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LA CÉLULA CARDIACA

Las células miocárdicas no están, como las esqueléticas organizadas en fascículos con fibras paralelas sino que
se bifurcan formando una red tridimensional compleja. A primera vista parece que forman un sincitio , sin
embargo no hay continuidad entre los sarcoplasmas de dos células ya que estas están separadas por un disco
intercalar. Este disco está ubicado a nivel del las líneas Z y permite que las corrientes que se generan en una
célula se propaguen a la siguiente. Por esta razón a pesar de que el miocardio no es un sincitio, sí se comporta
como tal.

Está constituido por fibras musculares estriadas de morfología cilíndrica. Estas fibras musculares son de
contracción involuntaria y rítmica y podemos diferenciar dos tipos de fibras: contráctiles y conductoras.

Fibras conductoras: Estas fibras se encargan de la conducción de los impulsos nerviosos y se localizan en los
nódulos sinoauricular y auriculoventricular y continúan por el haz auriculoventricular o fascículo de His.

Fibras contráctiles: Contienen un número múltiple de mitocondrias, que permiten la respiración aeróbica que
tendrá lugar constantemente. Tienen una estriación transversal, pero solamente presentan 1 ó 2 núcleos ovalados
y vesiculosos de posición central con 1 ó 2 nucleolos. El núcleo está situado en el centro de la fibra. La
constitución de los miofilamentos es similar al de las fibras musculares estriadas esqueléticas, diferenciándose
solamente en las líneas Z, que se localizan en las bandas escaleriformes (discos intercalares) y parece que
cruzan de una célula a otra. En las caras laterales presentan uniones tipo Gap. La función de estas bandas es la de
transmitir la onda de despolarización para conseguir que todas las fibras musculares cardíacas se contraigan al
mismo tiempo.

En resumen:
-las células no forman un sincitio histológico y por tanto son células uninucleadas
-las células están unidas por sus extremos mediante discos intercalares
-las células se bifurcan formando una red tridimensional compleja
-el núcleo celular se localiza en el centro del citoplasma
-las células cardíacas se contraen espontánea y rítmicamente y pueden propagar la despolarización de su
membrana a las células vecinas, mediante las GAP junctions de los discos intercalares, por lo que se comportan
fisiológicamente como si fueran un sincitio
– las células cardíacas no se pueden dividir y, en caso de lesión, no se pueden reemplazar.

Las uniones gap son pequeños canales formados por el acoplamiento de complejos proteicos,
basados en proteínas llamadas conexinas, en células estrechamente adheridas. Las uniones GAP
son los canales intercelulares que permiten el paso de agua, iones y pequeñas moléculas

Disco intercalar

Cada una de las estructuras complejas de unión entre dos células de músculo cardiaco. Estas uniones siempre
tienen lugar en las líneas z de las sarcómeras de las fibras musculares, y se pueden diferenciar dos porciones: la
primera, que asegura la cohesión de las células cardiacas, es transversal a las microfibrillas y aparece un patrón
complejo de interdigitaciones cortas, en las cuales hay desmosomas que unen una célula a la otra, así como
uniones de tipo fasia-adherens; la segunda porción es longitudinal a las fibras musculares y consiste en una
gran cantidad de uniones de tipo nexo, a través de las cuales tiene lugar la transmisión de los impulsos
nerviosos que atraviesan de una célula cardiaca a otra.
Anatomía de las fibras musculares cardíacas
Como ya se ha dicho arriba, las fibras musculares cardíacas presentan características
comunes con las fibras (células) musculares esqueléticas como el hecho de ser estriadas y
por sus elementos contráctiles básicos, sin embargo, en contraste con las largas, cilíndricas y
multinucleadas fibras musculares esqueléticas, las fibras cardíacas son cortas, gruesas,
ramificadas e interconectadas y presentan uno, o hasta dos núcleos grandes, pálidos y
localizados centralmente. El espacio intercelular está lleno de una matriz de tejido conectivo
holgado (endomisio) con numerosos capilares, la que a su vez está conectada al esqueleto
fibroso del corazón mencionado arriba, dándole integridad al órgano, y proporcionando una
vía para la efectividad de la contracción de las células sobre las paredes del corazón a fin de
cambiar el volumen de sus cavidades internas.

Las fibras esqueléticas son independientes unas de otras lo mismo funcional como
estructuralmente, en contraste, las membranas plasmáticas de las células cardíacas
adyacentes se "traban" unas con otras a través de una frontera sinuosa que forma una unión
denominada disco intercalado.

