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Bernardita Muñoz Chereau

III",,-edebé
Bernardita Muñoz Chereau

Ilustraciones
Roberto del Real

\..

...

11111~edebé .
A mis sobrinos
Vicente y Amaya.
-E n un lugar donde las montañas se unen con el
•. mar, quedaba Cuadrópolis, una ciudad habitada solo
, por cuadrados. Aunque también vivían cuadradas,
cuadraditos y cuadraditas, todos sus habitantes tenían la misma
forma: medían lo mismo por cada uno de sus cuatro lados.

Cuadrópolis era una ciudad construida solo por y para


cuadrados. Sus habitantes estaban orgullosos de tener una ciudad
tan ordenada. Los edificios eran cuadrados, cuadrados eran los
semáforos, ¡hasta los autos eran cuadrados!

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Los cuadrados disfrutaban mucho
construyendo cosas. Siempre estaban inventando
objetos como tableros de ajedrez y azulejos de
diferentes colores.

Desgraciadamente, sus cuadradas


casas no eran muy resistentes a la lluvia.
El agua acumulada sobre los techos
se filtraba y llenaba el interior de
goteras. Los cuadrados tenían
que esperar hasta la salida
del sol para comenzar a
reparadas. Esto ocasionaba
mucho trabajo entre sus habitantes y
más de un resfrío.
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Una mañana de invierno, los cuadrados vieron aproximarse
por el horizonte un barco lleno de unas figuras extrañas,
completamente desconocidas ¡Parecían cuadrados partidos por la
mitad! Todos se reunieron rápidamente en la plaza. Estaban muy
asustados.

-¿De dónde habrían venido esas figuras? -preguntó un


cunoso.

-¿Serán violentos invasores? -interrogó otro.


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Los habitantes de Cuadróp li S' miraron IIIIOS:l otr ,pero


no tuvieron respuestas y corrieron a mira r dt t'rl;1 el ba r o que ya se
aproximaba a la orilla. Estaban muy intri lados.

Del barco comenzó a descend r una hilera de rrián ulos.


Pues no eran sino estos los nuevos visit n . V '11 (:¡ 11 amando,
felices de haber llegado a tierra firme. Aunque los cuadrados no
I sabían, los triángulos eran seres amistosos. Pero antes de que
pudieran demostrado, los cuadrados empezaron a perseguidos.

-¡Vamos tras ellos! -gritó el cuadrado que parecía tener


más autoridad. Su plan era amarrar a los intrusos de dos en dos, para
formar con ellos un nuevo cuadrado.
~

Los triángulos se pusieron muy tristes. Ellos, que habían


venido desde muy lejos buscando nuevos amigos, esperaban una
mejor acogida.

Aunque al poco tiempo los cuadrados los dejaron en libertad,


les demostraban continuamente que no eran bienvenidos. Por
ejemplo, cuando un triángulo entraba a un restaurante, todos

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los cuadrados ahí reunidos tomaban sus cosas y abandonaban


dpidamente el lugar.

Pasaron varios días hasta que una fuerte lluvia comenzó a


aer sobre Cuadrópolis. Mientras los cuadrados se lamentaban por
las goteras que invadirían sus casas, los triángulos corrieron felices
a las calles.

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-¡Muchachos, ya saben lo que tienen que hacer! -dijo uno
de ellos.

Esta era la oportunidad para demostrarles a los cuadrados


que podrían convivir amistosamente. Con rapidez se subieron a los
techos y formaron una gran pirámide. Así se quedaron largo tiempo,
protegiendo las casas hasta que dejó de llover.
Tímidamente, los cuadrados empezaron a salir a la calle.
jNo podían creerlo! jEra primera vez en la historia que la lluvia no
había estropeado sus ca~as! Y todo gracias a la genial ayuda de los
triángulos. Los cuadrados estaban tan felices, que organizaron un
gran baile. Entonces comenzaron a hacerse amigos.
Pasó el tiempo y el verano siguió al invierno. Una tarde
calurosa, triángulos y cuadrados organizaron un picnic en el parque.
Mientras conversaban 'animadamente, un avión pasó sobrevolando
sus cabezas. Enseguida divisaron en el cielo figuras extrañísimas que
venían descendiendo en paracaídas. A diferencia de los triángulos,
que tenían tres lados, y de los cuadrados, que tenían cuatro, ¡los
nuevos visitantes no tenían vértices!

l4
¡I)ar cen peligrosos! -exclamó un cuadrado.

Yo creo que deben ser muy flojos -agregó un triángulo.

M mentas más tarde, triángulos y cuadrados rodearon a los


111 .rsorc ", Se trataba, por supuesto, de los círculos. Estos se dieron

11 1lt.1 inmediatamente de que no eran bienvenidos. Pero como ellos

11 (.111 e capando de una terrible guerra que acechaba a su pueblo,

1 (Ir i 'ron con mucha calma sus paracaídas y se fueron rodando

11 1 1 a I salida del pueblo. Antes que la guerra, preferían la soledad


ti lit 1'0 lado del río.
A los pocos días, los círculos habían construido una hermosa
aldea. Triángulos y cuadrados estaban muy intrigados. Mandaron
espías para que les relataran cómo vivían y qué hacían los recién
llegados. Los espías dijeron que por las mañanas los círculos bajaban
al río en busca de agua a una velocidad impresionante. Por las tardes,
jugaban con algo que rodaba por el pasto. Y al finalizar el día, se
sentaban a cantar alrededor de una fogata. Por lo visto, no eran
flojos, como alguien había dicho.
El calor del verano fue derritiendo la nieve que había en la
¡III:! 1, las montañas. El río de Cuadrópolis se llenó con el agua
f I Ll 1, los deshielos. Tanta era la fuerza que traía el río por esos
días, que una noche cortó el puente que unía la ciudad con el
resto del país.

-¡Qué tragedia! -se lamentaron cuadrados y triángulos-o


¡Nos demoraremos una eternidad en reparar el puente!

Sin tiempo que perder, hicieron una cadena para


transportar los materiales que necesitaban para la
/.
reconstrucción.
Pero cuando llegaron al lugar del accidente, se encontraron
con que los círculos ... ¡ya estaban reparando el puente! Entre varios
bajaban grandes troncos que acomodaban firmemente hasta unir
una orilla con la otra. Cuadrados y triángulos se impresionaron
con el trabajo de sus nuevos compañeros. Terminada la obra, los

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círculos invitaron a sus vecinos a almorzar. ¡No solamente eran
buenos constructores, también eran magníficos cocineros!

Desde hace algún tiempo cuadrados, triángulos y círculos


conviven como si siempre hubiesen habitado juntos. Aunque pelean y
a veces les cuesta ponerse de acuerdo, cada día aprenden algo nuevo
de los demás.

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Hace poco, los habitantes de esta ciudad decidierqn que
Cuadrópolis necesitaba un cambio de nombre. Ya no era una ciudad
habitada solo por cuadrados, triángulos o círculos, era un pequeño
universo donde convivían seres diferentes. Pasaron muchos días
discutiendo y proponiendo ideas hasta dar con un nombre que les
gustara a todos.

" , . .• ...J. 2l
Si alguna vez lees a la entrada de un pueblo un cartel que
dice:

... habrás llegado a "El pequeño universo".


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