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Universidad Autónoma de Entre Ríos

Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales


Jornada de Literaturas Comparadas
12 de junio de 2018

Empezar a vivir y ser un elemento del paisaje:


Cuando la infancia es otra cosa

“A las palabras hay que arrancarles la piel.


Tome las palabras, péselas, mézalas, vea la manera como se unen,
lo que expresan, descifre el airecillo bellaco con que dicen una cosa por otra
y venga a decirme si no se siente mejor después de haberlas desollado.
A las palabras hay que arrancarles la piel.
No hay otra manera que entender de qué están hechas.”
José Saramago

Las palabras son una parte esencial de nuestra vida, y como docentes aceptamos
la propuesta de José Saramago de tomar las palabras, pesarlas, ver como se unen y tratar
de descifrar el airecillo con que dicen una cosa por otra. O en versión resumida:
arrancarles la piel y tratar de entender de qué están hechas.
El presente trabajo es un intento muy modesto y sencillo de tratar entender de qué
están hecho tres textos, relacionados entre sí por un tema que ha sido parte de la historia
desde siempre: la infancia y el lugar que ocupa en la sociedad. Intentaremos establecer
relaciones y puntos de encuentro entre la versión del poema “Hay un niño en la calle” de
Armando Tejada Gómez que presentan Mercedes Sosa y René Pérez y el poema “El niño
yuntero” de Miguel Hernández. Asimismo, plantear la posibilidad de abordar estos textos
en el ámbito de la escuela secundaria.
“Canción para un niño en la calle” pertenece al disco Cantora 2 que Mercedes
Sosa editara en el año 2009, éste y Cantora 1 son el último trabajo de una de las intérpretes
más importante de la música folclórica Argentina. En estos discos presenta 35 canciones
emblemáticas de la música popular junto a diversos artistas invitados. Como ser Juan
Manuel Serrat, Caetano Veloso, Shakira, León Gieco, Pedro Aznar, Gustavo Santaolalla,
Joaquín Sabina, Gustavo Ceratti, Rubén Rada, Julieta Venegas entre otros. La “Canción
para un niño en la calle” es interpretada por Mercedes Sosa y René Pérez, cantante en
aquel momento de Calle 13.

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¿Por qué elegir una canción para relacionar con textos poéticos y no simplemente
dos poesías? ¿Por qué está canción? Considero que es un texto apropiado para trabajar
con los estudiantes por diversos motivos. Primero y principal, porque tiene una base
poética: es decir parte de un fragmento de un poema. Además ejemplifica, de manera
clara y sencilla, cómo la poesía no trata solamente temas románticos (concepto a veces
demasiado arraigado en los estudiantes) sino que refiere cuestiones relacionadas con otros
aspectos de la vida de las personas, no solo el plano amoroso. Es cierto que podría elegirse
otros poemas que tampoco tratan del amor, como “El sur también existe” de Mario
Benedetti o “Las moscas” de Antonio Machado musicalizados por Joan Manuel Serrat.
Sucede que el texto que proponen Sosa y Pérez es un buen ejemplo para ilustrar cómo se
manifiesta la intertextualidad entendida en términos de Genette1, porque hay una
copresencia de por lo menos dos textos en la canción: el de Tejada Gómez y el de Miguel
Hernández. Además de que estamos frente al encuentro de dos grandes músicos muy
diferentes entre sí que producen un nuevo texto.
Es importante agregar, antes de seguir nuestro análisis, que no pretendemos
instalar aquí la discusión respecto de que si las canciones pueden considerarse poesías.
Eso lo dejaremos para otra oportunidad. Sí consideramos que puede utilizarse esta
canción porque, como ya dijimos anteriormente, alude directamente a los versos de un
poeta argentino.
Armando Tejada Gómez nació en Mendoza en el seno de una familia de
trabajadores rurales de muy escasos recursos. Quedó huérfano de padre a los cuatro años,
fue criado por su tía, quien le enseñó a leer. Prácticamente no fue a la escuela y comenzó
a trabajar a los 6 años como canillita, y luego lustrabotas. En 1950 trabajó como locutor
en la Radio de Cuyo y se sumergió en el mundo de la música componiendo canciones
junto a su amigo y compañero Oscar Matus. En 1954 editó su primer libro de poesías,
Pachamama: poema de la tierra y el origen, donde se refleja su origen huarpe y su talento
para la poesía. Este primer trabajo fue ampliamente aceptado con excelentes críticas y
marcaría el nacimiento del reconocimiento artístico para Tejada. Un año después, editó
su segundo trabajo Tonadas de la piel. Tras una crítica realizada por su hermano, donde
cuestiona su manera “inentendible” de escribir, Armando cambia su estilo y empieza a
trabajar en temas más sociales. En esta nueva etapa de su desarrollo artístico publica “Hay