Los discos intercalados contienen desmosomas (estructuras celulares especializadas que unen
las células vecinas en los tejidos) como medio de anclaje, y uniones en cruce o nexus como
medio de comunicación entre unas células y otras. La función de las desmosomas es evitar
que las células contiguas se separen durante la contracción, y las uniones nexus permiten el
paso libre, de unas células a otras, de las sustancias (iones) y los impulsos eléctricos que
activan el trabajo contracción-relajación de forma que todo el conjunto de células (músculo)
accione al unísono.

Dentro del tejido existen grandes mitocondrias que ocupan hasta el 25 % del volumen de la
célula cardíaca (en contraste con el 2 % en los músculos esqueléticos) lo que explica la gran
resistencia a la fatiga de las células cardíacas. El resto del volumen de la fibra está formado
primariamente por miofibrillas (tratadas en el artículo músculos esqueléticos).

Otra gran diferencia entre las fibras musculares esqueléticas y cardíacas es que en las
primeras cada fibra individual puede ser estimulada independientemente por una terminal
nerviosa, mientras que en las segundas son auto-excitables y pueden iniciar su propio trabajo
de forma espontánea y rítmica.
Fisiología del músculo cardíaco

El corazón está formado por tres tipos principales de músculo cardíaco: músculo auricular, músculo ventricular
y fibras musculares especializadas de excitación y de conducción. El músculo auricular y ventricular se contrae
de manera muy similar al músculo esquelético, excepto que la duración de la contracción es mucho mayor. No
obstante, las fibras especializadas de excitación y de conducción se contraen sólo débilmente porque contienen
pocas fibrillas contráctiles; en cambio, presentan descargas eléctricas rítmicas automáticas en forma de
potenciales de acción o conducción de los potenciales de acción por todo el corazón, formando así un sistema
excitador que controla el latido rítmico cardíaco.

Anatomía fisiológica del músculo cardíaco

La figura 9-2 muestra la histología del músculo cardíaco, que presenta las fibras musculares cardíacas
dispuestas en un retículo, de modo que las fibras se dividen, se vuelven a combinar y se separan de nuevo. Se
puede ver fácilmente a partir de esta imagen que el músculo cardíaco es estriado igual que el músculo
esquelético. Además, el músculo cardíaco tiene las miofibrillas típicas que contienen filamentos de actina y de
miosina casi idénticos a los que se encuentran en el músculo esquelético; estos filamentos están unos al lado
de otros y se deslizan entre sí durante la contracción de la misma manera que ocurre en el músculo esquelético
(v. capítulo 6), aunque en otros aspectos el músculo cardíaco es bastante diferente del músculo esquelético,
como se verá.

Músculo cardíaco como sincitio. Las zonas oscuras que atraviesan las fibras musculares cardíacas de la figura 9-
2 se denominan discos intercalados; realmente son membranas celulares que separan las células musculares
cardíacas individuales entre sí. Es decir, las fibras musculares cardíacas están formadas por muchas células
individuales conectadas entre sí en serie y en paralelo.

En cada uno de los discos intercalados las membranas celulares se fusionan entre sí de tal manera que forman
uniones «comunicantes» (en hendidura) permeables que permiten una rápida difusión. Por tanto, desde un
punto de vista funcional los iones se mueven con facilidad en el líquido intracelular a lo largo del eje
longitudinal de las fibras musculares cardíacas, de modo que los potenciales de acción viajan fácilmente desde
una célula muscular cardíaca a la siguiente, a través de los discos intercalados. Por tanto, el músculo cardíaco
es un sincitio de muchas células musculares cardíacas en el que las células están tan interconectadas entre sí
que cuando una de ellas se excita el potencial de acción se propaga a todas, propagándose de una célula a otra
a través de las interconexiones en enrejado.

El corazón realmente está formado por dos sincitios: el sincitio auricular, que forma las paredes de las dos
aurículas, y el sincitio ventricular, que forma las paredes de los dos ventrículos. Las aurículas están separadas
de los ventrículos por tejido fibroso que rodea las aberturas de las válvulas auriculoventriculares (AV) entre las
aurículas y los ventrículos. Normalmente los potenciales no se conducen desde el sincitio auricular hacia el
sincitio ventricular directamente a través de este tejido fibroso. Por el contrario, sólo son conducidos por
medio de un sistema de conducción especializado denominado haz AV, que es un fascículo de fibras de
conducción de varios milímetros de diámetro que se analiza en detalle en el capítulo 10.

Esta división del músculo del corazón en dos sincitios funcionales permite que las aurículas se contraigan un
pequeño intervalo antes de la contracción ventricular, lo que es importante para la eficacia del bombeo del
corazón.

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