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Desierto Florido

En el mundo existen pocos países en los que se puede apreciar el fenómeno natural del desierto
florido: Australia, Estados Unidos, Perú y Chile son algunos de ellos. Y sin embargo es en Chile donde
este espectáculo de la naturaleza llama aún más la atención, mientras los abundantes mantos de
flores de color violeta, amarillo o blanco cubren la superficie del lugar más árido del planeta: el
desierto de Atacama.

Durante el fenómeno del desierto florido chileno, que puede apreciarse con especial intensidad en
la zona costera de la región de Atacama, florecen cerca de 200 especies, muchas de ellas endémicas
como la característica garra de león (Bomarea ovallei) o la delicada Añuñuca roja (Myostemma
phycelloides). Pero este espectáculo no es pan de cada día. Para que ocurra la floración masiva de
estas plantas en el desierto, es necesario que se produzcan condiciones de temperaturas y
precipitaciones adecuadas para que las semillas germinen.

La magia detrás del desierto florido


Cada cierto número de años, en el desierto más árido del mundo se producen lluvias invernales
inusualmente abundantes asociadas por lo general al Fenómeno del Niño. Cuando estas
precipitaciones alcanzan un mínimo de 15mm de agua caída, en la fecha adecuada y con las
temperaturas y humedad ideales, es cuando el desierto se transforma en un campo lleno de colores
y vida durante la temporada de primavera.

Muchos se preguntan cómo llegaron estas semillas al desierto más árido del planeta, y si bien no
existe una explicación oficial, se cree que el fenómeno del desierto florido ocurre hace miles de años
en el norte de Chile. Más de 5.000 años para ser exactos, ya que desde 1525 se registran evidencias
de la existencia del Fenómeno del Niño, que resulta fundamental para la floración masiva del gran
banco de semillas que se esconde bajo tierra.

Desde entonces estas semillas, que no germinan todas a la vez –aun en eventos de lluvias extremas,
han dado paso a llamativas flores que a su vez producen cientos y miles de semillas que caen
alrededor de la planta madre y continúan almacenándose en el suelo.

Dando vida al desierto

Más allá del espectáculo que este fenómeno puede significar para los visitantes, esta floración
masiva e inusual además atrae a todo tipo de insectos y animales. Con las flores llegan polinizadores
como las mariposas, que se concentran de a decenas en los manchones de flores, abejas o polillas,
los que ayudan a fecundar las diversas especies y a su vez sirven de sustento para otros animales
como reptiles, aves y mamíferos.

La gran cantidad de semillas en el suelo, también atrae a hormigas, aves y roedores que luego se
convertirán en el alimento de carnívoros como los zorros. Incluso el guanaco, una especie protegida
en la región, encuentra una mayor cantidad de alimento a su disposición ayudando así al desarrollo
de la especie.

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