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un niño en la calle “, incluido en su tercer libro Antologías de Juan, publicado en 1958.
Las canciones de Matus y Tejada Gómez, se relacionaron con la voz excepcional de
Mercedes Sosa; quien en 1962 grabó su primer álbum, La voz de la zafra, incluyendo
ocho canciones. Oscar Matus, Armando Tejada Gómez y Mercedes Sosa formaron un
decisivo trío artístico, que llevó a crear el Movimiento del Nuevo Cancionero en 1963,
en el marco del "boom del folklore". Tejada Gómez editó varios trabajos discográficos y
libros; sus producciones le valieron premios y reconocimientos a lo largo de todo el país,
y se convirtió así en el artista con la voz portante del pueblo y las minorías. Uno de sus
textos emblemáticos es "Canción con todos", considerado himno de América Latina.
Falleció en Buenos Aires, en noviembre de 1992.
El tema musical que presentan Sosa y Pérez es un fragmento del texto de Tejada
Gómez, incluso cambiaron el título ya que agregaron la palabra “Canción” al texto
original. Esta nueva versión se compone de casi sesenta versos distribuidos claramente
en dos voces. Por un lado, un “tú” que refiere a lo representan los niños en la calle para
la sociedad (a través de la voz de Mercedes Sosa) y por otro lado un “yo” que representa
la voz de los niños (interpretado por Rene Pérez).
Los versos de Tejada Gómez son cantados por Mercedes Sosa quien inicia la
canción entonando, casi a capela, la frase “a esta hora exactamente hay un niño en la
calle”, luego se dan los primeros acordes de guitarra y la cantante recita los siguientes
versos: “Es honra de los hombres proteger lo que crece, cuidar que no haya infancia
dispersa por las calles, evitar que naufrague su corazón de barco, su increíble aventura
de pan y chocolate”. Podemos apreciar que refieren a un “tú”, en el sentido de que
interpela a los hombres, entendidos como sociedad, afirmando que deben ser guardianes
de que no haya niños trabajando en las calles. En los versos siguientes ilustra y ejemplifica
estas situaciones: “No debe andar el mundo con el amor descalzo, enarbolando un diario,
como un ala en la mano, trepándose a los trenes, canjeándonos las risas”.
Mercedes Sosa canta un tercio del largo poema de Tejada Gómez que consta de
92 versos. Podríamos pensar, pero solo es una mera suposición, que la cantante dejó de
lado los versos que referían casi directamente la vida del poeta mendocino. “Recuerdo
que yo andaba con las primeras luces de mi sangre, vendiendo una oscura vergüenza, la
historia, el tiempo, diarios…” empieza diciendo Tejada Gómez, para luego referirse a su
madre y en ella a todas las madres: “mi madre está esperando, quiero decir la madre del
niño innumerable que sale y nos pregunta con su rostro de madre: qué han hecho de la
vida”. Recién después de hablar de su situación personal menciona la estrofa con la que

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Mercedes Sosa inicia su canción. Seguidamente se pregunta “Dónde andarán los niños
que venían conmigo ganándose la vida por los cuatro costados” y expresa que necesita
saber de ellos “porque si no es inútil mi juventud de música y ha de dolerme mucho la
primavera este año”. A continuación, a partir del verso 53, expresa que se encuentra con
muchos niños en esta situación de calle “Cuando anda en los pueblos del país o va en
trenes por su geografía de silencio”. En líneas muy generales, podemos decir que el texto
de Tejada Gómez presenta dos aspectos: por un lado una clara referencia a su vivencia
personal (que incluye a su madre, a los niños que conoció, a sus viajes) y por otro lado
un aspecto que alude a la sociedad. Porque indica cual es el rol de la sociedad frente a la
problemática social que la atraviesa; los últimos versos están claramente dirigidos a la
sociedad cuando dice “Ellos han olvidado que hay un niño en la calle, que hay millones
de niños que viven en la calle”. Estos versos son cantados por Mercedes Sosa, pero ella
cambia el pronombre “Ellos” por la frase “Pobre del que ha olvidado...” suavizando así
las palabras de Tejada Gómez y haciendo una invitación a la reflexión a través de una
expresión popular, propia de la oralidad.

Como dijimos anteriormente, la canción que analizamos, se relaciona también con


otro texto poético. Teniendo en cuenta el tema que se trata, el trabajo infantil, podríamos
relacionar este texto con textos narrativos. Pero consideramos, siguiendo a Todorov quien
sostiene que la diferencia entre poesía y no poesía está en los sentimientos, en la manera
de decir las cosas, que el poema “El niño yuntero” de Miguel Hernández es un claro
ejemplo de cómo a través de diferentes palabras se puede referir a un mismo tema.
Este poema se incluye en el libro “Viento del pueblo” publicado en 1937. Los
poemas de este libro aparecieron antes en diferentes revistas y fueron naciendo al calor
de los acontecimientos bélicos entre los años 1936 y 1937. El presente trágico, el pueblo
oprimido y el poeta como viento de salvación son los tres elementos en que se apoya
Miguel Hernández para hacer de su poesía en este libro un instrumento de lucha. “El niño
yuntero” es el poema más tierno y sencillo del libro. En él Hernández refiere a uno de los
más perjudicados por la guerra: los niños. Si nos quedamos con el contexto de producción
pensamos en la guerra, pero claramente podemos afirmar que sus versos trascienden esa
situación puntual y refieren a los niños que por diversas circunstancias deben trabajar.
El poema se compone de sesenta versos y se divide en tres partes, claramente
delimitadas. La mayor parte la compone la descripción de la situación que viven ese niño
yuntero que “ha nacido más humillado que bello, como la herramienta a los golpes

