedo de hacer
una inversión muy grande y que no se adapte a las necesidades de su familia.

Si te preocupa hacer una inversión grande, no la hagas, empieza por materiales DIY o por  lo más

importante y olvidado de Montessori: Vida práctica. Solo necesitas una banqueta y un mini
delantal para que desarrolle su potencial. No necesitas NADA más. NADA. Cocinar y hacer las

tareas de la casa juntos os conectará más, podréis pasar más tiempo juntos y sus habilidades se

desarrollarán a pasos agigantados.

Por otro lado, aunque estés plenamente convencido de que funciona para tu familia, sigue sin hacer

falta una gran inversión (salvo para material sensorial, pero hay mil formas de refinar los sentidos) y

muchos se pueden hacer caseros. Montessori no es solo materiales,¡casi diría que no es apenas
materiales!
8/ CÉNTRATE EN LO IMPORTANTE
A la misma María Montessori no le gustaba utilizar la palabra método, porque Montessori es más que
eso, es una filosofía, una nueva forma de entender la infancia. El ambiente preparado es clave para

que el niño se desarrolle plenamente, pero igual de importante, o más, es el adulto que está junto al

niño. Recuerda que una casa no es una escuela y no es necesario tener todos los materiales para
empezar, ni tampoco restringir el uso de otros, solo porque no sean Montessori, si al niño le

benefician. En casa no es todo o nada. Hay que ser flexibles. Y quizás sea mejor comprar materiales
para usar juntos, como juegos de mesa (y así compensamos el tiempo que no estamos juntos cuando

estamos en el trabajo y ellos en el cole). El bingo “Montessori” les encanta a las niñas, cocinar es todo

un juego sensorial y de vida práctica  y hay  juegos de mesa que desarrollan los sentidos  como el
esteragnósico que ya os enseñó MachoAlfa.
9/ OLVÍDATE DE LAS COMPARACIONES
Cada niño es un mundo. Es algo que repetimos constantemente, pero no terminamos de
interiorizarlo. Solo el niño sabe qué tiene que practicar en cada momento de su desarrollo y nosotros

solo podemos, si acaso, facilitar o sugerir. Os cuento una anécdota personal: mis hijas son muy

parecidas, pero también muy distintas, como todos los hermanos.

Abril era la típica bebé que le encantaba estar sentada preguntando por todas las palabras y muy

interesada en las personas, nunca quiso gatear y poco antes del año comenzó a andar y ¡adiós al bebé

tranquilo! Se convirtió en puro torbellino (hasta tuvimos que ponerle una alarma antirrobo XD).
Emma enseguida gateó y le encantaba (bueno, encanta, jiji) liarla todo el rato, pasaba bastante de

hablar y solo empezó a andar porque el césped picaba. Cada una ha llevado un ritmo, y aunque os
mentiría si os dijera que no me he preocupado alguna vez porque eran distintas, lo cierto es que al

final han llegado al mismo sitio y sus habilidades son bastante similares a los dos años y medio.
10/ DES-CÚLPATE
Mi madre dice siempre que hay que ocuparse y no preocuparse y yo añado que hay
quedesculparse en vez de culparse. Parece que cuando decides ser madre -o padre, pero quizás algo

menos-, se carga una versión 2.0 de ti misma con muchas cosas buenas, pero también con la culpa

preinstalada. Formatéate de vez en cuando. ¿Cada decisión que has tomado respecto a tu hijo la has
hecho con la información que tenías en ese momento? ¿Sí? Pues entonces libérate de culpas.

Siempre, salvo excepciones de las que salen en los periodicos, los padres  lo  hacen lo mejor que

pueden con sus hijos. No importa si has llegado tarde, o si hubiéras hecho las cosas de otra manera si
hubieras tenido otra información. Debemos ser responsables, por supuesto, pero lo único que

importa es el ahora.

Solo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer
y otro mañana. Por lo tanto hoy es el dia ideal para amar, crecer, hacer y
principalmente vivir.
Dalai Lama
+1  DIVERTÍOS
Disfruta los cambios. Vive el momento, aprovecha los nuevos descubrimientos y habilidades que está

adquiriendo tu peque, no entres en comparaciones con otros niños o lo que ves en este u otros blogs.
Cada niño es único y especial, tiene unos intereses y unas particularidades. Montessori es una
filosofía, una forma de ver la vida, es ver al niño pequeño como un embrión espiritual y poner todo
nuestro empeño en que sea feliz y pueda desarrollar todo su potencial. Montessori tiene mucho que

ver con seguir al niño y ofrecerle lo que necesita y mucho menos con ponerle delante de la torre rosa
y decirle lo que tiene que hacer a cada momento. Montessori es respetar al niño y no chantajear su
voluntad en formación con premios y castigos. Montessori es mirar al niño a los ojos y maravillarse.

Montessori es una filosofía, una forma de ver la vida, es ver al niño como un
embrión espiritual y poner todo nuestro empeño en que sea feliz y pueda
desarrollar todo su potencial. Montessori tiene mucho que ver con seguir al niño y
ofrecerle lo que necesita y mucho menos con ponerle delante de la torre rosa y
decirle lo que tiene que hacer a cada momento. Montessori es respetar al niño y
no chantajear su voluntad en formación con premios y castigos. Montessori es
mirar al niño a los ojos y maravillarse.

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