¿QUÉ CREÍA A. W. PINK ACERCA DE LA COBERTURA DE LA CABEZA?

En mayo de 1926, Arthur Pink se dirigió a la congregación de la Iglesia Bautista

Particular en Sídney, Australia. El tema fue “Autoridad” (cabeza) y el pasaje del
sermón era 1 Corintios 11:2-16. Por medio de este sermón llegamos a entender lo
que Pink creía acerca del símbolo de cubrir la cabeza.
Pink creía que el símbolo debía ser practicado en la actualidad y debía alejarse de
una perspectiva cultural. Él menciona que “hay algunos que afirman que mucho en
esta primera epístola a los Corintios sólo tenía que ver con las condiciones locales
que entonces existían y no se aplica a las iglesias de Dios hoy en día. Lo niego
enfáticamente”. Tampoco vio el asunto como algo insignificante. Él tenía claro que
"no hay nada pequeño o trivial en las cosas de Dios" y que "las puertas grandes se
balancean en pequeñas bisagras”. Por eso exhortó a su congregación sobre este
pasaje. Entre sus palabras podemos notar que la cubierta de la cabeza en Australia
estaba perdiendo popularidad aun en la década de 1920. Dijo que usar una puede
"hacer que el mundo mire y hable con desprecio" y puede "traer sobre ustedes la
burla de la vieja usanza". También mencionó que había "una moda que es cada vez
más popular entre las mujeres de hoy" de cortarse el cabello corto, de lo cual él
estaba estrictamente en contra. Esta fue la época de la primera ola del feminismo y
vemos que ya estaba teniendo un impacto negativo en los roles de género y las
distinciones bíblicas.
Para Pink cubrirse la cabeza está directamente conectado con la autoridad. Él dijo:
"Puesto que Dios ha establecido este orden (de autoridad), a los hombres y a las
mujeres se les ordena actuar de acuerdo con ello" y "porque a la mujer no se le ha
dado el gobierno ni la autoridad, entonces su cabeza debe estar cubierta”. Esto no
es algo negativo, sino más bien un gran privilegio. Les dijo a las hermanas que, "se
os ha concedido un camino y una manera para imitar y seguirle que, incluso, se les
niega a los hermanos”. A través de sus palabras se le puede entender que las
mujeres no tienen que cubrir sus cabezas como alguna imposición, sino que es algo
que ellas obtienen. Es un honor que trae "la aprobación de Dios y te ubica en el
camino de seguir e imitar a Cristo".
Pero no pasó por alto a los hombres en su exhortación. Les advirtió que les era
prohibido cubrirse la cabeza en la iglesia. Dijo, "Supongamos que un Mayor o un
General se presentara a la cabeza de sus soldados con el uniforme o el atuendo de
un soldado común, en lugar de vestir sus insignias oficiales; deshonraría a su rey y
se deshonraría a sí mismo. Así entonces cualquier hombre que entra en la iglesia,
que ore o profetice, con su cabeza cubierta deshonra a su cabeza espiritual, que es
Cristo, y se deshonra a sí mismo". Ya que los hombres tienen la responsabilidad de
ser cabeza, los exhortó a no abusar de ese poder. Hace un llamado a los hombres
de no "hacer uso indebido de su autoridad siendo tiranos", sino que imiten a Cristo
cuyo yugo es ligero. Él les dijo que "procuren que el yugo y la carga que le coloquen
a sus respectivas esposas sea igual de fácil".
Volviendo al símbolo en sí, Pink no creía que la cubierta tuviera que ser de un estilo
en particular. Dijo que podían "llevar una cubierta de cabeza, ya sea un sombrero o
un velo". De hecho, existe una foto de su esposa, Vera, usando un sombrero que
pudo haber sido su estilo preferido. En cuanto a dónde debía ser practicado, no vio
ninguna limitación, aunque dijo que este pasaje es acerca de "orden y gobierno de
la iglesia" y que cuando la mujer "entra en la casa de Dios, se requiere otra
cobertura", en otra parte dijo que nada "limita los requerimientos a cualquier
momento o lugar en particular. Lo que está dicho aplica a las mujeres ya sea que
se dediquen a la oración, participen en alguna reunión pública, en el culto familiar o
en la intimidad de su propia habitación”.
Para concluir observemos algunas citas de Pink que resumen su punto de vista:
“Ahora, Dios ha señalado y ordenado que, dado que el hombre es la cabeza, ya que
la autoridad, dominio o gobierno ha sido delegado por Dios en las manos del
hombre, eso se muestre simbólicamente cuando él entre en la casa de Dios. Su
cabeza será descubierta; su cabeza será revelada; su cabeza se manifestará
porque Dios le ha dado la autoridad (cabeza). Pero debido a que Dios no ha dado
a la mujer la autoridad, ya que Él la ha colocado en sujeción al hombre, por lo tanto,
esto debe ser mostrado simbólicamente a través de su cabeza cubierta, su cabeza
oculta, mostrando que ella no es su propia cabeza, ni su propia gobernante”.
"Porque a la mujer no se le ha dado el gobierno ni la autoridad, su cabeza debe
estar cubierta, y cubierta con una cobertura doble: Primero, el cabello largo que Dios
le ha dado por naturaleza, para que incluso cuando ella esté fuera de la iglesia, esa
cubierta (el cabello) indique que ella no es su propia cabeza, sino que ella está bajo
el dominio de la cabeza de su hogar. En segundo lugar, cuando la mujer entra en la
casa de Dios debe haber una cobertura adicional de la cabeza porque ella también
está en sujeción a sus hermanos espirituales a quienes Dios ha designado el
gobierno”.

Notas: Particular Baptist Church Castlereagh Street. Iglesia bautista que siguió una
convicción calvinista estricta en la adoración.
[Introducción a la serie: Esta publicación es parte de una serie que examina lo que
ciertos líderes en la historia de la iglesia creían acerca de la cobertura de la cabeza.
Sus argumentos, la elección del lenguaje y sus conclusiones no deben ser
malinterpretados como una aprobación de nuestra visión. El propósito de esta serie
es mostrar fielmente lo que ellos creen sobre la cobertura en lugar de solo citar
selectivamente las partes con las que estamos de acuerdo.]
A.W. Pink (1886 – 1952), según su biógrafo Iain Murray, es "uno de los autores
evangélicos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX”. Fue pastor de
iglesias en los Estados Unidos y Australia, no obstante, es mejor conocido por sus
libros tales como "los atributos de Dios" y "la soberanía de Dios".

Arthur y Vera