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destinado entre estiércol puro y vivo de vacas” un niño que “empieza a vivir y empieza
a morir, y siente la vida como una guerra”. Un niño que “contar sus años no sabe y ya
sabe que el sudor es una corona grave” un niño que trabaja y que cada vez es más raíz y
menos criatura que se hunde en la tierra.
La segunda parte refiere al dolor que causa ver a ese niño hambriento. En tres
estrofas Hernández condensa magníficamente lo que esa situación le provoca, a través de
la metáfora del arado en el pecho resume sus sentimientos: “Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta y sufro”. Finalmente se pregunta “¿Quién salvará a este
chiquillo menor que un grano de avena?” y responde “que salga del corazón de los
hombres jornaleros que antes de ser hombres son y han sido niños yunteros”. Es decir,
invita a la sociedad a hacerse resolver la situación, a salvar a los niños.
En esto se parece a Tejada Gómez, ambos textos responsabilizan directamente a
la sociedad. Uno a través de pregunta y el otro afirmando explícitamente que han olvidado
a los niños.

La incorporación de René Pérez a la versión del poema de Tejada Gómez propone


un nuevo elemento a los ya tratados anteriormente porque añade una nueva voz, que hasta
el momento no aparecía: la voz del niño en la calle.
Es un ejemplo de lo que sostiene Todorov cuando afirma que “Las palabras se
vuelven gestos cuando producen un sentido nuevo en cada nueva aparición. Para obtener
estos efectos semánticos, se recurre a aquello que la retórica llamaba las figuras:
repeticiones, oposiciones u otras disposiciones convencionales”2 Es decir Pérez aporta
una nueva perspectiva al ya conocido tema del trabajo infantil.
Las voces de Sosa y Pérez se intercalan en la canción. Primero canta Mercedes
Sosa y luego René Pérez. Pérez es la voz de los niños y abre su intervención diciendo
“Todo lo tóxico de mi país a mí me entra por la nariz, lavo autos, limpio zapatos, huelo
a pega y también huelo a paco, robo billeteras pero soy buena gente, soy una sonrisa sin
diente”. Pérez recurre a figuras ya utilizadas por Tejada Gómez y Hernández como la
enumeración, y la comparación, pero además agrega una especie de “justificación” de esa
vida que llevan los niños. “Justificación” porque cuando dice “robo billetera, pero soy
buena gente”, pareciera que quiere generar empatía con el oyente/lector y no solo
describir la situación que atraviesan los jóvenes.

2
Todorov,Tzvetan. “En torno a la poesía” en Los géneros del discurso. Pág. 136.Waldhuter Editores.
2012

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Lo mismo ocurre en la segunda intervención cuando refiere las circunstancias que
vive el niño en calle. El estado de alerta permanente: “Cuando cae la noche duermo
despierto, un ojo cerrado y el otro abierto”, el ritmo de vida que lleva: “mi vida es como
un circo, pero sin payaso. Voy caminando por la sanja, haciendo malabares con cinco
naranjas, pidiendo plata a todos los que pueda en una bicicleta de una sola rueda”
también advierte que su presencia puede impresionar: “No te asustes si tengo mal aliento,
o si me vez sin camisa con las tetillas al viento”. Como si todo lo anterior no fuese
suficiente, al final aparecen dos aspectos más: una alusión directa a los responsables: soy
lo que descuidó el presidente”. Y finalmente lo más terrible: la conjunción entre persona
y paisaje: “yo soy un elemento más del paisaje, los recibos de la calle son mi camuflaje,
como algo que existe, que parece de mentira algo sin vida- pero que respira”. Algo sin
vida pero que respira, no hay más palabras que agregar esa frase.

Dijimos al inicio que, siguiendo la propuesta de Saramago, nuestra función es


tratar de desentrañar qué nos quieren decir las palabras en diversos textos unidos por un
mismo tema. Al igual que Adriana Crolla “creemos firmemente que si hay algo que define
al comparatismo es ese espíritu abierto y global, incesante y magmático que conecta y
entrama los espacios intersticiales de la creación humana”3. Es nuestro anhelo que
siempre podamos tener ese espíritu abierto que nos permita acercarnos y sobre todo
acercar a nuestros alumnos a la literatura y el sorprendente mundo que la rodea.

Susana Carolina Plem


Profesora en Lengua y Literatura

3
Crolla, Adriana. Lindes actuales de la Literatura Comparada. Universidad Nacional del Litoral. 2011

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