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¿Qué es el cáncer cervical?

El cáncer cervical es cáncer del cuello uterino. El cuello uterino es la abertura inferior y estrecha
del útero. Conduce del útero a la vagina. El cuello uterino tiene una forma similar a una rosquilla si lo
miras a través de la vagina.

Por lo general, el cáncer cervical tarda años en manifestarse. Durante este tiempo, las células del
cuello uterino cambian y crecen rápidamente. Los primeros cambios (precancerosos) que ocurren
antes de que se convierta en cáncer completamente desarrollado se denominan “displasia” o
“neoplasia cervical intraepitelial” (CIN). Si estos cambios se detectan y se tratan, el cáncer cervical
puede prevenirse. Sin diagnóstico ni tratamiento, el cáncer cervical puede extenderse a otras partes
del cuerpo y volverse mortal.

¿Cuáles son los síntomas del cáncer cervical?

La mayoría de las personas que tienen un tipo del virus del papiloma humano (VPH) de alto riesgo
que puede causar cáncer cervical nunca muestran ningún síntoma hasta que ya es muy peligroso. Por
eso es tan importante hacerse chequeos de salud regulares. En muchos casos, el cáncer cervical
puede prevenirse detectando los cambios celulares anormales y tratándolos ANTES de que se
conviertan en cáncer.

Una vez que el cáncer cervical se presenta, los primeros signos incluyen lo siguiente:

 Sangrado, manchado o flujo anormales


 Períodos menstruales con flujo más abundante de lo común
 Sangrado después de tener relaciones sexuales

Los signos del cáncer cervical avanzado pueden incluir dolor en la zona pélvica, problemas para orinar
e inflamación de las piernas. Si el cáncer se extendió a los órganos cercanos, también puede afectar
el funcionamiento de esos órganos. Por ejemplo, un tumor podría presionar la vejiga y
provocarte ganas de orinar con mayor frecuencia.

Algunos síntomas del cáncer cervical también pueden aparecer como resultado de otras afecciones,
como la infección por hongos. Si tienes algunos de estos síntomas, visita al médico o enfermero, o
acude al centro de salud de Planned Parenthood más cercano para averiguar qué es lo que sucede.

¿Qué puedo hacer para prevenir el cáncer cervical?

A continuación, se incluyen 4 medidas que puedes tomar para tener un cuello uterino sano.

1. Hazte chequeos de salud regulares. La prueba de Papanicolaou y la prueba del VPH detectan
cambios anormales en el cuello uterino para poder tratarlos antes de que se manifieste el
cáncer. En general, deberías hacerte la primera prueba de Papanicolaou a los 21 años y,
después de eso, realizarte evaluaciones médicas cada 3-5 años que incluyan una
combinación de pruebas de Papanicolaou y del VPH. El médico o enfermero puede decirte
qué pruebas necesitas y con qué frecuencia debes hacértelas.
2. Aplícate la vacuna contra el VPH y aconséjales a quienes te rodean que hagan lo
mismo. Existen 3 marcas de la vacuna contra el VPH (también conocida como la vacuna
contra el cáncer cervical). Todas protegen contra los tipos de VPH 16 y 18, las 2 clases del
virus que causan la mayoría de los casos de cáncer cervical. Las vacunas contra el VPH se
administran en una serie de 3 aplicaciones a lo largo de 6 meses.
3. Usa condones o barreras bucales de látex cada vez que tengas sexo vaginal, anal u oral. Esto
ayuda a disminuir las probabilidades de transmisión del VPH cuando se tienen relaciones
sexuales.
4. Si fumas, deja el hábito. Si tienes un tipo de VPH de alto riesgo y fumas, es más probable que
tengas cáncer cervical.

El médico o enfermero te dirá con qué frecuencia necesitas hacerte estas pruebas.

O tal vez necesites continuar con el tratamiento. Existen 4 procedimientos que son muy buenos a la
hora de eliminar células anormales y prevenir el cáncer cervical.

 Crioterapia: las células anormales se eliminan mediante congelación.


 Procedimiento de extirpación electroquirúrgica con asa (LEEP): las células anormales se
eliminan empleando un asa de alambre fino que transmite una corriente eléctrica.
 Láser: las células anormales se eliminan con láser.
 Biopsia cónica: se recorta una porción de tejido de cuello uterino en forma de cono para
eliminar las células anormales.

Más allá del tratamiento que te realices, es importante que sigas haciéndote exámenes
pélvicos regulares después de tratar las células anormales. Aunque estos procedimientos son muy
eficaces, a veces vuelven a aparecer células anormales.

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